Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

[Reviews - 65]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos.

Primero me disculpo por la tardansa, pero este mes fue de locos. En serio =.=

Apenas empesar mi nuevo trabajo, surguio un improbisto en el centro y bueno rodaron cabezas incluyendo la mia. Asi que otra vez no tengo empleo y me la he pasando buscando uno nuevo. Y bueno, creo que por eso tambien salio corto el capitulo u.uU

Ha, bueno espero que les guste...

Capitulo veinticuatro: Fuga

 

 

Aun no podía creerlo. Le parecía inconcebible. Su pequeño hijo le habia mentido descaradamente. ¿Porque? ¿Porque de repente comenzó a portarse de esa manera? Aun peor, ¿Quien era el causante de tal comportamiento? Si, debería de provocarlo alguien, Por que Cody jamas fue así.

Ese domingo Fumiko Hida, aun seguía enojada y por lo mismo no llamo a su hijo a desayunar en la mañana. Después de todo, este se habia encerrado la noche anterior en su habitación, y tal vez eso era lo mejor. Así podía vigilarlo.

Y quedarse sin cenar y sin desayunar le serviría de escarmiento. Cuando tuviera hambre, abriría la puerta y entonces si la iba a escuchar.

Ya eran las dos de la tarde y ella calmadamente se sentó en la sala a ver el televisor. Cuando el abuelo Shikara se sentó en el otro sofá, a su lado.

—Fumiko —llamo el anciano—¿no crees que estas llevando esto demasiado lejos?

—Claro que no. Si no, nunca aprenderá. Ademas…

—¿Ademas?

—No tiene importancia.

Y de nuevo Fumiko se muestra renuente a lo obvio.

El abuelo suspira. Pensó en ser paciente, entendía un poco el por que su nieto habia decidido lo que habia decidido, y esperaba que este dijera la verdad cuando este estuviera listo. Pero no fue así. Si él sigue esperando algo verdaderamente malo puede pasar.

—Fumiko tenemos que hablar. Es sobre Cody  —él nota como su nuera se tensa. Prosiguió—. Yo esperaba que Cody te lo dijera por el mismo, pero veo que eso no va a ser así. Creo que tú ya te diste cuenta. Que él… que él es un poco diferente a los otros chicos.

—No sé a que te refieres.

—Me refiero a que él no tiene mucho interés en las niñas.

—¿Pero que cosas dices? Si él tiene muchas amigas.

—Así es. Solo amigas.

—No sé a lo que quieres llegar 

Fumiko mira el televisor muy seriamente. El anciano suspira. Después de todo se trataba de un asunto muy delicado

—Creo que tú también te has dado cuenta que Cody esta saliendo con alguien, Fumiko —él se pone serio, pero ella finge no escuchar—. Creo que no quiere decirnos, por que él cree que tú pensarías que esta haciendo algo malo. Pero te aseguró que él chico con el que esta saliendo es una buena persona.

La madre tiembla en su lugar al escuchar “chico” y sube el volumen del televisor.

—Fumiko no puedes seguir ignorando lo que esta pasando.

—¡No es así! —ella se levanta y apaga el televisor.

—Quiero que te sientes con Cody y escuches lo que él tiene que decirte.

—¿Decirme que? Él esta bien —camina hasta el cuarto del menor—. Y te lo mostrare.

El abuelo va tras ella, mientras Fumiko toca la puerta despacio.

—Cody —llama pero no hay respuesta—. Cody —toca la perilla y se da cuenta de que ya no tiene seguro, abre lentamente— ¡Cody!

Ella grita asustada al darse cuenta de que su hijo ya no estaba dentro .

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

Mientras tanto en la casa Kido, Joe intentaba sacar a su hermano mayor de su habitación.

—Shu-nii sal por favor. No puedes quedarte allí. En unos días tienes que volver a Kioto o tendrás problemas en la Universidad —toco la puerta un par de veces—. Me escuchas ¡Shuu-nii!

—¡Déjame en paz!

—Hablemos ¿Quieres? Esa… esa vez estaba muy enojado y-y confundido. No quise decir todas esas cosas enserio. Lo siento —se disculpa.

Se escucha un golpe tras la puerta— ¡¿Shuu-nii?! ¿estas bien? —grita preocupado.

—Guarda silencio ya —el mayor se habia dejado caer sentado, recargado en la puerta—. Tú lo dijiste, que me hiciera cargo de mi vida. Así que vete a hacer lo que quieras con la tuya. A mi no van a ser a quien arresten por andar en la calle, besuqueando con un chiquillo.

—Cody no es un niño ya. ¿por que no lo entiendes?

