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Mi amado Brabucón por AnonimoHarui

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Notas del capitulo:

Ooolaaa gente bonita!!! Jejeje, adivenen que...

¡¡YA CONTESTE TODOS SUS COMENTARIOS!! XD :D

Asi que ahora puedo estar tranqui, jeje, Me encato saber que varios son de muchos lugares, de Perú- Nikaragua, de Mexico de muchos lugares n_n

La verdad es que ame sus comentarios, me hicieron reir llorar de todo, jeje

Ahora solo queda leer tranquis, por cierto, aqui aparecen personas muy valiosas para los rubios, y que parte de lo que dicen es sacado de el anime de verdad, sin mas...

A leer se ha dicho :D

Nos vemos abajo n_n/

Capitulo24. Las verdaderas verdades.

 

- ¡¡¡NNOOOOOOOOOOOO!!! – Gritaba Karin y Mikoto, los hombres quedaron de piedras al igual que los policías. Todo, absolutamente todo estaba en llamas. Se escucho una sirena, llegaban los bomberos y rápidamente empezaron a tirar agua a la edificación, por arriba, abajo al centro… eran tres mangueras.

Sus corazones estaban estrujados, no podían respirar y más de uno cayó al piso arrodillado o en cuatro asimilando lo que pasó y echándose la culpa dejando caer traicioneras lágrimas de sus rostros. Todos, estaban mal, menos uno, Gaara, quien abrazaba a su amigo Sai que estaba destrozado y largaba lagrimas en silencio y con vista perdida. El… no era que no sintiera nada, sabia como se sentían los demás, pero estaban exagerando, el sabia que ellos iban a salir, y no perdió tiempo en decirles lo que pensaba.

- Ya, cálmense – Todos, aunque aun en sus posiciones lo escucharon – Están exagerando – Más de uno se estaba levantando para darle una trompada al pelirrojo, pero Sai lo evito ganándose miradas de incertidumbre y aun llenas de dolor por las pérdidas de sus amigos – Solo digo que exageran – Otra vez querían golpearlo – Pero… creo que deberían tener más confianza pese a las circunstancias – Todos lo miraron – Son Naruto, su hermano y los Uchihas, creo que ellos pueden con todo pese a como se ven las cosas, y el hecho de dudar de ellos es ofensivo – Miro a su amigo Sai – Yo se que saldrán Sai, no te preocupes – Le sonrió sinceramente como solo podía con él, Sai abrazo a su amigo del alma y asintió confiando en sus palabras. Todos se sintieron un poco mejor, aun así estaban aun algo impacientes por ver que se cumplieran las palabras de Gaara.

- Vamos Naruto, Deidara, Uchihas, salgan – Decía Neji.

- Tienes que salir Sasuke, Naruto…- Decía Karin.

- Deben salir… Itachi, Deidara – Decía Suigetsu.

- Vamos, salgan de una vez. – Kiba estaba empeorando – Akamaru… ellos saldrán… ¿Verdad? – Su compañero emitió un ladrido que expresaba que también tenía duda, pero se mantenía a la esperanza.

- Vamos amigos – Pronuncio Shikamaru.

En eso otra explosión se hizo presente asustando a todos nuevamente, ahí otra vez querían perder las esperanzas, pero… entonces vieron unas sombras que venían, no que venían desde el interior, sino al lado de la construcción, eran 5, o eso creían ya que dos parecían cargar con algo. Los ojos de todos se abrieron de demencia y vieron que…. Eran ellos.

- ¡¡CHIICOOOOSS!! – Gritaron todos y empezaron a correr.

Sasuke había llegado a una zona segura del fuego que comenzaba a bajar por el agua de los bomberos, y deposito a Naruto en el césped ceso que había, Itachi hizo lo mismo dejando al rubio mayor al lado de su hermano. Yahiko, Menma y Hidan llegaron junto con ellos. Los Uchihas miraron mal a los tres, Yahiko miraba mal a Itachi, y Hidan no prestaba atención a nada, pero Sasuke fulminaba a Menma, este suspiro.

- Se, que piensan… pero no se equivoquen. Luego les explico – Saco su celular y marco y espero a ser atendido – Si, soy yo. Todo está ahora marchando, hay que seguir adelantando, luego te digo lo que debes hacer – Y así colgó.

- ¿Qué es lo que planeas bastardo? – Pronunció con odio.

- Que te dije que dejaras de pensar mal de mí – Miro a los rubios en el piso y sonrió – Yo jamás haría daño a mis primos – Y miro a los Uchihas serio – Pero ahora con todo esto, debo desaparecer unos días, así que cuídenlos, porque Orochimaru no el jefe, sino otro que no se los diré ahora, pero pronto y cuando lo tenga, lo acabare – Dijo con odio terrorífico haciendo tener piel de gallina a los Uchihas, debe tener mucho odio contra él.

- Pero…. ¿Por qué trabajas para él? – Aun serio.

- Porque…. Es mejor tener a los enemigos cerca – Sonrió – Y que mejor saber que planeara el enemigo, formando parte de él y sabotearlo por dentro – Sasuke comprendió, está siendo un agente en cubierto.

- Te arriesgas mucho – Dijo Itachi – Se arriesgan mucho – Viendo a Yahiko.

- Es algo que debemos hacer – Se acerca a Dei y a Naruto. Le acaricia los cabellos al menor y sonríe cariñosamente, luego a Deidara le acaricia el rostro – Lamento si te asuste Dei – Con una mirada llena de dulzura, iba a darle un beso en la mejilla, Itachi dio un brinco al advertir la acción del naranjudo y lo detuvo antes de que lo consiguiera, el ojimiel lo miro molesto pero serio.

- Ni te atrevas – Siseo molesto y más que nada a la defensiva de que tocara a Deidi de esa manera. Yahiko se aparto y dijo.

- Aun así no sé porque interfieres, tú tienes a Sasori ¿No? – El Uchiha mayor dio un brinco por eso. – Bueno luego hablamos de eso – Se paro bien y fue con Menma y Hidan. – Vamos, antes de que los oficiales lleguen – Viendo que estaban corriendo hacia ellos.

- Si, les mantendré en contacto – Dijo Menma – Hidan, Yahiko – Los nombrados asintieron y desaparecieron entre las luminosidades de las llamas. Sasuke e Itachi se miraron y suspiraron, sí que eso fue algo extremo y demente, pero habían salido vivos.

- ¡¡Sasuke!! – Oyó desde atrás y Karin le abrazo - ¡Idiota, no asustes a todos! Me alegra que tu hermano también este bien – Se separo y sonrió al mayor que le correspondió, la pelirroja luego se asusto – ¿Y Naruto y Deidara? – Sasuke los apunto en el césped, la chica se le cayeron más lagrimas, pero no fue a abrazarlos, solo se cubrió la boca, sintiéndose feliz y aliviada.

- Por dios – Shikamaru tomo su frente y sonrió tratando que las lagrimas no salieran mas, pero estaba feliz – Esto sí que fue un problema muy fastidioso – Aun muy feliz.

- ¡Me alegra que estén bien arriesgados! – Se burlo Suigetsu, aunque estaba muy feliz de ver a todos bien.

- Si ¿No estás contento Akamaru? – Dijo limpiándose las lágrimas del rostro y sonriendo a su compañero fiel que le contesto con un ladrido feliz.

- Estoy… tan aliviado… mama también lo estará – Decía Kabuto sacándose los lentes y con sus dedos índice y pulgar restregó sus ojos limpiando las lagrimas que salieron antes.

