Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

[Reviews - 65]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Ultimamente he estado muy ocupada con lo del nuevo trabajo y otros endientes que tengo por alli.

Asi que vengo en una carrera a dejarles el capitulo del mes.

Espero que les guste n.n y muchas gracias por los reviews, su apoyo es lo que hace que estos capitulos lleguen a ustedes. ^-^ 

Capitulo veintinueve: Padre y madre.

 

Esa mañana Joe fue a visitar a su padre al hospital en el que trabajaba. 

Su padre, Seichirou Kido, un hombre maduro de unos cuarenta años, cabello azul corto, gafas y bigote ancho; y que siempre parecía estar enojado. Como siempre al ser un renombrado medico, jefe de su piso. Tenia largas jornadas de trabajo. Aveces solo llegaba a casa después de días y dormía. Se cambiaba y regresaba al hospital. Sus colegas admiraban su determinación y esfuerzo; los mas jóvenes aseguraban que era un ogro estricto y obsesionado con la profesión; los pacientes agradecían su amabilidad y cuidados; pero sus tres hijos…. bueno, su opinión dependía de a cual de ellos le preguntaras.

Para Joe, su padre era un ser estricto y algo desconocido. No puede decir que es un mal padre. Lo a proveído de todo lo que a podido: comida, techo, vestido, educación. Pero, decir que en verdad hayan compartido el tiempo en familia era distinto. Casi no se hablaban mas  que para lo necesario. Ambos podían estar en la casa al mismo tiempo, pero cada uno manejando sus asuntos. Fueron pocas las veces que se acerco a él y le dio consejo, algo vagos, pero sinceros. Expresando siempre que lo que él decidiera hacer era lo correcto. Que confiara en si mismo. Y quizás por eso no tenia tan pésima perspectiva de su padre a comparación de sus hermanos.

Y hoy, Joe, aplicaría aquello. Revelando a su padre una parte importante de él que pensó nunca mostrarle.

Espero sentado afuera del consultorio de su padre, observando entrar y salir personas. Golpeando con su pie ansioso el piso cada vez que veía como el numero disminuía. Habia decidió charlar con él cuando terminara con sus pacientes matinales, durante el almuerzo.

Tres… dos… una… y después él era el único en la sala.

Su padre abrió la puerta y se asomo:

—Joe, ¿Que haces aquí? ¿Por que no estas en la Universidad? —pregunto en cuando vio al menor de sus tres hijos.

—P-padre —el chico se levanto nervioso—. Lamento interrumpirte cuando estas trabajando. Pero necesito hablar contigo de algo muy importante. Es urgente. Y- y no puede esperar.

Seichirou miro a su hijo seriamente, abriendo la puerta de su consultorio indico:

—Adelante. Pero solo tengo veinte minutos antes de regresar y hacer mis rondas.

—S-si.

Cuando Seichirou cerro la puerta no imagino que lo que le diría el menor de sus hijos, llevaría mucho mas de veinte minutos de su vida asimilarlo por completo.

Al principio Joe no sabia por donde empezar. ¿Cuando era pequeño y se dio cuenta? ¿Por su negación? ¿Por Cody? ¿Tendría que explicarle el por que salió con tantas chicas obligadamente? Acaso ¿Tendría que contarle lo que ocurrió con Aoki? O ¿Solo lo que estaba ocurriendo estos últimos días?

Respiro hondo y comenzó a hablar despacio.

Todo el tiempo Kido padre se quedo en silencio mirando seriamente. Solo interrumpió a su hijo una única vez para pedir permiso, y cancelar sus citas de la tarde. Eso fue en cuanto Joe menciono la edad de Cody.

—… y así es como están las cosas en estos momentos —termino el joven con voz temblorosa.

—Así que tenia razón. Si estabas saliendo con alguien.

—Si.

Susurro el chico esperando la reacción de su padre. 

