Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi amado Brabucón por AnonimoHarui

[Reviews - 791]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ooola mis amado lectores, perdon mi ausencia, estoy muy estresada y ahora triste :( pero quiero cumplir y no posponerlo mas. Jejeje

Me falta responder comentarios, pero los hare despues jeje, saben que lo hare...

Lady-chan.... No se que hacer con tu comentario. Lo respondi de una manera muy emotiva lleno de todo y se borro y ahora estoy triste por eso, no creo poder hacerlo otra vez hoy, pero no quiero olvidar todo lo que te escribi, asi que vere si lo anoto aunque sea un poco de lo que escribi y te respondo despues si? perdon :'(

Sin mas, les dejo leyendo el cap. Disfruten. Respondo despues los comentarios jeje. 

Nos vemos abajo.

Capítulo 39. Unión/Sacrificio sin arrepentimiento.

 

 

 

Se separaron de beso…. Estaban agitados, Dei le sonrió a Itachi dulce y amorosamente… en verdad estaba feliz, los dos estaban felices, los dos se amaban, los dos se correspondían, eso captaron en los ojos de su par. Itachi sonrió, estaba feliz, en verdad por fin, era verdaderamente feliz. Beso las mejillas, los parpados, la frente, todo, todo besaba de SU rubio… que hermoso era decir eso… Su rubio… Su amor… Su Deidara.

- Dei… - Le susurro cerca de su oído. – Tengamos una cita… - El rubio abrió los ojos enormes.

- ¿Eh? – Mirando al azabache alucinado.

- Quiero hacer las cosas bien… tengamos una cita – Dei se sonrojo y nervioso le dijo.

- ¿Cua-Cuándo? – Mirando a otro lado.

- Ahora – El otro se impresiono…

- ¡¿Ahora?! ¡¿A las tres de la mañana?!

- Perdón… es que… - Lo miro a los ojos, Dei noto un brillo deseoso – Siento que no puedo esperar a mañana – Mirando a otro lado apenado como un niño. Dei estaba fascinado, era un lado que jamás vio de Itachi… y se la estaba mostrando solo a él. Eso le emociono tanto que tomo el rostro del mayor, quien le extraño el acto, y lo beso, torpe pero dulcemente.

Itachi estaba sorprendido… Dei sí que lo tomo de sorpresa, pero lo que más sorprendía al azabache, era la forma de besar del otro… se notaba inexperto, tímido, pero ante esa dulzura… sonrió de lado en el beso, Dei aún era virgen en todo… eso le hincho el pecho de emoción. Abrazo a Dei casi posesivamente y correspondió con ahínco.

- No… - Ita se separó y Dei lo miro raro y algo temeroso. – Dei yo… - Dei abrió los ojos. – Soy alguien… muy… - Rehúsenle a decirlo pero lo soltó – Pervertido…  - La mirada cuadrada de Dei lo decía todo. – No quiero excitarme… no así en todo caso – Bajando la mirada. Dei se sonrojó…

- ¿Tú…? ¿Me deseas…? – Ita asintió apenado. A Deidi le salieron florecitas a su alrededor embrujado. Rio por lo bajo con lagrimillas – Eres tierno, cuando te lo propones – Besando su labios. – Créeme… que hoy… tu hubiera dado todo de mi – Acariciando su mejilla. Ita le miro fijo – Pero como castigo, no te daré ya más nada, jeje – Rio al ver la quijada abierta del otro. Se levantó y alejo a Itachi de él, le sonrió. – Vámonos – El asintió.

El viaje se hizo casi rápido, durante el trayecto, de vez en cuando se miraban de reojo. Dei sonreía ocultamente. En verdad… pese a todo… amaba a ese idiota de Itachi, reía internamente. No podía creer que la misma persona que le provocó un dolor agobiante hace apenas unos minutos, ahora le diera la más grande de las felicidades. Llegaron a la casa de Dei, Itachi salió y lo acompaño hasta la entrada de la casa. Ahí ambos se miraron como dos pubertos que no sabían que hacer.

- Yo… - Ita se sentía más tonto, este Dei lo desarmaba por completo, no sabía que hacer…estaba tan nervioso ¡¿Qué rayos?! Tomo a Dei de los hombros y lo beso con intensidad. Al separarse se alejó lo miro fijo a los ojos – Te quiero – Y sonrió de lado marca Uchiha… pero con dulzura.

Dei sonrió ante eso… sentía… que… que… Un pensamiento cruzo su cabeza…. ¿Qué era… lo que estaba haciendo?... ¿Qué es…?... ¿Qué paso con…?... ¿Qué tan idiota podía ser?

- Ah… Deidi… - Preocupado al ver que el otro agacho la mirada y temblaba ligeramente, pero más lo sorprendió al agacharse el ver que sus labios estaban apretados al igual que sus ojos conteniendo que a su parecer  algo doloroso. – Deidara ¿Qué pasa? – Lo tomo de los hombros, a ese punto Dei trataba de no dejar salir sus sollozos, pero no lo conseguía. – Dei… yo…

- Yo… - Dijo algo quebrado. Ita lo miro con los ojos grandes esperando expectante y confuso. – Nunca… - Tratando de calmarse. Ita quería acariciarle la cabeza pero Dei se apartó con brusquedad, eso sí lo asombro. El ojiazul entreabrió sus ojos y miro a Itachi con una mueca.

- Dei…

- Yo… - Lo miro frunciendo un poco el ceño - ¿Qué tan idiota me veo? – Bajando la mirada aun frunciendo el ceño, molesto ¿De qué?

- ¿Deidara de qué estás hablando? – El menor en altura lo miro con burla sarcástica.

- No creas que caeré así como así – Mirándolo mal. – No sé cómo pude llegar a comportarme así… yo… - “Jamás he mostrado debilidad, idiota”

- Deidara ¿Qué pasa?

- No me tomes el pelo – Se veía enojado, frustrado y más que nada dolido. – No pudiste haberte rendido tan fácil – Apretando los puños y desviando la mirada – Yo sé que no es así – Cerrando fuertes sus ojos. – Yo sé… - Dei se comenzaba a preocupar – Sé que no pudiste dejar así como así a Sasori – Nunca alzando tanto la voz pero si para expresar su rabia contenida. Ita se sorprendió mucho.

- Deidara… tu no…

- No quiero hablar más contigo – Le exclamo por lo bajo enmudeciendo más al Uchiha.

- Deidara, espera, creo que no… - Queriendo calmarlo y comenzaba a inquietarse y exaltarse.

- Nada – Hizo amago de sacar su llave y abrir la puerta pero Itachi lo paro.

- Espera maldita sea, déjame que te explique porque al parecer no entro en tu cabeza… - Apretando el agarre al ver que el otro no cedía en su acción  de entrar a la casa.

- En mi cabeza solo entran las malditas veces que me declarabas tu amor a Sasori y no voy a dejar que juegues con mis emociones de este modo – Queriéndose sacar de encima la mano de Itachi - ¿Crees que soy un estúpido? Suéltame, me quiero ir adentro, ya que me congelo – Golpe para Itachi ese comentario, el moreno apretó los labios e iba a decir algo. – No quiero seguir con estas estupideces tuyas – Ahora si se enojó, le estaba diciendo que su confesión… y él… eran estúpidas.

- ¿Estúpido? – Siseo, Dei se detuvo al oír el tono del otro – Si… es estúpido – Bajando la mirada claramente enojado – Fue estúpido de mi parte amar a Sasori y guardar estos sentimientos pensado que me correspondería, fue estúpido de mi parte quererle tanto que aceptaba salir con él a ligar, fue estúpido de mi parte querer acercarme más a él, fue estúpido de mi parte conocer a amigos suyos que no me importaban pero lo hacía por él para que estuviera feliz

- Basta – Sintiendo que moría con cada frase.

