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¿El amor no lastima? 2 por shi san

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Notas del capitulo:

UYYYY ESTOY EMOCIONADA HAHAHAHAHa bueno es que este cap me gusto Muchisimo! y bueno ahorita viene mi onee sama junto a mi papa del occidente del pais y estare muy ocupada estan ultimas semana TuT me la pasare con ella porque se ira en septiembre del pais y cuando ella hace eso dura hasta mas de medio axo o incluso un axo sin venir T-T

Bueno lean que esa info no les importa! XD

Capítulo 15

 

¡Hey! ¡Que pasa Japón! 
Es big bang…
La dosis del amor no me pertenece, la dosis del amor no me pertenece 
No me gustan las costumbres, los días pasan lento 
A partir de ahora no creo más en ti, pero estaré a tu lado ahora y siempre 
Por siempre te querré. 

Baby, baby, baby, porque no me lo dices, me lo dices, me lo dices 
No estoy mintiendo, no estoy mintiendo. 
Lady, lady, lady, ¿no sabes? incluso ahora, no puedo olvidarte 
Soy yo, yo, yo, yo, yo y ahora, no te encierres en esta dolorosa memoria 
Soy yo, yo, yo, yo, yo y ahora, un encuentro triste bajo el cielo. 

Cuándo sea el momento, olvida lo que he hecho mal 
Me he separado de ti, mira mi patética figura, 
¿llorar por nosotros es patético?, tan sólo sostenme, 
¿solo podremos ir aquí? 

Baby, baby, baby, porque no me lo dices, me lo dices, me lo dices 
No estoy mintiendo, no estoy mintiendo. 
Lady, lady, lady, ¿esto solo fue un sueño?, ¿qué debería hacer? 
¿No está esto bien?, estoy aquí, lo sabes 
Soy yo, yo, yo, yo, yo y ahora, no te encierres en esta dolorosa memoria 
Soy yo, yo, yo, yo, yo y ahora, un encuentro triste bajo el cielo. 

Baby girl, no sé por qué nunca pensé que soñaría contigo día y noche 
Está bien-bien no voy a mentir, rayo de luna, 
Te juro que doy mi honestidad, no importa lo que digan, 
Mi vida es lo que siempre te engaña, mira el pasado, 
Sabes que has cambiado y echas de menos mi fama y apariencia 
Sea lo que sea que pienses, bibidi GD mi boo, 
Como en tus pensamientos hasta ahora, hasta ahora, 
¿Por qué he vivido solo una vida terriblemente miserable? 
Mira! soy el deseo de las chicas techo-techo-techo, el techo en llamas, 
Porque mi corazón está frío, no quiero a nadie pero tú.. 
Mientras viva, no puedo olvidar ese día, 
Nosotros que rompimos nuestros corazones, una vez más, 
Quiero volver al pasado. 

~Bringing You Love / Big Bang

 

Azul

 

     Si, ya eran dos meses. Mi relación con Miserere se mantenía igual, Melanie había llegado hacia tres semanas lo que era igual a no tener casi acceso a él…

 

Recuerdo

 

—¡Ah! ¡Miserere no tan fuerte!!!— Alce mi voz al estar siendo penetrado por el rubio.

 

      Pero era como si no me escuchaba y de pronto mis gritos y mi cansancio hicieron mella en mí como cuando se desgata mucho un cd por colocarlo tantas veces.

 

—Oh, bien…— Suspiro Miserere quien me daba la última estocada en la mesa de la entrada, mi vista viajo al suelo y mire el reloj junto con el cuadro que solían estar en la pequeña mesa, en la que yo estaba.

 

     Ese líquido caliente se desbordaba dentro de mí eso hizo que me ardiera un poco mientras me daba cuenta del seme que yo había expulsado hacia un rato que estaba sobre ambos.

 

—E-eres, eres un imbécil ¿Cómo demonio me lo hiciste tan rustico?— Me moleste mientras me apoyaba de él para bajarme, tomar mis pantalones y mi camisa gris para irme con cuidado al baño.

 

     No vi su expresión pero yo estaba molesto, que me hubiera hecho aquello casi forzado.

 

     Me coloque la bata de paño beige y salí del baño. Lo vi sentado en la cama con los brazos y las piernas cruzadas, con su camisa azul de tono casi lila sin abotonar.

 

—Lo siento ¿Ok?

 

     Guarde silencio en respuesta, un silencio que me daba la razón.

 

—Melanie viene mañana y…. y está investigándome, me contaron que podría hacerle daño a mi amante si yo iba enserio. Me dio una especie de ultimátum

 

     Con que “Melanie” y un ultimátum… 

 

—Nuestra relación es algo etérea ¿No lo crees?— Mi voz salió con pesar y recelo.

