Capitulo20. Días de paz ¿O no?
– Lo sabía, sabía que me ibas a querer a mi antes que a ellos – Decía la chica maravillada con un sonrojo mirando a su amado. Sasuke aun seguía con esa sonrisa. La chica miro al rubio con una expresión de victoria y desquiciada, ella gano.
Naruto se sintió que algo se le rompía en miles de pedazos en su interior y los demás veían esto incrédulos. Por otro lado, Sakura veía embelesada a su amor quien le sonreía. Sasuke abrió los ojos de a poco, ya que los tenía cerrados todo el tiempo, pero a medida que abría los ojos, su sonrisa se iba borrando de a poco convirtiéndose en una mueca de odio. Sakura miro esto desconcertada.
- Sa… ¿Sasuke?… ¿Amor? – El Uchiha la miro con tanto desprecio que sudo en frio y empezó a temblar ligeramente. Sasuke solo la miraba para luego hablar.
- No soy tu amor. No quiero que me llames nunca más y nunca, NUNCA, te preferiría a ti antes que a ellos – La chica lo miro impactada. Por otro lado, los demás se tranquilizaron ante esa respuesta, más el rubio menor de los Uzumaki.
- Pe-pero, ellos no son personas, son seres inhumanos y no puedes estar con ellos, no son personas de con…
- ¡¡Cállate!! – Ese grito estaba tan cargado de ira que podría haber callado al mismo diablo, la plasta rosada retrocedió unos pasos ante esto. Por otro lado Sasuke trataba de tranquilizarse.
- Pe-pero… nos amamos…
- Deja de decir ya esas cosas, me da asco. Escucha y haz caso por primera vez. – Todos miraban atentos – YO NO TE AMO – Palabras que dejo fría a la ojijade.
- No me amas… ¿No me amas? ¡¿NO ME AMAS?! – La chica se enfado de sobremanera - ¡¡Si no me amas entonces a quien!! ¡¿A esos?! ¡¡Estoy segura que ese maldito Naruto te hizo eso a tu hermosa cara!! ¡¿Y aun así estas de su loado?! – Apuntando a los rubios y a todos quienes apoyaban. Sasuke solo la miro seriamente para responder de forma cortante y segura.
- Si. Además me lo merecía.
La ojijade ya no tenía más palabras, no sabía que decir había… ¿Perdido? Las lagrimas que le salían mostraban la rabia, el dolor, la frustración de haber perdido y sobre todo… el rencor que sentía en ese momento por los malditos donceles. Lo iban a pagar, lo iban a levantar más que nada en la vida. Lo juraba. Pero las palabras de Sasuke la volvieron a la realidad.
- Esto ya me aburre hasta las lágrimas. Es mejor que demos fin a esto. – Se giro y empezó a caminar hasta llegar al lado de Naruto, quien lo miraba asombrado. Este le sonrió y giro para volver a ver a Sakura – No quiero saber nunca más nada de ti y sinceramente, espero jamás ver tu horrible cara por el resto de mi vida – Esas palabras hicieron caer de rodillas a Sakura – Es mejor ya irnos de aquí, con todo esto se hizo tarde, estoy cansado – Decía en un tono como quien dice “Paso la tormenta, vamos a casa”. Ante esto algunos rieron y decidieron ya irse de ahí.
Sakura seguían ahí, sin creer lo que pasó. Pero volvió en sí, cuando noto que había alguien frente suyo. Era la directora que la miraba seriamente.
- Sakura Haruno – La chica tembló al oír su nombre salir de lo labios de esa mujer impotente – Mmm ¿Qué piensas que deberíamos hacer Kakashi? – El hombre que tenia los brazos cruzados la miro con su único ojito cerrado pareciendo feliz.
- Bueno, no es uno de mis trabajos hacer un veredicto a uno de nuestros alumnos así que… ¿Qué dicen ustedes? – Refiriéndose a los otros maestros quienes intercambiaron miradas y asentían sin necesidad de palabras. Después de unos minutos Iruka se acerco a Kakashi y le susurro en el oído – Bien… creo que ya decidimos – Decía con ese ojo feliz y un tono divertido y burlón, pero su expresión cambio a una seria y una voz más grave – Expulsión – Sakura pego un brinco por lo que dijo el peliplata y miro con terror a la directora que lo pensaba, o se hacia la que lo meditaba, y miro a la chica aun con esa cara. La pelirosa creía que tal vez ella no iba a expulsarla, era una de las mejores estudiantes femeninas de todo el instituto por su mente brillante, segundo lugar, ya que el primero lo tenía la tartamuda de Hinata, como ella le dice. Pero ese pensamiento fue desechado por lo que dijo la superior.
- Sakura Haruno. Por razones que tú ya sabes… te expulso de este instituto y esto quedara en tu expediente permanente y registros para que cualquier instituto al que decidas irte te conozcan como eres ¿Creíste que no sabía nada de lo que le hacías a Naruto Uzumaki? Ya he dicho, haz el favor de retirar tus cosas y abandonar esta academia para siempre – Apunto su dedo hacia algún lado para decirle que se apurara y se fuera. La chica estaba en blanco – Ah, y esto se lo notificare a tus padres lo antes posible así que no tienes que preocuparte por decírselo tu. Nos vemos – Y así, todos lo profesores fueron abandonando ese lugar, al igual que el resto de murmuraban cosas de la Haruno.
La chica se quedo ahí, un rato, para luego pararse e ir como si fuera un muerto viviente a su salón, donde nadie le hablaba y se alejaban de ella, hasta sus amigas se aparaban después de ver lo escalofriante y perversa que podía ser. Tente la miro con decepción, sabía que las cosas iban a salir así con su ex amiga que hacia todo mal, pero ya no podía hacer nada. Además de que amigas, amigas no eran, ya que la trataba como menos y hasta a veces como esclava por no exagerar y siempre que ella se interesaba en alguien ella se lo robaba, aun así, le daba pena, pero era mejor ya alejarse de ella ahora, solo esperaba que su vida desde ahora la hiciera bien en adelante para que pueda ser feliz.
Pero eso no era lo que la chica ya formulaba en su mente, no, ella ya estaba viendo las futuras cosas que iba a hacer. Todos, cada uno se esos se las iba a pagar con creces. Pero primero se concentraría en uno en especial, Naruto Uzumaki, a él era al que iba a eliminar primero, de una vez y para siempre. Con ese pensamiento miro por última vez a esa escuela y se fue de ahí desapareciendo de vista.
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Luego de que todos en el gran grupo que se formo, ósea amigos, familiares y el ex grupo de Sasuke, saciaron sus curiosidades de lo del “doncel”, empezaron los comentarios y reacciones. Las chicas del grupo se emocionaron por el don de su compañero, algunos chicos decían que iba a ser problemático y desde ahora iban a cuidar a su pequeño Naru-chan de los pervertidos y otros solo guardaron comentarios y sonrieron ligeramente. Naruto y Deidara se sentían muy abochornados, todos los rodeaban y decían cosas que los hacían sentir incómodos, entre esas frases uno de parte de las chicas “Con razón eran tan bellos e irresistibles” otro era “Me pregunto ¿Por dónde saldrán los niños?”, y otras tantas, pero como se hacía tarde el grupo fue ya haciendo intenciones de irse a sus casas.