- Fue estúpido de mi parte encontrarme con uno de sus más cercanos amigos – Dei respingo por eso – Fue estúpido de mi parte, sabiendo que este sentía lo mismo por Sasori, acercarme a él y socializar – Dei entrecerraba los ojos con una mueca de dolor, aun diciéndole que se detuviera – Fue estúpido de mi parte decirle sobre mi amor a Sasori, fue estúpido de mi parte comenzar a sentir agrado por este chico – Dei apretaba más su pecho por el dolor, quería que parara y se lo decía a cada rato – Fue muy estúpido de mi parte empezar a sentir cariño por él – Dei abrió los ojos un poco creyendo oír mal – Fue estúpido de mi parte celarlo de otros cuando no éramos nada y yo quería a Sasori – Abriendo más los ojos sorprendido – Fue muy estúpido de mi parte que me empezara a gustar este chico incluso hasta el punto de olvidarme de Sasori – Dei levanto un poco su rostro aun no atreviéndose a mirarlo – Fue muy estúpido de mi parte no querer aceptar que me gustaba este chico más que  Sasori al punto de lastimarlo – Ahora si lo miro sorprendido pero aun no creyendo lo que oía., Itachi estaba serio y miraba profundamente al rubio a los ojos. El Uchiha lo acorralo contra la puerta acercando sus rostros aun mirándolo fijamente, Deidi se sonrojo un poco – Y fui, un completo y gran estúpido… al quedarme, loco y perdidamente enamorado de este chico – Acariciando su rostro – De ti Deidara.

Dei estaba ido, el azabache lo miraba profundamente, serio, con sentimientos en su mirar… para el rubio ver eso fue como un choque a sus sentidos que se volvieron locos y desenfrenados… ¿Cuánto más… este hombre, lo puede alterar? Estúpido corazón, se decía el chico de ojos azules, estúpidos latidos, estúpidos sentimientos que lo hacían débil. Cerro los ojos, el frio, el calor de la cercanía del otro, la vergüenza, la rabia todo eso hacía estragos en su cuerpo que temblaba advirtiendo al moreno.

- Deidara – Preocupado.

- No – Dijo el otro. Itachi le prestó atención – No caeré – Abriendo un poco los ojos – No… - Mirando decidido a su par – ¡No caeré en tus mentiras, vete con Sasori o lo que sea! – Y se metió a la casa cerrando con llave, no grito del todo, no quería llamar la atención de los vecinos y menos de Kaoi. Itachi se colocó frente a la puerta tocando con cuidado.

- Dei - *toc toc* - Dei ¿Estás ahí verdad? Ábreme - *toc toc toc toc toc – Abre Deidara, hay que hablar – Insistiendo. – Deidara

- Vete, no quiero hablar nada contigo – Bajando el rostro y apoyando su espalda en la puerta.

- ¡Deidara! Basta. – Siguiendo con la palma apoyada en la puerta y desesperándose un poco al ver que el rubio no cedía – Te dije que te elegía a ti, que Sasori ya no es más que un amigo que… ¿Qué más debo hacer para que me creas? ¿Qué necesito hacer? Dime ¿Qué es lo que…? – Hubo un silencio repentino y largo, Dei pensó que el otro se había ido y eso lo angustio hasta que volvió a hablar – Está bien. Comprendo – Y se iba a alejar. Deidara sintió su corazón romperse pero  ¿Qué podía hacer…? – Deidara – La voz de Ita lo volvió a sorprender – En el parque de siempre en la banca cerca del roble con las aves en el nido a las 11:40. Se puntual. Daremos fin a esto – Y se fue. Al poco tiempo se oyó al motor del auto y alejarse.

Dei se desplomo deslizándose por la puerta y se abrazó de sus rodillas apretando sus labios. Amaba a Itachi, lo ama pero… si él solo lo iba a tomar como un remplazo de Sasori al ver que no conseguía el amor de este… entonces no podía estar con él… quería que Itachi lo quisiera, que lo amara como él… pero… Sus pensamientos pararon al notar que Akamaru se apoyó en sus piernas preocupado. El solo sonrió y le acaricio el hombro.

- Tranquilo chico, todo estará bien – El perro lo miro aun inquieto y eso le animo un poco. – Te lo prometo.

El perro ladro y jalo a Dei para que se levantara de ahí, Dei iba a decir algo con cara de confusión pero…

- Achuss – De repente sintió todo el frio, las horas afuera le pasaban factura, tal vez eso le quería decir Akamaru – Un baño – El perro asintió. Algo ido por su corazón adolorido se fue al baño para bañarse, vestirse, tomar algo muy caliente y meterse a su cálida cama. No quería pensar en nada más por hoy, solo dormir, se sentía tan acabado.

Akamaru lo acompaño de cerca en cada momento asegurándose que nada le pasara al ver lo tambaleante que estaba. Hasta que el rubio se desplomo en la cama y se durmió al instante. Siendo así, el perro lo arropo y velo parte de sus sueños.

************

- Oe… oe… - Movía al cuerpo que descansaba plácidamente en la calma – Despierta ahora – Le susurro tiernamente, el cuerpo se removió abriendo sus ojos rasgados y marrones. – Hola – Dijo burlón pero suave.

- Shino… - Susurro, aunque su cara adormilada no duro y se levantó muy rápido tanto que cayó al piso - ¿Q-Qué hora es? – Mirando a todas partes en busca de un reloj.

- Es media noche, es mejor que ya te quedes, esta lloviznando y solo te levante para que avisaras a la casa – Kiba parpadeo algo perdido, pero comprendió lo que insinuaba el mayor y se sonrojo.

- N-No, puedo volver per-perfectamente a casa – Levantándose para irse. Shino le planto la mano en la frente para que detener sus movimientos - ¡Ey! Suéltame, debo irme, deja, deja, suelta, suéltame – Movía sus brazos a los lados y a veces al frente para apartar al otro de manera inútil.

- Déjate de infantilerias y llama para decir que te quedaras aquí – Pasándole el teléfono inalámbrico. Kiba lo miro dudoso y Shino arqueo la ceja comprendiendo cual podía ser el problema – Ahh, ya comprendo, no quieres quedarte conmigo ¿Es eso? – Apartándole el teléfono – Está bien, no creí que no confiaras a esa magnitud en mí y te desagradara mi compañía, pero está bien… llamare entonces a un taxi y te acompañare – Empezando a marcar lentamente cada número. Kiba lo miro algo sorprendido y dudoso.

- ¿Acompañarme? – Shino dejo de marcar y asintió.

- No voy a obligarte de esa manera si veo que estas en verdad rehusente, así que tomare el taxi e iré contigo y luego volveré – Kiba se le tenso en corazón.

- No tengo dinero, iré caminando – Shino lo miro neutral.

- Yo lo pagare, resuelto – Volviendo a marcar.

- No puedes venir conmigo, vas a gastar mucho – Algo inquieto.

- No me importa en verdad – Llevándose el teléfono a la oreja. – Ya que lo hago por ti, para que vuelvas a salvo a casa – Viéndolo serio, pero cálido a la vez y dándole una pequeña sonrisa. El Inuzuka sentía que se le aceleraba el corazón del asombro y la emoción… ¿Qué debería hacer? Se sentía de repente… estúpidamente feliz. Noto como Shino presto su vista al frente – Hola, buenas noches, quisiera pedir… - Pero Kiba tomo el teléfono y colgó apretando de paso el artefacto en su pecho. - ¿Qué pasa? Tuvimos suerte que atendieran a la primera, dame el teléfono para pod… - Kiba lo beso de sorpresa. Al separarse Shino lo veía con carita de pajarito inocente, algo lindo a los ojos de Kiba quien rio un poco aun estando apenado. – ¿Kiba?…

- Me quedare… - Bajando la vista, aunque volviendo a su pose de chico malo – Eso sí, no esperes que eso me alegre para nada, lo hago por ti y tu cartera, baka – Y le tiro el teléfono a las manos y se fue al baño a hacer la llamada de su celular.

- …. Okey – Aun confuso por su actitud, aun así aliviado de que haya cambiado de idea.

