Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

[Reviews - 65]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 ¡Hola a todos!

Ya estoy de regreso como se los prometi. Aun que la verdad aun no termino del todo aquel pendiente n.nU

Pero bueno. Esa es la misma rzon por la que este episodio tube que partirlo a la midad.

Pero no se preocupen. La entrega mensual, ya no sera retrasada de nuevo. 

En fin disfruten del capitulo n.n

Capitulo veintidós: Love suite parte uno

 

Ya era la ultima hora de clases, ese día sábado.

El maestro de educación física no habia ido, así que todos tenían la hora libre.

Cody estaba reunido con sus compañeras.

—Ahora dale la vuelta —Ayami indico—. No, al otro lado. Se te va a enredar.

—A-asi.

—No. Préstamelo. —Usami quita el pequeño objeto de las manos del chico—. Es mas fácil así.

Kouka con su mirada siempre adormilada no decía nada, era divertido ver a las otras dos peleándose por como debía de hacerlo Hida.

—Puedo intentarlo —Cody trataba de tomar de nuevo el objeto en cuestión.

—Ummm… —Suzumiya también estaba allí—. ¿en serio lo hiciste todo esta semana?

—Ah, si. Quiero dárselo hoy.

—Hida es todo un romántico —suspira Kouka.

—Préstamelo —Ayami arrebata de las manos de Usami, quien le contesta:

—No. Ya casi termino. Solo hay que anudarlo. ¡Se va a deshacer!

—Puedo hacerlo yo? Solo díganme como.

Entonces Ayami y Usami rodearon al chico y comenzaron a gritarle como debería de hacerlo y terminar su regalo. El castaño por su parte trataba de seguir las indicaciones, ya que una de decía que lo hiciera de cierta forma y la otra la contradecía.

—¡Ya déjenlo! —Suzumiya pidió.

—Esto es muy divertido —expresa Kouka sonriendo

—No lo es. Ya dejen eso —Hitomiko pide de nuevo tratando de meterse entre las otras dos.

—¡Ya esta, termine! —canta victorioso el chico—. Lo guardare en mi bolsillo.

—¿He? ¿no me lo vas a enseñar? —se quejo Suzumiya.

—Pensé que creías que era una tontería— Kouka la interrumpe.

—Yo no dije que era una tontería.

—Cierto. Dijiste que era una cursilada.

Las otras tres chicas comienzan a reír.

—¡No es cierto! No les creas, Hida.

 —Esta bien —fuerza una sonrisa el castaño, las chicas son complicadas.

—Eso me huele mas a celos —Kouka comenta descuidada.

—¡No! ¡claro que no! —niega Hitomiko de inmediato—Yo por que estaría celosa de un chicoca como esa.

—¿Chico? —AyamI pregunta, pero era mas para molestar a Suzumiya.

—¡Dije chica! ¡Chica! Ahi esta. Distorsionan mis palabras de nuevo.

—Ya cálmate —Usami intervino.

—Yo no estoy celosa de nadie —reitera la castaña.

Y entonces suena la campana que da fin a las clases.

—¡Ha! Chicas lo siento —llama la atención Cody mientras se levanta y toma su mochila —. Quede de verme con ella en una hora. Tengo que irme ya.

—¡Suerte! —Kouka, Usami, y Ayami se despiden y hasta le guiñaron un ojo.

—Suerte, Hida— también se despidió Suzumiya con un ligero puchero.

—No vemos el Lunes —dijo Cody que salió corriendo. Habia esperado toda la semana. Tanto que habia olvidado un pequeño detalle.

En cuanto llego a casa, corrió  a su habitación y a su armario.

Pantalones café y camisa de vestir violeta habían sido las prendas elegidas.

Tomo una pequeña mochila que tenia preparada desde la noche anterior, y por supuesto, guardo en el  bolsillo de su pantalón el valioso objeto que sus compañeras ayudaron a hacer. Salió de su habitación.

—Cody —lo llamo su madre desde la sala—. Ven aquí un momento.