- Bien, nosotros nos vamos Naruto-kun, Deidara-kun. Sino en mi casa se preocupara – Decía Hinata con una gran sonrisa abrazando a su amigo – Me da gusto que las cosas salieran bien – Se separo y se inclino para despedirse de Dei, después se dirigió con su primo que esperaba más alejado ya que él se había despedido – Vamos – Le sonrió y este asintió girándose para saludar con la mano.
- Ay, me gustaría seguir hablando de los donceles, pero en mi casa también me van a matar, así que nos vemos Naruto, Deidara-san – Dijo Karin empezando a trotar.
- ¡Espera Karin, vamos en la misma dirección! – La chica seguía, el ojivioleta chasqueo la lengua revolviéndose los cabellos – Esta mujer ¡Nos vemos Uzumakis, Uchihas, compañía! – Y empezó a correr tras la chica.
- Yo también me voy, hoy mi padre tiene una junta y debo llegar a casa ya que cuando termine me va a llevar a un restaurante. Parece que me quiere decir algo – Dijo Chouji empezando a caminar – Nos vemos chicos – Y camino hasta que un auto llego a la esquina y se subió para desaparecer de la vista.
- Vaya, la hora en verdad se pasa. Debo retirarme – Decía Sai acomodándose la mochila. Naruto se acerco y le tendió la mano.
- Gracias, nos vemos Sai – Le sonrió, Shimura le correspondió y apretó la mano de forma amistosa.
- Nos vemos Naruto-kun – Un azabache miraba esto de reojo para voltear su rostro y bufar molesto. – Ya se me hizo tarde, adiós.
- Espera – Gaara avanzo – Yo te llevo, así no habrá problema – Sai asintió agradecido y Gaara sonrió sutilmente. Algo que les hizo sentir raro al Nara y a Yakushi. – Nos vemos, espero que ahora puedas descansar bien Uzumaki – Despidió a Naruto y este sonrió.
- Gracias Gaara, nos vemos – El pelirrojo asintió y se camino hasta su moto, la encendió y Sai se subió atrás y ambos se fueron.
- Vaya, esto ha sido emocionante y problemático, pero estoy muerto, viejo y quiero dormir – Anunciaba Shikamaru con su cotidiana pereza – Nos vemos gente – Y así empezó a caminar que como Chouji se subió a un auto donde su chofer esperaba y partieron.
- Guau. Las cosas se pusieron en verdad muy locas, solo quiero descansar – Decía Kiba. Naru emitió una risilla, Kiba lo miro confuso. - ¿Qué pasa?
- ¿No te olvidas algo pulgoso? – Se burlo Naruto. Kiba estaba buscando en su cabeza algo, pero no sabía que……… ¡¡Esperen un momento!!
- ¡¡Akamaru!! – Grito el castaño escandalizado por haberse olvidado de su amigo máximo. Empezó a moverse intranquilo, pero decidido iba a correr, pero Naru lo freno.
- Espera ahí, desesperado de la vida – Decía este con los ojos cerrados y una mueca de disgusto – Yo te iba a acompañar ¿Lo recuerdas descerebrado? – Bufo molesto y empezaron a caminar. Uzumaki arrastrando al Inuzuka refunfuñando – Vaya, encima que ese día te ayude, me apalearon, no eres capaz de…
Los demás miraban esto con una sonrisa. Kaoi estaba contenta. Molesta también, enterarse que su bebe era maltratado y Sasuke era uno de ellos la había descolocado, pero ella era mujer de razón y sabia que Sasu al igual que los demás ya no querían herir a su pequeño, así que no debía preocuparse. Miro a Kabuto que estaba con media sonriendo viendo por donde se habían ido los otros dos. Sasuke también miraba con disgusto y no se espero a empezar a ir tras ellos, siendo seguido por Menma. Sonrió, esto se estaba volviendo interesante ¿Habrá algo entre Sasuke y Naruto? Esperaba que si, y si no, bueno, ya Naru encontrara a esa persona la cual amara, no se preocupaba, Menma estaba con ellos, sabía que ese chico era muy sobre-protector y fuerte, defendería a Naru y Sasuke desde ahora la tendrá difícil porque el pelinegro no es de los que se quedan así como así, no, el se vengaría, solo deseaba que no exagerara como la última vez. Suspiro ante el pensamiento y se dirigió a su hijo. La verdad quería pasear con ellos, pero con todo esto…
- Mi amor, cielo – Kabuto la miro con una sonrisa – Me voy a casa, estoy algo cansada, fue… un día duro – Recordando la búsqueda después de infartarse dos veces, una por la revelación de Naru y otra por encontrarse… con ese hombre. – Estoy agotada… así que me iré. – Le sonrió e iba a irse. – Nos vemos luego Deidara – Lo abrazo – Adios muchachos, espero que esto no los haya agotado como a mí – Los tres chicos sonrieron.
- Yo iré contigo mama, estoy igual de muerto. Quiero descansar un poco – Rascándose la cabeza – Nos vemos después muchachos – Se inclino, tres de ellos le imitaron, menos Deidara.
- Deja el formalismo conmigo, abrazo – Y abrazo al chico, haciéndolo sonrojar por la pena, pero correspondió un poco, el rubio lo soltó – Nos vemos en casa.
- Hai, adiós – Y partió.
- Nos vemos chicos – Y Kaoi le siguió. Se subieron al auto de la mujer y emprendieron.
Los que se quedaron eran solo ellos cuatro. Había calma, pero el rubio empezó a sentir tención, volteo y vio a sus amigos mirándose raro “¿Y ahora qué le pasa a estos?”, el ojiazul no quería mas tensiones, además también se sentía cansado.
- Oigan chicos, no sé qué les pasa, pero estoy fatigado como para tratar de calmarlos. Así que no peleen. – Decía desganado y moviendo la mano.
- Ok, pero dile a la cabeza de flama que no empiece a decir tonterías que pueda molestarnos – Decía Itachi con toda la alegría fingida.
- ¿Cabeza de flama? Vaya, ingenioso, caballo con ojeras – Contraataco el pelinaranja, ganándose una mirada enojada del Uchiha.
- ¿Eh? ¿Qué le pasa a estos enserio? – Le pregunto discretamente al pelirrojo.
- No lo se Dei, pero no les prestes atención – Le hablo calmadamente – No dejes que te cansen mas ¿Si? – Dei sonrió y dijo con una cara muy adorable y los ojos cerrados “Hai”, a lo que el pelirrojo volteo el rostro con un tenue sonrojo.
- Bueno ¿Qué tal si vamos por helado para llevar a mi casa? – Ante esto los tres lo miraron confuso. – Bueno, hoy aunque las cosas se pusieron locas… - Mirando a Los chicos y recordando el suceso de todo – También se aclararon muchas – Sonrió amistosamente - Y estoy muy contento por eso. Así que comprare helado para después de la cena ¿Nos acompañan? – Finalizo con una cara que demostraba la alegría que sentía dejando embobado a los tres presentes con él.