En el baño Kiba hacia lo posible por quitar el sonrojo de su cara, por todas las deidades ¡beso a Shino! Y no es que no le gustara, lo quería si, por eso le gustaba sentir sus labios, no, eso no era lo que quería decir o pensar, pero… eso fue muy imprudente y lanzado ¿Estaría enojado? ¿Sorprendido? ¿Pensaría que es un cualquiera? Sea lo que sea, se sentía nervioso, mando un mensaje a Dei y Naruto y con su celular en el pecho rezo porque el resto de la noche fuera más relajante a su ser.

- Baka, baka, baka, contrólate más, contrólate más – Dándose golpecitos en la frente para poder calmarse.

Mas por su parte Shino estaba pegado a la puerta sonriendo feliz por los lindos nervios del menor… nunca le haría nada, lo iba a cuidar y proteger… a su manera claro… pero jamás lo haría sentirse inseguro ante sus sentimientos.

- Veras que estaremos bien Kiba – Susurro posando su mano en la puerta en un gesto significativo sonriendo con ternura.

************

Su sonrojo era más que notorio y enorme, con eso también se le sumaba una mueca graciosa y nerviosa en sus labios, toda esa expresión solo decía algo… impactada ante la confesión. Neji miraba a Hinata serio, aun esperando una respuesta, ya sea un no sé, un no, un tal vez, o que ella saliera corriendo por la puerta o incluso se tirara por la ventana, lo cual parecía ya exagerado, aceptaría con todo su coraje, aun si duele, ya que era parte de amar, el dolor al saberse cuál sería la respuesta, ya sea buena o mala, uno esta consciente de que no puede confiar en que todo saldrá bien y solo debe afrontar lo que vendrá y someterse a recibirlo bien aun con la decepción. Por eso uno se confiesa, solo para arriesgar todo y dar fin a un círculo del cual ya no puede contener más en su interior luchando cada día un anhelo que mata. Los que se confiesan son valientes, los que se guardan sus sentimientos por el bien de otros son fuertes y los que huyen de ellos son cobardes. Neji aun así, no podía caber en la valentía, no es lo suficientemente valiente como confesarse de la manera correcta y solo abusaba de que estaba en mal estado para que Hinata no fuera tan franca con él. Tampoco cabía en la de fuerte, físicamente sí, pero era muy egoísta para guardarse sus sentimientos eternamente y más si ve a Hinata feliz con alguien más, si llegaba a pasar eso, desaparecería al tipo, eso haría… y tampoco era un cobarde, su orgullo y nombre no lo dejarían tranquilo. Lo que estaba haciendo ahora, se podría decir que era una liberación… una salida… un arriesgo a todo a nada.

Quisiera aun así, que la chica tan hermosa que tenía en frente, se apurara a decir lo que debía decir, sea lo que sea, la ansiedad lo mataba con cada minuto que pasaba en silencio… será… ¿Qué metió la pata? Sabía que sí, pero… ¿Mucho? ¿Quién sabe? Solo sabía que no podía estar más tiempo en ese tipo de ambiente.

- Yo… - No sabía que decir en verdad, pero… - …

- Neji – Oh no, que vendría, basta, no podía actuar con temor.

- Dime Hinata – Hinata se acercó al chico y le acaricio una mejilla con comprensión, así lo sintió Neji y cerró los ojos decepcionado y triste.

- No sé qué debería responderte – Sonrió, sabía que sería así de algún modo. Tomo la mano de Hinata y la sintió por un momento, grabar la última calidez… iba a decirle que estaba bien, que no importaba, que solo lo dijo para aliviar su alma, pero… todo se fue por la borda al ver a su amada derramar lágrimas.

- ¿Hinata?...

- Yo… - Balbuceando por el llanto. – Odiaría que la familia dijera o hiciera algo en tu contra por estos sentimientos que albergan en tu corazón. Tendría miedo de pensar en el destino que te deparara solo por seguir aquello que yo no pude y prefiero seguir callando – Nerviosa – Y aun así, mírame hablando como me criaron para hablar – Neji trataba de limpiarle las lágrimas.

- Hinata… tu…

- Te amo – Dijo en un hilo de voz apretando sus labios, ojos y manos en su pecho – Te amo – Sonrojada al máximo y el corazón latiendo a mil – Te amo tanto… tanto – Cubriendo su rostro y derramando más lágrimas.

Neji estaba ido, impactado pero por dentro estaba extremadamente feliz, demasiado que no lo dejaba moverse por sus gritos internos. Así que de esfuerzos atrajo a su linda Hinata hacia él en un abrazo protector y dulce y la apretó delicadamente fuerte.

- Hinata… te amo… te amo… igual – Hundiendo su rostro en los cabellos y luego en el cuello de la joven. – Por eso, correspóndeme, di que sí pese a tus miedos y dime… que estaremos juntos – Apartándola y mirándola con una mirada dulce, anhelando y desbordante de felicidad y amor en su rostro no acostumbrado a expresarlos.

- Neji – Dijo por fin sin famialidades formales o honoríficos, lo decía con toda la dulzura que poseía para él y solo para él.

- No importa nada, veras que saldremos adelante pese a lo que nos puedan decir nuestras familias – Besando sus cabellos y apretándola más.

- Pero…

- Sé que temes, pero… ¿No es curioso que antes yo temía a declararme por rechazo o morales? Es obvio que siempre va a haber miedos, pero esos nos hacen fuertes, enfrentarnos a ellos – Mirándola con una cálida sonrisa que prosperaba un buen mañana.

- Neji – Sonrió con algunas lágrimas pero feliz.

- Mi Hinata – Dijo igual y la beso lenta y tiernamente. La apretó más contra sí sin romper ese beso que ambos consideraban…. Mágico y especial.

************

Se removía inquieto, por la llovizna no era, por el frio… un poco… pero más que nada….

- Mmm…. – Protestaba – Mmm… - Protestaba mas – Mmm…- Seguía protestando – Mmm… - Hasta que… - Sasuke… - Se arto – Sasuke – Lo llamaba moviendo su cuerpo para quitarlo de encima, viendo que no funcionaba – Puedes quitarte de encima mío – Alzo un poco la voz.

-… mmm… no… duerme así – Aferrando ahora sus brazos al cuerpo casi de bajo suyo.

- ¿Cómo quieres que duerma así? ¿Eres idiota o qué teme? Ya salte – Moviéndose más. Estaba acostado de lado siendo un poco aplastado y ahora abrazado sofocantemente por el Uchiha. – Sasuke… ¡Sasuke!... Sasuke me estas asfixiando – El otro no cedía, Naruto le salieron varias venas - ¡¡Que te salgas!! – Se quitó de encima el azabache saliendo de la cama como resorte - ¡¿Qué te pasa idiota?! ¡¿No ves qué me moría bajo tuyo?! – El otro se desperezo un poco y lo miro reprochoso.

- No grites, mira que despertaras a Kenta – Eso hizo callar al ojiazul.

- Pero es que me sofocas-ttebayo – Regañándolo dulcemente.

- Tú eres él que se queja de todo. Además, solo te abrazaba ¿Cuál es el problema? – Naru puso ojos cuadrados.

- Una cosa es abrazar y otra es aplastar-ttebayo – Suspiro. – De todos manera, mira la hora – Sasuke miro el reloj de su mesita y marcaban las 1:15 – Ya se hizo muy tarde, es mejor que me vaya a casa – Empezando a vestirse ya que tenía la ropa puesta de su Sasuke, cosa que le emocionaba un poco el corazón de recordar. Sasuke miro como Naruto tomaba sus cosas para querer irse al baño.

- ¿Por qué no mejor te quedas? – Susurro pero Naruto ya había cerrado la puerta. Sasuke se recostó en la cama se colocó su antebrazo en uno de sus ojos y miro algo desanimado el techo…. Naruto nunca se quedaba. Le gustaría que un día si se pudiera quedar… solo una vez se quedó y despertar a su lado fue muy dulce… quería que siempre fuera así… claro, eso es algo… que jamás admitirá abiertamente.

