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Mi amado Brabucón por AnonimoHarui

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Notas del capitulo:

OooOooolaaa mis amado lectores jejeje. Si, lo se, pero ya les dije antes :( Estaba deprimida por los respuestas que se borraron y cada vez que entraba para volverlas a escribir me sentia mal u_u por eso salia y lo posponia

Pero otra vez pense en mi misma!! >_< perdon, ustedes son mas importantes, por eso, hoy lo hice... ¡¡RESPONDI A TODOS SUS COMENTARIOS!! A TODOS, INCLUSOS LOS ANTERIORES!!! (no todos los anteriores, aun me falta los de una persona Q.Q, pero ya losa respondere) 


Bueno, jejeje, hay muchas cosas, por pedir disculpas y eso, pero ya no los distrigo y los dejo leer, espero les gusre =D

Capítulo 41. Mas risas, como mas problemas.

 

 

- ¿Te duele mucho? – Lo miraba algo nervioso. El rubio ya estaba mejor de la gripe, pero estaba adolorido de otra cosa. Dei lo miro con reproche, pero suspiro.

- Si, no es para tanto, mientras no me mueva hoy en lo absoluto – Postrado en cama tomando un té. Sabía que iba a ser así, no por nada era su primera vez. Sonrió al recordar la cara de horror de Itachi al ver sangre en las sabanas, se alteró tanto que por poco no llama a la cruz roja. Al parecer el muy sinvergüenza tubo de todo tipo de diversiones, pero jamás uno virgen.

- ¿En serio no tienes nada malo? – Aun preocupado. Dei resoplo de gracia.

- Te dije que es normal – Sonriendo con los ojos cerrados.

- Pero… - Dei aun no le decía que era normal por ser la primera vez, se lo diría ahora a ver qué cara pondría.

- Itachi, es natural que pase – Le miro con una inocente sonrisa, que ocultaba la burla – Ya que después de todo, fue mi primera vez – Soltó…

-… - Ita quedo en blanco. Ósea… si, si lo pensaba bien… - Yo-o… ah… - ¿Era idiota, no?

- Jaja, no pongas esa cara zonzo. – Riéndose con ganas. Risa que se cortó al sentir unos brazos rodeándolo cálida y suavemente, también como Itachi apoyo su frente en su cabeza. – I… ¿Itachi?

- Dei… ¿Qué hago? – Susurrando estremeciendo al rubio – Me siento… demasiado feliz – Apretándolo un poco más. El pobre Dei se sonrojo para las orejas y lo aparto.

- Baka, suéltame ¡Ay! – Sintiendo la punzada en su espalda baja.

- ¿Estas bien? – Preocupado.

- S-Si… solo… mantente a prudente distancia – Con el rostro azul por el dolor repentino de su brusco movimiento.  Ita sonrió. Dei solo se sonrojo molesto por la actitud de extrema felicidad interna del otro. Aunque… por ahora… solo disfrutaría este día con él hasta que llegara Naruto.

************

Estaba más que tranquilo. Estos dos últimos días se sentía más relajado y sin presiones. Desde que decidió seguir con su vida como siempre, estaba a pleno disfrutando lo que había olvidado por culpa de Gaara, su espaciosa libertad. Hoy no era para menos. Fue a la mañana a visitar a su amigo Chouji quien tenía otras visitas en su hogar, le fue ameno compartir el desayuno con Naruto y Kiba, verdad estaba deseando que las cosas fueran como antes de que los locos viniera, bueno en parte, quería recuperar los momentos que compartían los recesos, todos juntos. Solo de pensarlo sonreía mientras caminaba por la calle.

Gaara no lo había llamado ni mensajeado en ningún momento, no había hablado con él desde hace dos días, y la verdad… se sentía triste… pero ya había dicho que haría, y no se iba a retractar. Al parecer Gaara no tenía problemas con eso, parecía como si le diera completamente igual, seguro que ahora estará buscando el momento en que otra vez este triste y lo volverá a acosar o lo que sea, pero no, que se busque a otro por ahí para contener sus emociones nuevas, que lo dejara de joder con sus problemas. Aunque siéndose sincero, el pensar que se fuera con otra u otro… lo aterraba en cierta manera.

- Vaya, miren a quien me encuentro – Oyó la voz de una chica. Volteo y vio que era

- Oh… Temari – No es que ya le tuviera la re confianza o algo, pero ella no le había dicho su apellido y él no era alguien tan respetuoso como para llamarla Temari-san. – ¿Al fin te dignaras en decirme tu apellido? – Ella rio.

- No, si lo hago no me llamarías por mi nombre – Divertida se plantó cerca de él. Shika se rasco la nunca con pereza.

- Pues ese es el punto de todo esto. No puedo andar nombrando el nombre de una chica que conocí hace un par de días, no queda bien – Encogiéndose de hombros.

- No seas tan formal conmigo chico, que si yo te permito llamarme por mi nombre deberías estar más que agradecido – Con las manos en la cadera en pose autoritaria empezó a caminar – Ahora vamos a tomar algo, que pese al tiempo, fresco, muero de sed – Pasando del moreno que miraba con incredulidad pasiva.

- Cielos, que mujer – Siguiéndola resignado. Aunque tenían algo en común, ambos pese a los días fresco, se les antojaban bebidas heladas. Sonrió de medio lado.

Una vez dentro del bar ambos tenían una bandeja de sándwiches para dos y un par de bebidas. Era un ambiente cálido y ameno. Temari estaba más que conforme, ese moreno le llenaba de satisfacción solo con estar junto a él… no creía en el amor a primera vista, pero si creía en las primeras atracciones de la primera impresión, y ese chico, tenía algo que le llamaba y hacia su corazón agitarse un poco.

- Dime ¿Te gusta pasar el rato mandoneando a desconocidos por ahí? – La chica sonrió divertida y audaz.

- No. Dice cosas raras, además no eres un extraño Shi-Ka-Ma-Ru – Deletreando cada letra con burla juguetona haciendo alzar la ceja al chico.

- Aja, sí que eres rara – La chica rio.

- ¿Por qué tu eres muy normal, no? – Irónicamente.

- Ey, me considero alguien que está en lo normal pero con sus propios pasatiempos – Tomando algo de su vaso. Temari rio, el chico era astuto también.

- Vamos, no somos tan desconocidos, jeje, ayer la pasamos bien después de todo – Sonriendo amistosamente.

- Bueno, es verdad, aunque no es como si necesite que alguien que acabo de conocer prácticamente me chantajee para pasear – Mirándola con suspicacia. Ella sonrió más divertida y abierta.

- Eso es porque seguro me dirías alguna tonta excusa, jeje – Comiendo un sándwich muy relajada.

- Yo no hago esas cosas – Cruzándose de brazos con cierto disgusto. Temari solo sonrió divertida con sus ojos cerrados.

- Vamos Shikamaru – Pasándole un sándwich, que el moreno algo receloso acepto. Eso hizo sonreír más a la rubia. – Eres alguien interesante – Shika alzo su mirada y la miro con desganas.

- Y tú eres alguien demasiado persistente y confianzuda y por lo que veo que siempre se sale con la suya – Apoyándose en el respaldo de la silla.

- Me estás conociendo, jeje – Tomando su bebida. Shika gruño algo molesto.

- En fin, hoy ando con pendientes y quiero llegar a casa a hacerlo, más porque mi padre me dice que quiere decirme algo – Temari sonrió al oír eso.