Seichirou por su parte analizaba toda la información recién dada. Si, sospechaba que su hijo salía con alguien. Los gastos en su cuenta bancaria eran la evidencia mas clara y de allí que redujera el presupuesto de su hijo a la mitad, pero no por su despilfarro, si no por que lo habia negado en su momento. Claro que Seichirou habia sospechado de ello desde mucho antes. Es decir, el cajón frente a la estufa, un par de pantuflas extras en la estancia, aquel champo violeta con aroma de frutillas en su baño. Era demasiado obvio que su hijo tenia compañía. Pero este a comparación de sus otro dos hijos no se lo habia restregado en la cara junto a un “Si estuvieras mas en la casa te hubieras dado cuenta”. A lo mejor no era tan raro, Joe era muy diferente a Shin y a Shuu. Joe era callado, ingenuo y aveces algo despreocupado, tanto para dejar la puerta de su habitación sin seguro y en el primer cajón de su escritorio a completa vista de todos un par de condones. “La esta cuidando” recuerda que pensó en ese momento después de una pequeña sensación de sorpresa. Pero ahora, todo encajaba y desencajaba al mismo tiempo. El mas joven de sus tres hijos salía con un chico de catorce años.

—Padre… —Joe le llama sacándolo de sus pensamientos— ¿Que piensas?

—Para que quiere hablar conmigo?

Joe suda frío, su padre contestaba con tal seriedad que le daba escalofrío.

—Él me gusta mucho…. —dice el joven quedamente—… Cody, a él le quiero mucho. Yo no soy el tipo de chico que juegue con esas cosas. Así que solo quiero que lo comprendas, que le hagas entender eso a ella.

—Ya veo… —Kido padre se queda callado, observando la mirada llena de honestidad de su hijo—… Dile que la veré mañana.

—Si. ¡Gracias! ¡Padre, gracias!

Joe sonreía mientras inclinaba la cabeza agradecido una y otra vez. Él quería demostrarle a Fumiko que su relación iba enserio con Cody, y para ello estaba dispuesto a todo. Incluso hubiera rogado a su padre, sin embargo este acepto sin excusa.

¿Pero de que hablaría la madre de su pequeño con su padre? No era como si fuera a acusarlo ¿verdad?

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

Ambos se encontraban  en la sala de la casa Hida. Frente a frente separados por la mesita de café. Ninguno habia dicho nada, desde que se quedaron a solas. El padre miraba fijamente a la madre, la cual agachaba la mirada incomoda y hasta avergonzada de la situación en la que los abia puesto.

¿Por donde empezar?

—Este… —Fumiko fue la primera en romper el silencio— … yo…

—Lamento cualquier molestia que mi hijo pudo causarle —se adelanta Seichirou inclinando la cabeza firme como roca—. Aun así pido un poco de su indulgencia y no piense en hacer algo precipitado como llamar a las autoridades. Le aseguro que Joe no es la clase de chicos que jugarían con este tipo de situaciones.

—Mi hijo aun es muy joven para que… y su hijo es un… discúlpeme…

A Fumiko le costaba hablar claro. Para empezar no estaba del todo segura, lo que quería sacar de esta platica con el padre de Joe.

—Entiendo su impresión. Todo esto es muy repentino para mi también.

—¡Ha! …. Umm… ¿Que piensa respecto a todo esto?

Kido se queda serio en completo silencio. Después de un momento contesto sincero:

—Honestamente estoy sorprendido. Nunca pensé que Joe me fuera a decir algo de esta índole. Al menos él no trato de escaparse a alguna parte como sus hermanos. La verdad a sido difícil criar a los tres después de que su madre falleció.

—Entiendo. Cuando mi esposo Hiroki falleció, me sentí muy confundida y sola. Si no hubiera sido por mi suegro yo no hubiera sabido que hacer.

—Ya veo. No sabia lo de su esposo. Lo lamento.

—No se preocupe. Hiroki murió en el cumplimiento de su deber, así que… es un orgullo para la familia —Fumiko luce serena y una pequeña sonrisa se asoma—. Pero Cody… —su expresión cambia a una dolorosa—… él cambio cuando su padre murió. Se volvió callado y comenzó a querer a hacer todo por si solo. Él era muy pequeño cuando sucedió paro ya parecía un adulto. Tal vez estoy exagerando.

Cierto así era. Era como si Cody tratara de causarle las menos molestias posibles después de que su padre se fue. Quien sabe, Fumiko pareciera haberse acostumbrado a ello, a tener un hijo perfecto que no causaba problema alguno, a uno que no tenia que decirle las cosas para que las hiciera o que tuviera que reprender por una rabieta ¿rabieta? Ah, es verdad, Cody habia dejado de actuar como niño desde hace mucho tiempo. Quizás antes de lo que debió haber sido.

