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¿El amor no lastima? 2 por shi san

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Notas del capitulo:

Si, ya se ^^ dije que iba a actualizar el domingo, peroooo tuve que ir a Caracas a ver a un familiar enfermo u.u ahhh lo que me hizo reiterar... Vive la vida como se te de la gana, sin dañar a los demas ya que te vas a morir algun dia... XD SUMIMASEN! Animo, Ganbatte! Mañana es Martes! wiii etto O.o lean onegai...

Capítulo 3

 

MISERERE

 

—Padre, no sé hasta cuando vas a soportar ese chantaje, lo siento pero me parece ridículo que vayas a sacrificar tantos años de matrimonio— Tenía que decírselo, ya llegaba navidad y sinceramente no estaba acostumbrado a pasarla de manera tan seca. No importa si parezco infantil por pensar así.

 

—Miserere, no es ridículo, mi familia ha sido clara conmigo, sin mi legitimo primogénito dañaran a Amiel y se desentenderán de ti, me dejaran en la calle y todo se ira por el caño, y no he trabajado tanto por nada

 

     El de ojos verdes comía su desayuno tranquilamente, y eso era precisamente lo que no soportaba y ya comenzaba a  comprender la frustración y tristeza de Amiel.

 

—Tu sabes cómo parar sus chantajes y además ¡tú eres el que está dañando a Amiel!

 

—Ok, la solución sería… ¿Violencia? ¿Cobrar favores de los jefes ilegales? Y así arremetiendo contra mi sangre ¿no?...

 

—No sé qué rayos hay que hacer aparte de lo que acabas de mencionar— Me quite la servilleta de mis piernas y la arroje a mi plato con un sándwich de queso que ni había probado.

 

—¡Solo quiero que le digas a Amiel lo que esta pasando!

 

—¡Miserere, deja de comportarte como un niño! ¡Eres un hombre! Amiel estará bien, yo planeare algo y tú solo mantente pulcro en la compañía— Franchesco grito perdiendo claramente su paciencia.

 

—Cómo demonios quieras— Sisee…

 

—Por culpa de los mafiosos mi madre murió, desde que cumplí los quince he estado pendiente de la corporación sin ligar negocios sucios con los asuntos de la compañía, cuando fui mayor de edad mi abuelo me dejo la compañía en mis manos y se fue a vigilar la corporación  extranjera, mi abuela odio que yo me casara con Amiel, pero agradecí que respetara mi decisión. Quizás pensó que me divorciaría pronto de él, pero como no lo hice termino amenazándome… mi abuelo es quien me tiene en el testamento como heredero universal con la condición de que tenga al menos un hijo de sangre y que jamás me case con un hombre

 

     A veces no sabemos lo que realmente pasa…

 

—Entonces piensa rápido, Amiel me preocupa mucho… a pesar que lo tienes vigilado ya debes saber que hay varios imbéciles rodeándolo con malas intenciones

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.

.

 

     Nuevo inicio de semana, yo como todos los días al trabajo, realmente esto me tenía harto, jamás serví para la monotonía.

 

—Señores esa es mi propuesta— Dijo el señor Zozer apagando las diapositivas en aquella sala de juntas. La verdad es que ni sabía lo que había propuesto por estar viendo mis estados en redes sociales.

 

—Me gusto esa propuesta, cubrió las posibilidades de fracaso, esa es la que usaremos, se le agradece a todos. Que pasen buen día— Franchesco en estado de señor importante se le levantaba mientras aproveche para perderme de cualquier pregunta que me tuviera.

 

     Sin embargo cuando ya iba a tomar el ascensor sentí un golpe en la cabeza.

 

—¡Auch! ¿Quién demon…?— Me paralice, ya que era mi padre con el rostro de pocos amigos.

 

—Trabajo es trabajo, compórtate la próxima vez— Vi cómo se alejaba a su oficina…

 

—¡Papá!

 

—¿Qué quieres?

 

—¿No vamos a preparar cosas para una fiesta navideña en casa? Hay que comenzar a trabajar en ella…

 

—Hazla por tu cuenta, si quieres contrata un organizador… ando muy ocupado así que por favor regresa a tu puesto de trabajo

 

    Salí del edificio pensando en mi edad, pensando en la familia, porque tenía que ser realista, las cosas entre mis padres se volvían cada vez más oscuras… entonces ¿eso quería decir que yo tendría que tener mis propios hijos y mi propia pareja para tener una familia otra vez?

.

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     ¿Dónde estaba ahora?

