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Mi amado Brabucón por AnonimoHarui

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Notas del capitulo:

Hooola mis hermoso y amado lectores. Lo se, no hay perdon. Pero me pasaba ago raro, es que cuando queria subir el cap, y entraba a mi cuenta, la angustia me invadia y salia al instante, no sabia porque, y asi fue cada vez que queria entrar y no es que estoy depresiva, si estaba de los mas feliz hasta que entraba a mi cuenta, no lo se, tal vez cuando se me borraron los respuestas de dos personas que escribi con tanto amor se me rompio el kokoro y eso, pero no es excusa!!! Lamento mi falta jaja. Pero esta vez lo ingnore y segui adelante!! ^-^/

jejeje, bueno, les traigo y siguiente cap despues de dos meses!!!  Que feo de mi parte!! T.T Pero bueno!!

No les hago esperar mas jejejeje, espero que disfruten ^u^

Respondi a todos sus cometarios (Excepto dos de Lady y uno de Saya, lo hare esta madrugada jeje, sean pacientes :D)

Nos leemos abajo!! :D

Capítulo 40. Nervios y los latidos fuertes, no se comparan.

 

 

 

Miraba con reproche a Itachi. Ósea, no le dio detalles, pero sabía que algo paso ya que su hermano ahora estaba postrado en cama. Itachi se mantenía con cara serena pero por dentro estaba muy nervioso, sabía que Naruto no era tonto, que sospechaba algo. Y no era para menos, se quedó al final durmiendo con el Uchiha, estúpidos sentimientos se decía, y al regresar ve que su hermano estaba en cama muy enfermo y con fiebre y Itachi estaba con él cambiándole el pañol de la frente. Fue cuando recordó que Dei iba a salir con Itachi ayer a la noche y justo hizo frio y llovizno… y cuando pregunto él porqué estaba así, Ita lo  hizo sospechar… fue justo cuando llegaron a la cocina después de salir de la habitación.

----------------------------------- Flash Back -------------------------------

Naruto llego a la sala y se volteo para ver a Itachi dudoso.

- Itachi ¿Cómo es que mi hermano se enfermó? ¿No iban al cine-ttebayo? – Preocupado. Ita trago, debía mantener la calma, no quería mentirle a Naruto… pero temía contarle la verdad.

- Bueno, al parecer el cambio radical de clima le afecto, jeje – Viéndolo con tranquilidad fingida.

- Pero no es un cambio brusco, estos días estuvo fresco-ttebayo, además mi hermano no se enfermaría por estar solo unos minutos afuera – Conociendo que su hermano apenas llegara Itachi entrarían y luego irían a tomar algo caliente.

- Bueno, seguro que con todo lo ocurrido, sus defensas bajaron – Comenzando a ponerse más nervioso.

- Si fuera así, hubiera sufrido un ataque mientras pasaba eso, mi hermano es fuerte…. Es débil cuando es algo…- Como prendiéndosele algo en la cabeza - …emocional – Mirando a Itachi quien trataba de hacerse el desentendido. Naruto se puso un poco serio en voz – Itachi.

- Dime Naru – Con una sonrisa nerviosa que no se notaba mucho.

- ¿Por qué mi hermano se enfermó? – Poniendo más entonación en sus frase.

- Ya te dije, tomo frio – Nervioso.

- Pero iban a ir al cine.

- Sí.

- ¿Cómo es que pudo enfermarse así de grave, si iban a entrar a un establecimiento calefaccionado? – Mirándolo con intensidad.

- Bueno…

- Toma 7 minutos ir caminando hasta la estación del metro para ir al cine. Son 28 minutos para llegar al centro, son 15 minutos en llegar de la parada al cine, y mi hermano me mandó un mensaje que él había llegado ya frente del cine a las 20:45 (aunque Naru no sabe que en verdad llego a las 20:00), son exactamente, si mis cálculos son exactos, solo fueron 37 min los que estuvo fuera y en plazos divididos… y aun si hubiera estado hasta dos horas, eso no bastaría para enfermarlo-ttebayo – Ita comenzaba a sudar.

- B-Bueno N-Naru…

- Más que nada, si se iban a encontrar, en algún momento de la noche irían a tomar algo caliente, con eso mi hermano no hubiera presentado luego ninguna enfermad y si así fuera, sería una simple congestión… así que…. Itachi…

- ¿Q-Qué?

- ¿Cómo estuvo la película-ttebayo? – El azabache lo miro incrédulo. - Solo dime eso…

- Bueno… veras…

- No la vieron ¿Verdad-ttebayo? – Entrecerrado más los ojos.

- Bueno…

- ¿A qué hora llegaste al cine?

- ¡¿Eh?!

- Cuando  antes de entrar a la habitación vi parte de las prendas de mi hermano cerca de la entrada, note que estaban demasiado húmedas, la llovizna comenzó a las 23:52 de la noche, a esa hora ya deberían aun de estar en el cine o salir de él ¿Cómo es que se mojó tanto-ttebayo?

- Naruto, me estas incomodando con tanta pregunta – Ya completamente arrinconado.

- ¡¡Itachi!!

- ¡Te dije que tomo frio! – Se defendió aterrado.

Sé oyó algo en el cuarto de arriba y los de abajo se preocuparon por el chico que estaba mal, así que Naruto suspiro y solo fue a verlo diciéndole a Itachi que preparara algo caliente que aún no terminaban de hablar.

----------------------------------- Fin del Flash Back -------------------------------

Y ahora, luego de rememorar ese diálogo perturbador… por fin le dijo, la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad. Si, Naruto le hizo decir eso… ¿Acaso es policía?... sea lo que sea, ahora estaban sentados en la mesa y el azabache se sentía intranquilo por como Naruto repiqueteaba los dedos en la mesa. El rubio estaba con la acción de los dedos al mismo que sus ojos estaban cerrados y apoyaba su rostro en la palma de su otra mano, analizando en silencio cada palabra que dijo Itachi, concordaba… abrió los ojos, Ita por eso respingo un poco y fue ahí que Naruto se paró y fue hasta su lado.

- Dame una muy buena razón para no darte una tremenda patada en el trasero-ttebayo – Cruzándose de brazos y mirando muy enojado a Itachi.

- Naruto… no me trates así, me hiere – Viéndolo como estaba de arisco.

- A mí me hiere ver a Dei respirando así de agitado por fiebre – Apretando los dientes - ¡¿Sabes que pudo haberle dado una pulmonía?! ¡¡Maldición Itachi!! ¡¿Cómo pudiste hacerle eso a mi hermano-ttebayo?!

- Perdón, es que… - Apretó sus puños – No… simplemente no hay excusa. Si la tuviera y te la dijera… sería un patán más grande de lo que soy ahora – Agachando su vista. – Yo… me olvide de Deidi… - Tomándose la frente – Me olvide de él… como un idiota… ¿Cómo pude…? – Rememorando esa noche, y viéndose en su cara la culpa y el horror. Naruto lo noto, pero no iba a consolarlo, debía pagar.

- No quiero que vuelvas a acercarte a mi hermano – Ita lo miro aterrado – Yo lo cuidare, mientras tú, comienza a pensar en una manera de ser una persona con principios. – Ita no comprendió – Mi hermano – Poniendo en su rostro molesto y frustrado algo de melancolía – En verdad, deseaba ver esa película contigo… de verdad – Apretando sus puños. Ita abrió enormes los ojos. El ojiazul miro de nuevo al Uchiha – Busca como compensar… más de lo que hiciste, reparar ese deseo de Deidara… no hay nada peor cuando te arrebatan de esa manera un anhelo – Y fue hasta el arco donde daba a la entrada del pasillo y salida – Ya puedes retirarte. Cuando mejore te mandare un mensaje para que lo llames-ttebayo – Itachi agacho la  mirada y en silencio se levantó, se inclinó ante Naruto y salió.

Naruto al ver que se fue, camino hasta el sofá y se tiró como un peso muerto, en verdad esa plática lo agoto. Ita no era malo, lo sabía, y viendo sus ojos, podía comprobar que…correspondía a los sentimientos de Deidara. Pero después de esa experiencia en el cine, no quería darle a su hermano mayor así como así… no, debía ganárselo. Akamaru recostó su cabeza en una de las piernas de Naruto, este le miro y le acaricio la cabeza sonriéndole un poco.