Naruto termino de vestirse y doblo la ropa del mayor pero aun así, estaba apretándola contra su pecho de manera muy protectora y posesiva, aun olía a Sasuke, sentía al azabache en esa prenda… ¿Qué tan estúpido podía ser? Parecía una loca obsesiva de las cosas de su novio, y eso estaba muy mal. Pero no podía evitarlo…. En verdad amaba a Sasuke ¿Qué cómo paso? Ni él sabría explicarlo lógicamente. Uno en su lugar despreciaría al ser que esta fuera del baño, hasta el punto de quererlo muerto, desearlo que le pase lo mismo, de que dejara de existir… pero… a penas esos pensamientos se cruzaban su pecho dolía horrores de imaginar a su azabache en alguna de esas situaciones, más la última, lo mataba. El estúpido bastardo se metió tan dentro de él que… ya no sabía cómo se sentía odiarlo de verdad y no amarlo. Se miró en el espejo… ¿Qué hacer? No quería irse, pero su hermano armaría un escandalo si se quedaba cuando le dijo que ya iría a casa y se supondría que ya debería estar allí durmiendo. Su hermano sí que se enojaría si supiera que se quedó en casa de Sasuke para intimar. Pero… ¡Kyaaa! De recordar lo lindo que fue con él por su “cumpleaños” lo derretía como vela.

Dejo de pensar en locuras y salió para poder irse antes de arrepentirse. Dejo las prendas en el mueble.

- Sasuke, ya estoy, ábreme – Así se podía retirar. Recogió sus llaves – Sasuke, vamos, levántate de la cama – No había respuesta y ya se puso el colgante. - ¡Sasuke…! – Paró su alta voz al notar que su azabache dormía.

Suspiro y se acercó para despertarlo. Lo movió ligeramente y pronuncio su nombre con delicadeza, como queriendo despertarlo y a la vez no. Lo miro, se veía tranquilo, pero triste ¿Por qué? ¿Algo le inquietaba? Si era por él se tomaría un taxi. Se acercó más a su rostro, maldecía su belleza, era tan guapo el condenado. Trago saliva y fue acercándose, cada centímetro más hasta besarlo con dulzura y amor. Recostó su cabeza en el pecho de su koi.

- Teme idiota-ttebayo – Sonrojado y viéndose lindo. Se acomodó un poco mejor en el pecho y cerró los ojos.

Sasuke abrió los ojos, se despertó apenas sintió los labios de su adoración. Sonrió al verlo en su pecho recostado. Espero un rato y sintió como el menor respiraba pausadamente. Se había dormido. Lo tomo delicadamente y lo acomodo en la cama. Se levantó y tomo sus prendas que Naruto dejo en el mueble y cambio con sumo cuidado las ropas de Naruto por estas nuevamente. Sabía que cuando se despertara recibiría un regaño, pero… Se acomodó junto a él y lo abrazo dulcemente.

- Solo quiero… estar contigo, dobe – Y con eso, pudo dormirse, sintiéndose dichoso. Naruto entreabrió un poco los ojos mirando a su chico y sonrió para volver a cerrarlos y hundirse en el sueño.

************

Ya salía el sol. Era un bello amanecer, y aun así creía que parecía medio triste el ambiente.

- No parece, es triste el ambiente – Dijo la rubia al pelinegro que lo acababa de decir eso.

- Bueno, estamos por fin terminando el maldito papeleo para ver a la loca, digo a tu amiga esa… loca – Dijo lo último para él – Así que mejor anímate un poco, ese es tu trabajo después de todo superior – Le enfrento ganándose la mirada mala y desafiante de la chica quien se levantó y se fue a paso firme decidida a cumplir lo suyo.

Menma sonrió de lado y se sentó en la silla para tomar su café en paz, solo esperaba que la rubia no volviera a sentirse culpable en frente de él otra vez porque ahí si no respondía. Aunque la paz no le duro ya que había ahí también cierta persona que lo estaba colmando la paciencia. Con en verdad desgano dejo su taza en la masa y miro con sus ojos cuadrados y desganados al otro culpable de que su hermosa mañana se estuviera echando a perder.

- Ahora a ti – Con voz quejosa - ¿Se puede saber qué diablos te pasa? – Apoyando su codo en la mesa y su barbilla en su palma. Al no recibir más que solo un suspiro como contestación le salió una vena y entrecerró más los ojos – Yahiko – Llamo advirtiéndole. el nombrado no le prestó atención y siguió mirando a la nada sentado en el sillón de manera desanimada y viendo por la ventana de esa oficina normal.

Menma estaba perdiendo la paciencia y tolerancia, claro que él era reconocido por su semblante calmado y por actuar con la cabeza fría ante cualquier situación ¡Pero al carajo! Era su mejor amigo quien estaba ahí y nadie más, así que podía perder todos los estribos que quisiera.

- ¡Oe! – Le tiro un almanaque en la cara con rabia.

El otro volteo recibiendo de lleno las fechas impresas que resbalo de manera lenta por su rostro, dejando ver su cara disgustada, hasta dar en el suelo.

- Se puede saber ¿Por qué rayos hiciste eso? – Sentándose molesto, el otro solo se cruzó de brazos.

- O nada, lanzarte cosas a la cara para que se te quite la expresión irritante y estúpida que traes y me prestes atención cuando hablo, es uno de mis hobbies. – De lo más irónico y déspota posible. Yahiko solo suspiro y se volvió a tirar en su lugar. Menma le titilo el ojo – Ya-hi-ko – Cada silaba más amenazadora, seseante y lenta.

- ¿Qué quieres? No estoy de ánimos para hablar – El otro se contuvo y se recargo más en la silla y lo miro analizando cada expresión con atención.

- ¿Paso algo Yahiko? – Ya sabiendo que la respuesta era sí, pero quería confirmar si era la persona que tenía en mente quien le causo esa tristeza a su amigo.

-… - Yahiko lo miro con ojos de cachorro (que además de verse tierno era sexy seme *¬*) y suspiro desganado al ver que no podía no decirle lo que pasaba a su amigo. Aunque sabía que si le contaba lo que paso con el estúpido, idiota, enfermo, animal, bestia, inútil intento de hombre, bueno, de Itachi, sabía que se armaría la gorda con Menma y eso haría que este planeara otra venganza para ambos Uchiha, que en su opinión se lo merecía el mayor azabache, pero Menma llegaba a lo extremo.

- No me respondes… ¿Yahiko? – Viendo que su paciencia se acaba. Suspiro otra vez y se acomodó mejor.

- Bueno… es… Deidara…

- Lo sabía – Parándose amenazante - ¿Qué le hiciste? – Con la mirada ensombrecida por la ira.

- Nada – Le dijo desafiante y desganado.

- Oh, bueno, continua – Se volvió a sentar de lo más tranquilo que parecía gracioso.

- Es solo que al parecer… ya eligió – Eso hizo que Menma prestara atención. El pelinegro puso una expresión comprensiva y triste por su amigo.

- No eres tú, por lo que deduzco – Dijo triste. Pero Yahiko solo asintió – Aunque jamás te hubiese aceptado a ti u otro como su pareja, igual lo lamento mucho. En verdad es la primera vez que te veía que en verdad te gustaba alguien – Dándole apoyo en su mirar. El pelinaranja suspiro, con tantos quejidos se sorprendía que aún le quedara alma.

- Eligio a un idiota que si le hace daño otra vez lo mato después de castrarlo sin anestesia – Dijo recobrando su rabia contra el Uchiha, sin notar que se le escapo algo que hizo que Menma pusiera cara de loco.

- ¿Qué el Uchiha hizo, QUÉ? – Yahiko solo pensó “Mierda” justo ahora lo hacía enojar que había adquirido su lado sensible, lo que para Menma era difícil dejar salir si no eres Naruto, Deidara o sus papás.

