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Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

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Notas del capitulo:

¡Hola! Espero que les fuera bien este mes. Yo tube uno muy agitado, pero no importa, lo importante es que hay capitulo nuevo.

Asi que sin mas. Espero que les guste.

Capitulo veinte: Confesiones y alcohol

Su nombre era Shisuka Murasakibara tenia veinticinco años. Era de piel blanca, el cabello castaño corto y ondulado hasta los hombros, los ojos brillantes avellanados. Sus medidas eran 80,62,76. Recién graduada de medicina y aceptada como residente en uno de los hospitales mas reconocidos de Tokio del este, graduada de la misma universidad con los mejores promedios, al igual que de los otros colegios  a los que habia asistido en su vida. Practicante hábil de yudo, actualmente en segundo dan en la disciplina. Ganadora de varios concursos de caligrafía. Habia estudiado arreglo floral desde niña; y ademas era una excelente cocinera.

De salud formidable y de antecedentes familiares intachables. Proveniente de una familia de médicos desde hace ciento cincuenta años. Lo que la hacia de familia acomodada e incluso influyente…

Cody solo seguía leyendo hoja tras hoja en las que se alababa a esta mujer desconocida y que sin embargo ahora influía tanto en él.

—“Es muy bonita” —pensó el castaño con pesar al ver la foto de la mujer que vestía un bello kimono morado.

El niño cerro la carpeta con la mirada ensombrecida:

—¿Por que? ¿por que me enseñas esto? —tiembla en su lugar asustado. Intentando comprenderlo.

—Yo… —Joe agacha la mirada a la vez que la desvía, no se sentia capas de ver a Cody. Estaba muy avergonzado.

—Me… ¡Me vas a dejar por esta mujer! —alza la voz el niño.

—¡Por supuesto que no! —grita reiterativo, Kido. Se abalanza a abrazar a Cody que estaba sentado frente a él —No, claro que no. Yo nunca seria capas de hacerte algo así —apretó aun mas.

—Entonces ¿por que? —el niño estaba mas triste que enojado.

—Si no voy a la cita con ella, puedo meter a mi padre en serios problemas en su trabajo.

—Y no pudiste simplemente negarte.

El chico se quedo callado, si hubiera sido mas rápido, quizás lo hubiera hecho, pero…

Habia sido un cobarde. No, no solo era por eso, tenia que hacerle entender la cosas a su hermano.

—¡Escúchame bien, Cody! —Kido toma firme de los hombros al niño, forzando a que lo mirara a la cara— ¡Te amo! ¡Nunca dudes de eso! Solo… solo déjame resolver este pendiente a mi manera. Y después de eso, haré lo que me corresponde, para estar contigo de manera correcta. Para que tengamos la vida tranquila  y feliz que queremos. Por favor, se que te estoy pidiendo demasiado, pero por favor —se abrazo al niño de nuevo.

—Joe… —Cody corresponde el abrazo —lo entiendo.

Si bien contesto eso, la verdad es que estaba temeroso. No quería. No quería que su novio tuviera una cita con una completa desconocida, ¡Con una mujer! ¿y si su senpai no podía negarse? ¿y si llevaban su Omiai al siguiente nivel? No. No. Tiene que ser fuerte. Confiar en Joe, el nunca le habia fallado.

—No me dejes —murmuro inconscientemente aferrándose al mayor.

—No. No te dejare. Confía en mi —despega su cuerpo y acaricia la mejilla del niño y sin dejar de verlo con toda dulzura, besa su mejilla y por ultimo separa sus labios.

—Joe…

—T-tal vez tengas razón. ¿que digo? Debería de dejar esa inseguridad y olvidarme de todo eso. Dejar el Omiai —Joe se queda callado un momento  pensando. Dijo en completa seriedad —Cody ¿quieres escaparte conmigo?

—¿He?

—Si… ¡Si vámonos!

—¿Irnos?

—Así es. Que tal si tu madre no llega a aceptarlo. Si es así. Vamos a escaparnos.