- Hola Akamaru… ¿Sabes? No digo que Itachi no merezca a Dei, nadie mejor que él para estar a su lado. Pero cuando hizo esa idiotez perdió algo de mi confianza… necesito ver… hasta dónde puede llegar por él… sin que mi hermano le perdone como buena persona que es ¿Crees que hago lo correcto? – El perro lo miro algo mal, pero asintió, ya que él mismo contemplo al rubio mayor muy mal. – Gracias Akamaru, sé que si Itachi se esfuerza podrá tenerlo… como me paso a mi…

Sonrió recordando a su azabache quien seguro esta por despertar y mandar a volar lo primero que vea al ver que él no estaba ahí, rio de solo imaginarlo. Se levantó y fue a la habitación de Deidara llamando al canino para que lo siguiera. Él estaba aún algo agitado, su cara estaba roja y sudaba un poco. Akamaru le alcanzo una toalla que se posaba en su cabeza, Naru agradeció y con eso lo limpio, cambio el pañol de su cabeza y estaba vez le coloco una compresa fría y por ultimo acerco una silla a la cama y se sentó a observarlo y a su lado se situó el can acomodándose también.  No le gustaba ver a su hermano en ese estado, parecía tan frágil y que pudiera desaparecer en cualquier momento… lo aterraba, pero debía ser fuerte y procurar para que mejore. Y lo haría, como él siempre lo hizo con él. Cuidaría a su preciado hermano Deidara.

- Te quiero – Y se recostó en el borde y tomo una de sus manos, sintiendo esta algo más caliente. Entrecerró los ojos por ver que su hermano seguro estaba demasiado incomodo, así que la apretó un poco transmitiéndole su apoyo, con su otra mano acaricio la cabeza del perro y sin proponérselo se durmió.

Pocos minutos después Kiba llego temeroso de pensar que le regañarían por sus horas de llegar ya que como no respondieron a su mensaje o llamada pensó que nadie sabía dónde estaba y seguro asusto a los rubios. Pero se sorprendió que no había nadie abajo y todo estaba en silencio… eso le preocupó hasta que vio tazas de té en la mesa. Las recogió, limpio la mesa y lavo las tazas dejándolas secar en la rejilla de platos.

Ya viendo que estaban esas tazas, o estaban ahí, o salieron. Fue hasta arriba y toco la puerta de Naruto. Nada, no había nadie, luego fue a la de Deidara que estaba entreabierta, se asomó asombrándose para entrar al cuarto y contemplar la siguiente imagen que lo enterneció. Se notaban que eran hermanos unidos. Se sintió algo fuera de lugar, iba a despertar a Akamaru para salir, pero noto que Dei comenzó a respirar más agitado. Se acercó preocupado y al poner su mano bajo su mejilla, comprobó que tenía mucha fiebre. Rápidamente le quito la compresa derretida y fue a buscar otra para reemplazarla, aprovechando estar en la cocina, preparo rápido pero adecuadamente té de salvia y lo coloco en una teterita con piquillo. Subió, con un trapo húmedo y frio empezó a pasárselo por el cuello y dejo la comprensa en la cabeza, de esa manera sabía que sentiría alivio, una vez que vio la zona más regularizada, tomo el té de la teterita y coloco el piquillo en la boca de Deidara y dejo pasar el líquido por su garganta limpiando con otro paño las gotas que escurrían. Algo jadeante por las prisas pero silenciosas, vislumbro como Deidara estaba más calmado, respiraba normal y su temperatura bajaba. Se alivió y suspiro por eso.

- Gracias Kiba – Se sorprendió al oír la voz de Naruto quien aun estaba recostando la cabeza en la cama, pero lo miraba con una sonrisa. – Enserio gracias. Kiba se le aguaron un poco los ojos, pero correspondió e iba a salir del cuarto. - ¿A dónde vas bobo?  - Algo divertido por la acción del castaño.

- Bueno… yo…

- Ven… eres de la familia ¿No? Quédate con nosotros – Kiba iba a decir algo pero…

- Q-Quédate – Dei abrió los ojos mirándolo. Kiba se sorprendió mas ¿Desde hace cuánto que estaba despierto? Dei sonrió y con la otra mano que no era tomada por Naruto le indico que se acercara a la cama de plaza y media. El algo tímido se acercó. Tomo otra silla y se sentó cerca de la cama. – Dame – Aun extendiendo su mano. Kiba dudo pero lo hizo, Deidara sonrió más. – Jeje, mocoso… me tenías preocupado… ¿Por qué estas horas de llegar? – Eso lo sorprendió. Pensó que viendo el estado del rubio mayor y la dedicación de Naruto, se habían olvidado de él.

- Yo…

- Me alegra que este bien – Recostando mejor la cabeza – Me asuste. Pero ya está bien, sé que estabas con un amigo – Cerrando los ojos que los sentía pesados – Gracias Kiba… - Refiriéndose a como lo ayudo recién. – Quédate, me hace feliz – Refiriéndose a que estuvieran todos.

A Kiba se le aguaron otra vez los ojos, pero asintió y recostó su cabeza en la cama, de repente se sentía cansado. Miro un poco a Naruto que estaba frente a él con el cuerpo de Deidara de por medio, y vio que este le miraba con una sonrisa cariñosa y feliz.

Sus ojos castaños brillaron, cada día… quería más a esta pequeña familia… más que quererla… la adoraba.

Con esos buenos pensamientos como entorno unido… volvieron a dormitar un rato.

************

Deserto a eso de las 9:15, en verdad tenia sueño. Al salir se llevó la sorpresa de ver a Sasuke con la cara pegada al muro al lado de la puerta de su cuarto. Se veía murmurando cosas, seguro impropias, y parecía de mal humor, pero ¿Por qué? Si las cosas parecían que fueron bien ayer. Se divirtieron y la pasaron genial ¿Por qué ese humor?

- ¿Sasuke-nii? – Sasuke volteo el rostro rápido y lo miro muy mal haciendo asustar a Kenta, al ver la expresión de terror del niño reacciono.

- ¡Ah! Kenta, perdón. Estaba metido en mis pensamientos – Agachándose un poco ya que el niño retrocedió, eso le afligió – Perdóname en serio, jamás querría haberte mirado así, Es que… Naruto…

- ¿Q-Qué paso… con Naruto-nii? – Sasuke suspiro.

- Nada malo… solo que se fue sin despedirse – Rascándose la nuca – Pero eso no es motivo para tratarte mal – Acercándose y alzarlo en brazos – Perdón Kenta – Mirándolo con arrepentimiento. El niño sonrió.

- No hay problema Sasuke-nii – Y rio por lo bajo.

- Eso es, ríe, jeje ¡Gracias! – Abrazándolo y dejándolo delicadamente en el suelo – Bien, vamos a desayunar

- ¡Sí! – Alzando los brazos emocionado. Pese a tener 9 años, era algo bajito y muy tierno para aparentarlo.

Ambos fueron a la cocina a empezar con el desayuno. Sasuke calentaba leche y preparaba café, mientras Kenta muy lindo y feliz ponía el pan en la tostadora y encendía el aparato. Una vez hecho eso fue hasta la heladera para sacar una jarra de jugo mientras Sasuke cocinaba unos huevos y salchichas, para Kenta en forma de pulpo.

- Ah, creo que había algo de queso y jamón – Recordando las compras pasadas. Aun con la espátula en mano frente a la estufa con un delantal, bien masculino (XD), sonrió al pequeño castaño – Dime Kenta ¿Quieres ir a comprar croissants? (Otambién llamados medialunas J) El pequeño lo miro algo dudoso.

- ¿Puedo? – El moreno asintió.

- Por supuesto. Aun eres un niño, pero ya eres lo suficientemente grande como hacer ciertas compras, eso es obtener responsabilidades – Mirándolo cálidamente con una sonrisa. Kenta se asombró y miro hacia abajo.