- Dime Shika ¿Piensas casarte algún día? – El moreno se tensó y puso una expresión de incredulidad sorpresiva divertida.

- ¿Qué dices mujer?

- Nada – Se paró y sonrió más al moreno – Nos veremos pronto Shikamaru – Y con eso se inclinó y abrazo por el cuello al Nara quien se sorprendió y no supo porque, pero algo en ese abrazo lo turbo y emociono un poco, cuando iba a corresponder sintió como la rubia se separaba un poco y le daba un beso en la mejilla, esto sí que lo hizo sonrojar de la sorpresa – Hasta luego – Se separó con una sonrisa juguetona y se fue muy animada.

Shika tendría que estar molesto, indignado, hasta tendría que estar cuestionando la actitud de esa chica libertina que se tomaba sus confianzas demasiado fuertes… pero… solo se quedó ahí con cara de idiota embobado por la sorpresa y con un  muy notable sonrojo. Se cubrió la boca para evitar así que alguien viera la mueca estúpida que hacía.

- Por un momento… se sintió… - “Como una sensación familiar…” recordando el roce y un poco el aroma. Había algo muy, muy sutil que lo había impactado al creer que ya lo conocía de otro lado, la sensación era fuerte he iba a perdurar, lo sabía. – Debo estar loco – Susurro muy despacio. Termino lo que pidió y pagando la cuenta… de ambos… se fue. – Esa mujer sí que se sale con la suya – Sonrió un poco divertido. Aun así, era algo interesante y hasta confortante tener a alguien que lo molestara… un poco… vaya, se estaba volviendo un verdadero loco.

Con esos pensamientos se encaminó ensimismado al parque muy cerca de ahí, sin saber que alguien lo seguía… no muy contento que digamos.

Al llegar, se sentó en una banca, en esa plaza, no había mucha vegetación, casi todo tierra y ladrillos, aun así era bonita y había árboles y una gran pirámide rectangular donde los niños escalaban divertidos. Sonrió…. Era un ambiente muy familiar y cálido. Suspiro algo cansado, debía hacer que esos pensamientos salieran de su cabeza. Se recriminaba por lo estúpido que seguía siendo, aun le faltaba madurar al parecer, porque no podía dejar de preguntarse ¿Qué estaría haciendo Gaara? Esa pregunta como venía se iba dejándolo intranquilo, pero por un corto rato. Ya se dijo que no iba a meterse otra vez en ese limbo de ir y venir. Tenía una vida… una vida que a veces quisiera que el pelirrojo compartiera… solo un poco. Suspiro otra vez viendo que volvió a pensar en él… “Bueno… pensar en él no es malo, digo, no estoy llamándolo o cediendo a ir con él. Así que no debo estar tan mal. Creo que en pocos días hasta olvidare que tenemos como algo”. Pensaba mientras apoyaba sus codos en sus piernas y su rostro en sus palmas.

- Quisiera… - Recordó a Temari y sonrió… al menos ella le quitaba esas inseguridades y le hace pasar un buen rato, hasta el punto de olvidarse del otro… esa chica le estaba simpatizando, bufo con gracia – Temari – Dijo en voz baja. Cierto que aún no sabía su apellido, esperaba que se lo dijera algún día, así la trataba de la forma que se merecía, como a una recién conocida, así él no se sentiría tan incómodo… quería que eso pasara… – Quisiera… - Refiriéndose a no sentir incomodidad.

- ¿Qué es lo que quisieras? – Oyó una ronca voz que lo estremeció al reconocerla.

- ¡¿Kentarou-san?! – Miro al moreno de cabello negro verdoso, quien le miraba con una sonrisita y con calidez en sus ojos grises. Ellos dos, aun ignoraban a la tercera persona que andaba cada vez más irritado.

************

- Vaya, ya veo. Por eso andas encabronado – Se reía Chouji quien había convencido por fin de que Naruto le contara que paso con hermano Dei. Kiba también reía, la felicidad del Akimichi era contagiosa.

- No es gracioso-ttebayo – Haciendo un puchero. A penas se fue Shikamaru y este se reía más a sus anchas. Seguro al menos Shika lo tomo más serena y maduramente. – Quiero que Itachi sepa que Dei sufrió por su culpa en carne propia – Mostrando su enojo sin medidas. Kiba suspiro.

- Ya, ya, no ganas nada con eso Naruto – Tomando su té – Además, piensa que él ya comienza a mostrar que quiere arreglarlo, no por nada se quedó a cuidarlo y se veía arrepentido – Y le sonrió abiertamente. Naruto noto que Kiba sonreía más feliz, eso le conmovió.

- Si, lo sé – Suspiro – Le daré el beneficio de la duda, eso sí, de esto nada a Menma, o si no alguien se verá en peores manos de venganza-ttebayo – Temiendo que aún no haya hecho nada a Sasuke y a los demás ¿Qué planea en verdad? Le daba miedo.

- Ya son las 12… creo que debemos volver a casa Naruto – Estirándose. Otra cosa buena es que Kiba dejo de lado eso de decirle, “Tu casa” y tratarlo un poco como… ¿Un arrendador? Lo que sea, pero sabía que no sentía la casa suya… hasta ahora, y eso le ponía de buen ánimo.

- Es verdad, mi onii-chan debe estar mejor, es alguien fuerte, jeje. Aun recuerdo como a los 13 años engaño a todos corriendo la carrera de orientación, aun teniendo casi 38.8 de fiebre-ttebayo – Y rio con nostalgia y burlona cuando sus padres lo regañaron a mas no poder. Se puso un poco melancólico - ¿Me pregunto cómo estará Oto-san? – Los otros lo miraron conmovidos.

- Estará bien y seguro pensando en ustedes – Sonrió Chouji apoyando su mano en el hombro del rubio. Naruto sonrió y se levantó de su almohada de piso seguido de Kiba. – Espero tenerlos aquí otra vez, la pase bien – Dijo el Akimichi feliz. Ellos asintieron.

- Muy bien. Nos vemos amigo-ttebayo – Saludo efusivamente y tomo su mochila y Kiba hizo lo mismo.

- Hasta otra loco – Y se fue contento.

Chouji los miro desde la puerta, vio como abordaban el taxi y se adentró. Ya una vez adentro suspiro pesadamente. Su expresión era algo intranquila, y no era para menos. Después de todo, al parecer las cosas no iban a estar tranquilas como se lo advirtió su padre.

- Kiba… ojala que esos locos de tus padres no hagan nada malo – Simplemente no podía decirle eso. Por dos motivos. Si le advertía seguro huiría para no ser una molestia y volvería a desconfiar de las personas. Y segundo… si iba a intervenir de alguna manera, debía contársela a alguien que sabía podrá ayudar siendo así todo legal. – Espero ayude…

************

- ¿Eh? – Giro su rostro confundido de lo que platico la señora.

- Eso… ¿No quieres? – Kenta no sabía si asentir o negar. Temía que pasara lo de la otra vez. – Te prometo que es para que veas que todo está bien – Sonrió. A su lado Kabuto sonrió al pequeño cálidamente entrecerrando los ojos, acción que sonrojo al pequeño y bajo un poco el rostro.

- Hai – Dijo suave – Eso quiere decir que Juzo-san esta ahora bien ¿Verdad? – Queriendo confirmar todo para luego no sentirse incómodo.

