Capítulo 16
Kamei caminaba presuroso por los vacíos pasillos, al llegar a donde se dirigía toco a la puerta.
-¿Quién?- se escuchó la voz cansada de Rafael.
-Soy Kamei- pronto la puerta se abrió dándole paso, al entrar la puerta se cerró de inmediato.
-Rafael- el rubio miraba por la ventana, su rostro se mostraba tan cansado, tenía unas grandes ojeras –Debes descansar, te estas exigiendo demasiado- Rafael no contesto, ni siquiera se giró a mirarlo, suspiró.
-La otra noche, sentí una sensación muy cálida y reconfortante en mi pecho- se tocó ese lugar y bajo la cabeza _Nunca había sentido algo así pero me gusto- Kamei sonrió
-Eso son los sentimiento de amor de alguien, que está tratando por todos los medios de hacértelos llegar- Rafael al fin se giró a ver a su interlocutor.
-¿Cómo lo sabes?- lo miró confundido y asombrado, Kamei sonrió ampliamente.
-Porque así fue como me sentí también hace unas noches, porque eso es lo que siento cuando Leon quiere transmitirme sus sentimientos y estamos lejos- el rubio le miró incrédulo –Lo descubrí en el campo de batalla, es una sensación hermosa pero a la vez te llena de nostalgia pues clamas por el ser amado- le dijo con una suave sonrisa en su rostro. Rafael terminó por asentir.
-Pero ¿Quién?-
-Ay vamos, por favor, no me vengas con eso, es muy obvio- Rafael evitó mirarlo, él también sabía de quien se trataba, se tardó en hablar.
-… Es lindo sentir algo así-
-Lo es- confirmo Kamei con una sonrisa.
-Rafael, Rafael- ambos escucharon la estridente voz llamar al rubio, quien suspiró y se giró para salir, Kamei le siguió de cerca, el rubio le miró interrogante.
-Te acompaño- le dijo con una sonrisa, el rubio hizo acto de presencia junto al de cabellos azules en el comedor.
-Su alteza- saludo a un hombre que no aparentaba más de treinta años con cabellos morado intenso de unos lascivos ojos negros y piel blanca.
-Estoy aburrido, has algo para solucionarlo-
-Lo siento majestad, me temó que no tenemos mayor distracción que el pueblo que visitamos hace dos días-
-Tal vez deba ir al campo de batalla-
-Eso sería muy peligroso su majestad, si al enemigo se le ocurre atacar mientras usted está ahí- dijo “preocupado” aquel sujeto lo miró atentamente entornando los ojos.
-Sabes vine porque me llegó un rumor de que había aparecido un chico de cabellos negros y ojos azules, con piel blanca como la leche- el rubio no se inmuto Vine a comprobar esos rumores pero que me encuentro, un castillo vacío sin nada ni nadie con quien entretenerme-
-Lamento mucho que haya realizado un largo viaje por un simple rumor- habló monótonamente.
-Jamás uso dos veces el mismo juguete pero esta vez lo estoy pensando seriamente- Rafael no se inmuto, Kamei se esforzaba por mostrarse impasible, en su mente solo pasaban insultos hacía eso que se hacía llamar rey, aquel sujeto bufó molesto.
-Bah, Artemis prepara mi equipaje, partimos mañana temprano-
-Si su majestad- un hermoso joven de piel apiñonada cabellos y ojos verdes salió de la sala, el hombre se acercó a Rafael.
-Es una verdadera lástima que Emma no esté más aquí- Rafael se tensó por primera vez –Era una verdadera belleza, es una verdadera lastima que se suicidara- Rafael apretó con fuerza sus puños y tuvo que morderse el labio para no decir nada –Bueno, tengo hambre-
-Le diré a las cocineras que le preparen algo-
-Que no tar… oh, no he visitado las cocinas, te acompañare- Rafael aguanto y asintió, Kamei les siguió como una sombra, el rey miraba a todos en la cocina con interés evaluando a cada uno sonrió al ver a una dulce muchacha quien estaba lavando los platos.
-Tú- le llamó –Vienes conmigo- ordeno, la chica se estremeció, miró a todos y termino por bajar el rostro y dedicarse a seguirlo, Rafael se quedó ahí, golpeo el muro furioso, Kamei se acercó a calmarlo.
