Capitulo ocho: Por que es nuestro deber.
—¿Te sientes mejor? —pregunto Cody sentado en su cama mientras acariciaba el cabello de su senpai, quien estaba acostado en su regaso— ¿Estas bien?
—Si, ya, ya me siento mejor—le acario la mejilla—. perdón, debí preocuparte demasiado, lo siento.
—No, esta bien. Si te sentías mal no me hubiera gustado que estuvieras solo.
Joe le sonrió dulcemente para tranquilizarlo.
—Cody… últimamente he estado pensando, ahora que estas en secundaria… no te gustaría que decirle a tu madre sobre lo nuestro.
—¿He?
—Asi ya no tendríamos que ocultar nada y estaríamos mas tranquilos.
Hida se quedo sorprendido ante la repentina propuesta de su senpai, pero él contesto:
—No, no quiero.
—Pero…
—Entiendeme, aun es muy pronto. Los dos habíamos decidido que cuando tuviera dieciséis estaría bien, por que tendríamos menos problemas y seria mas fácil que nos dejaran estar juntos.
Joe se levanto y se sentó junto al castaño.
—Si es por mi no te preocupes—le acaricio un mechón de su cabello—. No me va a pasar nada malo.
“Mentiroso”
Pensó Cody, el estaba mas que consiente de lo que podía pasarle a su senpai si mal interpretaran su situación. Ademas él no quería que su madre mirara a Joe de esa manera tan desagradable, igual que algunas personas de la calle cuando se daban cuenta de su verdadera relación.
Dijo sin quitar su seriedad:
—No quiero decirle todavía, ¿Proque quieres hacerlo? Es… ¿Es por que tenemos sexo? si esa es la razón no quiero.
—¿Que? No, no es por eso, ese no es el motivo, solo… solo quiero que estés lo mas cómodo posible.
—¿Comodo? —pregunto Hida perspicaz, que quería decirle con eso.
—No me mal interpretes—el chico de lentes comenzó a ponerse nervioso— ¿Como te lo explico?, ah…
—Esta bien—Hida se abalanza abrazar al mayor—. No tienes que seguir preocupando por esas cosas, si lo haces me enfadare contigo ¿Lo entiendes? Solo… solo dejemos que las cosas sigan su curso.
—Esta bien.
Le sonrió Joe, sin embargo dejar que las cosas seguir su paso, quizás eso es o que mas le preocupaba. No, no debiera hacerle caso a las amenazas de su hermano.
Cody miro, su amado senpai que lucia afligido y preocupado.
Quizás le había dicho todo eso por la misma razón por la que había llegado de improviso a casa.
“¿Tendria que ver con Shuu? “ No se atrevió a preguntar por discreción, ya que siempre se le había figurado la relación de la familia Kido bastante peculiar e incluso inestable.
Abrazo mas fuerte a Joe, en ese momento era todo lo que podía hacer por él.
—Cody—le llamo el mayor de gafas—tranquilo, no voy a obligarte a hacer algo que no quieras. Tienes razón, ya lo habíamos decidido así ¿Verdad?
—Si.
Kido le abrazo igualmente. No debería preocupar a Cody con sus problemas, decidió cambiar el tema.
—Es cierto, en unos días cumplimos un año de que salimos. Dime ¿Que quieres que te regale?
—¿He?
—Anda, pide lo que quieras …ah no espera, recordé que tengo exámenes toda la semana y estaré ocupado—se toco la cabeza con la mano—. Tengo una idea. Si no te importa, por que no salimos el sábado dentro de dos semanas. ¿No te gustaría? No, claro que no, ya seria un poco tarde y…
—Si, si quiero—lo interrumpió Cody—esta bien, no importa que sea tarde, pero a cambio quiero… quiero dormir toda la noche contigo otra vez—se ruboriso—aun que no hagamos otra cosa, si puedo dormir contigo otra vez… me gustaría que me regalaras eso.
—Esta bien, eso también me gustaría a mi—contesto el mayor con una sonrisa antes de robarle al niño un dulce beso.
El castaño se relajo por completo, disfrutando el contacto del mayor, entre abriendo la boca para darle paso a la lengua de su senpai.
Ambos habían cerrado los ojos completamente encantados, entretenido en su cariño.
—Cody hijo—llamo su madre a la vez que tocaba dos veces la puerta y enseguida la abria—les traje unos dulces.
La señora Hida se quedo quieta frente a la puerta, por alguna extraña razón Kido no lucia nervioso, ruborizado y no se atrevía a mirarla ni a Cody quien estaba de pie dándole la espalda a ambos.
—Mamá te he dicho que tienes que esperar a que te diga que puedes entrar.
—Bueno, solo venia a traerles esto.