- Oh, Deidi, eres tan bueno – Itachi lo rodeo con un brazo el hombro y le apretaba y estiraba una mejilla mientras decía esto con toda una sonrisa que molestaba a el rubio que le estaban saliendo venitas en la frente.
- Baka, si no me sueltas te voy a dar un golpe tan grande que llegaras a tu casa – Le amenazo aun siendo pellizcado por el azabache, que contenía la risa por ver que la amenaza de el ojiazul no resultaba estando su cara siendo estirada. Dei lo noto y lo golpeo dejándolo K.O en el piso saliéndole humo de la cabeza – Hmph, la próxima si te lanzare por el aire. – Tronándose los dedos.
- Jaja, Dei sí que es muy fuerte – Reía el pelinaranja – Es mejor no hacerlo enojar, recuerdo cuando yo lo confundí con una chica – Llevando su mano a la barbilla en forma pensativa – Aunque… si lo piensas bien, no es raro que uno o confunda con una mujer… - Dei veía al interlocutor con sus ojos sombríos y una gran vena, Sasori chibi estaba atrás de él con miedo haciéndole gestos al otro para que se callara – Ya que tiene un cuerpo esbelto, un cabello largo, un rostro delicado… - Esa fue la última gota.
- ¡¡Cierra la maldita boca, mechero con patas!! – Lo mando al aire de un golpe cayó al piso de lleno, dejándolo K.O como a Itachi. El pelirrubio miraba a los dos en el piso con la respiración agitada muy cabreado – Malditos, criticones, insoportables. Juro que la próxima los mato – Miro al pelirrojo, este lo veía con los ojos muy abiertos, pero sonrió al ver que su amigo no cambia nada. Deidara se trato de calmar. – Sasori, vamos nosotros a comprar un helado, dejemos a este par de bakas en el piso – Tomo al chico del brazo y lo llevo con el dejando a el par en la acera.
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Caminaban de lo más tranquilos en la calle, aunque uno de ellos estaba ansioso, y no era para mas, después de todo por fin podría volver a ver a su gran amigo, aunque no haya pasado mucho en verdad. Cada paso que daba se sentía cada vez más feliz, quería ya llegar y tener a Akamaru para que todo fuera como antes. Freno al venirle algo a la mente, lo que le hizo tener un semblante melancólico y pensante, Naruto, Sasuke y Menma lo notaron.
- Oe, Kiba ¿Estás bien? – El rubio se coloco al lado suyo y le miraba entre curioso y preocupado. El otro lo miro para luego desviar la vista, esto hizo saltar un poco la ceja del ojiazul que lo tomo de las mejillas y las estiro - ¡¿Podrías decir qué demonios te pasa?! – El castaño zarandeaba los brazos por el dolor.
- ¡¡Gyaaa!! Nada, nada – Lo apretó mas fuerte - ¡¡Ahh!! ¡Ok! ¡Estaba muy pensativo, eso es todo! – Lo apretó mas - ¡¡Pensaba que quería que todo sea como antes con mi amigo, pero recordé… lo de mi familia!! – Ahí el rubio abrió los ojos, la había cagado, lo soltó gentilmente. Kiba desvió la mirada y se sobaba las mejillas rojas por el estirón. – Kiba…
- Ya deja de pensar en el pasado Inuzuka – Todos voltearon a ver a Sasuke – Las cosas ya pasaron, y tal vez si, duele, pero es mejor ya ir adelante en vez de atarse a un recuerdo lejano que encima te hace daño. – Miro a otra parte recordando cómo era el antes – Por eso, solo piensa en el futuro y deja ya ir el pasado – Empezó a caminar dejando atrás a los demás, se notaba avergonzado de lo que dijo, que era una gran sorpresa para todos.
- Vaya. El Uchiha-bastardo sabe qué decir de vez en cuando – Al oír como lo habían llamado regreso y encaro al otro pelinegro.
- ¡¡¿A quién le llamas bastardo, imbécil?!! – Le dijo con mucha bronca.
- ¡¿A quién va a ser?! ¡¡Al cara dura, engreído, arrogante y el poco hombre brabucón de mi precioso primo que tengo en frente!! – Le respondió con enojo y resentimiento alzando su puño.
- ¡¡¿Quién es el poco hombre?!! ¡¡Yo creo que soy más hombre que tú, señor poca cosa!! Y no te laves las manos que eres más arrogante y engreído que cualquier persona – El chico se ofendió.
- ¡¡¿Qué me dijiste cabrón sin calzones?!!
- ¡¡Lo que oíste, trapo de piso sucio!! – Se miraban desafiantes con los rayos saliéndose de los ojos. Naruto y Kiba con unas gotitas en la sien de cada uno, seguían caminado con el seño fruncido y los ojos cerrados dejando a los dos tarados seguir “jugando”. Ya un poco más alejados el rubio continuo hablando.
- Debes hacer caso a lo que te dijo el teme – Kiba lo miro, el rubio también – Deja ir el pasado y ve hacia el fututo – Y sonrió. El castaño bajo la mirada.
- No sé cómo hacer eso. Sasuke tiene razón lo sé, peo no sé cómo hacerlo – Naruto le sonrió y le sobo la espalda comprensivamente.
- Bueno, no es fácil, pero… siempre es más optimista cuando tienes una meta en que fijarte – El Inuzuka lo miro confuso y expectante. – Digo, yo por ejemplo, no sabía cómo cambiar mi forma de ser, pero lo logre, y solo porque me coloque una meta y un deseo al frente – Kiba seguía mirándolo y el rubio miraba en frente pero alzo la vista – Mi meta era no ser de nuevo ese enclenque que no se defendía, no quería ser mas esa burla, querían que pagaran cada cosa que me hicieron – Había rencor en sus palabras y eso asusto al chico que trago saliva – Y mi deseo era… que las personas que me importaban no volvieran a tener esa cara triste, llena de miedo y preocupación por mí, no sabes lo horrible que es ver que la gente que te quiere vea que estas moribundo – Kiba bajo la miraba muy avergonzado y lleno de remordimientos – Pero… ya ves que las cosas no sale como uno quiero – Kiba lo volvió a mirar, Naruto sonreía muy feliz con los ojos cerrados pero los abrió para mostrar ese brillo tan especial de el lleno de alegría que hacían brillar sus ojos aun mas – A veces, sale incluso mejor de lo que unos esperaba – Y sonrió mas, contagiando al castaño – Por eso, no te apegues al futuro incierto, pero no dejes que se vaya tampoco, desea, sueña, anhela, vive y goza el día a día con esa meta que quieres con el corazón… - Lo miro muy atento y sonriendo – Dime Kiba ¿Qué es lo que más deseas? ¿Cuál es tu sueño? ¿Qué te gustaría en el futuro? – El castaño estaba sin habla, las palabras de Naruto sonaban tan esperanzadoras que no sabía que pensar, pero… le vino algo que siempre, desde niño soñó y vio a Naruto determinante y este sonrió al ver que el Inuzuka tenía algo en mente.
