Capítulo 1
Estaban ambos chicos en su habitación, cada uno tumbado en su cama jugando con su Ds, uno al Pokémon Blanco y el otro al Pokémon Negro. Jugaban al mismo tiempo, ya que era así como habían quedado. Ninguno de los dos podía avanzarse al otro y tenían que avisar si hacían algún cambio en el recorrido. En eso el peli-blanco se vio necesitado de ir al centro pokémon para poder recuperar PP, no tenía elixirs ni éters.
—Voy al centro pokémon, espérame.
—Tú siempre estás al centro pokémon, ¿tan débiles los tienes?
—No, no son débiles, pero sus ataques son tan buenos que tienen pocos PP.
—Por eso prefiero los ataques que no son tan buenos pero tienen más. ¿Y porque no usas Max PP para conseguir más de cada ataque?
—Es que ya usé todos los que tenía.
—Serás pringado —dijo con tono de burla un peli-rojo.
—Podría ser hermanito —dijo sonriendo levemente.
—No me llames hermanito que soy mayor que tu.
—Lo siento HER-MA-NI-TO —dijo silaba por silaba lentamente—no te enfades con este pobre pringado.
—Te estás pasando You.
—Tú empezaste Natsuo, yo no te dije nada hasta que tú me insultaste.
—No te insulté, solo reflexionaba en voz alta.
—Pues no reflexiones la próxima vez —respondió un albino levantándose de su cama dejando la Ds en ella.
Se acercó a la cama de su gemelo y quitándole la Ds se sentó encima de él. Para luego poner sus manos a cada lado de su cabeza. Eso sorprendió al peli-rojo el cual se sonrojó y se puso nervioso a más no poder. No se acostumbraba a que su hermano se acercara tanto a él cuando se enojaba, y siempre lo pillaba por sorpresa. No es que le molestara, solamente que no entendía porque lo hacía, aunque lo echaría de menos si no lo hiciera. Cosa que le parecía un poco raro ya que no era normal que lo quisiera que lo hiciera. Apartó un poco la mirada pensando en porque se sentía de esa manera por la cercanía de su gemelo. Otras veces estaban abrazados y no le pasaba eso, o al menos no tan fuertemente, ya que en esos momentos su corazón estaba tan alterado que hasta le costaba respirar.
—“¿Qué me pasa? Es solo mi hermano, ya normalmente estamos muy unidos, entonces, ¿Por qué me siento así cada vez que se tumba encima de mi? ¿Por qué mi corazón palpita con tanta furia? Me late más fuerte que cuando estoy con Ryo… ¿Por qué? Ryo es quien me gusta ¿no?” —se preguntaba cierto peli-rojo de nombre Natsuo. Sus azules ojos chocaron con los dorados de su hermano— “Estos ojos… tienen algo que me hipnotizan, pero no sé el que… Realmente, no solo sus ojos me hipnotizan sino todo él... ¿Por qué?”
—Natsuo ¿Qué te pasa que estas tan sonrojado? ¿Qué tienes fiebre? —preguntó con voz fría pero con un poco de preocupación y alegría en los ojos.
—N-no. Estoy bien. No t-te preocupes —dijo un poco nervioso.
—Oh —dijo como si cayera en algo de repente— Estás nervioso por mí.
You sonrió de nuevo levemente. Le gustaban las reacciones de su hermano. En verdad le gustaba su hermano, lo quería, no, más que eso, lo amaba. Lo tenía claro des de hacía un tiempo y no desperdiciaba ocasión para poner nervioso a su amado hermano. Le encantaba tenerlo así, ya que le daba la impresión de que su hermano también le amaba, pero no lo tenía claro del todo y eso en el fondo le preocupaba un poco. Él quería que su hermano le dijera que lo amaba pero parecía difícil, aunque con sus acciones se lo daba a entender un poco, solo que necesitaba una confirmación, ya que no quería creer algo que luego no fuera realmente.
—N-no. Yo no es-toy nervioso por t-ti.
—Claro que no. Por eso tartamudeas ¿verdad?
—No tartamudeo —grito el peli-rojo sacándose a su gemelo de encima y levantándose— Vamos, ves rápido al centro pokémon que se gasta la batería inútilmente, yo iré al lavabo.
—Claro. Ahora voy, en cuanto llegues ya estaré—dijo fríamente— “parecía nervioso por mí, eso es bueno, pero no sé si su reacción es tan buena, al fin y al cabo se separó de mi… Bueno habrá que esperar un poco.”
Natsuo salió de la habitación y, como siempre, llevaba el móvil en el bolsillo por lo que lo sacó y se dispuso a llamar a Ryo, para hablar con él, o más bien para confesarle su amor, en un intento de escapar de la realidad. No quería pensar que le gustara su hermano, eso no era normal y no era bueno, era su gemelo, no podía ser, eso estaba mal.