- Pues… - Kaoi calló ya que su hijo tomo la palabra agachándose y acariciando los cabellos castaños obscuros del niño quien lo miraba sorprendido y hasta alucinado.

- Kenta-chan – El nombrado se estremeció un poco – Mi mamá no tiene muy buenos términos con ese señor, pero no lo odia, solo esta confundida y algo temerosa, por eso cuando él está cerca ella reacciona impulsiva y nerviosamente. Así que ella tratara de llevarse bien con él para hablar, por ti y por ella – Sonrió serena y maduramente. Kenta comprendió lo que dijo el chico - ¿Estas más tranquilo? – Ahora le regalo una sonrisa más abierta. Kenta se sonrojo más y asintió rápido – Bien.  ¿Qué dices?

- Iré – Dijo firme – Quiero que Kaoi-san y Juzo-san, sean buenos amigos y se lleven un poco bien – Y con eso troto a su cuarto para alistarse. Sasuke miraba todo esto no muy convencido.

- Espero sepan lo que hacen – Dijo Sasuke serio. No le agradaba la idea de que Kenta sea algo así como un intermediado entre dos adultos que debían ser maduros.

- Eso es algo por lo que no debes preocuparte, Sasuke – Miro al nombrado serio pero sin llegar a nada agresivo.

- Hmph – Se cruzó de brazos y dirigió su mirada a Kaoi - ¿Qué me dices tú? – Aun no muy convencido de que esa frágil mujer pudiera con algo como aquello.

- Sasuke – A el nombrado le asombro ver a esa mujer con cara de pánico contenida, al parecer hacia un gran esfuerzo – Lo siento, pero daré todo de mi  - Se mostró ahora convencida ella misma. El azabache solo suspiro y se rasco la nuca.

- Bien – Se dio la vuelta – Pero por si acaso estaré cerca – Y con eso se adentró en su habitación para así él prepararse.

************

Entraron en la casa y dejaron las mochilas cerca de la entrada. Subieron de inmediato al cuarto ya que debían ver como estaba el rubio mayor. Al entrar se llevaron la sorpresa de su vida.

- ¿Dei? – Dijo Naruto aun no creyéndoselo

- Oh, hola Naruto, Kiba ¿La pasaron bien? – Dei estaba sentado en la cama, vestido con ropa diferente de descanso e Itachi estaba que dormitaba en una silla apoyando su cabeza en el escritorio. Lo gracioso es que éste tenía la cara toda escrita y pintada de manera graciosa y en su mejilla decía “Invernando por estúpido”. Kiba y Naruto tenían que contener las tremendas ganas de reír que tenían. Dei les indico con su índice en los labios que no hicieran ruido.

- ¿Ya estas mejor nii-chan? – Dijo el rubio menor acercándose a la cama.

- Hai. Demo ando un poco mareado y aun con dolor en el cuerpo. Mierda, enfermarse es tan jodido, no sé cómo algunos lo buscan  - Estirándose un poco, solo un poco. No quería dejar en evidencia que la mayoría de su dolor se concentraba en su parte de la espalda baja y caderas.

- Es que ellos lo fingen, porque saben que es así de jodido – Dijo Kiba apoyando su mano en la frente de Dei – Ya no tienes fiebre – El rubio mayor sonrió.

- Pues claro, no me verán como un moribundo más de dos días, yo no soy así jeje – Volviéndose a acostar de forma lenta – Aunque sigo algo mareado, así que por si acaso, no me esforzare así mañana estaré a mil – Sonriendo tranquilizadoramente. Kiba sonrió, pero Naruto sentía que había algo raro, algo muy pequeñamente raro.

- Dei… ¿Seguro todo está bien? – Sin inmutarse el mayor asintió calmado.

- Pero con hambre – Suspirando, decía la verdad, puro té y gachas no lo mantenían – Pero nadie me deja comer – Lagrimeando.

- Jaja, seguro es porque quieres algo pesado-ttebayo – Riéndose de la tortura de su nii-chan que sabía que era un glotón… como él. – Debes alimentarte bien y ligero – Sonrió burlonamente. Deidara solo hizo un puchero molesto.

- ¿Qué pasa aquí? – El Uchiha se levantó y los tres lo miraron curiosos - ¿Qué? – Aun mal maquillado como payaso y esa escritura en la cara no ayudaba mucho. No pasó nada de tiempo cuando los tres estallaron en risas desenfrenadas - ¿Qué? ¿De qué se están riendo? – Desconcertado.

- Yo-o… jaja, yo-o… nada… jaja… - Deidara no podía con tanta gracia.

- ¿Eh?

- Itachi-kun – Pasándole un espejo. Ita al mirarse su rostro se deformo completamente al verse pintado así. – Deberías limpiarte ¡Jaja! – Y siguió riendo.

- Ustedes… - Siseo mirando furioso a todos y por ultimo a Dei, fulminándolo con disgusto – Hmph – Y se metió en el baño de un portazo. Esa actitud dejo algo asombrados.

- Eso se…. – Dijo el castaño.

- Si, fue idéntico a… - Continuo Deidara.

- El teme-dattebayo – Finalizo Naruto.

- Vaya, sí que se les sale el parentesco cuando tocan su orgullo – Rascándose la cabeza el Inuzuka.

- Por algo son Uchihas – Negó Naruto resignado.

- Pero solo es eso. Después de todo, son diferentes – Defendió un poco, aunque eso no paso desapercibido por los otros dos que lo miraron con cara de suspicacia. - ¿Qué? – Sintiéndose ya algo incómodo.

- Nada – Respondieron ambos. – Mejor vamos a cocinar algo, también muero de hambre – Siguió el Inuzuka.

- ¡Te acompaño! ¡Hagamos ramen-ttebayo! – Feliz pero Kiba lo miro mal.

- Estás loco. Dei no puede comer eso, debemos… - Perdiéndose ambos por el pasillo y oyéndose escaleras abajo. Dei sonrió enternecido, su pequeña familia crece… y es reconfortante.

- ¿Sabes que acabas de meterte con mi orgullo, verdad? – Salió Itachi del baño y lo miraba molesto. Cosa que no duro al ver la mirada cálida y reluciente de su koi aun en la cama.

- Ven – Indicándole que se sentara en el borde de la cama, Ita algo indeciso al final lo hizo.

- ¿Estás feliz? – Sonriendo con serenidad mientras acariciaba su mejilla.

- Hai – Cerrando los ojos y tomando la mano de su pareja. – Me siento… tan rodeado, que me llena el pecho de felicidad – Miro a Itachi con cariño. – También estas ahí – Ita sonrió y se inclinó para darle un pequeño beso lleno de amor.

- Más vale que así sea – Y rio un poco por lo bajo. Deidara lo acompaño, era cierto, que este tiempo, ellos estaban muy felices.

************

 

Ya se encontraban en el centro comercial. Kaoi miraba de un lado al otro para estar presente de la llegada de aquel hombre… ese hombre que aún le hacía latir tan fuerte el corazón.

- No debe tardar – Claro que el menos conforme con todo esto, además de Sasuke que andaba escondido por ahí, era Kabuto. No quería tener que interactuar con aquel ser más tiempo, pero si su madre necesitaba esta confrontación, lo haría por ella y por Kenta, para que este último no se sienta culpable de la escena que su madre le conto que paso frente a sus ojitos.

- Juzo-san está tardando ¿No creen? – Mirando hacia arriba queriendo respuesta de la mujer, quien estaba ensimismada. Eso llamo su atención hasta que sintió sus cabellos ser acariciados.

