Yuuri se levantó y se alistó, para él este era el día más importante de su vida, iba a reunirse con los nobles de ese país. Desayunó y fue a la puerta a esperar a Daikenja el cual no había aparecido aunque ya habían pasado diez minutos desde el teórico inicio de la reunión.
- ¿El consejero de Shinou no ha llegado aún no?- Preguntó finalmente Yuuri a uno de los guardias de la puerta.
- No majestad.- Dijo el soldado sin moverse. Realmente al pelinegro aún le sonaba muy raro que le llamaran majestad.
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Los nobles se impacientaban, llevaban ya quince minutos reunidos y aún no había aparecido Daikenja.- No parece querer aparecer.- Dijo Lord Von Grantz con un rostro de claro enojo.
- Voy a ver que ha sucedido. Enseguida vuelvo.- Dijo Günter saliendo de la sala en dirección a la entrada del castillo.
Allí se encontró a Yuuri que miraba fijamente a la puerta.- Veo que no ha aparecido…- Dijo el peli lila.- No podemos esperar más. Majestad, vendrá conmigo y le presentare yo mismo.- Günter bajó la mirada.- Aún que esto pueda traer más problemas.
Ambos se dirigieron de nuevo al salón donde estaban los otros nueve nobles y entraron. La mayoría de los nobles, a excepción de Lord Von Voltaire y Lord Von Wincott, quedaron claramente sorprendidos.- ¿Qué hace un noble de Pequeño Shimaron en nuestra reunión? ¿Dónde está Daikenja?- Fue Lord Von Spitzberg quien rompió el silencio.
- Mis señores.- Comenzó Günter mientras tomaba asiento e indicaba a Yuuri que se quedara de pie a su lado.- Parece que algo ha pasado con Daikenja, él estaba muy dispuesto a venir hoy. He indicado a los guardias que averigüen donde está.
- Otra vez desapareciendo…- Dijo Lord Von Bielefeld molesto.
- Por favor, aún que no esté aquí escúchenme a mi.- Cortó el peli lila. Cuando todos habían callado se decidió a explicar los puntos básicos de lo que le había contado el consejero del antiguo rey.
- ¿Nos hemos de creer eso? ¿Y encima que Shinou hizo todo esto? Ir a buscar a un desconocido que ni siquiera sabe nada se este país…- Dijo Waltorana.- ¡No quiero escuchar nada más!- Gritó antes de levantarse y un segundo después Lord Von Roshvall y Lord Von Radford le imitaron.
- Dejen que les diga que a mí también me tomó de sorpresa, yo vivía tranquilamente en mi palacio y…- Yuuri no pudo acabar la frase ya que fue cortado por la intervención del Lord rubio.
- ¡Tú no tienes ningún derecho a hablar aquí, ni eres de este país!- Dijo Waltorana. Entonces los tres lores que estaban de pie se dirigieron a la puerta ante la mirada atónita de los demás. Antes de salir Lord Von Bielefeld miró directamente al peliazul.- ¿No vendrá Lord Von Wincott?
- Lo siento pero mi educación me impide abandonar una reunión a medias y mucho más cuando aún no se ha podido decir nada.- Dijo con una sonrisa que aún que pareciera sincera no lo era.
- Tú mismo.- Dijo Waltorana antes de salir cerrando la puerta con un golpe tras de sí.
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Waltorana se dirigió directamente al cuarto de Wolfram.- Nos vamos ya.- Le dijo a su sobrino.- En cinco minutos nos vemos en la puerta.
Wolfram estaba desilusionado, pensaba que se podrían quedar unos días más en pacto de sangre y que tal vez podría conocer más al noble de Pequeño Shimaron que había conocido la noche anterior. Era una persona interesante… A demás de guapo.
Ya se encontraba con su tío en la entrada. Cuatro caballos estaban ya listos para ellos.- ¿No vamos en carruaje?- Preguntó el rubio a su tío.
- No, tenemos que ir rápido, nos vamos solo con nuestros guardaespaldas, el ejército se queda aquí.- Dijo Waltorana indicando a su sobrino que subiese al caballo. Wolfram se quedó extrañado pero obedeció a su tío.
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En la sala de reuniones hubo unos minutos de silencio, los nobles se miraban unos a otros sorprendidos.
- Esto es malo, podemos considerarlo casi como una declaración de guerra.- Dijo Gwendal.