El niño así lo hace.

—¿Que ocurre, madre?

—Mira. Llévate este dinero —hace que extienda la mano y le da unos cuantos billetes y unas monedas.

—No tienes porque hacerlo. Ya me habías dado mi mesada —objeto el pequeño y trata de devolverlo.

—No. No —la madre se lo da de nuevo—. Tendrás una cita con una niña. Ya versa te será útil. Cómprale algo bonito a Suzu-chan. A las mujeres nos gustan esas cosas —sonríe amplio.

—Pero madre… —el niño sentia culpa.

—Pero nada. Anda vete. Se te hará tarde.

—Si —Cody agacha la mirada.

—Regresa temprano. A las ocho y media te quiero aquí a mas tardar.

—Si.

Asintió el menor y se marcho.

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

Joe esperaba algo inquieto cerca de la estación del metro Odaiba. Cerca de la puerta de un centro comercial.

Miro su reloj. Habia llegado cinco minutos antes para no hacer esperar a Cody.

—No debe de tardar —dijo en voz alta acomodándose la correa de la mochila de corea cruzada que traía consigo.

Estaba un poco nervioso. No se habían visto en toda la semana desde el incidente de Omiai, y aun que Cody hablaba por teléfono con él todos los días, este no dejaba de expresarle su preocupación.

—¡Joe! ¡Joe! —el castaño corría hacia su senpai en cuanto lo reconoció entre la multitud —¡Joe!

Una vez frente a frente el mayor sonrió:

—Llegaste  tiempo. Dime ¿que quieres hacer?

Pero Cody no dijo nada, en cuanto vio al mayor se lanzo a abrazarlo fuertemente.

—Te extrañe mucho –dijo sin romper el abrazo.

—Yo también —contesto Kido y abrazo con la izquierda mientras le palmeaba la cabeza con la derecha —. Pero ya estoy aquí. Vamos a divertirnos. Pero Hida no rompía el abrazo —Anda vamos ¿si?

—Si.

Tardo unos segundos mas, pero al final entraron al centro comercial.

Primero, fueron a ver una película, aquella de estreno y relacionada con la serie de mechas y aventuras que veían ambos. Fue buena, se rieron mucho y se emocionaron ante la nueva evolución especial de los protagonistas. Después de fueron a un restaurante de comida rápida, hamburguesas, papas fritas y malteadas fueron el menú del día. Aun que Joe se sentia un poco avergonzado, su presupuesto estab limitado y no podía consentirlo con algo mejor. Pero a Cody parecía no molestarle, comía aparentemente contento, balanceando las piernas mientras estaba sentado.

Luego de eso, como rico postre un helado de cono. El mayor de chocolate y el menor de vainilla.

Sin embargo, algo era diferente, mejor dicho algo se sentía diferente. En todo este tiempo la platica entre ambos era bastante limitada. Sin apartarse de lo que vieron de la película.

Terminaron sentados en una de esas bancas de descanso, que parecían barras en el primer piso. Cody miraba  detrás suyo a dos madres y sus pequeños, los dos últimos a dar pequeños saltos en su lugar para ver quien llegaba mas alto; mientras que las mujeres no paraban de parlotear.

Joe por el suyo, miraba a cuatro chicas a un lado suyo, revisaban fotos en su celulares o miraban lo que habia en sus bolsas de compras.

Y detrás de ambos otra pareja reía y platicaba dadivosa.

Pero ellos estaban muy silenciosos, demasiado.

Kido no entendía porque, era como si Cody lo esquivara. Lo que era bastante confuso porque lo primero que hizo al verlo fue abrazarlo cálidamente. Intento iniciar la platica:

—Ummm… sabes… Los exámenes que tuve fueron bastante difíciles. ¿has tenido exámenes últimamente?

—Lo sé. Me lo dijiste por teléfono, y no, también te habia dicho por teléfono.

—¡Ah! es verdad. Que distraído soy —el mayor coloca su mano tras la cabeza y fingió reír.

