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Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Primero perdon por el retraso, pero ultimamente he tenido demaciado trabajo y solo tengo poco tiempo libre. Resulta que es temporada alta y todos tenemos que multiplicarnos al ser pocos empleados. Les aseguro a veces me siento como si estubiera en una mala copia de "Working" u.uU y cuando llego a casa es como si pudiera escuchar en el fondo  tema de Joe "Blue Faith" u.uUu Creo... que estoy diciendo cosas raras...

Bueno mejor disfruten del capitulo.

Capitulo treinta: Cosas nuevas y cosas que cambian

 

Esa mañana Cody se levanto, se vistió y arregló el cabello, acomodándoselo frente al espejo. Ladeo su cara de un lado y luego del otro. Sonrió. La palidez, las ojeras y lo rojo de los ojos habían desaparecido ya.

—Creo. Que ya soy el mismo de siempre —se dijo así mismo aun mirando su reflejo.

—¡Cody el desayuno esta listo!

—¡Ya voy, madre!

Tomo su mochila y fue a la cocina, en donde se sentó a la mesa aun lado de su abuelo.

—¿Como te sientes, Cody? —le pregunto el abuelo pasando un plato de huevos fritos, salchichas y ensalada—. Anda. Come bien.

—Si. Me siento mejor. Gracias, abuelo —enseguida el niño se llevo una porción a la boca.

—Quiero que bayas directo a la escuela —su madre se sentó a la mesa.

Cody asintió con la cabeza. En ese instante el celular del chiquillo sonó. Este no espero ni un segundo en ver el mensaje que le acababan de enviar.

—Cody ya hablamos sobre contestar el celular en la mesa —regaño el mas viejo.

—¿Es… Kido? —pregunto con duda la madre—. A…

Aun no podía evitar la incomodidad. Apenas se levantaba su hijo y ese muchacho ya le mandaba mensajitos.

—Si —respondió Cody. Se quedo callado un momento antes de continuar—… A… ummm… me dijo que fuera a la escuela tranquilo. Que me esforzara…

—Ya veo…

La mujer solo desvió la mirada tomando un trago de té. Mientras su hijo bajaba la suya sin despegarla del celular, estaba avergonzado.

—Kido es muy amable al preguntar como estas y desearte suerte —Shikara trata de romper la tensión.

El niño ruborizo ligero y con una pequeña sonrisa asienta con la cabeza.

—… Madre… ah… ¿Puede venir Joe a verme hoy? Quiero decir… a…

—Pues… —ella parecía querer negarse.

Sin embargo.

—Fumiko…

—He… esta bien —una llamada de atención de su suegro fue suficiente para que aceptara. Mas aun mostrando renuente aclaró —. Pero ya sabes las reglas ¿verdad?

—Si, madre.

Claro que la madre del pequeño habia aceptado y aprobado su relación con el chico de gafas… mas o menos. Pero eso no dejaba aparte que esta le impusiera nuevas reglas. Entre ellas: Estaba prohibido quedarse solos en la habitación de Cody con la puerta cerrada, nada de besos y cosas impropias; siempre debían permanecer en la sala donde pudiera verlos; Kido tenia que irse a mas tardar a las nueve y media de la noche (que en realidad eran las ocho, pero después de mucho objeciones y una pequeña ayuda de su abuelo lograron extenderlo una hora); No exhibirse en el edificio, que ninguno de los vecinos los vieran haciendo algo que pudieran considerar escandaloso; nada de llamadas extraoficiales después de las diez y media; mantener el promedio escolar; comer adecuadamente y seguir con sus clases de kendo. En fin, Aveces Cody pensaban que algunas de estas reglas eran para molestarlo. Aun así, obtuvo algunos beneficios que estaba ansioso de explotar en cuanto pudiera. Ya que convenció a su madre de dejarlo salir con su senpai los domingos y que pudiera llegar hasta las diez, siempre y cuando avisara antes. Se moría de ganas de quedarse a solas con su senpai.

—Cody se te va a ser tarde. Vete a la escuela.

—Si, abuelo. Adiós.

—Ve con cuidado.

—Si.

Así el chiquillo tomo sus cosas y se marcho a la escuela.