—“No me puede gustar You, esto no es bueno, y seguro que se enojará si se lo digo… aparte de que yo amo a Ryo, así que no puedo amar a You, ¿no?” —se decía intentando convencerse el pobre peli-rojo aun confundido por lo que sentía.
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—Miyu, amor, tengo el video, vamos a llamar a las demás para verlo juntas.
—Claro. ¿Dónde nos reunimos?
—Ahora hablo con Setsu-chan a ver si podemos ir a tu casa.
—¿Por qué a Setsuna?
—Porque creo que estará enojada conmigo… no creo que Ryo sea muy romántico y querrá venganza y ahora está ella con tu hermana.
—¿Riku está con ella? ¿Y es por eso que están en mi casa?
—Sip, o eso creo ¿Qué no la viste cuando viniste a la cita conmigo?
—Es que no estaba en casa en ese momento, había ido a la biblioteca a leer mangas.
—Oh, está bien. Pues sí. Creo que está con ella, porque me envió un mensaje con una amenaza al móvil —dijo riéndose.
—¿Una amenaza? —preguntó curiosa la morena.
—Sip, mira —dijo la castaña enseñando su móvil.
—Michi, cuando te vea, te mato. Dejé una cita y una peli a medias por una mierda de escena —leyó Miyu en voz alta mientras sonreía— ¿Tan mala fue la declaración de Ryo?
—Seguramente, es un poco soso y Chiaki otro tanto. Pero vamos en dirección a tu casa que quiero saber qué pasó con Ryo para que Setsu-chan me diga esto.
Así ambas se fueron hacia la casa de la morena, para saber que tan mala fue la declaración de esos dos pares de sukes. Aunque primero tenían que hablar con Setsuna para que dejara de estar enojada, como sub-presidenta del club fujoshi debía de estar de acuerdo con hacer la asamblea y Michiru se iba a encargar de que dijera que sí.
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En casa de los Goenji estaban los cinco reunidos en la mesa para cenar. Tanto Kai como Kô habían regresado a sus hogares después de sus citas, con sus respectivas parejas. Kô estaba muy rojo, durante toda la comida había estado muy callado y con la mirada baja. Haruka, parecía feliz por algo, pero nadie en la familia sabía por qué y ella tampoco podía contarlo, ya que seguramente eso mataría a su gemelo de un ataque de nerviosismo y vergüenza. Su felicidad era debida a que al día siguiente iría a casa de las gemelas de Fudo y Kido para ver unos videos con las declaraciones de los hermanos de Michiru, lo que implicaba a su hermano en una de ellas. Michiru había hablado con Setsuna habían arreglado las cosas por lo que se haría la reunión al día siguiente.
—Kô, ¿Qué te pasa que estás tan rojo? ¿Cogiste frío fuera? Aunque sería raro con el calor que hace… —dijo pensativo y preocupado el padre uke no doncel.
—N-no… no e-es e-so… —dijo poniéndose más rojo por ser el centro de atención en ese momento.
—Bueno, ¿Entonces qué es?
—E-es q-q-q-que… —dijo pero no pudo seguir, estaba demasiado nervioso.
—Es que hoy tuvo una “cita” con Kyo-san —acabó Haruka, la frase que su gemelo no podría.
—Yo-yo —dijo aun más nervioso bajando la cabeza.
—¿Y qué pasó en esta “cita”? —preguntó Shuuya seriamente.
—N-na-nada…
—Claaaaro —dijo Haruka un poco sonriente— Aunque tampoco debemos meternos en eso ¿no? —añadió intentando ayudar a Kô.
—Yo creo que como padres deberíamos saber lo que le pasa a nuestro hijo ¿no? —intervino Shiro.
—Estoy de acuerdo contigo, cariño. Así que ya pueden empezar a hablar.
—Bueno papis, básicamente le ha dicho que le ama y que quiere que sea su novio.
—¿En serio? —Preguntó Shiro un poco sorprendido— Creía que no lo haría nunca.
—Pues sí, pero fue porque Michiru-san le obligó —dijo Haruka, a la vez que el peli-plata levantaba la cabeza con lágrimas en los ojos.
—¿E-es ci-cierto?
—Claro fue ella la que lo sacó de casa para que lo hiciera, sino aun estarías esperando… —empezó a decir pero no acabó la frase al ver que su hermano lloraba a mares— Kô… ¿Qué pasa? ¿Qué dije?
—¿Cómo que qué dijiste? Por el amor de Dios Haru, podrías aprender a callar a veces ¿no crees? —le reprendió Kai, quien hablaba por primera vez en esa cena, mientras abrazaba a su hermano, en un abrazo protector.
—¿Por qué? ¿Qué hice? —preguntó a niña desconcertada.
—Hablar de más y decir cosas que no debías.