 

—Siento no ser quien te mereces pero te amo y te necesito, es mejor que me vaya para que los inútiles que me siguen por orden de Melanie no la alboroten tanto

 

    Me le fui acercando lentamente, no quería que se fuera, quería que pasara la noche en mi cama y que a media noche le diera la loquera de tocarme intensamente. Su mirada marrón clara se abrió al extremo con interrogante mientras descruce sus piernas y me le monte encima para besarlo sugestivamente.

 

—No te vayas— Al decir eso le lamí los labios.

 

—N-no puedo, no quiero traerte problemas— Justo me mordió el hombro que me había descubierto.

 

—¡Ah!— Me queje de la mordida y de repente eso encendió mi lascivia.

 

      Lo bese y me fui alejando para quedar acostado en la cama mientras con mis manos abría la bata de baño.

 

—Házmelo de nuevo— Susurre.

 

—Sí, pero al terminar me iré…— Escuche.

 

     Cuando iba a replicar, sentí como tomaba mi miembro que estaba palpitante y lo lamia para pasar a succionarlo con fuerza. Me retorcí del éxtasis y mordí mi labio inferior para no gritar desvergonzadamente pero así como cuando se llena mucho un vaso y este se desborda pues, mis gritos se desbordaron.

 

—Ah, más ¡Más! ¡Ahh!— Jadeaba mientras sujetaba de la almohada reciamente con una mano y con la otra jalaba y acariciaba los cabellos rubios de Miserere.

 

     Me retorcí y destile algo de semen en sus labios estremeciéndome en el acto.

 

—Vamos a penetrarte de nuevo ¿Qué te parece?

 

     Su voz fue obscena, a la par metía sus dedos en mi esfínter buscando el punto preciso de placer.

 

—Oh, ¡Allí!— Me agite al sentir aquel tacto y abrí mas las piernas…

.

.

.

 

     Cuando llegamos al clímax me dejo arropado mientras se fue al baño. Cerré mis ojos y al abrirlos por el sonido de mi celular pues, ya estaba de día y por lo que veía, él se había ido en cuanto había salido de la ducha.

 

Fin del recuerdo

 

—¡Azul despierta! ¿Es que acaso no escuchaste ni una de mis palabras?—  

 

     Aquella voz dramática y casi ofendida hizo que me levantara de mi escritorio de sopetón y retrocediera de mi escritorio.

 

—¡Lo siento! Y-yo, yo solo estaba descansando un poco

 

     Carlos junto con la de cabello castaño y la rubia me miraban extrañados mientras de repente me venía un bostezo.

 

—Está bien, discúlpenme… no he dormido mucho últimamente además

 

—¡Has estado vomitando apenas llegas al taller!— Me corto de repente Grecia, la rubia con vestido de coctel rosado.

 

—¿Has ido al médico?— Carlos me miraba serio con los brazos cruzados.

 

—¡Azul responde!— Decía Gracia sin siquiera dejarme coordinar las respuestas.

 

—¡Tranquilos! Yo si fui ayer pero solo me dijo que tenía estrés y mando unos días de reposo y

 

—¿Y por qué motivo no me has dicho nada?— Carlos agitaba sus manos de una manera que me asustaba.

 

—Es que, es que, es que yo…

 

—Es que nada, dame el récipe y arreglo todo, ve que los vómitos no son normales ¡mira lo que le paso al señor Amiel! ¿Qué más te dijo el médico?

 

—Bueno, me mando a hacer unos exámenes y pensaba en hacerlos mañana temprano

.

.

.

 

     Tac, tac, tac… Los sonidos que hacían mis zapatos me molestaban hasta más no poder y ese enorme pasillo del taller al ascensor se me estaba haciendo eterno. A pesar de lo que Carlos me dijo que me fuera temprano, no le hice caso y termine acabando el artículo sobre la moda con base de la era victoriana que tenía que pasarle a Grecia para ayer, literalmente.

 

     De repente me sentía caluroso (?) Llegue al ascensor y comencé a presionar insistentemente el triangular botón con luz roja y nada que se abrían las puertas.

 

     Una gota de sudor rodo por mi frente, sí, eso era… estaba enojado.

 

 —¡Maldición!

 

     Cerré los puños y a la vez mis ojos.

 

    Y una de las cosas por las que no podía dormir era saber que Melanie estaba en la casa que ella y Miserere compraron haciendo sabe Dios qué cosas, de seguro yo no significaba la gran cosa para el rubio imbécil.

