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Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Primero me disculpo por el tremendo retrazo. Pero me a suguido un pendiente ultimamente y habia tenido que dejar todo de lado.

Asi que lento pero seguro fui haciendo este capitulo.

Espero que les guste n.n

Capitulo veintiuno: Omiai

 

Takeshi Nejima despierta fulminado por la luz que se colaba otra vez de la cortina de la ventana. La cabeza le dolía y la boca le sabia a vomito. Incómodo solo jalo la sabana con la que estaba  tapado hasta el hombro y se giro al lado contrario de su cama.

—Ummm…

Escucho medio despierto y estiro la mano, sintiendo un bulto, pero no era la delicada figura de Mizuho lo que estaba a su lado. No. Era algo mas cuadrado y pesado. Abrió los ojos lentamente solo para encontrar a Kido dormido y sonriente a su lado.

—¡Waaa! —grito.

Joe por su parte se levanto espantado, se acomodo las gafas y pregunto asustado.

—¡¿Que?! ¡¿Que?! ¡¿Paso algo?! ¡Que ocurre?! —pregunta entre medio dormido y sorprendido, se rasca la cabeza tratando de despabilarse mientras observa a Nejima encogido en una esquina cubriéndose hasta la cabeza con la sabana, solo asomando la cara blanca de espanto y balanceándose de atrás hacia adelante. —¿Que haces hasta allí?

—Ki-ki-kido —Takeshi tiembla en su lugar—. Nu-nunca creí que fueras capas de hacer algo así. No lo creí de ti.

—¿Ah?

—Todo fue arte de tu plan ¿no es así? Me dijiste todas esa cosas lindas ¡Solo me  emborrachaste y te aprovechaste de mi?

—¡¿Que disparates  estas diciendo?!

—Ahora ya no podré casarme — dramatizo el de cabello negro.

—¡Torpe! ¡¿Por que haría algo así?! ¡Yo ya tengo a Cody!

 

Y acto seguido Nejima se revisa por todas partes, buscándose. Bueno, no le dolía el trasero, si que podía asegurar que su castidad no habia sido profanada. Se toca el pecho y suelta un enorme suspiro de alivio.

—¡No seas exagerado! —regaño Kido a todo pulmón y le avienta una almohada.

—Esta bien. Esta bien. Es que ayer debiste de verte. Cuando estas ebrio te pones como loco. Te crees el príncipe Genji y te pusiste a recitar poemas a la gente en la calle. Ah, y te peleaste con un poste de luz… Ah, y casi te le avientas encima a mi hermana. Solo te faltaba hacer el bailecito del cultivador de arroz ¿y así no quieres que uno se preocupe por sus virtudes?

—¡¿Y de quien crees que fue la culpa de que me pusieras así?! ¡He! —acusa el de pelo azul mientras se lleva una mano a la cabeza. Gracias a la luz del sol comenzaba a sentir como si tuviera un taladro dentro de la cabeza.

—Tú te lo tomaste por gusto. Y debiste de verte que ganas tenias ayer.

—¡Cállate! No me siento bien —hora tenia escalofrío. Se acostó de nuevo y se hizo bolita.

—Bienvenido al club de los adultos — Nejima sonrío. Tenia que admitir que Kido era duro. Con todo el alcohol que bebió ayer, cualquier novato ya estaría sacando los intestinos por la boca ahora.

—Uggg…. —Kido palideció, quería dormirse de nuevo.

Por su lado Nejima se levanto de la cama, iría a la cocina por una buena taza de café negro cargado, nada mejor para la resaca. Ademas no quería ver a Kido perecer en su cama.

Apenas dio unos cuantos pasos en la habitación, cuando choco contra el maletín que traía cargando Joe anoche. Habiéndolo pateado —y si que dolió— salieron volando los papeles que contenía junto a una foto de una chica. Nejima la tomo del piso y leyó.

—Oye Kido ¿que es esto? —su amigo no contesto. Takeshi le dio una hojeada  a todos los documentos y le dijo—. Baya, hablabas enserio ayer cuando me dijiste que tenias un Omiai hoy.

—¡El Omiai! —Kido se levanta de golpee— ¿A que horas son?

—¿Que? Son como las once o algo así.

—¡¿Las once?! —y con todo el cuerpo tiritando se levanto como pudo.

—¿Que pasa?

—Préstame tu regadera y también algo de ropa.

—¿He? Si claro.

—¡Se me hará tarde!

Inmediatamente Kido entro en el baño y comenzó a bañarse, arreglarse.

