(Pov Yukina)
Una semana ya paso desde mi encuentro con aquel chico, mi héroe, pero en realidad no sabia ni por donde empezar a buscarlo, lo e dibujado miles de veces en mis cuadernos de dibujo pero aun así no le había contado a nadie de mi encuentro y casi muerte
—Yukina dice mama que bajes de una buena ves—dijo mi hermano entrando a mi cuarto sin tocar la puerta de menos, yo di un brinco en mi asiento pues otra ves me había quedado dibujando aquel hermoso rostro que inundan mis sueños y mente desde hace una semana, siete días en los que ya no sabía que hacer con mi vida—¿Qué haces? —sentí que se acercaba a mi escritorio, había muchos momentos en los que le había querido decir lo sucedido pero simplemente no sabia como contárselo, ese instante era el mejor
—Dibujo, ven acerca te necesito contarte algo—el se sentó junto a mi en una de las sillas que se encontraban en mi cuarto, este era bastante grande de color beish, en el centro había una cama matrimonial y a los lados de esta se encontraban dos buros color café claro, enfrente de mi cama estaba mi escritorio para dibujar y a los lados de este habían varias cajas transparentes que tenían todos mis instrumentos de dibujo, óleos, pasteles, colores, pinceles, cuadernos, cartulinas y todo tipo de cosas
—Bueno dime ¿Que sucede? —yo señale mi dibujo que ya estaba terminado, el lo vio sorprendido
—¿Quien es? —yo sonreí algo tonto pero estaba feliz, simplemente al ver mi dibujo recordaba su cara y mi corazón de aceleraba. Le explique toda la historia en la que no me interrumpió ni una vez, al terminar el Rio a carcajadas por a situación de mi misterioso chico—solo a ti te ocurren esas cosas—en definitiva tenía algo de razón muchas veces me pasaban cosas que no comprendía, una vez en primaria cuando jugaba fútbol patee la pelota estrello contra la portería y le dio al chico mas molesto de mi clase dejándolo en k.o. por el resto del partido y gracias a eso ganamos ya que el a demás de pesado era malo jugando, pero malo era poco era mas malo que Hitler
—Pues eso si, la cosa es que el chico me salvo la vida, quiero conocer lo pero no se nada de el—estaba mortificado por esta razón mas no me iba a rendir hasta conocer a ese pequeño ángel
—Déjame verlo mejor—con tanto justo, saque un bloque de notas de uno de los cajones y se lo di en este había al menos cien dibujos de mi ángel, mi hermano vio todos y se que en el último que estaba en la carpeta que por cierto era el primero que había echo—lo conozco, no de persona pero se quien es y de echo tu también—espera ¿cómo? Eso podía ser verdad, si yo lo conociera lo recordaría estoy seguro
—¿De donde? —pregunte, el se salió de mi habitación y yo lo espere, se que no me iba a dejar plantado, al menos eso espero, minutos después egreso con muchos mangas y libros en la mano, yo lo ayude pues se le estaban cayendo
—Mira—dijo y abrió la portada de cada uno, en ellas venía una foto del autor que por arte de magia era mi chico misterioso, de inmediato vi su nombre “Kisa Shouta” así que ese era su nombre, hermoso como el
—¿Quién es su editor? —pregunte sin alejar las vista de los libros, en todos estaba la misma foto, seguro Kisa-san no tenía mas de dieciocho
—En literatura Aikawa, en manga soy yo de echo—estaba tranquilo como siempre, yo sonreí a mas no poder, eso me daba mas posibilidades de encontrarlo y sobre todo de conocerlo
—¿En serio? Eso es genial—el destino estaba de mi lado seguro, en ese instante fui la persona mas feliz el mundo
—Pero tampoco te hagas muchas ilusiones, normalmente no sale de su casa, es mas nunca lo eh visto en persona—Yo me quede viendo a la nada, no importaba realmente si lo logre ver una vez se que lograre verlo una segunda, a eso le apostaba mis cuadros
—No hay cosa imposible para mi—mi hermano rodo los ojos y se fue de mi cuarto
—Baja a desayunar—dijo despreocupadamente, de inmediato le hice caso y baje si no mi madre me iba a matar
(Pov Kisa)
Desperté aquel sin ganas de hacer nada, pero tenía que comenzar un manuscrito y mi libro así que con toda mi fuerza de voluntad lo hice, abrí mi lap top y leí mis mensajes. Había uno de Aikawa mi editora, decía esto:
“Shouta-sensei dentro de una semana va a ver una reunión, tiene que asistir es para entregar un premio, ahora si no puede faltar sensei
Atte: Aikawa
P.D: si no aparece me veré en la penosa situación de ir a buscarlo a su casa y traerlo a rastras”
Me quede anonadado, ya no tienen respeto fue lo único que pensé, yo no podía ir por mucho que me hubiera amenazado, no iba a ir, seguí viendo mis mensajes hasta que encontré uno de Takano-san que decía prácticamente lo mismo
—¡No iré! —no se a quien le grito pero era mi manera de quitarme el estrés, me revolví mis cabellos y me hic algo para comer, alguien llamo a mi puerta, la abrí y note que era Ritsu—¡Ritcchan! —sonreí y lo abrace, no se porque pero nunca pude ver como iba a morir el, entre todas las personas no pude ver su muerte y por eso es que e mi mejor amigo, eso y porque nos llevamos muy bien
—Kisa—me devolvió el abrazo, lo hice pasar una vez que nos separamos
—¿Qué te trae por aquí? —normalmente venía cuando recibía un premio o cosas así
—No te puedes salvar de esta Kisa—estaba serio, yo me saque de onda ¿De qué me hablaba? —Seguro ya te mandaron la notificación de que dentro de una semana habrá una fiesta se podría decir—así que de eso hablaba, ¿Por qué no me iba a poder salvar según el
—Si ya fui notificado—espere a que el mismo me dijera las razones
—Bueno en esta fiesta van a estar los dueños de todas las editoriales, van a ver a los presentes y no puedes faltar—ohh rayos ahora si… ahora si estoy muerto, mi dignidad murió ayer y hoy yo le voy a hacer compañía
—Tu sabes porque no voy a esas reuniones, no es porque yo quiera, es horrible ir—le comente, el suspiro y alzo los hombros, me revolví mis cabellos con desesperación—¿Qué voy a hacer? —el puso una mano en su mentón empezando a pensar, yo me hundí en las mías
—Yo voy a ir contigo y evitare por todos los medios posibles que alguien te toque, así la posibilidad se hará mas pequeña, aun que sabes perfectamente que no la hará nula—yo suspire y subí los hombros con resignación, no me quedaba de otra supongo, me pare y vague por mi departamento
—Esto va a ser un perfecto desastre y lo sabemos—el asintió con la cabeza, me senté a su lado y me recargue en su hombro
Si existe un dios seguramente me a de odiar con todo su glorioso corazón porque hacerle todo esto a una misma persona no tiene madre ni nombre
—Reza porque todo salga lo mejor posible—yo solté una seca risa, llevo rezando por mas de veinte años y ninguna de mis suplicas han sido escuchadas ¿Por qué cambiaría ahora?