- No te preocupes Kenta-kun, veras que llegara y estará todo muy bien – Y sonrió de manera tranquilizante. Kenta volvió a sonrosarse y apretar sus manitas en su pecho.

Kabuto, al pasar mucho tiempo con Kenta ya que su mamá lo cuidaba varias veces, se había encariñado bastante, como un hermanito más, y el hecho de ver a esa frágil criatura que no aparentaba sus 9 años, le hacía sentir rabia de su pasado, el pasado donde seguro sufrió por esos bastardos. Así que no iba a dejar, ni siguiera por su madre, que lo lastimaran nunca más. Con eso sonrió más ampliamente haciendo sonrojar de sobremanera al pobre chico quien se escondió tras Kaoi. Kabuto miro esa escena extrañado y parpadeo un par de veces ¿Acaso hizo algo?

Sasuke apretaba un poco el muro donde estaba. Ese Kabuto se tenía mucha confianza con su pequeño Kenta. Sabía que pasaba mucho tiempo con él y Kaoi, pero no le daba derecho a acercarse de esa manera que incomodaba al pequeño. Iba a ir decidido a intervenir, pero vio que alguien, justo ese alguien que esperaban, se acercaba y se volvió a esconder. Los que estaban fuera se pusieron serios, menos Kenta que solo rezaba porque nada malo pasara. El hombre de cabellos castaños claros cenizos (Casi un rubio cenizo jeje) y ojos iguales se acercó y miro con una ligera y respetuosa sonrisa a los mayores, Kaoi solo asintió apenada y nerviosa mientras Kabuto solo bufo ya irritado de solo verlo. Juzo agacho la mirada topándose con los ojos chocolates claros de Kenta y sonrió con más calidez.

- Hola Kenta-chan – Se incoó para acariciar sus cabellos. El niño sonrió.

- Juzo-san – Tomo con sus manos la palma más grande del adulto sobre su cabeza y la apretó ligeramente, el mayor se confundió al ver esto y volvió a mirar al niño, quien le sonrió abierta y feliz haciendo sorprender más al mayor quien se puso algo nervioso. – Me alegra verlo otra vez – Juzo alejo su mano, aun teniendo las manos del menor y las apretó con su otra mano libre.

- Yo también me alegro de verte, Kenta-chan – Miro a Kaoi quien contemplaba atenta la escena hasta que se topó con los ojos del hombre y desvió la mirada. Juzo sonrió por eso, y Kabuto se molestó más. – Kaoi ya te dijo que todo está bien ¿Verdad? – Kenta asintió.

- ¿De verdad? ¿De verdad están ahora bien? – Queriendo una confirmación. El mayor vio en los ojos de ese niño miedo y preocupación, deseoso de saber que nada malo iba a pasar. Sonrió, ese niño se comportaba a veces de manera madura.

- Si, Kenta-chan, todo está bien. Somos amigos – Se enderezo y sonrió más. Miro a su hijo, este solo evitaba mirarlo y se notaba a leguas su disgusto con solo su presencia. Eso le dolía, pero debía entenderlo. - ¿Vamos a comer algo? – El niño miro a la mujer, se veía en verdad inquieta, así que asintió. Comenzó a caminar en frente de Juzo y le tomo la mano para llevarlo con él. Si, ese niño pensaba claro las cosas.

Llegaron a un comercio y se sentaron en unas de las mesas de color claro de afuera. Pidieron cosas como café negro, batido de fresas con frutillas y chocolate, té rojo y un exprimido de naranja con un hot dog. Kenta comía feliz, pero sabía del tenso ambiente, ya sabía que no todo estaba bien. Miro a su alrededor y vio unos juegos más dentro del negocio.

- Ka… Kabuto-san… - El peliplatinado sonrió cálido.

- Solo Kabuto, o Kabuto-nii – Cerrando los ojos. Kenta se sonrojó, siempre hablar con él lo ponía nervioso.

- Va-Vamos a jugar a las maquinas – Se armó de valor, ya que debía hacerlo. El estudiante miro a lo lejos los juegos y le asintió feliz. Tomo al pequeño y se fueron dejando solo a los mayores.

- Bien hecho mi Kenta – Sonrió con suficiencia Sasuke, quien estaba en una mesa apartada y con un gorro que cubría sus cabellos. Miro atento la mesa de los adultos procurando que estos no arruinaran las buenas intenciones de su pequeño.

Los mayores estaban sumergidos en un silencio un poco incómodo, más para Kaoi, quien a pesar de no saber qué hacer… quería hablar con Juzo.

- Kenta es un niño muy bueno y tierno – La mujer alzo la mirada para ver la cara sonriente del otro – Él quiso dejarnos solos para hablar, es muy sencillo y considerado de su parte – Viendo como su hijo y Kenta estaban en las maquinitas.

- Si, Kenta es un buen niño, por eso me reuní contigo, para que vea que todo está bien – Algo nerviosa, pero controlándolo.

-Mmm… ya veo – Tomando su café. Se volvió a llenar el ambiente de silencio. Kaoi iba a decir algo pero…– Kaoi – La mujer respingo – Debemos hablar – Dijo serio. Kaoi sintió su mundo achicarse y solo se preparaba mentalmente para lo que ese ser le diría.

 

- Eres muy amable Kenta – El castaño respingo, estaban en pleno juego. – Hiciste que estén solos para hablar, sinceramente lo que menos quería era dejarlos solos, pero veo que fue lo mejor para que charlaran – Viendo de reojo su mesa y luego al pequeño para llevarse la sorpresa de que temblaba ligeramente - ¿Qué pasa Kenta? – Preocupado y aun en el juego ambos. Kenta le temblaban hasta los labios.

- Go…Go… Gomenasai – Dijo muy sonrojado y sus ojos brillaban y titilaban como si contuviera esas traicioneras lagrimas – Le-e… Le mentí a Kabuto… yo-o… gomenasai – Sus lágrimas salieron y el personaje que manejaba dejo de moverse ya que el pequeño llevo sus manos para tapar su rostro.

- Oh, Kenta – Kabuto dejo el juego y lo abrazo. – No te disculpes. No hiciste nada – Le acaricio sus cabellos – Te agradezco la ayuda pequeño – Kenta subió su rostro rojo para ver los ojos del joven.

- Pero…

- Iré a traerte un  jugo – Con eso se levanto y se dirigió a una máquina de jugos que estaba en la otra esquina recto donde estaban ellos.

Kenta se limpiaba las lágrimas. Estar con Kabuto, no era igual que estar con Sasuke o Itachi, había algo diferente que le aceleraba el corazón, podía sentirlo, pero no sabía que era. Trataba de calmarse, no quería que Sasuke lo viera así, podría enojarse con Kabuto, estaba logrando su cometido cuando…

- ¿Ahora qué te pasa? – El niño volteo y se vio con un rostro familiar.

- Ah… Erizawa-kun – Sorprendido de verlo ahí. Se bajó de la silla y se acercó a él – Hola – Dijo inocentemente confundido.

-… tan “listo” como siempre – Mirándolo indiferente - ¿Y ahora de qué carajos lloras? – El ojimarrón- claro hizo una mueca mostrando un poco de orgullo.

- No… no lloraba. Solo fue un cumulo de emociones, nada más – Dijo firme pero apenado. El otro niño de 12 años lo miro con cara “Claro, te creo” y volteo el rostro viendo a un punto específico.

