Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A por otra aventura. por Nyame N

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Pues aquí os traigo el segundo capítulo que aunque sea por poco ya es más largo que el anterior >< Es que mientras que formo la historia... Pues tengo que buscar todo para explicarme y conseguir que sean más largos ^^

Pov's Alphonse.

Ed no estaba en casa, así que me tocaba a mí hacer todas las cosas. Cocinar, limpiar e incluso la ropa sucia. Pero si terminaba pronto podría salir y ver a la chica con la que tantas ganas tenía de estar. Eso le hizo pensar que no sabía por qué Ed aún no había estado con ninguna chica. ¿Por qué? Feo no era, lo sabía. Además, muchas chicas antes de acercarse a él, se habían acercado a su hermano y este las había rechazado, había pasado de ellas o incluso se había ido cuando estas fueron a hablarle. Aún no sabía porqué hacía esas cosas, pero era su hermano y como hermano menor que debe de preocuparse por su hermano mayor, acabaría averiguando que le pasaba.

Mientras había estado pensando esas cosas, no se había dado cuenta de que tenía todo casi terminado. Así que lo último sería la ropa puesto que podría dejar la lavadora puesta. Cuando lo hizo tardó poco en arreglarse y salir a la calle. Caminando hacia el pequeño restaurando donde había quedado con ella, Diana. Una chica alemana que conocía de hace apenas dos semanas.

Cuando llegó la vio sentada en una de las mesas que se encontraban en la terraza. Antes de sentarse se acercó a ella depositando un leve beso en sus labios para luego alcanzar su silla y colocarla justo al lado de la de ella. Pidieron y estuvieron hablando sobre lo que habían hecho en la mañana.

Terminaron de cenar y salieron del restaurante caminando hacia donde vivía Al. Ambos sabían que pasaría lo mismo que la otra noche, aunque en esta ocasión Al esperaba darse cuenta de cuando llegaba su hermano. Le tenía bastante preocupado ya que además de no encontrar a nadie, y eso que él y Diana le habían presentado chicas y él dijo que quedaría, pero siempre acababa fallando a su palabra.

También estaba preocupado porque Ed siempre llegaba tarde, bien entrada la noche y no sabía por qué.

Llegaron a casa y al entrar, lo primero que hizo Diana fue abrazarle por el cuello, comenzando a besar este mientras sus manos bajaban por su abdomen acercándose a su pantalón hasta agarrar este, pegándole un estirón. Al solo pudo sonreír de forma torcida, agarrando el bajo del vestido de ella para sacárselo de un tirón y caminar chocándose con las paredes hacia la habitación.

End Pov's Alphonse.
Pov's Edward.

Otro día más en el que salía de casa para buscar trabajo y poder seguir pagando todos los caprichos que ambos chicos tenían, que pagaran la casa y todo lo que compraban para poder seguir viviendo por allí. Además, sabía que a estas alturas después de tanto tiempo no podían mudarse de donde estaban. Al ya tenía casi toda su vida hecha, no podía llegar él y quitárselo todo porque no tuvieran dinero ni tan si quiera para comer.
Sacudió la cabeza por aquellos pensamientos. Justo ahora no podía pensar todo eso. Estaba teniendo entrevistas de trabajo, y según le habían dicho tenía que ir con un buen humor para conseguir algo. Aunque claro, su primera opción fue el ejército o la policía local, si lo conseguía sería bastante feliz de poder tener algo afín a su otra vida. Cuando llegó al edificio creyó que allí se perdería pero no, comenzó a caminar hasta donde le habían dicho y entró para su entrevista.

Salió al par de horas con una gran sonrisa, tenía un buen trabajo, estaba bajo el mando de alguien, como le pasaba con Roy… Roy. ¿Por qué pensaba en él? ¿Por qué de repente era tan importante? ¿Por qué últimamente siempre estaba por su mente? Gruño, mientras salía de allí para volver a casa. Seguramente Alphonse abría salido y no volvería hasta tarde. Mientras, el podía dormir un poco. ¿No? Cuando llegó era de esperar, su hermano acababa de salir por el ruido que venía del cuarto de la ropa.
Llegó a su habitación y cerró la puerta por si acaso dormía demasiado. Se tumbó en la cama y no tardó mucho rato en dormirse.