Hubo otro silencio.

—Joe… —llamo Cody agachando la mirada después de un rato.

—Si. Dime. ¿quieres algo? ¿quieres ir a otro lugar?

—No.

—¿Entonces?

—Dime… ella era linda.

—¡He! —Kido expresa—. Eso no importa— se muestra serio e incluso un poco enojado.

¿Por que su pequeño insistía en que le hablara de Murasakibara?. Era algo de lo que no quería hablar. Es que no se daba cuenta.

—Solo dime. Era bonita. Ella también es doctora así que tuvieron mucho de que hablar. Supongo que se llevaron bien.

—No. Ya te dije que no paso nada.

—¿Estas enojado?

—No. No lo estoy —Kido contesta como si fuera lo contrario.

—Si lo estas.

—¡Que no lo estoy! ¡¿Porque insistes en hablar de ello no quiero?!

—Ves. Como si estas enojado.

—No. Solo es que me desespera que quieras hablar  de eso. Probablemente nunca la vaya a ver de nuevo ¿es que no confías en mi?

—No. No es eso —el niño agacha la mirada, nunca habia visto a Joe de tan mal humor. Tenia un poco de miedo—. Solo no quiero que lo hagas de nuevo. Que salgas con otra persona.

—Cody —el mayor trata de calmarse, de entender al pequeño—. Eso no va a volver a pasar. No quiero que pienses en eso.

—Pero es que… tú fuiste.

—¡Ah! No habíamos quedado que así seria.

—Si. Pero no quería— Cody se muestra caprichoso. Le parecía algo obvio lo que dijo.

—Pero lo resolví ¿no es cierto? Ya todo eso paso, olvídalo —Kido busca la mirada del  castaño—. Te lo he dicho. Te amo. Nunca me fijaría en otra persona. Mucho menos en una mujer. Lo sabes —recorre con su mano el rostro de Cody, acaricia su cabello, su mejilla y por el ultimo levanta su cara por el mentón—, Me gustas. Me gustas mucho. Haría lo que fuera por ti.

—¿Lo que sea?

—Si.

—Entonces… —Hida desvía su mirada verde un segundo, ruboriza, lo mira de frente y pide—. Bésame aquí. Frente a todos.

Y así lo hizo el mayor. Fue un beso fugas en sus labios, apenas los habia tocado y aun así, detectaba la suavides de malvavisco con sabor a vainilla que tenia.

Al separarse Cody se ruboriza sorprendido, no esperaba que Joe fuera a hacerlo. ¡Ah! habia sentido un cosquilleo en todo el cuerpo.

—Ya lo ves —Kido le hablaba en voz baja y acaricia su cabello —. Haría lo que fuera por ti ¿me crees ahora?

El niño asienta tímido. Eso le habia gustad mucho.

—Oye mamá —se escucha una vocecita de unos cuatro años— ¿que hacen esos dos onii-chan?

—¡¿He?!

La pareja se ruboriza.

—¿Que ocurre? —la madre pregunta—. Nada. Déjalos en paz.

Por supuesto esta, que no habia prestado la mas mínima atención a los dos chicos que estaban al lado suyo, entretenida en el cotilleo con su amiga que era mas interesante. Jalo a su hijo del brazo y volvió a lo suyo. Mientras el pequeño observaba curioso con un dedo en su boquita, como el  Onii-chan bajito tomar de la muñeca al Onii-chan alto, jalarlo y salir corriendo.

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

—No. Claro que no —Shuu se paseaba de un lado al otro en su habitación. Ya llevaba una hora al teléfono y seguía con lo mismo— . ¡No! Shin-nii san yo… bueno si pero… ¡No! ¡No es eso!

Mientras que del otro lado de la linea, el mayor de los tres hermanos Kido intentaba, bueno…

—Solo digo. Mira. Padre ya me hablo del incidente de Murasakibara. No esta enojado contigo. Es decir. Tuviste suerte y fue el señor Murasakibara quien se disculpo con padre, por la actitud de su hija y marcharse. Pero eso no quita que ofrecieras desesperadamente a Joe como sacrificio en tu lugar.