- Bien, solo quería confirmar que eras tú y no imaginaba cosas – Empezó a voltearse.

- Erizawa-kun – El otro se detuvo pero no volteo. – Yo no olvido – Eso sí lo hizo voltear – Aun te debo un favor – Con toda la humildad del mundo. El otro parpadeo aun con indiferencia y solo encogió los hombros. Kenta aun así sonrió.

- Eres extraño – El otro hizo una mueca graciosa de sorpresa y ofensión que hizo resoplar con burla a Kotaro – Ya, me debo…

- Kenta – En eso llego Kabuto – Ten, te traje tu favorito – Dándole el jugo e inclinándose para acariciar los cabellos del castaño mientras sonreía. Kenta se sonrojo mucho y tomo su jugo apenado. Solo Kabuto reparo a los segundo que había alguien más – Oh ¿Un amigo? – Mirando a Kenta.

- No – Y el chico se fue de lo más tranquilo.

- ¿Qué le pasa? – Alzo su ceja el mayor.

- Nada, jeje – Viendo a Kabuto quien se concentró en el chico que se alejaba. Kenta sintió su corazón golpetear de solo ver su perfil sereno y ensimismado. Hasta podía escuchar cómo se hacían más fuertes y lo demás se silenciaba…

- ¿Vamos? – Mirándolo e insinuando volver a las maquinitas. Kenta algo ido y sonrojado asintió. Ambos fueron a los juegos.

Ambos no sabían de la plática que se estaba llevando… una plática impactante.

************

- Moo – Se quejó el joven por teléfono – Lo sé, es que necesito llevarme a Dei-sempai conmigo, por eso me quede un par de días más, pero se enfermó. Así que lo visitare, jeje – Más animado. Escucho a su interlocutor al otro lado de la línea. – Jeje, lo sé, pero no lo molestare, Tobi es un buen chico que solo quiere velar a su sempai – La voz del teléfono rio – Ya, ya. Estaré ahí en dos días, más tardar no – Oyó lo que le dijo su emisor. – Si, está bien. Te quiero Rin.  – Y con eso colgó.

Obito se estiro en su sofá. La verdad sí que se sentía pesado, pero ni aunque tuviera mil toneladas encima, nada evitaría ir a ver a Dei-chan, jaja, sabía que si su sempai leyera sus pensamientos a tal distancia lo golpearía. Se quedó ahí recostado pensando en los sucesos anteriores y posteriores que paso en todos estos días. Se alegraba de sobremanera el saber que ahora Deidara y Naruto no corrían ningún peligro y ese niño Kenta tampoco. Se sentó. Ahora solo quedaba una cosa por hacer aunque le duela. El pensar en la reacción de  Dei le preocupaba, pero había más cosas. Además, el hecho de que no había podido dormir nada desde que arrestaron a Danzo, era un problema más para él, no lo dejaba pensar y estaba agotado, pero no dormía, sin importar que hiciera no conciliaba el sueño adecuadamente.

- Será… ¿Qué algo más me preocupa?

Sin más, se ducho y se cambió para ir a la casa de su amado sempai. Una vez de haber tomado un taxi hasta ahí, llego a la casa y toco. Espero y luego de unos minutos abrió Kiba.

- Oh, hola. Obito-san – Como aun no escucho su apellido no podía nombrarlo.

- Dime Tobi, jeje – De lo más risueño haciendo sacar una gotita de la mejilla al castaño, pero aun así sonrió.

- ¿Vienes a ver a Deidara? – Haciéndose a un lado para que pasara.

- Hai. Tobi es muy bueno y quiere ver como esta su querido sempai – El castaño sonrió y le indico que subiera mientras él hacia té. Una vez así, se encamino al cuarto. Al llegar oyó voces. “Te quiero Deidara”… “Cállate y ya apártate” Obito sonrió, pero también con malicia. Se apartó un par de pasos y luego. - ¡¡Deidara-sempai!! – Abrió la puerta y se precipitó hacia el rubio. - ¡¡Hola Deidara-sempai!! ¡¿Cómo has estado?! ¡¿Bien, mal, loco, calmado explosivo?! Dime, dime, dile a Tobi – Zarandeándolo emocionado.

Itachi estaba pasmado por la sorpresa y  ahora veía al intruso rompe momentos que abrazaba y zarandaba a su novio hasta marearlo. Ahí reacciono y se molestó.

- ¡Oe! ¡Ya suéltalo! ¿No ves que esta enfermo y así lo empeoras? – Tratando de separar al pelinegro de un mareado Dei quien prácticamente su cabeza colgaba.

- Moo, pero yo solo quería sentir a mi sempai – Tratando de afianzarse – Hace mucho no lo veo ¡Y lo he extrañado! – Derramando lágrimas a granel - ¡No es justo! ¡No es justo! ¡Deja a Tobi ser! – Rogándole a un encabronado Itachi quien con unas de sus manos empujaba de la cara a Obito y con la otra empujaba del hombro, con más delicadeza, a Deidara del lado contrario. - ¡¡NOOOO!! – Cayendo de bruces al suelo cuando Itachi logro apartarlo y ahora estaba abrazando con posesividad a Dei quien seguía desfallecido. - ¡¡Itachi es un malvado!! ¡Aparta a Deidara-sempai de Tobi! ¡Malo, malo, malo, malo! – Ita con sus ojitos blancos y molestos con el escandaloso le grito.

- ¡¡Déjate de joder!! ¡Vete, vete, vete, vete!

- ¿Qué pasa aquí-ttebayo? – Llego Naruto de la cocina al oír el escándalo. Vio la escena de niños de jardín peleando por un juguete y sudo la gota gorda por tal cuadro.

- ¡¡Naruto!! ¡Dile a este mal ser que deje a Tobi tener a Deidara, que no lo ve hace mucho! – Lloraba como niñato tristón exagerado.

- ¡¡Que sueltes, suelta, suelta!! – Ambos paliando por Dei.

- ¡¡¡Suelten los dos-ttebayo!!! – Ambos pararon y vieron a Naruto encabronado.

- Él tiene razón, suéltenme – Ahora vieron a Dei quien estaba más que molesto.

- Pero Dei…

- Ya – No queriendo empezar otra vez – Ve a ayudar a Naruto y Kiba a preparar el té y lo demás – Apuntando la puerta.

- Pero… - Recibiendo la mirada fulminante de este. – Bien – Resignado salió dejando solos a los otros dos, Naruto cerró la puerta y se escucharon los pasos alejarse.

Un silencio se formó, hasta que el pelinegro sonrió.

- Hola Dei-sempai – Parándose y posicionándose junto a la cama. Dei se recostó y bufo.

- ¿Qué te trae aquí? – Viéndolo con reproche.

-Moo, que malo eres Dei, yo que vine a verte. – Sacando un pañuelo y limpiándose las cascadas que salían de sus ojos – Y eso que no nos vemos hace mucho, que cruel, que cruel eres – Dei se le salió una vena.

- Me vale tus lágrimas de cocodrilo – Tirándole una de las almohadas dándole de lleno en la nuca al otro quien cayó al piso.

- Que malo eres, jeje – Sobándose y tomando la almohada. A veces Dei era tan difícil, no sabía cómo Itachi logro perforar esa armadura suya, a él le costaba. Sintió algo de tristeza, era obvio que esos dos eran pareja, eso quería decir que su sempai ya no iba a estar con él. Lo iba a dejar de lado… lo olvidaría.

