Capitulo 12
Al fin había terminado la famosa prueba de Dino… habían podido demostrar que mantendrían a Tsuna a salvo de cualquiera… y ahora Tsuna podía visitarlos a todos en el doctor sin ningún problema ya que ni Reborn ni Dino podían prohibírselo, aunque eso no le era de mucha ayuda por que ahora lo único que le preocupaba era que Hibari no le dirigía la palabra ni para amenazarlo de muerte y decirle cosas lindas como hacia unos días atrás
Ahora mismo me encontraba buscándolo de manera casi desesperada para poder hablar con él, pero nunca pude encontrarlo, lo había buscado como desesperado… igual Reborn le había dicho que cuando se le pasara el coraje volvería a verlo sin problemas, aun que eso no lo animaba mucho… todo se había vuelto más… complicado…
Toda esa semana que había buscado a Hibari muchas personas habían vuelto a meterse con él… incluso uno lo había vuelvo a llamar dame Tsuna y eso lo había sorprendido… hacía milenios que nadie le hablaba así, por las amistades que ahora frecuentaba… bueno siendo también honestos se había convertido en el sueño de cualquier mujer u hombre y la verdad solo eran pocos los que se metían con él, pero aun así no lo hacían desde que Hibari lo acompañaba de vez en cuando a su casa… o cuando entraba y salía vivo de la sala del comité disciplinario o por la simple presencia imponente de su Hermano Dino
El punto era que todo el mundo pensaban que ahora él y Hibari tenían una hermosa amistad, pero como el terror de Namimori no había aparecido, muchas personas se habían aprovechado de eso solo para meterse con él… claro cuando Yamamoto y Ryohei no los veían
Al final del día no había podido verlo nuevamente y eso que había estado acosando a Kusakabe para poder encontrarlo y ni siquiera la mano derecha de Kyouya sabía dónde estaba… eso se estaba volviendo frustrante, quería verlo… necesitaba verlo… pero el estoico hombre no cooperaba
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¿Dónde estás Hibari – san?... quiero verte… - dijo en voz audible y suspiro cansado –
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¿para qué quieres verme? – Tsuna se paralizo casi de inmediato al escuchar ese susurro en su oído –
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Ahhh – se espanto y dio la vuelta de improvisto tropezándose con sus propios pies y casi caer de pompas el suelo, de no ser por qué Hibari lo había agarrado justo a tiempo –
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Sigues siendo muy torpe – dijo Hibari de manera ronca, porque estaba abrazando a Tsuna por la cintura, pegándolo a su cuerpo y casi dando de lleno contra sus labios –
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Hibari… san… yo… - Tsuna no sabía qué hacer estaba demasiado cerca… y la verdad la respiración entre cortada que tenía en esos momentos Hibari no lo estaban ayudando mucho a razonar de manera correcta – Lo siento yo… no pensé en ti ese día… y bueno igual estabas lastimado – dijo todo rojo por qué no podía dejar de ver los labios de Hibari que estaban demasiado rojos… momento ¿rojos? – ¿te has peleado? – de no ser por el tono de pregunta escuchado parecía que Tsuna aseguraba eso – mira nada mas como tienes la boca – toco con sus dedos el contorno de la boca de Hibari para sentir como palpitaban de dolo –
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Mmhhh – Hibari había sacado un gemido involuntario de dolor y placer al sentir el tacto de Tsuna a lo que el castaño se había sonrojado más – solo eran unos herbívoros que no valían la pena – pego más hacía si a Tsuna para poder pegar su nariz al cuello, como amaba el olor de ese herbívoro –
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Hibari… - hablo Tsuna en un gemido, al sentir la fina nariz de su guardián recorrer su cuello – por favor… aquí… no – Tsuna no sabía qué hacer… estaban a la mitad de la calle y Hibari… no lo estaba ayudando mucho que digamos –
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Entonces vamos a mi departamento – así Hibari lo tomo como princesa y empezó a saltar sobre los edificios del pequeño pueblo y Tsuna estaba más rojo que un tomate y no sabía qué hacer, pero de repente le recorrió un escalofrío que sabía que significaba, Mukuro andaba cerca – maldito herbívoro – así Hibari lanzo una tonfa al aire y Mukuro apareció de la nada esquivando el golpe –
