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Volviendo a enamorarte por LuuOkita

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Notas del capitulo:

He cambiado un poco el aspecto de Sherlock después de haber vuelto a la vida, como la mayoría, habrá deducido ya en el primer capítulo.

Este aspecto, es el que toma el actor, Benedict Cumberbatch, en la película Hawking de la BBC, del año 2004.

Aquí os dejo un par de links con capturas de la película:

http://28.media.tumblr.com/tumblr_luja9tLwuF1r5mgpvo1_r1_500.gif

 

http://media.tumblr.com/tumblr_lydsg0OPtP1qcyz8r.gif

Mycroft se encontraba desbordado de trabajo al igual que Lestrade, pues muchos al parecer inocentes habían muerto a manos de vagabundos, pero cuando les investigaban se daban cuenta que tenían alguna relación con Moriarty, incluída aquella escritora a la que le vendió a su hermano.

Suspiró un poco, meneando ligeramente el vaso de whisky que tenía en una de las manos, ojeando distraído el blog del doctor Watson, a veces lo leía, recordando las veces que tuvo que ayudarlo, como cuando se coló en una base militar, fingiendo ser él...

 

-Señor -Le llamó con suavidad el mayordomo, entrando al despacho.- Hay un jovencito que solicita verlo urgentemente -Le dijo algo desconfíado y esperó las ordenes del mayor.-

 

-¿Un joven? -Preguntó alzando las cejas, como fuese otro niñato diciendo que era hijo o primo o algo de Sherlock iba a echarlo a patadas de su casa él mismo.

 

Caminó seguido del mayordomo hasta la puerta principal y la abrió de golpe, encontrándose con un chico bastante alto y de aspecto juvenil, con una sudadera negra, llevaba gafas de pasta negras, pero la capucha tapaba su rostro. Levantó la cabeza con una leve mueca sin moverse.-

 

-¿Quién eres? -Preguntó con frialdad sin ni siquiera dejarle pasar, no iba a permitir más intrusos en su casa.

 

-Soy yo -Murmuró quitándose la capucha mientras le miraba fijamente a los ojos. Tenía el cabello castaño claro, con un flequillo algo largo además de unos bonitos ojos claros, se parecía demasiado a Sherlock.-

 

-No te conozco -Hizo ademán de cerrarle la puerta en las narices, pero el chico le paró con una mano dando un paso al interior de la casa.

 

-Tu mayordomo está enamorado de una camarera que trabaja en una cafetería bastante lejos de aquí, por eso llega tarde todos los días, pero siempre se lleva una de las servilletas, que guarda en su bolsillo izquierdo del pantalón y algunos días viene contento porque ve a la camarera que quiere, mientras que otros viene demasiado triste porque no la ha visto -Le dijo casi que sin hacer ninguna pausa y luego sonrió un poco, suspirando con suavidad al ver que por fin le había reconocido.

 

El mayordomo se puso rojo de la vergüenza, pero no dijo nada al ver como Mycroft cogía al chico del brazo y tiraba de él hacia su despacho.

 

-¿Es enserio? ¿Estás vivo? ¡Pero si te vieron saltar! -Exclamó cerrando la puerta de un solo golpe mientras le miraba a los ojos.

 

-Bueno, con ayuda de Molly y otras personas pude hacerlo, así nadie me vio impactar en el suelo -Le contestó aun mirándolo a los ojos, sin entender por qué parecía que iba a echarse a llorar en cualquier momento.

 

-¿Y para qué vuelves? ¿Quieres arruinar la vida de todos otra vez? -Le dijo con voz enfadada y llamó al chófer, mientras volvía a tirarle del brazo, casi que metiéndolo a la fuerza en el lujoso coche.- Al 221B de la calle Baker -Dijo al chófer mientras envíaba un mensaje con su móvil.