 

     En realidad ni siquiera me había molestado en mirar fuera de la limosina que mi padre había enviado. El chofer abrió la puerta y lentamente me percaté de que era un restaurant bastante lujoso, lo cual hizo que me removiera con algo de ira…

 

—Señor Klaus, bienvenido— Un tipo de aspecto de mayordomo mayor me hacía reverencia. Hizo un ademan para que mi persona lo siguiera y así lo hice.

 

     Casi al final, se encontraba una mesa con mantel blanco y elegante que era más hermosa que las demás mesas con una chica y Franchesco. Yo no era mal educado y por más amotinado que estuviese me sabía comportar, sonreí y me presente a lo que la chica de vestido coctel rosa con pliegues románticos, con sus platinados cabellos en ondas y tez imperceptiblemente dorada se levantaba y extendía su mano hacia mí.

 

—¿Eres modelo?— Dije una vez sentados todos.

 

—Hijo, tengo el honor de presentarte a Melanie Dominique, de los Dominique de Francia, quien tiene negocios con nuestra corporación…

 

—Gracias por el halago de hacerme presentar Franchesco, Miserere tus abuelos y los míos andaban en busca de una buena asociación que uniera capitales estando unilaterales para que ningunas de nuestras empresas en Europa terminaran en la ruina por la presión de las crisis que acontecen más y más hoy en día— Dijo ella uniendo sus manos con sus ojos abiertos muy serios pero a la vez muy divertidos por la situación.

 

—No es necesario que me explique, ya… casamiento y todo lo que implique ello ¿No?— Suspire y me eche hacia atrás sin salirme de los buenos modales.

 

—Hijo, es una decisión que te pertenece a ti, y estaré de acuerdo con lo que estimes

 

     En quien pensé fue en cierto rostro sonriendo y alejándome junto a unos ojos tan azules como el mar profundo. Mi decisión la sabía perfectamente.

 

     Supongo que soy peor que mi padre biológico.

 

—Pues, no es como que seamos unos chicos de quince años, ¿eh Melanie?— Sonreí pícaramente a lo que ella me devolvió el gesto.

                                                                                     

—¿Te debo llamar querido ahora?— Dijo jugando ella con sus ojos ámbares que expresaban un poco su manera de ser; Decidida, caprichosa, amante al dinero, la moda y con un miedo inmenso a caer en una remotamente futura, ruina.

 

—Puedes usar cualquier diminutivo que demuestre nuestra unión afectuosa— Dije sin rastro de malicia. Típico sarcasmo… (?)

 

—Azul, lo siento— Dije indetectable.

 

—Disculpa, dijiste algo— Pregunto mi padre con expresión seria, quizás sería por mi manera tan poca “juiciosa” de aceptar las cosas.

 

—Nada, padre— Sonreí perdiéndome en no saber cómo decirle tal cosa a mi ilusionado amigo de la infancia, Azul.

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     Iba por el pasillo de la universidad sonando alegremente mis llaves, justo supe quién era el hombre que salía de un salón; de baja estatura, de cabellos castaños claros medio largos y un poco ondulado pero bien definidos, de piel blanca y con aura dulce aunque apagada.

 

—Mi lindo papá ¿cómo está? ¡Ya es diciembre! Franchesco dice que no tiene tiempo para ayudar a decorar la casa— Le había llegado desde atrás a Amiel, que venía saliendo de aquel.

 

—Miserere… sé que estas muy preocupado pero ya estas grande. Debieras de estar planeando tu navidad con Azul o tus amigos y no con tus padres, así te vas a divertir mucho más— Me dijo mi padre acariciando mi brazo cerca de su pecho porque lo había abrazado y lo hice fuerte.

 

     Pensé en mi compromiso, me casaría en Francia, además ya era una semana que ni hablaba ni saludaba a Azul, todo para evadir preguntas o algo.

 

—¡Profesor!— Una voz me saco de mi ensimismamiento.

 

—Oh, lo siento no sabía que tenía compañía— Dijo un chico castaño claro un poco más acuerpado que yo, de hecho ya lo había visto.

 

—Massimo, ven y no pienses cosas extrañas— Mi papá sonrió tiernamente

 

—Él es Miserere, mi adorado hijo

 

—Disculpe profesor, bueno, es un gusto Miserere, yo soy Massimo

 

—Es mi alumno estrella en el taller de ortografía— Señalo Amiel sonriendo.

 

—Oh, excelente, creo que te he visto en alguna que otra fiesta… si papá, Massimo es la estrella en las fiestas— Dije aquello entrecerrando mis ojos y sonriendo irónicamente.

 

—Sí, pero tengo excelente promedio— Dijo cual estúpido.

 

—Deberían ser amigos, Miserere tiene veintiuno ¿Cuántos tienes tú? ¡Oh! Miserere ya déjame respirar— Mi papá trato de zafarse de mi abrazo hasta que lo hizo.