—¿Hablas en serio? —Cody estaba sorprendido. Pensó un segundo y sonrió —¿en verdad me amas tanto, como para dejar tu carrera por mi?

—Si. Por supuesto que si.

—Estoy muy feliz, pero…. —el niño agacha la mirada—. No es necesario que hagamos eso. Si lo hacemos ¿no seria como si aseguráramos que estamos haciendo algo malo o incorrecto? ¿no fue una de esas las rezones por las que decidimos no mantener lo nuestro como un secreto?. En verdad que agradezco lo que me acabas de decir. Pero, esa no es la manera en la que nosotros hacemos las cosas.

—Cody…

El pequeño sonrió amplio y tranquilamente:

—Yo confío mucho en ti. Así que ve a tu Omiai. Resuelve las cosas a nuestra manera —toma la mano del mayor y la pega a su mejilla—. Yo… yo seré un buen chico, seré fuerte. Así que no te preocupes por mi.

Joe noto la voz temblorosa de su pequeño, su mano insegura, su esfuerzo. Él no podía ser capas de tirar todo ese esfuerzo a la basura. Abrazo al niño de nuevo, acurrucándolo en su pecho y sobándole la espalda, le dijo:

—Tienes razón.

Se quedaron así unos minutos, en el confort de los brazos del otro.

—Joe. Mi madre no a de tardar en llegar. Será mejor que te vallas. Ultimamente… últimamente ella y yo… ummm, solo no quiero que te preocupes. No quiero que te metas en mas problemas. Solo hasta que arregles lo de tu Omiai, por favor.

—Entiendo. No te preocupes. Recuérdalo. Te amo.

—Yo también.

Y aun que no querían separarse, llego el momento.

Kido salió tan deprisa de la casa del castaño, todo ansioso. Que no noto cuando paso al lado de la señora Hida. Ni siquiera escucho cuando esta la llamo.

Cuando Fumiko Hida llago a casa vio a su hijo, sentado en el sillón de la sala. Lucia decaído.

—¿Cody paso algo?

—¡¿Que?! No. no, mama. Estoy bien —lucia evidentemente nervioso—. Iré a mi habitación. Tengo tarea.

—Cody si paso algo…

—No. Estoy bien —contesto rápido y corrió a su habitación.

 

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Joe caminaba aprisa entre la gente de la calle, y tomo el tren que se dirigía hacia Shinguku.

Tenia la cabeza llena. No habia soportado quedarse en casa con su hermano en estos últimos tres días.

Sabia que Shuu no tenia malas intenciones, era obvio que estuviera preocupado. Por ello todo el alboroto que le estaba armando.

Joe entendía que su situación no era la mas… normal.

Se sacudió como si le diera un escalofrío. Odiaba usar ese adjetivo para referirse a su relación y así mismo.

—No pienses en eso —susurro y se acomodo las gafas.

Aun así su hermano lo estaba incomodando de sobremaneramente.

Su celular sonó y contesto al mismo tiempo que bajaba del tren:

—Habla Kido.

—¿Donde estas? —escucho la voz de su hermano—. Es sábado. Hoy saliste temprano de la universidad ¡¿donde se supone que estas?! —se nota molesto—. No estas con ese niño ¿vedad?

—¡Estoy con un amigo? —contesto igualmente el menor de los Kido.

—Te recuerdo que mañana…

—¡Lo sé! ¡Lo sé! No estas satisfecho ya. Déjame solo un momento —no quiso escuchas mas colgó y apago el teléfono.

—¡Hey Kido! ¡Por aquí! —lo llamo la conocida voz de Nejima entre la gente

—Siento haberte hecho esperar. Tuve que resolver primero un pendiente antes.

—No. Esta bien. Un minuto mas un minuto menos ¿cual es la diferencia? —Takeshi suspiro bajando los hombros.

—¿Ocurre algo? —Kido pregunto buscando la mirada ensombrecida del otro.

—Kido recuerdas la promesa que me hiciste ¿verdad?

—Hee… bueno… no estoy seguro.