- Oe – Alzo el rostro viendo que estaba al lado de la cama del rubio y este lo miraba atento.

- ¡Oh! Jaja, perdón. Tobi estaba distraído, pensando cosas alocadas, jeje – Dándole la almohada. Deidara se sentó y acomodo el cojín en su cama. – Bueno… yo… ¡Solo vine a ver como estabas! Pero veo que estas bien, jeje – Ocultado bien su pequeña melancolía. – Así que te dejare descansar – Y se dio la vuelta, pero no dio ni un paso cuando…

- Obito – La voz serena del otro lo llamo. El pelinegro sabía que ese tono lo usaba cuando se daba cuenta de algo y lo iba a reprochar… pero… ¿De qué? Honestamente no sabía.

- Dime, Dei-sempai – Volteando feliz. El ojiazul con su mirada seria le indico que se acercara. Este así lo hizo de a brinquitos. – Dime, dime ¿Cuál es el chisme? Jeje – Dei lo miraba fijo, eso hizo que Obito se confundiera un poquito. - ¿Dei…?

- ¿Estás bien, Obito?  - El chico se sorprendió un poco, pero fingió que no.

- Pues claro ¿Por qué lo preguntas? Aquí el enfermo eres tu jeje – Queriendo saber a qué se debía aquella pregunta.

- No, no estas – Tomando el brazo de Obito y halándolo hacia la cama. Este cayó de rodillas casi en cuatro con Dei mirándolo cerca. Obito estaba en verdad sorprendido, solo logro pronunciar mal su nombre – ¿Has tenido pesadillas otra vez? – Eso si lo impacto, pero termino riendo.

- Jaja ¿Qué dices Dei-chan? Pues claro que no, estas mal de la cabeza, Dei-chan estás muy imaginativo – Queriendo que lo echara para irse a casa… y tratar de dormir. Dei entrecerró un poco los ojos y alzo su brazo para acariciar un poco y de manera suave el rostro del pelinegro, quien se impresiono más – ¿De… De-Dei…?

- Si es así… - Ahora con ambas manos tocando sus sienes con suavidad y dulzura que pasmaban a Obito - ¿Por qué tienes estas ojeras? – Acariciando un poco esos cercos ensombrecidos. Obito quedo sin habla y solo apretó sus  labios no sabiendo que decir, a decir verdad, ni siguiera lo sabía…

- No… No he tenido pesadillas… lo-o… lo juro – Agachando la vista consternado. Dei lo miro preocupado.

- Duerme – Dijo. El otro emitió un “¿Eh?” Sin comprender. Lo que siguió fue que Dei, lo fue acostando en esa cama y coloco su rostro en su pecho.

-…De-dei-i… - Impactado.

- Duerme – Susurro bajo de manera conciliadora. Noto el cuerpo rígido del pelinegro y sonrió enternecido – Duerme – Y comenzó a acariciar sus cabellos mientras tarareaba por lo muy bajo, pasible, tranquilo, relajante.

Obito aun sorprendido, sintió esos mimos, esos tarareos que se adentraban en sus oídos como sedándolo y que acariciaban sus parpados que se iban cerrando de a poco, no quería dormir, pero… no lo había hecho en días, y ahora, el sueño lo azotaba como más que mil toneladas. Por reflejo fue abrazando de a poco el cuerpo del rubio y sus ojos ya se cerraron por completo.

- Dei – Susurro mientras aun sentía esas relajantes caricias y esos latidos que lo acunaban más en el Morfeo.

- Shhh – Apoyo su rostro en los cabellos negros y sonrió. Obito parecía un niño así. De pensarlo se le llenaba la mente de recuerdos hermosos. Sin más, Obito se durmió y sin quererlo igual Deidara.

- Naruto, solo quiero… - La puerta se abrió e Itachi se quedó petrificado con lo que vio. Naruto le hizo un gesto de silencio y cerró la puerta –Pee-pero… e-ellos… yo… co-como…

- No te atormentes por tus celos. Ellos son así desde chicos – Ita puso cara de incredulidad – Se conocían desde que Dei tenía 11 y Obito 7 años. Se tratan como hermanos, jeje – Ita seguía mudo. – Te lo explico abajo-ttebayo – Comenzando a caminar – Vamos, te dije que no sintieras celos.

A paso resignado y como robot Ita siguió a Naruto esperando las muy buenas explicaciones de este para no entrar y matar a ese loco.

************

Suspiro. No había sabido nada de él hace rato. En serio que comenzaba a preocuparse. No era que fuesen los mejores amigos, ni siguiera sabía si eran amigos, pero… aunque sea amigos, se conformaría con eso… con estar a su lado. Miro a su alrededor, esa enorme casa le hacía sentir más y más la soledad. Desde que Danzo esta en la cárcel, él vive ahí solo, lleno de malos recuerdos, con la fortuna de él y claro, prontamente al graduarse el negocio seria de él… algo que no quería, odia sentir que tomaría algo de un hombre tan sucio, de alguien que no merecía nada y menos de él. Saber que tendrá todo lo de Danzo, lo enfermaba…. Entonces… ¿Por qué no solo se muda con sus pocas cosas y listo?... fácil… él dejo de ser egoísta. Fue a ver la fábrica en secreto. La gente ahí estaba desesperada, estaba asustada, decían cosas como, “¿Cómo voy a hacer ahora? ¿Qué pasara con mi familia? Me iré a parar a la calle y no sé qué hacer”. No iba a negar eso, él también estaba asustado, espantado… pero más que eso, estaba triste y solo. Y aun así, su corazón le gritaba que no podía dejar a esas personas trabajadoras a la deriva así como así, con sus familias, con sus sueños… ser destruidos.

Se abrazó a sí mismo. Estaba en su escondite, pero aun así, en ese lugar que todo lo calmaba, esta vez no. Tenía miedo, quería llorar, pero… no servía de nada, solo escucharías sus propios lamentos en esa casa que se amplificaba el sonido.

- Po-Podría encargarme de esa compañía… pero… - El pensar en cómo lo verían los demás… le aterraba. Se tomó la cabeza en clara señal de dolor y consternación ¿Qué es lo que podía hacer? ¿Cómo enfrentar las cosas?

*Tiriri, Tiriri, Tiriri * (Sin fondos para efectos de sonidos XD)

Algo sorprendido y torpe busco su celular y atendió antes que colgaran.

- Ho… ¿Hola? – Sintiéndose un tonto.

-*…¿Qué haces? ¿Acaso andas torpe? – Se oía burlesco.” Sai abrió los ojos enormes al saber de quien se trataba.

- Tú… ¿Por qué la llamada? – Bufo molesto. Se oyó una ligera risa.

-* Bueno mira, estoy en el centro con mi madre y Kenta. Pero ella al parecer va a estar ocupada con cosas. – Se oyó unas voces – Estamos por salir de un restaurante, aunque nos sentamos afuera, los juegos están dentro* - Sai se avergonzó, al parecer Kabuto dedujo que iba a preguntar de quienes eran esas voces. - * - ¿Quieres venir? * - Eso sorprendió abruptamente a Sai.

- Yo-o… no sé si debería ir – Creyendo que sería un mal metido.

-* Si te estoy invitando no debes pensar que serias una mala compañía – Conciliante. Sai se sorprendió más, ese tipo leía muy bien su mente.

- Yo-o… si – Confirmo emocionado por dentro.