 

—Tengo veinte— Sonrió el idiota mirando babosamente a Amiel quien lo miraba algo perdido, no sabría cómo describirlo.

 

—¿Papá? ¿Estás bien?— Moví sus hombros hasta que vi que volvía a la normalidad.

 

     No obstante, mire lagrimas por la cara de mi padre, de hecho él mismo se las limpio rápidamente.

 

—L-lo siento, debo ir a mi… casa— Mi papá se despidió amablemente de Massimo quien quedaba confundido igual que yo.

 

      Mi papá iba a pasos rápidos, así que lo seguí firme pero él solo se apresuró, al momento que abrió la puerta blanca de su auto yo la volví a cerrar.

 

—¡Papá me tienes preocupado! Ya deja de pensar en Franchesco— Lo mire con toda la inercia que logre juntar, todo para que no se hiciera daño.

 

—Perdóname Miserere— Sentí su mano en mi mejilla y al mirar sus ojos miel, pues, ellos me sonreían como pidiendo perdón.

 

—Estaré bien, sí solo me dices que estas bien con Azul y tu trabajo en la empresa, cálmate sí, sabes que no es tan fácil superar algo, pero dame crédito, lo superare he superado cosas muy feas antes de que tu llegaras a este mundo— Cerro sus ojos y los volvió a abrir para seguir hablándome.

 

Además que debes de comprender que tienes edad de pasar la navidad con tus amigos e ir a darme una vuelta para que pruebes el cheescake navideño que hago ¿Ok?— Acerco su rostro a mi frente, mirándome.

 

     Solo suspire….

 

—Ok, me voy entonces… solo quiero decirte que me comprometí con Melanie para que la empresa tenga más reconocimiento en el área Europea— 

 

—¿Qué paso con azul?

 

—Azul no está enamorado de mí y yo no le voy a rogar…— Mentí con lo de Azul, pero no quería que se preocupara más de la cuenta.

 

—¿Franchesco lo sabe? Tú quieres más a Azul que a ella

 

—No es que este muy enamorado de Azul, él lo comprenderá, es decir, no es como una tragedia romántica— Me reí y le di la espalda.

 

—¿Qué dijo Franchesco?— Alzo la voz el cabellos castaños ya con ligeras canas que se le veían muy tiernas, entrando en modo de padre serio.

 

—Que esa decisión era mía y de nadie más

 

—Así que esa fue tu decisión… no te equivoques tanto— Suspiro mi padre.

 

Alguien una vez se casó por una decisión a la ligera, se casó y aunque hoy siga su matrimonio, todo es una simple mentira para sostenerse de aquello que realmente quería… tienes su misma forma de pensar pero aun así en tus ojos hay un brillo lleno de duda que me hace recordar a la persona que realmente quería ese alguien— Aunque Amiel dijo aquello y al terminar no pude captarlo…

 

     Una vez que mi papá estaba lejos y ni se veía ya que había acelerado su vehículo, me di cuenta a lo que se refería…

 

     Me parecía a Andy y mi duda de hacer esas cosas eran parte de Miserere, mi papá biológico, mis padres biológicos…

 

Con que Andybell y Miserere

 

.

.

.

 

Vaya, supongo que esto es algo improvisto— Se removió algo incómodo el señor Vasiliev tras recibirme en su oficina.

 

     Yo tenía curiosidad y definitivamente él era el único que me podía “ayudar”.

 

Pensé que era algo urgente para que solicitaras hablarme— El rubio mayor me miro restándole importancia al asunto y luego se quitó los anteojos con escasa montura plateada.

 

Actúo extraño y…— Suspire y tape mi rostro ya fastidiado —todo parece apuntar a tu patética manera de ser y también la manera de ser de… Miserere

 

—¿Por qué demonios no le preguntas a Amiel que te diga cómo era Miserere?— Dijo algo enojado.

 

—Yo… yo no quiero oírlo de Amiel, solo quiero oírlo del único padre biológico que tengo ahora. Franchesco me dijo que en verdad amaste a Miserere, supuse que por su memoria me dirías lo que yo quisiese saber… por eso vine— Miraba fijamente al ojos grises, luego cerré los ojos e hice mi rostro hacia un lado.

 

     El hombre rubio se echó para atrás de su asiento…

 

—Está bien…— Dijo indolente, perdiéndose en una mirada.

