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Solo días cotidianos y tranquilos... por christalchii268

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Notas del capitulo:

Wiii, ultima parte.

Me costo un poquito mas, pues hace mucho no escribia a un tsundere Misaki ._.

Espero y les guste .w.

Capítulo 2: En la cabeza de Misaki Takahashi.

 

Misaki Takahashi (20 años) era un chico normal siendo acosado por un tipo lujurioso. Eso era todo.

Él no podía huir, ni quejarse, pues estas últimas eran ignoradas con tanta facilidad como si fuese su respiración normal. Aunque en el fondo el no sufría ni temía, aun así tenia libertad y podía quejarse de su situación en su cabeza.

¿Por qué ese mimado escritor lo había elegido a él como su presa?

Admitiéndolo con un poco de tristeza, Misaki no era alto, guapo o inteligente, mucho menos tenía dinero... bueno, tenia, pero solo lo justo para los comprar víveres de la semana y el próximo número de The Kan.

Un hombre como Usami Akihiko podría tener a cualquiera ¿no?, incluyendo a bellas damas que solo con una sonrisa falsa se derretirían, experiencia amarga de las muchas fiestas a las que fue arrastrado junto con el escritor. Nunca se lo había preguntado antes, pero ahora solo en casa con sus pensamientos... ¿Por qué Usagi-san era gay?

Un recuerdo embarazoso de hace algunos años le vino de golpe y el rio tontamente con nervios. Él no era un tipo molesto como Usagi, para nada, solo que ese hombre en concreto lo sacaba de sus casillas siempre que podía, precisamente por eso el día que lo conoció perdió los estribos y dijo tantas cosas estúpidas, que según Akihiko, eran verdad. ¿Sería cierto?

Parecía tonta la teoría, pero no tenía ningún otro argumento. Una interesante y vergonzosa duda...

Misaki se dejó caer de lado en el sillón de la sala, viendo a Suzuki-san que estaba en el sillón de enfrente.

Estaba solo y aburrido, no tenía nada que hacer. Limpieza, comida, incluso tarea, todo lo había hecho... o al menos la ultima la había hecho antes de que la fecha límite se venciera, aun le quedaba un trabajo que entregar, pero todavía tenía un mes para hacerlo, así que volvía a estar acostado en blanco.

Volviendo a ver a Suzuki-san regresaron sus pensamientos a Usagi-san. ¿Desde cuándo tenia al oso de felpa? ¿Le habría costado mucho dinero? Un oso así de grande y bello seguro que sí, pero considerando al hombre con actitud de niño, seguro no fue nada. El siempre gastaba el dinero y no pensaba en eso, era casi como si lo hiciera inconscientemente.

Misaki no permitiría que más osos entraran al departamento, aparte de casi morir ya más de una vez por culpa de la colección de Akihiko, el escritor debía dejar algunos esponjosos ositos a la niñez de Japón.

Ahora lo único que quería hacer era no pensar en los muchos corajes que Akihiko le causaba. Si seguía así lo más probable es que envejeciera más rápido. Aunque pensando en eso también, Akihiko se veía muy bien a pesar de ser ya mayor. Bien no era un anciano, pero dado lo descuidado que era con su propia salud y hábitos, era un milagro que un cáncer de pulmón, anemia o intoxicación incluso, no lo mataran ya.

Usagi era un niño que sin cuidados apropiados y estrictos moriría rápidamente. Aunque se quejara más de una vez, en cierta manera Usagi le necesitaba, una de las razones por las que él seguía a su lado.

Pero la verdad radicaba que Akihiko ya era grande y aunque descuidadamente, se sabía cuidar. El no necesitaba a Misaki como siempre alegaba. Él era solo un capricho más de Akihiko, y aunque una parte de él se sentía triste de pensar así, él no debía engañarse con promesas eternas de que permanecerían juntos. Además, Misaki en dos años más tendría que dejar el departamento y seguir por si solo...

Bien, ahora Misaki estaba deprimido.

Tenía que encontrar algo en que concentrarse aparte de Usagi-san, para variar. El hombre ya le robaba mucho tiempo que se suponer era para él, sus pensamientos no deberían ser también de su propiedad.

Tal vez, y a pesar de todo, él podría adelantarse en su tarea y eso le despejaría la mente, así estaría adelantado en su proyecto y se agradecería a si mismo más tarde.