- ¿Ves? Te dije que iban a estar bien – Pronuncio Gaara con una sonrisa que casi nunca se veían, Sai le miro y le sonrió.

- Si, siempre tienes la razón Gaara – Y apoyo su mano en el hombro de Kabuto para transmitirle más alivio, cosa que funciono y le saco otra sonrisa al peliplateado.

En ese instante llegaron varias cámaras queriendo entrevistar a los que salieron de ese edificio del infierno, pero fueron interceptados por los bomberos y policías diciendo que los dejaran tranquilos. En ese llego una ambulancia, dispuesto a llevar a los heridos al hospital. Primero se llevaron a Naruto y Deidara que estaban inconscientes y a los Uchihas que estaban tosiendo por tanto humo inhalado. A los cuatro les pusieron mascarillas y los recostaron en las camillas, solo ahí los hermanos azabaches se dieron cuentan de lo cansados que estaban y empezaron a cerrar los ojos, pero antes de eso, ambos, notaron como sus padres se acercaban, al principio pensaron que era una alucinación, pero…

- ¡¡¡Hijos!!! – Su madre se coloco en medio de ambas camillas.

- Señora, por favor, luego puede verlos, ahora debemos llevarlos a urgencias – La mujer acepto muy afligida, se reunió con su marido que estaba igual de preocupado viendo como se llevaban a sus hijos.

- Estarán bien… - La mujer lo miro – Después de todo, son Uchihas, son fuertes y su orgullo no dejara vencerse tan fácil – La peligra sonrió algo mejor – Vamos, tenemos que ir al hospital a llenar de seguro los formularios. Sin más fueron a su auto – Gracias oficial Hakami – Le hablo a su amigo de años.

- No favor, fue un placer ayudarte y también agradecerte que me llamaras, este caso lo resolveremos, descuida – Dijo el hombre. – Solo descansa y cuida a tu familia – Poniendo una mano en el hombro de Fugaku, este asintió. – Nos vemos Fugaku.

- Adiós… Juzo – Y se subió en su auto y emprendió.

************

Despertó viendo una luz blanca en su rostro, no, no una luz, sino una luminosidad que no lo dejaba ver bien, pero poco a poco su vista se fue aclarando. Se vio en una habitación celeste pastel con decoración de madera, un ropero divido en dos partes, para él y su compañero o lo que sea, una tele grande en un estante fuerte, una mesita en medio de las cama que era un velador y en frente otra mesita que en ella había una jarra con limonada, una hielera hermética y unos vasos y copas, por la decoración y la cama donde estaba, se notaba que era un habitación muy cara, pero… ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? ¿Por qué no recordaba…? De pronto una serie de imágenes bombardearon su mente haciéndole tener una jaqueca y sentarse de repente, logrando que le dolieran algunos moretones que tenia y emitiendo un hipado de dolor y queja.

- Deberías ser más cuidadoso bobo – Naruto abrió los ojos y miro a su lado, en la cama de al lado estaba su hermano sonriendo con cariño y burla – Hola hermanito – Naruto miro a su hermano y sus ojos se aguaron, quería levantarse y abrazar a su nii-chan, pero Deidara adivino sus intenciones y se adelanto – No te levantes, estas débil, igual que yo, sin mencionar que mi mano está vendada por el golpe a la caja fuerte sueros – Ahí Naruto noto el suero que tenia conectado, empalideció – Se que no te gustan las agujas ¡Pero no pienses en eso! Está bien, nos la quitan hoy.

- Onii-chan ¿Dónde estamos? ¿Qué paso con Itachi y Sasuke? ¡¿Dónde están Menma y Yahiko?! – Dei se sentó delicadamente y vio a su hermano.

- Estamos en el hospital Takebuka, estamos aquí… más o menos tres días, y recién yo me levante ayer a la noche. Sasuke e Itachi salieron ayer del hospital, deben estar en su casa, no sé, ellos estaban en mejores condiciones que nosotros y Menma y Yahiko… - Miro abajo – No lo sé. No sé qué paso con ellos. – Naruto noto la tristeza en sus ojos, ahora más quería levantarse e ir a abrazarlo, ya que él también lo necesitaba, en verdad. Ibo ademan de querer levantarse pero… - No, Naruto, estas débil y yo igual… quédate ahí, luego nos abrazaremos como si no hubiese un mañana – Naruto asintió y volvió a recostarse.

- En verdad me siento cansado… tengo sed y hambre-ttebayo – Se quejo en un puchero, Dei sonrió, al menos estaba empezando ser el mismo. – Dei-nichan ¿Cuánto estaremos aquí? – Mirando con pesadez a la ventana con un puchero como un niño malhumorado – No sé tú, pero yo estoy harto de los hospitales-ttebayo – Y emitió cascadas de tristeza exagerada.

- Deja de quejarte enorme bebe – Se burlo de su tontera.

- ¡Onii-chan está siendo malo-ttebayo! Solo quiero irme a casa, comer toneladas de ramen y estar por lo menos un día tranquilo de la vida – Dijo serio, pensando en todo lo que había pasado. Dei lo entendió y extendió su mano todo lo que podía, Naruto lo miro e imito el gesto, uniendo aunque sea los dedos apenas entrelazándolos. Se sonrieron.

- Te prometo… que pronto esto terminara y que volveremos a ser como antes… bueno tal vez, ya que hemos conocido a varios amigos, pero será más divertido – Rio y Naruto también.

- Solo espero que esos amigos no terminen sacándome canas verdes – Ambos riendo.  En ese entonces la puerta se abrió.

- Vaya, es bueno verte de nuevo pero no en estas circunstancias ¿Cómo se encuentran los dos hoy? – Entro el doctor que había atendido varias veces a Naruto, pese que trabajaba en un hospital medio y publico, era llamado para hacer trabajos en hospitales de alto calibre, aceptaba de acuerdo a los accidentes, pero al enterarse que era el rubio que siempre atendió y su hermano quien recordaba ya que hace mucho el lo iba a ver cuando él o su hermano estaba enfermo no podía negarse.

- ¡Doctor Herzui! – Dijeron los dos rubios al mismo tiempo felices de ver al hombre mayor entrar con esa sonrisa.

- Jeje… - Se acerco a Dei y empezó a revisarle su temperatura, tomo su presión y reviso su suero, sin mencionar que le extrajo sangre haciendo que Naru se desmayara un segundo por la impresión. Eso aprovecho el doctor para sacarle sangre a él sin que lo notara – Guardemos esto en secreto de él – Haciendo un gesto de silencio con la muestra de sangre del rubio menor, y Dei rio por lo bajo al pensar el infarto que su hermanito se llevaría si se enterara. – Bien, están ambos en perfecto estado, les avisare que les traigan el almuerzo y les quiten el suero – Dei asintió.

- ¿Nos darán el alta Doc? – El hombre mayor miro sus apuntes y sonrió.

- No – A Deidara se le cayó una gotita, el  hombre mayor sonrió – Deben están en control hoy, pero mañana, tengan por seguros que estarán en sus casa – Naruto y Dei sonrieron felices, no iban a estar muchos, bueno, al menos conscientemente, ya que han estado dormidos durante unos días, en eso a Naru se le vino ganas de…

- ¡Quiero ir al baño-ttebayo! – Dei se llevo la mano a la frente y negó con la cabeza gacha balbuceando “Ay, dame fuerza Kami” y el médico rio, ese chico no cambiaba pese los años - ¡Que me quiten el suero! – Se quejo un poco, en verdad, tres días sin ir al baño… Bueno no tenía tantas ganas, y no quería saber la razón que sabía que era vergonzosa, pero ahora quería ir, y esos malditos cables no le iban a dejar.