—¡Kido! —grito lastimero sujetando el brazo del chico de gafas— ¡Kido!

—E-esta bien… —Joe accedió derrotado.

Acto seguido Nejima prácticamente arrastro a Joe al bar mas cercano. Se sentaron en la barra y el chico de cabello negro pidió una botella grande de alcohol.

Joe por su parte se encogió apenado en su lugar, ni siquiera tenían edad para estar allí. Podían meterse en problemas si se enteraban que habían mentido sobre su edad. Pero se lo habia prometido a Nejima y como este le habia dicho hace menos de un minuto “ Dos años no es nada ¿que no?”

Y allí estaba sentado con un baso de quien sabe quien en frente de él y que apestaba horrible y con su supuesto mejor amigo zampándose vaso tras vaso como si de agua se tratase.

—¡Vamos Kido! ¡Bebe un poco! —Nejima arrastraba las palabras.

—Tú sabes que a mi no me gustan estas cosas.

—¡No seas santurrón! No yo… yo no comí contigo tus montañas de papas fritas.

—No creo que sea lo mismo.

—¡Si lo es! ¡Anda! ¡Anda! ¡No eres mi amigo! ¡No me quieres! —Takeshi se sirvió otra y se bebió medio vaso.

—Esta bien. Esta bien —Joe toma tímido su propio vaso, lo menea, hace una pequeña mueca y le da un pequeño sorbo por el cual arruga toda la cara. Sabia horrible y le ardía la garganta—. Me vas a decir que tienes —dio otro trago mas largo tratando de no toser por el ardor que hora tenia en la boca del estomago.

Nejima se quedo mirando en silencio el fondo del vaso. Procesando la información.

—Mizuho… —dijo— Mizuho esta embarazada… ¡Y todo es por tú culpa!

Joe escupe su bebida:

—¡¿Por que la mía?!

—¡Tú y tu estúpida técnica de los chocolates! —y se zampó el resto del vaso.

—¡¿Haa?! —exclamo el de lentes con la boca abierta. Nejima podía salirle de vez en cuando con cualquier tontería pero esto era demasiado.

—Hice lo que hice. Compre esos mismos chocolates súper caros que tú. Le ofrecí uno discretamente a Mizuho y una cosa llevo a la otra y de repente ¡Bang! Bebé en el horno ¡Bebé ¿entiendes?! ¡Bebé! —y dio otro trago.

—Yo no te dije que los compraras.

—¿He? ¿Que dices? Yo no soy él que droga a mi pareja con dulces —gruño el chico de cabello negro y señalo a su compañero como si fuera peor que él.

—¡Yo no drogo a nadie!

—Claro. Claro. Tú nunca sabrás sobre esta angustia que tengo. Nunca lo entenderás ¡Lo mas que puedes hacer es provocarle dolor de estomago!

—¿Ha? ¡Guarda silencio! Ya estas ebrio.

Nejima truena la boca y le sirve otra a Kido para que no le proteste.

—No me importa. Puedo apostar que el sigue siendo suavecito y lampiño de allí abajo.

—¿Eso a que viene? —pregunto Kido dando un trago a la bebida sin pensarlo.

—Que no lo entenderás. T gusta el arroz con popote ¿no?

—No lo digas de esa manera —regaño el de gafas ruborizado y agachando la cara— ¡Maldición! Ya no sabes lo que dices.

Nejima truena la boca y se bebe otra, echándosela de un trago:

—Sabes que siempre te he envidiado. Eres inteligente, bueno y eres genial a tu manera con esa pinta de chico elegante, de profesor de escuela; a tu familia le va tan bien… —se menea mareado sobre su silla. Las palabras le salían torpes— tú pareja es ilegalmente encantadora y te da igual lo que piensen de ti. Todo te sale perfecto. Serás un exigente perfeccionista y que de todo hace alharaca. Pero… pufff… Apuesto a que nunca has cometido ningún error en tu vida por el cual debas lamentarte.

Kido por su parte se recarga en la barra y con simpleza le soltó de golpe:

—Cuando iba a la secundaria, casi me acuesto con uno de mis profesores. Resulto ser u maldito depredador que me estaba usando… bueno al menos ya lo atraparon.