“Lo que estaba viendo en ese momento era mi casa, y después, aparecí en Central. Al llegar todo el mundo me estaba saludando con una gran sonrisa. El Mayor Armstrong se pasó y se volvió a quedar sin camiseta para venir tras de mí para darme un abrazo. Creo que fue el momento que más me traumó. ¿Por qué hace eso? Ogh, nunca lo entenderé.

Luego me encontré a Havoc, quién se metió con mi estatura. ¿A quién se cree que estaba llamando enano, tan enano que no podía ver su propia sombra, eh? Pero da igual, yo quería llegar al despacho del coronel, quería verle. ¿Pero qué? No, no quería... Aunque mi cabeza decía que necesitaba asomarme tan sólo para verle. Y al llegar… Allí estaba. Sentado en su sillón mirando hacia la ventana. ¿No estaba ciego? Cuando entré y al parecer escuchó mis pasos se dio la vuelta. ¡Maldición! ¡Yo no quería verle así!

Aún seguía ciego, sus preciosos ojos negros no estaban. Tan solo había una sombra de lo que habían sido. Me acerqué hasta él y le abracé, tenía ganas de llorar. ¿Pero desde cuando yo era tan llorón? Pero lo necesitaba. Ver así a Roy me había afectado demasiado. Lo volvía a mirar a los ojos, demasiado cerca de su rostro que podía sentir su respiración en el mío. Pero en ese momento no me importaba la distancia a la que estábamos… Realmente le había echado de menos y sus labios… ¿Desde cuando eran tan llamativos?

Me quedé observándolos y cada vez me iba acercando un poco y otro más a ellos, hasta que rocé los de él y…”


De repente, bastante acalorado y asustado me desperté de ese sueño. ¿Pero qué estaba pensando yo en hacer? Al mirar a mí alrededor me quedé bastante decepcionado por seguir en Alemania, no quería estar allí. Aún tenía que controlar mi respiración y los latidos de mi corazón acelerado después de todo lo que había soñado. ¿Besar a Mustang? Necesariamente tenía que buscar a alguna chica con la que tener algo o me volvería realmente loco. Pero tenía que admitir que desde que estaba allí nunca había notado su corazón tan acelerado como cuando se despertó del sueño. Cerró los puños maldiciendo para sí y salió de casa antes de que llegara su hermano.

Necesitaba dar una vuelta, despejarme, no pensar en aquello que había soñado y que aún estaba dando vueltas por mi mente. No, no podía pensar en eso, pero por el contrario, mi mente no dejaba de ponerme ese sueño una y otra vez. Me senté donde pude y realmente… Realmente necesitaba volver al mundo de la alquimia. ¿Por qué? Echaba de menos todo aquello, poder hacer alquimia, que Havoc se burlara de él, que Maes le estuviera enseñando fotos de su familia, e incluso, un poco, que Armstrong le estuviera persiguiendo sin camiseta. Y por Roy, debía de admitirlo, tenía algo que le hacía desear volver con más ganas allí.
Pero no sabía como… ¡Maldición!

End Pov's Edward.
Pov's Roy.

Llevaba cuatro malditos meses en aquella cama y aún así no lo dejaban salir. ¡Pero que era esto! Tenía que salir. Ellos habían estado continuamente viajando a todos lados. Buscando, investigando y él allí, con Falman que de vez en cuando le dejaba descansar de tanto estudiar la historia de Ishval. Breda venía en ocasiones para informarle de los ‘pocos’ detalles que según él tenían.