- Quiero… quiero…. Quiero trabajar en el área departamental de rastreo de la policía. Quiero ayudar a animales sin hogar con refugios, quiero… terminar la escuela y demostrar… demostrar que si valgo – Dijo muy determinante. Naruto sonrió, Kiba quiere ser reconocido junto con su gran amigo Akamaru, estiro el brazo hacia Kiba con el puño cerrado mirándolo con una sonrisa y el cejo levemente fruncido, demostrándole que pude lograrlo y está con él, el castaño entendió, asintió con una sonrisa y el seño fruncido y choco el puño junto con el de Naru, sellando esa promesa hacia el mismo Inuzuka.
- Ahora, vamos por tu mano derecha – Dándole una palmada en la espalda y empezando a trotar hacia la veterinaria. Kiba sonrió y comenzó a seguirle.
- ¡Espera Uzumaki! ¡Qué esperes! – Y así ambos corrían con una sonrisa.
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- ¡¿Qué?! – Golpeo con las palmas abiertas la mesa, estaba muy enojado, se notaba en su rostro. Apretaba sus dientes y fruncía mucho el seño.
- Amor, por favor cálmate – Trataba de contenerlo la mujer acariciándole el rostro, pero el de anteojos la rechazo haciendo sentir mal a su madre. Kabuto lo noto y se disculpo con la mirada.
- Pero… ¿Qué vino a hacer ese bastardo en esta ciudad? – Dijo aun entre dientes, pero tratando de calmarse para no afligir más a su madre.
- No lo sé. Pero no quiero verlo más, es… es muy doloroso. – Agachando la vista y llevando su puño al pecho. El joven miraba a su madre y apretaba los puños por verla de esa manera.
- Nos iremos de aquí – Dijo determinante asiendo que la mujer levantara el rostro asombrada. – No me quedare aquí para ver como ese desgraciado nos rastrea y nos lastima – Kaoi puso una cara contrariada. Se paro y fue hasta al lado de su hijo.
- Kabu, mi amor, no podemos irnos – Tratando de tocarlo, pero el otro se aparto mirándola muy mal para que entendiera y aceptara – Y si nos vamos ¿Qué pasara con Naruto y Deidara? – Esa pregunta lo descoloco - ¿Qué pasara si los dejamos solos? ¿Qué pasara si nos vamos así como así? ¿Crees que ellos no harán nada? – Se agacho y se puso de rodillas para ver a su hijo que tenía el rostro a un lado, pero con su mano lo atrajo para que la mirara – No podemos dejarlos, no porque no sepan cuidarse solos, sino porque somos familia, y la familia nunca se abandona. – Kabu la miraba, tenía el seño algo fruncido tratando que las lágrimas no salieran. – Se que ahora te sientes también afectado, pero no ganamos nada huyendo, tenemos nuestra vida aquí, y no porque este él, nos alejaremos de ella ¿verdad? – Kabuto la miraba afligido ahora, no quería dejar a su Naru-chan ni a Deidi, los amaba, eran su familia, no quería dejar a sus amigos, no quería dejar la escuela le gustaba, no, el no quería abandonar nada de este hermoso lugar. Por culpa de ese desgraciado no pensaba las cosas y estaba reaccionando mal a como él lo haría. - ¿Y bien?
- No… no nos iremos – La mujer sonrió enternecida y lo abrazo y este correspondió – Pero si se aparece por aquí, juro que lo pateo hasta hacerlo… perdón por la palabra… pero lo pateare hasta hacerlo mierda – La mujer saco una risilla por el comentario. Estaba orgullosa de su bebe, el era muy fuerte e inteligente. Era líder del club de boxeo y taekuondo, así con lo de hacerlo mierda, si lo haría.
- Y no lo dudo hijo, hazlo, pero no tanto como para que te juzguen de homicidio – Ambos rieron. A pesar de que ese desgraciado apareció con quien sabe cuales intenciones, las enfrentarían, como lo han hecho Naru y Dei, lo harían y sabían que no estarían solos. Ambos se tenían y también tenían a su familia. Podían con ello.
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- Gracias por su compra – Decía un vendedor.
- Muchas gracias – Dijo el ojiazul muy feliz recibiendo todo el helado y saliendo de la heladería junto con el pelirrojo. Caminaron hasta llegar al parque, donde no había nadie ya por estar llegando la hora de la cena y estaba atardeciendo, ahí el rubio miro el helado y pregunto - ¿Crees que es suficiente? – Al pelirrojo se le salió una gota y miro al blondo con obviedad de algo.
- Compraste como 5 Kilos, creo que si alcanza – Dijo con tono de “Es demasiado”.
- No conoces a mi hermanito ni a mí, nos encanta las cosas dulces – Dijo con toda la felicidad del mundo sin tomar en cuenta que algo en sus palabras lo afecto e hizo detener el paso del otro. Dei paro unos pasos más adelantes y lo miro - ¿Qué pasa? – Sasori miraba hacia abajo. – Saso…
- Es verdad – El blondo solo volteo completamente emitiendo un “¿Eh?”, Sasori lo miro – Pese a que nos conocemos casi cinco años, no sabemos casi nada uno del otro – Miro hacia otra dirección.
- Eso no es cierto – Dei miraba el helado en la bolsa, el ojimiel lo miro confuso – No sabemos algunas cosas profundas nuestras, pero si sabemos lo esencial – Le miro con inocencia y sonrió – Conozco cuando mientes, cuando estas avergonzado, cuando estas triste, cuando me ocultas algo…. Conozco casi todos tus defectos, conozco las cosas que te gustas, las que no, las que te enojan, las que te hacen feliz, las que te hacen querer asesinar… - Sonreía mas y cerró los ojos y así continuo hablando de esa manera – Las que te hacen actuar como un niño. Conozco como eres cuando estas con amigos y con extraños. Se mas o menos las cosas que te encantaban en la niñez, y aunque nunca lo dices… se que te gusta el desierto y mirar las estrellas mientras tarareas una melodía muy bonita – Sasori escucho todo esto sorprendido, no despegaba su vista del rubio quien se acerco hasta estar frente a él – Y tú conoces también muchas cosas mías. Tanto las que nombre como más, así como parte de mi pasado. Nosotros no somos amigos solo por conocer y saber todo del otro. Somos grandes amigos cuando decidimos aprender uno del otro y pasar tiempo juntos y seguir aprendiendo más – Sonreía ampliamente mirando directamente al ojimiel quien no le despegaba la mirada y sus pupilas titilaban un poco con un brillo en ellas – Por eso Sasori… sigue siendo mi amigo y permanece a mi lado para seguir aprendiendo mas de ti, al igual que tu de mi.
Había un momento mágico en ese entonces, no había nadie, el atardecer hacia lucir a Deidara mas bello con los colores y hacer estallar mas esos ojos suyos que hipnotizan, se había formado como una burbuja al rededor de ellos y Sasori por primera vez la sentía, sentía como eran ellos dos en ese único espacio que no quería que se rompiera jamás. Sin pensar, solo dejándose llevar se fue acercando al blondo que estaba mirándolo pero sin percatarse de lo que haría su amigo, era muy despistado en ese asunto. Saso estaba cerca de él y cuando se estaba inclinando, ya que era un poquito más alto que Dei, paso lo que pasó.