 

Sherlock no dijo nada más, aquellas dos preguntas le habían dejado descolocado. ¿Acaso no se alegraba de que hubiese vuelto? Había pasado por alto que le vendiese a Moriarty, que le hubiera hecho la adolescencia imposible y que ni si quiera se preocupase de su existencia, pero querer verlo muerto...¿era demasiado cruel? Se quedó todo el camino callado y al llegar no fue capaz ni de abrir la puerta, no quería salir del coche.

-Sal -Ordenó el mayor de los Holmes, volviendo a tirar de su brazo.- Y explícales a todos los demás tu fantástico plan, genio -Dijo de manera sarcástica con una sonrisa algo retorcida y abrió la puerta casi empujándolo hacia las escaleras.

 

Oyó ruidos en lo que algún día fue el salón de su casa, seguramente había avisado a los demás. ¿Pero y si se enfadaban con él? ¿Y si no querían que volviese? Tragó saliva algo nervioso por primera vez en mucho tiempo, recordando la última vez que vio a John, que rozó su mano, hasta que su hermano abrió la puerta de su piso.

 

-¿Y bien? ¿Qué hacemos aquí? -Preguntó John de brazos cruzados, claramente tenía ojeras y los ojos algo rojos, estaba sentando en uno de los sillones, en frente estaba la sra Hudson y de pie estaba Lestrade.

 

-Ahora veréis -Respondió y tiró de nuevo del brazo de Sherlock, haciendo que entrase con un leve traspiés.- Vamos, diles toda la verdad

 

-No así no -Dijo totalmente negado a hablar, pero su tono de voz tan grave era inconfundible y tanto la sr Hudson como Lestrade comenzaron a asombrarse.

 

-¿Sherlock? -Preguntó la mujer levantándose del sillón y se acercó al chico que simplemente asintió con la cabeza, reciviendo una bofetada de la mujer que había comenzado a llorar y se fue del salón, parafraseando dios sabe qué cosas sobre lo mal que lo había hecho.

 

Cerró los ojos ante aquella bofetada dejando caer la cabeza sin moverse y entonces vio de reojo como Lestrade simplemente pasaba por su lado, quedándose cerca de él. ¿Acaso también iba a pegarle?

 

-Cuando termines estaré abajo, tenemos un interrogatorio pendiente -Le dijo con voz dura, la que utilizaba con los criminales que habían atrapado juntos y luego salió por la puerta.

 

Levantó la cabeza, mirando a John, mantenía la cabeza baja, aunque ahora estaba de pie, caminando lentamente hacia él. Se le aceleró el corazón y se puso más nervioso aún, dándose cuenta del anillo en la mano derecha de John, se había casado, con una mujer que seguramente no le causase tantos problemas como él, seguro que era feliz.

 

-John...-Murmuró intentando encontrar las palabras adecuadas.- Moriarty me tendió una trampa, tenía francotiradores contra ti, Mycroft, la señora Hudson y Lestrade...Si no me veían saltar os dispararían o Moriarty les decía que parasen, pero entonces él se suicidio y tuve que fingir mi muerte -Le explicó, mirándolo, pero el rubio no reaccionaba, seguía quieto, muy cerca de él con un leve temblor en los hombros.- Solo quería protegeros...a-aquella nota por teléfono fue por qué quería que rehicieras tu vida y me olvidases, pero ahora la red de Moriarty ha caído y yo quise volver -Murmuró, empezando a morderse el labio inferior nervioso al saber que estaba llorando con los puños apretados.

 

-¿Qué rehiciera mi vida? ¿Pretendías que después de verte caer de un edifción pudiese ser feliz con alguien más? ¿De qué ibas a protegerme? ¿Del asesino? -Levantó la cabeza con los ojos cristalinos por las lágrimas, sentía un gran dolor en el pecho, pero también sentía nervios, las piernas le temblaban.- ¡Llevo un año llorando tu muerte y cuando consigo intentar olvidarte vas y apareces! -Levantó el brazo dándole un fuerte puñetazo en la cara, que le hizo caer.- ¡Vete a la mierda Sherlock! -Exclamó mientras corría escaleras abajo.