 

—¿Cómo Miserere te trataba? ¿Él sabía cómo eras? O solo se lo ocultaste

 

—Yo jamás pude ocultar como realmente soy, aunque siempre tuve auto control, él sabía todo aquello… él me trataba de lo más indulgente, sumiso… mientras yo solo lo quería para mí, siempre fui muy irresponsable… entonces las cosas se tornaron feas, yo le dañe la vida a Miserere ¿Lo sabias?— Andybell hablaba tan sereno al decir todo aquello que me hacía poner furico, pero de igual me tenía que controlar…

 

—¿Cómo?— Pregunte autómata.

 

—Fui su primer noviazgo, después de haberme divertido con él surgieron problemas con mi familia, mi abuela quería hacerle daño para que se alejara de mi… tuve que cortarlo de la peor manera cruel, lo abandone… no lo sabía pero había quedado en estado y perdió su trabajo. Luego fue despedido de la banda y quedo sin nada. Aun así no me odio aunque sintió mucha rabia— él sujeto solo me miraba a los ojos, como buscando algo y yo solo sentía ganas de matarlo.

 

—Luego no pude más y fui a buscarlo, me entere que tenía cuatro meses de embarazo, y me lo lleve a vivir conmigo, al tiempo tuvo que tomar distancia de su mejor amigo Saíto, eso le dolió mucho, él tuvo que decidir entre su amigo o yo… de hecho se enfermó, yo no estuve allí cuando paso…

 

—Después en mi cumpleaños veintiuno, lo engañe esa noche porque no me pudo complacer por su estado... de alguna manera le enviaron fotos mías con una mujer en donde le engañaba y el casi cae pero se mantuvo firme por ti y porque necesitaba que yo te diera la protección que él no tenía; dinero y comodidades. Miser no quería que sus padres o su amigo Saíto cargaran con su responsabilidad…

 

     Me di cuenta del detalle en como usaba “Miser” en vez del “Miserere”…

 

—Me vi perdido, yo lo amaba… yo quería…— El grisáceo apretó los puños como reprimiéndose pero volvió a su estado tranquilo.

 

—Así que busque una excuse al día siguiente para acercármele, tenía que tocarlo, era mi necesidad. No dude dos veces y agarre de escusa al bebé, a tocarle el vientre y sentir como el bebé que estaba dentro se movía feliz de aquel tacto… terminaba siempre besando a Miserere, lo hacia todas las noches con tal de someterlo a mi lado

 

     Andybell solo miraba por la ventana, como si mirando el atardecer fuera encontrar algo…

 

—Lo más hermoso fue cuando le dije que le iba a dar todas las comodidades y que me iba a alejar ya que obviamente yo era un desastre como novio, como padre y como todo… él solo me dijo lo enamorado que aún seguía estando y que yo le pidiera que me perdonara… así lo hice y me perdono. Y allí termino todo por el estúpido embarazo. Pero como se murió ya no importa ¿no?— El sujeto se levantó de la silla furioso y abrió la ventana.

 

—Ya, ¿Te basta con eso?

 

—Por eso me odias ¿No?— Ok, la verdad es que jamás lo había visto desde ese punto… yo había sido la causa de la muerte de Miserere.

 

—Qué, ¿Franchesco te lo dijo?

 

—No, él jamás lo dijo, pero me acabo de dar cuenta…

 

—Sí… pero no fue tu culpa, me vine a enterar cuando tenías diez años

 

—¿A qué te refieres?— Pregunte…

 

—Tu bisabuela no volvió a respirar desde esa noche que me entere…— Soltó frio.

 

—Me retiro…— Dije casi al instante sin muestra de sorpresa.

 

     Antes de salir…

 

—Escuche que te comprometiste con una linda chica extranjera. Yo me pregunto… ese chico ¿Azul es tu amante o algo? Porque de no ser así, estoy dispuesto a ir tras él

 

—Él es mío, así me vaya a casar o no— Recalque eso a entre dientes.

 

—Si lo abandonas iré por él… no sé si estas enterado, pero soy un maldito loco psicópata…— Su voz me provoco escalofríos.

 

—¿Qué sentiste cuando supiste que Miserere había muerto?— Pregunte apático ocultando el poco de temor que se asomaba.

 

—No sentí nada, solo perdí un poco la cordura y tuvieron que internarme y sedarme por segunda vez en un psiquiátrico por mes y medio…

 

     Cerré la puerta y me aleje de ese lugar… por primera vez me di cuenta que a veces las cosas son más extrañas o quizás más complicadas de lo que parecen.

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Notas finales:

Uffff Franchesco ya no me cae tan bien... supongo que con el tiempo las personas no es que cambien, solo que sacan su verdadero yo y listo n.n actualizare el jueves... espero que me dejen review... Perdi a mis lectores porq elimine la 1er Temp.. la re-subi en mi blog y despues la subi por aqui y blabla...

~Kisus


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