—No debio molestarse ya me iba.
—¿He? ¿Porque?
—Bueno solo vine un minuto por…
—Por sus libros—interrumpio el menor dirigiéndose a su estante de libros y sacando tres de los mismo—. Lo siento me habías dicho que tenias exámenes toda esta semana y que necesitabas estos libros, pero como se me olvido llevárselos, tuviste que venir por ellos ¿verdad?
—No te preocupes—contesto Joe respondiendo rápido ante la improvisación de su pequeño—despues puedes ir mi casa por ellos si aun los necesitas.
—¡Cody! —llamo la atención la madre enojada—te he dicho que no le cause problemas a Kido. Discúlpate con él en este momento.
—¿Que? No, no es necesario, no es una molestia—interrumpió Joe mientras el niño le entregaba los libros.
—No lo defiendas, Cody esta siendo muy caprichoso últimamente y no es correcto lo que hizo, tiene que disculparse.
—En serio, no hay problema.
—Lo siento Joe—se disculpo el niño con una pequeña reverencia—es mejor que te vayas ahora, no quiero causarte mas molestias—dijo mientras guiaba a su senpai a la puerta principal, una vez en ella, el menor espero a que su madre fuera a la cocina.
—¿Ya se fue? —pregunto Kido en voz baja.
—Si, no te preocupes ya no nos escuhara—contesto igual en voz queda.
—No tenias que disculparte así, sabes que no hiciste nada malo.
—No importa, mi madre no nos hubiera dejado en paz, si yo no lo hacia de esa manera. Ademas, después me lo recompensaras—se ruboriso.
—Tonto, tu mamá puede oirnos—se coloro igualmente el mayor.
Mientras tanto en la cocina la señora Hida acomodaba todo para preparar la cena.
—¿Que ocurre Fumiko? —pregunto el abuelo sentado en una silla, al verla desviar la mirada hacia el pasillo que llevaba a la estancia.
—No, solo… no importa, quizás es mi imaginación.
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Los días comenzaron a correr con tranquilidad.
Debes en cuando Cody y Joe se mandaban mensajes por el celular para ver como estaban y distraerse un rato, otras el menor le daba ánimos a su senpai para que se esforzara en los exámenes, el mayor por su lado nunca olvidaba llamarlo antes de dormir para darle las buenas noches, aun que sabia que terminaria hablando con él hasta tarde.
Solo faltaban tres días para su ansiada sita y todo parecía ir bien.
Pero…
—¡Oigan! ¡No, devuelvanmela! —se escucho el grito de una chica en los pasillos de la secundaria.
—¡Miren! ¡Miren lo que Kojima traía en su mochila! —se burlo un chico que salia corriendo del salón de clases junto a otro.
—¡Le vino la regla! ¡Le vino la regla! —grito el otro agitando un paquete pequeño de plástico en su mano.
En ese momento Cody caminaba por el pasillo junto a Suzumiya al comenzar el receso.
Sin embargo en cuanto Hitomiko vio lo que le sucedía a una de sus compañeras se sintió indignada y se acerco a esos dos chiquillos.
—¡Ya maduren! —les grito mientras les arrebataba el objeto de las manos y les daba un buen pisotón y una bofetada.
Ellos protestaron y gritaron.
Empezó a formarse un grupo de chicos entre la conmoción.
Cody estaba a punto de interrumpir cuando Kurumine-sensei llego.
—¿Que pasa aquí? —pregunto.
—Ellos estaban molestándola por… por esto—contesto Suzumiya mostrando el objeto en cuestión.
Kurumine se volteo a ver a los jovencitos enfadada, se inclino ligeramente.
—¿Que dicen en su defensa? —pero los chicos no contestaron, sus miradas se quedaron clavadas en el prominente escote de la profesora. Se ruborisaron— ¡Contesten! —llamo la maestra pero ellos se quedaron callados unos segundos.
—Oye—le dio un codazo uno a su compañero—. Lo sentimos ¿Verdad?
—Si.
—Lo sentimos —ambos contestaron atontados avergonzados, las hormonas les habían hecho estragos en la cabeza y sabían que era mejor salir corriendo antes de una verdadera humillación publica.
—Ten, es tuya ¿Verdad? —dijo Hitomiko regresando la toallita a su dueña.
—Si, gracias.
—Pero que demonios tienen en la cabeza estos chicos de ahora—se quejo Kurumine-sensei inflando las mejillas. La multitud comenzaba a dispersarse y la profesora diviso su estudiante favorito en el horizonte—¡Cody! —dijo abrazandolo enfucibamente—¿Estavas aqui? ¡Kya! ¿Por que los demás chicos no pueden ser como tú?