Nejima solo pudo seguirlo.

Y mientras el primero se enjabonaba como podía, con un zumbido terrible en los oídos y un dolor de cabeza horrendo. Nejima se quedo del otro lado de la puerta recargado en la pared mientras terminaba de leer todos los documentos de aquella chica.

Termino y soltó un largo silbido:

—Vaya con esta chica. Es todo un partido. Ella si que es una Yamato Nadeshiko. Oye Kido que piensas hacer.

—Como ¿que? —respondió el chico de cabello azulado desde el otro lado de la puerta semi traslúcida de la ducha y el baño —. Le diré la verdad.

¡al Diablo la formalidad! No se iba a esperar tres malas e incomodas citas para decirle a Murasakibara que se buscara a otro —. Iré, la mirare y le diré….

—¡Me gusta el arroz con popote! —interrumpe Nejima—. Jugar a los espadasos, morder la almohada, jugar para el otro equipo. Tú me entiendes ¿No? —truena la boca y guiña el ojo.

—¡No por supuesto que no! —Joe asoma la cabeza mojado, frunciendo el ceño. Por lo menos no lo haría de esa manera—. Mejor dame la toalla.

Y después se fueron corriendo al cuarto del de cabello negro.

—¿No tienes nada normal que pueda ponerme? —Kido tira prenda tras prenda en el desordenado closed de su amigo.

—Oye mi ropa es genial. Es de la ultima moda y me la compre yo con mi dinero. Puro buen gusto de Harajuku.

—Si. Si como sea.

—Oye ¿y le dijiste a Cody sobre esto?

Kido se quedo quieto un segundo:

—Si.

Nejima se sorprendió:

—¿Y que te dijo?

—Que confiaba mucho en mi, para que arreglara esto a nuestra manera… ¡Y eso pienso hacer! —escogió un par de prendas.

Durante todo este tiempo Setsuna Takaya se habia quedado acostada en su cama, solo escuchando a los ruidosos correteos de ese par de escandalosos. Cuando se digno a levantarse, lo hizo entre suspiros. Salió de su habitación y lo único que alcanzo a ver fue a Kido corriendo hacia la puerta, con  Takeshi detrás de él.

Se despidieron rápidamente y el chico de gafas se fue corriendo.

—¿Takeshi? Espero que ahora me des una explicación respecto a lo que paso ayer. De repente llamaste a la casa y dijiste que no volverías y que no te buscáramos. Y después llegas en la noche borracho.

Takeshi agacha la cabeza y sonríe  débilmente:

—Hey setsuna, yo…

—¿Que ocurre? —la mujer comienza a preocuparse, su hermano nunca la llamaba por su nombre completo a menos que sea algo grave.

—Sabes —el chico alza la mirada—. Tengo que contarte algo. Te acuerdas de Mizuho…

—Torpe. Tú sabes que siempre puedes confiar en mi.

Se acerco y lo abraza.

Esa mañana hablaron como no lo habían hecho hace años.

 

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Shuu miro su reloj. Trono la boca y camino de un lado a otro; ¿donde demonios se habia metido, Joe? Ya tenia un retraso de mas de una hora. ¡Ha!, ¡Pero cuando lo vea lo va a escuchar! Al menos le habia dicho el nombre del restaurante en el que se llevaría a cabo la cita. Tenia que llegar, no se lo habia dejado de otra.

Miro de nuevo el reloj, ya estaba mas que desesperado.

Y entonces lo escucho, el sonido de una persona corriendo.

—¡¿Donde estabas?! —grito al ver  a su hermano— ¿que tres puesto?

En cuanto Joe llego paro en seco y se ruborizo de vergüenza. La ropa que le habia prestado Nejima era muy vergonzosa.  Empezando por esos pantalones vaqueros negros hasta la cadera y esa playera pegadita que apenas le cubría el ombligo. Sin olvidar que su peinado no le ayudaba nada, iba todo despenado, aun con el cabello húmedo solo se lo amarro en una pequeña coleta mientras que el resto de enfrente parecían tiritas. ¡dios! Se sentia desnudo sin sus pantalones y camisa de vestir!

Eso no era lo importante ahora.

—Te dije que fui con un amigo —contesto en seco el menor.

—¿Toda la noche? Pa-pareces un anfitrión de club nudista para mujeres —Shuu se le acerca descontento— .¿A que hueles? ¿Bebiste alcohol?

—D-deja ya de regañarme. Terminamos con esto —adelanto un paso.