- ¡¡Hola!! ¿Qué hacen? – Itachi vino a romper la magia. Esto hizo despertar al pelirrojo de un ensueño bello, pero que ahora le daba pena. Itachi lo miraba ya que tenía el brazo alrededor del hombro del bermejo (Sasori) – Son malos. Miren que dejarme tirado en el piso ¿Qué clase de amigos hacen eso? – Fingiendo indignidad, Dei bufo por la exageración del azabache.
- Los mejores. – El Uchiha lo miro con reproche, pero el rubio dejo de mirarlo y empezó a pasear su vista por todos lados buscando algo o alguien y al no encontrarlo se puso…. ¿Triste? - ¿Dónde está Yahiko-kun? – Itachi soltó al Akasuma y miro a Deidara con el seño fruncido, molesto de algo.
- Se tuvo que ir porque dijo que le salió una urgencia ¿Por qué? ¿Querías verlo? – Dei bajo la mirada un poco y se sonrojo tenuemente, algo que fue notado por ambas personas presentes haciéndoles fruncir un poco el seño – Dei…
- Bueno, está bien. Si necesitaba irse esta bien. – Dio la espalda a los otros, estaba algo decepcionado, pero respiro profundo y volteo un poco su rostro hacia ello - Bien, vamos que se me va a derretir el helado. Además debo hacer la cena y esos niños espero que no me aparezcan tarde – Y fue caminando dejando atrás a los chicos que se miraron y lo siguieron.
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Miraba el techo en la penumbra de su cuarto, escuchaba música tranquila, estaba en un distinto mundo, no vivía, simplemente estaba ahí, en la cama dejándose llevar por el silencio y la paz. Los gritos de sus padres la descolocaron de sobremanera, hasta le habían quitado toda su mesada, ya le prohibían comprar hasta morir y le cancelaron todas sus tarjetas. Su vida se desmorono en un segundo y todo eso… era por culpa de alguien. Se levanto y tomo a su mini Sasuke en sus brazos y lo apretó, tenía todos los pelos en la cara y no se veían sus ojos además que por lo oscuro solo podía ver su silueta. Llego hasta el final su “armario” y después de descubrirlo, entro en su cuarto oculto. Caminaba por esa obsesiva sala hasta llegar al frente del gigante cuadro. Suspiro y empezó a acariciar al peluche de Sasuke.
- Hay… Sasuke…. Las cosas se desmoronaron completamente. Nuestra vida, nuestro amor, nuestro futuro. – Acaricio el cuadro – Pero no te pongas mal, no te sientas triste, ya lo arreglare… - Apretó su puño aun en el lienzo del cuadro – Juro que me encargare de esto y todo volverá a ser como antes. – Levanto la vista dejando ver un ojo… que mostraba el odio y la furia que sentía – Lo juro amor… y seremos muy felices… aun – Tomo el papel luego de abrir el cristal - …aun tengo este haz bajo mi manga y sin contar… el apoyo de alguien… pronto… pronto todo volverá a ser como antes. Te amo Sasuke - Y beso a su muñeco para después salir de ahí.
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- ¡¿Hay alguien sí o no aquí?! – Era la segunda vez que llamaba y nadie contestaba, ya se estaba exaltando. - ¡¡Hola!! – Volvió a tocar la maldita campanita pero nada.
- Tranquilo Kiba, deben haber salido – Kiba lo miro mal, Naruto solo desvió la mirada con una gotita – “Mierda, cuando se trata de Akamaru se convierte en un monstruo” – Pensaba el rubio. – Bueno Kiba, tal vez no salieron… - Se puso serio – Pero… ¿No has pensado que están atendiendo a otro animal que está mal y con tus gritos puede dificultárseles las cosas? – El Inuzuka se quedo inmóvil ante este comentario muy cierto. Se paro y se sentó en los asientos de espera y suspiro, Naruto se sentó a su lado. – Ya, calma ¿No crees que deberías estar feliz que veras a Akamaru muy pronto? – El castaño lo miro.
- Lo estoy, pero… pero es muy estresante que aun no pase – Suspiro agotado. Naruto le palmeo la espalda para darle energía y ánimos.
- Vamos, vamos, ya verás que lo veras, jugaran hasta mancharse las ropas, comerán como cerdos y dormirán como perezosos – Todo con una sonrisa muy abierta y los ojos cerrados de alegría, Kiba tenía una gotita en la sien, pero el ojiazul después puso una cara más enternecedora y confiable – Lo que me refiero Kiba es, que todo va a estar muy bien ahora que estarán juntos de nuevo. – Dejo su mano en el hombro del castaño y le sonreía, Kiba lo miro con los ojos abierto y correspondió la sonrisa y por auto-reflejo llevo su mano hasta donde estaba reposando la del pelirrubio en su hombro y la apretó. El rubio sonrió más al ver que su compañero estaba más calmado.
- Vaya, con que eres tú. Ya decía yo porque tanto griterío – Apareció un chico que bajaba de unas escaleras en forma de caracol y se situaba al lado del mostrador. – Deberías traer a tu novio más seguido, si que te calma…
- ¡¡¡NO SOMOS NADA DE ESO!!! – Se levantaron los dos de los asientos con las caras enojadas y muy rojas.
- ¿Enserio? Creí que si, ya que estaban muy apegados recién – Los dos aludidos se miraron mutuamente y se apartaron un poco. Naruto se actuó calmado para evitar ponerse más rojo.
- ¿Tu trabajas aquí? – Por lo menos agradecía a su voz que se escucho sosegada.
- Hai ¿Vienen por Akamaru? – Ambos asintieron con grandes sonrisas chibis. Al chico se le salió una gota.
- ¿Enserio no son novios? Son muy parecidos – Otra vez ambos se sonrojaron de sobremanera y miraron mal al chico. – Ya, ya, tranquilos. Por cierto no nos presentamos. Soy Shino Aburame. – Le dijo en su forma aun seria pero cortes.
- Ah, yo soy Naruto Uzumaki – Dijo con una ligera y nerviosa sonrisa, ese tipo era algo raro, mas porque ¿Quién usa lentes de sol en interiores o bufandas? Pero traía puesta una musculosa azul fuerte y unas bermudas marrones claros, con unos tenis blanco con marrón y azul. Un chico apuesto, pero misterioso. – Ah, eto… ¿Podríamos hacer los trámites para retirar a Akamaru? – El Aburame asintió.
-Vengan, llenaremos las formas para que lo retiren – Los otros lo siguieron hasta el escritorio, donde el de lentes oscuros saco un par de hojas para que se llenen. – Primero, llenen esta, con sus datos, el dato del dueño y el del perro. Y después llenen esta que es el alta de este establecimiento mas la cuota – Kiba se tenso un poco ¿cuota? El no tenía para pagar esa cuota por ahora ¿Qué haría? Se estaba poniendo nervioso. – Aquí está el recibo son $ 215 mil won (Son $215 dólares, tranquilos) – Ahora si ¿Cómo iba a pagarle eso? ¿Cómo…?
