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¿Amor de dos Mundos? por Hali

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Notas del capitulo:

Espero les siga gustando mi primer proyecto original. 

Al separarse, Rem miró con un fuerte sonrojo a Rafael, aquellos hermosos ojos buscaban una respuesta, Rafael acarició su rostro.

-... Me gustas pequeño- Rem se mostraba nervioso, no sabía qué hacer, qué decir. Rafael se sintió enternecido -. No te estoy diciendo que me correspondas pero si te digo que me gustaría salir contigo- Rem bajó la vista avergonzado -Que me des una oportunidad, no te pido una respuesta en estos momentos- Rem se atrevió a alzar la vista, al mirar al rubio un tanto nervioso, se tranquilizó un poco.

-¿Me darías un tiempo?

Rafael asintió.

-El que necesites pequeño.

Rem le sonrió luego de escuchar la respuesta.

-Gracias- Rafael tomó la lámpara, la apagó y se la entregó a Rem.

-Será mejor que vayamos a dormir ya es tarde.

-Si- Rafael le acompañó hasta la puerta de su habitación.

- Buenas noches.

-Buenas noches- se despidió y entró a su habitación.

Llevó la pequeña lámpara hasta su pecho, sintiendo como su corazón corría desbocado. Estaba confundido, feliz y temeroso. Tenía que hablar con sus amigos, necesitaba que le orientaran. Se acomodó en la cama, sin dejar de abrazar la pequeña lámpara. Muchas cosas pasaron por su mente sin dejarlo dormir.

Cuando abrió los ojos nuevamente ya había amanecido, no supo en qué momento se quedó dormido. Miró el triángulo que aferraba con tanto cariño, recordó lo ocurrido y se sonrojó. Decidió que lo mejor sería despejar su mente por lo que tomó un baño.

 

Cuando salió, se encontró con sus amigos

-Hola, buenos días- lo saludó Kamei.

-Buenos días- les saludó con una sonrisa.

-Venimos por ti para ir a desayunar.

-¿Podemos desayunar aquí?- ambos le miraron sorprendidos.

-Claro, no hay problema- le sonrió Leon.

-Gracias.

-¿Por algo en especial deseas desayunar aquí?

Rem se mostró inquieto, dudó en un principio pero optó por contestar.

-...Si, de hecho quiero hablar con ustedes al respecto.

-Bien, te parece que pidamos el desayuno y nos cuentas mientras- Rem asintió.

Kamei se encargó de ordenar que les llevaran el desayuno, mientras Leon trataba de calmar a Rem hablándole de la visita al pueblo. Rem trataba de seguir la conversación pero se perdía fácilmente. Leon decidió no presionarlo hasta que el pequeño decidiera hablar.

El desayuno fue llevado al cuarto luego de unos cuantos minutos. Comieron en un relativo silencio. Ambos adultos se miraban preocupados, no podían hacerse una idea de lo que le pasaba a Rem. En cambio, el menor cada vez se mostraba más ansioso.

-Rem- le llamó Leon y el pequeño saltó asustado, le miró ansioso -No quiero presionarte pero no te ves muy bien. ¿Qué pasó?

Rem le miró preocupado, no podía más con eso, necesitaba sacarlo.

-Rafael… me besó ayer.

Los dos adultos se mostraron sorprendidos. Leon estaba feliz de escuchar eso pero le preocupó ver tan decaído al pequeño, por lo que se acercó a abrazarlo.

-¿Te sentiste presionado por esto?

Rem negó con la cabeza y eso calmó a los adultos.

-Él me dijo que le gustaba, que no me iba a presionar pero que le gustaría que saliéramos.

Leon acarició los cabellos del menor.

-Y estas confundido- aseguró y Rem asintió.

-No sé qué hacer- se pegó más al pecho de Leon.

Kamei se sintió enternecido con su reacción, la cual le decía que no había tenido pareja antes.

-Calma pequeño- habló Kamei acariciando sus cabellos -. El comandante no hará nada si tú no lo deseas por eso no debes temer nada.

Rem se sintió reconfortado.

-Gracias.

-Pero dinos, ¿qué piensas del comandante?- preguntó Leon.

Rem se puso a pensar la respuesta a la pregunta de su amigo.

-... Mmmmm… es guapo- terminó por contestar el menor.

Leon sonrió ampliamente mirando a su pareja, quien le advertía con la mirada.

-Bueno, eso es algo, tú piénsalo con calma.

-Por ahora deja eso,  porqué no te explicamos cómo funcionan las compras de ayer.

-Sí- dijo con una sonrisa y se mostró entusiasmado.

Leon y Kamei sonrieron por el ánimo de Rem. Comenzaron a sacar todas las compras. Rem preguntaba cómo ocupar algunas cosas mientras se mostraba tan interesado por todo, atento cuando le explicaban cómo utilizar los objetos con magia. Se le ocurrió encender todas las lámparas que había comprado. Miró maravillado la habitación, se veían hermosas las pequeñas lámparas flotando por el cuarto.

-Me encanta, es tan hermoso.

-Ahora imagina esto en la noche- le dijo Leon.

Rem sonrió y asintió. Luego, comenzó a saltar para tomar las lámparas y comenzar a apagarlas, ayudado por su amigo.

-¿Cómo  hacen para una vez que se apagan?

-Las cargamos con más magia- Rem le miró asombrado.

-Genial, ¿y si quisiera que no floten tan alto?

-Les pones un nuevo hechizo.

-¿Y ustedes pueden hacer eso?

-Mmmm… si, si podemos.

-Genial, ¿Pueden hacer que no floten tan alto?- les miró ilusionado, Leon sonrió.

-Claro que si pequeño. Vamos, ayúdame Kamei, la mitad y la mitad.