—No quiero que digas o hagas algo innecesario, yo seré quien hable —advirtió el mayor y se fue tras su hermano.

Mientras tanto dentro del restaurante algo parecido les sucedía a los Murasakibara.

—Escucha, Shizuka. Tu sabes que hacemos esto por tu bien. Ya tienes veinticinco y aun no te haz casado. ¿Que será de ti si no lo haces ahora? Lo importante es que te cases y dejes el trabajo, una mujer no esta hecha para ser medico.

—Pero padre —intento objetar ella.

—¡Pero nada! Te comportaras como una mujer debería y te quedaras  callada. Hablaras un poco con el hijo de Kido y prepararemos las cosas en cuanto se cumpla el plazo de citas.

La mujer agacho la mirada y apretó la falda del kimono morado que traía puesto.

¿Por que? ¿Porque habia nacido mujer en esa familia? Ella sabia que nunca habia sido lo que padre espero, siendo la menor de cuatro hijos y la única mujer.

Siempre habia sido menospreciada por su padre. Por ello intento dar  siempre lo mejor de si en todo lo que hacia o se proponía. Pero lo único que consiguió fue fueron los reproches e insultos de los hombres de su familia. Su madre tampoco era  de mucha ayuda, de ella siempre escuchaba “Porque tú eres una mujer” “Deja de hacer eso, arruinara tu postura” “Dedicate a cosas mas femeninas”  Solo fue por ella que estudio caligrafía y arreglo floral.

Y a pesar de haberse graduado de la universidad con las mejores calificaciones y honores, a pesar de tener un buen trabajo en uno de los mejores hospitales de la ciudad. Ahora le pedían que saliera con un completo desconocido y por si fuera poco que aceptara un matrimonio con esa persona.

Sus hermanos eran mas libres que ella, por que ellos no eran tan presionados.

Chillo la boca.

—Shizuka compórtate —regaño su padre por lo bajo—. Aquí viene Kido.

Ella no puede mas que bajar la mirada.

 

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Mientras tanto el pequeño Cody rodaba de un lado al otro en su cama abrazando un almohada, frotando sus piernas una contra otra, nervioso.

—¿Que estaría haciendo ahora? —se dijo en voz alta y se rodó de nuevo—. Tengo que calmarme, pero…

Recuerda la foto de aquella mujer. E invadido por una especie de miedo y por impulso saco su celular del bolsillo y presionó el marcado rápido.

—¿Que estoy haciendo? Le dije que seria bueno y que confiaría en él. No debería porque sentirme así —colgó el teléfono.

—¡Cody!

Su madre le llama desde la sala pero el niño no contesta, no esta de animo. Fumiko lo intenta de nuevo, esta vez mas firme:

— ¡Cody! ¡Cody!

El castaño comenzó a enojarse. Es que ella no podía callarse, él ya tenia sus propios problemas ahora.

—¡Déjame en paz! —piensa con firmeza. Probablemente su madre lo llamaba para hacer un encargo, uno de esos que ella podía bien hacer por si sola.

—¡Cody! ¿no me escuchas?! ¡Ven aquí ahora mismo! —grita la señora Hida sin paciencia.

Cody por su lado se levanta de mala gana, aprieta la almohada e incluso dudo en ir, pensando que era mejor encerrarse en su habitaron.

Suspiro e intento calmarse, seguir los consejos que le dio su querido senpai para manejar esa maraña de sensaciones desagradables.

Salió.

—¿Que… ocurre? —pregunto a la mujer.

Ella lo mira disgustado. Se habia tardado demasiado haciendo quien sabe que cosas en su habitación.

Contesto seca:

—Quiero que vallas a hacerme un mandado. Ve a la tienda de los Inowe y compra unas cosas.

El niño nota el tono y contesta:

—Puedes ir tú. Yo no quiero ir –no se sentia bien, no quería hacer nada, quería ir a su cuarto y encerrarse, acostarse hasta que Joe le llamara.

—¿Me estas contestando? No fue una sugerencia ¡Ve ahora!

—Pero…

—¡Ve ahora!

Esta vez el ceño fruncido y la exaltada voz de Fumiko lo convenció de mala gana, de tomar la lista, el dinero e irse.

No obstante el ambiente era sumamente tenso, desde la mirada, las voces, la entrega del dinero y la lista que parecía mas un arrebato.

Fumiko no entendía  ¿adonde habia quedado su lindo, maduro y sobre todo respetuoso y amable hijo? Este adolescente contestón no le agradaba. Diciéndole cosas raras.