- Nada, solo… solo que no se daba cuenta que lastimaba a Deidara con ese “supuesto enamoramiento” con Sasori-san, ya que Dei lo quería antes y ahora más. – Dijo ocultando parte de la verdad. Menma se calmó un poco, pero no estaba del todo seguro, era mejor averiguar un poco. – Además… - Bajando la mirada. – Al parecer ahora es un amor reciproco – Mirando por la ventana.

- En verdad lo lamento hermano – Se sentó a su lado con su taza de café y apoyo su mano en el hombro de este – Espero que puedas superarlo y que esto no te cierre, ya que algún día vendrá ese alguien que te querrá y lo podrás corresponder de la misma forma que este a ti – Y le sonrió de manera cálida. Yahiko se sorprendió y admiro ese rostro un largo rato, ya que sabía que jamás lo volvería a ver, así que…. - ¡¡¿Pero mierda qué haces?!! – Apartándose un poco y cubriéndose la cara.

- Tan solo quise guardar este precioso momento y tu rostro para la posteridad – Tecleando su celular con la que había tomado de sorpresa una foto a Menma, para guardar, proteger y enviar esa foto a una base de datos para almacenarla y no perderla.

- ¡Estas enfermo! ¡Me dejaste ciego, imbécil! – Frotándose los ojos para tratar de recuperar su vista.

- Ya, ya. Es que jamás haces expresiones así, por eso quise tomarte una foto, jeje –Traviesamente – Aunque… - Poniéndose serio – Gracias – Y bajo la mirada – Tratare de no cerrarme… espero encontrar a esa persona.

Menma se frotaba un ojo y lo miraba.

- Lo harás – Sonrió de lado y tomo un poco de su café. Yahiko lo miro curioso.

- Eres bueno a veces con las palabras – El otro solo dijo sin inmutarse con los ojos cerrados.

- ¿Acaso lo dudaste? – Y volvió a tomar su café. Yahiko sonrió con fechoría.

- ¿Cuándo usaras tus propias palabras y le pedidas una cita a Ino? – El pelinegro escupió un largo chorro de café ahogándose en el proceso tosiendo como loco al final para mirar a su amigo impactado. - ¿Y bien? – Si tuviera orejas, ya las estaría moviendo animadamente con su sonrisa de gato travieso.

- ¡¡N-Nunca!! – Exploto con rojas mejillas.

- Aja – Dijo Yahiko fingió decepción de su amigo – Si no te apresuras alguien te la roba, ella es muy bonita, sin mencionar que cuando no tiene esos ataques de mandamás y enojo, es muy dulce y cálida. – Sonriendo como bobo al ver esa imagen de Ino linda, ya que parecía tierna, claro que en plan de molestar a su amigo, quien lo miraba con enojo sin saber que también celos posesivos.

- Eres un maldito roba cunas – El otro lo miro mal.

- No lo soy. Solo dije lo que pienso, así como tú lo haces siempre – Apuntándole con burla – Ahora si me disculpas – Levantándose – Iré a la librería ya que hay una promoción que empieza en una hora, va a reventar ese lugar – Tomo sus cosas e iba a salir - ¡Suerte y espero que tomes la iniciativa, penoso! – Y salió corriendo antes de que el zapato que le tiro Menma, que dio en la puerta cerrada, le cayera en la cara.

Menma ahora quedo ahí pensando…

- No es algo que se hace cuando la chica está mal…. Baka – Regañando en susurro a su amigo.

************

 Se despertó de malas. Más serio de lo normal, y sin ánimos de platicar o cruzarse con alguien. La razón. Shikamaru. Ese no le respondió las llamadas y encima no le mando ningún mensaje, y además le llamo una vez y no volvió a insistir cuando vio su teléfono. Quedo como un idiota él llamándolo cinco veces. No podía creerlo, se sentía idiota y al mismo tiempo algo frustrado. Últimamente el chico se estaba comportando raro, siempre avisando, siempre preguntando, siempre buscando platica, siempre queriendo hacer algo con él. En verdad llegaba a incomodarle esa nueva actitud adquirida por el Nara, por suerte y desgracia el trabajo lo tenía siempre absorto de esas actitudes.

Aunque… desde ayer que no sabía nada de él y le preocupaba un poco. Se había acostumbrado un poco a saber que hacia el moreno y este le preguntara por él que le extraño que ayer no le escribiera más, por eso lo llamo, y se preocupó un poco al no recibir respuesta. Y ahora que supo que lo llamo, se calmó un poco. Tal vez se estaba armando un lio de nada, el trabajo lo tenía tenso, debía relajarse, hoy solo se dedicaría a él y para nadie más.

De ducho y salió en shorts del cuarto del baño secándose el cabello.

- Vaya, las chicas deben morir por ti hermanito – Dijo la rubia sentada en la cama del pelirrojo quien se sorprendió y la miro mal.

- ¿Qué te dije de meterte en mi cuarto? – La chica puso cara pensativa y alzo los hombros.

- Dices tantas cosas que seguro me olvide jeje – De lo más juguetona. Gaara le titilo una ceja pero solo suspiro y siguió secándose en cabello. - ¿A dónde vamos de lo más galán? – Mirándolo con suspicacia picara.

-… - Obvio que no respondió ya que su hermana pensaba cosas innecesarias.

- Oh, perdona mi curiosidad hermanito – Parándose y apoyándose en mueble frente al espejo mirándolo con más picardía. – Por lo menos dime ¿Es linda? – Gaara abrió un ojo mirándola sin inmutarse y solo suspiro.

- Simplemente no vas a dejarlo ¿Verdad? – Caminando hasta su armario.

- Por supuesto – En pose autoritaria – Como hermana mayor de esta familia debo velar que las parejas de mis hermanos sean las adecuadas, en especial la tuya Gaara – Apuntándolo – Ya que no permitiré a una cualquiera al lado tuyo – Llevando sus manos a las mejillas a lo re chibi - ¡Ya que eres hermoso! ¡Kyaaa! – Poniéndose seria – Por eso ella debe ser mil veces más linda o nada.

- Como sea – Restándole importancia – No hay un ella, y nunca lo habrá, mujeres como tú serian mi fin – Mirándola reprochosamente.

- Oye, yo soy un amor – El ojiaqua rodo los ojos por eso. – Bueno, te dejare cambiarte tranquilo – Con una sonrisa amistosa se fue, ya que ella tenía sus planes.

Gaara miro a su hermana hasta que desapareció cerrando la puerta y alejándose. Esa mujer estaba loca cuando quería, además eso de meterse en su cuarto, por los cielos, ya tenía 18 años desde enero, y amaba su privacidad, bien podría estar en pelotas y a la “señorita” de su hermana le daría igual. En verdad le disgustaba que invadieran su espacio vital, su calma y más que nada, sus cosas. No por nada era ordenado y si venia uno a mezclarle todo, lo enojaba mucho.

Abrió los ojos… se acordó de Shikamaru… como este comenzó a… ¿hostigarlo? No, eso sonaba muy mal sonara como sonara y viese como se viera. Si el moreno pudiera leer sus pensamientos sabría que se molestaría mucho con él y el solo hecho de pensar que Shika se enfade con él… le molesta… y… le preocupaba un poco. Igual, si se enfadara no podía contradecir nada ¿verdad? El más que nadie debía comprender la necesidad de tener su intimidad y tiempo a solas……… ¿Intimidad? Esa palabra le estremeció un poco…

- ¿Qué locuras pienso? – Sacudió su cabeza y sacando esas raras sensaciones decidió salir de una vez a caminar.

Saludo a su hermano quien desayunaba mientras escribía en el ordenador. Desayuno con él y hablaron cosas triviales, no se llevaban mal ni tampoco tan bien, pero normal y eso era suficiente. Cuando termino, anuncio a su hermano Kankuro que saldría y este le dijo que no llegara tarde y tuviera cuidado, a lo cual él respondió que sí y que no se preocupara. Condujo con su moto hasta llegar al centro. Aparco su moto en un estacionamiento y salió de lo más tranquilo a recorrer por ahí.