Igual que Cody. Joe también tenia nuevas reglas en casa. En especial en cuestiones de quedarse a solas en el departamento con el niño y el aspecto financiero. Ya nada de estarse gastando treinta y cinco mil o cuarenta mil yenes a la semana, y tuvo que regresarle a su padre la tarjeta de crédito que le habia dado cuando habia entrado a la universidad “Te la regresare después” fue todo lo que le dijo su padre en ese momento. Y si bien era bastante absurda la idea de que dejara de llevar a Cody al departamento, después de la evidencia en sus cajones y que de todos modos Joe sabia que su padre no estaba casi nunca en casa, el elevado sentido de la responsabilidad y obediencia que tenia, evitaba que no desobedeciera esa consigna. Por lo menos durante un tiempo.

Aun así a la pareja parecía no importarle mucho estas restricciones. Tenían la aprobación de sus padre… mas o menos. Y era suficiente. Ademas si querían algo de intimidad… bueno eso ya lo tenían resuelto.

Los padre por su lado. Habían resuelto esto, mejor dicho llegado a una conclusión de como lidiar con esto. Por un lado, Kido padre, conociendo el carácter rebelde que solían tener sus hijos al defender sus ideales, simplemente dejo las cosas seguir su marcha. Por que aun que se opusiera eso no le hubiera importado a su hijo y seguiría intentando estar con el niño Hida a toda costa. Que decir, si sus otros dos hijos escaparon para tener la vida que deseaban, ¿que evitaría que Joe no se fugara con ese niño?. Al menos así, puede vigilarlo. Como siempre en silencio y tomando su distancia. Intentando respetar las decisiones del menor de sus hijos.

Por el otro lado, Fumiko Hida. Nunca admitiría que parte de haber dejado a Cody al cuidado del chico de gafas, se debió a que habia cedido a la presión. Si cedió ante la presión de los otros. De todos los que le decían que sus ideas eran anticuadas, de los que le dijeron que ese chico mayor era bueno, que sabia cuidar de Cody como era debido, a la escena de un chico rogando frente a ella, ante el encaprichamiento de su hijo y la presión de una puerta cerrada… No, no solo a eso, también al brillo en los ojos de su hijo cuando le dijo que le aceptaba, a su alegría, a su felicidad. Por que ella jamas seria capas de resistir esa tristeza y resentimiento el resto de su vida. ”Perder aun hijo así es muy doloroso” Le dijo el señor Kido. Y tal vez fue mas que nada porque ella se habia resignado. Bueno, al menos era alguien que conocía como el chico de gafas y no un cualquiera.

Aun que aun así habia algo que le preocupaba demasiado y que le incomodaba preguntarle a su hijo.

 

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Al llegar al colegio entro en su salón como siempre. Se sentó en su lugar al lado de su Buena amiga Suzumiya y preparo sus cosas, listo para la primera clase. Y por supuesto durante todo este proceso noto las miradas y cara de sorpresa de sus compañeros, quienes tardaron solo un poco mas, de lo que Cody habia pensado, en hacer bolita en su lugar e interrogarlo.

—¡Hey! ¡Hey Hida ¿como estas?! Dicen que te enfermaste —pregunto Sawada.

—Dicen que te hospitalizaron —Usami se adelanta.

—¿Que te paso?

Pero Cody no sabia que contestar.

—Dejen a Hida en paz —Suzumiya interviene sentada en su lugar–. No ven que acaba de regresar.

—Es cierto. No quieren que se enferme de nuevo ¿o si?

—¿Qué dicen?. Si se ve fuerte —Sawada palmea la espalda de Hida, con una tonta sonrisa en su cara.

—Bueno… yo… —Cody comenzó a sentirse incomodo con tanta atención.

—Huuyyy —exclama Michii amigo de Sawada entre la multitud—. Ya hasta estaban diciendo que te estabas muriendo.

—Pues yo creía que te habías fugado con tu novia y que te habas unido a una pandilla.

—¿Pandilla? —el aludido hace una mueca.

—Ja ja ja incluso decían que habías embarazado a tu novia y que como no te dejaban estar de ella, la secuestraste y te fuiste de casa.

—¡Puras tonterías y disparates saben decir! —regaño Suzumiya.

—Bueno —uno de los amigos de Sawada opino —Aun así. Que fuerte ¿no? Si así fuera. Quiero decir. Tu novia esta en la universidad ¿no, Hida?

—¿He? Si, bueno… —el pequeño agacha la mirada y dice ruborizado en voz tan bajo que parece un susurro—. En realidad mi madre aprueba mi relación.