- Ya, ya… mira, ahí vienen a dejarte el almuerzo y quitarte el suero – Dijo el hombre mayor de cabello canoso al ver que una enfermeras venían a llevar a cabo lo que se ordenó. – Bueno, me retiro, luego los veo – Y saludo a los dos rubios revolviendo sus cabellos – Por cierto, cuando estén libres de conectores… vallan a la habitación 458 de este piso, es el niño que trajo Sasuke Uchiha, visítenlo – Y sin más se fue, dejando algo dudosos y sorprendidos a los rubios.

- Bien, a quitarles las vías – Y así las enfermeras empezaron. Naruto había olvidado el detalle que Sasuke había rescatado a un doncel ¿Debía ir a verlo? ¡¿Pero qué estaba pensando?! ¡Claro que iría a verlo! Pobre, de seguro él había sufrido cosas horrendas, perores que ellos que no les hicieron nada ya que lograron salir, no, iba a ir y punto. Cuando salió de sus pensamientos se dio cuenta que ya las enfermeras no estaban, que las vías igual y que su hermano comía de lo más tranquilo, es más, ya casi terminaba ¡¿Pero cuanto tiempo estuvo ensimismado?!

- Ah, ya reaccionaste, vaya… - Comiendo un pedazo de galleta salada – No sé qué te tenía tan pensativo, pero como ves, ya paso mucho – Y tomo su limonada – Es más, me siento renovado, voy a ver a ese tal niño, de seguro se siente solo – Empezando a levantarse.

- ¡Ey! No es justo-ttebayo – Dijo con un puchero. Pero pronto empezó a engullir su comida.

- Me daré un baño primero, no te atragantes, come bien – Reprochándolo al ver que se tiraba todo a la boca y se daba golpecitos en el pecho para que la comida pasara y no se atragante, mientras el sacaba toallas y la bata del ropero – Ahora vuelo – Aunque con todo… decidió que se daría una larga, larga ducha, cuál fue su sorpresa al ver también una tina, en verdad era un cuarto de lujo. Decidido, se daría una ducha y luego y largo y relajante baño, si eso haría, sin más entro.

Naruto por otra parte quería terminar para ir a ver a ese doncel, quería ver si estaba bien… se le hacia un nudo en el estomago al pensar en todo lo que pudo haber pasado mientras él y su hermano habían salido el mismo día, o noche, o lo que sea, pero sin ser torturados. No, debía ver quién era. Al terminar de comer, o tragar mejor dicho, se levanto, sintió pequeños dolores musculares, nada que no sanara en unas noches de sueño y entro al baño sin hacer ruido, su hermano se duchaba, menos mal que había cortinas, se lavo la cara, los dientes con los cepillos desechables que había y salió. Camino por el pasillo mirando cada puerta hasta hallar la del chico, la 458. Se paro ante aquella puerta y trago duro, esperaba poder verlo… ¿Cómo será? No, no debería preguntarse eso ahora, la pregunta era ¿Cómo esta? Y esperaba que bien. Sin más abrió la puerta lentamente y se adentro. Miro a su alrededor, el cuarto era celeste pastel, con nubecitas pintadas, eso le hizo sonreír, había muebles muy bonitos y acogedores como en el suyo y la cama era solo una y estaba vacía, seguro que salió al baño o algo y al parecer no tenia compañera, creyó que así era mejor, de seguro estaría muy incomodo y mal si un extraño está con él, pero… la habitación era muy infantil ¿Por qué? Eso podía significar…

- ¡Ah! – Un pequeñito gritillo se oyó tras él, el rubio ya estaba en el centro del cuarto, y lo hizo voltearse. Naruto abrió enormemente los ojos, frente a él había un niño de más o menos 8 años. Un golpe muy frio y lleno de coraje se presento en el. Ese era el niño que rescato Sasuke, una criatura solamente, que se notaba algo débil y tenia pequeños hematomas que ya estaban desapareciendo, pero que debieron ser muy duros. Sintió que debió haberle roto la cara en el momento que quedo inconsciente en el piso a la serpiente esa de Orochimaru, pero debía tranquilizarse, de nada servía mostrar tanto enfado viendo que ese pequeño estaba asustado de que haya un extraño en su habitación, debe estar aun desconfiado de todos, no lo culpaba. Sonrió con calidez y se sentó en cuclillas.

- Hola amiguito, espero no haberte asustado – Sonrió mas, haciendo que el niño se relajara un poco – Mi nombre es ¡Naruto Uzumaki-ttebayo! – El niño sonrió por la muelita que tenia, Naruto sonrió al verle sonreír. Ese niño era un poco más chico de lo normal de uno de 9 años, eso desvió ser por la mala alimentación, se enojo por eso pero trato de calmarse.  Tenía ojos marrones claros y grandes, cabello castaño obscuro y piel un poco más morena que la de Sasuke. Era un lindo chico, que estaba asustado y está solo. Su corazón se estrujo al pensar eso y llevo su mano hasta la cabeza del menor, noto como el chico se estremeció, sonrió con cariño para que no temiera y acaricio su cabeza – No te asustes, no voy a hacerte nada ¿Sabes? Entre aquí nos, yo soy un doncel – El niño abrió los ojos no creyéndoselo, pero luego…

- ¿Cómo yo? – Naruto sonrió, ya hablaba, eso era algo.

- Sip. – Dijo con carita sonriente de niño, haciendo sonreír al niño - ¿Cómo te llamas?

- Kenta Jiokoshi, tengo 9 años – Naruto sonrió, ahora estaba un poco más confiado. Se sentía feliz.

- Tu… - Miro al niño, se notaba que quería preguntarle algo. Le hizo entender con un gesto que podía decirlo, el niño asintió y prosiguió - ¿Sabes algo de esas chicas que venían a verme? No es que me molestaran, pero… temía que me hicieran mal… yo me hacia el dormido cuando estaban, y por eso no podía ver a Sasuke-san que también estaña con ellas – Naruto sonrió enternecido. Estaba asustado y por eso no quería que ni Kaoi ni Hinata se acercaran, sabia del porque podía confiar en Sasuke, después de todo lo salvo, y le daba gracia que le nombrara tan formal.

- Si, una debe ser Kaoi ¿Es una chica de cabellos castaños claros, ondulados, ojos igual que su cabello, piel blanca y muy linda? – El chico asintió – Entonces no desconfíes de ella, es cariñosa, amable, protectora y divertida, es genial – Rio con ganas, el niño sonrió mas – Es como una madre, una madre para todos… ella me ha cuidado desde que era pequeño, casi tu edad. Así que puedes confiar en ella ¿Si? – Se inclino para ver si estaba de acuerdo.

- Hai – Dijo abiertamente y sonriendo, ya estaba confiado con él, eso le parecía grandioso. – La otra chica era de piel blanca, cabello largo y azulado, ojos perlas y también muy linda. – Naruto sonrió más.

- Ella es Hinata, es dulce, amable, cálida y muy suave en carácter y modo de ser. Ella también es una persona en quien confiar, así que puedes estar tranquilo – El niño sonrió feliz.