—¡No fue así! —Shuu niega—. Él lo necesitaba mas que yo.

—¡Ah! —exclamo Shin con cierto sarcasmo—. Y dime ¿por que necesitaría una boda?

—P-porque…

—No me dirás el motivo.

—Esta bien —Shuu estaba avergonzado, no quería decir la respuesta—. Porque nuestro hermano ya esta saliendo con alguien.

_¿En serio? —el mayor sonó alegre—. Esa si que es una sorpresa. Bueno entonces ¿cual es el problema? No veo porque tuviste que hacer todo aquello.

—Es que… no es una chica —el menor apretó los dientes a lo ultimo.

Hubo un pequeño silencio.

—Ya… —Shin por fin hablo—. Aun así no veo el motivo para…

—¡¿Como que no ves el motivo?! Joe esta saliendo con un….

—¡Bueno ya es suficiente! ¡Modera tu tono de voz! —Shin se torno serio—. Tú y yo siempre hemos sabido que Joe no iba a ser precisamente el tipo de chicos que iba a salir con una decena de mujeres. Y al  poco tiempo de irme a Okinawa tú y yo prometimos algo ¿recuerdas que es?

Shuu suspiro ahora era a él al que cuestionaban:

—Que siempre, pasara lo que pasara lo apoyaríamos.

—Así es. Dijimos que lo apoyaríamos.

—P-pero tú no entiendes. Créeme que si supieras con quien sale, no dirías eso.

—¿No crees que estas exagerando?

—No. Claro que no. Enserio tienes que verlo. Para ver lo… lo… raro que es todo esto.

—¿Te estas escuchando? ¿sabes lo obstinado y absurdo que te escuchas?

—No es así.

—Mira. De mi parte si ello se quieren estab bien. Les daré mi apoyó. Tú deberías de hacer lo mismo —aconseja el mayor—. No crees que es momento de dejar de cuidar tanto a Joe. Él ya es un hombre y ya es capaz de tomar sus propias decisiones. Tú has lo mismo.

—Yo no tengo que…

—Mira. Solo piénsalo ¿quieres?. Lo que tú hiciste no fue lo mas cuerdo. Acéptalo.. Lo de Murasakibara ya estaba planeado mucho antes de que fueras a Tokio la primera vez. No estas usando lo de Joe como una excusa.

—Te equivocas —Shuu niega de nuevo. Esta vez baja la cabeza y guarda silencio mientras aprieta el teléfono con fuerza

—Solo piénsalo ¿si?. Reflexiona.

Fue lo ultimo que Shin le dijo antes de colgar.

¡¿Que lo pensara?! ¿Que lo pensara?. Esa era la respuesta que le habia dado su hermano mayor. Shuu admitía que esa no era la respuesta que él no quería escuchar.

Quizás debió ir directo y decir: “Nuestro hermano de diecinueve años esta saliendo con un chico de secundaria”

¡Ha! Quien sabe. Tal vez Shin le diría un: “Tú ya tenias novia  cuando estabas en la secundaria” “Sabes que Joe nunca se aprovecharía o lastimaría a alguien”

Claro que sabia y también sabia que ya fuera a los catorce o a los diecinueve se tenia la hormona alborotada y se hacían estupideces.

¡Pamplinas! ¿que lo que él hizo tampoco se puede considerarse lo mas cuerdo? Pero decir que ofrecía desesperadamente a su hermano menor en sacrificio en lugar suyo. Eso si era exagerar.

Ademas quien le habia dicho a su padre en un principio que le arreglara una cita de concierto matrimonial. Él aun no estaba listo para casarse. ¿y que si no hacia otra cosa mas que estudiar? ¿y que si no tenia muchos amigos? Por fin habia encontrado algo que despertaba su pasión, que le pertenecía solo a él, y eso era la antropología.

