Naruto
Por veces, me hubiera gustado recordar, que en la vida, cuanto más se ama, mas se sufre por la persona amada.
-La siguiente adquisición es un pequeño humano rubio de ojos azules…- Manos gruesas y asquerosas levantaron mi cabeza y no lo conseguí impedir. El sentimiento de impotencia ante toda esta situación me consumía.
-Si no fuera porque se encuentra ante nosotros hasta creeríamos en la posibilidad de que fuera un ángel.- risas retorcida y asustadoras vibraron entre las diferentes paredes. Mi cuerpo se siente leve, tan leve que mal lo consigo mover.
Soy cargado hasta ser colocado en una butaca – o algo parecido -. Rasgan la ropa de mi cuerpo y agarran mis nalgas de forma brusca, mostrando mi entrada a todos los presentes.
-Observen este tierno agujero rosado. Podéis presenciar que no ha sido tocado.- Intento luchar. Intento moverme y golpear a alguien, pero mi cuerpo no me obedece. Y soy revisado por bruscas manos que me abren, exponiendo, vendiendo mi intimidad. Mi inocencia.
-Este exótico espécimen solo se encuentra a la venda por un tiempo limitado mis señores. Por los que les recomiendo que aprovechen y hagan sus ofertas.-
Es imposible continuar a luchar. Es imposible luchar.
Sin poder evitarlo lagrimas se amontona en mis ojos, cayendo rodando por mi cara expuesta al público; tal como animal en un circo no paso de entretenimiento por un corto periodo de tiempo.
- Estos bellos zafiros prometen placer no lo creen?-
De nuevo lo escucho. Números eran gritados por aquellos que querían una oportunidad de tenerme. Eso haría? Resignarme? Perder mi voluntad sin dar más lucha?
-Y vendido!!!-
Mi cuerda es halada y sin miramientos soy colocado de forma a ser presentado a mi nuevo amo.
-Aquí tiene Sai-sama, espero que la adquisicion sea de vuestro agrado-
- No es por mi agrado por que el que te tienes que preocupar...-
Reuniendo la mayor cantidad de fuerzas que todavía me quedaban, levanté mi mirada para tener una idea de aquel que sería mi dueño.
Me arrepiento de haberlo hecho.
Dos orbes negras conectaron con las mías… y caí en la inconsciencia.
…
Narrador
Se encontraba atado y desvalido de visión, sintiendo el aire frio golpear su cuerpo desnudo. Tenía los brazos dormidos y los hombros adoloridos.
Las puntas de los dedos de los pies mal tocaban el piso, y a medida que los sentidos volvían a su estado normal, se di cuenta de que no era el único en el lugar.
Conseguío oír varias voces a su alrededor. Dos a en la espalda y otras tres en frente.
Ninguna parecía especialmente feliz.
No conseguía entender todo lo que decían, pero algo en su interior señalo que él era el tema principal de la discusión.
Una de las voces se escuchaba extremadamente furiosa, y de un momento al otro, la tensión en la atmosfera aumento.
Mismo sin poder ver, sabía que estaba en problemas.
***
-…ke ha sido suficiente! – seguido por el molesto grito, se siente una grande explosión debido a una repentina liberación de energía y el sonido de un látigo, que acompañado de un cortante dolor en la espalda recorre todo el camino hasta mis piernas.
-Ahh!!!!- el dolor era extremo y con cada latigazo, mas lagrimas corrian de mis ojos sin poder detenerlas.
Zaz!
–Ah!!!!
Zaz!
–Ah!!!!- Dolía.
Zaz!
–Ah!!!!- Dolía tanto…
Su espalda se encontraba decorada por pedazos de piel segurados por un fino hilo de carne, manchado por la sangre que libremente corria de sus heridas.
***
Naruto
-Itachi-sama! Me niego a recibir cualquier regalo defectuoso.-
-… eso significa que aceptas, pequeño aniki?-
- Si…-
Partes de la conversación adentraron el velo de inconsciencia que empezó a cubrir mi mente.
Un regalo?
Desechable…
Tan bajo he caído?
Y por qué?... un humano?
Porque me hago esto a mi mismo?
Cuando me será suficiente el dolor?
Asustado por el camino que mis pensamientos tomaban, agite mi cabeza tanto y como me lo permitió mi posición, intentando alejar aquellas horribles ideas.
Sasuke…
De esta vez, las lágrimas que acudieron a mis ojos provenían de un dolor diferente.