- Naruto-san…

- ¿Moo?… No, dime Naruto, Naru o como sea, menos san y kun, me harás sentir viejo y que no confías mucho en mi – Se llevo la mano al mentón – Aunque tampoco puede decirte nada, es normal… pero… aun así creo… - Una idea paso por su cabeza que se le borro y se confundió y eso se notaba en sus expresiones, eran graciosa, hacían al niño sonreír y que una gotita cayera de su sien, luego de es Naru miro al niño - ¿De qué hablábamos? – Dijo confuso. El castaño rio y Naru le acompaño. Sus risas se callaron al oír que alguien entraba, el niño se estremeció un poco y se escondió tras Naruto, este sonrió enternecido, le acaricio los cabellos y sonrió al quien acababa de entrar. – Hola onii-chan. Tardaste mucho – Reprocho en un puchero – Ya pensaba que te fuiste por el inodoro – Con sonrisa burlona.

- ¡No digas esas tonterías! – Dijo algo avergonzado de que dijera eso - ¿Por qué tienes que decir esas cosas en frente de alguien? – Rascándose la cabeza.

- Jaja, no te enojes nii-chan – Se calló y delicadamente puso a Kenta frente a él – El es Kenta hermano. Kenta el es mi hermano mayor Deidara. Es una persona, amable, cariñosa, sobre-protectora, graciosa, explosiva, es enojón, le apasiona el arte, y es un gritón – Dijo con gracias.

- Deja de dar malos rasgos de mi hermanito – Se quejo con reproche y cruzando los brazos, el niño rio por debajo.

- Pero mi nii-chan, también es muy bueno, y siempre, siempre, te va a ayudar cuando lo necesites – Miro al niño con ternura al hablar de su hermano – Así que puedes confiar en él – El chico vio se brillo en los ojos del rubio menor y supo que si podía confiar en ambos, ya que volteo a ver al mayor, noto que también tenía una sonrisa cálida y una mirada cariñosa con Naruto. Sonrió, estas personas eran confiables y podía estar tranquilo con ellos. El castaño camino unos pasos a Deidara y lo miro con una sonrisa.

- Hola, mi nombre es Kenta Jiokoshi, mucho gusto – Dei sonrió enternecido, se arrodillo y abrazo al niño quien se sorprendió por la acción, pero aun así no lo aparto, y se relajo al sentir como Dei acariciaba delicadamente y lleno de ternura su cabello, podría hasta dormirse, esos días en el hospital las paso muy solo y se sentía desolado.

- Es un gusto Kenta, eres un doncel tan lindo y tierno – Dijo con cariño y con una sonrisa haciendo apenar al chico, pero sintiéndose cálido.

- Nii-chan, no asustes Kenta-ttebayo – Dijo con fingido reproche.

- ¡Cállate baka!

- ¡Y luego dices que yo digo cosas malas frente a menores! – Regañándolo por la palabra. Kenta reía en brazos de Deidara, se sentía… por primera vez, cálido y feliz.

************

Estaba muy preocupado, habría querido salir de su casa más temprano a ver a sus amigos, pero el molesto de su hermano no lo dejo, ya que como había pasado mucho en vela, dijo que debía descansar, ni el mismo se dio cuenta que estaba cansado y que durmió hasta estas horas de la tarde, de seguro que los demás estaban ahí. Se reprendió, pero golpearía a Itachi después, ya que el malo de su aniki se había ido sin él, definitivamente le iba a cortar la cabeza. Fueron cuatro días sin ver a Kenta, en verdad lo había descuidado pero es que se había apegado mucho a ese niño y no podía dejarlo. Aun recordó cuando lo vio, tan asustado y débil, cuando le tomo la mano para salir de ahí, suave pero con heridas, cuando lo cargo, frágil y ligero. Todo eso quedo en su mente, en su cuerpo, en su corazón. Simplemente le había tomado cariño, como un hermanito pequeño, y así lo iba a cuidar siempre. Lo que el azabache no se dio cuenta es que se había olvidado un poco a los rubios, mas a Naruto. Con todo esto de Kenta, de Menma y eso, se paso por alto a su rubio, aunque como aun no se daba cuenta, era solo cuestión de esperar hasta que la bomba caiga.

Llego al hospital y fue directo a la habitación de Kenta, lo que le pareció extraño era no ver a nadie ahí, se asusto de que algo le pasara al chico, así que fue a preguntar a la secretaria, quien le dijo su ubicación y este fue corriendo hacia ella.

Se veía a varias personas. Casi todas, estaban Karin, Hinata y Kaoi tomando té y comiendo galletitas en una mesita con sombrilla en la terraza, mientras que Kiba jugaba con su perro Akamaru quien lo dejaron entrar con la condición que se quedara en la terraza, y con Kenta que estaba sobre el lomo de este riendo feliz. Naruto, Deidara, Itachi, Shikamaru, Chouji y Neji estaban jugando a las cartas en el piso de la terraza, donde había sombra y un hermoso y fresco viento, Sai estaba atrás de Naruto viendo su jugada, riéndose por las decisiones que tomaba, y sorprendido de cómo su mano dio un giro total, pero el rubio no tenía ni idea de lo que hacía. Gaara leía un libro en la esquina bien tranquilo, de vez en cuando viendo a los que jugaban con cartas y exclamaban sus pérdidas o victorias en especial al perezoso de Shikamaru, sonrió al ver la poca importancia le daba a perder o ganar. Kabuto se fue a comprar unos refrescos así que por ahora no estaba ahí, pero el sonido de la estrepitosa puerta abriéndose llamo la atención de todos, todos se preguntaban ¿Por qué Sasuke se veía tan cansado y agitado? ¿Había corrido hasta acá? Naruto se levanto e iba esta él

- Oye teme ¿Qué te pasa? ¿Por qué estas…? ¡Wuaaa! – Sasuke pasó a su lado como rayo y fue hasta Kiba y Akamaru que jugaban con Kenta, este al ver al moreno sonrió.

- ¡Sasuke-san! – Bajando del perro blanco para ir a correr a abrazar al nombrado quien lo tomo fuerte aliviado de que estuviera bien. - ¿Por qué te ves mal? – Sonrió por lo directo de la pregunta.

- Vengo… Es que me apure en ver que estabas bien – Le acaricio los cabellos – Me alegra que si lo estés – El niño sonrió mas, le agradaba que Sasuke esté ahí, el moreno le agradaba, le caía muy bien.

- Mira Sasuke-san – Fue hasta a Akamaru – Un perrote – Dijo feliz - ¿No es grandote? Es muy lindo – Acariciaba al animal y este le lamio la cara haciendo reír al castaño.

- Si, grande – Sasuke solo tenía ojos para Kenta, no notaba que todos lo veían con cara de desconcierto al verlo tan… ¿Paternal…o fraternal? No sabían, pero era raro verlo muy cálido.

- Hola Sasuke – Kaoi se acerco al nombrado, quien reacciono que había mucha gente, carraspeo volviendo a esa pose de señor frio. Kaoi rio por de bajo - ¿Nos acompañas? – El Uchiha solo encogió los hombros con desinterés.

- Deja de hacerte el frio Ototo, que ya nadie te cree – Se burlaba Itachi recibiendo una mirada fría y enojada de Sasuke.

- I-TA-CHI – Con voz muy grave y macabra - ¿Así que te fuiste sin avísame? – Sonrió torcidamente, Itachi trago saliva, Dei lo miraba y sonrió cómplice a lo que se que Sasuke le hiciera a Itachi, con los brazos cruzados viendo la linda escena. – Ven aquí – Itachi miro su reloj.

- A… miren la hora. Debo irme a trabajar – Y así saludo a todos agitando la mano y hecho a correr como ráfaga haciendo gran giros a su hermanito quien al recuperar el equilibrio salió volando tras él - ¡No te escaparas imbécil!