Recorrió algunas tiendas, visito locales de música, compro una bebida para irse a una plaza y sentarse en un banco apartado y algo escondido a leer un rato. Cuando estaba a punto de enfrascarse en la lectura tomando con un sorbete su bebida, alzo la vista de casualidad y volvió a bajarla solo para volver a subirla otra vez con más rapidez pensando que vio mal. Ahí estaba Shikamaru caminando por la plaza platicando animadamente con una chica…

-… ¿Temari? – Viendo que era su propia hermana.

************

Despertó a eso de las 9:30… miro el reloj, lo veía ido y con sus ojos medios opacos. No se veía bien, sentía arder todo y estaba muy mareado. El sonido del tic tac del despertador parecían ecos que rebotaban en toda la alcoba.  No tenía ningún pensamiento salvo lo adormilado que se sentía su cuerpo, no sentía nada en su interior, como si estuviera vacío. Estaba solo, lo sabía, comprobó que Kiba no estaba al igual que Naruto. Esos chiquillos, ya hablaría… pero… pero no ahora, ya que al menos, ellos estaban bien, lo sabía por los mensajes y porque estaban con sus personas queridas y confiables. Cerro los ojos, no tenía ánimos, no los tenía y encima se sentía pesado y tan agotado. Miro el reloj otra vez 10:52. Al ver eso, por unos segundos casi cuando iba a cambiar al 53 abrió los ojos tremendamente y se sentó deprisa.

- No… puede… - Como rayo entro a la ducha otra vez solo a bañarse el cuerpo porque ya había lavado su cabello a las 2 de la mañana.

Salió y empezó a buscar ropa. Se colocó una remera de mangas cortas de color azul muy fuerte y obscuro, unos jeans grises azulados. Se puso sus medias y cuando iba a ver el calzado paro de golpe… ¿Qué estaba haciendo?... se sentó en la cama abatido… ¿Para qué iba a salir? Solo le haría caso a su patética parte que decía, que le gritaba, que fuera a verlo… que lo viera y que aceptara lo que llegara a pasar. Pero no quería, no quería volver a pasar lo que siempre le pasaba con el amor. Sería un dolor más intenso que cualquier otro, no podría recuperarse rápidamente esta vez.

Se quedó pensando y debatiéndose una y otra vez entre ir o no ir, pero es que las desórdenes en su cabeza eran tan fuertes que no sabía para donde inclinar más. Algo agitado  alzo la vista al reloj y se alarma al ver que eran las 11:26 ¡¡Mierda!! Sin detenerse otra vez a debatir se precipitó a sus tenis y fue a la entrada para ponérselos, tomar su abrigo, su bufanda, sus guantes y sus llaves. Miro hacia atrás y vio a Akamaru quien le miraba nervioso. Dei sonrió.

- Vamos chico – Este no se hizo de rogar y siguió al rubio. Dei en verdad quería a Akamaru, noto todo el acompañamiento que le hizo, eso de que son lealmente incondicionales nunca lo negaría.

Fue hasta ese parque y se situó en el lugar que le dijo Itachi. Vio los pajaritos en el nido en el árbol de roble cerca de la banca, pero ni rastros de Itachi. Tal vez llego más rápido de lo que pensó, vio la hora 11:45. Se sintió aliviado y a la vez no, ya que si hubiera sido puntual él no hubiera llegado, o tal vez el si fue puntal y no lo espero. Seria en verdad un idiota después de que él lo esperara por horas en el cine. Estaba por derramar lágrimas cuando…

- Deidara – El rubio volteo y las gotitas que se juntaron en sus ojos se dispersaron por el movimiento de su cuerpo. Itachi estaba tras él vestido con una abrigo casual obscuro y zapatos negros y pantalón de mezclilla de igual tono. Se veía apuesto. Dei desvió el rostro sonrojado de pensar idioteces del idiota. – Me alegro que vinieras – Acercándose, pero el ojiazul se apartó.

- Dime ¿Qué quieres? Y demos fin a esto, como dijiste – Sonando firme, pero nunca viéndolo a los ojos y temiendo por dentro lo peor que se imaginaba. Itachi sonrió afligido, pero aun así se mantuvo sereno.

- Bien… lo primero que quiero decirte es que… - Dei entrecerró los ojos esperando la bomba – tenías razón – Abrió los ojos de golpe y lo miro con sorpresa y horror.

- … ¿Qué? – En un hilo de voz. Itachi seguía sonriendo tranquilo y con los ojos entrecerrados ligeramente.

- Que tenías razón – Alzando los hombros levemente. Dei sentía su corazón ya roto romperse más. – No debí haberte dicho que te amaba - ¿Qué era lo que pretendía?... matarlo más… ¿Por qué lo hacía sufrir? Lo miraba aun no reaccionado – Por eso me disculpo por mi precipites – Cerrando los ojos como restándole importancia.

- Pe-pero… ¿Qué es lo qué…? – Su corazón dolía. Y le dificultaba respirar, todo se estaba volteando a su alrededor. Akamaru le miro preocupado y trataba de zarandearle la mano pero nada resultaba, los ojos de Dei parecían como desorbitados.

- Así que… por eso yo… - Sonrió, a lo que le parecía a Deidara una sonrisa torcida, su mundo se estaba mareando a mas no poder.

- ¡Ey! ¡Itachi! – En ese momento llego un detonante más a su corazón.  – Aquí estas, se puede saber qué… ¿Oh?... ¿Deidara? – Dei estaba impactado y sus pupilas estaban pequeñas de la impresión y el dolor.

- Sa… ¿Sasori? – No podría moverse ni respirar bien y que ni se diga tragar.

- ¡Saso-chan! Llegas en un buen momento y que bueno que viniste – Dijo con una sonrisa muy amplia. Dei sentía tanto dolor que quería solo golpear a alguien… Itachi… y a si mismo por venir. – Deidara – Este lo llamo y apenas pudo girar a mirarlo y enfocarlo. Pero el azabache se acercó a él hasta casi tenerlo al lado, Deidara no quería eso, no quería que se le acercara, no podía… moría… con cada segundo con él…

- ¿Qué pasa aquí? – Pregunto inquieto por la expresión de su amigo y el comportamiento de Itachi.

- Sasori – Itachi miro al bermejo pelirrojo seriamente a lo que el otro calló y lo miro expectante. – Lo que quería decirte es que… - Dei cerró los ojos e iba a echar a correr en cualquier segundo cuando… sintió como tomaban su muñeca y la alzaban un poco más a la altura de su rostro, miro que ese fue Itachi, ambos chicos confusos lo miraron esperando que hablara y explicara. Itachi seguía serio – Sasori… A mí me gusta mucho Deidara – Dijo en voz fuerte, firme y decidida.

Deidara abrió los ojos de par en par ante aquella exclamación. Su corazón estaba confuso, neutro, pero confuso, como si se reconstruyera pero que estaba sin saber qué hacer, era una piedra dañada a penas juntada. Sin embrago Sasori parecía serio y mudo hasta que…

- Ah… ¿Era eso? – Se rasco la cabeza detrás de la nuca - ¿Me haces venir sabiendo que debo tomar un vuelo a las 14 para decirme esto? – Eso desconcertó a Deidara… ¿Sasori se iba? ¿Por qué esa reacción neutral? ¿Sospechaba algo? Más aun, Itachi ¿Le pidió que viniera? Pero… ¿Por qué…?- ¿Por qué es lo que quiero saber? – Parecía algo molesto esperando una excusa. El azabache sonrió más.

- Pasa que él piensa que estoy aun enamorado de ti – Sasori arqueo la ceja.

- Pues eso no es cierto Deidara – Mirándolo incrédulo – Además yo no tengo malos gustos. – Mirando mal al azabache.

- Oye – Sintiéndose ofendido.

- Además, estoy hace poco saliendo con Konan – Dijo para sorpresa de ambos con una sonrisa amplia, cosa aún más sorprendente. – Así que no debes pensar tonterías y preocuparte por nada – Viéndolo con cariño.