Nejima abrió los ojos como si le viniera de repente un dejo de sobriedad.

Hubo un silencio.

—Ja ja ja —Takeshi rió a carcajada suelta— ¡Que buena broma! Con esa expresión tan seria casi me lo creo ja ja ja.

—¿Haaa? —Joe se quedo pensando. ¿habia dicho eso en voz alta? Estaba aturdido— ¿Crees que mi vida es perfecta?— dijo descuidado—. Hoy iba a decirle la toda la verdad a la madre de Cody, probablemente iba a terminar apaleado o en la cárcel…. Yo que sé. Pero estoy seguro que no hubiera pasado nada bueno. Y mi hermano, el cree que soy una clase de pervertido sexual que acecha niños o peor. Por lo menos yo no soy el que guarda revistas de mujeres atadas en mi armario. Nunca  me habia peleado con él y ahora no para de insultarme, gritarme.

Y mi padre, él ya se dio cuanta de que estoy gastando el dinero en exceso y me sermoneo… pufff… al final me recorto el dinero de este mes.

¡Y lo pero de todo! Mañana tengo un Omiai con una Ojou-sama rica.

Que mi vida es perfecta? Yo quisiera que lo fuera. Si lo fuera no haría tanto escándalo. Podría estar con Cody sin que me insultaran en la calle cada vez que me toma del brazo…. Uhhhggggr…

Nejima solo miraba a su amigo balanceándose de un lado al otro en su silla. Dos vasos de ron fueron suficientes para ponerlo ebrio y con la lengua suelta. Era mas que evidente que Kido nunca habia debido en su vida.

—¿Ojou-sama rica? —fue lo único que pudo articular, Nejima. Él tampoco estaba en sus cinco sentidos para creer todo lo que le habia dicho su amigo.

—¿Haaa? —exclamo impetuoso el de gafas—. No estamos aquí para hablar de mi. Si no de ti y tu bebé. —señalo con las gafas a media cara— ¿Que piensas hacer? ¿huir como cobarde?

Nejima truena la boca, no tenia respuesta. Se sirvió otro vaso de ron torpemente y se lo bebió.

—No lo sé —contesto molesto—. Le arruine la vida, se la arruine te digo. ¿Que are? Ella quiere el bebé.

—Y… tú siempre  estas hablando de lo maravilloso que seria casarte con ella y tener familia. Deberías de estar feliz —Kido da un sorbo mas a su trago.

—Si pero… —el chico de cabello negro se derrumbo en la barra. Mira a su acompañante a través de la botella marrón—. No quiero que ella acabe con un inútil como yo —soltó escondiendo su rostro entre sus brazos. Tenia asco —. Ella están hermosa, perfecta. Y yo… yo soy un vago que se salió de casa de sus padres por que no paraba de pelearse con ellos y ahora vive arrumbado en la casa de su hermana y su esposo. Set-chan me matara cuando se entere. Me echara de la casa y no tendré a donde ir y no tengo ni un centavo ¿Que clase de futuro tendrá Mizuho conmigo? ¿he? —quiere estrellar la cara contra la barra, pero esta esta húmeda igual que su cara—. Soy de lo peor. Siempre he sido de lo peor. Mi padre tiene razón soy un inútil.

Joe se quedo mirando a Nejima con una expresión algo infantil. Aun intoxicado por el alcohol, era capas de darse cuenta que nunca lo habia visto así, decadente y preocupado, apunto de darle un ataque de histeria.

—Eres un idiota —escupió sin tapujo el de gafas. Su compañero lo miro lastimero y con la cara sucia. Kido continuo—. Un verdadero idiota. Tu eres una de las personas mas geniales que he conocido. Con esa sonrisa idiota y esa cara despreocupada. Tú eres la primera persona que conozco que se las arreglo para tener trabajo de medio tiempo, la escuela y todavía tener tiempo de molestarme. Si hay un trabajo extra con el cual puedas tener créditos, lo tomas sin siquiera dudarlo. Y un que me de envidia aceptarlo, tu promedio no le envidia nada al mío. Tú nunca te das por vencido.