- Efectivamente excelencia.- Dijo Günter.- Pero por favor, terminemos el asunto que nos ocupa ahora.- El peli lila hizo una breve pausa observando que no había objeciones.- Este chico, Yuuri Shibuya, es familiar del anterior rey, el cual murió sin descendencia.- Empezó a contar el peli lila.- Daikenja aseguraba que este joven tiene un corazón puro y muy buenas intenciones aún que al ser tan joven no posee experiencia. El mismo Daikenja lo eligió a él.
Los nobles hicieron silencio.- No pienso apoyar como rey a un chico de fuera, por mucho que Daikenja lo recomiende, el cual tampoco está aquí para dar explicaciones.- Dijo Lord Von Spitzberg rompiendo el silencio.
- Yo sí que apoyaré al joven rey.- Dijo Lord Von Wincott con una leve pero sincera sonrisa.- Ayer estuve hablando con él y con Daikenja y me pareció una elección correcta aunque esperemos que el consejero esté aquí para ayudarlo ya que este joven necesitará asesoramiento.
- Los siento Lord Von Spitzberg pero yo también voy a apoyar al chico.- Dijo Gwendal mirando hacia su aliado.- Solo le he apoyado hasta ahora por mi madre y para hacer frente a Waltorana, pero creo que es más sensato apoyar a este chico contra Lord Von Bielefeld ya que oficialmente, según parece, es el sucesor de Shinou.
Los demás fueron hablando, todos manteniendo sus posturas como en las anteriores reuniones pero la mayoría dejaba ver que con hechos y tiempo era posible convencerlos.
- Pues aquí queda la cosa, no hay acuerdo.- Dijo Günter después de las intervenciones de todos.- Si más no sigamos intentando evitar una guerra entre nosotros.
Mientras los nobles se levantaban oyeron gritos que provenían del exterior. Todos se acercaron a las ventanas. En la entrada del castillo estaban peleando un gran número de soldados bajo el escudo de Bielefeld con los pocos hombres que resguardaban el castillo.
- No esperaba una reacción tan rápida.- Dijo Lord Von Voltaire.- No sé si podremos salir de esta.
- Hemos de ganar tiempo.- Dijo el peli lila mientras enviaba un mensaje.- Si conseguimos aguantar vendrán refuerzos. Majestad usted vaya a sus aposentos, los demás, traed a vuestros guardias personales y a todo hombre que pueda luchar en el castillo a la entrada. Intentaremos retenerlos allí.
- ¡Yo vengo con vosotros! No me puedo quedar aquí escondido.- Dijo el pelinegro con su habitual convicción.
Después de razonar mucho con Yuuri, Günter consiguió convencerle de que se quedara en su habitación y los nobles junto con sus guardias fueron a la puerta. Del castillo. La situación era muy complicada allí, entre guardias del castillo y guardias de los nobles solo llegaban a ser unos doscientos hombres ante los más de ochocientos hombres de Waltorana que estaban intentando entrar al castillo.
- La situación no es muy alentadora.- Dijo Lord Von Karbelnikoff.- Parece que perderemos.
- Tenemos que aguantar para ganar tiempo hasta que lleguen los refuerzos que espero.- Dijo Lord Von Christ mientras desenfundaba su espada.
- Si esperas a los de la ciudad no son suficientes, he oído que tan solo doscientos hombres a las órdenes de pacto de sangre están en la ciudad actualmente.- Dijo Gwendal imitando el gesto del peli lila.
- No solo espero esos refuerzos.- Dijo Günter yéndose directamente a la batalla. Los demás nobles le siguieron.
La batalla iba avanzando, morían tanto hombres de un lado como de otro. Lord Von Karbelnikoff quedó atrapado entre cuatro espadachines de Bielefeld haciendo imposible su defensa pero Lord Von Voltaire se acercó a ellos por detrás salvando al otro noble.
- Gracias.- Dijo Von Karbelnikoff recuperando la compostura y reincorporándose al combate.
Ya solo quedaban cincuenta hombres en pie defendiendo el castillo, entre ellos los Lords, cuando Lord Von Wincott pudo observar a través de la puerta que a lo lejos se divisaban estandartes.- Creo que llegan los refuerzos.- Dijo mientras asestaba un golpe de espada.
- Ya era hora.- Dijo el peli lila.- ¿Qué estandartes llevan?- Preguntó.