—¡Que! ¡Que! —se escucha en todo el salón.

—¡¿Que cosas?!

—¿Como lograste hacer algo así? ¡Si mi madre se enterara de que ando con alguien mayor que yo. Me mataría! —Exclama Usami.

—Tú si eres de los buenos, Hida —Sawada se ríe como pillo mientras le palmeaba la espalda al castaño, quien se zangoloteaba.

—¡Ya dejen en paz a Hida! —Suzumiya exclama siendo apartada poco a poco de la bolita de gente alrededor de Cody— ¡Háganme caso! ¡Por fin regreso y ustedes lo abruman!

—¡Hida! ¡¿Hida regreso?! —Kurumine-sensei entraba al salón cuando escucho a la niña gritar. Dejo todo a u lado y se abrió paso entre sus alumnos—. Hida que bueno que regresaste —toma las manos del chiquillo con lagrimas en los ojos.

—Sensei —Kouka le llama— Sabe. La mamá de Hida aprueba su relación con alguien mayor.

Y todos los alumnos se quedaron callados. Como siempre la chica de mirada adormilada llamaba la atención sin esfuerzo.

Sin embargo, al contrario de lo que todos imaginaban. La maestra no reprocho, al contrario:

—Me alegra tanto por ti —decía la mujer asentando con la cabeza y sonriendo con pequeñas lagrimas en los ojos.

—¿He? A la maestra le gusta el straight —susurra por lo bajo Sawada a Suzumiya, quien con los brazos cruzados y expresión caprichosa contesto:

—Y yo que sé —mientras pensaba en sus adentros— “Le dije que Hida no quería llamar la atención”

—Me alegro. Me alegro  mucho —Kurumine-sensei sonreía sin soltar a Cody. Sin embargo llego un momento en que noto que el castaño le estaba esquivando la mirada. Ha… era cierto ella…

 

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Cuando fue hora del almuerzo, Hitomiko se las arreglo para llevarse a Hida consigo, lejos de las preguntas y miradas curiosos de todos. Entre que iban a la cooperativa escolar y al baño. En realidad ambos terminaron escondiditos en las escaleras entre el segundo y tercer piso.

—Todos me sorprendieron en la mañana.

—Lo siento —la niña se inclina—. Pero te dije que encontraría la forma de justificar tu ausencia. No podía decirles la verdad, que tú… ¡perdón! No quise…

—No. Esta bien —interrumpió Cody serio—. De hecho me siento muy avergonzado de que hayas visto de esa manera tan débil.

—No. No te sentías bien.

—Aun así. Viste mi aspecto mas deplorable. Lo siento. Estaba confundido y muy mal. Probablemente te dije cosas muy hirientes sin darme cuenta. Discúlpame —hace una pequeña reverencia.

—No. No hagas eso —Suzumiya agitaba las manos ruborizada—. Bueno, si nos peleamos y ese día nos dijimos cosas malas…  A mi debe de daría darme mas vergüenza, es decir… Hida-sensei no estaba escuchando… ¡Ha! Pero ¡pero eso no significa que este enojada contigo! Aun somos amigos …. ¿verdad?

—Si —el castaño sonríe sacándole el mismo gesto a la niña—. Aun así. Te debo las gracias. Ken me contó lo que hiciste por mi ese día. De como fuiste a buscar a Joe.

Ella se muestra tímida.

—Yo solo hice lo que un amigo debe de hacer —desvía la mirada tratando de ocultarse— ¿y Kido? Ya se disculpo contigo ¿verdad? Porque si no… —apretó su puño en amenaza.

—Si… él lo hizo.

—Pero…

—Sabes. Mi abuelo me contó que Joe se arrodilló ante mi madre y pidió permiso.

—¿He? —la chica no oculto su sorpresa—. Y lo que dijiste en el salón, entonces…

—Si. Mi madre —Cody agacha la mirada ruborizado— me ha dado permiso. Mas o menos. Creo que aun no le agrada la idea, pero hasta el momento… todo va bien.

—Eso es bueno —Suzumiya sonríe con todo el corazón. Hasta se le habia olvidado que quería agarrar a puntapiés al chico de gafas cuando lo volviera a ver.

—Si. Pero, no sé. No se como explicarlo. Me da pena que sepan, me siento incomodo.

—¿Porque?