—Si tan siquiera fuera una niña lo entendería —Shuu suelta sin darse cuenta.

—¿Que? — pregunta Joe sorprendido—¿Que has dicho?

—¿He?

—¿Quieres decir que estaría bien si saliera con una niña, pero no con Cody ¿Por que?

—¡Porque es un chico! —Shuu grita tan fuerte que resuena en toda la casa.

—Ya veo —El  menor de los Kido parece decepcionado, pego la frente a la puerta—. Así que realmente es por eso. En verdad no te importaba su edad, si no que los dos fuéramos hombres.

—Así es —contesto el mayor–. Sabes lo raro que es eso. Los problemas que puedes tener ¿Cuantos hospitales crees que te contrataran cuando se enteren de lo que eres?

—¿De lo que soy? ¿Por que lo dices de esa manera, como si fuera algo tan horrible?

—Y aun peor se te ocurrió fijarte en un niño. Como si fueras cualquier pervertido, cualquier abusador. Hubiera preferido que te hubieras enamorado de una niña. Por lo menos no serias tan raro.

—No tienes idea de lo que estas diciendo —Joe sonaba herido—. ¿Te escuchas? Que tonterías estas diciendo.

—¡Tú no lo entenderías! —grito el mayor con tristeza—. ¡Tú no sabes como me siento! ¿Como has de saberlo? Si tú siempre te muestras tan orgulloso y contento, paseando por allí con ese niño, con tu enorme sonrisa de felicidad. Como si ya hubieras encontrado lo que siempre habías buscado. Eres igual que Shin-nisan, siempre saben que tienen que hacer, que es lo que quieren. Son como madre —confeso con dolor.

—Shuu-nii tú sabes que… —intento decir el menor de los hermanos, pero fue interrumpido por el sonido del teléfono de la casa.

Joe dudo por un segundo en contestar, pero el timbre era tan insistente que abandono a su hermano y respondió:

—Habla a la casa Kido —dice impaciente, debería de volver con su hermano, pero el no esperaba oír aquello—. ¡¿Que?! Él no esta conmigo —contesta apabullado—. ¡¿Escapo? ¿Cody escapo? ¡Imposible! No se preocupe, iré a buscarlo enseguida.

Se olvido de todo, tomo su chaqueta y salió corriendo. 

Su sorpresa y procuración eran tal, que al estar corriendo por el pasillo a tomar el elevador, no vio cuando se cruzo con Murasakibara.

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

Shuu escucho el momento exacto en que su hermano menor azoto la puerta principal y salía a toda velocidad.

Aun se sentia abatido, y par empeorar las cosas, el estomago comenzó a rugirle, no había comido nada desde ayer en la tarde desde que hablo con Shin. Deslizo pesadamente su mano hasta llegar a la perilla retiro el seguro y salió encorvado de la habitación.

No tenia ganas de hacer nada, así que se limito a vaciar agua caliente dentro de un vaso de fideos instantáneos. Algo que estaba acostumbrado a comer en Kioto, aun que no lo parecía. Se sentó en la mesa y aun estando medio cruda la pasta , le dio el primer bocado.

Habia vuelto a equivocarse.

Escucha el timbre, suspira fastidiado ¿Que caso no podían dejarlo comer en paz?

Y de nuevo tocan el timbre.

Enojado se levanta repentinamente y va a abrir con mala cara.

—¿Que quiere? —pregunta agrio

—Ah… —una asustada Shizuka Murasakibara se encoge nerviosa frente a él— Este… yo… 

—¿Murasakibara?

—Ah… si —ella temblaba en su lugar.

—Mira. La verdad no estoy de animo —se toca la frente como si le doliera la cabeza—. Si es por lo del Omiai… lo siento. Estoy pasando por un momento muy difícil y no se que… pensé.

—No. Esta bien. Yo fui la que escapo del restaurante —sonrió—. Aun así mi padre me obligo a venir a disculparme.

—Ya. ¿el compromiso y eso…?

—¡No! ¡No lo quiero! —ella mueve las manos negando—. De eso quería hablar contigo ¿puedo pasar?

—¿Ha? S-si, supongo que si. Adelante —dijo Kido dejando entrar.

Se dirigieron a la sala y se sentaron en sillones diferentes, uno frente al otro.

—B-baya. Tienes muy limpio este departamento, p-para que solo haya hombres aquí —comenta Murasakibara distraída tratando de romper el hielo.

—¡Ha! Eso. A mi hermano menor le gusta que siempre este todo limpio y ordenado.