- Aquí tiene $300 mil won ($300 dólares) – Kiba lo miro asombrado, incrédulo e impactante ¿De dónde Naruto saco ese dinero? ¿Acaso lo tenía desde hace rato? Ahora se sentía más basura que antes. El Aburame le dio el vuelto al rubio – Gracias ¿Dónde está Akamaru? – Dijo con una sonrisa.
- Esta atrás, iré por él. – Y así se fue para buscarlo.
Paso unos minutos y la puerta empezó a abrirse de nuevo, Kiba se levanto de a poco creyendo, no, sabiendo de quien se trataba. Camino unos pasos, Naruto saco su celular preparado para guardar este recuerdo y de repente, una bola de pelo grande y blanco salió de la nada y se abalanzo hacia el castaño y empezó a darle lengüetazos por toda la cara.
- JAJAJAJAJA, Basta Akamaru, está bien chico, está bien. También te extrañe amigo, pero deja de llenarme de baba, jaja – El perro lamia mientras agitaba su cola con mucha alegría de ver a su amo y mejor amigo.
- Jeje, que tierno, amor entre perros jeje – Comento conmovido y burlón Naruto recibiendo una mirada mala de parte de los dos en el piso, pronto sus rostros pasaron a uno con malicia, Naruto tembló, sabía que nada bueno iba a pasar, así que se preparo para correr pero ya era tarde. – Wuaaa, no, no, Akamaru, no, me estas llenando de baba, no, tranquilo, tranquilo chico, tranquilo. Jeje, está bien, está bien, se ve que estas feliz – El perro lo lamio al igual que su amo y se aparto un poco pero sin salirse de encima. Naruto le sonrió y le acaricio la cabeza – Me alegra ver que estas bien chico.
Ya levantados del piso agradecieron los cuidados al perrito. El Aburame asintió y antes de que se fueran acaricio al perro que le correspondió la caricia muy feliz.
- Le agradas – El otro lo miro sin entender – El no se deja acariciar por nadie, hasta al mismo veterinario le hizo algo de guerra, pero al final cedió un poco. Pero al parecer le agradas, eso es bueno, significa que eres una gran persona – Y sonrió muy feliz, Shino solo asintió, al otro le pareció muy raro pero lo dejo pasar. – Bien, nos vemos viejo. Digo… Aburame-san – Y así salió de la tienda ya que Naru había salido hace un rato. Se encontró con él y se sonrieron y empezaron a hablar y a carcajearse mientras el perro daba vueltas alrededor de ambos, se veían felices y eso le incomodo un poco al Aburame quien los seguía con la mirada.
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Ya estaban todos en la casa. Deidara junto con Itachi y Sasori cocinaban en la cocina, cosa que no eran de mucha ayuda que digamos.
- Sasori, trata de cortar las zanahorias un poco más pequeñas… “Y no con esas formas raras, jeje” – Dijo y luego pensó el rubio mientras el revolvía con el cucharon una olla. Se fue al lado de Itachi – No es que quiera ser malo pero… ¿Esas papas no tienen un aspecto raro? Además no están bien limpias, jeje – Mas que molestarle o disgustarle le hacía gracia. Es más, aun reía al recordar las caras de ambos cuando él les pidió-ordeno ayudarle en la cena.
- No te rías, nunca he cocinado, bien – Contestaba algo molesto y abatido. El gran Itachi Uchiha… no sabía cocinar, ni siguiera cortar o lavar bien los vegetales, eso lo estaba desesperando.
- Vamos no te pongas así – Le agito la mano para que se calmara. Luego se situó al lado, muy cerca, de él, sus antebrazos se rosaban ligeramente. – Mira, es más fácil cortarla cuando está en la tabla y acostarlo en forma vertical – Le explicaba mientras le quito el cuchillo, rozando sus dedos haciendo estremecer al azabache – Y apoyas la mano en la punta del la papa sosteniéndola firmemente y cortas así – Empezando a cortar en rodajas de solo una pasada – No levantes el cuchillo como si apuñalaras a alguien, mantén la punta cerca de la tabla y solo levanta el mango mientras vas moviendo la papa hacia adelante y para seguir cortando. – Le miro para sonreírle con los ojos cerrados dejando embobado al azabache. – Ahora inténtalo tú.
Pasándole el cuchillo. Itachi salió de su ensueño y tomo la cuchilla para empezar a cortar como Dei le había enseñado, pero estaba nervioso, ya que el rubio lo miraba atento a lo que hacía con esa sonrisa y estaba cerca de él. Tanto que sentía su respiración en el brazo. Empezó a cortar, pero por los nervios, las rodajas salían volando y eran cortadas violentamente y tenían formas más raras que antes. La cara de Deidara y Sasori, que miraba desde la otra punta de la cocina, eran un poema, se les salía unas gotas de la cabeza, ahora si el pelinegro parecía que mutilaba a alguien.
- Itachi, Itachi… ¡¡Hazme caso maldito baka!! – Le dio un golpe en la cabeza haciéndole volver en sí. Itachi se sobo la cabeza y miro al rubio que tenía el seño fruncido y los labios con una mueca muy graciosa mirándolo con cierto reproche. Parpadeo un par de veces, comenzó a pensar que el rubio se veía muy lindo al enojarse. Se golpeo mentalmente - ¡Ey! Escúchame baka yaro* (*bastardo estúpido) – Ita lo volvió a mirar – No sé qué paso, pero si sigues así te acusare de homicidio tubércular, pobre papa – Miro con pena las rodajas esparcidas en el suelo. El Uchiha resoplo por las ocurrencias del rubio. - ¡¡¿De qué te ríes imbécil?!! – El otro solo contenía la risa, el ojiazul resopló y se situó atrás del pelinegro haciéndolo callar y ponerse muy tenso, y fue peor cuando el rubio tomo su mano con la suya, aun estando casi atrás de él, y con la otra tomo otra papa y empezó a guiarlo ayudándole a cortar como se debe – Así debes cortar, tonto – Decía tranquilamente, pero no sabía lo rojo y tenso que estaba Itachi.
- Ahh… si… claro, entonces así – Dei asintió separándose de él y empezando a recoger los pedazos de la otra papa. Todo esto fue visto por el pelirrojo que estaba frunciendo el seño molesto y cortaba la zanahoria sin verla y de manera violenta, pero en un corte abrió de sobremanera los ojos y lanzo un pequeño grito captando la atención de los otros - ¡¡Sasori te cortaste!! – El Uchiha fue al lado del herido que apretaba su dedo.
- Auch, eso duele – Se quejaba el otro no queriendo mostrar su herida al pelinegro.
- Déjame ver – El chico negó. Itachi lo miraba con reproche pero antes de decir o hacer algo vino Deidara.