—No sé. Es raro. Nos la pasamos escondiéndonos por todo un año y siempre pensé que cuando nos descubrieran terminaríamos muy mal. Y ahora, podré estar con Joe como si nada. Bueno mas  o menos. Me incomoda que mi madre me diga que no seamos muy obvios que esta bien que ellos sepan, pero que las demás personas no. Se que solo lo hace por mi seguridad pero…

—No te preocupes —ella le toma de las manos—. Veras que con el tiempo mejoraran las cosas. Lo importante es que estés con la persona que quieres. Yo… yo… siempre seré tu amiga. Puedes confiar en mi.

—Suzumiya… —ella le sonríe—Gracias.

Él sonríe amablemente.

 

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Después de clases todos se prepararon para marcharse.

Cody toma su mochila y mira a Suzumiya, la cual platicaba con Sawada muy animada y contenta. De repente voltea y ella le dice:

—Hada no te importa si esta vez me acompaña Sawada ¡Ha! Es que él… últimamente me a estado acompañando a casa ¡Solo es! ¡no es por nada especial!

El pequeño no dijo nada. Se distraía con Sawada, que detrás de Suzumiya y ya cargando ambas mochilas en cada brazo, suplicaba.

—…ha…

—Hida —Kurumine-sensei le llama volteando a ver  los chicos—. Puedes quedarte un momento. Quiero platicar contigo de algo.

—Si —contesto seco, Cody—. Vallanse —les indico a sus amigos.

 Hitomiko asentó con la cabeza, tomo sus cosas y se fue en compañía de Sawada, quien miraba medio extrañado a Kurumine-sensei.

La maestra espero que todos los alumnos de su clase, con  excepción de Hida, se marcharan. Cuando se quedaron solos, era como repetir la escena de aquel día. Ella sentada en su escritorio. Él en una de las bancas de enfrente negando la mirada, sin embargo esta vez, el mas pequeño no ocultaba su disgusto. No era para menos después de la que se atrevió a decirle:

—Hida— llama Kurumine-sensei con cierto tono maternal—. Quise que te quedaras para hablar conmigo respecto a lo que ocurrió los últimos días —Hida se tensa, no quita su cara de indignación y voltea el rostro para no mirar a la mujer. Esta le siguió diciendo——. Nunca espere que fueras a hacer algo así. Todos estábamos muy preocupados. La escuela me pedía respuestas sobre ti y no tenia el valor de decir la verdad. Suzumiya-san te defendió como no podías imaginarte. Debes de alegrarte de tener una gran amiga como ella. —sonríe levemente pero Cody seguía sin mirarla. Con pesar en su corazón ella continuo— . Esto… esto no hubiera pasado si yo no hubiera terminado de presionarte. Ese día te dije algo  muy cruel de lo que estoy arrepentida. Se supone que soy tu profesora, que deberías confiar en mi. Y cuando lo hiciste, no hice mas que entrar en pánico y decir la primera tontería que me viniera a la cabeza, no todo lo que te enseñan siempre es lo correcto y no fue capas de usar mi propio juicio. Nunca cambiare, siempre despistada. Pero esta vez fui muy imprudente. Cody lo siento mucho…

Ella se acerca y rodea al niño entre sus brazos y lo recarga en su pecho, a pesar de que este seguía sin mirarla.

—Kurumine-sensei…

—Lo siento. En verdad lo siento. Aun que sea tarde. Yo no creo que seas raro. Mejor dicho, tu maestra también es algo rara…. Todos lo somos y eso esta bien. Eso es lo que nos hace lo que somos —la maestra ruboriza, otra vez se siente tonta diciendo todo aquello.

Cody alzo la vista lentamente. Su maestra se veía tímida y sincera. Era como una niña, una colegiala… alguien igual a él. Y eso era lo que hacia que se llevara bien con todos los alumnos en la escuela. Ella, Natsumi Kurumine-sensei habia decidido seguir así como era realmente, sin ocultarse, ser ella misma en su propio camino con toda honestidad. Como él, Cody, decidió hacer lo mismo.

—Kurumine-sensei… —la llama mientras corresponde el abrazo—. Gracias.

Ella niega con la cabeza:

—No… yo debo de darte las gracias.