“ A mi no me gustan las niñas”

Estupideces, eso era lo que le habia dicho ¿quien le habia metido semejante idea erróneas en la cabeza? Mas sin embargo no habia pedido mas explicaciones, no quería tocar el tema “¡Eran solo cosas de niños!” Se repetía “Son solo cosas de niños… de esas que se van con el tiempo ¿verdad?”

 

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Y en el restaurante las cosas no iban precisamente como se habia planeado.

De un lado de la mesa los Murasakibara —padre e hija— el primero se notaba molesto, el futuro prometido no paraba de evadir la conversación. Mientras que la hija agachaba la mirada incomoda, uno de los chicos la miraba con expresión asesina.

Por el otro lado de la mesa los hermanos Kido no paraban de hacer indirectas ante el desacuerdo que tenían. El menor aun con resaca, por momento hacia gestos raros como si fuera una especie de delincuente juvenil, si que habia dado una pésima impresión.

El mayor por su lado…. bueno, esquivaba la realidad de lo que ocurría en esa mesa.

—Aun que no lo parezca —dijo—. Es un buen estudiante de medicina.

El nakoudo o intermediario en todo este momento, sentado en medio de las dos familias, solo se habia quedado callado. Ese hombre regordete y con cara de topo dientón, solo desviaba su mirada de un lado al otro. No era  un pésimo intermediario, pero sabia que cuando no funcionaban las cosas, era por que no funcionaban. Quería terminar con esto y que le pagaran su dinero.

—Señor Yamaguchi —lo llamo irritado Murasakibara padre—. Haga algo.

El intermediario carraspeo. No quería meterse mas en esto que evidentemente no tenia futuro. Aun tenia que aguantar.

Dio un par de aplausos, intento dispersar la algidez del momento y dijo frotando las manos:

—Vamos, vamos. Todos tranquilícense. Empecemos de nuevo. Joven Kido preséntese.

—El es mi hermano menor —Shuu se adelanta—. Se llama Joe, aun esta estudiando pero le aseguró que…

—Eso a mi no me interesa —suelta Murasakibara padre— ¡Yo estoy aquí pensando en el futuro de mi hija y de repente… !

—¡Padre por favor!

—¡Shizuka guarda silencio los hombres están hablando! —grita haciendo que su hija se encoja en su lugar con expresión dolorosa.

—No tiene por que hablarle así —contesta Joe tocándose la cabeza fastidiado.

—Tú guarda silencio —su hermano reprende.

—¡Exijo que me de una explicación ahora mismo! —el padre habia perdido la paciencia —¡Yamaguchi-nokoudo!

—Ya, ya. Tranquilícese Murasakibara-san. Porque no hablamos con calma en otro lugar —dijo en cuanto vio que la gente de las otros meces volteaba a verlos.

Saco un pañuelo del bolsillo de su chaqueta, se limpio el sudor de la frente y se levanto —. Vamos un minuto al jardín de atrás.

Murasakibara padre no dijo nada azotando la servilleta que tenia en el regazo, fue el primero en salir.

Shuu por su parte trono la boca y advirtió a su hermano menor.

—No se te ocurra irte o decirle algo innecesario a ella.

Salió detrás del padre de Shizuka mientras su hermano le desviaba la mirada ¡Maldición su plan estaba fallando!

 

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Cody bajo a la tienda de los Inowe y entro. Tomo la canasta y comenzó a meter en ella las cosas que su madre habia escrito en la lista de los estantes. Aun seguía de mal humor, y quizás fue por eso que tomo los fideos gruesos que odiaba su madre a los delgados de al lado. Una venganza bastante tonta e infantil, pero él no lo pensó de esa manera. No podía pensar en nada. En su lugar era “¿Que estará haciendo Joe?” ¿y  si esa tal Murasakibara era de esas mujeres que parecían buenas, pero que en realidad eran lobas y abusaba de su senpai?” Con lo ingenuo que era Joe de seguro caería en su trampa. ¡No! ¡Él no haría eso! ¡No lo engañaría!

Tenia que tranquilizarse, tranquilizarse.

“Confianza ante todo” se repetía. Es decir Joe, confiaba mucho en él. ¿No era así? Por eso su senpai no le reclamaba a lo gritaba cuando él, llegaba a recogerlo aveces a la escuela y veía una de esas penosa escenas en la que una chica trataba de coquetearle o darle una carta.