-… Responsabilidades… - Sumergiéndose en esa palabra que parecía como algo que lo perturbo en su interior pues pareció que se desconectó del mundo. Aunque era una contrariedad, se sentía feliz que Sasuke le tuviera confianza y le viera ya como un chico que crecía… pero también… había algo en esa frase que no lo dejaba tranquilo.

- ¿Kenta? – Preocupándose un poco.

- ¿Oh? ¡Ah! No es nada Sasuke-nii, iré enseguida – Trotando a la entrada y poniéndose sus botas marrones claro y su abrigo verde con rapidez. A su lado llego Sasuke con una bufanda verde limón con la que le envolvió en el cuello y le paso unos guantes marrones claros con blanco. – Mira. Estoy bien abrigado, jeje – Por la fría mañana después de la llovizna. Sasuke sonrió con sus ojos bien abiertos y le entrego una nota y un pequeño monedero.

- Ahí está lo que debes comprar en la panadería de tres cuadras y en monedero el dinero necesario – Se inclinó recargando sus manos en piernas – Ve con cuidado y no le hables a los extraños y no te distraigas ¿Si? – Se lo dijo serio pero preocupado.

- ¡Hai! – Emocionado y salió - ¡Ya vuelvo!

 

Ya estaba fuera caminando, había gente afuera, pero no como para amontonarse o parecer un mar de gente, eran pocas personas que salían a sus trabajos, abrían sus locales o hacían sus compras tempranas. Kenta miraba a varios lados, era su primera vez comprando solo y le emocionaba mucho. Uno diría ¿Por qué no piden los croissants de la cafetería del hotel? Fácil, eran buenos, pero no tanto como los de la panadería “Attakai ōku” (Roble cálido = Invención mía :P) ahí, los croissants eran deliciosos y te llenaban de confort. Sonrió de solo pensar que probarías esas delicias calentitas con jamón y queso. Ya faltaba una cuadra, vio en una vidriera un peluche, era un oso de nariz rosada blanco con marrón… ese muñeco le trajo recuerdos, recuerdos muy borrosos, pero ese oso estaba y se oían voces. Reacciono y no le dio más importancia para seguir con el recado. Llego a  la panadería.

- Hola. Buenos días – Saludo cordialmente. La vendedora quien acomodaba unos panecillos en un canasto volteo a verlo con una sonrisa.

- Buenos días pequeño – Acercándose a él – Dime ¿Qué necesitas? – Kenta le alcanzo la nota, sabía leer, pero no los kanjis difíciles y Sasuke siempre se olvidaba acomodarlos para él. – Vaya, tú padre debe ser alguien muy listo para usar una escritura así, jeje – Yendo a buscar lo pedido.

- Papá… - Quedándose ensimismado. Sasuke no era su papá… tampoco tenía una madre… nunca se le vino en pensamientos de quienes serían sus padres… hasta ahora… - Sasuke-nii… Itachi-nii….Naruto-nii, Deidara-nii… Kaoi-san… -Iba a seguir nombrándolos a cada uno porque parecía acallar una angustia en su ser, pero la vendedora volvió.

- Aquí tienes pequeño. Son 164 yenes (Serian como 12 pesos ARG… saquen cuenta XD) – El niño abrió el monedero y saco las moneditas. Le pago a la jovencita quien le dio el cambio y el recibo – Muy bien, eres todo un hombre grande, jeje – Él niño agradeció feliz y se reverencio para salir.

Una vez afuera, quedo pensando en las palabras… “Responsabilidades”, “Padres”, “Hombre grande”… por alguna razón esas les dio como una punzada en su pecho… como si se conectaran de alguna manera… ¿Pero…qué? Sacudió su cabeza y siguió su camino. Olió el aroma de los croissants y sonrió, le rugía el estómago por ya comerlo. Ahora más animado continuo el camino muy feliz de poder enorgullecer a Sasuke y comer con él el desayuno, esperaba que llegara pronto Itachi.

Tan ensimismado iba que no freno cuando el semáforo peatonal indicaba alto, y cruzo la calle. El sonido de un auto acelerado se oía a la distancia aceleradamente mientras aun Kenta seguía en su mundo. Cuando noto como un peligro raro volteo para ver como un color gris fuerte iba a gran velocidad hacia él. Abrió los ojos sintiendo la sorpresa…. Iba a morir…

- ¡¡Muévete!! – Sintió como si un peso fuertemente lo envistiera rodeándolo por completo, cayendo de manera bruta al piso junto con ese peso encima.

Escucho gritos de impresión… mas no de horror… aun así, aun medio ido, levanto el rostro solo viendo como la gente lo miraban y el auto freno a una distancia en la que él ya habría sido pisado. Noto un color bordo en su ser… una campera. Alguien… estaba sobre él…

- Oh… - Quiso hablar pero él otro se irguió y lo miraba molesto.

- ¡¿Estas ciego y loco?! ¡Nunca cruces así la calle tonto! – Mirándolo muy enojado.

- Yo…

- ¡Oh, por Kamisama! ¿Están bien? – Varias personas se acercaron a comprobar si no habían sufrido algún daño - ¿En qué pensaban niños?

- Yo no soy un niño, soy un mayor de 12 años. – Hincándose en una pierna y señalándose con el pulgar orgulloso pero molesto por lo de niño. – El único niño es este que no mira por donde va ¿Qué tenías en la cabeza? – Kenta estaba más que avergonzado.

- Yo… perdón, estaba distraído…

- Los distraídos como tú hacen que cada día se oigan accidentes como este – Acusándolo de inconsciente. – Usa esa cosa que tienes entre las orejas llamada cerebro ¡Bobo! – Parándose.

Kenta miraba hacia abajo, en verdad fue un inconsciente ¿Cómo pudo hacer eso? Casi pasaba algo que sabía que lastimaría a los que lo apreciaban… era natural que ese chico le dijera que es un bobo que no utiliza la cabeza… se limpió un poco la cara y se paró. Tomo la bolsa de la compra de la cual se aferró para que no se dañara y troto hasta alcanzar al quien lo salvo planteándose en frente algo agitado, por el reciente susto más que nada.

- ¿Qué quiere ahora? – Mirándolo serio y con las manos en los bolsillos.

- Gracias… por lo de antes – Dijo apenado de que lo haya ayudado con su estupidez.

- Tengo cosas más importantes que perder mi tiempo con un niño bobo como tú – Afilando su mirada.

- Lo sé – No afectándole para nada su comentario – Sé… que debe ser frustrante ver como un bobo pierde la vida… pero – Reverenciándose – ¡Gracias! En verdad, estoy agradecido de ver aun el día – Y lo miro feliz y radiante sorprendiendo un poco al chico. – No sé cómo… - Mirando su bolsa - ¡Ya sé! – Dijo feliz haciendo brillar sus enormes ojos chocolates claros - ¿Quieres desayunar conmigo y mis onii-chan? – El otro arqueo una ceja.

- No – Kenta lo miro confuso. Cosa que el de 12 años suspiro. - No me parece prudente invitar a un extraño a casa – Kenta lo pensó y puede ser verdad, pero sonrió.

- Es cierto. Te debe resultar incómodo, jeje, perdón. Aun así, otro día te invitare – Eso si sorprendió al chico que agrando sus ojos verdes. – Otra vez gracias. Mi nombre es Kenta – El mayor desvió la mirada, no iba a contestar, pero este chico era demasiado efusivo.

- Kotaro Erizawa – Dijo el chico de cabello azul obscuro claro con cara de cansancio.

- Entonces – Sonrió – Nos veremos pronto – Y siguió su camino. Kotaro lo miro escéptico.

- ¿Está loco? Eso es imposible – Y con tranquilidad se fue.

 

- Tardaste mucho. Me preocupe – Sentándose en la mesa con todo listo.

- Perdón, conocí a un niño  que me ayudo y por eso le agradecí – Diciendo casi toda la verdad.

- ¿Eh? – No entendiendo bien la parte de “ayudar” – Bueno, veo que estás haciendo amigos – Tomando su café.

