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Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

¿Que dijiron? ¿Shana no va actualisar antes de empezar el nuevo año? Pues no se equivocron del todo, despues de todo ya pasa de media noche XD

Primeramente, discupen el retraso. Fue un mes my complicado, ademas este año no llovio y mi alergia al pino me a estado fastidiando mucho. u.uU

Despues, espero que se la esten pasando muy bien en esta epoca, al lado de persons especiales.

De mi parte:

"LES DESEO FELICES FIESTAS!

Ahora si. El capitulo, que espero sea de su agrado n.n

Capitulo treinta y uno: Siempre tendremos el domingo

La semana paso normal. Por fin era domingo y Cody sentia un millar de mariposas revolotearle en el estomago. Por fin tendría su primer día libre con senpai después de mucho tiempo.

Para la coacción vestía especial. Los pantaloncillos corto que adoraba Joe y por supuesto su camisa de la suerte, aquella que le regalo su madre el año pasado, esa de cuadros blancos y negros, y que sin embargo seguía quedándole grande.

Una y otra vez miraba el reloj de su habitación, ya quería que llegara el medio día y fueran a recogerlo.

De repente se oyó el timbre y el pequeño salió corriendo con una pequeña mochila en hombro. Abrió la puerta principal y vio a Joe, tan elegante y atractivo como siempre, con sus pantalones de vestir, su camisa verde y su chaleco tejido azul.

—¿Estas listo? —pregunto Kido agachándose a la altura del chiquillo.

—Si. Vámonos —contesto entusiasmado.

—¡Un momento! —Fumiko apareció por el pasillo con claro disgusto—. ¿no vas a avisarme primero que ya te vas?

—Madre…

—Ven a despedirte.

—Ve —animo Joe que siempre trataba de quedar bien con la madre. Aun que esta siguiera viéndolo con disgusto.

Fumiko abrazo a su hijo y le dice al mas alto:

—No olviden las reglas. Nada de llamar demasiado la atención. Te lo encargo mucho. No se metan en líos.

—No se preocupe. Me are responsable de cualquier incidente. Estaremos bien.

Fumiko mira de reojo y agrega, esta vez, advirtiendo a su hijo:

—Quiero que tengas mucho cuidado. Que no te lleve a un lugar que no ¡He!

—¿He? N-n-no… —Kido tartamudea crispado, temblando y ruborizado.

—¡Madre! —llama Cody avergonzado.

Pero la mujer solo miraba al mayor hacer muecas y palidecer. Parecía que en cualquier momento se desmayaría. Su hijo no le habia mentido.

—Vallan con cuidado —dijo y después de ir a la cocina un momento, le entrego un caja de almuerzo al niño. Aun llamaba su atención la cara de Kido que parecía que le salía el alma por la boca, por el comentario.

—Vamos, Joe —dijo el castaño tomando a su senpai de la mano y llevándoselo.

Fumiko suspira cansada mientras cierra la puerta.

—¿Ya se fueron?—pregunta el abuelo bajando el periódico que leía en la sala.

—Si. Aun no estoy segura de que sea buena idea.

—Vamos. Déjalos. Se los prometiste. Tienes que confiar en Kido, así Cody confiara mas en ti.

Fumiko tuerce la boca resignada. El anciano concluyo—. Además me pareció muy amable y lindo de tu parte que les prepararas el almuerzo.

—Es lo menos que puedo hacer. Apuesto que Kido solo le compra comida chatarra a Cody. Por lo menos que ambos se alimenten bien.

—Como digas —contesto Shikara alzando el periódico escondiendo su sonrisa. Recordó como habia encontrado a su nuera desde temprano, preparando los platos favoritos del pequeño.

 

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Mientras tanto en la tienda Inowe. La chica y su novio Ichijouji atendían detrás del mostrador.

—Se ven contentos —comento Ken a su chica que inflaba las mejillas—. ¿Aun estas enojada con el superior?

—Un poco. Después de todo el alboroto que hicieron. Siento que de nuevo no participamos mucho en la historia.

—No lo digas como si alguien lo hiciera apropósito —fuerza una sonrisa el chico— .Lo importante es que todo resulto bien al final.

—Bueno eso es cierto —Yolei sonríe mientras observa a Cody y a Joe escoger varias golosinas de los estantes y se reían —¡Hay! —expresa la chica descuidada— Espero que el superior no este enojado por lo de la ultima vez —se palmea la frente.

—No creo. Aun que… cuando vinieron a darnos las buenas noticias. No lo tenias por que emboscar por la espalda y hacerle esa lave de lucha.

—¡Hay! yo no sabia que me iba a decir que fue a pedir permiso como era debido. Y que los dejaron estar juntos.

—Lo sé. Lo sé —Ichijouji la consuela.

Entonces, Cody y Joe llegaron al mostrador con una canasta de supermercado llena de golosinas. Ichijouji comenzó ha pasar los artículos por la banda para hacer el cobro, mientras Yolei guardaba todo en bolsas de supermercado.

 

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La pareja caminaba tomados de las manos. El mayor bajaba la mirada y sonreía al precioso niño que amaba tanto. El menor alzaba sus ojos entre risitas y sonrojos. Ansioso apretó la mano de su querido senpai y comenzó a balancear  sus manos de hacia enfrente y atrás.