 

Cayó de culo al suelo, dándose contra las piernas de su hermano que simplemente le miró de nuevo con aquella sonrisa tan retorcida encogiéndose de hombros. Notaba un leve dolor en el labio, seguramente lo tendría partido, pero aquellas palabras de John, aquel rechazo le dolía más que nada y no lo entendía. Él era un sociopata, no debería sentir emociones o al menos eso tenía entendido. Se levantó como pudo, tenía la vista nublada, iba a llorar, como cuando era un crío y se metían con él, no lo entendía, pero al final siempre lloraba.

 

-¡John espera! -Gritó intentando alcanzarlo, pero al llegar a la calle, fue detenido por Lestrade, que simplemente le puso las esposas sin querer mirarle.- ¡John! ¡John! -Gritaba tratando de hacerle volver, pero lo único que vio fue como se metía en un taxi, marchándose de allí.- No, no lo entiende -Intentó soltarse mirando al inspector, que con ayuda de otros dos policías intentaban meterlo en el coche.- Tengo que ir a hablar con John -Le miró con la esperanza de que todo aquello fuese un plan y que le dejaría marhar, pero no fue así.

 

-Cállate-Dijo sin emoción y se subió al coche tras cerrarle la puerta, conduciendo hasta la comisaría. Iba a ser un día muy largo, para todos.

 

Llegó a su casa hecho un manojo de nervios, parecía que fuese a darle un infarto. Entre los sollozos y los temblores respiraba agitado, recordando cada palabra dicha por Sherlock, cada vez que se vieron y no le dijo nada...Todo aquel año en el que había intentado rehacer su vida, pero nada funcionaba, hasta que encontró a Marie...¡Marie! Llevaba casi dos días sin llamarla ni contestar a sus mensajes, tenía la mente ocupada con Sherlock...que estaba vivo.

Suspiró entrando a su habitación y se dejó caer sobre la cama, cerrando los ojos, pero solamente podía acurrucarse y volver a llorar, porque le dolía que el detective de nuevo, no hubiese confiado en él lo suficiente para contarle que todo aquello era un plan.

 

Apenas pasaron varias horas y dejaron marchar a Sherlock de la comisaría, no podían culparlo de nada, porque no le habían visto saltar, no había matado a nadie además de que negó cualquier conexión con los asesinatos. El problema era ¿y ahora qué? Había vuelto para estar con John, para que todo volviese a ser como antes, pero no tenía casa, no tenía a John, ya no tenía a nadie...Suspiró un poco, volviendo a la calle Baker y entró a la tienda de la sra Hudson.

 

-Señora Hudson -La llamó algo más calmado mientras la miraba a los ojos, aun tenía algo de sangre seca en el labio partido y el pómulo comenzaba a ponerse morado, pero ese dolor no era nada.- Yo verá...Quisiera volver a alquilar el piso, prometo no romperlo ni tendrá que hacerme la comida, no la molestaré verdad -Le dijo intentando parecer sincero y calmado, a decir verdad lo único que quería era esconderse del mundo.

 

-Ay Sherlock nunca aprendes -Suspiró la mujer mientras negaba con la cabeza, terminando arreglar un ramo que adornaba la tienda.- Está bien, pero no voy a bajarte el alquiler, tendrás que buscar la manera de pagarlo -Dijo, aun estaba enfadada de que la hubiese engañado de esa manera.

 

Asintió esbozando una leve sonrisa mientras se lo agradecía y cogía las llaves, subiendo escaleras arriba, dándose cuenta esta vez, que todo estaba en cajas y que no habría nada de John allí, no vería sus jerséis sobre el sofá, ni podría robarle su laptop, tampoco cenarían todos los días juntos, de hecho seguramente no cenarian juntos nunca más. Había entrado un par de veces, intentando encontrar algunas cosas que tenía guardadas, empezando por un pendrive con información sobre Moriarty, pero qué más daba ya...

Miró la calavera, aun sobre la chimenea y la cogió con suavidad.