Lo mejor era bajar la computadora a la sala, estando en su cuarto solo no le era atractivo ahora, y por lo menos Suzuki-san le haría compañía... esperen, ¿desde cuándo él pensaba similar a Akihiko? Tonto Usagi, como siempre la culpa era suya.

Solo unos momentos le costó reunir todo, libros y cuadernos entre en el material. Todo acomodado en la mesa central, justo enfrente del gran oso de felpa.

Misaki sentado y con las piernas entre cruzadas empezó a escribir, 20 minutos después se metió a internet para investigar. La concentración le duro solo unos minutos más con el artículo en letras monótonas en negro:

 

Interpretación de los pecados capitales.

¿De verdad Dios estará contento cuando te reúnas con él?

 

El chico no sabía cómo termino en la página, pero él ya había dado clic y empezó a leer, aunque no era católico, y siendo honesto tampoco era religioso.

-Un descanso, un descanso... -se murmuro por la vocecilla que le regañaba por desviarse de su tarea.

 

*“Los siete pecados capitales son una clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas del cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la moral cristiana...” Comenzaba el artículo. Misaki empezó a bajar la página aburrido por leer la introducción y vio la lista de pecados.

 

Lujuria:

[...] En la actualidad se considera lujuria a la compulsión sexual o adicción al sexo.

Según otro autor, la lujuria son los pensamientos posesivos sobre otra persona. [...]

 

Él ya había escuchado del ese pecado tan común en estos tiempo, pero la última definición le recordaba a Usagi-san. Él era la lujuria andando en trajes costosos y sonrisas forzadas, cuya noche sin sexo era noche perdida.

Misaki también era hombre, pero nunca en realidad entendió por qué decían que su estereotipo no pensaba en otra cosa que en actos carnales. En su mente él se enfocaba en otras cosas, pero si le dedicaba pensamientos a “eso” siempre era por Usagi, el pervertido de Usagi, el mañoso Usagi...

El que siempre iniciaba los actos sexuales sin tener en consideración las objeciones que Misaki podría tener. El solo lo tocaba hasta que Misaki no podía sino resignarse y recibir. Y justo al final, Usagi decía que lo amaba y que era de él. ¿Cuán enfermo era eso?

Bien, a salvo en su cabeza, Misaki podía aceptar que se sentía bien y en la mayoría de las veces él podía olvidarse de todo y solo entregarse a la seductora sensación de placer y amor que siempre encontraba en el sudoroso y un poco doloroso sexo. Pero a pesar de eso, ellos eran hombre, Misaki nunca había podido creer que en algo tan “anormal” se encontrara tales sensaciones que hacían perder la cabeza, e incluso el orgullo.

Akihiko siempre lo llevaba a tal grado que Misaki se sentía perdido, pero luego las manos frías lo tocaban, apagando el calor, su voz le susurraba, tranquilizándolo, abrazándolo, haciéndole saber que ahí estaba y nunca lo dejaría de nuevo solo y triste.

En aquel sucio acto, Akihiko transformaba lo impuro en algo dulce y bello. Ellos hacían el amor.

-¡¿Qué tonterías estoy pensando?! Tonto usagi-san, tu no... -Misaki paro al darse cuenta que aquellos pensamientos salieron de él y no como consecuencia de Akihiko.

¿Qué estaba mal con él? Él era normal, y encontraba repulsivo el sexo gay... aunque no sabía que pensar del hetero, o el con una chica...

Demonios, mejor pensaba en otra cosa antes de lograr pensar algo más estúpido.

Misaki vio la pantalla que seguía prendida y en aquella página. ¿Cuántos pecados capitales tendría más Usagi, y cuantos le forzaba este mismo a Misaki?

 

Gula:

[...] En cambio en el pasado cualquier forma de exceso podía caer bajo la definición de este pecado. Marcado por el consumo excesivo de manera irracional o innecesaria, la gula también incluye ciertas formas de comportamiento destructivo. De esta manera el abuso de substancias o las borracheras pueden ser vistos como ejemplos de gula. [...]

 

Akihiko podía caer en muchos excesos, contándose el cigarro y los benditos osos. Gracias que él no solía beber, pero comprar compulsivamente cosas que no necesitaba, era evidentemente una muestra.