—Te vez muy bien —halaga Kido con timidez—. Estas muy emocionado ¿verdad?

—Si. Estuve esperando toda la semana. Si vamos a ir  ¿verdad?

—Umm… si. Pero mas al rato. No quieres hacer  otras cosas antes.

—Si —el niño sonríe con toda el alma— Joe ¿ya no te duele la espalda?

—¿Que?…. No ya no —contesta el mayor con una sonrisa nerviosa mientras se tocaba el cuello con su mano libre.

—Yolei se volvió a disculpar hoy, pero…

—No importa. Supongo que me lo merecía o algo así. Aun que no pensé que ella tuviera tanta fuerza —hace una mueca mientras recuerda como ese día fue con Cody a avisarle a sus conocidos la buena noticia. Ken les habia sonreído dándole las felicitaciones, cuando, justo en ese momento ¡Bang! Yolei se le monto en la espalda hasta tirarlo al piso y le hacia aquella llave de lucha, reclamándole la angustia por la que habia hecho pasar a Cody. Y no lo soltó hasta que Ken logro quitarla de encima, ayudado por Cody que explicaba que sus padres les habían aparvado la relación.

Ahora que era así la situación era un poco extraña. Mucho nerviosismo le provocaba a Kido, el hecho de que su padre sabia para que gastaba tanto dinero cuando sacaba un extra del banco o el hecho de que la madre de Hida supiera que su hijo se iba con el en plan romántico.

“Y no dejes que te lleve a un lugar que no”

Recordó. Esos comentarios lo ponían en blanco o de piedra. Seguía sin ser bueno manejando esos temas y su pánico solo lo hacia quedar mas mal de lo que era en realidad.

Para Cody la situación era igual de difícil, su madre  y su abuelo ahora sabían que si salía con Joe, se besarían, tomarían de las manos y demás cosas de novios. Su abuelo era un ser muy comprensible. Si bien le daba su apoyo incondicional  y no lo habia sermoneado o hecho entrever algo, si habían platicado respecto a la discreción y la confianza para evitar problemas  y que pudiera disfrutar su relación plenamente. Al principio Cody, se mostró molesto por ello pero después de reprochar el motivo, entendió que eran cosas que su abuelo tuvo que hacer con su abuela por su amor cuando eran jóvenes.

En la mayoría de las veces. Terminaba contando de sus tiempos y eso le gustaba a Cody por que en secreto se guardaba la emoción de ver que hay cosas en las que se parecía  su relación con la de sus abuelos, y ver que esta habia durado tantos años.

Mas por el otro lado con su madre las cosas eran complicadas. En especial después  de aquella conversación respecto a que si habia iniciado precozmente su vida sexual. Y aun que le habia mentido por obvias razones. Eso no evito la vergüenza a morir, de la platica obligada sobre el sexo y sus responsabilidades, cosas que fue mas dicil para Fumiko de lo que el pequeño pueda imaginar dada las circunstancias por el cual hablaban sobre eso. Y él, Cody, solo podía quedarse callado asintiendo o negando con la cabeza. Realmente muchas de las cosas que le dijo su madre ya lo sabia gracias a Kurumine-sensei, a aquellas clases que dio alguna vez y las otras tantas las habia descubierto él solo o con su senpai.

Pero sobre todo lo que estraza al pequeño, eran como se desarrollaban las cosas entre su madre y su senpai. Era de silencio total o de descortesía, por que su madre como buena japonesa  solo ignoraba lo que le molestaba, incomodaba y guardaba la apariencia frente a los vecinos, aun que a estos no les hablara. El castaño solo podía suspirar ante la pasividad de Joe y el constante llamado de atención.

Pero hoy es domingo su día solos, su día privado. Cuando podían hacer lo que quisieran sin el ojo vigilante.

Así la pareja fue primero a un parque,  ya comenzaba el otoño y los paisajes poco a poco comenzaban a volverse rojizos  y naranjas.

—Vamos! ¡Vamos! –el menor emocionado jalaba de la mano al chico de gafas quien reía.

—Me vas a tirar despacio.

Y en los columpios cercanos  fueron a dar. Cody se sentó primero y Joe empujaba por detrás . Cuando el niño gano la suficiente altura, Joe se sentó en el columpio de lado e imito a su niño.

—¡Voy a llegar mas alto que tú! —ríe retando divertido.

—¡Así! ¡Ya veremos! ¡Pronto te alcanzaré!

Contesto el mayor balanceándose mas fuerte. Compitieron un rato hasta que el mayor comenzó a sentirse mareado y le dio la victoria a su niño.

La escena de ellos dos juntos como siempre habia causado diferente reacciones. Desde aquellos pocos, casi nulos que pensaban que era lindo. El de otros que se reían, de lo que ellos pensaba que era ridículo lo que veían, es decir era un estudiante de universidad compitiendo como un chiquillo. Y por supuesto también estaban los habladores y descorteses que murmuraban cosas desagradables. Y por supuesto la gran mayoría que los ignoraba como si no existieran.

Acostumbrados a esto la pareja  siguió en su propio universo. Divirtiéndose, ahora a jugar a atraparse escondidos entre los arboles  hasta terminar sentados en una pila de hojas secas.

—Ja ja ja.

Se reían ambos recargados en el otro, tomando una pausa, para discretamente entrelazar sus dedos.