Sabían que le estaban mintiendo, que sabían mucho más de lo que le expresaban a él con esas voces neutras, pero él tenía que callarse y asentir con la cabeza. Cualquier día sería él el que fuera con ellos, pero por ahora… Tendría que acostumbrarse a caminar por aquella habitación estando a oscuras continuamente. Había dicho que no cambiaran los libros de sitio mientras hacía eso, porque así sabría donde estaba cada montón situado cuando se diera un par de vueltas por allí y podría el mismo encontrarlos.

De repente lo distrajeron de sus pensamientos cuando llamaron a la puerta. Miró hacia donde provenía el ruido y preguntó por quién era. Le contestó Hawkeye. Lo que le dejó pensando que pasaría para que estuviera aquí cuando había estado destinada al Norte.

- ¿Qué pasa, Riza? – Pregunté obviamente con demasiada curiosidad.

- Tengo que informarle coronel… - Su voz sonaba decaída, cansada.

- Hágalo, sin problemas.

- Encontramos a Marcoh. ¿Sabe? Casi nos matan, fue una pequeña aventura del viaje pero coronel… ¡Tiene restos de una piedra filosofal! Ya ayudó a Havoc con sus heridas, si lo desea, puede devolverle la vista. – Su voz al decir la última frase bajó bastante.

¿Una piedra filosofal? Habían dicho que todas estaban destruidas… Dije que no usaría ninguna puesto que estaban hechas con almas humanas. Pero quería volver a ver. Lo necesitaba. ¿Y si ese pequeño rubio del cual estaba enamorado algún día encontraba el modo de volver? Já… Hizo una pequeña mueca, seguramente su vida en el mundo donde estaba sería mejor que la de aquí. Pero aún así…

- ¿Coronel…? – La voz de Riza volvió a sacarme de mis ensoñaciones. Tenía que hacerlo ahora que tenía la oportunidad.

-Está bien, lo haré. Tráeme a Marcoh y lo haremos ahora mismo. – Soné autoritario, pero tenía ganas de volver a ver. No podía ver nada, pero escuché como Riza se puso firme por el sonido de sus botas, asentí con la cabeza y escuché como salió. Ahora podría hacer todo lo que quería. Estupendo.

End Pov's Roy.
Pov's Riza.

Después de salir de la habitación de la casa del coronel, mi sonrisa delataba que finalmente él había aceptado la proposición de la piedra filosofal. Lo primero que tenía que hacer era acercarme hasta la casa donde teníamos escondido al doctor Marcoh para que los homúnculos no lo cogieran y traerlo para la casa de Roy. Después de eso, Breda iría con él, como acompañante de nuevo hacia el Norte donde se encontraba oculto.

Además, el coronel podría ver mi nuevo estilo y yo… Yo podría… ¡No! No podía hacerlo. Había estado mucho tiempo con él y había prometido protegerle mientras estuviera en el ejército. No puedo desviar eso para decirle que llevo mucho tiempo enamorada de él. Aunque obviamente el coronel lo sabría. Últimamente se me notaba demasiado aunque intentaba controlarlo a decir verdad, pero en pocas ocasiones conseguía hacerlo.

Llegué a la casa y llamé, Havoc preguntó por la contraseña y con una leve sonrisa al escucharle le respondí. Aunque, no sé por qué le sonreí. Hice un gesto con la cabeza y salieron todos de forma rápida hasta subir en el coche. Cerré la puerta, subí al coche y me puse de nuevo rumbo hacia la casa del coronel.
Llegamos tan rápido que todos se quedaron sorprendidos, no pude evitar sonrojarme y bajar la vista, recuperando la compostura.

- ¡Venga! Estáis tardando en entrar y devolverle la vista al coronel. – Fruncí el ceño mirando a los cuatro y me crucé de brazos. No tardaron mucho en levantarse y entrar de una forma rápida a la casa. Lo que me hizo reír.