-* Genial. Te espero en el parque de siempre en 20 minutos. Te esperamos ¿No Kenta?... ¡Si, te esperamos Sai-kun! Jeje, nos vemos – Y colgó*

El pelinegro apretó el celular contra su pecho. De repente se sintió… tan feliz. Las dudas en su mente se despejaron con solo oír la voz de Kabuto, y las inseguridades en su pecho se esfumaron al oír la risa de este y Kenta ¿Cuánto más se podía querer a una persona? ¿Cuánto, que solo con oír su voz bastaba para vivir una década? Sin querer demorarse más. Salió de su escondite y se dio una ducha rápida para después tomar un taxi. Podía decirse, que se veía feliz.

************

Abrió los ojos lentamente. Se sentía ligero, como renovado de alguna manera. Los días de insomnio que vivió ahora ya parecían lejanos. Sintió un reconfortante calor, miro a su lado y sonrió, ahí estaba Deidara durmiendo tranquilamente.

- Vaya, que vergonzoso – Rascándose los cabellos – Esto no pasaba desde hace mucho. – Miro de reojo a Dei, lo veía muy pacifico. Suspiro algo mal. Se sentía algo mal por lo que le diría - ¿Me pregunto cómo tomara lo que le diré?

- Lo sabremos si me dices – Obito prácticamente casi se cae de la cama de la sorpresa. - ¿Y bien? – El pelinegro dudo un poco, pero se calmó y largo un hondo suspiro.

- Bueno… - Desvió la mirada, Dei sabía que cuando Obito hacia eso, el tema era algo delicado – Veras… No sé si te has fijado, pero… ya has aplazado mucho la facultad – Entrecerró un poco los ojos. El rubio abrió los suyos ante la sorpresa – Y… bueno… creo que es mejor… Lo que quiero decir… - Algo nervioso - ¡Que debes volver Dei o repetirás!

Se formó un silencio. Algo en Deidara se quebró un poco, el saber que se separaría de su hermano, de Kiba, de sus vecinos, de sus buenos conocidos aquí… eso se le hizo muy melancólico y agacho la vista. El pelinegro supo que no le cayó muy bien la noticia, así que lo abrazo. Dei correspondió y hundió su rostro en el pecho de este.

- ¿Sabes? – Con voz suave – Siempre me molesto que aunque soy mayor, tú creciste más que yo, jeje – Refiriéndose a la altura y contextura… - Y no solo en cuerpo – Mirándolo con calidez – Maduraste mucho Obito – Le sonrió – Y tienes razón. Debo volver – Bajo la vita triste – Pero sé…

- Que no será por mucho – Completo él con una sonrisa comprensiva.

- Si… - Su voz era algo apagada. – Sera mejor decirles a los demás, sino se pondrían como locos si lo digo cuando me vaya, jeje – Obito le acaricio los cabellos y salió de la cama.

- Debo irme. Ya es tarde y debo preparar algunas cosas – Se acercó a la puerta, pero antes de abrirla se giró y miro a Dei con serenidad – Gracias – Algo apenado. Dei alzo el rostro sin entender – Por eso – Y salió más que avergonzado. Dei capto que era por hacerlo dormir.

- Jeje, espero que no te atormenten más pesadillas Obito – Algo preocupado por él. Pasaron unos minutos y otro ser se asomó amenazante por la puerta - ¿Eh? – Se le resbalo una gotita al ver la cara de desconformidad extrema de Itachi con un aura azulada violeta lanzando veneno por la boca –… ¿Y a ti qué te pasa? – Algo confuso.

- Nada – Quebrando un poco el muro a su lado por la presión de su mano y entro a la habitación - ¿Qué me podría pasar? Oh, es verdad – Tomo la mandíbula de Deidara y la acerco a su rostro con enojo contenido – Mi novio durmió con otro hombre abrazados en la misma cama en la que estuvimos nosotros hace horas… ¿Qué habría de malo en eso? – Dei lo miro reprochando aun con sus cachetes siendo oprimidos ligeramente fuertes por los dedos del azabache, de los que se liberó de un manotazo.

- Es un habito – Dijo sobándose un poco la cara – Cuando Obito no podía dormir yo hacía eso, nada más – El mayor bufo. Estaba en verdad muy celoso, aunque no lo admitiera abiertamente, y aunque Naruto le explico lo mismo, no podía evitarlo. – Itachi… - El azabache clavo su vista molesta en el rubio, la cual se suavizo al ver que se veía algo triste.

- ¿Qué pasa Dei? – El nombrado suspiro y se lo dijo.

- Debo volver – Y se formó un silencio.

************

- Que dilemas siempre te acompañan – Dijo Kentarou divertido. Shika suspiro, ya sabía que iba a pasar eso.

- Pero es así, me decidí a no hacer más nada – Recostando su cabeza en sus palmas y sus codos en rodillas. Kentarou sonrió, ese chico tomaba decisiones muy a su manera.

- Me parece bien que no fueras el que lleva la correa de perro. – Shika le miro mal – Ya, ya, no lo decía por eso – Poniendo su mano en el hombro del menor – Ya sabes a lo que me refiero – Shika miro hacia abajo triste y asintió. – Ya, no te pongas mal – Tomando el mentón del pelinegro y alzándolo para que lo mirara y vea su sonrisa amistosa y conciliadora. Shika se sonroso un poco avergonzado de parecer una maldita chiquilla que necesitaba la sonrisa de un hombre mayor para sentirse mejor. – Jeje, no te sonrojes – Acariciando un poco su cabeza.

- Cállese

- Oh, creo que alguien se puso a la defensiva – Sonriendo juguetonamente - ¿Quieres algo de tomar por la paz?

- No, déjeme – Muy abochornado, se veía en sus mejillas y su mueca graciosa.

- Jeje – Paró de reír al sentir una tercera presencia observándolo. Miro con sutiliza de reojo y sonrió de lado. – Puedo ver que sigue siendo tan poco honesto – Shika miro al mayor extraño por su murmullo inentendible – Nada, solo pienso en voz alta. – Mirando al cielo – Creo que debes volver a tu casa si quieres seguir con tu decisión – Shika alzo la ceja.

- ¿Eh? ¿Por qué…?

- Confía en mi ¿Si? – Colocando su mano en la cabeza del Nara quien seguía confuso – Si quieres continuar no siendo el que da todo, vuelve antes de ceder – Y sonrió - ¿quieres que te lleve a tu casa? – Diciendo esto más alto. Eso extraño más al moreno, pero confiaría en él.

- Mmm… Okey – Parándose. El mayor sonrió e imito al menor para ambos salir del parque y subir al auto de Kentarou, el cual desapareció por el camino.

Una persona que quiso seguir el auto tuvo que ceder pateando un poste de luz frustrado al máximo.

 

Una vez llegado a la casa del menos, este bajo y le agradeció a Kentarou aun frente al volante.

- No hay porque, jeje – Shika sonrió un poco para luego asentir y querer entrar a su casa. – Shikamaru – El moreno volteo y vio la sonrisa serena del adulto, eso lo confundió. – No cedas, veras que esperar un poco tiene su recompensa – Con eso cerro sus ojos sonriendo más.

- Kentarou… - Algo sorprendido por esas palabras sintió como el viento acariciaba su nuca y movía algunos de sus cabellos.

- Nos vemos, suerte – Dijo arrancando el motor y comenzar su trayectoria a su próximo destino. Shikamaru se quedó mirando por donde desapareció el vehículo con confusa sorpresa.