 

     Y el ascensor nada que se abría, comencé a golpear con mis puños las puertas de metal en un intento inútil para que abrieran cuando sentí esas gotas salinas rodar por mi rostro.

 

—¡Hey! ¿Qué pasa?

 

     Esa voz me parecía disipada y hacía énfasis en mis muñecas. Quien me agarraba me dio la vuelta y me miraba inquisitivamente.

 

—No me pasa nada… ¡Por qué al menos no me compras un maldito pie de limón con chocolate!— Conteste furioso peculiarmente con hambre y lágrimas en mi rostro.

 

—Entonces lloras porque el ascensor no abre y porque tienes hambre ¿No?— Al terminar de decir eso me soltó y se cruzó de los brazos como si estuviese muy cansado.

 

—Sabes… mejor no me hables y todo estará bien

 

      Justo se abrió el ascensor y entre, tras entro Miserere.

 

—Estas de mal humor y bueno, yo estoy cansado de toda esta porquería de trabajo

 

     Seque mis lágrimas y vi cómo se abrían las puertas de metal. Mie mi reloj plateado, 8:45 pm, eso significaba que ya iban a dar las nueve y los autobuses de seguro ni pasaban.

 

—Ven, te llevo a casa

 

     Su mano agarraba mi codo mientras me arrastraba a su auto que estaba en el estacionamiento frente a la empresa sin salir de ella.

 

—No, yo no quiero ir a casa, voy a comprar el pie de limón así que suéltame

 

     Vaya que yo estaba molesto.

 

—Yo te lo invito, lo pedimos para llevar y te llevo a casa— Y con eso ya me había montado.

.

.

.

 

—Disfruta el pie y ten una buena noche— Me decía al frente del edificio donde yo vivía.

 

     Miserere se me acerco lentamente para besarme apasionadamente, quizás era un intento para apaciguar mi molestia. Yo le respondí el beso con la misma intensidad, sus manos se colaban por todo mi cuerpo y allí fue cuando sentí unas de sus manos acariciándome el trasero sin vergüenza.

 

—Ah— Suspire mientras me le apegaba más.

 

—¿C-cómo, cómo supiste donde vendían el mejor pie de la ciudad?— Pregunte descoordinadamente mientras me besaba y me tocaba.

 

—Jejeje simple, allí es donde Amiel me mandaba a comprar los pie cuando le preparaba las cenas de cumpleaños del señor Emil… p-por cierto él es un fanático de los pie

 

     Me dijo aquello lento y aunque no entendí muy bien, algo era cierto…

 

—Vamos a subir— Musite.

 

—Mmm… no puedo, tengo trabajo muy temprano y aunque quiero… ¡Vamos entonces!

 

.

.

.

 

—¡¿Por qué no te quedas?! Te necesito ¿sabes? Jamás te he pedido una cosa muy grande— Me aferraba iracundo de las frazadas verdes mirando al rubio colocarse la camisa azul real.

 

—Hoy estas como pesadito ¿No?— Suspiro ya yendo a la puerta.

 

—Lo siento pero no puedo, hoy no y ya basta. Nos vemos mañana

 

     Escuche como cerraba la puerta y con eso mi ira se convirtió en tristeza al sentir las sabanas mojadas que tenía entre mis manos.

 

—T-terminamos…— Titubee para mí mismo sabiendo que ni habían pasado 2 minutos y mi cara estaba empapada.

 

      Tome la camisa gris más ancha que usaba muy poco y salí corriendo del cuarto. Miserere no estaba en la sala así que tome las llaves y salí para justo encontrarlo en el ascensor…

 

—¿Ahora qué?— Al escuchar eso me sentí una molestia para él.

 

     Pero si yo era una molestia pues, él también era una molestia para mí.

 

—Esto se terminó ¡Ya no quiero ser ni tu amante, ni novio, ni amigo!

 

—Azul, ya es tarde y no quiero discutir

 

—Bueno, lárgate de una vez

 

     Vi cómo se cerraban aquellas puertas dejándome de igual molesto aunque cansado y un poco adolorido.

 

     Volví a mi cama y me arrope.

 

      Yo no era el amante de nadie, ya me había cansado de mendigarle algo de cariño a ese imbécil que solo jugaba a los dos bandos.

.

.

.

 

      Aunque pase algo malo, aunque pase algo bueno, la vida siempre sigue, ella sigue trotando sin importarle si te caíste pero si ella ve que te levantaste después de esa caída entonces volteara a sonreírte.