Ese año, su primer año como profesora titular, Natsumi-kurumine, aprendería del mas pequeño y mas callado de sus alumnos, aquel que siempre recordaría en sus años de enseñanza. Que a pesar de ya ser una adulta, siempre habia cosas que se debían de aprender, comprender y que tener a alguien que apoye el camino que escogiste es suficiente para hacer la diferencia.

 

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Esa noche Cody espero ansioso, se arreglo un poco mas de lo normal y espero a oír el timbre para verle a él, a su senpai. Por fin llegaron las ocho treinta. Hora en la que le habia dicho Joe que llegaría. A Cody esto no le agradaba del todo. Antes podía verlo desde las seis treinta o siete. Por que podía esperarlo en el departamento plácidamente, incluso prepararle algo rico de cenar o aveces pedir algo a domicilio. Pero ahora, Joe tenia que hacer camino desde la universidad hasta la casa Hida y eso les quitaba tiempo de estar juntos. Peor aun, Cody sabia que los días que lo iban a ver, su senpai no comía nada hasta después de irse a las diez, y llegar a su casa, casi a las once. Se sentia culpable, pero Joe, fue claro en que se sentiría mas avergonzado, si llegara verlo y le pidiera de cenar algo y su madre tendría que servirle. Definitivamente habia situaciones que aun no sabían manejar ahora que sus  familias conocían su relación.

Las situaciones aveces eran mas difíciles de lo que realmente eran…

Escucho el timbre y prácticamente de un salto se levanto del sillón de la sala y fue emocionado a abrir la puerta.

—Joe… —llamo con una gran sonrisa y rubor en las mejillas.

—B-buenas noches —respondió el mayor tímido pero sin ocultar su felicidad.

—Ven. Ven pasa.

Cody lo toma de la mano y lo jala hacia dentro.

En la cocina Fumiko ya miraba la situación con cierto aire de fastidio. Esto no le convencía del todo.

—Kido, buenas noches. Siéntate —invito el abuelo que sentado en la sala en su sillón individual. Dejando a la pareja en el gran sillón frente al televisor.

—B-buenas noches —dijo nuevamente Joe mientras Cody prácticamente lo obligaba a sentarse y ponerse cómodo.

—Joe ¿te fue bien en la escuela? Cuéntame. ¿que hiciste hoy? —Cody se sienta de un salto al lado del mayor.

Kido tardo unos segundos en tomar las cosas con naturalidad y hacer lo de siempre con su pequeño. Aun así, quería hacer bien las cosas y no dar una mala impresión.

El abuelo dejo que la pareja conversara sola, el no decía palabra alguna o interrumpía la conversación. Miraba el televisor, pero ponía atención a lo que pasaba a su alrededor.

Pero Fumiko, ella en la cocina, no venia de buena manera  al joven de gafas. Mientras preparaba el té solo fruncía el ceño. ¿como era posible que su hijo contara

con tal vivacidad y alegría su día aquel chico, que a ella? Miraba las sonrisas, los sonrojos, la inocencia de su hijo. Y al otro solo devolverle el gesto, peinar su cabello de un lado al otro, deslizar su mano en los pequeños hombros de Cody…

—¡Aquí esta el té!—llaga ella  azotando la bandeja con tres tazas, toda mal encarada.

Joe asustado quito su mano de la de Cody y se aparto un poco del chiquillo, apartando la mirada:

—G-gracias.

Fumiko fulmino con los ojos como si fuera a matar a su presa unos segundos.

—Fumiko… —llama el abuelo disimulando la severidad de su voz—. No crees que deberías traer los aperitivos también.

—Si.

Contesto y se fue a la cocina.

Joe no podía negar que se sentia muy incomodo. Admitía que cuando comenzó su relación con Cody, se sentia culpable de estar escondiendo y guardar la apariencia en la calle. Por ello cuando su pequeño empezó a ir  su departamento se le quito un peso de encima. Podía actuar tan natural y hacer lo que considerara mejor, abandonando su timidez, así como sus negación. Pero abandonar de repente su zona de confort lo hacia sentirse molesto, casi podía jurar sentir la mirada de la madre de Cody acecinarlo en donde estuviera. Pero tenia que resistir por su pequeño príncipe quien era el único motivo para resistir ese mal trato.

—Joe…

Llamo el menor con voz dulce, poniendo su mano sobre la suya.

—¡Ha! V-vamos a tomar el té. Apuesto que sabe estupendamente.

—Ummm… si.

Y se sujeto de su brazo. Pero el mayor solo consiguió tensarse mas.

