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Ilusión por VampireSaga

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Notas del capitulo:

Ya sé que no tengo perdón, pero tengo una justificación y es que apenas me he enterado de que tendré mis exámenes de admisión para una de las licenciaturas y se realiza cada AÑO entonces es mi oportunidad para estudiar lo que realmente quiero y bueno me queda menos de un mes para presentar y además cada viernes tengo exámenes eso es mucho estrés para mí, así que perdonen quizás actualice cada fin de semana ya sea Viernes o Sábado. ¿Vale?, en serio una gran disculpa por no haber subido estos días. 

Aunque había retrocedido no podía salir corriendo de ahí, se quedó paralizado chocando con el cuerpo de aquella persona que era el dueño de la tienda, perplejo ante los hechos sol miró a aquel hombre con cierto miedo. Tragó saliva y respiro con dificultad, tenía que tomar fuerzas de donde pudiera.

-¿Estas bien Shun? –Preguntó Minos tomándolo de los hombros viéndole fijamente.

-S…sí… -No quería ver al rubio, pero aquel sí que notaba el nerviosismo del menor.

-Parece que hubieras visto un fantasma… -Añadió el hombre de cabellera plateada. –Te presentó a Hyoga acaba de integrarse con nosotros, así que…

-No es necesario Señor Minos, Hyoga es mi compañero de clases, así que nos conocemos.

-Perfecto, Eris lo trajo cuando andaba buscando trabajo y ha resultado ser bueno, ¿verdad rubiecito?

-Supongo –Sonrío el aludido.

-Bien Hyoga se encarga del almacén y tú Shun ya sabes, lo de siempre, tratar con la clientela que bueno que te decidiste a venir, tu lindo rostro hace que las chicas nos visiten más. –Añadió dejándolos solos, pues Shun ya sabía qué hacer. Cuando Minos cerró la puerta el silencio se hizo sepulcral, Shun tenía la mirada clavada en el piso y el rubio se había sentado sobre una de las cajas.

-Bueno

-Shun yo… -Articularon palabras al mismo tiempo –Dime

-Tengo trabajo, así que nos vemos. –Suspiró y salió corriendo a ponerse el uniforme tenía mucho trabajo, era un pequeño lugar donde a menudo servían café, comidas y demás, pero también era una de esas tiendas de servicios. Sin dudas había demasiada gente, Shun estaba ido, descontrolado y confundido. Dónde sea lo encontraba, no importaba si quería huir parecía que la ciudad no era lo bastante grande. Quizás pasaba en todas las historias de amor, encontrarse con quien amas tanto que duele, no por el hecho de hacerlo, sino porque te ha hecho una herida grande en el pecho. Las horas pasaban y él seguía perdido en sus pensamientos.

-¡Anímate, no puedes poner esos gestos melancólicos delante de las clientas! –Revolvió su cabellera su compañero.

-Mi…me…Yo –Bajo la mirada –lo siento.

-Shun, lo que sea que tengas déjalo en casa no traigas problemas aquí, eres demasiado evidente. –El pelirrojo se retiró, Shun deseaba ser fuerte, no ser el típico chiquillo débil que parecía no defenderse, apretó los puños y suspiró tratando de concentrarse, parecía que el pelirrojo le había dado la clave. Y esté miraba a Shun desde lejos con una gran sonrisa.

-Deja de sufrir…Shun –Dijo en un murmulló mientras atendía unas mesas y veía al peli verde de lejos.

El fin del día se acercaba y Shun fue a cambiarse, tenía que regresar para el ensayo de Pandora e Ikki, aun no podía creer que ambos se casaban, ya era demasiado tarde y el peli verde apenas se cambió salió al estacionamiento por la bicicleta encontrándose con su peor enemigo. El rubio le sonrío y Shun solo paso de él bajando la mirada.

-¿Ya te vas?

-Sí… tengo cosas que hacer, si me permites. ¡Buen trabajo!, nos vemos m… -El rubio tomo el brazo del menor cuando este ya estaba listo para irse. Shun frunció el ceño y se le quedó viendo. -¿Qué haces?

-Shun necesitamos hablar.

-¡Ja, ¿estas burlándote de mí?! –Se empezó a reír. –No quiero hablar con alguien como tú. –El silencio de nuevo se hizo presente, Shun miraba a Hyoga con determinación, con coraje y rabia, pero el otro parecía frío, si alguien no le ayudaba terminaría por dejarse llevar y no quería quebrar esa muralla que aún estaba frágil. Mime quien salía al mismo tiempo vio la escena y camino al ver a Hyoga ‘acosando de ese modo’ a su amigo.

-¡Hey Shun! –Gritó el pelirrojo y Hyoga quito su mano, haciendo que el peli verde le prestará atención. -¿Puedo acompañarte?, voy a ver a Fler y su novio.

-¿Eh? …-Se quedó de una sola pieza junto a Hyoga.

-¿Es que no lo sabían?, Fler y Hagen son novios. Necesito vigilar a esos dos, Shun estoy soltero, deberías consolarme. –Se le encimo en la espalda el pelirrojo y el peli verde solo empezó a sonreír.

-Vamos entonces, agárrate fuerte y… -El pelirrojo no veía de forma amigable a Hyoga.