¡Su padre no tenia por que meterse! ¡Y mucho menos su hermano menor que hacia lo que quería! Por ejemplo: hoy le dijo que saldría con ese niño y que podía ir y decirle a su padre y que no le importaba, que se las arreglaría por si mismo. Se iba de fiesta con los amigos y se daba el lujo de no volver a asa hasta el día siguiente, bebía, hacia lo que deseaba y salía orgullosamente con una persona que aseguraba amar y que lo amaba…

De solo pensarlo, Shuu sintió un ardor en todo el pecho.

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

—¡Espera Cody! ¡Cody! ¡Espera, me vas a tirar!

Suplicaba Joe tratando de seguir el paso a Cody quien lo jalaba y lo jalaba.

—Creo que ya estamos lo suficientemente lejos —el niño para de golpe y aspira profundamente—. Estuvo cerca.

Cody habia corrido hasta el parque mas cercano.

Cansados ambos chicos se sentaron en una banca. El mayor le dio a Cody una lata de jugo de naranja, que habia sacado de su mochila.

—Aquí tienes. Tómatela despacio.

—Gracias —Hida sonríe, abrió la lata y dio un sorbo.

Kido suspira por su parte y aspira profundo tratando de recuperar el aliento y se recargo en el respaldo de la banca:

—Eso si que fue una sorpresa. No tenias por que haber salido corriendo así.

—Si no lo hacia, la señora nos hubiera visto y llamado a seguridad.

—Claro que no.

—Yo solo estoy cuidando de ti —excuso el pequeño.

—Ya no deberías de cuidarme tanto. Ya estas en secundaria. Ya no eres un niño para que llamen a la policía.

—Pero… —Cody no sabia que decir.

Si. Era cierto. Ahora les pasaba  algo con la gente cuando les miraba. Era algo curioso y extraño. Recuerda que Yolei le dijo alguna vez que a ella y a Ken también salían decirle cosas cuando estaban en un lugar concurrido y se demostraban afecto. Le dijo que las personas mas grandes solían murmurar cosas o que ancianas solían regañarlos por su falta de recato, por simplemente besarse en publico. Siendo Yolei, no le sorprendió que esta le respondiera: “No tiene nada de malo, los tiempos cambian y no es la gran cosa, es solo un beso”

Pero su situación con su senpai era diferente. Si, solían aveces decirle cosas malas a Joe en la calle, y eso solo por tomarse de la mano. Pero cuando volteaba cualquiera de ambos por inercia, las personas  a su alrededor se quedaban calladas o disimulaban que no los veían o peor tomaban distancia como si fueran a contagiarlos de algo. Hasta donde recuerda, no habia regaños, ni reproches. Ahora que era un poquitín mas alto ya lucia mayor, la gente en su mayoría se limitaba a ignorarlos cuando los veían juntos y se les ocurría demostrase un poco de su cariño.

Cuando pasaba eso Joe le miraba y le decía comprensivo: “Es algo común en nuestra situación. Y algo con lo que tendremos que lidiar siempre y superarlo. Pero si estas conmigo, no me importa lo que ellos puedan pensar de mi”

Indudablemente aun eran discretos cuando estaban en la calle. Menos de lo que eran cuando él tenia doce, pero lo suficientemente para no decir que estaban haciendo una falta a la moral o llamar la exageradamente la atención ¿pero cual atención, si realmente los ignoraban? Tal vez eso era lo que quería evitar y a lo que realmente temía, que a que le hicieran un alboroto.

—¿Cody estas bien?

La voz de Joe lo bajo de sus pensamientos.

—¿He? Es que… pensaba en cosas. Eso es todo —agacho la cara mirando la lata de jugo.

—No te preocupes —Kido acaricia el cabello del mas joven y le sonríe —. Estaremos bien. No pasa nada.