Deidara no podía creer lo que estaba pasando, pero… estaba… tan aliviado y sorprendido que aún no reaccionaba bien.

- ¡¡Mierda, las 13:15!! – Alarmado - ¡¡Gracias a ti se me hará tarde idiota Itachi!! – Y con eso se acercó a Dei y lo abrazo con amistad y cariño para susurrarle – Tranquilo, yo ya intuía que esto pasaría. Por eso me ponía mal cuando ustedes estaban juntos, pensaba que me dejarían de lado – Dei se sorprendió por eso – No le digas al idiota – Y se separó con una sonrisa.

- ¡Ey! Hay mucho cariño por ahí – Dijo Itachi algo celoso pero burlón y fingiendo molestia. - ¡Ouch! – Recibió un golpe en el hombro de Sasori.

- Tú, más te vale no hacerle daño o te mato – Dicho esto le dio un abrazo amistoso y se alejó - ¿Comprendes? – Advirtiéndole con una sonrisa. Itachi sonrió también y asintió – Bien, ya me voy, mi taxi me espera en la vereda con mis maletas. Nos veremos pronto en la facultad, vayan o repetirán. Por cierto Obito se quedará unos días, sopórtenlo. Hasta pronto – Y con eso dicho empezó a trotar. Cuando salió del parque se detuvo a pensar en algo que no se había fijado hasta ahora - … espera él dijo, “aun”…mmm… no, debo imaginarme cosas – Y con eso se subió a su taxi para irse.

Mientras Deidara aún seguía sin reaccionar a todo lo que paso y su corazón retumbaba de una manera lenta y hasta fuerte. Si no fuera por el toque gentil y dulce de Itachi en su cabeza podría haber estado ahí durante horas.

- ¿Estas bien? – Dijo preocupado por el estado del rubio pero sonriendo feliz y tranquilo. Dei le miro como ido, Ita rio por lo lindo que se veía, pero no quería causarle más dolores a sus emociones, así que tomo su mano y lo condujo más adentro del parque.

Caminaron y caminaron mientras el Uzumaki seguía sin decir u oponerse a nada, simplemente le pareció… irreal lo que acababa de pasar. Algo tan increíble y maravilloso que no creía que era verdad.

- Deidara – Itachi se detuvo y miro serio a los ojos del más bajo, este le miro algo confuso hasta que se dio cuenta de algo.

- Este lugar… - Ita sonrió. Sabía que aquí, él se sentiría más seguro. el cerezo celeste. Su secreto, su tesoro.

- Sé que te cause dolor tras dolor y en verdad me considero un idiota, así que tomare toda la responsabilidad – Dei le miro aun con carita de niño ido pero atento a todo. Ita se reverencio – Así que te lo pido… te lo ruego… que me des la oportunidad – Se corrigió ante la mirada asombrada de su par y tomo las manos de Dei y las estrecho contra las suyas y lo miro. - ¿Quieres salir conmigo? – Ya no sabía cómo no sorprenderse hoy con tantas cosas que le aceleraban el corazón hasta el punto del paro cardiaco.

- Yo…

- Aunque me rechaces… seguiré intentándolo – Agachando su rostro posando su frente en el par de manos envueltas – Aunque siendo sincero no sé qué más hacer, buscare ideas, pero soy bruto y tonto, así que seguro meteré la pata varias veces – Dijo con franqueza que al ojiazul le conmovió – Pero aun así, seguiré intentando una y otra vez aun si me toma años – Dei no cabía, temblaba de las emociones y solo había una pregunta que quería hacer…

- Po…Po… ¿Por qué…? – Logro decir. Itachi se enderezo y lo miro serio pero con los ojos llenos de ese sentimiento que el otro ansiaba ver.

- Porque en verdad me gustas mucho. – Sonrió al ver la bella expresión de Deidara – Te quiero, Deidi – Dei hizo una mueca que temblaba y empezó a derramar lágrimas. - ¿Dei? – Preocupado.

- Baka – Dijo quebradamente y cerrando los ojos sin poder evitar llorar a mares de la felicidad que sentía – Agacho la cabeza. – Yo… también… te quiero.

Itachi abrió los ojos y sonrió aliviado y feliz, por un momento pensó… que Deidara lo rechazaría, se asustó como nunca. Lo atrajo y lo abrazo tiernamente trasmitiéndole todo su confort, todo su cariño. Estaban ambos felices y Akamaru veía de lejos, así que se fue para darles privacidad a los humanos, también estaba contento.

- ¿Puedo…besarte? – Pregunto tímidamente. Dei rio por lo bajo de manera dulce al oír la pregunta tímida de su chico…. Espera… aun no lo era. Por lo que se separó un poco, y le miro serio. Ita se asustó.

- Yo… - Sonrió – Sí, quiero… salir contigo – Derramando una lagrima. Ita se sorprendió y sonrió al tiempo que le brillaron más lo ojos. Se acercó lentamente a su ahora novio y lo beso tan dulce que podía derretir a Deidara sin saberlo, pero también él se sentía derretir por solo tener en sus brazos al ojiazul, aunque solo pasaron horas de la última vez que lo abrazo, lo extraño tanto, que creyó que se moriría de no volver a verlo. Y solo con eso, una idea de lo que sufrió Deidara por su culpa se le cruzaba… debió ser mil veces peor.

Se besaron por largo tiempo bajo ese hermoso cerezo. Se separaban por escasos segundos para volver a besarse. No querían romper ese momento por nada. Pero lo hicieron a fin de cuentas y se miraron a los ojos. Dei estaba sonrojado y sus ojos enormes brillaban mirando ensoñador a Itachi, quien a esa imagen le encantaba y le llegaba a acelerar más el corazón, haciéndolo sonreír y sonrojarse un poco.

- De verdad te quiero Deidara – Y lo abrazo apoyando su mejilla en la de su koi, pero algo no se sentía bien. Abrió los ojos y preocupado lo miro - ¿Deidi? – El rubio estaba más rojo y su vista parecía turbia - ¿Deidara? – Más preocupado.

- Yo… - Se desplomo en los brazos de Itachi – Tengo……mucho……sueño – Y con eso cerro los ojos.

- ¡¡Deidara!! – Dijo Itachi a última consciencia del rubio.

 

Abrió los ojos, le costó un poco enfocarse en donde estaba, pero se alivió que sea su cuarto. La cabeza le daba vueltas un poco y su cuerpo parecía de hormigas por lo ligero y algo cosquilloso que se sentía. No pudo evitar ponerse mal y sentir un nudo en la garganta al pensar que todo… todo lo que paso había sido…

- Dei – La voz conocida lo hizo reaccionar. Volteo y ahí estaba Itachi quien lo miraba entre preocupado y aliviado. – Me alegra que hayas despertado ¿Cómo te sientes? – Sacándole el paño de la cabeza y poniéndolo a remojar en una cubeta llena de agua fría, para escurrirlo y volverlo a poner en la frente del menor.

- Itachi – Viéndolo medio sorprendido y con curiosidad. Ita rio un poco.

- ¿Y esa cara? – Sonriendo tan cálido que el corazón del otro estaba por salirse. Desvio un poco la vista.

- Na-Nada, solo que… - Apretó los labios y lo soltó en un hilo de voz – Me alivia que no haya sido un sueño – Ita lo escucho y sonrió y se puso medio serio pero aun sonriendo.

- Al parecer debo disculparme otra vez – Dei lo miro sin entender – Te hice venir al parque cuando estabas resfriado – El rubio se sorprendió un poco. – Descuida te traje a casa y ya te vio un doctor que llame, dijo que estabas estable y que necesitabas reposo y mucho líquido, jeje, entre otras cosas que me dejo la receta – Mostrando un papel con sonrisa de niño, ver esa parte de Itachi anonadaba ensoñadoramente a Deidara.

- ¿Hiciste eso por mí? – Ita lo miro serio y se acercó a él hasta casi rozar sus narices.