Todos veían esa escena de lo más graciosa, pero cierto rubio sintió algo en su pecho. Sasuke no le dirigió ni siguiera una mirada ¿Acaso estaba enojado con él? no, solo se había preocupado por Kenta, eso debió ser…si… no es que se haya olvidado de él y de Deidara u otro ¿Verdad? Trato de sacar esa idea de la cabeza.

- ¿Estás bien? – Gaara se le situó al lado al ver al rubio tan pensativo y algo decaído.

- ¿Ah? Sí, estoy bien – Sonrió forzosamente, Gaara sabía que mentía, pero no iba a presionarlo a hablar.

- Ok. Cuando quieras hablar, dime – Y así se fue hasta su lugar de antes, Naruto miro al pelirrojo y sonrió por saber que estaba siendo atento pese su naturaleza indiferente. Aun así… estaba seguro que lo que Sasuke hacia no era para mayores…….. ¿Verdad?

************

Veía papeles y papeles amontonados en su escritorio, hace días que había tratado de indagar en la duda de ¿Quién era el que incendio ese edificio? ¿Por qué secuestro a los hijos de Fugaku? ¿Y qué hacían adolecentes ahí, así como así, viendo ese espectáculo esperando algo? La verdad eran muchas cosas, pero se dijo a si mismo que no hablaría con los testigos hasta pasados por lo menos dos semanas, pero ya había pasado una y se estaba volviendo loco ¿Quién empieza a investigar un caso por el medio? Debía hacerse bien desde el principio y no podía estar emitiendo sucesos o detalles importantes, debía hablar con los hermanos Uchiha y con los Uzumakis, que no pudo verlos ya que se los llevó la ambulancia. Se paro, hace ya mucho que estaba sentado sin resolver nada, pero bueno esas cosas las iba a ver luego.

Camino hasta la máquina de café, pero se lo reconsidero y fue hasta la mini-nevera a sacar una lata de Coca-Cola, ya que tenía mucha sed, pero también se lo reconsidero y la volvió a guardar, en cambio, solo se sirvió un vaso de agua helada con cubos de hilo que hacían deslizar del vaso de vidrio las gotas de agua. Fue hasta la ventana y tomo el agua, estaba deliciosa y le apago la sed, pero gracias a esto le hizo recordar que antes en su vida no era bueno tomando buenas decisiones, es más, a veces dejaban que otros lo hicieran por él. Se reprendió por haber sido así, ya que eso, en el pasado, le costó mucho… demasiado. Recordó entonces que hace poco pudo verla, se veía igual de hermosa que siempre, incluso más ya que se había cortado el cabello, definitivamente… la extrañaba y la seguía amando.

- … - Suspiro – Kaoi… - Susurro. En verdad esa mujer había cambiado su vida, la vida que tuvo y considero un infierno que ella convierto en paz y felicidad, pero otra vez por su maltica culpa la jodió todo. Dejo que todo se fuera a la misma mierda…. Su amada, su futuro con ella, su vida feliz y su futuro hijo. – Si lo hubiera sabido yo… - Y golpeo la frente recordando esos días, esas noches, ese día, que termino en esa noche… todo un completo desastre que solo el termino perdiendo y quedo solo y triste.

Volvió a sentarse en su silla frente a su escritorio, ya eran las 23:09 de la noche ¿Por qué no ir a casa a dormir un poco? Después de todo ya había trabajado demasiado y le vendría bien un corto sueño en su casa… solo.

Se paro y empezó a acomodar sus cosas. Los papeles en las papeleras, en los archiveros, en sus cajones. Guardo cajas, fotos, y varias cosas de oficina como engrapadora, regla, bolígrafos, todo. Cuando termino de ordenar tomo su saco, sus portafolios y empezó a caminar por el sector de los departamentos del edificio. Estaba por salir, vio entonces que la secretaria de entrada también se iba, pero iba después que el, además ya tenía un taxi en la puerta.

- Buenas noches Humira – Saludando a la mujer de cabellera negra con toques verdes.

- ¿Ya se va? Que descanse Sr. Juzo Hakami – El nombrado hizo un gesto con la mano y salió. Ya que pronto iría a entrevistar a los testigos si quería resolver ese misterio y debía hacerlo…. Rápido.

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Ya estaba más que molesto, no solo por el hecho de ver a su hermanito muy triste y que este diga que no pasaba nada, era obvio que estaba triste, después de todo de seguro se sentía olvidado, pero bueno, si Sasuke lo dejo de lado por Kenta, no podía hacer nada, ya que ese niño necesitaba de mucho cariño. Así que se acerco a su pequeño rayito de sol y le dijo con una sonrisa.

- Ne, Naruto ¿Quieres ir conmigo e Itachi a pasear? – El rubio menor miro a su hermano con brillito en sus ojos, era de esperarse, a Naruto le gustaba Itachi ¿Verdad? Otra vez esa presión invadió su pecho pero Dei la ignoro y siguió con su plan de sacar una sonrisa a su hermanito, lo estaba consiguiendo.

- ¿En serio onii-chan? – Con una verdadera y sincera sonrisa, Dei asintió. - ¡Si! Iré a arreglarme – Y salió corriendo al baño.

- ¡Pero apúrate, Itachi estará aquí pronto! – Hace ya una semana que volvieron del hospital, la verdad Dei no se sacaba de la cabeza ese video, y esperaba que esta vez Itachi se lo diera y si volvía a decir la estúpida excusa de “Me olvide” Lo arrastraría del cabello hasta su misma casa y le obligaría a buscarlo. En eso sonó la puerta, fue a abrir.

- Hola Deidara – Dei iba a replicar el video, pero al ver al Uchiha tan serio le preocupo. Lo hizo pasar y este se sentó en sofá, el rubio mayor lo siguió, quedaron así un par de minutos. – Traje el video – Dei lo miro con los ojos bien grandes. Itachi le tendió la cinta – Puedes verlo, yo no lo vi, pero…. Me asusta que puede estar en su contenido y que te perturbe… a Naruto… y a ti – Agachando su rostro, el decía la verdad, ¿Quién sabía lo que la retorcida mente de Orochimaru guardaba en esa cinta de video? Dei le sonrió.

- Gracias Itachi – El nombrado lo miro – Esto es importante para mí y para Naruto, lo necesitamos y si Orochimaru lo escondía de nosotros y todos, debe ser algo muy importante – Y sin más… se paro y coloco la cinta en el reproductor de video VHS.

- Oni-chan ya estoy… - El rubio bajaba y se dirigió a su hermano con una sonrisa, pero al ver al que lo acompañaba – ¿Oh? ¡Itachi! – Y fue hasta este - ¿Cómo estás? – El azabache sonrió tristemente, Naru lo noto.

- Bien… pero… - Miro hacia donde estaba Deidara poniendo el video. Naruto pregunto con la mirada a su hermano que hacía, y este le respondió con una mirada seria, tardo unos segundo pero… comprendió… Orochimaru. Sabía que iba a poner ese video… aunque sabía que iba a pasar algo pero… iba a enfrentarlo. Naruto se sentó en el medio del sillón.

- Adelante Deidara – Dijo Naruto serio, Dei supo que estaba en verdad tensado, asustado y hasta nervioso, y lo camuflaba con esa agobiante seriedad. Dei se sentó al lado izquierdo de su hermano y pulso play.