Claro que Joe si lo celaba, pero era discreto es decir, hacia cosas como lo del festival. Se limitaba a llevárselo y decir con una sonrisa gentil “No soy su hermano”. A comparación suya que si era bastante celoso o algo así. Porque él si que le reclamaba o preguntaba quien era aquel o aquella en la que Joe aparecí en fotos escolares “Son solo mis amigos o compañeros de la Universidad” le respondía Joe para tranquilizarlo.

No podía mas, quería ir a ese restaurante y quizás ir en contra de su naturaleza tranquila y hacer una tontería.

Estaba frustrado y molesto consigo mismo por decir que fuera. Y ahora, para amargarle mas la situación, no alcanzaba la estúpida salsa de soya que estaba en la repisa de arriba. Una cosa que no tenia que ver con la otra, pero estaba de muy mal humor.

Por fin logro tomar la soya y fue a pagar.

—¡Hola Cody! ¡¿Como estas?! —pregunto Yolei que estaba en el mostrados. Hoy estaba sola.

El niño por su lado no contesto. No quería ser descortés con la chica solo por su mal temperamento del día.

Inowe se le quedo mirando esperando el regreso del saludo, al no escucharlo comenzó a inflar las mejillas encaprichada.

Él dijo apenas con un hilo de voz:

—Bien —desvío la mirada un segundo—. Por favor podríais darme mis cosas.

—¡Ha! Si como quieras —ahora Yolei estaba molesta y comenzó a cobrar.

Cody para evitar una escena y molestarse con la chica, pregunto:

—¿Y Ken? ¿No esta contigo hoy?

—No. Él no esta, se esta ocupando de un nuevo trabajo. Pero no a de tardar —contesto ella mas tranquila y mostrando una ligera sonrisa.

Hablar de Ken siempre ponía de buen humor a Yolei.

—¿Un nuevo trabajo?

—Si. ¡Oh!  ¡Mira ahí bien! —ella señalo a la ventana.

Ambos miraron cuando Ichijouji regresaba conduciendo una motoneta de entregas   “I Mark Odaiba” se leía en uno de los costados y en el casco del chico.

Ken se estaciono y entro a la tienda:

—¡Ha! Hola Cody.

—Hola.

—¿Como fueron las entregas? —pregunto la chica corriendo hacia su novio.

—Bien —se quita el casco mostrando el cabello despeinado un mechón de cabello se le habia levantado igual que una pequeña cresta—. Aun que aun tengo problemas con las velocidades de la motoneta.

—¿En serio? Debes de tener cuidado —Yolei le miraba con una sonrisa, le parecía encantador el mechón de su novio, y por lo mismo no le iba a decir que estaba todo lindo y despeinado.

Cody miraba a la pareja, reír y coquetearse.

—¡Hey chicos! —llamo.

Quizás se los iba a preguntar por que a ellos les tenia mucha confianza.

La pareja volteo a mirarlo.

El niño pregunto:

—¿Creen que un Omiai funcione de verdad?

Ichijouji e Inowe se miraron. La pregunta parecía no tener razón.

—Bueno yo creo —Ken fue el primero en dar su opinión—. Que tal vez si. Si esas dos personas encuentran algo en común. Puede que se gusten.

 

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Se habían quedado solos en la mesa. Él picaba con un tenedor su ensalada, los pequeños tomatitos rojos le recordaban a Cody, por que a su niño no le gustaban y él siempre terminaba comiéndoselos.

Su niño… que estaría haciendo…

Alzo su mirada y vio Murasakibara, ella también picaba su comida acongojada. Al darse cuenta ella suelta el tenedor y se sienta derecha.

—L-lo siento —se nota nerviosa—. Te incomodo mucho.

—¿He? No, no en lo absoluto.

—Ah… sabes yo… bueno… no soy Buena para esto… quiero decir….

—Tranquila. No creo que tu padre o mi hermano puedan oírnos.

—Sobre eso… siento la manera en la que mi padre se a comportado.

—No te preocupes. Mi familia también es difícil aveces.

—Ya veo. —Shizuka comienza a relajarse. A pesar de la manera en la que el chico la miraba en un principio como un bandalo, ya no le parecía mala persona—. Esto es un error.

—¿He?

—Es mi culpa por siempre hacer todo lo que mi padre me ordena. Me dijo que fuera una buena hija, que me quedara callada y no molestara y así lo hice. Me dijo que tenia que estudiar en las mejores escuelas y graduarme de ella solo para guardar las apariencias, aun que fuera una mujer y no fuera inteligente, aguantándome todos sus desprecios y así lo hice, quedándome callada. Pero, ahora me pide que me case y yo… yo no quiero hacerlo.

