Capitulo: 11
El moreno sonrió con burla y desfachatez. Y con fanfarronada, miro al faraón, mientras que de sus labios, una pregunta salió, dirigida al pecadillo.
-¿dímelo a mí?... Tu eres el que tomo, mis palabra de otra forma. Cuando yo dije, que no se pusiera celoso; me refería. A que tú, nos quieres por igual; y que no tienes un tío favorito...
Al pecadillo se le salió una sonrisa, la cual combinaba mejor, que sus ojitos llorosos. Y con una sonrisa arrebatadoramente dulce, dijo –¡es verdad!... ya no se ni en que estoy pensando.
Pero la mirada del faraón, se encontraba fría e inerte. Solo cuando miro la dulce sonrisa del pequeño, cambio, a una llena de cariño. Pues ver, sonreír al pequeño, lo confortaba, hasta los huesos... y todo los celos y amargura se disipaban.7
-Yugi ..hablo el amo.. Puedes dejarme a solas con Seth, tengo algo importante que hablar con él...
El pequeño, asintió y se marchó con un poco más de calma. Pensando que después de todo, no se había quedado solo del todo...
Y entonces, recordó la plática, que había tenido con su nuevo amigo. –cuando pierdes una persona, una nueva llega a tu vida. Y tal vez, yo sea esa nueva persona-
El pecadillo, se perdió de vista. Y los dos gobernantes, comenzaron a hablar...
-eres muy ladino Visir. Parece, que sabes manejar cualquier situasen con frialdad, y facilidad.
-jajaja... para eso fui educado, mi amo. Para ser su mano derecha, su consejero, su visir y sacerdote.
-dime Seth, ya te has comunicado, con los revendes Ishtar.
-por su puesto. Y están dispuestos, a una tregua. Pues sabiamente, corresponde. Que si este demonio, nos destruye. Ellos no tendrán nada, por lo cual pelear, o que gobernar.
-bien Seth, entonces ya es oficial. La matriarca, recibirá el collar del milenio, como oferta de paz... Y dime, que ha pasado con el pastor.
-debe estar en mis aposentos, en este momento.
-bien... quiero hablar con él.
-y se puede saber para qué ..pregunto inconforme el moreno, al ver que su primo caminaba, con rumbo a sus aposentos..
-sencillo, le daré su libertad, a cambio de que convenza a Yugi, de desposarme. Mi hermana simplemente, no acepta un no. Y no tengo el valor para decirle esto al pequeño.
Al escuchar, los planes de su amo, Seth no se cuestionó, ni preocupo. Pues la esclavitud, del rubio, era solo una farsa. Y él decidiría, hasta cuando, y hasta donde la llevaría.
Así que siguió a su primo, con la mente despejada. Pero al entrar a sus aposentos, se toparon con la sorpresa, de que no había nadie.
Con rapidez, el moreno llamo a dos súbditos y pregunto por su trofeo. –lo sentimos, amo pero el joven Reht, no ha regresado de su travesía. Ni tampoco ha mandado mensaje alguno.
El faraón, miro el rostro del castaño. Encontrando así, una expresión, que no conocía.
-dime que piensas ..dijo el faraón, que mantenía la calma.. ¿Crees que se haya escapado?
-no ..contesto confiado.. algo más, debe estar pasando.
Dentro de la tumba, corrían despavoridos los dos chicos. Los cuales no lograban, en contra una salida.
Pero muy cerca de ellos, un demonio los perseguía. –dejen de correr... es inútil. El lugar tiene un hechizo, que los traerá al mismo lugar una y otra vez. Sera mejor que se resignen.
-no ..grito con fuerza él rubio.. no pienso darme por vencido. Además, que quieres de nosotros.
De una de las paredes, salió él demonio, que permanecía, en el cuerpo del comandante.
Ante tal acción, un escalofrió se deslizo por el cuerpo de los jóvenes. El demonio, los miro y con arrogancia, comenzó a recitar un hechizo; el cual le daría, el control de algún cuerpo presente.
Un humo negro y de olor espantoso, comenzó a salir del cuerpo poseído. Los dos jóvenes se miraron y comenzaron a correr; mas fue inútil, porque una vez más, regresaron al mismo lugar.
-que acaso, no pude hacer nada. Tú eres un aprendes, de seguro sabes algún encantamiento.
Reht, mantenía la mirada fija, en la bruma; -lo siento, pero no sé nada, para esta situación... pero una vez, el amo Seth menciono, que los espíritus y demonios, no pueden poseerte, si ere fuerte de mente. Así que solo nos queda ser fuerte; tenemos que evitar, que él entre en alguno de nosotros, pues supongo, que nos usara para entrar al palacio, y matar al faraón.
-fuerte ..exclamo él rubio, que rápidamente perdía el conocimiento..
Después de unos segundo se escuchó –amo ..que provenía de los labios, del chico de cabello blanco.
-mi pequeño Bakura ..dijo él mordido demonio, en su nuevo cuerpo.. Todo está saliendo a la perfección, y es posible, que mañana mismo, seamos amos y señores de todo el mundo.
El pequeño de cabellos blancos, corrió a los brazos del demonio. En búsqueda de un mimo... –lo has hecho muy bien... pero aún falta algo, para que mi plan sea perfecto. El pequeño alzo la vista, esperando las órdenes de su amo...
-quiero que traigas a mi amado Duke. Engáñalo, miéntele, drógalo, has lo que necesario, pero tráelo.
El pequeño, busco los labios del demonio, y planto un suave beso. –lo amo, mi señor. Y estoy dispuesto a todo.
El demonio, sujeto las cadera del chico, y forzó un beso. Mordiendo así, los suaves labio, y la lengua ocasional mente.