La siguiente parada fue el centro comercial. Habia que cuidar el dinero y por ello esta vez se limitaron a entrar en las tiendas, mirar las curiosidades o entrar  la tienda de música y escuchar gratis por los audífonos el ultimo hit del momento, aprovechando ver las películas y planear comprar uno después para verlo en la casa del pequeño. Otra cosa que hicieron fue visitar la tienda de mascotas, el mayor se reía divertido observando a su lindo Cody mirar con ilusión a los cachorros que ladraban y daban vueltas. Por ultimo, y mientras comían una crepa, los aparadores de ropa fueron su distracción. Incluso el castaño se probó algunas prendas, como suéteres,  camisas, y pantaloncilllos, después de todo aun estaba perfeccionando su nuevo estilo y quería la opinión de su senpai, quien ruborizaba embobado con las prendas.

—Te vez muy bien.

—¿De verdad? Pregunto el niño apenado dentro del vestidos con la cortina abierta —era tan elegante con sus pantaloncillos cortos negros  con tirantes  rojos y camisa blanca de vestir con una corbata roja que le llagaba hasta la cadera—. ¿no me veo mal?

—No. No. Claro que no. Te queda perfecto. ¿Quieres que te lo compre? —Kido dice cayendo en su mal habito de gastar en exceso por su niño.

—No deberías. Se supone que estamos ahorrando el dinero —indica Cody.

—Pero se te ve tan bien —el joven se acerca al chiquillo—. No reo que sea demasiado costosa —busca la etiqueta de precio en la ropa.

—Joe… —el niño hace una mueca parecida a una media sonrisa, su senpai se habia hecho piedra.

—¡Tres mil cuatrocientos veinte yenes! —dijo el chico con un nudo en la garganta.

—No importa. Deja que me cambie. Espérame un momento –Cody da un paso atrás y cierra la cortina.

Kido aun agachado yace con la mano como si aun estuviera sujetando la etiqueta. Se guía repitiendo en su cabeza:

—“t-res mil cuatrocientos veinte yenes”

Ni hablar ya tenia limite de gastos. Quisiera o no. Tendría que ahorrar y manejar responsablemente su dinero cuando iba de paseo con su niño.

 

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Ya habia llegado la tarde y la joven pareja se dirigió a la orilla del río bajo el puente. Se sentaron en el verde pasto y Cody saco las cajas de almuerzo que su madre le preparo.

—Estas bien —pregunto el castaño con una bola de arroz en la mano a punto de comer, al ver al mayor pensativo picando un pedazo de omelette con los palillos—. Mi madre no seria capas de envenenarte la comida —finalizo.

—¡Que?! ¡No! ¡No! No es por eso —y se metió a la boca—E-esta m-uy buena…. rico…

cof cof cof…

—¡Ha! Toma un poco de té, el té —el niño comienza a darle palmaditas en la espalda al mayor al mismo tiempo que atragantado, se tomaba la botella de té frío.

—¡Auhhh! —exclamo Kido junto a un largo suspiro mientras se tocaba el pecho.

—No me asustes así.

—Lo siento.

—¿Estas bien? Estas actuando raro desde que salimos del centro comercial.

—No es eso. Solo me siento un poco mal. Ya no puedo comprarte cosas lindas como antes.

—A mi me gusta mas cuando estas conmigo, aun que no te alcance mas que para comprarme algunos dulces.

—Cody… —Joe asoma una sonrisa conmovido.

—Ademas —agrego el niño acostándose en el regazo de su senpai—. Te dije que cuando tuviera dinero pagaría la mitad de todo lo que compráramos. Mi mesada no es mucha, pero nos alcanzara —sonríe.

—Si, por supuesto. No adaptaremos —acaricio el cabello del niño.

—Joe…

—Ummm…

—Ya es tarde. Vamos a ir ¿verdad?

—Si. Claro. Te lo prometí. Pero después de comer.

—Si.

 

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Ya estaba anocheciendo cuando comenzaban a encender las luces de cada uno de esos particulares establecimientos. Esta vez entraron mas seguros a aquel distrito. Ya no habia silencio incomodo pero si mucho sonrojo.

—Me siento algo culpable trayéndote aquí. Tu madre  dijo que no me dejaras llevarte a un lugar que no —comento Kido con timidez.

—Pero —contesto el niño travieso—. Este es un lugar al que si quiero ir. Así que no cuenta. Pero si senpai no quiere, no voy a obligarlo.

—¡No. S-si quiero! —Kido se ruboriza hasta las orejas y agacha la cara avergonzado.

—Entonces vamos.

Exclama el pequeño tomando a Joe de la muñeca y entrando juntos al “Bunny Jump”

Para ambos, esta, su segunda vez en un Love Hotel, era mucho mas sencilla que la llena de nerviosismo primera vez. Ya no habia tanta vergüenza, se sentia tan seguros que entraban riéndose.

Esta vez Cody se tomo su tiempo escogiendo la habitación. Y se dio cuenta, curioso,  que todos eran diferentes; colores, muebles, posición de la cama, la misma cama, valla que incluso habia una habitación con un columpio en medio del cuarto. El chiquillo estaba indeciso, habia muchas opciones y quería algo especial para él, pero tranquilo para su penoso senpai.

—Escoge la que quieras —le dijo Joe sonriendo pacientemente.