El hombre por su parte, al ver  a la mujer bajar la mirada arrepentida le dijo:

—Es fácil cometer errores con los hijos. Cuando mi esposa murió me dejo con tres niños pequeños, Joe apenas tenia tres años, y la casa se volvió un caos. Yo me endurecí y me volví muy estricto con ellos pensando en su futuro, y sin embargo los dejaba solos todo el tiempo. Ellos se parecen a su madre mas que a mi —confiesa.

Seichirou, ahora que el ultimo de sus hijos se volvía adulto. Se habia dado cuenta de muchos errores que cometió con los tres. 

Él tuvo que trabajar y dejarlos solos. Pero eso habia sido para darles una vida mejor, una que el no tuvo de niño. Decir que antes de mudarse a Shinagawa, su hijo mayor tenia que dormir en el armario de la habitación del mas pequeño no era algo digno de sentir orgullo, por ello trabajo mas duro, consiguió un ascenso, un mejor sueldo, llevar a su hijos a las mejores escuelas, pero ¿A que precio? . Aveces se lo preguntaba, mas cuando sus hijos reclamaban su ausencia, el desconocimiento de lo gustaban o deseaban. Y algunas otra veces pensaba que no era tan malo, les habia enseñado a valerse por si mismos. Pero al final….

Su hijo mayor Shin, un día le dijo que si se convertiría en medico seria bajos sus propios términos e ideales. Y aun que se opuso a ello, este termino escapando a una isla virgen en Okinawa a ejercer la profesión después de la graduación. Quizás a él fue a que mas presiono después de la muerte de su esposa, a Shin le había forzado sin querer a tan solo los nueve años a cuidar a sus hermanos, tener las mejores calificaciones y superar a los demás a como diera lugar. Quería que fuera como él, lo deseaba por su bien, pero este se revelo. Shin decidió irse de su lado y hacer su vida. A tal grado que a tan solo dos años de irse a Okinawa, solo recibió una carta dirigida a él. Donde le decía que se habia casado con una residente local. Seichirou nunca tubo el valor de contestarla y decirle que si le hubiera avisado antes, le hubiera encantado de estar allí con él. Hasta la fecha no cruza palabra alguna con Shin, todo lo que sabe de él es por medio de las cartas que le envía a Joe. Incluso nunca a visto una fotografía de su primera nieta.

Con su segundo hijo Shuu trato de no tener el mismo error. Dejo de ser tan estricto, pero el carácter terco, igual al suyo, hacia que chocaran constantemente. Ese carácter recio de “Yo puedo hacerlo solo sin tú ayuda”. Desde adolescente le habia dejado claro que no le hacia falta y entre ver que no le importaba. Viendo con pesar como veía a Shin como padre mas que a él mismo. Y un día, lo llamo desde una caseta telefónica en alguna parte de Kioto diciendo que habia reprobado su examen a la universidad, que habia tomado sus cosas y se habia ido de casa. En ese momento se preocupo, a pesar de estar en otra ciudad hizo todo lo que pudo para asegurarle un techo e inclusive, movió sus influencias para conseguirle un lugar en la universidad de Kioto. Un año después se entero de que habia cambiado de carrera, pero no por Shuu si no por Joe. A lo mejor era porque Shuu se parecía mas a él que siempre trataba de ayudarlo, incluso habia conseguido ese Omiai para él al verle tan solo, sin embargo su hijo no hizo mas que enfadarse, gritando inclusive. Su relación esta llena de mal entendidos y acciones precipitadas es por eso que hasta a fecha no habia encontrado una forma mas sana de tratarse que el simple hecho de no hablarse demasiado.

Por ultimo estaba Joe, el menor, el siempre tímido e indeciso Joe. Él era quien mas le recordaba a su esposa, ambos tenían un grado de responsabilidad, persistencia y sinceridad muy altos. A él trato de no mostrarle su faceta estricta e incluso puede decir que fue mas permisible con él, sin embargo, estaba consciente de que era al que mas había abandonado. Su relación no era mala, pero tampoco era buena, era…. Era algo compleja. Sabia que Joe lo respetaba como su padre, pero que este tuviera confianza para contarle sus cosas eso era distinto. ¿Cuando fue ese momento, cuando se dio cuenta que Joe era distinto a sus hermanos? ¿cuando habia cambiado? Ah sí, fue cuando entro en secundaria, cuando comenzó a quedarse solo por largas jornadas, cuando sus hermanos se fueron de casa, cuando “paso algo”. Por que si, estaba seguro de que a Joe le habia pasado algo en su ausencia, sin embargo nunca le pregunto, e incluso hasta ahora no se habia atrevido a preguntar.