—Aquí están las galletas de arroz —interrumpe la madre sin dejar de arrojar su desagrado.

—Joe a ti te gustan las galletas de arroz ¿verdad?

—¿He? Si. ¡Si, mucho! Apuesto que las suyas deben de saber deliciosas. Ya que es una excelente cocinera —halaga a la mujer intentando aligerar la situación, sacando una sonrisa. Pero fue en vano, ella solo gimoteo con descortesía se negó a ver al chico, se levanto y regreso a la cocina.

Esto no paso desapercibido por el abuelo Shikara, quien siguió a su nuera a la cocina. Y mientras esta pretendía lavar los trastes, le dijo a ella:

—¿No crees que estas siendo demasiado grosera con Kido?

—¡No puedo creer esto! —balbució ella tallando con fuerza lo paltos, enjuago deprisa y dejando a un lado.

—Te recuerdo que fuiste tú la que estuvo de acuerdo con este trato.

—Si pero él…

—Kido no esta haciendo nada. Solo esta platicando con Cody. No tienes motivo para tratarlo así.

—No. No sé. Creo que esto es una mala idea. No. No lo aguanto —la mujer agitaba la cabeza negando.

—Fumiko quiero que voltees y mires a Cody unos segundos.

Y así lo hace ella.

El pequeño sonreía con pequeñas chapitas, tan amplio, tan lleno de felicidad, calidez. Fumiko desvía su atención al chico de cabello azulado. Él sonreía nervioso, se habia rodeado con su brazo el estomago dolido por el nerviosismo. Aun así parecía atento a todo lo que le decía el niño.

Fumiko se queja en un gemido leve. Seguía sin agradarle la idea de que su único hijo saliera con un chico mayor. Aun mas, le preocupaba aquel asunto.

—Espero solo que se comporte. —soltó la madre y regresa a lavar los trastes —. Cualquier cosa rara que haga y se va.

—Fumiko…

 

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El tiempo se fue volando. Cuando la pareja se dio cuenta, ya era la hora para que el senpai se fuera a casa. Y mamá no tardo en hacerlo notar.

—Ya son las diez. Es hora de que Kido se valla.

—Pero…

—Nada de excusas esas son las reglas. Ademas mañana tienes escuela —Fumiko le decía severa.

—Cierto —Kido habla tímido—. Tu madre tiene razón. Vendré el viernes.

—Cody no quieres que a Kido se le haga tarde ¿Verdad? —intenta convencer el abuelo—. ¿Porque no lo acompañas abajo?

—¡Papá!

—Fumiko solo bajara y regresara. Descuida.

—Si. Te acompaño.

Cody le dice a su senpai, lo toma de la mano,mejor jalando hacia la salida.

Sin duda su abuelo era el mejor. Podía tener unos minutos de privacidad con Joe en el ascensor.

En cuanto ambos chicos entraron al elevador, el pequeño no dudo ni un segundo en jalar de la camisa al chico de gafas y robarle un beso, al mismo tiempo que se cerraban las puertas.

—E-espera —Joe se separa ruborizado, aturdido por el ataque repentino del niño. Eso se habia sentido muy rico—. ¿Que tal si nos ve alguno de tus vecinos? —se cubre la boca avergonzado.

—No me importa.

—Recuerda lo que dijo tu madre.

—¡Mi madre! ¡Mi madre! —se quejaba el castaño remilgoso—. Me esta molestando mucho. No me agrada como te trata.,

—Debes de ser paciente. Esta a sido la segunda vez que vengo  tu casa obedeciendo las nuevas reglas.  Y no va tan mal como pensé.

—Terminaste otra vez con dolor de estomago ¿verdad?

Joe sonríe torpemente. Su niño lo conocía perfectamente:

—Pero sabes. No me importa quedar con un poco de dolor de estomago si puedo estar contigo.

—No me parece. No puedes estar cómodo.

—Son las reglas que debemos seguir para que no nos separen. Si tengo que sobrevivir a los tratos de tu madre y aun poco de dolor  a cambio de ti. Vale mucho la pena.

—Joe…

—Ademas. Siempre tendremos el domingo para nosotros solos.