- Vaya, si hubiera sabido el desastre que iba a ser pedirles ayuda, no lo habría pedido – Colocándose de rodillas frente al pelirrojo. Abrió una cajita que era el botiquín y tomo, sin preguntar para que el otro no negara, la mano del distraído ojimiel – Veamos, no es un corte tan profundo, pero si lo suficientemente para no ser superficial y además muy molesto. – Le limpiaba la herida con un paño mojado, luego saco un frasquito con rociador – Tranquilo, esto va a arder un poco – Le roció un desinfectante sacándole un quejido al chico – Ya, está bien, ¿ves? no pasa nada – La voz que usaba el rubio era tan suave que lo clamo. Dei le volvió a pasar otro paño pero seco y luego saco una crema – Esto es como una pequeña anestesia, así no te dolerá ni te dará punzadas – Le sonrió tranquilizantemente captando toda la atención del dañado y haciéndole sonrosar un poco. Le paso la crema con mucha delicadeza y lo que él pensó hasta ternura, haciéndolo sonrosar mas – Listo – Le coloco una curita – Ya esta, llorón, jeje, no era para tanto – Se paro y salió de la cocina, dejando ensimismado al pelirrojo y dejando muy pensativo y molesto al azabache.
- Sasori… - El otro lo miro. Aun seguía algo sonrosado, eso molesto mas al chico pelinegro, pero… algo lo desconcertaba ¿Era por Sasori? ¿O por Deidara? No sabía – Es mejor que no cortemos más, somos un desastre – El pelirrojo resoplo.
- Debió ser muy duro admitir esas palabras – El azabache bufo pero luego sonrió, se pararon y rieron juntos. El rubio llego a la cocina justo para ver todo eso, sonrió levemente. Esperaba que esos dos correspondieran el uno del otro así podían ser felices.
Mientras los grandes estaban en la cocina, los menores estaban en el pórtico. Naruto y Kiba jugaban con Akamaru en el patio del frente, Menma mandaba mensajes de texto desde su celular de vez en cuando miraba a su primo jugar y le sacaba fotos, Sasuke leía un libro y también de vez en cuando veía a Naruto jugar, se le veía muy feliz y eso le hacía sonreír. Sasuke aun pensaba en las cosas que habían pasado, y la verdad es que una cosa le estaba enloqueciendo… ¿Cuál era la respuesta final de Naruto? ¿Lo acepto o no? eso quería saber, ya discutió mucho con Menma cuando los otros dos los dejaron solos, el otro le había dejado muy claro que no la tendría tan fácil de él, que iba a vigilar a su primo y hacerle la vida dura y sin mencionar vengarse de que haya agredido a su pequeño antes, así que era mejor cuidarse la espalda. No era que le temía, pero no quería quedar mal con Naru, así que no podía golpear a su primo Menma, aunque quería. Levanto la mirada, ahora el castaño y el rubio le lanzaban la vara al perro y este lo traía de nuevo hacia ellos para que volvieran a lanzarlo. Frunció el seño ¿Desde cuándo esos dos eran tan allegados? Eso en verdad le molestaba, pero no iba a meterse, aun.
- Naruto, iré a pasear con Akamaru unas vueltas a la manzana ¿Quieres venir? – Le pregunto con toda la alegría.
- No, estoy cansado, todo lo de hoy me agoto, iré a ducharme para cenar, vuelve rápido así haces lo mismo, jugamos mucho en el patio – El otro asintió y se fue con su compañero peludo a pasear.
- Naru-chan, yo caminare un poco debo pensar… - El otro lo miro curioso, Menma agrego, con un aura maligna – Debo empezar a planear como vengarme de los que hicieron daño a mi precioso – Empezaba a alejarse – Debo hacerlos pagar ¿Y si les quemo las cejas? ¿O les tiro acido a sus abdómenes? Sí, eso sería… - No se escucho mas, porque ya no se veía, Naru tenía una gota en la cabeza y sentía miedo por lo que haría su primo. Sin más empezó a dirigirse a dentro, pero vio a Sasuke ahí en el pórtico de su casa leyendo.
- ¿Qué lees? – Le pregunto curioso. El azabache lo miro, se paro y se metió a dentro, Naru inflo sus cachetes. – Pues ni quería saber, Hmph – Y se metió dentro de la casa.
Termino de darse esa ducha y ya estaba en su cuarto cambiándose. Tenía una remera gris con toques naranjas y unos shorts militares que le quedaban un poco más arriba de la rodilla con bolsillos a los lados. Estaba secándose en cabello con la toalla, no veía nada, pero cuando se descubrió la cara, abrió los ojos ya que los tenia cerrados, al sentir unos brazos envolviéndolo, se tenso, pero luego trato de relajarse al saber de quién se trataba, pero no funcionaba
- Naruto – Si, era Sasuke. Naruto sintió como su corazón quería salírsele del pecho. Estaba pegado al Uchiha y este lo abrazaba tan cálida y tiernamente que lo hacía pensar que no era real.
- Sasuke… ¿Qué pasa? P-por… ¿Por qué estas…? – No termino ya que Sasu le dio la vuelta y sello sus labios con los suyos. Naruto abrió los ojos enormemente y parpadeo varias veces para empezar a entrecerrarlos lentamente con mucho brillo en sus ojos y las mejillas sonrojadas. Sasuke lo abrazaba cariñosamente y pidió permiso para meter su lengua en aquella deliciosa cavidad que no tardo en probar. El beso se volvió apasionado y demandante. Se separaron un poco viéndose a los ojos – Sa… ¿Por qué…?
- Shhh… - Lo abrazo – Solo quería quitarme las ansias, enserio me estas volviendo loco sin esa respuesta, pero esperare… - Se separo y le dio un pequeño besito, un pico, y le sonrió tiernamente – Vamos que la cena ya estará lista – Y así salió de la habitación dejando desorientado al kitzune, quien reacciono volviéndose rojo por la vergüenza de lo recién acontecido. Agito su cabeza y salió de su cuarto.
Ya todos estaban en el comedor. Sasori, Menma y Kiba ponían la mesa, Deidara y Naruto servían los platos y Sasuke e Itachi los llevaban y colocaban los platos. Ya una vez listo todo se sentaron a disfrutar. La comida había empezado y hablaban de banalidades y reían.
- Las verduras tienen formas raras – Dijo Sasuke, sabiendo muy bien que su aniki y Sasori habían cortado estas. Los aludidos se tensaron y vieron mal al menor, el sonrió de lado.
- Ya teme, para mí está bien, la cena esta deliciosa – Decía el rubio muy feliz.
- Gracias Naru-chan, solo por eso, te ganaste ir al cine conmigo – Itachi hablo alegre por el comentario, sin saber que hizo sonrosar un poco a Naruto. Sasuke noto esto y frunció el seño, así que le piso el pie a su aniki de bajo de la mesa - ¡Ahh! – El azabache se paro.
- ¿Qué te pasa baka? ¿Por qué gritas en medio de la mesa? – Llego Deidara con una cestita de pan que coloco en el medio.
- Nada, nada, jeje – Se rasco la nuca y miro mal a su pequeño hermano que ahora mismo deseaba golpearlo.
- No es por nada pero ¿Por qué no te sientas y dejas de rascarte la nuca como bobo? – Sasori hablaba mientras comía su arroz y luego la salsa, abrió los ojos, estaba muy delicioso, más que cualquier otra cosa que haya comido.
- ¿Estás bien Saso? ¿No te gusta? – Pregunto el rubio mayor preocupado, aunque no del todo, conocía muy bien a su amigo y sabía que esa era su cara de asombro y conmovido.