—Ummm… —Cody paseaba la mirada— quiero… ¡quiero esa! La de abajo, la de la segunda fila.

—¿He? —Kido pareció un poco sorprendido—. Claro. Si esa quieres esta bien. —acepto y presionó el botón del tablero, se escucho un sonidito y cayeron las llaves por una puertecita. El castaño tomo las llaves y se aferro al brazo de su senpai y se fueron muy animosos, guiados por un caminito de luces a su habitación.

Entraron al cuarto. El mayor hizo lo correspondiente respecto a la puerta, mientras el niño dejaba sus cosas cerca de la cama. Se quito los zapatos y por ultimo abrió su pequeña mochila donde habia guardado todas las golosinas que habían comprado en la mañana y coloco las pequeñas cajas, empaques y demás sobre la cómoda que era también la cabecera de la cama. Abrió una caja de Pocky de plátano con crema y se llevo un palito a la boca.

—No comas demasiado, antes de. No quiero que te enfermes—advirtió su senpai terminando con el cajero y acercándose al niño.

—Pero me gustan mucho. No dejaste que comiera muchos dulces después de que comimos en el río —Cody se levanta sobre la cama y comienza a dar  pequeños saltos.

_¿Que haces?

—Ven.

El mayor se quito los zapatos y subió a la cama como le pidió su niño. el castaño lo toma de ambas manos y comienza a brincar mas alto. Joe le sigue el juego, hasta que se cansaron y cayeron sentados, agitados y riéndose.

Kido lentamente abraza al menor y le besa sutilmente la frente y a continuación la mejilla.

—Joe… —llamo el chiquillo con voz dulce retirando lentamente el palillo humedecido de la boca.

—Sabes muy rico —el mayor se adelanta a decir antes de besar la boquita del castaño.

Comenzaron los pequeños besos y las caricias juguetonas, melosas, delicadas. Comenzando a calentarse pasivamente.

Se separan ruborizados y mirándose con ensoñación.

—Joe ¿estas nervioso?

—No. Casi nada —contesto el chico acomodando el cabello chocolate.

El niño se acurruca en el pecho de su senpai y coloca el dulce de nuevo en su boca mientras sonríe—. ¿quieres bañarte primero? —el niño solo asienta con la cabeza después de la propuesta—. Anda. Entonces, ve a llenar la tina.

Cody da un salto feliz y corre al baño acatando la orden.

Joe por su lado sonrió tranquilo, observando atentamente la abitacion. En serio que era distinta a la anterior. El color era el mismo y la cama seguía siendo redonda y muy grande. Pero esta vez no habia espejos atrás, ni en el techo y habia menos botoncitos en la pared, los cuales no tocaría por seguridad, no quería saber para que servían. En frente habia una pantalla de televisión y un armario grande y del otro lado una gaveta pequeña. Se levanto y abrió la gaveta curioso, le habia llamado la atención la frase “Caja de diversiones”. Le habia llamado desde la vez pasada. Y como era de esperarse, ruborizo al ver el contenido y los juguetes.

—¡Joe! —escucha la voz de Cody llamarlo desde el baño.

—¿Q-que ocurre? —contesta de sobresalto y cerrando la gaveta tan rápido como podía.

—No encuentro el champo para bañarnos ¿Vas a tardar?

—T-tranquilo ya voy.

Mientras tanto Cody en el baño se terminaba de quitar la ropa:

—¡Joe! —llamo de nuevo retirándose la ropa interior dejándola en una canasta, quedando desnudo y listo.

—E-encotre el champo— entra nervioso el mayor  con una botella roja en las manos.

—¿En serio? Que bueno —se acerca el castaño con una sonrisa y toma la botella—Vamos. Deprisa.

—Si. Ya voy.

El pequeño se muestra ansioso mientras el chico nervioso se desvestía lentamente. La razón principal por la que Cody escogió esa habitación fue porque le pareció curioso el hecho de que en la foto de muestra, se podía ver el baño. Uno bonito de azulejos rosa crema, muy elegante, ducha extensible y sobre todo una tina grande, grande. Ademas de un extra que les esperaba dentro.

—Puse el agua caliente como te gusta —menciono Cody.

—¿En serio? Gracias —contesto mas calmado el senpai quedándose en ropa interior.

—¿Quieres que te ayude cuando te quites las gafas?

—Puedo meterme con ellas.

—De ninguna manera. Se maltrataran.

—Entonces dejame echar un vistazo primero —Y termino de desvestirse Joe—. Pero después me tendrás que ayudar para todo lo demás.

—Si, claro —sonrío el pequeño. Eso era lo que quería escuchar.

Abrió entonces la puerta.

El baño era mucho mas grande que el de la casa de Joe. El mayor miro rápido arriba y a los lados. Ya habia encontrando los espejos que no estaban en la habitación. Una tina gigantesca, otro tanto de botones que no tocaría por seguridad, no baya a ser que salga algo viscoso o raro de la regadera extensible. Pero su atención se centro rápidamente en un punto exacto, en donde estaba… ese mueble en particular casi al centro del cuarto.

El castaño se adelanto contento con la botella de champo y se sentó en el extraño mueble. Todo lindo y de ladito.

—Joe ¿que es esto? Nunca habia visto uno de estos —dijo dando un saltito sentado—. Esta muy duro.