El mayor le sonríe mientras le acaricia el cabello al niño quien ruboriza y dice con cierta ternura:

—No puedo esperar tanto. Ese… ese fue el primer beso que te he podido dar desde que nuestros padre saben lo nuestro. A penas te puedo tomar de la mano. Así que…

—Lo sé. Lo sé —Joe mira el indicador  del elevador tenían aun quince pisos que recorrer antes del final—. Pero sabes… hay tiempo para un beso mas.

Se sonrío. Miro a Cody parpadear un par de veces en su inocencia, con chapitas en sus mejillas. Lentamente lo acerco a él y lo abrazo con fuerza. El niño sintió como si se fundiera, percibiendo el cálido aroma de su senpai. Un temblor se apodero de él al sentir los largos dedos de Joe deslizarse por sus mejilla hasta levantar su mentón. El niño se para de puntillas por impulso y suelta un pequeño gemido. Su senpai rodea sus caderas, acariciando su pequeño trasero con suavidad y de repente, lo levanta con un solo brazo al mismo tiempo que roba un beso de los dulces labios del niño. Fue cálido, apasionado, necesitado. Joe impaciente roba uno tras otro, besos cortos de la boca entreabierta de Cody, que suplicaba ser invadido por la lengua caliente del mayor.

—Eres muy lindo —susurra concediendo el deseo del niño, atacando el interior.

El chiquillo se sentia flotar, sus pies no tocaban el piso, su mente sometida gozosamente por el placer de un beso perfecto.

—Joe…

Llamo a su senpai apenas separaron sus bocas. Pero el mayor embriagado, aprieta su agarre y desliza su nariz por el cuello del castaño, olfateando a conciencia, queriendo hundirse en ese delicado aroma.

—Cody —susurra descontrolado–. Aun puedo olerme intensamente en ti de la ultima vez que estuvimos juntos. Eres como un pequeño pastelillo de chocolate en un plato esperando a que te coma. Y cuando te tengo así y tiemblas es como si acabarás de salir del horno, tan calentito y delicioso. Hace semanas que no te pruebo —presiona con brusquedad sus labios en el delgado cuello, estruja con fuerza el cuerpo de Cody, controlándose lo mas que podía para no morder la suave y suculenta piel.

—¡Joe! ¡Ahh!

Cody grita excitado.

El mayor suelta un gemido ronco y baja despacio a Cody. Respira agitado y se acomoda las gafas:

—¿Podrías ser un niño bueno y calmarte para que no te vea tan provocativamente? Si no lo haces, no seré capas de controlarme.

Cody se tambalea aturdido, todo su espina electrizada. Su cuerpo sensibilizado anhelaba mas. Pero en ese momento lo único que podía hacer era asentir con la cabeza. Definitivamente no podía esperar a que fuera domingo.

Y entonces se escucho la campanilla del ascensor y se abrieron las puertas.

—Nos vemos el Viernes. Regresare —Kido acaricia el cabello chocolate del niño, se despide y sale del ascensor.

Cody presiona el botón de regreso, las puertas se serraron y él, se recargo en el fondo tocando los labios sonriente con un ligero sonrojó. Esa noche no iba a poder dormir tan fácilmente.

Cuando entro a casa su madre seguía en la cocina, acomodando los trastes que habia lavado. Él se sentó a la mesa y comió uno de los bocadillos que habia sobrado.

—Toma un poco de leche, hijo —su madre le sirve un vaso y se lo deja en la mesa. Regresa entonces a sus deberes. Cody le da un trago y luego otra mordida a la galleta. Ella pregunta ¿Kido ya se fue?

—Si.

No hubo otra palabras en un largo tiempo. Sin embargo el niño notaba como Fumiko no paraba de desviar su mirada hacia él. Por un momento se puso nervioso ¿acaso su senpai le habia dejado una marca? No. No era posible. Joe era extremadamente cuidadoso en ese asunto.

—¿De que hablaron en el ascensor? —la madre hablo.

—¿He? Planeábamos nuestra salida del domingo.

—Es cierto. Estarán… solos… —y ella continua asomando la mirada una y otra vez hacia su hijo.

—Madre —llamo el chiquillo con timidez—. Si me lo vas a preguntar hazlo…

—¡¿Que?! ¿Que cosa?

—Se que quieres hacerlo. Así que si me vas a preguntar, hazlo —Cody se muestra abochornado haciendo circulitos con su dedo en la orillita del vaso, concluyo—. Sé que has querido hacerlo… así que pregunta… si Joe y yo  hemos… hecho cosas de adultos.