-Está bien- accedió Kamei.

Ambos comenzaron a cambiar los hechizos mientras Rem acomodaba los obsequios con una gran sonrisa. Ambos adultos se alegraban de ver mas tranquilo al pequeño.

-¿Qué haremos hoy?- preguntó Rem.

-No lo sé, nunca habíamos tenido tanto tiempo libre- opinó Leon.

-Es verdad, hasta es extraño.

-¿Y bien?- preguntó Rem, los tres se miraron sin saber qué decir.

-¿Vamos al bosque?- preguntó Leon.

-O al pueblo- acotó Kamei.

-Me gustaría ir al bosque- dijo Rem al recordar la visita al pueblo y lo ocurrido al regresar.

-Bien pero debemos informar al comandante- le dijo Leon.

-¿Eh?

-Si nos vamos sin decirle nada, se preocupara- le explicó Leon.

-No tienes de qué preocuparte, el comandante jamás hará nada si tú no lo deseas- Rem suspiró y asintió.

-Bien- Kamei salió dejándolos solos.

-Rem ¿Te molesta que le gustes al comandante?

El menor se sonrojó y se tomó su tiempo para contestar.

-No, es solo que… yo…. nunca… he salido con alguien- confesó avergonzado -Además Rafael es más grande que yo- Leon sonrió.

-Sabes, el comandante puede tener una apariencia ruda y fría pero él es muy amable, es todo un caballero- Rem asintió.

Leon decidió no hablar más del tema, él tomaría su decisión a su debido tiempo, Kamei regresó y le sonrió.

-Bueno, vámonos- ambos asintieron y se pusieron en marcha, estaban por salir del castillo cuando Rem preguntó.

-¿Rafael no vendrá?- Kamei le miró sorprendido y contestó.

-No, me ha dicho que tiene cosas que hacer.

-Pero ahora no están en guerra.

-Sí pero aún así tiene otras obligaciones que cumplir- Rem asintió pensativo.

-Ya veo.

Los tres salieron del castillo y se dirigieron al bosque. Rem corrió al lago al ver a los unicornios y a todos los animales reunidos ahí.Sonrió y se sintió relajado. Después de un rato de estar jugando, Rem se sintió aburrido. Extrañaba su mundo, la magia era genial pero extrañaba la tecnología. Ambos adultos notaron su tristeza por lo que Leon se acercó a abrazarlo y preguntar.

-¿Qué pasa pequeño?- Rem le sonrió tristemente y le abrazó.

-Me gusta estar con ustedes pero...- no se atrevió a continuar.

-¿Pero…?- lo animó a continuar Leon.

Rem ocultó su rostro en el pecho del mayor y dijo.

-Extraño mi mundo.

Leon se sintió triste y abrazó con fuerza a Rem

-Lo siento, aún no hemos encontrado la forma de regresarte.

Rem sollozó para luego separarse y mirar a su amigo.

-Lo siento, te hice sentir mal- le abrazó llorando aún con fuerza. Kamei se acercó a abrazarlos a ambos.

-Lamento que haya ocurrido todo esto pequeño, también lamento que esto te acarree consecuencias- Rem se separó y le miró confundido.

-Se que extrañas tu mundo, todo lo que hacías ahí, sin embargo en tú mundo no hay magia ni dragones.

Rem entendió a lo que se refería. Sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar desconsolado. Lo que decía Kamei era cierto, ahora que conocía la magia, le gustaba poder ver y tocar a esos fantásticos seres que no existían en su mundo. Era una sensación inimaginable pero ahora que lo conocía, era difícil abandonarla, si regresaba a su mundo anhelaría todo lo que había ahí.

 

Leon miró con furia a su novio por hacer llorar a Rem.

-Calma pequeño, mientras estés aquí, aprovechemos el tiempo iremos con Belferast y los unicornios- intentaba calmarlo Leon, sin embargo Rem no paraba de llorar.

-No quiero perderlos- lloró abrazado a Leon.

El moreno miró iracundo al de cabellos azules mientras acariciaba con cariño la espalda de Rem. El menor se acomodó mejor por lo que terminó quedándose dormido. Leon fulminó con la mirada a Kamei.

-Ayúdame a llevarlo a su habitación- le dijo.

Kamei se acercó y tomó en brazos a Rem. Volvieron al castillo y lo llevaron hasta su habitación, donde Kamei le recostó con cuidado. De inmediato Leon le golpeó.

-Eres un idiota- le dijo y salió de ahí.

Kamei suspiró y siguió a su novio.

-Leon- le llamó pero el otro le ignoró. Kamei aceleró el paso para alcanzarle -Leon- le tomó del brazo, el moreno le miró furioso.

-¿Por qué lo hiciste? El pequeño ya sufre por no estar en su mundo y tú se lo recuerdas.

-Lo sé pero debe estar consciente de lo que va a ocurrir.

-¿Justo ahora Kamei? ¿Justo en este momento?

-Si porque nos tiene con él, no estará solo.

Leon sintió toda su furia desvanecerse, golpeó a Kamei y le abrazó.

-Eres un idiota- Kamei le abrazó y dijo.

-Y aún así me amas.

Leon comenzó a llorar. En ese momento le cayó todo el peso de las palabras de Kamei. Rem regresaría su mundo y nunca lo volvería a ver por más que lo deseara. El pequeño no pertenecía a ese mundo, tarde o temprano, él tendría que partir. Leon se iba a sentir triste y solo cuando eso pasara.

-No quiero- sollozó.

Kamei le estrechó con fuerza

-Lo sé amor, lo sé. Pero no podemos hacer nada. No le podemos pedir que renuncie a su mundo- Leon le miró con decisión.

-¿Y si nosotros renunciamos?


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