Después de eso salí del coche con tranquilidad, mirando hacia la ventana del cuarto donde se encontraba Roy sin levantarse de la cama. Abrí los ojos al ver como se iluminaba de color rojo y entré en la casa subiendo hacia aquella habitación. ¿Qué pasaría cuando entrara?
No podía esperar más y abrí la puerta encontrando a Roy levantado y mirándose él mismo. Arqueé ambas cejas. Realmente habían conseguido que tuviera la vista de nuevo… Y en ese justo momento me miró, yo sonreír al ver sus ojos negros de nuevo y vino hacia mí para abrazarme. Mi corazón se aceleró. ¡No! ¡Que él no lo notara!

- C-Coronel… - Tartamudeé un poco.- ¡Que alegría poder verle así de bien!

- Sí, Riza, al final voy a poder cumplir todos mis planes de ser Furher. –Esbozó una sonrisa mientras se alejaba de mí para mirar a los demás. Genial, ya teníamos de nuevo al coronel. – Chicos, haremos todo lo posible para ser los que mejor lleven la nación y lo sabéis.

Todos asentimos con la cabeza. Tenemos a Roy de vuelta.

Lo primero que hizo fue cambiarse para presentarse en Central como el nuevo Furher de la ciudad, cosa que todo el mundo aplaudió y felicitó. Además, la población estaba muy contenta con que fuera él quién los gobernara, después de todo lo que pasaron con Bradley. Suerte, que creyeron que había muerto luchando contra los homúnculos y no supieron que él era uno de ellos. Y por cierto, otra cosa por la que debería preocuparse Roy en vez de las chicas… ¿Chicas? Pero si ni intentó nada con ninguna de las enfermeras, y mucho menos, conmigo o salir solo. ¿Sería porque estaba invidente? Bueno, en este tiempo lo descubriré.

A pesar de eso, están los homúnculos que aún siguen vivos. Pero ya pensará en ellos cuando esté medio instalado y acostumbrado de nuevo. ¿Qué nos quedará por ver después de esto…?

End Pov Riza.

Después de estar casi toda la tarde en el cuartel de centrar, Roy encerrado en la biblioteca, obviamente, claro, que después de haber terminado de rellenar todos los informes a punta de pistola de Riza. Esa chica tenía demasiado carácter y todo el mundo lo sabía. Pero quien más lo sufría era Roy. Siempre le andaba obligando a terminar todo lo que le quedara en la oficina antes de irse a cualquier otro sitio. Se había tirado gran parte de la tarde cogiendo libros y leyendo después de buscar la parte que le interesaba. Breda, había entrado en la biblioteca varias veces, pero Roy no le había prestado ninguna atención. Todos iban a empezar a preocuparse de que Roy estuviera allí encerrado ya que empezaba a anocher. ¿Cuándo pensaba irse? Cuando Havoc iba de nuevo a asomarse a la sala donde este se encontraba, Roy abrió de repente la puerta con una cara en la cual la primera emoción que cruzaba era la sorpresa. ¿Por qué? Empujó a Havoc que se quedó pegado a la puerta mientras veía como el pelinegro se iba corriendo hacia la salida del cuartel. Observó todos los libros que había sobre la mesa y puso mala cara, porque como se pensaba, era a él a quién le tocaba ordenarlos ahora a todos. Seguía preguntándose a donde había ido Roy, y si tenía que seguirlo, pero volvió a mirar la mesa mientras negaba varias veces entrando en la biblioteca para ordenarlos.

En otro lugar a esas horas, Roy seguía corriendo en dirección hacia el bosque, llegando a pararse justo en uno de los claros más grandes de este. Allí recobró el aliento mientras buscaba lo que había encontrado en los libros. Alzó la vista al cielo, para luego posarla entre las rocas, donde se encontraba una pequeña cueva, o eso parecía. Una sonrisa apareció en su rostro y comenzó a caminar hacia ella con paso decidido. Sabía lo que iba a hacer, a lo mejor un milagro conseguía que funcionara, pero de todas formas, él no podía perder la oportunidad de intentarlo...

Notas finales:

¡Y tachán! Bueno, ya me diréis que os parece. Que ayer lo leyó bastante gente pero ningún rw T^T lloraré por eso eh.

 

Y darme vuestra opinión, graaaacias :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).