Se veía una pantalla azul que empezaba a tener rayas de colores, signo de ser prendida. Cuando el video comenzó a reproducir lo primero que se vio era un cuarto blanco con toques rojos, la luz que entraba de seguro de alguna ventana y algunos muebles como un velador, una cama matrimonial y en la ventanas lindas cortinas azules claras transparentes. Naruto y Deidara reconocieron esa habitación…. La habitación de sus padres, lograron retener el pequeño suspirado de nostalgia y emoción… pero había algo raro ¿Qué era…?.......................  Ahora si querían morir… se notaba que alguien quería enfocar bien la cámara y acomodarla en un buen lugar, y cuando la cámara se movió buscando un buen sitio… apareció una cabellera rubia y un ojo celeste. Ahora si empezó el video.

“Había un hombre que trataba de enfocar bien la cámara, la miraba, miraba el sitio, a veces sacaba la lengua por las puntas de sus labios y fruncía el seño al ver que no quedaba como quería.

- ¡Minato! ¿Podrías dejar la cámara quita de una vez? – El rubio saco su cara de la cámara haciéndose a un lado, dejando ver solo un lado de su cadera, pero apareciendo a la vista, sentada en el borde de la cama a una mujer bella de cabello largo y rojo que miraba al nombrado con el seño fruncido en un gesto de reproche y con los brazos cruzados.

- Pero mi amor, trato que quede en un buen ángulo para el video – Gimoteo exageradamente como era su costumbre, recibiendo un zape de su mujer.

- ¡Tonto! – Minato se sobo la zona golpeada. La mujer suspiro y miro a su esposo – Hagamos esto rápido Minato – El hombre miro a su mujer y se puso algo serio pero sonrió y se incorporo para sentarse al lado de su esposa.

- Estará bien – La beso en la cabeza – Veras que todo estará bien – y la abrazo cariñosamente rodeándole el hombro y apoyándola en su pecho. La mujer le tomo la mano.

- Tengo miedo – Se alcanzo a oír ya que lo había susurrado. Minato la volvió a besar en la cabeza y la abrazó más.

- Lo sé, pero debemos hacerlo – La mujer se separo y asintió con una bella sonrisa.

 – Bien… ¿Quieres empezar? – La chica negó, al parecer tenía un nudo en la garganta que no le dejaba hablar y estaba al borde de las lágrimas. El ojiceleste se las limpio con el dedo pulgar y le sonrió – Empiezo yo entonces – La pelirroja acepto y se recargo en su pecho, pero luego se paro y salió de la toma, por la cara de Minato se supo que ella seguía ahí, pero tras la cámara siendo camarógrafa. El hombre sonrió, respiro profundo y exhalo el aire para mirar directo a la cámara y sonreír solo como el sabia hacerlo – Hola pequeños… bueno no sé si serán pequeños ya deben estar grandes, pero son mis hijos y acuérdense que siempre serán mis pequeños, jeje – Volvió a sonreír a la cámara, pero había esta vez como tristeza – Seguro se preguntaran ¿Qué es esto? ¿Por qué nos fuimos o no? esas cosas, pero deben saber varias circunstancias   para entender mejor lo que pasa – Suspiro – Miren, hace mucho, un hombre lleno de poder y riqueza escapo de ese mundo, al estar harto de que cada día decidieran por su vida, así que huyo lejos muy lejos, y se instalo en un departamento en una hermosa y progresiva cuidad. Ahí empezó a trabajar y así a comprender el significado del esfuerzo y la dignidad, además de varias cosas que jamás le enseñaron y estaba muy feliz. Conoció a alguien, esa persona era agresiva, algo enojona, muy mandante, testaruda y terca – Se oyó un carraspeó por detrás y Minato sonrió nerviosamente, pero luego volvió a sonreír con nostalgia y tristeza – Pero también, esa persona era tierna, amable, cariñosa, muy inteligente, fuerte y tenaz, esa persona no se rendía ante nada, y siempre trataba de superarse, esa persona le enseño lo que en verdad significa superarse a sí mismo al máximo pese todas la cosas y a las personas que te digan lo contrario… - Sonrió mas – Le enseño valor, firmeza y más que nada… le enseño a amar de una manera que jamás creyó conocer – Cerro los ojos y miro al frente con una hermosa y resplandeciente sonrisa que mostraba lo sinceras de sus palabras, la cámara tembló, Minato vio a la camarógrafa y la tranquilizo con un asentimiento, miro directo a la cámara para continuar el relato – Esas dos personas se unieron, pero que una al principio no quería y lastimaba de manera física al pobre sujeto que solo quería mostrar su amor, ejem… bueno y compartieron sus vidas. Fue duro, pero ante las bajas y altas, se supieron apoyar y poco después contrajeron matrimonio. Ahí es cuando algo malo paso, las personas que controlaban la vida del hombre regresaron a querer separarlo de su amor y de esa vida que tanto llego a amar y apreciar. Pero peleo, juntos pelearon para que no fuera así, y lo consiguieron, y la vida le recompensó con el primer fruto de su amor. Amaron a su bebe más que nada, y ahora compartían el amor de ser padres. Ahí otra vez se complico, los malos volvieron para llevarse al niño, pero volvieron a pelear y otra vez ganaron, estaban muy felices. Luego de un par de años, nació otro fruto, otro niño, que era igual de hermoso que el primero. Otra vez los problemas, esta vez vinieron por el segundo varón, pero volvieron a pelear y otra vez ganaron, esperaban que esas personas entendieran que no podría separarlos nunca y que se fueran y los dejaran en paz, y así fue durante un par de años por lo menos, porque volvieron, el hombre se harto y llego a un acuerdo con ellos, seguiría con el manejo del poder de sus descendientes, a cambio de conservar su vida y unir a esa otra vida su nueva familia, ellos al principio no querían, pero aceptaron, ya que aun sus padres lo querían al igual que su abuelo que le dejo casi todo, pero eso no importa, el hombre cambio de trabajo a lo que ellos querían, pero tenía a su familia, y esas malas personas, no eran para nada malas como él pensaba y se volvieron felices, hasta que los padres del hombre fallecieron, fue mucho dolor, pero logro superarlo un poco gracias a todo lo bueno que tenia con su familia, y todo estaba perfecto en sus vidas. Los niños se amaban también, eran los mejores hermanos que se pudieron ver y se cuidaban, hasta se unían para enfrentar a la madre de mal carácter, unidos, jeje, siempre juntos, siempre al lado, apoyándose y cuidándose ante todas las cosas y queriéndose y compartiendo todo. – Su mirada se bajo un poco mastranto tristeza, nostalgia, dolor, pero tratando de sonreír, aun así, esa sonrisa mostraba amor. Volvió la vista a la cámara – Por eso les digo, Deidara, Naruto, síganse cuidando siempre, nunca se dejen y apóyense en todo, como lo han hecho. Sé que ahora hay más preguntas, y se las responderé… - Suspiro – Si, soy yo ese hombre que escapo de todo y encontró la felicidad, al lado de su madre, de ustedes, de la vida. Y créame que no la cambiaría por nada. Pero hay sujetos celosos que quieren destruir esta felicidad, por eso deben tener cuidado con sus vidas desde ahora en adelante, porque esos sujetos no se detendrán hasta obtener todo lo que tengo yo, mi trabajo, mi fortuna, y más importante… mi familia – Se notaba que quería llorar – Por eso cuídense siempre, y jamás se abandonen – Se limpio los ojos - ¡Ah! Por cierto, ustedes son algo muy bello llamado donceles. Ósea que son chicos que pueden embarazase ¿No es lindo? – Se puso cerca de la cámara y dijo con enojo fingido - ¡Mas les vale que no se junten con nadie hasta los 30 y que sigan siendo puros cuando vean esto y lo sigan siendo…!

- ¡Idiota, cállate! – Kushina dejo la cámara y le dio un golpe a su marido - ¡¡No ves que los traumas, imbécil!!