Senpai enrojeció un poco. Daba la casualidad que el si sabia que era eso. Lo habia visto en uno de esos vídeos de internet que se supone que no debería de ver después de media noche.

Cody toca curioso todo el mueble, no le parecía cómodo y mucho menos practico en el baño. Pregunto de nuevo derramando inocencia:

—¿Que es? ¿Tú sabes?

El mayor comenzó a mover la boca y a balbucear cosas inentendibles. No podía decirlo claro por la pena inmensa que tenia en ese momento. Hasta que atino a decirle nervioso:

—Es… un diván con… curvas. Si eso. Es un diván con curvas.

—¿Diván con curvas?

—Ummm… si.

—¿Y para que sirve? Nunca habia visto uno.

—Pues… —Joe volvió a ruborizar. Si. También sabia eso y no podía decirlo en voz alta. Dudo un poco en contestar. Aveces su niño era malo y solo lo calaba para ver su respuesta o su reacción a algo de adultos que ya conocía. Para reirse y decirle “Calma. Solo era un juego. Me gusta ver cuando eres tímido” —¿D-de verdad no sabes? –termino cuestionando.

—Ummm… no ¡Ya sé! Es para sentarnos los dos juntos al mismo tiempo y bañarnos.

—Si. Si. Eso. ¡Eso es!  —contesto el mayor con un poco mas de confianza. Nunca le iba a poder decir que eso era un sillón de posiciones. Sonrío. Así esta bien. Se quito las gafas y las tiro dentro de la canasta a su lado que contenía su ropa.

—Umm… ¿De verdad?

—Si. Anda ya. Ayudame. No quieres que me tropiece ¿verdad?

—Si. Ya voy.

Hace tanto que no se bañaban juntos. A Cody le encantaba estar desnudo con su senpai de esa manera, sin gran o nulo interés sexual, solo era estar al natural y relajarse. El sentir las manos grandes del Joe sobre si, le provocaban cosquillas agradables y una sensación de piel tersa. A Kido también le gustaba mucho este tipo de escenas con su pequeño. Era divertido y grato. Todo el estrés que solía acumula por la escuela y otras cosas varias, desaparecía con la espuma y los juegos con burbujas que realizaba con Cody. Si bien, sin sus gafa no era capas de ver nada, esa no era una limitante para la diversión.

La pareja estaba sentada en el sofá de posiciones puesto que no habia banquillos mas que ese. Joe detrás del niño con las piernas a cada lado del mueble mientras que Cody sentado cómodamente enfrente, como si estuviera sentado en el final de una resbaladilla. Ambos cubiertos con espuma por todos lados.

—Joe.

—¿Que ocurre? —pregunto el joven tallando el cabello castaño.

—¿Te acuerdas de la primera vez que nos bañamos juntos?

—Si. Estaba muy nervioso esa vez.

—Lo sé. Por momento murmurabas algo sobre pájaros azules en la bahía y algo así.  Creo que estabas recordando una canción o algo así.

—Eso fue porque te metiste sin permiso —el mayor ahora frota la espalda del chiquillo—. Ademas… esa vez estabas muy insistente respecto a eso. Y eres tan curioso que… si me hubieras visto de esa manera, probablemente… aun que después…

—Lo siento.

—¿He?

—Por haber sido muy necio en ese entonces. Aquella vez te dije algo muy malo.

—Ya olvidate de eso —susurra Kido con cariño mientras lo rodea lentamente el dorso del niño con los brazos—. Eso ya paso. No tienes por que sentirte mal. Al contrario fuero cosas como esas la que me hicieron darme cuenta de algunas cosas sobre mi mismo.

—¿Como que?

—Bueno… como que aveces soy un poco infantil, cosas sobre mi carácter, que soy tímido aun con ciertas cosas, que me avergüenzo con facilidad. Pero al mismo tiempo que todo eso y otras cosas no son malas —explico con calma Kido.

—¿Entonces… ya no te pone nervioso cuando… tú sabes… como ahora?

—No. Ya no —sonrío el mayor. Cierto, el seguía siendo un chico tímido con su cuerpo y demás asuntos, pero no como antes que se escandalizaba por cualquier cosa, al menos ya no lo hacia con su pequeño.

Joe abraza con mas firmeza a Cody, al cual siente temblar y sobre saltar. El mayor pega su mejilla al costado de la cabeza del niño y aspira profundo, relajándose por completo. Continuo diciendo con dulzor—. Bueno… algunas veces si. Pero, me alegra de que sea contigo con quien comparta un momento tan privado como este. Cody, tu fuiste el primero que me hizo sentir querido, seguro de mi mismo… atractivo… visible. He cambiado a una mejor persona por ti. Te amo. Te amo mucho.

—Joe…

El pequeño llamo ruborizado. Despacito rompió el abrazo y se gira aun sentado sobre el diván, terminando arrodillado cara a cara con su senpai. Toma con ambas manos el rostro de Joe y mientras cerraba lentamente los ojos deposito un beso inocente en sus labios.

—Cody…

El niño se arroja a sus brazos y rodea con fuerza:

—Otra vez dímelo… —pide como si fuera un ruego. Un cosquilleo agradable comienza a inundar su estomago.

—Te amo mucho. Mucho.

—Otra vez.

—¡Te amo mucho! —grita el mayor con toda efusividad, abrazando a Cody con toda su fuerza e inclinando hacia adelante para besarlo en donde tocaran sus labios, en un completo arrebato de felicidad.