—Kurumine-sensei por favor—Intento pedir Hida que gracias a su altura siempre terminaba entre los pechos de su profesora llamando así la atención de todos en el lugar, mientras él trataba no asfixiarse.
—Esta bien. Pero solo por que tengo junta en unos cuantos minutos y no quiero llegar tarde, pero no te vallas a portar mal o te castigare—advirtio divertida la mujer dejando escapar al castaño quien solo suspiraba cansado.
—Ven Hida vamos a comer—trato de animar Suzumiya mientras le jalaba del brazo.
—¿En serio es él?
—Si, creo que si.
—¿En serio? No te creo.
Le pareció escuchar un murmullo entre algunas chicas del colegio.
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Kurumine-sensei suspiro al estar frente al salón de profesores, no le gustaba estar allí, pero tenia que armarse de valor, ella estaba allí por el bien de los estudiantes.
Abrió la puerta y entro, en ese momento la habitación ya era un completo desastre.
—¡Eso lo sera usted! —se escucho gritar a la profesora Minamino a otro profesor de nombre Kurama—. Por lo menos mis estudiantes no andan haciendo esas… esas cosas.
—¿Mis estudiantes? ¡Ni siquiera sabe si es cierto! —Respondio con sarna.
—¿Ocurre algo? No deberíamos discutir entre profesores—interbino Kurumine poniéndose en medio para separarlos.
—Llega tarde Kurumine-sensei—otro profesor se agrego a la conversación, él respondía al nombre de Obata.
—¿Que ocure aquí? ¿Porque discuten? —pregunto Natsumi.
—Como siempre usted no se entera de nada—Minamino-sensei se sentó en la silla frente a su escritorio.
Los demás profesores la imitaron y se sentaron en sus lugares correspondientes, en la mesa que había en forma de cuadrado estando sus escritorios uno enfrente de otro.
—Bueno… ¿Porque solo estamos reunidos los maestros de primer año? —pregunto ingenua Natsumi.
Los tres profesores restantes desviaron los ojos o hicieron una mueca enchuecando la boca, ya tenían suficiente con el problema a tratar para soportar la torpeza de la profesora novata.
Obata se aclaro la garganta llamando la atención, él era el que mas tiempo llevaba enseñando en el colegio y también el mas paciente. Prosiguió a explicar:
—Como saben, esto solo nos incumbe a nosotros, y por el bien de la reputación del colegio es mejor que nosotros resolvamos esto antes de que se expanda y llegue a los oídos del director.
Se a comenzado a difundir el rumor de que un estudiante de primer año esta manteniendo relaciones sexuales con alguien mayor.
—¡Esto es inconcebible! —grito Minamino— ¡Si la junta de padres se entera saben en que problema nos meteremos!
—Indiscutiblemente. En pesaran con su “Qué clase de cosas les están enseñando a los chicos en esta escuela” Bueno que nuestro trabajo también esta en riesgo—apoyo Kurama.
—P-pero—la vocesita de Kurumine llamo la atención—No deberia mejor preocuparnos la seguridad de los alumnos.
—Eso es cierto tambien—Obata intervino—apenas esta en primero pobre chiquilla.
—¿Chiquilla? ¿Que dice Obata-sensei? Si el rumor habla de un chico—aclaro Minamino con fastidio.
—Bueno si es un chico no hay por que preocuparse tanto—comento Kurama con soltura.
—¡¿Que quiere decir con eso?!—le grito Minamino-sensei—¿Quiere decir que por que es chico esta bien lo que esta haciendo?
—No, yo solo digo que es mas… natural que un chico tenga sus romances por aquí y por aya con alguien mayor.
—No, no, no. Aun que sea consentido sigue siendo violación por ser menor de edad.
—Hay por favor estamos hablando de un chico, no de una niña.
—¡Usted sera un… !
—¡Basta Minamino-sensei —llamo la atención Obata-sensei intentando de que los ánimos se calmaran—. Como sea, aun es muy joven para tener ese tipo de relaciones.
Todo se quedo callado en un instante.
—Y… si—hablo Kurumine-sensei y todas la miradas se clavaron sobre ella— enseñamos educación sexual a los alumnos.
—Olvidelo, no a remos eso—respondieron a la par Kurama y Minamino.
—P-pero…
—Para ser claro, no se nos permite hacer eso—explico Obata—. Muchos padres aun piensan que no es lo mas correcto, después de todo, sus hijos acaban de salir de primaria y a su vista siguen siendo niños pequeños. En otras palabras, no quieren que enseñemos nada que los “Despierte” inesesariamente.