- Mmm… no sé si somos amigos – Pensándolo, para luego sonreír - ¡Pero no es mala idea! Me esforzaré jeje – Sasuke sonrió y  ambos voltearon al oír la puerta. – Ah Itachi, te ves terrible ¿Acaso tú salida con Sasori te agoto? – El mayor lo miro con reproche por el reclamo de la pregunto burlona.

- Muy gracioso – Hizo amago de irse pero…

- Itachi-nii, ven a desayunar con nosotros ¡Hoy fui solito a comprar los croissants! – Sonriendo. Ita lo miro y luego a Sasuke, quien tenía los ojos cerrados con una pequeña sonrisa de orgullo. Ita sonrió.

- Okey, iré a lavarme la cara y los acompaño – Y con eso hizo lo que dijo para unirse a la mesa.

Teniendo un lindo desayuno. Los encuentros con Kenta y ese chico Kotaro no acababan, eso el destino o lo inevitable, se encargarían de eso.

************

Suspiro otra vez, su hijo la miraba simplemente tranquilo. Su madre ha estado así desde hace rato. Sabía exactamente porque lo era… y ya lo habían hablado. Ahora la mujer lavaba los platos del desayuno.

- Mamá… - La mujer volteo al instante.

- Dime Kabuto… - El de cabello blanco la miro pero luego desvió un poco la mirada.

- Iré a casa de Naruto, ya vuelvo – Y con eso se paró para irse a la casa de su mejor amigo.

- Okey, no llegues tarde – Oyó el “aja” y luego la puerta. Una vez solo volvió a suspirar. Así solo lograría lamentarse más de las circunstancias. - ¿Qué hare?

Habían hablado con su hijo que era momento que enfrentarse a Juzo de manera directa, de esa manera, se resolverían dudas que ella ha tenido en la cabeza durante años. De solo saber que llegaría el momento de descubrir la verdad… la estremecía inquieta. Llevo su mano hasta la gargantilla que tenía, como era como un relicario, lo tomo y miro las fotos. En una de ellas estaba Kabuto de 12 años muy sonriente y feliz junto a Naruto y Deidara. Y en la otra… ella y Juzo cuando estaban juntos hace 19 años en la entrada de una atracción de un zoológico, su última salida… ya no era tan joven… recordó cuando tomaron esa foto…

---------------------------------- Flash Back ----------------------------------

- Jaja, vamos Juzo ¡Hay que ir a ver los murciélagos! – Jalándolo muy emocionada mientras el otro era arrastrado por ella no muy convencido. Kaoi tenía el cabello más corto y atado a una coleta baja. Vestía una pescadora verde agua y una blusa azul clara.

- Kaoi. Vamos a ver otra cosa ¿Si? – Algo nervioso. Ella lo miro divertida y prepotente. Juzo tenía un poco de fleco hacia el lado derecho y vestía una camiseta negra con una chaqueta gris y unos pescadores  de jean.

- ¿Qué acaso te dan miedo los murciélagos? – Con los dedos de la mano en la boca para no reírse.

- ¡Por supuesto que no! Pero no le veo el caso mirar a unas criaturas que puedes ver en las noches en los parques – Cruzándose de brazos algo nervioso.

- Ya, pero los del parque son muy pequeños, los de aquí vienen de Asia y consiguieron traer a los que miden ¡Hasta un metro veinte! – Haciendo cara de maravillada entendiendo sus brazos

- ¡¿Y estas emocionada por eso?! – Mostrándose turbio ante la maravilla de su chica.

- Por supuesto ¡Vamos! – Jalándolo hasta llegar.

Ahí Kaoi no mentía, los murciélagos eran hasta un metro y medio, y estaban de cabeza u otros trepaban por los arboles sin hojas lo que le daba al habitad una sensación de bosque muerto de películas. La chica estaba más que asombrada por las bellas especies de la noche, mientras que Juzo se mantenía a distancia de la reja débil que los separaba, según él. Esas cosas eran enormes y parecían peligrosas.

- Vamos ¿A qué le temes? Imagina que uno de ellos es Batman, jaja – Muy feliz. Juzo pensó si ella está feliz porque ella lo ve así. Se fue acercando y se quedó al lado de su novia.

- ¿Batman? – Con las manos en los bolsillos.

- Me encanta Batman. Es un personaje de una editorial estadounidense, DC comics, son en verdad geniales sus trabajos, jeje – Muy feliz. Juzo sonrió con ternura y se recargo en la barra.

- Es verdad. Leí varios de sus trabajos, y la verdad también llegue a admirar a Batman – Viendo como los murciélagos se movían con sigilo y se posicionaban en las ramas - Alguien que lucha por la justicia sin querer ser reconocido, solo proteger y ver el bien de los suyos y otros… - Entrecerrando un poco sus ojos – Aunque para eso sacrifica mucho… hasta sus sueños… - Sintiendo una punzada en el pecho -… Hasta sus anhelos – Miró a Kaoi quien lo miraba atenta y sorprendida por la profundidad de la conversación. Juzo le acaricio la mejilla – Temo… - Kaoi abrió los ojos más grandes – Temo que un día me llegue ese momento a mí – Acercando su rostro al de ella.

- ¿Qué quieres decir Juzo? – Sin dejar de mirarlo fijo le pregunto suavemente.

- Que no quiero que llegue ese día – Apoyando su frente con la de Kaoi – Tú eres mi felicidad – Le susurro con amor y los ojos cerrados – Tu eres mi sueño – Acariciando su rostro aun con su mano en la mejilla. La chica le latía fuerte el corazón, sentía que quería llorar de felicidad… pero había algo un poco raro. – Te amo Kaoi – La miro muy fijo y ella se sonrojo más.

- Yo también Juzo – Apenada, pero le brillaban los ojos. El chico joven sonrió. Y se acercó para besarla. Kaoi cerró sus ojos y cuando estaban a punto de besarse…

¡¡¡¡Hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiieeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!

- ¡¿Pero qué demonios?! – Cubriéndose los oídos.

- Jaja, es su manera de parecer un radar – Algunos de los murciélagos comenzaron a hacer un ruido agudo y volar de acá para allá. – Es para ejercitarse – Muy feliz aun cubriéndose los oídos.

- ¡Pues vayámonos antes de que me quede sordo y con un zumbido en los oídos! – Tomando la mano de su chica y saliendo de ahí, aunque Kaoi seguía preguntándose que fue eso de hace un rato.

Una vez que salieron suspiraron aliviados.

- Maldita sea, me quedare con esta sensación unos días – Con un dedo en el oído.

- Jeje, será un lindo recuerdo. – Juzo la miro mal.

- No me gusta este recuerdo – Vio a lo lejos a alguien que tomaba fotos. Corrió hasta él y le pago. La chica lo miraba curiosa cuando el volvió sonriente – A mí me gustan más estos recuerdos – Tomándola del hombro y volteando a la cámara, donde estaba el señor de fotos del zoológico posicionado con esta. – Di whisky, mi amor – Dándole un beso en la mejilla y volteando a sonreír. Kaoi se sonrojo pero sonrió e hizo el signo de paz con los dedos y tomando con un mano izquierda la mano de su novio que estaba en su hombro.

---------------------------------- Fin del Flash Back ----------------------------------

- ¡¿Cómo puede aún mi corazón estar enamorada de esos recuerdos?! – Con las manos en la cabeza alterada. Se dejó caer en el sillón. – Juzo, baka… - Queriendo llorar – Diciendo esas cosas tan lindas… y luego de eso dejarme antes de que pudiera decirle lo de Kabuto – Abrazándose. Fue ahí que ella pensó en algo – Pero… ¿Cómo supo de él?... – Sintiendo algo raro -… ¿Por qué me dijo eso ese día? – Analizando las palabras de su última salida… Juzo se veía en verdad con temor de algo -… ¿Qué está pasando por Kamisama?

************

Miraba con reproche a Naruto. Kiba parecía divertido, pero estaba de acuerdo con lo que hizo Naruto. Kabuto acababa de llegar, pero en cuando supo que paso también estaba de acuerdo con el rubio menor y Akamaru parecía divertirle.

Dei seguía incrédulo y molesto ante lo que al parecer todos se pusieron de acuerdo en este preciso momento. Aun así, tenía los brazos cruzados y picaba una y otra vez su dedo índice derecho contra su brazo izquierdo.