No hace mucho recuerda que comenzó a verlo distinto, como decirlo con mas alegría y confianza. Las evidencias encontradas en casa decía que era porque su muchacho había encontrado compañera. También tiene el vago recuerdo de que le dijo que le daba asesoría escolar a un amigo, a alguien mas joven. Y que las dos cosas se hubieran mezclado lo habían dejado perplejo y con una única pregunta surgiendo en su cabeza en se momento: ¿Que era lo que Joe hacia cuando nadie lo miraba? 

Bueno, quizás dramatizaba demasiado, no era como si su hijo menor tuviera una doble vida secreta y descabellada de mujeres, sexo y alcohol. Pero que de repente le confesara sus amoríos con un chico menor de edad, eso… eso era… ¡Ah! ni él sabia como era.

En este momento, ahora, frente a una mujer que lo miraba acusante y algo caprichosa, no sabia cual era la respuesta que quería oír de él.

—¿Que quiere su hijo del mío? —suelta Fumiko de repente.

—¿He?

—Ya escucho.

—Creo que le pregunta eso a la persona equivocada —mira como la mujer frunce el ceño y continua—. Eso debe de preguntárselo a mi hijo.

—Usted es su padre debería de saberlo.

—Usted es la medre del niño, debería saber lo mismo. ¿como esta segura de que no fue el suyo el que inicio este compromiso?

—Mi hijo es un buen chico —ella reitera alterada.

—Joe también.

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

Mientras tanto en la habitación de Cody.

El niño se encontraba sentado en la cama, a su lado Joe tomaba su mano fuertemente dando poyo al mismo tiempo pidiendo que resistiera hasta que terminaran de hablar sus padres. Frente a ellos el abuelo del mas joven solo los miraba.

—Tranquilo —le decía Joe a su pequeño serenamente. Apretando su mano y rodeando con su otro brazo—. No pasara nada malo. Esto se resolverá. Cálmate.

—Pero si nos separan —Cody bajaba la mirada.

—Ya. Are algo, no te preocupes —el mayor lo pegaba a su pecho abrazando. Sin embargo Joe al darse cuenta que el anciano los miraba soltó al castaño y tomo su distancia. Bajando la mirada dijo—. ¡Ha! Lo siento, no quise parecer…

—T-tranquilo. No te preocupes por eso.

Contesto Shikara sin ocultar un poco de sorpresa. Ver a su nieto y al chico de gafas  en actitud romántica  fue algo impresionante.

—Abuelo —llama Cody—. ¿De que crees que este hablando mi madre? Ella no… bueno… no esta acusando a Joe con su padre ¿o si? No quiero que llame a la policía y…

—No. No —niega el abuelo—. Mientras yo este aquí no permitiré que eso pase. Así que no tienen de que preocuparse los dos.

El niño asienta con la cabeza:

—Pero aun así…

—Tranquilo. Kido —se dirige al joven quien se sobresalta un poco— Esa vez, cuando viniste a hablar con Fumiko. Le dijiste a Cody que no querías ser como Genji y Kuributsu ¿verdad?

—¡Ha! S-si —contesto Kido avergonzado—. No quería darme cuanta de que perdía lo mas valioso para mi y que ya no pudiera recuperarlo jamas cundo ya fuera muy tarde, solo por decir que lo hacia por su bien ¡ha! E-estoy sonando muy egoísta ¿verdad? N-no tiene sentido lo que digo. P-perdon estoy poniéndome nervioso.

El abuelo sonrío afablemente:

—Que acaso no un capullo es pinchado por el frío y azotado por la lluvia, solo para que así puedan florecer las flores mas bellas.

—Abuelo eso es de…

—Je je je a tu abuelo también le gusta leer mucho, Cody.  

El pequeño entrelaza su mano con la de su senpai y hace que este le mire:

—Estaremos bien —sonríe el niño con toda el alma.

—Si —contesta el mayor correspondiendo el gesto.

Tenían que tener esperanza.

Sin embargo sus padre en ese momento…

—No quiero faltarle al respecto, pero su hijo es aquí el que persigue a un niño, uno que apenas termino la primaria ¿que quiere que piense de un chico así? Decente no es.

—Perdón, yo seré el que no quiera ofenderla señora, pero que hace un chiquillo de esa edad exibiendose y coqueteando con sus mayores. Eso tampoco es decente.

Discutían iracundos.