- Gracias – Aun así, agradeció el  gesto del mayor al preocuparse. Suspiro y se dirigió a la verja para entrar a su casa. Pero antes de que pudiera cerrar la reja mediana, alguien le tomó del brazo fuertemente - ¡¿Pero qué…?! – Quedándose mudo por su opresor.

- Tú y yo hablaremos – Siseo fuerte con furia contenida.

- …Gaara…

************

- Estoy… algo nerviosa – Dijo frente al gran edificio.

- Deja de actuar como niñata y entra. Es tu trabajo – Sereno y directo como siempre le respondió a la chica.

- Si,… - (¬-¬) – Debí haber traído a Yahiko – Lamentándose por su acompañante.

- A ese déjalo con su mal de amores y entremos de una maldita vez – Receloso por el comentario comenzó a caminar algo disgustado. Ino suspiro pero sonrió un poco, de cierta manera, le daba fuerzas y con la actitud irritante de Menma se olvidaba de sus temores. Comenzó a seguirlo.

Una vez dentro del lugar, lleno de colores pasteles claros para calmar el ambiente en ese sitio, se dirigieron a la enfermera que hacia como recepcionista.

- Hola. Buenas tardes ¿Se les ofrece algo? – Dijo sonriendo de manera intensa y algo melosa a Menma quien le tenía sin cuidado y molestaba un poco a Ino.

- Sí. Buscamos a una paciente – Contesto Ino para así alejarse cuanto antes de esa mujer desubicada. La enfermera le miro con molestia.

- Sí, claro – Con algo de cinismo – Díganme el nombre por favor – Empezando a teclear y luego aguardando a que le dijeran el nombre.

- Sakura Haruno – La enfermera se impresiono un poco, pero tecleo el nombre.

- Habitación 206 – Pasándoles unas tarjetas de pase.  Una a Ino – Ten, es para que los dejen entrar – Y otro para Menma – Aquí tienes – Más amable a él. Ino quería golpear a esa mujer, pero se hizo de la vista gorda para no quedar mal. – Vayan por esa puerta y sigan derecho hasta el ascensor. Aquí en planta baja es toda recepción y patio – Aun sonriendo como boba a Menma.

- Gracias – Cargado de enojo contenido – Vamos – Empezando a ir donde se indicó y ordenando a Menma seguirla.

- Voy – Dijo con desgana y toda la paciencia del mundo.

Pasaron por la puerta y entraron al ascensor. Una vez ahí Ino libero el disgusto que se reservaba.

- ¡Uuyy! ¿Pero qué le pasa a esa mujer? Dudo mucho que sea una enfermera de mente sana. Mira no más que coquetear con visitantes y encima sin notar que un tarado como tú es aún un puberto – Menma le titilo el ojo por el comentario.

- ¿Disculpa? Yo tengo mis 18 años, señorita – Mirándola con disgusto.

- ¿Acaso te pregunte? Además, tú como siempre tan despreocupado te dejas insinuar así ¿Acaso siempre eres así con la mujeres? No quiero imaginar cómo eres cuando estas de incognito – Cruzando sus brazos notándose más su enojo. Menma tomo la barbilla de Ino e hizo que lo mirara, ella se sorprendió un poco, el chico la miraba serio.

- No soy del plan, liga para disimular – Entrecerró mas sus ojos – Iría contra mis principios… y sentimientos – Ino al oír eso sintió una aceleración en el corazón, esperanzada de algo. – Además… - Mirándola con más intensidad, la rubia sentía que los colores se le subieron. -… Además………… Las mujeres son complicadas, prefiero mantenerme al margen – Separándose y colocando sus brazos tras su nuca. Ino tenía los ojos en puntos negros aun incrédula. – Si ellas me ligan, no las apartare, pero tampoco las aceptare, ese es mi punto – Cerrando los ojos como el que no quiere la cosa y se resigna. Ino en verdad estaba que le titilaba la ceja.

- ¡Eres un tremendo estúpido! – Dándole la espalada. Menma la mira de reojo y sonrió. Miro también el conjunto de Ino. Un jean claro celeste pálido apegado al contorno de sus piernas, unas botas marrones claras con cintas de color metal gris, una remera gris con  rayas en sus mangas. (http://mla-s2-p.mlstatic.com/remera-mujer-lentejuelas-primavera-otono-2015-18972-MLA20162644743_092014-F.jpg = No sé cómo describirla jeje XD), y un gorro de lana color gris más obscuro. Tenía unas pequeñas pulseras, y una gargantilla de piedra azulada metal muy sencillo.

- Por cierto…

- ¡¿QUÉ?! – Mirándolo aun encabronada y más por no saber la razón o tal vez si pero negándolo.

-… - Menma sonrió sereno y cálido, Ino se sorprendió desconfiadamente por eso – Te ves muy bonita – Eso sí que la asombro y se sonrojo sin poder evitarlo, lo que a Menma le gusto mas pero no lo demostró, mantenía su rostro tranquilo y sonriente. Ino sintió que su corazón le llegaba  a la garganta.

- Me…

- Ya llegamos – El ascensor se abrió y Menma salió dejando a Ino con la palabra. Ella suspiro cansada. Miro la espalada del chico que se alejaba mientras bajaba del elevador. Aun así… se sentía de repente muy feliz.

- Gracias, Menma – Dijo bajo y dulce, pero el lugar estaba en completo silencio, así que el moreno pudo oírlo. Menma no volteo, creyó que se notaría su pequeño sonrojo y la cara de idiota que seguro tenia por sentirse dichoso. Pero aun así, siendo el un hombre espero que ella se acercara un poco más para tomarla de la mano. Ino se sonrojo por la repentina acción del Uzumaki. – Menm…

- Llego la hora. Fuerza – Tratando de disimular su acción con una brindación de ánimos para cuando lleguen a la puerta. Cosa que la ingenua de Ino se tragó algo decepcionada. Pero Menma tenía razón. Era hora de enfrentarse a su ex mejor amiga.

************

- Vaya, no pensé volver aquí – Dijo la mujer con hastío.

- Ya. Solo será un momento. Verán esos críos que conmigo no se juega – Bajando del vehículo seguido de su mujer.

- Eso espero – Dijo ella.

- Lo veras. – Le secundo.

Ambas figuras se acercaron a la casa de los Uzumaki.

 

Un juicio está por empezar.

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

Ohhhh!!!! Cuantas cosas!! jajaja

Mori de amor con lo primero y luego con eso de "Invernando por estupido" jajaja, Ita y Sasuke comparten el orgullo como dice Kiba jejje

Owwww, las cosas se arreglaron con Juzo y Kenta, falta Kaoi y Kabuto jajaja, que les parece el nuevo amiguito de Kenta … Erizawa-kun :P jejeje la verdad ese personaje es 100% mio ^///^ohh, Kenta siente algo por Kabuto O.o?

Kyaaa!! Momento de amigos Dei y Tobi jejeje, mas lindo ewe

Ino celosona jajaja, y Menma siendo tierno O.o wwoooww jwjwjw

Hay tantas cosas que decir pero se las dejare a ustedes, si quieres u.u

Malditos Inuzuka!! >_< dejen en paz a Kiba a Naruto y Deidara

Espero sus comentarios, si los merezco jeje,

Un gran abrazo y espero verlos en la proxima

Nos vemos n_n/


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