- Bien… Déjenme ver si los comprendí – Haciendo pausa cerrando los ojos para tomar aire – Deliberadamente, Naruto, echaste a Itachi de la casa, diciéndole unas cuantas cosas y ahora, yo no debo verlo hasta que se responsabilice de mi estado por su acto erróneo, y se haga un hombre decente de palabra que me merezca. Y todos ustedes están de acuerdo con él… ¿Es así? – Todos asintieron serios. - ¡¿Pero es qué acaso todos se volvieron mayores que yo y se les subió algo a la cabeza?! No pueden hacer esas cosas a su voluntad – Enojándose tiernamente, más aun cuando esta medio sonrosado por la gripe.

- Sabemos que no podemos decirte que hacer Dei, más siendo el mayor. – Dijo Kabuto - ¡Pero aun así siendo yo alguien de moral! ¡Me niego a que hagas que tu buena persona perdone un crimen como lo hizo él!

- ¿Qué crimen? – Algo incrédulo.

- Te abandono y dejo que quedaras bajo una llovizna helada ¡Pudiste morir de pulmonía Deidara! – Kiba se volvió serio ante la conversación, ya que el vio como el rubio estuvo cuando llego.

- Pero estoy…

- Estas bien, pero no podemos predecir el futuro Dei – El mayor lo miro sorprendido por la seriedad de Naruto – Itachi hizo algo a falta de consciencia que provoco que casi tuvieras un ataque fuerte. No dejare que él gane después de todo sin un castigo-ttebayo. – Afilando la mirada.

- Eso lo sé… pero YO soy el mayor, por todos los cereales – Algo enfurruñado de tanto jaleo – YO soy el que tendría que estar enojado – Mirando a Naruto y Kiba más que nada - ¡¿Dónde estuvieron hasta las horas de la mañana?! Sé que estaban en un lugar seguro… ¿Pero dónde? – Ambos chicos se coloraron, pero no Naruto no cambio la expresión.

- Aunque te dijéramos, ya lo sabes, así que deja de cambiar el tema – Sintiendo la mirada inquisidora de Kabuto.

- Luego hablaremos Naruto… tú también Kiba – Molesto por la ímpetu de las hormonas revueltas de los jóvenes.

- Cielos – Kiba volteo el rostro avergonzado, no hizo nada malo, pero aún no se acostumbraba a que Kabuto lo cuidara así.

- S-Sea como sea – Volviendo a recobrar la seriedad – No lo veras y punto-ttebayo – Dei abrió la boca. Parecían los tiempos en que los padres prohibían a los jóvenes estar a solas hasta tener mayoría de edad y estar comprometidos. Se sintió triste… pensó… pensó que…

- Escúchenme. Sé que quieren que él merezca un castigo, créanme que yo también lo quiero. Pero en este momento… - Mirando hacia abajo con sus ojos brillantes y apenado – Me gustaría verlo ya que no poder salir – Ladeando un poco la mirada – Al menos hasta que me recupere – Susurro. Solo quería estar con él.

Los demás lo  miraron anonadados ¿Cómo podían decirlo? Deidara se veía muy lindo y vulnerable en ese período de enfermedad, sin mencionar que actuaba más dulce de lo normal, ya que en otras circunstancias, hubiera mandado todo a la mierda para hacer sus cosas aun estando enfermo y no aceptaría mucho la ayuda de los demás. Pero al parecer su fiebre no lo dejaba actuar 100% Deidara. Viendo como la mirada azul del mayor se alzó mostrando suplica y voluntad… no tuvieron más remedio que….

 

- ¿Eh? – Pedirle a Itachi que venga. - ¿Qué cosa? – Aun no creyéndose nada.

- Que te quedaras cuidando a Dei hasta que mejore como parte de tomar la responsabilidad – Itachi abrió la boca para decir algo pero Naruto no lo dejo – Sé lo que dije, pero lo vi de esa manera y debes pagar un poco los platos. Eso si – Poniendo un dedo índice en frente cerca de su cara y mirándolo serio – No lo puedes tocar – Ita abrió los ojos impactado – Para nada-ttebayo – Siseo.

- El resto depende de Dei – Llego Kiba con dos mochilas. – Aquí tienes Naruto. – Pasándole una mochila a Naruto.

- Gracias Kiba – Sonriéndole y viendo a Itachi con esa sonrisa – Bien. Suerte. Vendremos a las una para verificar si esta mejor-ttebayo.

- Esperen… ¿A dónde van? – Realmente estaba estupefacto.

- Iremos a casa de Chouji, le pregunte y él acepto – Dijo Naruto aun feliz.

- Volveremos cuando Deidara este 100% recuperado – Le secundo Kiba.

- Yo me llevare a Akamaru – Dijo Kabuto. – Se acostumbre a estar conmigo y estar de ambiente en ambiente le hará mal – Sonriendo al animalito acariciándolo.

- Bien. Ya nos vamos-ttebayo – Empezando a irse.

- Buenas noches Itachi-san – Reverenciándose ante el Uchiha, Kiba siguió a Naruto saliendo primero de la casa, el rubio seguía en la puerta.

- Esperen… yo-o…

- Más vale no tocar ni un pelo a Dei – Viéndolo asesinamente – O te castro – Ita trago grueso. – Buenas noches Uchiha-san – Y salió junto al can quien lo seguía feliz.

- P-Pero… - Con algunos pelos parados y los ojos cuadrados.

- Confió en ti Itachi. No me decepciones-ttebayo – Y cerró la puerta. Se escuchó el sonido de otra puerta a lo muy lejos y el sonido de una auto arrancando.

Itachi

¡¿Qué es lo que acaba de pasar?! Me lo pregunto en verdad fuerte esperando una respuesta. Cuando Naruto me dijo que viniera enseguida, pensé que a Dei le paso algo, pero cuando me dijo que trajera algunas mudas de ropa para una noche me extrañe a lo grande. Y vaya que sorpresa me dieron al decirme todo eso. Aun no me lo creo. Sigo de pie cerca de la puerta de entrada con el bolso en mis manos…. ¿Y ahora qué?

- En serio no comprendo para nada – Suspire pesado.

¡Pero esperen! Alce mi rostro y abrí mis ojos ante una conclusión reciente. Estaré cuidando a Deidara, y eso también significa que estaré al lado de mí Deidara, y Naruto, Kiba y Akamaru se fueron ¡Lo que quiere decir que estaremos solos! Alce mis manos alabando a Kamisama por tan hermosa oportunidad. No iba a ser un desagradecido del que me hayan dado la oportunidad de poder estar al lado de mi Deidi. Me quedo en mis pensamientos de cómo iba a ser feliz hasta que… “No lo puedes tocar, para nada-ttebayo”… las palabras de Naruto frenaron mi emoción.

No sé lo que se estaría imaginando ese niño precoz, pero no puede andar diciendo a un mayor esas cosas cuando él anda de lo lindo con mi hermano. Ese Sasuke anda muy relax y yo sé porque ¡Porque él muy maldito tiene acción con la persona que ama! ¡¡Por eso!! Un día lo voy a castigar encerrándolo en un cuarto por un mes sin comunicación, ya vera, que se siga riendo ese mocoso, jaja, que gracioso, que gracioso será. Okey ya me estoy volviendo loco.

Mire hacia el techo, Deidi debe estar en su cuarto ¿Seguirá muy mal? ¿O ya mejoró un poco? Apreté un poco mi bolso y me sentí algo culpable, muy culpable. Estar enfermo no es una fiesta y más para él, que siempre está haciendo cosas. Empecé a subir las escaleras a paso sigiloso y lento……. No es que me aproveche de la situación, ahora Deidara necesita que lo cuide y eso hare. Andaba muy mal a la tarde, no sé qué tanto estuvo forzándose, pero… fue al parque… porque yo se lo pedí… o presione a que fuera. Frene mi paso al llegar al segundo piso. Me quedo serio y algo melancólico. En serio, quiero a Deidara, más de lo que uno pueda comprender por las situaciones, por eso… lo cuidare. Con paso decidido al igual que expresión, llegue a la habiatacion de mi chico y lentamente comencé a abrir la puerta. Al entrar lo vi recostado durmiendo, era tan lindo. Me acerque dejando el bolso en la entrada. Llegue junto a la cama y lo contemple mejor, se veía muy lindo, y frágil, algo que Deidara jamás quisiera que pasara. Parecía tranquilo, así que acerque mi mano para medir su temperatura… algo normal. Pero al parecer mi tacto lo despertó porque abrió los ojos paulatinamente y me miro con una pequeña sonrisa, sinceramente me latió el corazón más.