Quizás por que él, era el mayor entendía un poco mejor la situación en la que estaban, y por que la gente comenzaba a serles indiferente de una forma mala. Aun que aun tenia esperanzas, como Yolei, Ken, Nejima o incluso Suzumiya que creían que no habia nada malo con su relación, independientemente de su diferencia de edad.

¡Ha! Quisiera que su hermano entendiera eso. Que los tiempos cambiaran  y que no por siempre mantendría esa parte de él como si fuera un vergonzoso secreto. Cody era un chico fuerte y que entendía bien las cosas, incluso mejor que él aveces. Si estaban juntos, podían superar cualquier cosas. Si, creía en eso.

—Joe…

—¿Te gusto el beso que te di? —el joven cambia la conversación tratando de hacerla mas agradable para ambos.

El niño se sonroja y tímido contesta:

—Si. Fue repentino… fue interesante… aun que estaba algo nervioso.

—¡Ha! —el mayor ruboriza igual—. Yo también.

Cody ríe ligero. Ese era el senpai que conocía.

—Me gustas mucho —dijo—. Hacia mucho que no te lo decía.

—Tú también me gustas mucho.

—Lo sé.

—Si lo sabes ¿porque me preguntas por lo del domingo pasado?

—Por que me gustas. Eres mi senpai, mi novio. No quiero que lo seas de otros —Cody explica taciturno—. Ademas… ella era perfecta, es doctora igual que tú. Y yo no. Apenas voy en secundaria. No tengo mucho de lo que puedas presumir.

—Tonto. Eso no importa. Para mi, tú si eres perfecto, aunque aveces seas un poco necio —bromea asomando una pequeña sonrrisa—. Y el que baya a ser un doctor, no tiene que ver. Es solo contigo con quien me siento mas cómodo, a quien le tengo mas confianza, a quien le confíe mis temores y mis sueños, a quien quiero.

_¿Tenemos química?

—Si eso. —sonríe Kido— . No pude decirlo mejor.

El niño también sonrío.

—Lo siento —Kido se muestra un poco serio—. Debí pensar mas en ti. En lo que debiste sentir cuando te dije que saldría con ella.

—Um Um —el niño niega con la cabeza—si no me lo hubieras dicho y te hubieras ido y luego me hubiera enterado. Me hubiera dolido mas.

—Lo siento. Yo no quería…

—Ya. No te disculpes o aras que me sienta mal. Solo quiero pasar en paz el resto de nuestra cita tranquilos —desliza una de sus manos y la entrelaza con la de Joe, quien acepta gustoso, estrechando.

Ahora estaban mas tranquilos y sincerados.

—No bayas a mas por favor —pide, Hida.

—No lo haré. Y créeme ya no pueden obligarme a ir a ninguna. No después de lo que me entere.

—¿Te enteraste?

—Si. Es que mi hermano… ah…. el Omiai era de Shuu y trato de colocarme en su lugar. La verdad no entiendo lo que tiene en la cabeza… y… y la verdad es que no quiero saberlo.

—Es difícil ¿verdad?

—¿Que? No. No tienes porque preocuparte. Si tú estas conmigo, no me importa.

—Joe —el niño lo suelta e inmediatamente lo abraza por el pecho.

—¿Cody?

—¡Te quiero! ¡No me iré! —Cody no sabia que mas decir, habia tanto en su corazón que no sabia como expresarse.

Joe por su lado acaricio el cabello castaño, eso era todo lo que él quería escuchar.

—Yo también.

Y aunque de nuevo ocurría, los cuchicheos y la indiferencia. A Cody comenzó a no importarle, debido que de igual manera, quería demostrar su cariño, si no podía decirlo.

—“Todo estará bien. No pasara nada” —se dijo así mismo.

Y como Joe le habia dicho, nadie llamo  un policía o amenazo al mayor.

—No paso nada —dijo en voz alta.

—¿He?

—No. Nada —y abrazo mas fuerte a Kido.

Su corazón se sintió cálido, habia cambiado algo, era como dar un gran paso juntos—. Es cierto, quiero darte algo.