¿Podía considerarse las veces que lo tocaba, decía “Te amo” y lo amaba, excesos?

Aunque odiándose, Misaki no deseaba que eso cambiara... le gustaba, pero solo un poco y de vez en cuando. Si no fuera porque Usagi se detenía en la forma exacta, él podría llegar a ser empalagoso. Aunque siempre dejaba ser a Misaki, nunca queriéndolo cambiar, amándolo justo como era el...

-Otro pecado, otro pecado... -volvió a musitar, notando que sus pensamientos se desviaban.

 

Avaricia:

[...] Puede considerarse también búsqueda y acumulación de objetos. [...]

 

De vuelta hacia los osos de felpa. Aunque Akihiko también tenía muchas cosas más, que en efectos prácticos era completamente inútiles para su vida diaria.

“Aunque le dan un toque tierno y de niño entusiasmado cuando consigue alguno, como la vez que le regale el despertador de oso...”- se sorprendió pensando Misaki.

Ignorando su pequeño desplante continúo leyendo.

 

Pereza:

[...] Tomado en sentido propio es una «tristeza de ánimo»

Concebir pues tristeza por tales cosas, abrigar voluntariamente, en el corazón, desgano, aversión y disgusto por ellas, es pecado capital.

De esta manera, si deliberadamente y con pleno consentimiento de la voluntad, nos entristecemos o sentimos desgano de las cosas a las que estamos obligados; por ejemplo, al perdón de las injurias, a la privación de los placeres carnales, entre otras; la acidia es pecado grave porque se opone directamente a la caridad de Dios y de nosotros mismos.

Descuidar notablemente las obligaciones y deberes o si llega a hacernos desear que no haya otra vida para vivir entregados impunemente a las pasiones, es sin duda pecado mortal. [...]

 

Usagi-san no era depresivo... y si lo era la mayoría de las veces era por el...

¡No, no, no! Usagi no podía pecar de eso, pero sí de des obligación sobre su trabajo, no haciéndolo si no hasta que era casi imposible terminar, llevando con él a la pobre Aikawa, que si bien no era una santa, no tenía culpa de lo irresponsable que podía llegar a ser el escritor.

Si, era un buen novelista, ¿pero no podía por una vez entregar los manuscritos a tiempo? Su fama algún día se iría por el caño si seguía presionando los límites. Misaki no estaba seguro de por qué aún era escritor si odiaba todo lo que conllevaba su profesión. Otra interesante y vergonzosa duda...

“U otra cosa que no sabía de él...”- le dijo la molesta vocecilla.

 

Ira:

[...] La ira puede ser descrita como un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enfado.

Dante describe a la ira como «amor por la justicia pervertido a venganza y resentimiento». [...]

 

-Usagi-san no se lleva muy bien con su familia... ¿eso contara?

El hombre varias veces parecía a punto de cometer un asesinato, en especial a su hermano mayor. Ni recordar la vez que agredió a Isaka-san la primera vez que Misaki conoció al director ejecutivo.

Misaki no era tan maldito para decir que Usagi era muy agresivo, pero ¿no podía llevar la relación con su familia de mejor manera? Después de todo era su familia, y no importaba que cosas hubieran pasado en el pasado, debía de valorarla...

 

Soberbia:

[...] Es identificado como un deseo por ser más importante o atractivo que los demás, fallando en halagar a los otros.

También se puede definir la soberbia como la creencia de que todo lo que uno hace o dice es superior, y que se es capaz de superar todo lo que digan o hagan los demás. También se puede tomar la soberbia como la confianza exclusiva en las cosas vanas y vacías (vanidad) y en la opinión de uno mismo exaltada a un nivel crítico y desmesurado. [...]

 

-Ese seria de sus principales pecados... -murmuro con amargura el chico.

El hacer lo que quería, creyendo que tenía el derecho de hacerlo como él quisiera. Todo debía salir como él decía, y nunca al contario, sino el gran señorito se enojaría...

En eso también incluía a Misaki, que de alguna extraña manera tenía que rendirse para evitar más problemas, aunque algunas cosas eran francamente ridículas. ¿Manzanas peladas en forma de conejo, salchichas-pulpo y los onigiris estrictamente en forma de triángulo?