—Su hijo es un sin vergüenza y descarado —Fumiko exaltada golpeaba la mesa con ambas manos.

—El suyo un provocador —contesto Seichirou a cada reclamo de Hida.

—Mi Cody es un niño bueno, él nunca estaría haciendo esas cosas. ¡El suyo tiene la culpa! Le metió ideas en la cabeza. Eso de estar  de ”novios” y “quererse” no es una conducta que le aya inculcado. Yo siempre estoy al pendiente de mi hijo. No puedo decir lo mismo de usted.

Kido se queda callado, su semblante mesurado:

—… no siempre va a poder vigilarlo. No siempre podrá estar con él.

Fumiko no oculta la sorpresa en su rostro, un ligero temblor invade su interior, Un segundo después contesta bajando la cara ensombrecida:

—Claro que si. Tengo que estar ahí. Tengo que cuidarlo… Cody… él… él es todo lo que me queda.

Kido suelta un quejido y aparta la mirada, sus frías y directas palabras habían hecho sollozar a la mujer.

—Lo lamento mucho —se disculpa—. Creo que me deje llevar por la discusión.

Fumiko niega con la cabeza, se tranquiliza y cruza los brazos despacio. Tampoco era capas de darle la cara al hombre frente suyo.

—Lo sé, pero…

—Es difícil ver a los hijos partir y ver que solo les diste lo que pudiste en lugar de todo lo que querías darles —confiesa el hombre—. Si sigue presionando y castigando a su hijo lo único que lograra con ello es que se aleje de usted. Créame. Lo se perfectamente, se arrepentirá de ello si no deja su obstinación. Perder a un hijo así es algo muy duro. Y es peor si sabe que esa es razón. Le puedo preguntar algo ¿Es que acaso usted no se dio cuenta antes de que su hijo… de que nuestros hijos bueno… ?

—Mi… mi intuición me decía que pasaba algo. Pero Cody no es la clase de chicos que miente  o se meta en problemas por eso no sabia al principio que le pasaba. Ultimamente habia estado mas misterioso y raro de lo habitual, pensé que eran los típicos problemas de la adolescencia, incluso estaba convencida de que le gustaba una niña o algo así. Pero no venia a pedirme consejo Esta convencida de que confiaba un poco mas en mi, por eso cuando comencé a ver las señales de lo que realmente pasaba… yo  me sentia tan confundida. Era la primera vez que no podía ayudarlo a resolver por lo que estaba pasando. Es mi hijo y no sabia que hacer. 

—La entiendo —responde Seichirou—. Los niños de esa edad crecen en un parpadeo. Resulta muy desconcertante para nosotros los padre.

—¿Y ahora que?

—Hay que limitarse a creer en ellos, en lo que les enseñamos. Solo somos nosotros que no hemos aclarado bien nuestras ideas. Tenemos que tener paciencia.

—Es frustraste no entender nada y no poder hacer nada —Fumiko parece querer sollozar.

—No siempre podemos salirnos con la nuestra. Cuando eso pasa significa que nuestros hijos ya son independientes y que crecieron ¿no es verdad?

—Señor Kido…

Seichirou sonrío afligido y aceptando la rendición, ante lo obvio pregunto:

—Ahora ¿Que es lo que debemos de hacer con nuestros hijos?

Ella solo suspiro.

 

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

Tardaron mas de una hora. Discutían a gritos, se calmaban, reunían, apelaban… suspiraban.

Al final mandaron a llamar a los involucrados.

En la sala. A la izquierda Joe y su padre, a la derecha Cody y su madre, en el centro el abuelo, que de solo mirar a los padre sabia que estos determinarían su decisión con lo que pasara en ese momento. Sin embargo no tendría recato de defender celosamente y con argumentos a la pareja.

Por su lado Cody y Joe  solo se miraban, bajaban la vista y se remiraban nerviosos casi pensando en lo mismo, en aquel plan absurdo de salir corriendo por la puerta, tomar el auto del padre del mayor e irse tan lejos hasta donde la gasolina les permitiera en un tipo de fuga loca y pasional.

El silencio era demasiado, se escuchaban las manecillas del reloj correr. El primero en decir palabra tendría la ventaja o comenzaría el desastre.

—Bien —hablo el anciano—. ¿tuvieron tiempo suficiente para hablar?

Fumiko suspira y comienza lento:

—Kido —refiriéndose a Joe—. ¿Que es lo que realmente quieres de Cody?