- Corrección. – Poniendo su dedo índice de por medio y picando el entrecejo de Dei – Hago esto por ti – Sonrió – Porque me importas – Y se separó. Dei estaba con los ojos de par en par muy sonrojado, por el resfriado pero también por Itachi. Ita seguía sonriendo, hasta le paso un vaso con agua y hielo a Deidara – Toma, debes estar muerto de sed – Dei seguía asombrándose, estaba siendo… tan atento con él… que le desbordaba el corazón.

Aun sonrojado se medió levanto, con ayuda del moreno, y tomo de a poco el líquido que le calmaba la garganta reseca y algo caliente con los ojos cerrados. Al abrir los ojos, se llevó la sorpresa de ver a Itachi muy, muy cerca de él, al punto de que sintió sus frentes juntas, su corazón latió por varios segundos estático.

- Tienes algo de fiebre, es mejor que comas algo para tomar el medicamento – Apartándose serenamente y viéndolo aun con calidez y se retiró de la habitación. Dei sentía que podría desmayarse, con todas esas atenciones para su persona… se sentía desfallecer de la emoción, pero también de la duda.  Cuando Itachi volvió, tenía un pequeño volt donde al sentarse se pudo comprobar que era arroz – No soy para nada un cocinero, pero al menos se hacer un poco de arroz, jeje – Algo nervioso, pero luego vio la cara seria y dudosa del Uzumaki - ¿Algo no va bien? – Pregunto de manera suave, una razón más por la cual el corazón del rubio latió más.

- Yo… - Dudo pero lo miro - ¿Por qué actúas así? Se me hace raro – “Por no decir que me quitara el corazón en cualquier momento” pensó avergonzado. Ita le miro y se acercó y le miro intensamente – Ita… - Recibió un beso, Dei se cubrió la boca apenado por la sorpresiva acción.

- Porque te quiero Deidara, no puedo comportarme como idiota viendo que necesito estar serio por tu condición – Sonrió. – Ahora ¿Tranquilo ya? ¿Comerás? – El rubio asintió muy sonrojado, y muy feliz. – Bien aquí tienes. Iré a preparar tu medicina – Y salió del cuarto. Dei lo miro dudoso ¿Preparar? Encogió de hombros y comió muy despacio.

Fuera de la habitación Itachi estaba al lado de la puerta apoyando la espalda contra la pared y la mirada baja. Apretaba las manos contra el muro con fuerza y también sus labios.

- Es… - Chasqueando la lengua con la mirada oculta – Es… - Apretando más lo labios – Es tan… ¡¡Liiindooo!! – Con emoción susurrante. - ¡Por Kamisama! ¡Se ve tan indefenso y adorable! Si fuera un loco violador, me le tiro encima y lo secuestro ¡¡Hieeee!! – Soltando mas emociones en voz baja – Ok, ok, ya, ya cálmate Itachi, calma, está enfermo, debes cuidarlo no atacarlo – Respirando para calmarse – Bien… ya está.

Exhalando su último aire para calmarse. Fue hasta la cocina he hizo un té, volvió al cuarto y lo que vio le conmovió hasta las venas. Dei estaba recostado de espalda a la cama con los brazos uno reposado a la altura del rostro y la otra al lado de su cuerpo, la sabana llegaba hasta su cintura y respiraba pausadamente con los labios un poco entreabiertos. Esa imagen casi lo hace desmayar de lo moe ¡Maldición! ¿Por qué Deidi era tan hermoso? Pensaba y se reprendía por casi perder a un ser tan hermoso por su idiotez. Lo miro, ese ser hermoso ahora estaba así por su culpa, el medico dijo que el rubio era fuerte y como que se resistía a tener una pulmonía, de solo pensarlo se sentía horrible. Fue hasta Dei y le levanto, apenas abrió los ojos le paso el té y le dio el medicamento.

- ¿Mejor? – Dei le miro y asintió con una sonrisa.

- Perdóname en serio.  Lo que menos quería era… te cuidare por haberte provocado enfermarte – Acariciando suavemente su mejilla. Dei lo miro y luego sonrió conmovido, poso sus manos en las mejillas del azabache quien levanto un poco la mirada para recibir un tierno beso de Dei.

- Eres un baka – Sonrió tan ampliamente que hasta brillaba. Ita recibió un flechazo de un mini Itachi cupido y su corazón rosado se hizo más rojo y latía más de amor. Sin importarle nada, lo beso más intensamente. Dei correspondió, pero recordó su enfermedad y quiso separarse pero el otro no lo dejaba y lo abrazaba más y sostenía fuerte su cabeza. Se separaron por la escases del aire – Bobo… - Agitado – Pue-puedo, puedo enfermarte idiota – Ita lo miro con intensidad y se acercó otra vez al rubio - ¡Te dije que no! – Poniendo su mano en la carota del Uchiha, quien la aparto suave y la beso, sorprendiendo al rubio, para luego besarlo a él otra vez en los labios. – Te dije que…

- Estaré bien – Sonrió – Los idiotas no se contagian – Y lo volvió a besar. Ita sabía de la condición de su amor, por eso, no haría nada que lo pusiera peor. Le bastaba, por ahora, besarlo y tenerlo entre sus brazos sintiendo su calor.

Un beso por aquí y allá, por las mejillas y por el cuello. Quería, quería a Deidara, lo quería demasiado. Pero aún era pronto para decirle que lo amaba, pero eso sentía que pronto se lo diría.

- Itachi – Jadeo el rubio muy sonrojado – Estoy cansado – Sus parpados pesaban.

- Lo sé – metiéndose en la cama con él y arropando a los dos. – Duerme, Deidi, duerme – Y le beso la cabeza, la frente y el ojo para por ultimo sus labios y abrazarlo dulcemente.

 

Así pasaron unos minutos cuando Deidara se quedó profundamente dormido, Ita le miro embelesado, sonreía feliz. Se acomodó mejor y abrazo un poco más a Dei recostando la cabeza de este en su brazo. Con ese dulce momento, se quedó dormido junto a su amor.

************

En un edificio de leyes, de un aspecto rustico y hasta algo oscuro, no por ambiente sino por colores decorativos, estaba una pareja en plena ejecución de papeles. Un señor llego con hojas en la mano y al sentarse largo un gran suspiro y alzando ambas cejas y haciendo una mueca de “Y bueno”, le paso esos documentos a los señores quienes los recibieron de la manera más educada posible.

Leyeron esos papeles y conformen asintieron a lo escrito y dicho, para luego entregarle dinero al hombre así lo sellaba y firmaba para legalizarlo irrefutablemente. Agradecieron al buen y trabajador señor y se retiraron. Ya una vez fuera de la oficina y del edificio, llegaron a su auto y se adentraron en él. Ahí, ambos exhalaron aire y sonrieron por no muy buenas razones.

- Lo conseguimos – Dijo la mujer más que satisfecha. El hombre no podía estar mejor.

- Jeje, ya sabrán quienes somos esos simplones – Con una sonrisa más que maliciosa.

                                   “Convocación judicial”

En cumplimiento de lo dispuesto en el Real Decreto 2**/**, del 25 de octubre del ****, por el que se le autoriza a convocar a los nombrados Deidara y Naruto Uzumaki a presentarse en el jurado de **** de Japon cuidad de Kohoha el día estipulado en la hoja denunciante. La convocación es para hablar sobre la demanda de la retención de Kiba Inuzuka de 18 años en tal residencia habitada, le exigimos que se presenten…

 

Volvieron a sonreír con suficiencia esperando que ese momento llegara.

- Los tengo en mis manos.

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

Jejeje, muchas cosas, desearia expresarlas, pero estoy decaida jeje

Lo siento, jejeje

Un gran abrazo, dejenme eso si sus comentarios, los respondere a pesar de mi tristeza jeje, eso si, cuando me sienta mejor, no quiero mandarles malos sentimientos jeje

Un gran abrazo, nos vemos n_n/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).