-No, yo te llevo, déjame manejar y aférrate a mí Shun… -Susurró y se terminaron yendo de ahí. –Hyoga se quedó viéndolos, había sido ignorado y peor aún la mirada de Mime le causaba algo.

Cuando Shun llegó Ikki y Pandora no estaban listos, nadie lo estaba, se quedaron viendo al menor como si le hubieran esperado, pero no había tristeza, sino alegría en sus rostros. Se había olvidado de Hyoga en esos momentos en los que iba con Mime hablando.

-¿Qué pasa, por qué no están en el ensayo?

-Pues verás Shun, tú hermano y Pandora tienen algo que decirnos –La madre le tomo de los hombros y le sentó.

-¿Qué pasa, está todo bien?

-Por supuesto –Susurró Ikki y Pandora extendió un sobre blanco grande a las manos del menor. Quien desesperadamente lo abrió encontrándose con una especie de ‘radiografía’, en si parecía una, pero no lo era, era como…

 -¿Un bebe? –Se levantó y puso el ultrasonido contra la luz. -¿Seré tío? –Se emocionó estando al borde de las lágrimas y se abalanzo contra Pandora. -¡Felicidades!

Esa noche olvido sus preocupaciones con respecto a esos temas que rondaban en su cabeza, había estado pegado a Pandora, a su hermano y su madre, festejando por aquella buena noticia, ahora la boda debía ser acelerada. Al final del día Shun quedó dormido sobre uno de los sofás, Ikki como en los viejos tiempos termino de llevarlo a la cama, le arropo y se le quedó viendo.

-Que grande eres y aun actúas como un niño –Murmuró besando su frente. –Aun siendo herido eres tan fuerte, sin que lo supieras admiré esa parte de ti, ocultas bien las cosas con una sonrisa, pero ahora no puedes con el peso de tu corazón, quisiera ayudarte, matar a quien te sigue hiriendo con su sola presencia pero esta es tu propia batalla, hermano…

-Ikki…-Shun se removió, como si las palabras de su hermano hicieran tanto afecto, el peli azul se quedó mirando, finalmente le dio un beso y se despidió de él.

Los días pasaban y el peli verde evitaba a toda costa encontrarse con el rubio, no solo él, sino que Mime parecía estar de su lado, siempre estaban juntos tanto que Shun comenzaba a darse cuenta que la tristeza se borraba, que cada día era maravilloso para él y que podía superar aquel amor frustrado y ‘unilateral’ que tenía hacía cierto amigo.

-¡Basta Mime, si me haces reír más, vendrá el señor Minos y nos va a regañar!

-Pues ríe porque tu sonrisa ilumina el lugar, es tu gesto más hermoso –decía en carcajadas el aludido. Y de pronto un par de copas habían caído al suelo, Mime y Shun se giraron a ver, Hyoga las había tirado, y su mirada estaba clavada en aquellos dos, su rostro denotaba enojo.

-¡Mierda! –Susurró bajando la mirada hacía los cristales.

-¡Hyoga, eso lo descontaré de tu sueldo! –Grito el señor Minos -¡Por suerte no hay clientes!, ¿Qué esperas Shun?, ¡Ayúdale!, ¿Mime?, ¡Ve por unas de repuesto! –Los tres se movilizaron, Shun llevó la escoba y el recogedor y comenzó a limpiar.

-Lo siento…-Susurró al ver a Shun –Dame eso, yo lo hago además no ha sido tu culpa –el rubio tenía un tono serio en la voz. Cada vez que veía a Mime junto a Shun su sangre parecía hervir.

-Vamos Shun, deja que el torpe limpie….Las rubias son tontas. –Dijo burlonamente y Shun se quedó viendo a Hyoga mientras era jalado, era como si hubiera visto esos gestos y eso le daba una ligera ‘esperanza’, quizás veía cosas donde no.

Mime y Shun estaban en descanso, era fin de semana y había más gente, ambos se dirigieron a fuera del establecimiento, en el patio trasero había una especie de mesa con dos sillas, llevaron el almuerzo y se quedaron ahí platicando.  Shun comía despacio una especie de emparedado, y se había manchado de aderezo, Mime se acercó y le limpio con la yema del dedo pulgar. Shun se sonrojo.

-Comes como un niño –Añadió el pelirrojo. Viéndole fijamente a los ojos.

-Perdón, debiste decirme y me pasaba una servilleta. –Bajo la mirada y dejó de comer, para ver la vista, era preciosa, el atardecer, el viento de verano empezaba a soplar, con lentitud. Cerró los ojos. –Ha hecho mucho calor estos días.

-Así es pero ahora todo está fresco y esta vista es la mejor.

-Ya lo creo –Dijo el peli verde dirigiendo la mirada a la del pelirrojo.

El silencio se apodero de la escena y Shun no podía moverse, su cuerpo había quedado paralizado ante tal acto, las facciones de Mime seriaron y lo que vino después no se lo esperaba, los labios de su amigo sobre los suyos, le dejo en Shock. Cerró lentamente los ojos, por mera inercia. Hyoga se dirigía a tomar su descanso en ese mismo lugar pero al llegar, la escena lo dejo congelado. 


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