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Kufufufufu ¿se puede saber a dónde llevas al pequeño Tsunayoshi – kun? – pregunto de manera molesta haciendo que su llama del ojo se viera increíblemente macabra a lo que Tsuna no supo qué hacer… jamás en su vida se había sentido tan indefenso… pero tampoco quería bajarse… algo le decia que continuara con lo que iba a pasar a continuación con Hibari –
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A donde pertenece – dijo Hibari y así bajo del edificio, por que sabía que el ilusionista de 5° no lo iba a dejar ir tan fácilmente, no con el herbívoro que tenía en brazos –
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Entonces porque no me lo entregas de una vez, ya que vas a llevarlo conmigo… te ahorro el paseo – Hibari no aguanto la rabia y bajando a Tsuna de manera delicada colocándolo en el piso, ataco a Mukuro causando que Tsuna se espantara, así que decidió encender su llama para separarlos una bestia enorme había salido por detrás de él, tragándoselo y saliendo de ahí corriendo, todos sabían que era una ilusión pero aun así era tan real que Tsuna no pudo librarse de ella como hubiese querido, era imposible… Mukuro… había roto con los estándares de las ilusiones –
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Maldito Herbívoro como te atreves – así Hibari y Mukuro se habían puesto a pelear a la mitad de la calle mientras Reborn veía la escena… con cierta desilusión, su alumno había sucumbido rápidamente a los deseos de la nube… algo muy diferente a lo que pasaba con él… así que supo que al fin su dame alumno había tomado una decisión, así que se dedico a ver como la niebla y la nube se asesinaba por su alumno… posiblemente si ambos morían podría al fin quedarse con él –
Así Hibari logro sacar volando a Mukuro para ir en búsqueda de la bestia que se había llevado a su herbívoro, así se da cuenta de que Yamamoto se encontraba persiguiendo igual a la bestia lo cual le indicaba que ya se había dado cuenta de lo que pasaba dentro del mismo, así que decidió mandar a freír espárragos a Yamamoto, pero él mismo no le hacía caso, ya que él no pensaba dejar a Tsuna dentro de una bestia solo porque Hibari se lo ordenara, porque si de algo podemos estar seguros es que Yamamoto a la única persona que obedecía era a su amigo Tsuna, a Reborn y obviamente a su padre, pero de ahí en fuera, no había nadie más que pudiera influenciar sus decisiones
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Retírate Yamamoto Takeshi – hablo Hibari con voz autoritaria –
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Lo siento Hibari pero si Tsuna está ahí dentro mi deber es sacarlo de ahí lo más rápido posible – así continuo persiguiendo a la bestia haciendo enojar a Hibari, ¿Por qué era tan terco?... fue ahí cuando la cabeza de Hibari también hizo click y se dio cuenta de que Mukuro no era el único rival que quería quitarle a su herbívoro… pero a diferencia de Mukuro, Yamamoto se había ganado el aprecio de Tsuna y su aprecio lo cual lo volvía en un rival peligroso –
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¡¡¡¡Te he dicho que te alejes herbívoro!!!! – grito Hibari mientras lanzaba una tonfa contra Yamamoto que al momento de esquivarla no pudo reaccionar a la patada de Hibari que lo mando directo contra el suelo, así se acerco corriendo hacia la bestia que secuestraba a su herbívoro… mataría a Mukuro por eso –
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¡¡¡AYUDAR!!! – gritaba Tsuna desde adentro de la bestia, había tratado de tener un punto de apoyo para poder salir de la ilusión de Mukuro pero no había podido por el movimiento, de la nada en lo que saltaba dentro del estomago de la bestia se detuvo de improviso lo cual hizo que Tsuna se asustara –
Así Hibari le garraba en el aire y empezaba a saltar de nuevo sobre los techos para así poder llevarse por fin al herbívoro a su departamento y empezar a márcalo como suyo, pero como siempre parecía que el mundo conspiraba en su contra y ahora estaba delante de él el herbívoro de cabello blanco Gokudera Hayato, que le apuntaba justamente con su arco enorme de hueso y por lo que se veía la fecha era a un más poderosa que hace medio año atrás… estaría en problemas si disparaba mientras él estaba en el aire, así que bajo a tierra y se puso delante del herbívoro cargando a Tsuna como costal de papas