- Hola, baka – Casi en susurro. Sonreí.

- Hola ¿Cómo te sientes? – Acercando una silla y sentándome junto a la cama.

- Estoy bien, no voy a morirme, jeje ¿Ya se fueron los otros? – Algo dudoso. Creo que pensaba que ellos no se irían.

- Sí. Y me especificaron muchas cosas sin dejar de decir lo poco hombre que fui – Recordé la charla que me dieron antes de irse.

- Jeje, no sé qué se les subió a la cabeza, pero yo soy el mayor y yo puedo implementarte un castigo jaja – Algo risueño.

- Jeje n_ñU –  Me sentí nervioso de imaginarme lo que sea que estará pensando.

- Aun así – Mirando a un punto inespecífico – Sé que debería darte una lección – Se veía muy ensimismado y serio, lo miro expectante. – Pero ahora… - Mirándome con una ligera sonrisa – Solo quiero estar contigo – Cerrando los ojos.

Sentí mi corazón latir tan fuerte que creo que me llega a la garganta ¡Por Kami! Dei al estar en este estado es más espontaneo y dulce de lo normal. Siento que estoy al lado de una criaturita lastimada y amorosa. Quisiera abrazarla, es más, me acerque para hacerlo sin dudar, pero… “No lo puedes tocar, para nada-ttebayo”… esas palabras me frenaron  con mis brazos extendidos hacia él quien me miraba como un bicho raro.

- ¿Itachi? – Parpadeando confundido.

- Yo… iré a hacerte algo, jeje – Me aleje nerviosamente – Ya son casi las ocho, debes comer algo y tomar la medicina – Y salí de ahí como demonio.

- Espera…. – (Queriendo pararlo, pero él ya se fue. Agacho la vista algo triste)

 

Que cerca, que cerca. Debo calmarme, seguro que Naruto me matara si sabe que ando abrazando con efusividad a su hermano enfermo. Llegue a la cocina y ahí reflexione en una cosa… no se cocinar… nada. ¡Maldición! Deidara no puede vivir de arroz, debe comer otra cosa. Naruto me va a matar… se acabó, luego de esto comenzare cursos y aprenderé a cocinar, ya que viviré independientemente solo debo saber lo básico. Pero hasta eso… ¿Qué hago?.... El sonido de la puerta capto mi atención y fui hasta ella a comprobar quien podía ser.

- ¿Quién es? – Viendo por la mirilla.

- Soy yo Itachi – Sonrió amorosamente. Sonreí, y le abrí la dulce señora.

- Buenas noches Kaoi-sa… Kaoi – Corrigiéndome antes de que ella se molestara, cosa que note cuando puso esa cara de reproche. - ¿Qué la trae hasta aquí? Oh, perdón, pase – Invitándola a entrar asiéndome a un lado.

- Oh, no, no. No vine por mucho rato. Solo vengo a darte una ayudita – Me sonrió más. Yo quede medio confundido. – Ten – Me paso una bolsa de tela que llevaba algo como… - Es gachas de arroz – Sonriente. – Le hará muy bien, sobre todo con la zanahoria bien picadita jeje – Yo la mire asombrado y sonreí en verdad muy agradecido. En verdad me salvaba la vida esta buena mujer.

- Gracias – Tome la bolsa – Lo pondré a… calentar – Jeje, al menos eso sí puedo hacer.

- Debe ser a fuego mínimo y mantente pendiente y revuélvelo sino se pegara – Al parecer ella sabe que podría arruinarlo si no me dice eso, jeje, que bueno. – Bien. Muy buenas noches Itachi y saludos a Deidara – Agito su mano y empezó a irse.

- Hai. Gracias otra vez Kaoi – Ella volteo y sonrió más. La mire hasta que llego a la acera y luego como caminaba hasta la casa de al lado y entro. Quería estar seguro que llego a casa. Entre adentro e hice lo que Kaoi me aconsejo.

Una vez que prepare todo subí y vi a Deidara sentado en el borde de la cama.

- ¿Qué haces? No te fuerces  - El me miro y parecía… ¿Aliviado? – A ver, déjame ayudarte a recostar de nuevo. – Hice lo que dije y lo arrope.

- Pensé… - Me dijo medio aturdido. Toque su frente, su fiebre aumento.

- Deidara, come esto – Me apresure a darle plato hondo con las gachas, el parecía querer negarse, así que tome una cuchara y empecé a alimentarlo… que lindo  – Esto pasa cuando quieres hacer cosas precipitadas – Dándole de a poco. En cada bocado él parecía querer decirme algo, pero antes de eso, quería alimentarlo para darle su medicamento… - Oh, no, me olvide algo. Termina, ya vuelvo. – Y salí disparado.

- Espera…

Me tarde un poco ya que no sabía si darle agua o té, me decidí a traer ambas. Al entrar vi otra vez a Deidara en el borde de la cama.

- Te dije que no hicieras eso – Lo volví a poner otra vez en su antigua posición. El me miraba sorprendido. Trague grueso. Se veía indefenso. – Ten. Tómala – Le di el medicamento y luego el agua. - ¿Mejor? – Le pregunte a los cincos minutos de silencio. El me asintió.

- Ahora vuelvo, llevare los platos – El me miro y algo titubeante me pregunto.

- Pe-Pero… volverás… ¿No? - ¡Dios! Qué lindo. Voy a morir.

- Claro – Salí antes de cometer cualquier locura. Leve todo y volví para ver que esta vez Dei si se quedó en su lugar. Me acerque y le medí la temperatura, me pareció que estaba mejor, pero me seguía poniendo nervioso que me mirara con esa expresión y ojos brillantes. - ¿Pasa algo? – Él se sentó de manera tranquila y desvió un poco la mirada.

- Yo… - Me miro algo afligido – Creí que me habías dejado antes… perdón – Ahora si mi corazón se llenó de ternura. Dei teme que le deje, jeje. Pero me enternecí de manera serena y le acaricie la cabeza.

- No me iría… te quiero – Y pese a todo lo ordenado. Le bese la frente y lo abrace con ternura. Sentí su calor, su respiración sobre mi pecho, sentí todo de mi Dei y apoye un poco mi cabeza sobre la suya. Todo era tan lindo, hasta que sentí los brazos de mi rubio rodeándome, eso me hincho más el pecho de felicidad.

- Te quiero más, Itachi – Apretándome tanto como sus fuerzas podían. Quiero… tanto a Deidara…lo amo… pero… eso no se lo puedo decir tan pronto… podría asustarlo y… - Mucho más – Escuche que dijo. Me hace feliz que diga esas cosas, podría llorar porque sé que jamás me lo diría completamente consciente (TuT) – En verdad te quiero mucho – (O_O) Bien, no es que no me guste, en verdad adoro que me lo diga, pero esta situación… se está tornando peligrosa – Por eso, quédate conmigo Itachi – Apretando su rostro en mi pecho.

- De… ¿Deidara? – Me corría el sudor y me pecho sabía que algo malo iba a pasar.

- Itachi – Me miro, su mirada era brillante – Yo te haré feliz, por eso… quédate conmigo – Me apretó otra vez.

- ¿Dei? – Comencé a entender algo… ¿Estaba asustado? Sonreí. Mi lindo Dei cree que lo dejare por otro y me dices esas bellas cosas, jeje – Deidi, yo ya te dije que quiero estar contigo y sea lo que sea que haya pasado antes no tiene importancia – Le besé la frente – Te quiero a ti – El hizo una mueca graciosa y entrecerró sus ojos brillosos con un lindo sonrojo ¡Cielos! ¡Qué lindo!