 

     Pero una cosa es levantarse para seguir y otra cosa muy distinta es levantarse y seguir en dirección contraria…

 

     Canciones como; Shadow / Davichi~ Bringing You Love / Big bang~ y algunas canciones de reggaetón retumbaba junto con varias mezclas de canciones aptas para lugares sin casi luz, y las pocas luces que habían eran de colores mientras que el bar del lugar era lo más iluminado. Las mesas que estaban alejadas de la pista de baile estaban casi llenas al igual que la pista mientras Carlos no le sacaba la vista a un asiático muy alto y acuerpado que estaba rodeado por varias chicas y sujetos que lo respaldaban.

 

—Yo, yo aún no sé qué por qué me deje arrastrar hasta aquí— Le hable tomándome mi Martini de durazno a Gracia, la de cabello largo y castaño ahora con rasgos trigos.

 

—Jajaja Azul, diviértete un poco— Me dijo ella sorbiendo de su whisky.

 

—Divertirme eh… ¿Cómo Grecia con ese alemán?

 

     La mirada de la castaña busco y cuando encontró a la rubia se congelo pero de repente una furia helada emano de ella violentamente pero por qué seria. Mi vista fue a la pista y descubrí como el rubio tocaba a Grecia bailando un tanto vulgar y sin vergüenza, y bueno, Grecia se dejaba.

 

—Discúlpame Azul— Escuche de Gracia.

 

     Vi cómo se iba alejando y separaba rudamente a la rubia del hombre que parecía alemán, tome un sorbo de mi copa pero lo escupí al ver como la de tez morena clara con cabello largo y ondulado besaba apasionadamente a la rubia.

 

—¡Cof, cof, cof! C-Carlos— Lleve mi mano a mi jefe.

 

      El mesero pidió un whisky y le susurro algo al moreno claro con peinado volado.

 

—Jejeje Azulito lo siento pero después te explico la retorcida relación que hay entre ellas porque ahora quiero averiguar el calibre del asiático más alto que he visto en mi vida, el mesero me dijo que este trago me lo brindo él aw~

 

      Suspire y mire mi copa grande que estaba vacía, Carlos se había ido hacia el asiático y él me estaba pagando los tragos pero por lo que observaba ya me habían sacado. Aunque me sentí divertido y comencé a sonreír no dejaba de sentir ese dolorcito agudo en mi pecho que solo se reducía a Miserere “esto” o a Miserere “aquello”, quería otra bebida pero mejor me comía los trocitos de hielo que quedaban en el fondo de la copa y luego me despediría de Carlos.

 

 —Sírvanle otra bebida a mi amigo, por favor— Escuche a mi lado.

 

     Me sorprendió pero a la vez me alegre mucho, era un chico de cabello negro que contrastaba con su macilenta piel, era alto con un suéter gris de algodón y un blue jean simple junto a una sonrisa brillante.

 

—¿Me aceptarías la bebida?— Me dijo inclinándose para ver sus ojos negros a través de su par de anteojos con montura negra y gruesa.

 

—Jajaja ¡Arnaldo! Jajaja si la me la voy a tomar— Me estaba riendo y hubo una vocecita dentro de mí que me decía que no estaba muy sobrio que digamos, fue cuando algo suprimió aquella vocecita.

 

—Salud, entonces— Sonrió él haciendo que nuestros vasos chocaran prudentemente.

 

     Mi mente vago cuando Arnaldo era mi compañero en la universidad, recordé que siempre me había gustado pero como era el payaso de la clase y andaba siempre molestándome diciendo lo mucho que me “quería” pues, yo sabía que él jugaba y no quería exponerme a ser el gay que acababa de salir del closet por las bromas tontas de Arnaldo quien andaba con una, con otro y otras.

 

     Desde la graduación no supe de él, ni siquiera por su red social la cual se la habían violado y el había cerrado la cuenta, como pedimos contacto.

 

      Pero algo era cierto, hubo un tiempo en el que fantasee con él aunque fantasear con Miserere era mucho mejor.

 

—Ah ¿Qué haces?— Sentí sus manos en mi cintura.

 

—Vamos a bailar ¿Si?

 

     Asentí divertido y fuimos a la pista de baile. Allí fue que recordé lo que me había dicho mi doctor…

 

“—No estoy seguro de lo que tienes y tengo que confirmarlo pero lo mejor será es que evites los trabajos forzados y el alcohol—”

 

     Rápidamente algo borro aquella advertencia por que me estaba divirtiendo y no sentía la angustia o la tristeza de saber que Miserere ni me había llamado desde hace una semana cuando le dije que habíamos terminado.

 

~Continuará…

 

 

Notas finales:

Uyyyyy Azulito engaxara a Miserere!? XD

Actualizo despues n.n 


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