El interrogado tomo coraje y contesto con toda honestidad inmediatamente:

—Lo que quiero es tener una relación seria con su hijo. Lo único que deseo es poder hacer feliz a Cody tanto como pueda. Lo quiero mucho. Por favor —inclina la cabeza en reverencia—. Permítame estar con él.

—Cody… —la mujer mira a su hijo—. ¿Tú que es lo que quieres? ¿En verdad Kido es… ?

—Si, madre —interrumpe el pequeño con calma—. Quiero que lo entiendas. A mi me gusta mucho Joe. Él no es malo conmigo. 

—¿Tienes idea de lo egoísta que estas siendo? —Pregunta la mujer.

Joe entreabrió la boca apunto de objetar pero una mirada del abuelo Hida y un toque de su padre fue suficiente para mantenerlo callado.

Entonces Cody contesto:

—Si. Lo sé perfectamente. Te quiero madre y a mi abuelo también. Se lo mucho que te preocupas por mi. También se valorar todo lo que me has dado y las cosas buenas que hay en mi vida. Por eso esta vez te equivocas. Me importa Joe, yo lo quiero y él a mi. Tú me enseñaste a escoger a las personas que están a mi alrededor y que es lo que debo de hacer. ¿no me dijiste una vez que la persona que me gustara debía ser alguien que me alegrara el Corazón?. Joe es esa persona. Él quiere protegerme igual que tú, por eso lo decidimos juntos hace mucho tiempo, el confesarnos, el no escondernos. Se que te parece raro. Somos chicos, él es mayor que yo. Pero quiero que aceptes esta parte de mi, madre. Me convertí en un chico bueno que no miente y que no hace nada malo ¿sigues confiando en mi? ¿en que se que hago lo correcto?

Fumiko intenta contener las lagrimas, toma a su hijo entre sus brazos y le dice dulce y comprensiva:

—Lentamente vas creciendo y me siento como si estuvieras cada vez mas distante de mi, Cody.

—Madre.

El niño alza su mirada cruzándose con la de Fumiko, la cual miro sonriendo y concluyo:

—Debemos prestarnos mas atención. Dime, nadie te esta engañando, ni manipulando ¿verdad? —el niño niega con la cabeza—. En ese caso, solo prométeme que no se meterán en líos.

El chiquillo se acurruca y asienta con la cabeza.

Fumiko lo abraza intensamente. No importaba que su hijo fuera un poco diferente y que ella no pueda entender del todo bien. Cody era Cody. Su siempre serio, sincero y aveces caprichoso hijo, y ella, ella era su madre.

Ha… el tiempo corre tan rápido.

Seichirou por su parte mira a su hijo y le pregunta taciturno:

—Joe ¿Estas seguro de lo que estas haciendo, de las responsabilidades que estas tomando?

—Si, padre. Nunca estuve mas seguro de algo en mi vida —afirma el joven.

—Ya veo  —la experiencia ya le decía que aun que se opusiera su hijo no se detendría para obtener su objetivo. Persistente y sincero, así es Joe… y por lo mismo al que mas confianza le tenia a la hora de decidir algo vital —Tienes mi apoyo, hijo.

—P-padre —Joe sonrío ampliamente.

Seichirou Kido forma igual una pequeña sonrisa, si lo pensaba bien fue a Joe al primero de sus hijos a quien le dijo esas palabras.

—Me alegró que lo ayas reconsiderado Fumiko —el abuelo felicita.

—Lo entiendo —dijo ella—. Si eso es lo que hace feliz a Cody.

La sonrisa del niño tampoco se hizo esperar, tan resplandeciente, tan llena de vida. El pequeño volteo a ver a su senpai, quien parecía no poder creerlo.

—Pero… —Fumiko repela en voz alta—. Las cosas ya no serán como antes. Abra nuevas reglas. 

—Lo mismo te digo a ti, Joe.

—¿Ha?

—Primero… Si Kido va a estar aquí. Nada de quedarse solos en tu habitación. Los quiero aquí en la sala donde pueda verlos a ambos —indica Fumiko con algo de vergüenza.

Kido padre carraspea:

—Y espero que entiendas, Joe. Que ya no pueden quedarse solos en el departamento. De tus gastos ya hablaremos en la casa.

—¿He?

—De lo demás nosotros hablaremos mas tarde también, Cody.

—P-pero…

—No les alegra chicos —ríe el abuelo.

—¿Heee?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).