 

-De nuevo estamos solos tú y yo -Le dijo en un murmullo de voz, y la volvió a dejar en su sitio. Eso no era John, ni lo sería nunca jamás.

 

Se dejó caer sobre el sillón, cogiendo un cigarrillo mientras encendía la televisión, no le gustaba verla y tampoco le estaba prestando atención, solo quería dejar de pensar, pero no era tan sencillo. Aun permanecía en la pared la carita amarilla y sonriente, que en los ojos tenía dos huecos de balas. Sonrió al recordar aquel día, pero también habían pasado muchas más cosas en aquel salón, como el experimento de los besos.

 

 

.:FlashBack:.

 

Estaba aburrido, el inspector no le había llamado y los casos que había resuelto con John era demasiado simplemente se dedicaba a estar en pijama por el salón, quejándose o curioseando con la laptop de John, pero ese día había encontrado algo interesante.

 

-Sherlock, te he dicho que no curiosees en mis cosas -Le recriminó, aunque sabía que no le haría caso, por o que fue a ordenar la compra en la nevera, ya no se sorprendía de ver órganos humanos ahí dentro, no sabía si era preocupante o simplemente extraño.- ¿Sherlock? ¿Qué haces? -Preguntó al oír un gemido femenino de fondo y se giró, riéndose un poco al ver lo que estaba viendo el detective.

 

-John, dicen que los labios se hinchan cuando das muchos besos ¿es verdad? -Le preguntó, con la curiosidad de un niño mientras veía cortos de videos de pornografía, pero solo se veían impresionantes besos y las actrices terminaban con los labios hinchados, pero claramente no parecía del todo real.- Necesito hacer el experimento -Murmuró para si mismo y se giró sobre el sillón quedándose de rodillas mirando al rubio.

 

-Ah no -Se negó con rapidez.- No voy a dejarte que experimentes conmigo otra vez, seguro que persigues a alguna de mis novias y me obligas a besarla tanto que le dolerá -Le comentó, alzando una ceja al ver que negaba con la cabeza y se acercó a él.- ¿Entonces qué es?

 

Sonrió de lado y tiró un poco de su jersey con las manos para abrazarlo por el cuello despacio y se acercó a su rostro, rozando despacio sus labios, sonriendo al verle nervioso y sonrojado.

 

-Sherlock no soy gay -Repitió, cansado hasta la saciedad de tener que decir siempre lo mismo y trató de apartarse, pero cuando quiso darse cuenta le estaba abrazando también.

 

-Por favor, es en nombre de la ciencia, venga por favor -Le pidió, mientras pensaba en una buena excusa.- Y no volveré a dispararle a la pared en un mes, lo prometo -Sonrió de lado mientras le miraba a los ojos, acariciando su cabello despacio.

 

-Está bien -Murmuró con la voz algo más grave, acercándose más a sus labios, hasta darle un casto beso, sonriendo levemente.

 

Sabía a la perfección que no iba a aguantar, pero sería divertido verlo. Al sentir que el moreno le daba otro beso igual, decidió ladear la cabeza profundizándolo con bastante intensidad, mientras le acercaba a su cuerpo, mordiendo su labio inferior y luego volvió a besarlo, esta vez jugando con su lengua.

La respiración del detective se había acelerado y se dejaba hacer, dándose cuenta de lo torpe que era e intentaba imitarle, pero era incapaz de seguirle el ritmo. Esto le parecío más que tierno al médico que le besó algo más despacio, pero igualmente intenso. Quizás llevaban casi cinco minutos de apasionados besos, cuando se separó despacio del más alto.

 

-¿Y bien? -Le preguntó sonriendo divertido mientras iba a hacer la cena.

-Genial -Murmuró bastante sonrojado posando dos dedos sobre sus propios labios notándolos algo hinchados y es que al no haber besado nunca, los tenía ligeramente rosados además de más sensibles y volvió a sentarse, con una leve sonrisa. No estaba tan mal eso de besar.

 

.:EndOfFlashBack:.


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