—Joe… jajaja… me haces cosquillas… jajaja… espera… jajaja.

—No quiero. Eres mío. ¡Mío! —y siguió su ataque como niño caprichoso.

—Jajaja… —el castaño no paraba de reirse divertido, habia besos por toda su cara—. Ja ja ja… ya… ja.. ¡Kya!  Ummm… —gimió provocadoramente, su senpai habia descendido hasta su pecho y chupaba uno de sus pezones—. Joe… ah.. ah…

—Creo que encontré un buen lugar —dijo el mayor saboreando y acostando despacio a su niño en la curva baja del sillón.

—No hagas eso. Es malo —Cody suspira con toda la piel de gallina—. Te hará daño. An no nos hemos enjugado. No puedes comerte el jabón.

—Esta bien. Tranquilo —Kido habla con cariño al mismo tiempo que recorre la cintura y cadera del castaño. Descendió hasta sus piernas y las separo a cada lado, jalando hacia si —. Este jabón es especial —lame picaresco sus dedos llenos de burbujas—Vez. Sabe rico. Se puede comer.

—¿He?

—Deja que te bañe —la voz del mayor  llena de deseo resuena en el cuarto. Toma la botella roja y vierte el espeso liquido sobre la piel temblorosa—. Quedate quieto.

—Joe… ummm… ah…

El niño ruboriza inundándose en el aroma dulce del champo de frutillas. Abriendo sus sentidos, atrapado en el suave tacto de las manos de Joe recorrer con lujuriosa ternura. Y de nuevo, el mayor repite el proceso cautelosamente: masaje, un chorro de agua caliente y después vierte otra cantidad generosa de champo sin olvidar lamer la espuma de su pulgar.

—¿Que ocurre pequeño? —pregunta al sentir como el chiquillo le quita la botella de las manos.

—Nada… s-solo quiero ver… ah… ¡Nya!

Respondió Cody agitado, excitado, su amoroso senpai le hacia cosquillas en los óvalos de sus caderas y cinturita, ademas de pellisquitos en su pezones. Tenia tanta espuma encima que sentia que su senpai se aprovechaba mas de él, solo con la excusa de no tener las gafas puestas.

Miro con timidez y curiosidad  la botella, esta era algo grande, roja por el contenido por que lo que ya habían utilizado se habia vuelto de plástico transparente opaco. A decir verdad parecía un jabón común y corriente, sin embargo tenia la imagen de un hombre y una mujer  en ropa tradicional abrasándose dentro de lo que parecía un río. "Shunga", leyó. Rió, no sabia si eran por las cosquillas en sus costillas o por que le parecía gracioso y adorable la idea de que su senpai caía de nuevo en sus pasiones del Japón antiguo y que seguramente por eso, simplemente escogió ese champo.

—Ji ji ji—reía quedito—. ¿De donde sacaste esto?

—¿He? Bueno… del gabinete en la habitación —respondió Joe con un ligero sonrojo.

—¡Ha! De la caja de diversiones.

—S-si de allí.

—No fue muy caro ¿verdad?

—No tanto je je je.

—Joe….

El niño sonríe se sienta frente a frente al mayor. Pone su mano en el pecho y empuja delicadamente al mas alto hasta que quedara recostado en la curva alta del sillón—. Ahora es mi turno —dijo con dulzor.

Dejo escurrir el jabón  por el firme y amplio pecho de Joe:

—Me gusta como huele, se parece a mi champo de frutillas —menciono esparciendo el liquido con las dos manitas— ¿de verdad sabe rico? —pregunto.

—Si, mucho. Pero no te lo bayas a comer así. Primero tienes que hacerlo espuma.

Menciona el mayor. Deteniendo a Cody quien estaba a punto de lamerse la palma de una de sus manos.

—Hump —se queja el castaño—. No lo iba a hacer ¿sabes?

—¿De verdad?

—Si. Quieto —tomando la regadera extensible, el menor, rocía a su senpai con agua caliente. Encaprichado, se lanza contra Joe y comenzó a frotarse—. Se esta haciendo mucha espuma. Se siente bien.

—Tonto.

Abraza Joe juntando sus cuerpos tanto como podía.

Cody seguía frotándose de arriba, abajo. Comenzando a suspirar alto y gemir bajo. Sintiendo rico en sus pequeños pezones erigidos al contacto con la piel fresca de su amable senpai. Este, asombrado por el cálido oleaje de sensaciones  que comenzaba a recorrer su cuerpo, beso apasionadamente en los labios. Invadiendo y sacudiendo en el interior de la boca del niño. Perdido en ese beso, Kido, movió sus manos en vaivén, sin romper la atadura, hasta lograr colocar las manos por debajo de la cintura, alzando al niño por su espléndido trasero.

—¡Ahhh… Joe! —grito Cody excitado.

—Eres tan suave. Tan suave —susurra el mas alto enloquecido, atacando el cuello con una mordida fingida. Solo para terminar de retirar con la lengua la escarcha blanca, chupando de nuevo. La sensación del pequeño y erguido  miembro de Cody chocando contra su vientre, le daba un ardor repleto de pasión.

—Ah… ah… ya... ahh… ah.. ¡ya!