—¿De verdad? Se llamaba Joe ¿no es cierto?. Parece un buen chico, a pesar de vestir así. ¡No te ofendas! Él y yo hablamos un rato, es un chico dulce y gentil, p-pero parecía un anfitrión de club nudista para mujeres… ha… no es como si una mujer decente como yo, halla ido a uno de esos lugares —excuso ella haciendo gestos y moviendo las manos para todas partes.

Shuu se quedo mirando un poco incrédulo. La verdad solo habia leído los papeles con la información de ella, pero nunca habían hablado directamente. Ella era sincera, tímida. No parecía tan perfecta como se la habían dibujado en aquel expediente.

—Ya veo —dijo él—. La verdad el no viste así siempre. Me da vergüenza, pero ese día el venia de la casa de un amigo después de una fiesta y creo que le presto ropa.

—Entiendo. Me lo imaginaba. Parecía tener resaca ese día —comento ella con una risita.

—Jump —sonríe Kido por primera vez en el día—. Diagnostico de doctora.

—Algo así —ella ruboriza y baja la mirada tímida con una pequeña sonrisa.

—Respecto a lo del compromiso…

—¡Ha! ¡Si! —Murasakibara da un pequeño salto en su lugar, aun le cuesta trabajo expresarse libremente ante la presencia de un hombre—. Yo… no puedo aceptarlo. Quiero…  ¡Quiero dedicarme de lleno a mi trabajo!. Así que por el momento, pensar en casarme esta muy lejos de mis planes.

—Te entiendo. Yo también quiero encargarme de mi carrera primero.

—Ya. Entonces, todo esta bien.

—Si. Supongo —ella suspira aliviada llevando una mano al pecho. Él dice—. Es raro conocer a una mujer como tú, La mayoría se casa y renuncia fácilmente a su trabajo.

—Ha. Si —ella agacha a mirada—. Pero yo no soy así. Quizás nunca pueda competir en un país como el nuestro contra los hombres, en la área en la que estoy. Pero —ella mira decidida— estoy orgullosa de lo que hago. No quiero dejarlo ir tan fácil. Ademas tú hermano me dijo algo muy cierto.

—¿Que?

—Es uno el que decide realmente lo que quiere y desea hacer.

—Con que él… te dijo eso.

—Si —Murasakibara sonríe—. Yo entiendo como se siente él.

—¿El como se siente?

—Si. El no ser lo que la familia espera que seas —ella dice con calma y pausadamente. 

Y así entre tímidas palabras y preguntas que jamas pensaron que formularían con otra persona. Shizuka Murasakibara y Shuu Kido se quedaron hablando hasta la tarde.

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

Durante toda la tarde Fumiko Hida habia corrido desesperada por toda la ciudad. Incluso habia ido a la policía, pero fue inútil, Cody Hida no aparecía por ninguna parte. Y en su angustia de madre, solo podía pensar en lo peor. En que estuviera herido o lo hubieran secuestrado.

Su hijo, su preciado y único hijo no aparecía. Habia escapado sin siquiera dejar una nota. Su esposo ya se habia ido y Cody era todo lo que le quedaba. ¿Que seria de ella si lo perdiera para siempre?.

Como ultima esperanza antes de sufrir un colapso, decidió buscarlo en el centro de la ciudad, en Tokio.

Pero ella no era la única desesperada. Joe, corría también para todos lados, buscando a su pequeño. Y a pesar de lo que muchos podían pensar, dejo el alarmismo y su cobardía aun lado. Trataba de ser racional y tener en mente el mejor escenario.

—“Cody es un chico fuerte. Yo se que él sabe cuidarse solo” —se repetía en su mente.

Fue a los lugares que frecuentaba con él. Los parques, cafeterías, centros de juego y por donde salían a caminar para perder el tiempo.

Incluso llamo a Suzumiya rápidamente y preguntando por él. Dejando a la pequeña confundida con tal llamada de unas cuantas palabras y una negativa. Dejando a la niña confundida con tal llamada con unas cuantas palabras. No entendía lo motives que Cody podía tener para desaparecer de un día al otro. Y pensar que ayer tuvieron una cita y una noche espléndida, y ahora ocurría esto. Se culpaba, si se culpaba por no haber acompañado a Cody hasta la puerta de su casa, ¿Y si lo habían castigado, interrogando y no podía contestar como era debido por su culpa?. No, no puede ser, de lo contrario lo hubiera llamado… ¿verdad?

Ya habia anochecido y un no tenia noticias de Cody, y al llamar a su casa no obtenía respuestas. Debería de ser obvio no debía de haber nadie.