Así que hazle un favor a Sansemi y no te hagas ver como si fueras poca cosa —toma un trago leve.

—Kido… tú…

—¿He?

—Entonces…

—Déjate de tonterías —Kido regaña altanero y tratando de enderezarse las gafas sin éxito. Todo se meneaba y se meneaba—. Ya sabes que hacer. Un hombre de verdad debe de confiar en el camino que uno escoge, aun que aveces s trate solo de una corazonada —se da tres golpes en el pecho con su puño.

—¡¿De donde sacaste toda esa confianza?! Das miedo.

—¡¿Ha?!

—Hey dime ¿Que harías en mi lugar? Si Cody fuera una chica ¿He? —Nejima desafía impertinente. Quería ver si el gran Joe Kido no solo era un discurso.

El chico de gafas por su parte sonríe levemente y sin siquiera darse un segundo para pensarlo, respondió:

—Me casaría en seguida…. ¿Ha?  Pero Cody tiene catorce no puede hacerlo. Ademas probablemente su madre intentaría detenerme o me mataría. No importa. Escaparía con él aun lugar lejano. Quizás al pueblo donde vivían mis abuelos,  allí podríamos vivir tranquilamente y desapercibidos ¡Ha! Pero antes sacaría dinero de las cuentas de mi padre, claro antes de que este se diera cuenta. Rentaríamos una pequeña casita. Que siguiera estudiando me gustaría, así que tomaría un pequeño trabajo de ayudante del doctor del pueblo o algo por el estilo. Viviría feliz sin arrepentimientos con mi nueva familia —mira a la lejanía con ensoñación.

—Fantaseas. No es nada fácil.

—Si, es cierto. Claro que discutiríamos, por el tiempo que dejaríamos de pasar juntos, por el dinero, por las carencias que tendremos en el principio o quizás por cualquier tontería insignificante. Pero eso seria normal. No seriamos una pareja real si eso no pasara. Pero, si es la persona correcta, vale la pena pasar por eso —Alza su copa como si brindara con la deslumbrante luz de la lampara del techo, mirándola con cariño como si  de la luna se tratase— “Un pecado siempre será un pecado. Incluso el amor seguirá siendo amor. Es mi deseó sostenerla una vez mas entre mis brazos. Si ese deseo se me fuera cumplido. ¡Gustoso iría a lo mas profundo del infierno y renacería como Asura!” —y al terminar bebe el resto del vaso.

—Eso lo sacaste de un libro.

—¡Por supuesto! —Kido da un golpe emocionado con el puño sobre la barra— ¡Del mejor del mundo!

Nejima por su parte, saco la primera sonrisa de la noche. Habia emborrachado a su mejor amigo y a este le habia salido lo parlanchín, cursi y hasta lo bohemio. Él también estaba ebrio y no entendía mas de cinco palabras de lo que le habían dicho, ya era difícil entender a Kido cuando estaba sobrio ahora intoxicado era peor.

No, a quien engañaba, él Nejima Takeshi también seria capas de ir al infierno por su amada Mizuho.

“Takeshi te amo”

La sonrisa de su amada aparece en su mente, bella, deslumbrante y amorosa.

“Papá” No se escuchaba tan mal.

—Estas sonriendo como idiota —Joe interrumpe impertinente e infantil.

—¡Muchas gracias, Kido! ¡Te quiero amigo! —Nejima sin pensarlo se le lanza encima a Kido, abrazando como si no hubiera ningún mañana.

—¡¿He?! ¡¿He?! ¡¿Que haces?! ¡Suéltame! ¡Yo ya tengo a Cody!

El chico de gafas intenta apartarlo haciendo un escándalo tan grande, que pronto los echaron a ambos del bar.

Caminaron sin rumbo por la ciudad, juntos con el brazo del otro rondeándole el cuello y el otro extendido, siguiendo el ritmo de una vieja canción que conocían ambos.