-Rafael- el rubio le miró iracundo, Kamei tomó la mano del rubio la cual sangraba –Maldición juro…-
-Cuida tus palabras- le advirtió –Vamos con Ametsu- el rubio se comió la rabia que sentía y se dejó guiar hasta llegar con el anciano, quien al ver su herida no dijo nada y simplemente se dedicó a curarlo, Rafael cerró los ojos tratando de buscar consuelo, sin saber en dónde encontrarla, o eso pensó cuando una sensación cálida lleno su pecho, el rostro de Rem sonriendo de inmediato llegó a su memoria, él también dibujo una suave sonrisa en su rostro pensando “No me rendiré, no dejare que nada te pase, te amo” en esos momentos no quería pensar en nada más, necesitaba unos momentos para relajarse, solo deseaba pensar en Rem y en la respuesta que le daría, aunque tenía una leve idea de cuál sería esta, se vio abruptamente devuelto a la realidad cuando Ametsu habló.
-Debes tener cuidado, más cuando-
-Lo sé, perdí los estribos, no volverá a pasar, por cierto hay que preparar todo para la partida del rey- lo último lo dijo con profundo odio.
-¿Se va?- preguntó asombrado Ametsu.
-Sí, mañana por la mañana- le informó Kamei, Ametsu solo asintió
-Bien, debemos preparar todo- miró a ambos cansado y salió de su despacho, Kamei miró preocupado a Rafael.
-¿Estas bien?-
-Si, ya estoy mejor vamos comencemos a preparar todo- salieron de ahí, ahora Rafael estaba seguro que había alguien infiltrado para informarle todo, no era seguro traer de regreso a Rem, primero debía asegurarse de encontrar al soplón, el pensar en que Rem estaría más días lejos de lo previsto lo abatía, suspiro cansado.
Kamei lo miraba atentamente, sonrió al darse cuenta de porque estaba así ya que el estaba en la misma situación, extrañaba a su novio, se sentía tan solo suspiro abatido, nuevamente estaba lejos de la persona que más amaba, estaba seguro que con la paz de esos momentos no se separarían nuevamente o al menos no en un tiempo, bajo la cabeza pero tampoco estaba seguro cuanto iba a durar esa paz, de pronto se sintió apesumbrado, ansiaba tener entre sus brazos a su amado Leon, hacerle el amor, estar en todo momento con él.
-¿Estas bien?- esta vez fue el turno de Rafael de preguntar.
-Sí, solo- Rafael asintió comprendiendo lo que quería decir.
-Falta menos- el de cabellos azules asintió
-Preparemos todo para que su majestad se vaya con una gran impresión-
-Sí, esforcémonos al máximo- los dos notaron una sombra alejándose de ellos, ambos se miraron, asintieron y cada uno tomo un camino diferente.
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-Leon estoy aburrido-
-Lo sé, yo también pequeño-
-¿Y si regresamos?-
-No es una opción-
-¿Por qué?-
-Nos alejaron porque es castillo no es un lugar seguro para nosotros, así que hasta que no estemos seguros que está bien regresar no lo haremos- Rem suspiró
-Está bien- se quedaron nuevamente en silencio, recostados en el pasto mirando el cielo, Rem rompió nuevamente el silencio.
-Leon si están muy ocupados con el rey y la guerra y todo es no han tenido tiempo para ver como regresarme- el mayor lo miró con culpa
-Lo siento pequeño-
-Tranquilo no es culpa de nadie todos han estado muy ocupados, ya encontraran el tiempo-
-Sí, estoy seguro- nuevamente se quedaron callados pero esta vez Leon rompió el silencio -¿Rem deseas regresar a tú mundo?- preguntó con temor a Rem aquella pregunta lo tomó por sorpresa, ya que le hizo pensar todo lo que implicaba, recordó la soledad en su departamento, el que todos tenían pareja menos él, el abandono de sus padres pero también pensó en sus amigos, en los buenos momentos que había pasado, los cumpleaños, las fiestas de año nuevo y termino por contestar.
-… Si… y me gustaría que vinieran conmigo- Leon lo miró confuso.
-Pequeño-
-Lo sé, se que ya hemos hablado de esto pero- Kamei le miró conmovido
-Cuando llegué el momento lo decidiremos- Leon asintió.