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Fuera de mi camino herbívoro – dijo con voz autoritaria y Hayato lo vio con ojos de ra impresionante, ¿Cómo se atrevía a secuestrar al Decimo y mas aparte darle ordenes?, ese Hibari era un idiota –
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No me voy a mover bastardo… no a menos que el decimo me lo ordene – Hibari abrió los ojos de manera desmesurada… bien… en algo tenía razón el herbívoro tenía que saber si el castaño sentía lo mismo por él… no podría perdonarse hacerle algo en contra de su voluntad así que bajo a Tsuna al piso para sorpresa de Hayato que no pensó que fuera tan sencillo quitarle al Decimo al idiota ese –
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Decimo… ¿Qué quiere hacer usted? – Tsuna se sorprendió y volteo a ver a Hibari como si él mismo tuviera la respuesta de todos sus males –
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Decide herbívoro – Tsuna abrió los ojos de manera grande… decidir… entre ellos… jamás se había puesto a decidir a quién elegiría… entonces Tsuna sintió una presión enorme… no solo elegía entre Hayato o Hibari… sino también entre Yamamoto y Reborn que estaban escondidos esperando su respuesta… ¿Qué debía hacer?... el los quería a todos… pero habían sido pocas las veces que había pensado a quien amaba de verdad, así que se quedo quieto por un segundo… sintiendo las fuertes presencias de todos ahí… listos para intervenir en cuanto Tsuna tomara una decisión de a quien elegiría –
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Bueno… yo… - no sabía que decir… no estaba preparado para tremenda presión sobre él… así que volteo a ver a Hibari y se dio cuenta al ver esos ojos grises de con quien quería estar de verdad… podía hablar con todos… pero solo ese hombre lo ponía nervioso… al punto de sonrojarse como un tomate enorme - déjalo Hayato… voy a acompañar a Hibari por un rato – fue ahí cuando Hibari sonrió como nunca mostrando que había ganado sobre todos aquellos que alguna vez creyó competencia… porque ahora que el herbívoro era suyo estaba muy equivocados, si creían que lo dejaría libre, ahora era suyo y de nadie más –
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Buena decisión herbívoro – hablo Hibari y volvió a cárgalo, Hayato al ver como su Decimo había sonreído había bajado el arco de inmediato y acato su orden haciéndose a un lado… le dolía… había perdido la oportunidad con su Decimo por el maniático de las peleas… pero ya no importaba si Tsuna era feliz… no lo iba a impedir –
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Como ordene Decimo – agacho la cabeza en símbolo de respeto y así vio como Hibari volvía a saltar por los techos con su Decimo en mano… ¿Por qué el amor dolía tanto?, volteo a ver a Reborn y a Yamamoto… y lo supo… ambos se sentían igual que él… Hayato no era idiota… y sabía desde hace mucho tiempo, como todos amaban a Tsuna… y eso lo hacía arder en celos… por eso siempre procuraba mantener a todo el mundo lejos de Tsuna… para que nadie notara su bondad y eso que lo había encantado desde un inicio, había fallado… Yamamoto… Reborn… luego Mukuro… y al final Hibari se habían enamorado de su Decimo… y no había podido hacer nada por defenderlo… se lo habían robado enfrente de sus narices… aun agachado Hayato empezó a llorar de frustración… solo una vez para sacar todo… y así al ver de nuevo a su decimo… aguantar la bella sonrisa que seguro le dedicaría… y que era aun más seguro le provocara ese maldito de Hibari – Decimo… yo… lo amo – si no había podido decírselo a tiempo… mínimo que el aire se lo llevara lejos de él… como un susurro que jamás debió salir de sus labios –
Así Tsuna volteo hacia atrás y vio a su tutor sobre un techo viéndolo partir… sabía que su maestro lo iba a regañar mucho… pero… amaba a Hibari… y quería estar con él… aun que… eso no le agradara a Reborn… por ahora quería disfrutar y no pensar en nada más… quería estar con Hibari
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¿Qué miras atrás herbívoro? – Tsuna volteo a ver a Hibari y sonrió y negó con la cabeza, con media sonrisa – más te vale… porque delante estoy yo… y eso es lo que importa – Tsuna se sonrojo por las palabras de Hibari y asintió con la cabeza y cuando vio la ventana del departamento de Hibari supo que no había vuelta de hoja… ahora… le pertenecía a Hibari –
Continuara…