—Pues si ese es el caso. No te fuerces  hacer algo que no deseas.

—Que no lo haga.

—Así es. Yo te entiendo muy bien. A mi tampoco me la han dejado fácil en mi familia. Antes pensaba que como era el menor tenia que esforzarme mas que mis hermanos, tratar de no decepcionar a mi padre y siempre hacer todo de la manera correcta. Incluso me dijeron que abandonara mi sueño de ser doctor por que no era un chico fuerte— dice con seriedad—. Se que soy diferente a mis hermanos, mas de lo que a ellos les pueda gustar pero, eso esta bien. Yo soy yo. Sé que es lo que quiero y lo que me gusta y mientras sepa esas dos cosas seguiré adelante. Siempre e creído que uno escoge lo que quiere y lo que desea hacer —el chico le ve comprensivo.

—Si. Me gusta. Supongo que tienes razón —ella sonríe tímida.

Quizás su padre siempre la odiaría por ser un poco egoísta por primera vez en su vida. Por no quedarse callada y hacer lo que ella realmente quiere. Quizás sus hermanos la despreciarían, por que a pesar de ser una mujer es mejor que ellos en el campo de la medicina. La sociedad la vería mal por preferir su vocación a una familia a su edad y aun que sabia que aun que tuviera un puesto mas alto que sus compañeros varones, nunca podría ganar lo que ellos, a ella no le importaba. Por que sentia feliz de hacer lo que quería, por que sabia quien era ella  y eso era suficiente. Por lo mismo…

—Kido —se levanta y hace una pequeña reverencia—. Gracias pero…

—Tienes que disculparme —Joe se adelanta—. La verdad es que yo ya tengo pareja. Él es una persona buena y amable. Me gusta mucho, que digo gustar, la amo mucho. Así que seguir con esto…

—No entiendo —dice ella confundida.

—Este omiai no tiene sentido. Te lo digo en serio. Eres una mujer muy bonita y estoy seguro que eres fantástica, pero yo nunca me podré enamorar de ti. Te lo digo enserio yo ya tengo a alguien y no quiero que…

—Pero que estas diciendo… —Murasakibara no entendía. Tomo un leve respiro y dijo— . Yo soy la que debería de estarse disculpando, por dejar a tu hermano plantado durante nuestro Omiai

—¿Mi hermano?

—Así es. Mi cita era con Shuu Kido. Por ello no entiendo porque eres tú el que se esta disculpando.

—¿Que?

Su hermano le habia mentido. Claro ahora todo tenia sentido, Nejima se lo habia dicho en la mañana, que todo esto era muy extraño. Que si en realidad todo esto iba en serio ya se hubiera dado cuenta todo mundo de su relación con Cody.

Pero ¿por que? ¿por que le habia mentido Shuu? ¿enserio era tanta su urgencia para que dejara a Cody? ¿así de mal pensaba de él?

Regresaron el señor Murasakibara, el intermediario y Shuu.

—¿Me engañaste? —Joe se acerco a su hermano— ¡Me engañaste! ¡¿Como pudiste hacerlo?! ¡Me voy de aquí!

—Espera un momento—Intento detenerlo Shuu tomándolo del hombro.

—¿Que esta pasando aquí? —Murasakibara padre suelta enojado.

—Padre —llama su hija—. Yo también me voy de aquí. Yo no me voy a casar. Podrás gritarme y regañarme cuanto quieras pero no voy a hacer algo que no quiero —Sonrío hace tanto tiempo que no se sentia tan libre. Y salió del restaurante.

—¡Shizuka! ¡Shizuka! ¡Shizuka, espera! —el padre va tras su hija.

Al mismo tiempo el menor de los hermanos Kido se suelta y se va del lugar del lugar. Y su hermano tras él.

—No entiendo lo que pasa aquí. Pero yo sabia que esto seria un desastre —el señor Yamaguchi se limpia el sudor de nuevo con su pañuelo. Todos entro del restaurante lo estaban mirando.

 

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Afuera del restaurante los hermanos Kido discuten.

—¡Aun no lo entiendo! ¡¿quieres explicármelo?! —pedía Joe a gritos sin poder convencerse de la treta en la que habia caído.

Pero Shuu no contesto, no sabe que decir.