—¿En serio? —el mayor pregunto curioso.

—Si —Cody soltó al mayor y busco en su bolsillo—. Cierra los ojos y extiende la mano derecha.

—Esta bien —dijo el mayor sonriente haciendo lo que su pequeño le habia dicho. Y espero ansioso.

Cody se movió rápido:

—Ya . mira.

El mayor abrió lentamente los ojos y mira en su muñeca, y en ella, una pulsera de hilo tejida de color blanco y negro.

—¿Te gusta? Yo mismo la hice.

—Me gusta ¿enserio tú la hiciste?

—Si. Bueno… mis compañeras me ayudaron un poquito, pero yo hice la mayor parte.

—Me gusta —Joe no paraba de sonreír, mirando su pulsera.

—Ahora estamos iguales.

—¿He?

—Si —apretó su camisa, sosteniendo el anillo de su collar por dentro de ella—. Tú me diste algo como promesa de tu compromiso. Ahora yo te doy la prueba del mío.

—Me encanto. En serio, esto es lo mas bonito que me haz dado.

—¡Y la taza de café que te di en nuestro aniversario?

—Eso también. La uso todos los días para mi té. Te lo juro.

—¡Ha! eso espero.

—Enserio . Te lo juro.

Ambos se rieron. Y se quedaron allí hasta el atardecer.

—Ya es un poco tarde —comento Hida.

—Quieres que te acompañe hasta tu casa.

—No. Aun tengo tiempo.

—Entonces ¿quieres que te lleve a algún otro lugar antes de ir a casa?

El niño se quedo pensando, agacho la mirada, ruborizo y contesto:

—A decir verdad… si. Pero me da pena decirte.

—¿Por que?

—Vas a pensar que es mala idea. Mejor no.

—Anda. Dime —animo Joe—. Si no sé, lo que es. No podré decirte si esta bien o no.

—No. Me da pena —el niño ruborizo aun mas.

—¿Que? Si es así… ummm… puedes susurrarme al oído y así no te dará tanta.

—Umm… esta bien. ¡P-pero no bayas a hacer un escandalo! A-agachate.

El mayor así lo hizo y en acto seguido el castaño comenzó a susurrarle al oído.

—E-entiendo.

Fue todo lo Joe dijo mientras sentia todos lo calores venirle al rostro.

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

Aveces, Solo aveces. Las mujeres de aquel edificio se reunían cerca del ascensor para hablar.

Fallas en el edificio, ofertas, presumir cuanto ganaban sus esposos o algún nuevo vestido o accesorio, eran los temas que solían tratar en estas poco comunes reuniones; en las que solo las residentes mas viejas tenían derecho a participar.

Pero el tema de hoy era algo diferente, era de esos  otros temas, de aquello que solo se dedicaban a hacer sentir mal a otros; de aquellos que no son de su incumbencia, pero que saltaban de boca en boca, disfrutando como si fueran un dulce.

—Tienes razón. Yo he visto a ese muchacho entrar incontables veces a la casa de la señora Hida.

—Pues el otro día vi a su hijo en el centro, caminando con ese muchacho y se veían bastante cariñosos.

—¡¿Cariñosos?!

—¡Heee!

Se escucha el timbre del ascensor y se abren las puertas.

Las cinco señoras al percatarse que de el salía Fumiko Hida, dan la espalda y disimulan.

—Permiso —pidió respetuosa, Hida.

Las mujeres la dejaron pasar sin poder evitar una risa burlona. Una de ellas, quien era la lideresa y una de las mas viejas, por sus arrugas y su cabello casi gris, se atrevió a decir:

—Hida-san —la nombrada voltea. La mujer la mira de reojo y dice en disimuló—. Su hijo… ya esta en secundaria ¿cierto?

—Si. Así es.

—Ya veo. Y dígame aquel muchacho alto y de gafas ¿Que es de usted? La viene a ver mucho a su casa.

—Él… él le da clases particulares a mi hijo —Fumiko comienza a molestarse.