—¡Por que lo que mas quiero ver es a ti, mi amor!

Y dado que la noche era joven y las voces la tenían dispuesta para a sacar todo el estrés de sus dueños, la siguiente parada era el karaoke mas cercano.

Y después de cuatro canciones mal interpretadas y con la letra cambiada, ademas de otro poco mas de alcohol. Ambos jóvenes desparramados en el sillón, decidían con piedra, papel o tijeras quien era el siguiente al micrófono.

—Te toca, Kido —Nejima le paso el micrófono pesadamente.

—No. Estoy… cansado —Joe apenas coordina sus movimientos, aventando el micrófono— Hazlo tú.

Hubo una pequeña pausa en la que nadie dijo nada, ni hizo nada. Solo observando la esfera de luces de colores girando en el techo.

—Quiero algo dulce —dijo Kido después de un rato—. Quiero un suave bombón cubierto de chocolate y relleno de la mas suculenta crema batida… por encima y un para de… cerecitas chiquitas y rosas, carnositas, carnositas. Rico.

Nejima frunció el ceño:

—Estas hablando de Cody o de un dulce.

—De los dos —el chico de cabello azul extiende dos dedos con las gafas enchuecadas. Alcalizado y con la sinceridad rallando al cinismo. Se dedico a describir los atributos de su amado —. Es tan lindo. No puedo creerlo cada vez que lo miro ¡Y si que lo he mirado mucho! Lo hermoso que es. Dan ganas morderlo de lamerlo…. Sus pies son tan pequeños y regordetes. Y su trasero es como un durazno rico, suave y jugosos y rosa ¡Y ese lugar es tan… !

Nejima apenas con los ojos despegados miraba como Kido hacia un movimiento raro con su dedo, como si cavará algo.  ¡Ha! Si su mente no estuviera tan nublada entendería mejor lo lo que su amigo le dice, en lugar de solo ver como movía los labios sin ningún sonido, y de nuevo hace señas raras con las manos, pellizcando el aire.

—Es como pudín bien tibio.

Entendió mas cuerdo y en su error e ignorancia pregunto:

—¡Ha! Y eso… es bueno.

—¡No sabes lo bien que se siente.

—¿Se siente bien, qué?

—Tú sabes, ese momento… en, ese momento en el que pasa el plushh y el sushhh… cuando ¡¿Que?! ¡Tú sabes, hombre! ¡Eso! ¡Eso! —el de lentes hace un movimiento raro con la pelvis y las manos, sacudiendo, sacudiendo.

—¡Cállate! —Takeshi entiende y se tapa los oídos exagerado—. Me vas a traumar. No quiero saber eso.

—Pero… si tú siempre me preguntas.

—¡Ya! Ten. ¡Ponte a cantar! —le avienta el micrófono.

Joe apenas se puede poner de pie y se tropieza recargándose en la mesita que habia, cayéndose de espalda. Se reía como bobo, retumbando por el micrófono y comenzando a cantar, entre ruidos raros, carcajadas e incoherencias. Su canto era horrible, no habia mejorado nada desde que era niño, pero a él para recia no importarle.

Nejima por su lado, sonreía como estúpido con una botella de cerveza en su mano ¡Rayos! Después se arrepentiría por no haber sacado su celular y haber filmado todo el espectáculo.

Al pasar las tres treinta de la madrugada el dinero ya se les habia acabado. El cuerpo ya no les podía, ni respondía como quería. Siendo Nejima el experto en juergas, decidió llevarse a Kido a su casa, de una vez antes de que llamara mas la atención de la gente cuando se puso a gritar cuanto amaba a su pequeño y que iría a su casa a confesar su amor y sus pecados.

 

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Setsuna Takaya se encontraba sentada en el sillón de su sala dormida, el televisor encendido con el volumen bajo y con la luz apagada.

De repente hubo un portazo que hizo que se levantara asustada.

—¡Set-chan! Ya vine!