El menor agrega:

—Esta cita era para ti ¿no es así? por eso fue que realmente regresaste a Tokio. Padre fue quien te la arreglo a ti no a mi. Pero dime algo.

—¡Así es! ¡Este Omiai era mío! ¡Pero tú lo necesitabas mas que yo!

—¡¿Que yo lo necesitaba mas?! —el menor no podía creerlo—. Sabes. Yo no fui el que se escapo de casa cuando supo que habia reprobado su examen a la Toudai, ni escapo a otra prefectura, ni siguió dependiendo de padre cuando entro a la universidad de medicina y termino cambiándose.

—Es mi vida —Bufo Shuu con la mirada agachada

—¡E-exacta! Por eso es que no lo entiendo. Shi-nisan se fue a una isla en Okinawa a ejercer medicina como lo deseaba, se caso con una residente y es feliz aun que padre se opuso al principio. Tú siempre quisiste irte lejos de padre, de Tokio para encontrarte a ti mismo y lo hiciste. Y yo encontré Buenos amigos, y una persona que me ama y que yo amo mucho. ¿Cual es problema? Cada quien se encargo de su vida. Yo me encargare de la mía. Así que tú hazte cargo de la tuya. Por que te aseguro que el que esta haciendo algo mal no soy yo.

Shuu se quedo callado. No era capas de contestar.

 

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—¿Cosas en común? —Cody pregunto al escuchar la respuesta de Ken. El niño se muestra nervioso e inseguro.

—Va-vamos. Hace falta mas que eso para formar una relación —Yolei interviene—. Haya otras cosas que también son importantes.

—¿Como que?

—Pues… —la chica piensa un momento— ¡Ya sé! Por ejemplo la química.

—¿química?

—Por supuesto. Por ejemplo aun que Ken y yo seamos diferentes, tenemos buena química.

—Yo diría mas que encontramos algo en el otro que no en otras personas —sonrío Ichijouji.

—¿No lo crees Cody? Al superior y a ti les paso algo parecido, supongo. De todas maneras yo no creo que un Omiai funcione. Casarte con alguien al que apenas consiste me parece algo imposible.

—Pero Yolei —menciono Ken—. No me habías dicho que tus padres se habían conocido por un Omiai que organizaron sus amigos.

—Ah, pero eso es diferente. Mis padres están unidos por el hilo rojo del destino —la chica extiende su meñique—. Tú sabes. Nosotros también estamos unidos por el mismo hilo.

Se abraza a él.

—Claro. Claro —le responde el chico acariciando en su cabeza.

—Ha —exclamo Yolei— pero Cody, dime ¿conoces a alguien que valla tener un omiai?

—¡¿Que?! No ¡No! Solo tenia curiosidad. Perdonen, tengo que ir a dejar esto a casa —el niño toma la bolsa con comestibles y se marcha con mirada temblorosa.

—“¿Que es esto?” —pensó Inowe— "¿por que tengo este mal presentimiento de nuevo?”

 

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Cody tomo el ascensor y se recargo en el fondo.

—Joe… te extraño mucho —susurro temblando en su lugar.

Que raro, apenas lo habia visto ayer y sin embargo ahora le parecía que Joe estaba muy lejos y que habia sido su culpa.

Quería que él lo abrazara, quería que le dijera que lo quería a él y solo a él.

Se sentia solo.

¿Porque se sentia solo? Su querido senpai solo iba a ir a esa cita y despecharía a esa mujer. Pero de solo pensar que estaba con otra persona era tan descorazonador.

Tenia que confiar en Joe. Ser un chico fuerte. Si él se enteraba que estaba llorando por algo tan tonto como eso, Joe se enfadaría con él y entonces si estaría solo.

—Joe… tonto... tonto… —el niño se limpio la cara llena de lagrimas con la manga de la camisa.

Y entonces su celular comienza a sonar.

Cody saca el teléfono de su bolsillo, mira el identificador, aspiro profundo y se termino de limpiar la cara.

—Hola —contesto tratando de que su voz no suene nasal y quebrada.

—¿Que te pasa? ¡¿te ocurrió algo?! ¡¿Estas bien?! —escucho la voz de Joe por el otro lado.

—Si.

—Que bueno. Estaba asustado de que te hubiera pasado algo.

—Y… la cita —el niño solo decía unas pocas palabras algo robotico, habia que sonar controlado.

—Se termino. Te dije que trataría de terminarla pronto.

—P-pense que ya no me llamarías —no aguanto mas y comienza a sollozar.