—Ya. Ya. —aquella señora voltea su rostro y cubre con su mano la enorme sonrrisa burlona que tiene.

—Con permiso —Hida hace una pequeña reverencia y se marcha.

Una vez solas, las mujeres estallan en risas y comienzan a decir.

—Por su puesto que debe darle clases a su hijo. Si saben a lo que me refiero.

—Jajaja.

—Pobrecita. Parece que no se a dado cuenta.

—Jajaja.

—Ya. No hay que burlarse de ella. No es su culpa que su hijo sea uno de esos.

Y vuelven a reír a costa suya.

Lo que ellas no sabían, es que Fumiko las habia escuchado claramente al esconderse en una esquina.

En seguida corrió a su casa. ¡Esto ya era suficiente!

—¿En donde? ¡En donde lo deje? ¿Donde esta? —comienza a buscar en barias libretas que guardaba cerca del teléfono— ¡Se que lo guarde en alguna parte! ¡Aquí esta!

Rápidamente marca el numero espero a que le contestaran.

Solo escucha el tono.

—…. Si. Habla a la casa Suzumiya.

—¿Es la madre de Hitomiko Suzumiya?

—Si.

—Soy la madre de Cody Hida.

Ah. Mi hija habla mucho de él. Ya me acorde. La conocí en la junta de madres de familia en la escuela. Creo que su suegro también le da clases de kendo a mi hija. En que puedo ayudarla.

—Si bueno… —Fumiko se quedo un momento callada—. Quería ver si mi hijo ya habia ido a dejar a su hija a casa. Como hoy tuvieron una cita, me preocupaba eso.

—¿He? —la señora Suzumiya se muestra sorprendida—. Pero… mi  hija a estado todo el día en su habitación. No ha salido para nada. Y le aseguró que su hijo no a venido a verla.

Fumiko se paraliza ¿habia sido posible? ¿su hijo le habia mentido?

—¿Hida-san? ¿Esta allí?

—G-gracias —Fue todo lo que dijo Hida y colgó.

Si Cody no habia salido con Suzu-chan ¿En donde estaba? ¡¿Con quien estaba?!

Casi al mismo tiempo la madre de Suzumiya entraba a la habitación de su hija.

—¡Mamá! Te he dicho que toques antes de entrar —responde Hitomiko enfadada, ella estaba acostada en su cama boca abajo leyendo una revista y comiendo papas fritas.

—Hitomiko-chan la madre de Hida me acaba de hablar y me dijo algo muy raro. ¿No sabes nada al respecto?

—No. No sé nada —la niña fingió demencia. Claro que sabia pero no por eso iba a decir la verdad tan fácilmente.

—Esta bien —acepto la madre que aun no habia procesado correctamente toda la información—. Pero si ella vuelve a hablar, esta vez serás tú quien responda —advirtió.

—Si —suelta la niña pesando.

Y con esto la madre cierra la puerta y se marcha.

En seguida Hitomiko abre los ojos asustada. No habían pensado que la madre de Hida llamaría a su casa.

Claro que Cody le habia pedido el favor de fingir que habían salido, que lo cubriera. Y por lo mismo pensaron que si su madre llamaba seria a su celular o al de Hida, pero no a su casa. Preocupada tomo su celular y le marco al castaño.

Sin embargo…

—“El numero que usted marco no se encuentra disponible, se encuentra fuera del área de servicio o esta apagado. Por favor verifique el numero o  intente mas tarde”

Fue la respuesta que consiguió.

—¡Haa! Maldición. Hida que estas haciendo ¡esto es urgente!

La niña gritaba y saltaba en su cama mientras marcaba de nuevo el teléfono.

—“ El numero que usted marco no se encuentra disponible, se encuentra fuera del área de servicio o esta apagado…. “

Continuara....

Notas finales:

Bien eso es todo por el momento.

Y les recuerdo que la entrega mensual se restablece.

sin mas por el momento me despido ¡Adios! ^-^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).