- ¿Me quieres? – Le asentí – Entonces. – Todo fue muy rápido, de la nada me encontraba de espaldas al colchón y con Deidara encima de mí. – Entonces… - Mirándome con… deseo… trague grueso. Noté como se acercó lentamente a mi oreja  – Hazme el amor Itachi  - Y me susurro esas palabras que me dejaron con la boca abierta.

Mil pensamientos pasaron en mi mente, sin saber cómo reaccionar, hasta que sentí como Dei me daba besos por mi rostro. No, no, esto no está bien. Deidara solo esta así por la gripe y está delirando y diciendo cosas de las que se arrepentirá cuando este mejor y seguro yo también.  Lo tome de los hombros y trate de alejarlo.

- N-No Dei-Deidara, no digas esas cosas – Estaba que no me lo creía aun. El me miro medio ido.

- ¿No quieres? – Me dijo inocente ¡¡Por todos los santos!! No es que no quiera ¡Pero no quiero que sea así! Obvio que he fantaseado con él muchas veces y créanme que me he controlado bastante para que no se notara que me perturbaba su presencia, y deseo que en verdad pase, pero no ahora, no aquí, o mejor dicho no de este modo. Lo quiero completamente cuerdo y que en verdad lo desee.

- No es que no quiera, Dei – Le sonreí y me medio levante para quitármelo, pero él seguía presionando, desafortunadamente cerca de mi intimidad, pero logro sobreponerme. – Pero quiero que sea un momento muy especial, mi Dei – Lo bese castamente en los labios… creo que fue un error, su sabor me enloquece ¡Cálmate!

- Si es contigo, cualquier momento es especial – Acurrucándose en mi pecho ¡Okey, él quiere que me muera! – Esta bien – Me miro y acaricio mi rostro – Lo recordare, estoy cuerdo… - Me sonrió de manera tierna – Y quiero pertenecerte – Me dio un beso puro y dulce – Así que… hazlo… - Me abrazo por el cuello.

……………Perdóname Naruto…………. Dei me besaba el cuello…………… ¡¡Pero al diablo todo!! ¡¡En serio amo a Dei y él me está torturando!!

Narración normal.

Itachi se sentó aun con Dei encima. Lo beso, dulce y profundo. Saboreando la cavidad de su koi. El ojiazul se sentía derretir por lo glorioso de su unión de labios. Su corazón latía mucho, e Itachi estaba igual. Tomo la nuca del rubio para profundizar esa exquisita sensación y aumento la intensidad del beso. Recorría toda la boca del otro con su experta lengua, saboreando y jugando con la de su par. Deidara era una tentación, su tentación, suya y de nadie más. Esa emoción provoco que le mordiera el labio a Dei haciendo que este se quejara de manera adorable. Itachi lo miro con lujuria y deseo.

- Eres muy provocador – Le sonrió sensual y prepotente. Dei bufo.

- Lo dice el maldito play boy – El moreno resoplo de gracia y miro desafiante a Dei.

- Oh, así que es lo que piensas – El rubio se estremeció al sentir como delineaban sus piernas suave y lentamente. – Déjame mostrarte lo bueno que soy – Llegando hasta la cadera acariciando esa parte moviendo la playera morada del ojiazul para tocar de a poco su piel, haciendo a Deidara agitar más.

- No-o… te-e… creas – Desafiante y reprochando al otro, pero estaba avergonzado.

- Eres tan lindo – Y beso otra vez sus labios con lentitud sensual.

Lo seguía besando mientras acariciaba todo su torso aun sobre la tela, Dei sentía que su piel quemaba por donde esos dedos se deslizaban, también creía que no era suficiente. Ita se separó, se miraron con intensidad. Metió sus manos bajo la playera para empezar a tocar esa piel que le tentaba a dejarle marcas por todas partes, algo que Itachi jamás deseo con nadie. Con sus amantes de una noche era solo sexo y jamás dejaba marcas ni que se las dejaran a él, no lo gustaba eso, más si solo era una persona de una noche o de periodo corto. Pero Deidara es diferente, desde que comenzó a tomarle cariño solo deseaba que fuera solo suyo, se encelaba de cualquiera que se le acercaba, moría de enojo al saber que no podía reclamar por no ser nada, pero ahora era diferente, ahora estaba besando ese pecho y lamia ese cuello sin pudor alguno, y le encantaba.

- Ahh… - Dei estiraba su cuello para dejarle más acceso al moreno. Ita obvio que no lo desperdiciaba, lamia y mordía suavemente esa piel, cada vez se escuchaba más suspiros del ojiazul haciendo desear más a Itachi de… - ¡¡Ahh!! –…Dejarle marcas – Mmm – Sentía como iba a diferentes secciones del cuello bajo dejando una que otra marca.

Ita no dejaba de estimular su pecho, hasta que sus dedos llegaron a unos de los botones de Dei, que no dudo en retorcer y pellizcar.

- ¡Ahh! No, espera… ¡Mmm! – Abrazando a Itachi. El otro aprovechando la posición abrazo su cintura y comenzó a lamer un pezón de su koi con gula. Dei se sentía desfallecer solo con eso – I-Itachi… Ahh…I…Ita… ¡Ah! – Mordieron su pezón y ahora su otro era pellizcado otra vez.

Itachi estaba tan entretenido, ese cuerpo era un peligro, lo estaba volvieron loco tan pronto que creía que perdería la cordura que le quedaba. Aun así, aguanta con gran voluntad, solo porque era Dei, y quería que fuera especial, que Deidara se grabara cada caricia, cada palabra, todo, que sintiera placer y que gritara su nombre del gozo y amor. Su miembro ya estaba duro de solo pensar esas cosas y de oír y tocar al rubio. Dei trataba de no dejar salir tantos gritillos y suspiros, sintió en sus nalgas el miembro duro del Uchiha, mordió su labio con excitación y sin pensarlo, comenzó a moverse sobre este estimulándolo más. Itachi suspiro fuerte cuando Dei se movió, era delicioso ese roce, aunque también torturador al estar ambos aun con ropa. Sin más, le saco por completo la playera a Deidara y también su propia verde fuerte de mangas largas, y acostó al blondo en la cama y lo miro con intensidad.

- Sí que eres travieso – Le dio un largo beso – Me gusta – Besando su cuello – Me gustas tú – Mientras bajaba cada vez más, en su paso delineo los pezones – Me encantas – Acariciando, lamiendo y besando.

- Ahh, mmm, ahh – Delirando por lo toques dulces y sensuales del azabache. - ¡Ah! – Itachi rosaba su barbilla contra el miembro de Deidara – Ah, ahh, ah,… mmm – Conteniendo su voz.

- No calles, déjame oírte por completo – Comenzando a lamer ese lugar íntimo aun sobre la tela.

- ¡Ah! ¡Mmm! – Apretando fuerte sus dientes - ¡¡Ahhh!! – Hasta que Itachi mordió su virilidad, humedeciendo más sus pantalones. – Itachi… no-o… hagas…

- A mi parecer te gusta – Tomando los bordes de los pantalones de dormir grises y bajándolo un poco – Creo que esta parte lo dice – Acariciando la intimidad aun sobre la ropa y besaba y lamia la pelvis que estaba expuesta.

- Ah, no, no hagas eso… ah, no lamas a-ahí – Sintiéndose en el cielo pero avergonzado.

- Yo creo que quieres – Bajando los pantalones junto al bóxer y dejando que saltara la hombría del rubio – Sí que quieres – Y beso la punta.

- Ahhh – Derritiéndose. Trataba de no gritar, pero eso era inevitable ante la lengua que paseaba con tranquilidad sobre su tronco y succionaba su escroto, para luego… - ¡¡¡Aahhhh!!! – Gritar ahogadamente cuando Itachi se lo metió de lleno - ¡¡Ahhh!! ¡Haaahh! Oh, por dios ¡Ahh! ¡Ita… Itachi! ¡¡Mmm!! ¡¡Aahhh!! – Itachi subía y bajaba con maestría mirando hacia arriba para deleitarse con las expresiones de placer del blondo, cosa que lo excitaba más. - ¡¡Ita!! ¡¡Itachi, yo…!!