- Ouch, está bien, está bien, pero se me cuidan mucho ¿Oyeron Deidara, Naruto? – Empezó a llorar a cascadas - ¡Por favor pequeños sigan siendo mis pequeños siempre!

- ¡Que ya basta Minato!

- Ok, Ok, - Se paro y susurro a la cámara – Si llego a conocer a esos bastardos que van a ser sus parejas, les retorceré a ellos sus… - Se cayó al ver la aura asesina de Kushina – Jaja, no pasa nada amor – Se rascaba la nuca y reía nerviosamente, pero luego sonrió algo sereno y miro a su mujer – Es hora Kushina, te toca decir algo – La mujer miro a su esposo, suspiro profundo y asintió. Minato fue atrás de la cámara y la pelirrojo se sentó en el filo de la cama, la mujer volvió a suspirar y puso su mejor sonrisa, tratando de ocultar el dolor.

- Deidara, Naruto ¿Qué decirles? Coman bien, duerman bien, báñense todos los días, no se queden hasta tarde. Vayan a la escuela, tengan buenas notas, hagan amigos, muchos que sean de confianza – Su voz se quebraba un poco, y se veía como un nudo se le formaba en la garganta – Si en esas escuelas conocen a Jiraiya, jeje, es un completo pervertido, pero los cuidara siempre, jeje – Algunas lagrimas iban cayendo – Perdón, porque ahora van a tener que enfrentar tantas cosas, cosas que no quiero que vean ni sientan y que no sé si voy a poder estar ahí para poderlos ayudar – Empezó a emitir espasmos, pero los contralaba para hablar bien, pese al dolor que sentía – Por eso deben cuidarse y ayudarse siempre como dice su padre, porque solo así superaran la adversidad que vendrá pronto, y espero que no llegue o que no haya. – Se limpio las lagrimas – Pero lo más importante, como ya les dije antes, que busquen un sueño, tengan una meta y luchen por ella hasta conseguirlo, jamás se rindan y sean buenas personas – Volvieron a atacarle las lagrimas – Y nunca se olviden que, los amo, los amo, los amos tanto, y… - Su llanto le hacía difícil hablar pero continuo con lagrimas, los ojos entrecerrados y las manos en el pecho con el rostro un poco agachado – Quisiera, quiera poder estar a su lado siempre, siempre, como quisiera estar con ustedes mas, mas, mucho más tiempo, verlos crecer y compartir tantas cosas que no hemos compartido aun. Como me gustaría poder estar en sus vidas – No pudo más y estallo en sollozos, Minato dejo la cámara quita frente a su esposa y fue con ella y la abrazo – Lo siento Minato, es mi culpa – Se aferro mas – Siempre es mi culpa, perdóname – Minato le acariciaba la cabeza y la espalda.

- Shhh, no es tu culpa, es mía, estas cargando mi peso, el que debe disculparse soy yo – La beso en los labios – Así que no llores mas. Debemos irnos, o perderemos el vuelo – Miro a la cámara – También les dedico las mismas palabras que su madre – Ahora el rubio se le caía unas lagrimas – Cuídense, los amo, los amo tanto mis pequeños – Y se recargo en la cabeza de su esposa, está en su pecho, aun viendo la cámara.

- Los amamos, y siempre estaremos con ustedes pese a todo – Mando un beso con su mano. Minato sonrió más.

- Un día les explicaremos bien el porqué de este video, espero que podamos – Mando un beso a la cámara – Recuerden que los amamos.

- Sean siempre felices, hagan familia y… quiéranse mucho. Naruto, Deidara, un gran beso y nos veremos pronto. – Saludaron los dos con sonrisas grandes y llenas de amor pese a las lagrimas que estaban en sus mejillas.” El video finalizo.

Deidara y Naruto estaban llenos de lágrimas, el menor se cubría la boca para no dejar escapar los llantos desgarradores que querían salírsele, Deidara estaba tan en shock como su hermanito. Itachi estaba igual de conmocionado pero había una pregunta en su cabeza ¿Cómo era posible que los padres de Naruto hayan hecho ese video? ¿Sabían que iban a morir? ¿O qué onda? No estaba seguro, pero averiguaría eso luego, ahora sus amigos rubios estaban en una conmoción sentimental muy grande.

- Naruto – Puso una mano en el nombrado, pero este no reacciono – Deidara – Paso lo mismo, el mayor no reacciono. – No pasa nada.

- Itachi… creo que… - Dei ni podía pronunciar que se retirar que querían estar solos.

- No me voy a ir si eso es lo que quieres decir que estoy muy seguro que es eso – Dei alzo un poco la vista viendo al azabache quien sonreía. – No voy a dejarlos solos en un momento así – Y abrazo a Naruto, que aun no reaccionaba, Ita le acaricio los cabellos – Esta bien Naruto, puedes llorar, llora – Hundió un poco su rostro en el cabello del menor – Desahógate, se libre de sacar todo el dolor – Sin más Naruto lloro con desesperación, en verdad fue un shock todo aquello.

Deidara se le deslizaron mas lagrimas al ver que Naruto tenía el mismo o más dolor que el. Itachi miro a Dei y le hizo un gesto para que se uniera al abrazo quien no dudo y abrazo a Naruto, el azabache rodeo sus brazos por Naruto y tomo los hombros de Dei, así abrazaba a los dos. Los dos rubios, lloraron, lloraron hasta que se durmieron los dos. Ita se separo de ellos, cargo a Naruto y lo dejo en su cuarto, después cargo a Deidara y lo dejo en su cuarto, antes de recostarlo por completo en su cama, lo contemplo, estaba respirando pausadamente, su rostro estaba algo pálido y sus ojos se notaban cansados mientras en sus mejillas estaban los signos de que había llorado. Se veía tan débil y vulnerable, pese a eso no le quitaba lo lindo y adorable. Empezó a acercarse más al rostro del rubio dormido, cada vez más, y más hasta que…

- Ya llegue – Se escuchó la voz de Kiba seguido de un ladrido, ahí el azabache reacciono ¿Qué demonios iba a hacer? ¡¿Acaso perdió la jodida cabeza o qué?! Se alejo de rubio y salió del cuarto bajando a la planta baja donde estaba Kiba.

- ¿Itachi? ¿Qué haces aquí? – Dijo curioso.

- Nada… solo – Itachi no quería que el castaño pensara mal, así que le explico y le mostro el video pero con la condición que quedara entre ellos, Kiba se impacto con el video y asintió sellando que no iba a decirle a nadie. Aunque viendo las cosas, los rubios hicieron mucho por él, él debía hacer algo por ellos. Itachi se despidió y se fue y así, el Inuzuka, puso manos a la obra.

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La vida tiene muchos caminos, así como el océano tiene muchos cursos y así como una persona tiene muchas decisiones que tomar. Pero hay algo en la vida, muy sencillo cuando se hablo de eso de antemano, de haberlo planeado, de haberlo siempre ensayando y eso era fácil, pero… ¡¡Un maldito cuerno les importo a esos imbéciles!! Solo debía seguir ordenes ¿Pero ni eso hacen bien? creyó que hacia lo correcto, no solo porque ellos eran los mejores, sino que al ser cercanos al objetico sería mucho más fácil, pero no, venían y te decían así de simple que… se jodió todo, así no mas, que se jodió todo y uno ¿Qué hace? en ese momento te preguntas ¿Qué hice mal? Nada, solo sos alguien que quiere agarrar una escopeta y matar a los idiotas que te dieron las malas noticias. Pero bueno ¿Qué podemos hacerle? Adelantar las cosas o dejar todo en espera, y sabia que si elegía la dos, esos mismos que les dieron las malas noticias iban a trabajar por su cuenta jodiendo más las cosas, o tal vez no, quien sabe, son los mejores, si, pero también eran los mejores en hacerle tener una migraña terrible. Respiro profundo, ya estaba por demás con dolor de cabeza, así que opto solo por tratar de ver que pensaban.

