Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

10 crónicas de un beso por PruePhantomhive

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

CRÓNICA 3


El tercer beso


Hikaru entró corriendo a la sala de música número tres, arrastrando a Kaoru del brazo. Cuando todos les prestaron atención (debido a que, en su carrera, Hikaru derribó a Honey y Haruhi), el mayor de los gemelos sujetó a Kaoru de los hombros y lo puso delante de él, como si considerara, de pronto, que era alguna especie de escudo que lo protegería de las miradas de los otros.


—¡Primer lugar! —gritó, exhibiendo a Kaoru, que tenia una expresión demasiado resignada en su cara, como si se hubiera convertido en algo muy impuro que debía ser tocado sólo con las puntas de los dedos—, ¡primer lugar de toda la clase! ¡Primer lugar incluso superando a Haruhi y Aiga-san! ¡Primer lugar por encima de mí!


Tamaki y Kyouya intercambiaron una mirada, luego Kyouya observó a Kaoru y sonrió por lo bajo, con la mirada oculta debajo del brillo de sus gafas. Haruhi ayudó a Honey-senpai a levantarse del suelo y Mori-senpai les sacudió las ropas a ambos con sendos golpes de las manos.


—¡Algo tiene que estar pasando! —Gritó Hikaru, sacudiendo a Kaoru de nuevo—, ¡Kaoru sólo hace las cosas bien cuando no está pensando! ¡Kaoru! ¡Kaoru, háblame! ¡Kaoru!


—¡Si no pensara no haría las cosas bien! ¡Es porque pienso demasiado que he podido aprender!


—¡Pero en qué estabas pensando! ¡Te has convertido en un ratón de biblioteca como Haruhi! ¡Como Haruhi!


—¿Es eso un insulto? —preguntó la muchacha, acostumbrada a no saber definir lo que era un insulto y un halago cuando se trataba de los gemelos.


Y, mientras Hikaru sacudía a Kaoru como si fuera una sonaja, Tamaki intentó prestarle su oso de felpa a Haruhi para convencerla de que no era un ratón de biblioteca y Mori acompañó a Honey a la mesa de los pasteles. Kyouya, por otro lado, fingió calcular los precios de los dulces que recientemente habían adquirido mientras una sonrisa siniestra se pintaba en su suave y delgada boca, síntoma de que algo peligroso, oculto y oscuro estaba pasándole por la cabeza.


 


Esa tarde, Kyouya se ofreció a cambiar y esponjar los cojines de las sillas para la fiesta de té de la tarde siguiente. Kaoru y Hikaru se quedaron también.


—Felicidades por tu primer puesto, Kaoru —dijo, bajo, pero perfectamente audible para los dos gemelos. Kaoru se sonrojó y Hikaru le dio fuertes palmadas en la espalda. Comenzaba a aceptar que Kaoru podía ser inteligente de vez en cuando, sin hacerlos perder su estilo salvaje y despreocupado delante de sus compañeros de clase.


—Gracias, Kyouya-senpai —porqué sus mejillas se veían tan apetitosamente pellizcables cuando se ponían rojas como manzanas o, mejor ejemplo, como los cojines en forma de corazón que tenían en las manos.


—Mereces un premio.


—¡Kyouya-senpai!


—¡Yo he pensado en una pequeña celebración entre los miembros del Host Club! —Exclamó Hikaru—, podemos hacer algo con disfraces y comprar algo para picar —uno de los cojines se le cayó de la mano y fue a parar debajo de un sofá, por lo que se puso a gatas en el suelo, intentando alcanzarlo.


Kyouya aprovechó el breve momento y levantó un esponjoso almohadón, poniéndolo delante de las caras de ambos, y se estiró por encima del sofá para alcanzar los labios de Kaoru, que quiso alejarse. Kyouya lo aferró por una muñeca y chocó sus labios con los del otro, sintiéndolo temblar.


Supuso que la presencia de Hikaru, sin nada más que cojines de por medio con los que ocultarse, le ponía los nervios de punta, pero él, que era nerviosamente estable, podía manejar la situación a la perfección.


Se alejó de Kaoru rápidamente cuando Hikaru se incorporó.


—Ah, Kaoru, ¿estás respirando?


—S-sí.


—Felicidades por tu primer puesto, Kaoru —repitió Kyouya.


—¡Eso ya lo has dicho, senpai! —reprendió Hikaru.


Kyouya sonrió misteriosamente y Kaoru miró hacia otro lado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).