Ita tomaba lo que escurría y remojaba sus dedos con el pre-semen para así ir masajeando la entrada de Deidara. Dei estaba que podía llegar al final con solo eso, pero Ita no lo dejaba correrse, lo estimulaba al mismo tiempo que tenía su pulgar en su glande.

- ¡¡AHHH!! No, saca, sácalo… es molesto – Sintiendo el primer intruso.

- Está bien, tranquilo, relájate – Subiendo hasta su rostro y besando su frente. – Debo hacerlo, lo sabes – Besando cada tanto su mejilla y cuando iba a meter el segundo - ¡¡¡MMM!!! – Besó sus labios para silenciarlo un poco. Lo besaba con necesidad y dulzura. – Ahh, Itachi… duele – Con ojos lagrimados.

- Shhh, lo sé, ya casi, ya… - Lamiendo su cuello. Vio como Dei contenía el dolor, se sintió mal ¿Debía parar? – Dei…

- Estoy bien…. Sigue – Mirándolo sinceramente. Ita se enterneció y lo beso otra vez. Ya cuando sintió que la entrada dejaba salir y entrar sus dos dedos bien, metió el tercero - ¡¡MMMMM!! – Gritando en el beso. Unas lágrimas salieron de sus ojos. Era doloroso, pero también se sentía feliz, pronto iba a pertenecer a Itachi. – Itachi… - En un hilo de voz por la fuerza de contener el cumulo de emociones.

- Lo sé – Empezando a masturbar su miembro, Dei sentía placer y mucho dolor, pero sabía que solo sería temporal. Paso un rato, Ita estaba siendo paciente y se contenía para poder cuidar de que Dei no sufriera, ya los tres dedos salían y entraban a sus anchas y hasta el rubio movía un poco sus caderas para sentirlos – Ya es hora – Le beso la frente y varios lugares del rostro mientras sacaba los dedos y comenzaba a acariciar los muslos de su pareja. Tomo con sus manos la parte debajo de la unión de las rodillas y las alzo hasta el pecho del rubio, trago grueso por ver la flexibilidad del blondo, le excitaba… Tomo su propio miembro y lo masturbo un poco para sacar algo de pre-semen para lubricarlo, una vez hecho, rozo la punta con la entrada que se contraía – Relájate amor – Dei se sonrojo más por como lo había llamado que no presto atención a lo que le dijo. Ita respiro profundo y - ¡¡¡¡AAAAAAHHHHHH…..MMMMMMMMMM!!! – Lo penetro de una para que no sufriera tanto y como grito muy alto lo beso y contuvo ese grito.

Dei lloraba, de dolor y felicidad, se sentía completo, e Itachi no era para menos, se sintió en el mismo cielo estar dentro de su novio, era la gloria, su tremenda estreches lo volvía loco. Se quedó así un tiempo, se moría por moverse, Dei lo noto y como ya no sentía casi nada de dolor le indico que comenzara. Ita asintió y comenzó con un vaivén lento y suave. Dei suspiraba quedamente a cada pequeño movimiento, acostumbrándose, sintiendo que poco a poco comenzaba a sentir el placer. Itachi miraba con infinito deseo a su rubio, se veía hermoso… y ahora, era suyo completamente. Ese pensamiento hizo que acelerara un poco las estocadas.

- Ahh, ahhh, haaa, mmm – Dei comenzaba a corromperlo una ola de placer indescriptible. Los suspiros eran más fuertes y rápidos al igual que los de Itachi. – Ahh, Ohh, por Kami… ahhh… ahh, ahhahh ¡Ahh! – El moreno aumentaba cada rato la velocidad. – Ohh, Itachi… - Apretando las sabanas.

- Abrázame a mi Deidara – Tomando los brazos del rubio y haciendo que rodeada su cuello – Así… estate más cerca de mí – Jadeando por el placer. Era el condenado paraíso, no podía, quería más, no era suficiente. Las embestidas se hicieron más rápidas y cada vez más duras. – Ahh, si, por dios, que delicia – Su voz era ronca. Lamio el cuello de su par. Estaba en éxtasis

- ¡¡Ahh!! MMM… Po-por Kami… ahh, ¡Ahh! – Su interior quemaba pero aun así quería más, aunque por la intensidad no podía articular palabra.

- Deidara – El pelinegro se sentó cargando a Dei sobre él sin detener las arremetidas, es mas, las aumento como bestia, llegando cada vez más dentro del ojiazul.

- ¡¡Ahh!! ¡¡Ahí… dale… ahí!! – Itachi encontró su punto.

- ¿Ahí? – Dándole otra vez haciendo delirar al Uzumaki mayor quien estiraba el cuello hacia atrás sin deshacer el abrazo. – Si, al parecer acerté – Succionando el cuello del blondo dejando otras marcas. Lo miro con lujuria – Mío… mío, eres solo mío – Abrazándolo y chupando sus pezones e intercalando.

- ¡¡Ahhh!! ¡Sí! Soy… ¡Ah!.... tuyo – Quería llorar, estaba feliz. Aunque claro, después pensaba castigarlo sin relaciones. Ese era parte de su plan desde el principio… pero más que nada, quería ser de Itachi completamente. Y ahora, no cabía de la felicidad de lograrlo, sus lágrimas derramaron por sus mejillas.

- ¿Dei? – Sin detenerse. Dei lo beso.

- Estoy…. Tan contento… - Y le sonrió con amor.  Ita apretó los labios y volvió a ponerlo sobre la cama, llevo sus piernas a los hombros y empezó otra vez a penetrarlo como demente, duro, rápido y fuerte.

- ¡¡¡Ahhhh!!! ¡Por Dios! ¡¡Siiii!! ¡¡Ahhh!! ¡¡Itachi!! – Lo quería besar, extendió sus brazos indicándole que se acercara, cosa que hizo al instante y se besaron.

- Ah, haa, te amo – Sé le escapo y se impactó por lo que dijo, pensó que la cago. Pero para su sorpresa Deidara sonrió.

- Tam-También te amo – Sus ojos se notaban que estaba al límite - ¡¡Ahhhh!! – Ita se esforzó más en las últimas estocadas, luego de oír eso de Dei, era obvio que no iba a quedarse tranquilo. - ¡Haaah! ¡Ahh! ¡Ita… voy, voy!

- ¡¡Igual!! – Y con eso. Acabo como nunca dentro de Deidara, mientras este explotó en sus vientres.

Luego de calmarse después del orgasmo. Ita salió suavemente de Deidara y se acostó al lado de él. Tomo la manta que arropo a ambos, apago la luz del interruptor que había cerca de la cama y abrazo a su Deidi contra su pecho. Estaba feliz y esperaba que el rubio en serio lo recordara., cosa que el rubio sin duda hará.

Lo que ninguno sabia, es que tal vez esta unión traiga consecuencias, dolorosas, pero por ahora, la feliz pareja, está más que contenta y durmiendo juntos.

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Jajajaja, y bien? Que les parecio!!

Sinceramente ame como Naruto empezo con el interrogatorio a Ita jajaja, pobrecito jejeje :P Y mas su lado protector, aaayy!!! La primera parte fue taaan waaay!! :D Mas cuando Kiba llego e hizo eso por Dei, a que no es un amor :3 

Que les parecio el chico que salvo a Kenta!!? jejeje, es personaje 100% mio!! :D jajaja ¡Amenlo! >:( ok no :v jajaja Que es lo que le pasa con esos recuerdos al pobre de Kenta!! D:

Ohhh, los recuerdos de la juventud de Kaoi... :3, por cierto, nunca me dijeron como les cae Juzo!? :D jejejejejeje

Ohhhhhhh *o*, por fin la consumicion de amor de Itachi y Deidara!! :D oohhh por dios muero de ternura jajaja, ese Dei es un loquillo y pobre Ita lo tentaban XD jajaa

Bien. Espero que les halla gustado. Y si pueden me dejen sus hermosos comentarios :3 jejeje

Un gran abrazo y nos leemos pronto

Nos vemos n_n/

 


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