—P-pero es necesario, por ejemplo antes de entrar a junta tuve que regañar a unos chicos de la clase de Kurama-sensei por que se estaban burlando de una de sus compañeras por que le había bajado la regla y…
—De la clase de Kurama-sensei, no me sorprende—interrumpio la profesora Minamino que no perdía ninguna oportunidad de recalcar lo mal que se llevaba y lo poco que apreciaba al susodicho maestro.
—Ese asunto les corresponde a sus padres—se defendio Kurama—si ellos no les enseñan respeto, uno no puede corregirlos solo. Yo prefiero dejarle todo ese lío a los profesores de tercer año. Ademas, no se supone que ya les enseñaron educación sexual en la primaria.
—No presisamente, solo les enseñaron sobre el desarrollo humano, es decir lo mas básico de lo básico—aclaro Obata.
—No creo que lo básico sea sufieciente—musisto Kurumine-sensei—deberiamos enseñarles a cuidarse en lugar de prohibírselos.
Los profesores restantes la miraron y arquearón una ceja.
—Aque biene eso—cuestino Minamino.
—Yo solo digo que en vez de decirle a los estudiantes que esta mal lo que hacen, les demos armas para que se protejan.
—¿Por que tanta insistencia con eso? —sonrio Kurama con sarna—No sera que es usted esa chica mayor que se cuenta por allí.
—¡¿Que?! ¡No! Solo…
—¿En serio? —interrumpio Minamino—. Quizás Kurama-sensei tenga razón por una vez, después de todo se esta diciendo por allí que es muy cariñosa con los estudiantes y con esa ropa tan vulgar que usa—miro a Natsumi como si estuviera sucia, con ese prominente escote y esa minifalda que usaba—tendria mucha razón.
—¡¿Que?! ¡¿Que dicen?! ¡¿U-ustedes que piensan hacer si ese estudiante estuviera en su clase?! ¡Encontrar a ese estudiante y regañarle y después hacer que no pasa nada o hablar y hacerle un escándalo, empeorar las cosas y hacer que los estudiantes nos guarden rencor y dejen de confiar en nosotros!
Ambos profesores chillarón la boca y apunta de objetar algo Obata intervino:
—¡Kurama-sensei! ¡Minamino-sensei! ¡Ya basta! No es momento para que estemos peleando entre nosotros, este asunto es muy grave, si las autoridades se enteran la reputación del colegio caerá al piso.
—Si, lo mas prudente es expulsar a ese alumno—Minamino dictamino.
—¡¿Que?! Esperen—grito asustada Kurumine.
—Yo no he dicho eso en ningún momento—aclaro Obata.
—Que no es usted, Obata-sensei al que interesa la reputación que pueda tener la escuela.
—Para lo que sirve eso—se quejo Kurama—. Después del asunto de Aoki-sensei no me sorprendería que el colegio ya tuviera mala reputacion—termino con descuido.
Todo se quedo en silencio de nuevo.
—Con permiso… —fue lo ultimo que dijo Natsumi antes de salir del salón.
Ella se dirigió a su salón de clases, el cual estaba vacío, se sentó frente a su escritorio y miro afligida por la ventana.
—¡No! ¡No tengo de que deprimir! —se golpeo ambas mejillas con las palmas de las manos —despierta Natsumi, despierta. Prometiste que cuidarías a estos chicos y eso es lo que haras. No me importa lo que digan los otros maestros, si ellos no lo hacen yo lo hare. Aun que como, nunca he impartido educación sexual ummm… y decir palabras como pene, erección o semen es un poco vergonzoso—noto sus mejillas enrrojecer— ¡No! —grito sacudiendo su cabeza—¡Si me sonrojó todo se acabo! ¡No me tomarían en cuenta si lo hago! …Ah, quizás si utilizara palabras que los chicos entiendan no me sentiría así. Veamos palabras que los chicos usen piensa… piensa… ¿Pajarito? ¿Salchicha? No, demasiado infantil… ¿Pico? ¿Vulto? No, no lo tomarían en seserio… ¿Falo? ¿Hombria? No, son muy complicadas—se tomo de la cabeza frustrada y colorada— esto es mas difícil de lo que pensaba—estrello su frente contra el escritorio—. No. Tengo que esforzarme, es por el bien de todos ellos—lebanto su cara—esta decidido, tendré que volver a educarme, para educarlos a ellos.
Salio del aula encontrándose con Hida y Suzumiya que entraban al salón.
—Kurumine-sensei las clases van a comenzar en cinco minutos—llamo Hitomiko.
—Lo sé—dijo, se dio la media vuelta y tomo las manos de Cody—. No te preocupes tu profesora lo arreglara todo.
—Disculpe… —le respondio el niño confundido forzando una sonrisa.
La niña lo hizo por igual.
Su profesora tenia esa sonrisa llena de un exceso de confianza, lo que significaba que cualquier cosa podía pasar.
Continuara...