El precioso niño de ojos verdes rogaba completamente indefenso. Aprieta con sus deditos los hombros de Joe— ¡Ya! ¡Es mucho!

Joe tardo en bajar de su calentura. Amaba tanto a ese pequeño, a su conejito. Y hacia tanto que no estaban juntos, que sentia que perdería la razón. Pero, no. Tenia que calmarse un poco mas. Su niño no paraba de temblar entre sus brazos:

—Lo siento ¿voy muy rápido?

—Beso.

Dijo el niño bajito y ruborizado. Aveces solía ponerse tímido sin razón cuando Joe demostraba lo certero y conquistador que podía ser. Se sentia avergonzado, aun así beso ligerito los labios de su senpai.

—Ya. ¿Quieres ahhh…!

Antes de que Kido terminara su frase sufrió un choque eléctrico, uno que jamas habia sentido antes en su cuerpo— ¿Q-que haces?

Cody sonríe con picardía recostándose sobre el pecho del mayor. Asomo la lengua y lamió un copito de jabón del pezón de sus amado senpai, dándose el tiempo incluso de saborearlo.

—Tienes razón. Sabe rico. Sabe muy dulce.

—P-pero…

—Tú siempre me lames en el pecho, justo aquí —da un beso— y es muy placentero. Pensé que a ti también te gustaría.

—Ahh… niño tramposo…. Ah

El castaño mas que contento siguió su contraataque a lamidas, a chupetones con lentitud. Y tal cual el mayor le habia enseñado e inclusive agregando algo propio. Besando por en medio del pecho, deslizando sus manos por la extensión hasta el vientre. Dando leves besos por todo el pecho, saboreando la espuma por completo. Invadiéndose del sabor dulce sin empalagarse.

Kido suspiraba y se quejaba agradablemente. La actuación de su pequeño estaba llena de sensualidad, cariño, pureza. Al contrario del que fue su ataque lleno de lujuria.

—Je je me haces cosquillas allí —menciona con una risita.

—¿Donde aquí? —pregunta Hida con inocencia, quien agachado dada besitos por arriba del ombligo del mayor.

—Je. Espera. Mira —dice el alto con voz atrayente—. Mejor tócame de aquí.

Incitó a tomarlo por el rígido miembro y friccionarlo.

—Esta caliente… ah…

Suelta un suspiro mientras sigue masajeando con sus delicados deditos, con ambas manos como a Joe le gustaba. Solo dándose licencia un segundo para pasar la mano derecha de Joe, grande y cálida, sobre su pecho.

—¿Aquí?

—Aja… ah… ahí esta bien. Tócame mas.

Indico el pequeño a la vez que vertía mas bajón y agua por debajo de la cintura de Kido.

—¿Que haces? Umm… ah..

—Siempre que nos bañamos juntos en tu casa… ah… dices que tienes que limpiarme bien en este lugar… y… ah… me tocas… ah… ah… así que ahora es mi turno — Cody habla entrecortado. Siente que se derretía cada vez que su senpai meneaba sus dedos sobre sus cerecitas —ah… ah… esta muy dura… ¡Ahh!

—Me encantas.

El mayor declara inclinándose, besando a ese niño en las mejillas y lamiendo.

Cody perdido en la sensación dejo su labor con una mano y se froto así mismo, una… dos… tres veces en su pequeña erección sin para de gemir excitado con toda la boca abierta. Intuyendo lo que ocurría, Joe le atrajo mas y con la derecha tomo ambos miembros y masturbo juntos.

—Ah… que rico…

Susurraba Kido besando y de gustando el cuerpo de su pequeño. Arriba y abajo, arriba y abajo, siguiendo la estimación.

—Ah… ah… ah… ¡Ahh! —Cody no paraba de gemir, apretando los deditos de sus pies que quedaban volando—. J-joe… ah.. espera… tengo ganas… de… aun no… ¡Ahhh!

Se resistía tanto como podía, pero todo sus cuerpo estaba irritado por el placer, tanto así que fue inútil. Sufriendo un gran temblor y espasmo, eyaculo. Se quedo un momento quieto, respirando agitado. Toma la mano de Kido cubierta de espuma y otros fluidos entre la suya y comienza a lamer lentamente, metiendo, uno a uno, los dedos a la boca mezclando sabores amargos y dulces. Suspiro en ensoñación al final.

—C-cody ¿que haces? —pregunta el mayor recostado que sentia al niño moverse sobre el.

—Quiero hacerlo. Dejame —suplico Hida.

Y de repente Kido, siente el suave, húmedo y delicioso trasero de Cody sobre su pecho y su aliento en la parte baja. Lo sostuvo por las caderas por impulso.

—Je… si se pudo. Esto es mas cómodo que cuando jugamos a lo mismo en el piso de tu baño.

Menciono Cody con una sonrisa picara y lamiendo, saboreando la espuma en la parte mas baja y sensible del abdomen de sus senpai.

—¡Ahhh! —gimió  el de cabello azulado. El aliento de sus niño le chocaba deliciosamente en la piel húmeda. Apretó con mas fuerza las caderas del chiquillo, quien con su mano derecha tomaba la gruesa virilidad del mayor y frotaba, jugando con su aliento en la punta antes de capturarlo de un solo bocado, chupando el sabor a frutillas dulces de la espuma que le cubría.