Escucho la voz ruidosa de su hermano menor, suspiro, apago el televisor y busco y se acomodo las gafas, antes de ir a la puerta a regañar al descuidado e impertinente de su hermano.

—¡Takeshi! —solo pudo decir de eso antes de ver a su hermano cargando lo mejor que podía al otro.

—Ayúdame quieres. Esta muy pesado y lo vengo arrastrando desde hace dos calles.

—Este chico… —ella parecía reconocerlo.

—¿Ah? ¿él? Es un compañero de la universidad. Vamos te he hablado de él. Es Kido, él ya iba conmigo en la preparatoria. Anda ayúdame.

Takaya no dijo nada y auxilio a su hermano a llevar al de gafas a la habitación de Takeshi, aventándolo a la cama.

—Pero mira como vienes —regaño la mayor—. Me alegra que Tsuchiro este en un viaje de negocios.

—Si. Si. Deja que Kido se quede a dormir hoy en mi habitación.

—¡Takeshi!

—¡Hay! No me siento muy bien —el chico salió corriendo al baño a vomitar.

—¡Espera aun no acabamos de hablar! ¡Takeshi! —grito Setsuna desde el marco de la puerta.

—¡Nejima idiota! ¡¿Donde estas! ¡Es tu turno de pagar! —grita Joe adormilado y meneándose para todos lados, logrando sentarse en la cama—. Oiga yo la conozco.

—Si así es. Yo también te recuerdo.

—¿Takaya-sensei? ¿Que hace aquí?

—Soy la hermana mayor del que llamas amigo.

—¡¿Ha?! —exclamo Kido tratando de acomodarse las gafas, pero su mano se va de largo y casi cae de espalda sobre la cama. Se logra sostener y se ríe como bobo—. El mundo es muy pequeñito —hace un gesto con sus dedos.

—Y no tienes idea cuando —ella responde seria y cruza los brazos.

—Cody esta muy bien.

—¿He?

—¿No me va a preguntar por él? Cody se ha vuelto todo un adolescente. Es tan lindo.

La maestra alza la ceja al escuchar la ultima frase.

—¿Disculpa?

—Lindo, lindo, lindo —canturrea—. Sabe el año pasado tenia razón y no me arrepiento de nada. Cruzare estos campos nevados para ir hacia él. Aun que me cueste la vida. Iremos al paraíso de Buda juntos. ¡Kuribotsubo! ¡Tú Genji esta aquí! —Se lanza con los brazos abiertos  hacia la mujer la cual solo lo empuja tímida y soltando un pequeño grito. El chico cae de espaldas en la cama —. No me arrepiento de nada…. Agrrrr fuuffff…

Se queda dormido nuevamente.

—¿Que le pasa? —la mujer queda con los ojos abiertos como platos y encogida cubriendo el pecho con su brazo.

—¿Que ocurre? ¿comenzó lo de Genji otra vez? —Nejima aparece tocando a dolorido el estomago y la cabeza— este chico se cree un príncipe de Heian. Debiste de verlo en la calle, recitando poemas a los que pasaban ¡Haaa! Me quiero acostar.

Setsuna solo suspira:

—Hazlo que quieras —dijo y se fue sin reprochar.

—Gracias Set-chan —agradeció el hermano pequeño y se derrumbo del cansancio al lado de Kido.

Esa noche Joe durmió tranquilamente sin preocupaciones, como no lo habia hecho desde que su hermano regreso. Habiendo olvidado por completo que su Omiai se llevaría acabo mañana por la mañana.

 

Continuara....

Notas finales:

Bien eso fue todo por ahora.

Respecto a la frace que dice Joe, eso del amor, los pecados y Asura. Es un fragmento del ya mencionado, antes, Genji monogatari. En ese sentido la frace se refiere a que aun que un amor sea visto como proibido por los otros, o que no deberia de ser. Aun que fuera condenado mas de una vez por ello, renaceria de nuevo como esclavo de sus paciones, amando sin arrepentimiento una vez mas a aquel amor que se cree roibido, si eso lo hace feliz.

Bueno eso es todo por el momento. Nos vemos n.n   


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