- Bien, ya lo dijeron. Las cosas se vieron afectadas por los contratiempos que surgieron sin precedencia y por eso el plan… fallo – Dijo aun con dolor de cabeza.

- No, en realidad le dijimos que se jodió todo – Dijo una persona frente al gran escritorio.

- ¡Cállate! ¡Esa no es manera de dirigirte a mí! – Ya muy cabreada aquella persona que estaba a punto de matar a los dos frente a su escritorio.

- Menma, ya cállate – Dijo el pelinaranja – No queríamos referirnos así al problema pero… - De una pose seria y respetada paso a una despreocupada – La verdad si se jodió todo – Menma iba a reírse, pero…

- ¡¡Ya estuvo!! – Fueron callados por el golpe que dio sub superior en el escritorio. – Dejen de jugar. Debo recordarles las vidas que están en peligro – Yahiko y Menma se pusieron serios – Bien, retírense por ahora, ya han estado aquí mucho, no sé cómo harán, pero recuerden, no pueden hablar de esto a los civiles – Ambos asintieron – Ahora, retírense – Se inclinaron y salieron. El superior giro su silla y miro a través de su vidrio enorme como trabajaban sus demás empleados, miro hacia el techo y suspiro – Debemos hacerlo rápido… o perderemos mucho. – Le levanto y salió de su oficina dejando ven en su escritorio un porta retrato con una foto donde estaban Deidara y Naruto.

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Se levantaron alrededor de la noche, en verdad estaban exhaustos de tanto llorar, pero el sonido de sus estómagos los levantó y ahora estaban bajando las escaleras. A penas llegaron a la planta baja, olieron algo de comer que se les hizo agua a la boca, y corrieron hasta el comedor y abrieron enorme los ojos al ver a Kiba poniendo la mesa, este al verlos sonrió.

- Hola, ya despertaron – Colocando el ultimo plato – Hice la cena, así que lávense las manos y vamos a comer – Sonrió. Naruto y Deidara se vieron entre si y sonrieron y asintieron al castaño. Fueron a lavarse las caras y las manos y volvieron para sentarse en la mesa. – Itadakimazu – Y así comenzaron a comer

- Mmm, delicioso Kiba ¿Dónde aprendiste? – El castaño sonrió.

- Bueno, cuando uno a veces es ignorado… aprende a cocinar – Dijo aun feliz, pero Dei y Naru supieron a que se refería.

- Déjalo Kiba – El Inuzuka miro a Naruto – Tus padres son unos tontos, no sé porque te hicieron eso ¡Pero que se vallan al cuerno! Tu eres  genial y alguien muy valorado, no dejes que sus recuerdos te atormente ¿Verdad Akamaru? – El animal ladro muy de acuerdo con el rubio. El castaño miro al ojiazul menor, luego al mayo que negaba con la cabeza por lo bruto que era su hermanito y de nuevo al menor que estaba feliz dándole de comer a Akamaru para volverlo a mirar y sonreírle. Kiba sonrió, se sentía feliz, y nada podía sacarle esa felicidad.

Ya había pasado 2 semanas y media, en ese periodo Itachi, Shikamaru, Hinata, todos, paseaban con los rubios, a Naruto le entregaron sus tareas, pero ya había vuelto a clases y Dei estaba considerando volver, pero aun temía por Naruto, Itachi se quedo también, la razón, según él, porque debía ordenar algunas cosas de su vida. Ahora bien, Sasuke, había prácticamente dejado de lado a Naruto y Deidara, pero más a Naruto, el rubio menor ya estaba hasta el tope, le hablaba él le ignoraba, le gritaba él se iba como si nada, hasta le lanzaba cosas y no lo notaba, ya estaba cansado, no era que no quería que pasara tiempo con Kenta, el también lo hacía y le agradaba mucho como Kenta le había tomado mucho cariño a Naruto, pero siempre eran separados por ¿A quién no saben? Sasuke, iba lo tomaba y dejaba a Naruto colgado prácticamente y este le dolía mucho esa ignorancia… tal vez, no era bueno seguir metiéndose con el azabache menor, tal vez era momento de alejarse de la vida del azabache. Un día, cuando todos estaban en el parque Naruto jugaba con Kenta a la pelota, pero como siempre vino Sasuke hablo con el niño y lo cargo para llevárselo, Naruto estallo. Se puso enfrente del Uchiha hizo que bajara a Kenta y le estampo un golpe que lo dejo en el piso.

- ¡¡¿Pero qué te pasa idiota?!! – Dijo Sasuke parándose con la mejilla roja por el golpe.

- Ah ¿Ahora si te acuerdas que existo? – Pronuncio irónicamente –  Después de ignorarme semanas ahora solo me hablas para gritarme – Naruto hacia lo imposible por no llorar pero el azabache no comprendía y le miraba raro, como si estuviera loco, Naruto lo noto y eso lo quebró haciendo que dos lagrimas le saliera de sus ojos, Sasuke abrió mas los orbes impactado por la escena, el rubio veía que seguía siendo o haciéndose el desentendido – ¿Sabes qué Uchiha? ¡¡Púdrete!! – Le grito y salió corriendo. Sasuke iba a ir tras él pero Kenta llamo su atención.

- ¿Sasuke-san? ¿Qué le pasa a Naruto-chan? – Decía inocente.

- Nada, ve con los demás, demo ir por el dobe – El niño asintió y fue con los demás que no alcanzaron a ver esa escena, a excepción de Deidara, Itachi y Gaara… que ya no estaba ahí.

Naruto corría y freno cuando sintió que había ido muy lejos, la verdad era que si, había llegado a una zona del centro. Se reprendió, se vio patético frente a Sasuke, pero ya no importaba, el ya no le importaba.

- ¿Estás bien? – Nauro alzo la vista.

- Gaara – Pronuncio sorprendido de verlo ahí, arriba de su moto recargado en su volante y viéndolo - ¿Qué haces…? – el pelirrojo le tendió un casco.

- Ven – Naru tomo el casco sin saber qué hacer, escucho como Gaara encendió la moto – Sube, iremos a pasear – Pero Naruto no sabía – Creo que necesitas despejarte, sube. Iremos a pasear y tal vez, ya quieras hablar – Naruto sintió un nudo en la garganta, quería ir, quería desahogarse, he iba a ir. Se puso el casco y se subió.

- ¿A dónde vamos? – Preguntó a penas pasaron 10 minutos en moto. Gaara le miro y sonrió.

- Ya verás – Y así acelero y se fueron ambos por el camino.

 

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Q_Q La verdad sigo llorando por el video,

Las palabras de Kushina son del anime ^-^ jejeje, aun asi me conmovio, la historia que conto Minato es 100% mia, jeje, me encato ese relato :D espero que a ustedes igual :)

Bien, las cosas con sasuke cayeron lo se, pero veamos que hara este idiota para reparar lo que hizo ¬¬, jeje.

Bueno, ame sus comentarios, saber de donde son, asi que si ustedes quieren hacerme una pregunta personal, diganmela.

Sin mas, un beso enorme y nos leemos pronto

Nos vemos n_n/

 


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