—Claro que no ¿porque dices eso? No llores —Kido trata de consolarlo preocupado—. No paso nada te lo juro. Ella tampoco quiso el matrimonio. A ella igual la estaban obligando, incluso ella se fue primero del restaurante que yo. Tú sabes que yo te quiero mucho. Po favor no llores. No dijiste que confiabas en mi para resolver esto a nuestra manera.

—¡Tonto! ¡Tonto! ¡Tonto! Te extrañe mucho.

—Yo también te extraño mucho.

Quiero verte.

—Pero ahora ya es muy tarde. Si fuera ahora llegaría muy tarde. No puedo ir.

—Quiero verte —pidió de nuevo al castaño.

—Entiendo. Pero no podré verte hasta el sábado.

—¿Porque?

—La escuela. Te había dicho que tenia exámenes.

—No quiero.

—Lo sé. Cálmate. No pasa nada. Puedes llamarme todos los días. Pero no puedo verte hasta el sábado.

El niño no paraba de sollozar por el teléfono. El mayor se sentia mal, no le gustaba saber que Cody estaba llorando.

—Por favor. Entiende —pidió el mayor—. Tú sabes que te amo mi principito. El sábado te veré a primera hora. Saldremos los dos. Iremos a donde tú quieras y aremos lo que desees. Pero se paciente. No llores por favor. Si lloras yo… yo… no.. —su voz empezó a flaquear.

—Esta bien —el niño acepto por fin después de oír la suplica de su senpai. Ademas, el ascensor habia llegado a su destino y no quería que su madre le dijera algo por llorar al teléfono.

Camino hacia el departamento mientras dice tratando de sonar mas dadivoso —. En serio ¿iremos a donde quiera?

—Si.

—Pu-puedes hablar conmigo hasta que sea hora de cenar.

—Claro —respondió Joe mas tranquilo, a pesar  de que faltaban horas para eso. Aun así no le desagradaba la idea.

—¡Ha! Si —abre la puerta de su casa y en seguida deja las cosas en la mesa—. Te estaré esperando el sábado. ¿nos vemos en la estación de Odaiba? Si.

La madre desde la sala voltea a ver a su hijo que hablaba por el celular.

—Cody ¿con quien hablas? ¿Vas a salir? Aun no me pides permiso —se pone a la defensiva.

—¿Ah? —Cody se percata, piensa un segundo y tapa el celular—. Si.

—¿Con quien?

—Con… con Suzumiya. Saldré con ella.

—Solos.

—Ah… si —el niño desvía la mirada. Sabia que si no me dijera eso su madre no le permitiría salir.

Fumiko por su parte sonrío. Su cara se ilumino:

—Entonces hijo ve. ¡Ve! ¿necesitas dinero? ¿quieres que les haga el almuerzo?

—No. Voy a mi habitación.

—Claro. Claro —la mujer no cabía de felicidad—. Aun tienes cosas que planear con ella. No te preocupes no te molestare.

El niño se fue a su habitación.

Fumiko se levanto y fue a la cocina a preparar la cena, tarareando de felicidad. Cuando el abuelo llego casa.

—Fumiko he regresado.

—Claro, papá. La cena estar en un instante.

—Vaya. Si que estas contenta. Paso algo bueno.

—Claro. Cody saldrá con Suzu-chan. Yo sabia que solo era cuestión de tiempo.

—¿Que saldrá con ella? —pregunto sorprendido el hombre—. No te abras equivocado.

—Claro que no. Él mismo me lo dijo.

—Ya veo. Pensé que hablarías con él cuando te dijo que a él no le gustaban las…

—¡Eso ya no importa! —ella interrumpe seria—. Él saldrá con una niña y todo estará bien.

El abuelo solo suspiro:

—Haya Fumiko que ingenua eres. No deberías de cantar victoria tan rápido. Te puedes arrepentir de no querer escuchar.

Mas sin embargo la mujer no dijo nada y siguió preparando la cena.

 

Continuara...

Notas finales:

Aviso importante

Por cuestiones de fuerza mayor, o sea aquel pendiente de principio de notas.

Nuestro deseo de crecer nii gaki.  Capitulo veintidos: Love Suite.

No sera subido, si no hasta el 20 de Noviembre del presente año.

Lamento cualquier inconveniente que pueda causar a ustedes mis valiosos lectores u.u como siempre solo pido su paciencia.

Bueno asi nos despedimos hasta Noviembre.

Gracias por su tiempo y comentarios.

¡Hasta luego n.n!


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