Usagi solo era un niño atrapado en el cuerpo de un adulto, y para poner todo más peligroso, tenía el dinero para hacer casi todo lo que le venía en gana. “Casi” por qué el no caería tan fácil en sus caprichos... aunque siempre terminando cediendo en algunas cosas, a veces porque para él era un reto personal atrayente.

Dejando sus pensamientos dio con el ultimo pecado, pero al terminar de leer se quedó más pensativo que en los demás.

 

Envidia:

[...] Desear algo que alguien más tiene, y que perciben que a ellos les hace falta, y a consiguiente desean el mal al prójimo, y se sienten bien con el mal ajeno. [...]

 

-Usagi-san no es tan... malo...

Él podía ser muchas cosas, pero en realidad nunca había oído decir o desear todo eso. El hombre era bondadoso en lo que cabía, siendo extremadamente gentil y amable con él.

Muchas veces molestaba a Misaki, pero al igual que con las muestras de afecto, Akihiko parecía pararse en la justa dosis. Podía desear cosas estúpidas, pero no era egoísta, y muchas veces compartía las cosas con Misaki, deseando que el recibiera antes que él mismo.

Usagi podía enojarse con su familia, pero nunca le oyó insultar a su familia. Tampoco, salvo lo corto de la situación de Isaka, llegar a los golpes o conflictos mayores. Casi nunca peleaban entre si enserio, al grado de gritarse cosas hirientes.

Toda su personalidad favorecía a Misaki. Desde hacer todo lo posible por su felicidad incluso si él no estaba en la posición de dar algo; compartía dinero, casa y tiempo con él, a pesar de estar acostumbrado a estar solo y apreciar eso; había dejado de fumar tanto cuando Misaki se lo pidió, y últimamente se esforzaba mucho por solo fumar en la terraza del departamento. Pero sobre todo lo anterior, no importando nada, Akihiko nunca lo lastimaba de ninguna manera.

Volvió su vista a la laptop, terminando de leer lo último, una pequeña conclusión.

-Usagi-san es un demonio... -Misaki concluyo después de repasar toda la lista- Cumple con 6 de los 7. Además de otras cosas que aquí no están.

Misaki se levantó del suelo en donde estaba y se sentó en el sillón, fijando su vista en Suzuki-san, aunque no veía al oso.

Si Usagi se iba a ir al infierno por pecar tanto y a tal grado, (a pesar de que sabía que en el fondo no era tan malo) él también lo seguiría. Después de todo, en la mayoría de las cosas era arrastrado aunque no se diera cuenta.

Ambos se quemarían en llamas altas y calientes, siendo molestados por demonios cuyo único fin era castigarlos y nunca saldrían de ese lugar.

Misaki no quería eso, él quería ser un pequeño angelito y acompañar a sus padres en el cielo...

-¡Tonto Usagi-san, por tu culpa no poder ir al cielo!

-En eso tienes razón... -le susurro una voz roncamente- No podrás ir al cielo por cómo me seduces todos los días. Niño malo.

Misaki grito fuertemente, retrocediendo todo lo que pudo en el sillón, alejándose del recién llegado Akihiko, que reía graciosamente tratando de taparse la sonrisa.

-Y yo pensando que Misaki no pensaría en mi hoy, y lo encuentro pensando mucho y apasionadamente en mi...

-¡¿Qué tonterías...?! ¡¡Waaaa, no leas!!- le grito cuando Akihiko se acercó a la laptop. Misaki como pudo cerro la computadora y corrió escaleras arriba, siendo perseguido por el divertido escritor.

 

Aun y cuando ambos se fueran al infierno por actuar como tontos, Misaki estaba dispuesto a renunciar al cielo por Akihiko, pero ese sería un secreto por el momento.

 

 

Notas finales:

[*]: Informacion sacada de Wikipedia-sama -w-

 

Espero y Usami-sensei se la pase en grande, pues yo siempre sere su enamorada #1 (*-*)

Nos leemos en otra historia loca mia :D

Cuidense mucho y vean yaoi hasta que se les quemen los ojos (?)

 

PD: Los que estan esperando mis FF de "Chaton" les informo que ya voy a acabar a Junjou Terrorist, y solo acabe a los Egoist empiezo a subir ambas historias. Esten al pendiente, por favor ^_^

PD: Comenten, no sean malitos ._.

 

Bye~niii :3


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