—¡Ah! fuam… sabe tan dulce —el niño suspira en un gemido relamiendo los labios—. Otro poquito de esto —toma el champo y tal cual jarabe baña la delicia que de gustaba—. No me vallas a soltar.

—N-no.. ummm ¡ah!

El muchacho apenas podía responder. El rocío de agua caliente le enloquecía. Apretó mas fuerte la cadera de su niño, el cual no paraba de contonearlas. Que vista mas provocadora se perdía sin sus gafas. Aquel trasero pequeño de corazón, níveo y perfecto, y hasta esa tentadora entradita rosa. Pero todo eso era equilibrado con el trato de las manos, boca y lengua de su niño sobre su sexo ¡Ah, en ese momento la estaba frotando contra su mejilla!

—Aquí abajo esta muy duro. Y estos de aquí también. ¿ya vas a terminar?

Cody pregunto todo lindo y provocador. Haciendo mas rápidos y constantes sus movimientos, apresurando el momento anhelado. Atrapa de nuevo en su boca, sorbiendo las burbujas nuevas, que se disolvían como comer algodón de azúcar. Dedicado alegremente a su trabajo maniobraba con tal vigor que casi de inmediato, su senpai lo separo jalando fuerte hacia arriba. Todo para cubrirle la cara con su caliente leche.

Hida soltó un largo suspiro. Despacio se sienta sobre el pecho de Joe y fue bajando despacito, hasta acostarse sobre él, boca arriba. Kido lo abrazo con calidez y suspirando con una sonrisa.

Hubo una pausa.

—Eso… fue bastante rápido —comento el niño limpiándose con su brazo los fluidos indecorosos.

—No digas eso. Solo. Hace mucho que no estamos juntos así…. Y … la postura fue tan…. Es que….

—Ja ja ja. Solo bromeo. Eres muy lindo cuando te pones tímido —ríe el pequeño acurrucándose en el pecho, mientras se veía por el espejo empañado del techo.

—Tonto. Te quiero –besa Joe en la frente del castaño—. Vamos a la bañera. Anda.

—Si.

Después de unos segundos se levantaron. Joe con ayuda de Cody fue el primero en entrar a la tina de agua caliente.

—Que bien se siente. La pusiste en la temperatura justo como me gusta. Gracias –dijo el mayor hundiéndose hasta la mitad del pecho. Tentó con su mano el fondo de la tina para medirla—. Waooo. Es ta tina si que es grande. Creo que no tendrás que sentarte sobre mi regazo como siempre. Cabremos muy bien los dos.

—No quiero —expresa caprichoso el niño mientras se metía a la tina—. Así me gusta mas. Estoy cómodo.

Ruborizo mientras se acomodaba en el regazo de su senpai.

—Como tu quieras —abraza y  da un beso en el costado de su frente.

—Joe…

—¿Que ocurre, pequeño?

—Tu mano. Ponla aquí, por favor —dijo bajito el castaño, colocando la mano del mayor entre sus piernas abiertas.

—N-no es un poco rápido.

—No. Aveces cuando me baño, pongo mi mano allí, así nada mas — dijo Cody con cierta normalidad—. Solo pon tu mano y no la muevas ¿Si?

—Esta bien.

Joe sonrío. Claro, el también solía hacer algo similar cuando tenia la edad de Cody.

—Me gusto el diván con curvas —menciona el niño contento— ¿Crees que puedas conseguir uno para cuando nos podamos bañar de nuevo en tu casa?

—¿Ha? ….C-creo que son algo costosos.

Excusa Kido haciendo una mueca. Definitivamente nunca seria capas de decirle a su pequeño, que eso era un sillón de posiciones.

Continuara...

Notas finales:

 

Bien eso es todo por el momento. En el proximo capitulo el final de esta segunda temporada. Claro que tambien abra epilogo.

 

O.O ¿Que si enverdad hay jabon que se come? Pues... si la verdad si. De hecho la marca "Shunga" si existe (shunga erotic art), aun que no es de japon si no de Canada, pero obiamente con una fuerte imfluenza nipona. La razon por la que Cody se rie cuando lee la marca, es por que Shunga tambien es el nombre de un arte pictogafico que se dio durante las eras del japon antiguo, para ser precisa el edo y el meiji (1603-1867) El arte Shunga se caracterisa por que su tema central son las relacines sexuales. De hecho Shunga literalmente significa "imagenes de primavera" que es un eufemismo para referirse a las relaciones intimas.Algunas de estas incluso fueron usadas para enseñar a las jovenes parejas como llevar el acto a cabo durante el Meiji. Un tema muy interesante y muy amplio de hecho. Asi los productos de Shunga Erotic Art tratan de rescatar estos perseptos de suxualidad, belleza y placer. Practicamente se consideran articulos de lujo y lo mas refinado (y costoso)en cuanto a erotismo se trata. 

 

O.O El divan con curvas. Bueno su nombre correcto  es sillon tandrico que es un sillón especial para tener sexo ya que permite realizar variadas posturas sin problemas. Parecido a un divan con una curva alta y otra baja. Ideal para parejas con diferencia de estaturas, o con problemas de espalda. Aun mucha gente suele usarlo como un divan normal, por su comodidad.

 

Y creo que ya me volvi a expander demaciodo n.nU.

Nos vemos en la proxima, un abrazo y cuidense ^.^

 

 

 

 


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