-espero un buen trabajo de tu parte. Así como lo hiciste, en los prados de pastoreo. En ese lugar, encontramos las debilidades, de los malditos gobernantes. Y serán esas debilidades. Quienes acaben con ellos...
El faraón, se paseaba de un lado a otro, en una inmensa habitación... Se encontraba, meditando, sobre los actuales eventos. Pero en eso una vocecita, llamo su atención.
-tío ..dijo fuerte y claro, él pequeño pecadillo.. el cual lucia, una toga de color negro. –puedo hablar contigo.
El faraón que igual mente, lucia de luto. Paro su andar, y miro al pequeño... Sus ojos, rápidamente, inspeccionaron al chiquillo. Provocando así, un deseo inmenso.
Con tranquilidad el mayor, camino a un lado del pequeño. Que rápidamente, tomo entre sus brazos. –te prometí, que siempre estaría para ti...
Yugi al sentir los brazos del mayor, se sintió extraño. Pues esta sensación, sele hacia conocida, como muy familiar.
El pequeño ajito su cabeza, y sin mucho esfuerzo, se separó del otro... –tío... yo... Quiero pedirte algo. Que para mí es muy importante... Yo realmente, lo acabo de pensar, de hecho, todavía no estoy muy seguro, pero... estoy seguro, que estaré un poco más feliz.
Atem, sintió el movimiento del pequeño, como despreciativo. Mas no le dio importancia, pues el pequeño, estaba pidiendo su ayuda. Estaba de pendiente de él; y eso le gustaba...
-es acerca de Joey... yo... yo... deseo casarme con él, cuándo mi madre muera. Así que no tienes, que hacerte cargo de mí. Si es que mi madre, te lo ha pedido... Yo estoy seguro, que con él seré muy feliz. Ambos cuidaremos, ovejas en el prado. Tendremos una pequeña choza. Y cuando tengamos dinero, compraremos un hechizo de concepción.
Yugi busco con la mirada, a su tío. El cual mantenida la mirada en el piso. Yugi no supo que hacer, y continuo hablando. –tío, yo te digo esto. Por qué hace un rato, te vi, hablando con mi madre. Lo he escuchado todo. Y de antemano te digo, que no te preocupes. Pues mi madre, no podrá llevar sus planes, acabo... mi padre, me ha dejado una carta. En donde me pide, que su funeral sea, conforme a su pueblo. Como mi madre, se casó son él; ella también tiene, que tener, un funeral, como él de él...
Por las venas del faraón, comenzaba a correr, un helado dolor. Mientras que de su ojos, lagrimas corrían.... –Te amo ..dijo en susurro.. pero muy audible, para él pequeño. –Te amo, como nunca he amado, a nadie. ..lentamente, alzo la mirada, para toparse, con la del menor..
-desde que llegaste, me he enamore de ti. Tus bellos ojos, al mirarme, reflejaban una ternura e inocencia. Se notaba, que estabas destrozado, y que necesitabas, que alguien te protegiera. Y mi estúpido corazón, quiso ser tu salvador.
Yugi estaba impresionado, con las palabras de su tío. Tanto, que no podía, controlar su respiración. Ya que esta comenzaba a acelerarse. Pues el llanto de dolor y tristeza, que emanaba, el mayor, lo preocupaba.
-yo... ..fue lo único que dijo, el niño.. pues su mente, no estaba lista, para esto.
El faraón se acercó y abrazo al pecadillo. –mi niño... ..pronuncio, con la voz quebrada.. –acaso, no puedes amarme, a mí... ¡yo te amo, más que mi propia vida! ..dijo con arrebato... y un poco exaltado.
Las lágrimas del mayor, manchaban la túnica, del pecadillo. Y esto era notado, por un hombre, que miraba, inhóspitamente la escena... pues cerca del marco de la entrada, era el mejor, ángulo para mirar esto.
Seth, simplemente sonrió. Le daba gusto, que su primo, por fin tuviera el valor de confesarse.
Pero por asares del destino. Un ruido los desconcertó; rompiendo así, el más romántico momento... en el cual, él faraón planeaba besar al pequeño niño.
-AUXILIO... ..gritaban los esclavos, junto con los sirvientes.. NO ATACAN, LOS DEMONIOS NOS ATACAN
Seth al escuchar los gritos, se dirigió al pasillo principal. Topándose así, con fuego por todas partes. Uno que otro guardia, tendido en el suelo, suplicando ayuda...
El lugar comenzaba a obscureceres y el fuego, era culpadle de todo. Seth comenzaba a sentires sofocado; pero no podía darse el lujo de desmallarse.
Con rapidez y astucia, para evitar los escombros; regreso, junto a su amo. – ¡qué está pasando Seth! ..pregunto el Faraón, mientras el pequeño, los observaba sigilosa mente..
-el demonio, nos está atacando. Parece que lo subestimamos, pues nos supera en hombre. Más bien dicho, en demonios. Parase ser, que este demonio, solo apareció, en Egipto. Cuando es tuvo seguro, de que podía ganarnos.
Las vista del faraón, se perdió –tenemos que abandonar, el palacio... Y traer a todas las tropas, que mandamos; a proteger, a los demás pueblos.
Seth desde el comienzo, mando tropas, por todo el reino. Y solo se habían quedado, con la escuadra del rey...
-tampoco, tenemos a los sacerdotes sagrados. ..dijo con angustia, el moreno.. Mande a todos, a buscar rastros o indicios, del demonio. Los hombres, que sobrevivan, serán todos, los que tengamos, disponibles.
-¡maldición!... ..grito el faraón.. Como es posible, que tan rápido, este demonio nos haya; superado en fuerza...