—Oh —dijo la pequeña peli-gris— Lo siento. Pero no dije nada malo. Es cierto que Michiru-san, le obligó pero fue porque a Kyo le preocupaba que Kô fuera demasiado pequeño aun, no porque no lo quiera.
Dicho esto, Kô, dejó de llorar y empezó a sollozar, intentando tranquilizarse. Aun le dolía que su novio no se hubiera declarado por si solo, es decir, sin necesidad de que le obligaran, pero que Haruka le dijera que su novio no se le declaraba porque se preocupaba por él lo alegraba un poco, aunque ahora albergaba pequeñas dudas sobre si su novio realmente quería serlo o si salía con él solo porque le obligaron. Y eso no le gustaba, él le amaba y no quería que estuviera con él sin querer, solo por obligación de su hermana. Debería de hablar con él la próxima vez que se vieran, pero no sabía cómo hacerlo. Era consciente de que era tímido y de que Kyo le ponía muy nervioso.
Kai siguió abrazando un poco más a su hermano pequeño hasta que este se tranquilizó del todo y pudieron seguir comiendo. Pero los padres aun tenían una pregunta que hacer sobre el tema. Una de muy importante, porque dependiendo de la respuesta deberían de hablar seriamente entre ellos y también con Kyo y Kô. Así que en cuanto todo estuvo más o menos normal hicieron la pregunta clave de la cual ya conocían la respuesta, o eso creían, y solo querían confirmarla.
—¿Y qué respondiste, Kô?
—Respondió que sí. Obviamente. ¿No ves como se aman? —dijo Haruka sonriendo mientras su gemelo se sonrojaba más aun.
Al oír la respuesta, ambos padres se miraron y luego miraron a Kô, dando un pequeño suspiro, ahora tendrían que hablar con él, aunque no sabían si sería mejor hablar primero con él o con Kyo. No es que les pareciera mal que fueran pareja, sino que la diferencia de edad era un poco elevada, siete años, no son pocos…
—Esto… papiiiis… Yo también quería deciros algo… dos cosas realmente… —empezó a decir pero se calló esperando a que sus padres le escucharan y le dieran permiso ya que tenía que decir algo importante.
—Di.
—Yo mañana saldré todo el día, iré a casa de Miyu-san y Riku-san.
—Está bien.
—La otra cosa es que… yo también tengo pareja…
—¿A si? ¿Quién? ¿Des de cuándo?
—Hotaro, des de hace un mes, más o menos.
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Dos morenas estaban en su habitación sentadas en una cama mientras miraban la grabación de una de las cámaras. A ambas se les había pegado el amor por el yaoi a causa de sus novias, y estaban emocionadas viendo una vez tras otra tan linda escena. El beso entre Kyo y Kô, era my tierno y hacía que se les cayera la baba a ambas.
—Mañana Fudo se marcha junto con Kido, a no sé dónde. Así que podremos hacer la reunión aquí. Solo sobra Eiji… ¿Qué hacemos con él?
—No lo sé Riku, no crees que podríamos decirle que quede con Kai o algo… No creo que esté en contra de eso…
—Vale enviémosle un mensaje a Haru-chan para que hable con su hermano mayor.
—Me parece genial. Voy por el móvil.
—Yo voy un momento a hablar con ese par.
Así Riku salió de su habitación para hablar con ese par de hombres mayores de edad que se suponía que mandaban en ella. No le caían bien por lo que no podía hacer como Eiji que los llamaba padres, pero los podía soportar ya que no eran tan malos, o al menos Kido, que era bastante bueno con ellas.
—Fudo, Kido. Mañana ustedes dos se marchan ¿verdad?
—Sí, tenemos trabajo en la empresa y no llegaremos hasta tarde —respondió Kido.
—¿Por qué mocosa? ¿Qué es lo que planeas ya? —preguntó Fudo, que ya presentía algo.
—Nada. Solo era para saberlo. Entonces la comida… ¿Qué pasa con ella?
—Tendréis que hacer vosotros mismos la comida. Preparad lo que os apetezca, creo que hay de todo en la nevera.
—Vaya, que palo…
Dicho esto la niña morena subió de nuevo a su cuarto. Allí Miyu ya estaba en la cama tumbada, suspirando, con una sonrisa en la cara. Se notaba que estaba impaciente. La entendía, ella también lo estaba, sabía que la noche se le haría larga, por las ansias de reunirse con las chicas para ver los videos y poder comentar y hacer valoración, aparte de poder planear como continuar las historias de amor.
—Haru-chan, aceptó, dice que hablará con Kai y que está segura que aceptará, así que ya tenemos la casa para nosotras solas.
—Bien, mañana deberemos hacer nosotras la comida, ya que los hombres no estarán en casa en todo el día. Eiji supongo que comerá fuera o eso espero… ya le diremos a Kai que no lo devuelva hasta la noche y listos.
—Perfecto, ahora mejor vayamos a dormir que ya se está haciendo tarde.