- Hay algún que otro estandarte del castillo pero la mayoría son estandartes conocidos por mí pero que no recuerdo de donde son…- Dijo el peliazul confuso.
- Deben ser los de Pequeño Shimaron.- Günter lo dijo con una sonrisa en la boca.- Solicité a su rey ayuda por si pasaba algo de esto y él no dudó en venir a ayudar a su reciente prometido.
Todos los nobles quedaron sorprendidos ante aquellas palabras.- ¿Qué prometido?- Dijo finalmente Lord Von Grantz, el cual se había montado a un caballo enemigo después de deshacerse del caballero correspondiente.
- El hermano de su majestad lo prometió con su rey sin que él lo supiera justo antes de que fuese a buscarlo Daikenja.- Contó Günter.
Más de cinco mil hombres entraron en el castillo arrasando completamente las tropas de Bielefeld dejando pocos supervivientes.
- Perdón por el retraso.- Dijo el rey de Pequeño Shimaron mientras ordenaba a sus hombres que ataran y capturaran a los soldados de Bielefeld supervivientes. Este rey aparentaba ser muy joven, de la edad de Yuuri aproximadamente, tenía una larga melena rubia y unos ojos cubiertos con unas lentes con los cristales tintados de color morado.- Soy Saralegui, el rey de Pequeño Shimaron, encantado.- Dijo mirando a los que a él le parecían los nobles del país.
- Bienvenido y gracias por salvarnos.- Dijo el peli lila.- Nos gustaría que nos pudiéramos reunir luego, cuando todo este descontrol haya terminado.
- A mí también, me gustaría hablar con ustedes, pero antes… ¿Dónde está Yuuri?- Preguntó curioso al observar que no estaba por allí.
- Al final conseguí convencerle para que se quedara en su habitación mientras todo esto pasaba.- le indicó el peli lila.- Si quiere ahora le acompaño.
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Yuuri se encontraba en su habitación. Abriendo el ventanal pudo escuchar claramente gritos, de órdenes y de dolor, y el choque de las espadas metálicas en el patio delantero del castillo.- “Y yo me tengo que quedar aquí esperando…”- Pensó para el mismo.
Al cabo de cinco minutos la puerta de su habitación se abrió repentinamente y a ella entraron cinco hombres de Waltorana con las espadas desenfundadas.- Yuuri Shibuya acompáñenos de buenas por favor o tendremos que utilizar la fuerza con usted.- Dijo el que parecía ser su líder.
En ese momento el pelinegro desenfundó su espada y la dirigió contra los hombres que habían invadido su habitación.
Poco pudo hacer Yuuri, intentaba defenderse como podía pero eran demasiados, le rodearon y él solo pudo tirar la espada al suelo. Los hombres le ataron y amordazaron y salieron por la entrada trasera del castillo aprovechando el revuelo que se había formado, montaron a caballo y salieron rápidamente de la capital.
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Günter estaba desesperado.- Le dije que esperara aquí.- Dijo mirando al rey rubio que estaba a su lado el cual le miraba enojado.- ¡Guardias busquen a su majestad inmediatamente!
El rato pasaba y el castillo ya había sido rastreado por completo sin rastro del pelinegro. Los diferentes Lords ya habían abandonado el castillo quedando solo Lord Von Christ, Lord Von Wincott y Lord Von Voltaire que se encontraban reunidos con Saralegui en el despacho que antes perteneció a Shinou.
- Solo hay una opción posible.- Dijo Gwendal.- Tiene que haber sido cosa de mi tío, ese chico no desaparecería así como así después de la reunión.
- Lord Von Voltaire tiene razón.- Asintió el peliazul pero antes de que pudiera continuar unos soldados llamaron a la puerta y entraron.
- Mi señor.- Dijo uno de ellos.- No hemos encontrado a su majestad Yuuri pero hemos encontrado el cadáver de Daikenja junto al de dos de sus guardaespaldas en un bosque cerca del camino que lleva de la ciudad al castillo del consejero.
Todos quedaron boquiabiertos, se pensaban que el consejero simplemente había tenido algún imprevisto muy importante, de los que solía tener, que le había impedido asistir a la reunión.
- Esto es malo.- Dijo Günter.- Tenemos que enviar mensajes a todos los Lords, incluidos los aliados de Bielefeld.- el peli lila hizo una pausa.- Es casi seguro que esto haya sido obra de Lord Waltorana.