El chiquillo moría de vergüenza. Sin embargo la mujer dejo todo aun lado, jalo la silla al lado de su hijo y se sienta, entrelaza sus manos con las del niño y pregunta con preocupación.

—Cody tú sabes que yo solo quiero lo mejor para ti. Así que si Kido te ha hecho algo que te hace sentir incomodo o que no te guste. O te dice cosas que no quieras hacer o algo. Puedes decirme, no me enojare. Así que dime, tú y Joe han... han hecho algo.

—No. A un no hemos llegado a tanto —declara el niño tranquilamente.

Fumiko no supo como reaccionar al principio, y eso era por que sabia que Cody estaba mintiendo. Así es. Ella lo sabia. No era tonta, es decir: aquel mensaje en el teléfono, aquellas idas a dormir, cuando llego tarde a casa con el cabello húmedo. Era obvio que esa relación habia llegado muy lejos.

—Pero si hemos hablado sobre eso —concluyo Cody.

—¿He?

—A Joe realmente no le importa mucho eso. Él es u chico sencillo, es muy penoso y rara vez hace algo en ese aspecto. El dice que cuando sea un poco mayor tal vez. Por que es algo especial que no debo tomar a la ligera, que lo piense mucho y el estará esperando tranquilamente mi respuesta cuando llegué el momento. —sentia calor en la cara, su madre lo mira fijamente.

—Ya veo —contesta ella recordando aquel mensaje.

—Joe nunca a sido malo conmigo. Es muy respetuoso, paciente y dulce. Nunca me a forzado a nada. Es muy comprensivo. Por eso yo creo que él tiene razón y debemos esperar.

Cody habla sincero. Si. Él creía en lo que decía, se habia dado cuenta de todo aquello, hace mucho, desde su incidentada primera vez que no ocurría y él forzaba, hasta que entendió los sentimientos de su senpai. Y realmente el sentia un chico afortunado. Por que sabia por la propia experiencia de su senpai, que no siempre se podía contar con alguien dulce y respetuoso; y que aveces las personas se aprovechaban del despertar de uno. Pero Joe no fue así con él. Lo único que quería era ser feliz a su lado. Y quería hacerle entender un día eso a su madre.

—Por ejemplo —hablo la mujer—. Si yo le preguntara a Kido sobre esto ¿Que aria?

—Probablemente se ruborizaría y después se desmayaría de la vergüenza. El no es muy bueno para expresarse en esos temas. Pero aun así, él te dijo que no tiene nada que ocultarte, así que…

—Y las veces que te quedaste con…. Ah…

La mujer no fue capas de concluir su frase ¿en verdad quería saber la respuesta? ¿En verdad necesitaba eso?

—Estoy seguro que él seria él indicado.

En ese momento, cuando Fumiko escucho decir eso a su hijo, un extraño sentimiento la invadió ¿Acaso era confianza? Si. Era eso.  Y eso era por que Cody era capaz de decirle  todo aquello con honestidad, seguridad y hasta normalidad. Le estaba contando algo intimo y muy privado. Le tenia la suficiente confianza para ello. Era tiempo de que ella también confiara un poco mas en él.

—Madre…

—Umm ummm —ella niega con la cabeza—. No es nada. Sabes que si tienes dudas sobre algo o quieres platicar de cualquier cosa siempre te escuchare.

—Lo sé.

—Que bueno. Eres un chico muy responsable. Me alegra.

—Pero eso es por que tú y mi abuelo me han educado bien —el pequeño sonrío.

—El abuelo escuchaba la conversación desde el pasillo. Se alegraba de ver la relación tan cálida de madre e hijo:

—Vez. No tienes de que preocuparte de nada. Hiroki, Cody esta creciendo espléndidamente y Fumiko lo a criado bien.

Se dijo en voz alta mientras se retiraba a su abitacion.

 

Continuara...

Notas finales:

Bien eso sera todo por el momento. Espero poder actualisar pronto n.nu

 

Ah. Respecto al fic: Straight para aquellos que no lo sepan. straight shota o shota straight se refiere a la subdivicion del shota manga en donde las relaciones amorosas son entre niños y mujeres adultas o niños y chicas adolecentes. Un autor de manga muy reconocido en este rubo es juan Gotou... Hay Sawada que has estado mirando XD

Cuidense y nos vemos en la proxima.

 


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