—“Cálmate, cálmate —se repetía así mismo Joe. Pasaban de las nueve y no parecía haber rastro de su pequeño por ninguna parte—. Cálmate. Piensa ¿A donde pudo ir?… No pasa nada. No pienses nada malo —volvió a marcar en su celular el numero de Cody, pero no hubo respuesta—. Tranquilo. Tranquilo —y de nuevo marco a la casa del castaño— ¡Contesten! ¡Contesten! —pero fue en vano.

De repente las piernas le temblaron y se quedo inmóvil a la mitad de la acera. Miro a todas partes por inercia, tratando de encontrar la respuesta. Arriba. Mira hacia las estrellas.

“Me gusto mucho que me trajeras aquí, ¿me traerías de nuevo para ver las estrellas contigo?”

Recuerda lo que el pequeño le habia dicho en su aniversario.

—¡La torre de Tokio! —grito encontrando su respuesta y su ultima esperanza

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

El cielo de esa noche si que parecía negro e infinito, y que se podía tragar lo que deseara, solo unas pequeñas luces lo evitaban.

A Cody le gustaban mucho las estrellas. Recuerda levemente las cosas que ocurrieron después de que su padre muriera. Entre ellas, la noche que entendió que su papá no volvería mas. Fueron muchos sentimientos conjuntos y también a sido de las pocas veces que habia llorado. Esa vez su madre abrió la cortina de su habitación, señalo al cielo y le dijo:

“ Vez. Papá realmente no se a ido, él esta allí arriba cuidándote. Vez esa estrella grande y brillante ese es papá. Por eso cuando estés triste o quieres halar con él, puedes hacerlo. Por que él sigue aquí”

Ahora que lo recuerda, su madre sonreía con lagrimas en los ojos. Pero para él, que no tenia mas de cinco años en ese entonces. Solo pudo pensar que era cierto. Su papá no lo habia dejado, y desde entonces cuando se sentia mal, miraba el cielo y veía  a las estrellas.

Y hoy habia sufrido una pequeña crisis personal. Quizás por ello estaba en aquel mirador, a pesar de no tener una razón real para otros de estar allí y desaparecer.

Sabia que era tarde, pero no quería moverse, su madre le volvería a reñir y ya estaba cansado.

Las parejas y personas en el mirador comenzaron  irse de una en una. Hasta que un policía se acerco a él y le dijo:

—Niño pronto cerraremos. Es mejor que te vallas a casa.

Y después lo vio regresar a su puesto de trabajo muy lejos de él.

Suspiro.

Y ahora ¿A donde iba a ir? ¿Que iba a hacer?

Aun con esto en mente, se quedo mirando el cielo estrellado.

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

Fumiko terminaba su ronda en esa zona con lo nervios de punta. Se negaba a retirarse. Tenia que seguir buscando. Fue en ese momento que vio a Joe corriendo desesperado al otro lado de la calle. Y algo dentro de ella le dijo que debía seguirlo.

Joe Kido llego a la Torre de Tokio cayéndose de cansancio, respirando cansado. Se tomo una pequeña pausa, paso saliva y se dirigió al ascensor, sin antes escuchar a un guardia:

—¡Muchacho! ¡Vuelve! ¡Pronto cerraremos!

—No se preocupe. Será solo un momento —contesto.

Subió impaciente, contando los pesos y mirando el reloj una y otra vez. Hasta que llego al mirador. El ascensor se abrió.

Y ahí, en el punto exacto donde le habia enseñado las estrellas, Cody estaba parado, recargado en el barandal. Mirando el cielo. 

—¡Cody! —grito Joe y se abrazo a abrazarlo.

—¡¿Joe?! —pregunto Hida sorprendido. Su senpai ya lo habia abrazado y aun no entendía lo que pasaba.

Kido se inca y con los ojos algo llorosos, le dijo a su niño:

—¿Donde estuviste todo este tiempo? Todos estamos preocupados por ti. ¿Paso algo? ¿por que escapaste así de casa?

—¿He? No. No me escape. Yo… Ah… solo me salí sin decirle a mi madre.

—Tonto. Tonto. No vuelvas a hacer algo así —el muchacho abrazo con todas sus fuerzas—. ¿Que crees que yo haría si te pasara algo?

—Joe…

Y sin siquiera pensarlo, Kido beso cálidamente. A lo que Cody corresponde, abrazando la cabeza de Kido y profundizaba gozosamente el beso.

—¡Dios mío! ¡¿Que horror?!

Escucharon la voz de una mujer, provocando que se separaran asustados.

—M-madre.

Fue todo lo que pudo decir Cody al ver la cara de su madre que estupefacto se cubría la boca con las manos.

 

CONTINUARA...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).