- No, está bien – Pero este jamás iba a decirlo. Dei sonrió.
- Yo creo que esta delicioso. Deidara cocinas excelente – Dijo tranquilamente Sasuke, sin saber que por primera vez hace un comentario agradable a otro par. Todos lo miraban sorprendidos, menos Dei que sonreía con un sonrojo - ¿Qué?
- Nada, es solo que es sorprendente que tú, Ototo-baka, alagues a alguien – Dijo burlonamente. Sasuke le iba a propinar un buen golpe hasta…… Deidara lo había abrazado, sorprendiéndolo y haciéndolo sonrosar un poco por la pena, pero era un calor agradable.
- Gracias Sasu, me alegra que te gustara. Pero no cocine yo solo, ellos me ayudaron – Sasuke lo miro de reojo, diciéndole que “¿Enserio ayudaron con solo cortar verduras?”, pero o dejo ahí. El rubio mayor le acaricio la cabeza y se volvió a sentar en la silla al lado de Menma.
- Deja de abrazar al bastardo de Uchiha Sasuke… - Volteo el rostro - …Me pongo celoso, Hmph – Y le salió un pequeño sonrojo. Dei rio y abrazo de lado a su primo.
- Jaja, me alegro que alguien piense que mi Ototo es un baka bastardo, jaja – Se gano otro pisotón – Ay… me lleva la que me… - Se agacho al ser este pisotón más fuerte que el otro.
- Teme deja de patear a Itachi – Susurro el rubio menor al azabache menor. Este solo bufo y siguió comiendo.
- Déjalo Naruto, a él le encanta hacer esas cosas. Es muy terco – Dijo Kiba asintiendo a su comentario siendo acompañado por Naru, haciéndole salir al Uchiha menor una venita.
La comida pasaba sin contratiempos. Al poco llegaron Kaoi y Kabuto, Dei les sirvió y se sentaron a comer la delicia del ojiazul mayor. Era una cena feliz, tranquila y llena de amor y amistad y así después de la cena, llego la hora de partir de los invitados. Kaoi y Kabuto, después de ayudar a Dei a lavar los platos, se retiraron a su casa a dormir. Sasori, Sasuke e Itachi estaban retirándose.
- Nos vemos teme – Decía con una gran sonrisa. Sasu solo respondió “igual” y volteo su rostro algo sonrosado.
- Jeje, me alegra que compartieran con nosotros. Nos vemos otro día – Dijo feliz.
- Aja, la cena estuvo buena. Te agradecemos a ti Deidara – Dijo Itachi con una sonrisa ligera y por fin con algo de madurez, haciendo sacar una risita al rubio mayor.
- Nos vemos Dei, te vemos si es posible mañana. – Así, después de despedirse se subieron al taxi, ya que Itachi no trajo su auto, y se fueron. Sasuke miraba a través del vidrio y sonrió ligeramente. Le gustaba esa familia, le gustaba Naruto, le gustaba esa calidez en el pecho y ese sentimiento de alivio, en verdad, podía llegar a amar esta clase de vida. Eso era más o menos lo que también pensaban los mayores en el auto. Así que los tres llegaron a la casa Uchiha con una sonrisa. Al llegar Sasori se fue al cuarto donde dormía, estaba casado. En cambio Itachi se desplomo en el sillón y coloco su brazo sobre sus ojos, estaba muy agotado y no sabía por qué no salía de su cabeza la imagen de cierta persona y suspiro. Sasuke fue a la cocina por un vaso de jugo. Cuando cerró la heladera se paralizo al notar que no era el único en la cocina. Volteo lentamente su rostro y sin poder evitarlo abrió sus ojos enormemente y soltó el vaso dejándolo estallar en el piso. Itachi se alarmo por el ruido y corrió a la cocina donde estaba su hermano menor cerca de la heladera con el vidrio roto a un lado de él y estaba quieto.
- ¿Sasuke? ¿Qué pasa? ¿Qué paso? – Llego a su lado pero también freno su movimiento al ver quien estaba en la cocina con ellos.
- Ya veo, con que también estas aquí Itachi – Decía una voz mayor y gruesa. Los azabaches no lo podían creer ¿Qué hacia el ahí? Todo estaba tranquilo y bien ¿Por qué tenía que venir este sujeto?
- Pa…pa… padre. – Dijeron Sasuke e Itachi en un susurro.
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Eran como las 1 de la madrugada. Hacia algo de frio así que se podía ver el aliento de una persona con solo soplar. Había, en una esquina llena de papeles e iluminada por una luz de calle, una persona. Por su silueta era alta, llevaba sombrero y abrigo mientras fumaba un cigarro. Luego de unos minutos llego otra persona, igualmente vestida con sombrero y abrigo largo, pero sin fumar, esta se notaba que era más baja, casi la mitad del cuerpo del otro. Camino hasta el sujeto mayor quien le tendió un sobre, el más bajo lo abrió y leyó.
- Ya veo, así que ese es su golpe – Dijo con ironía la figura baja. El mayor exhalo el humo de su cigarrillo y miro al otro.
- Si, la verdad no me sorprende, siempre queriendo hacer esa clase de mierda – volviendo a fumar.
- Jeje, la verdad. Es tan molesto. No puede adelantársenos – Dijo serio. – Debemos apurar los movimientos y hacer esto rápido. – El otro mayor tiro la colilla del cigarro y miro al menor.
- ¿No crees que es cruel lo que haces? Es tu familia después de todo – Colocando sus manos en los bolsillos. El otro solo bufo y empezó a caminar – Ni sé que hago haciéndole caso a un mocoso – Rascándose la nuca – Repódenme. – El menor freno y volteo. La luz de la calle ahora que estaba un poco más lejos, le hacía por fin mostrar su rostro. Era un joven de piel clara, ojos grises y cabello negro – Responde ¿Lo sientes sí o no?... Menma – El joven volteo y sonrió maliciosamente.
- Mí querido Yahiko… por supuesto que no – Y así se fue del lugar dejando al mayor no muy seguro de sus palabras.
- Solo espero que nada salga mal. – Se subió a su moto, antes de encenderla miro a la nada y suspiro – Lo siento Deidara – Encendió la mato – Pero es necesario encargarnos de los monstruos – Y así partió por el camino oscuro y sucio.
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En un lugar cerrado y oscuro había personas que leían y veían fotos. En esas aparecían los dos rubios Uzumaki. Un hombre miraba esas fotos y golpeo las mesa.
- Maldición ¿Por qué es tan difícil eliminarlos? – Decía este.
- Señor… debemos dejar de esperar. Es mejor empezar con las cosas, ya paso un tiempo.
- Si… es verdad – El hombre se paró de la silla – Es hora, de darle fin a esto de una vez por todas. Y los hermanos Uzumakis, sabrán de lo que soy capaz – Y rio desjuiciadamente. - ¡¡Es hora de empezar con el final de todo!! – Y varios seguidores suyos aplaudieron a su señor, era eso o morir, pero estaban emocionados de ver sangre. Por fin, todo empezara para darle fin.
Continuará…