Era una hermosa tarde en Londres: el cielo se encontraba totalmente nublado, el ambiente se congestionaba por el sonido de los autos, las expresiones en los rostros de las personas eran decadentes y la vida de muchos se iría a la basura. Harry Potter era uno de los desafortunados, el huérfano de quince años que perdió a sus padres a la edad de solo once años ahora iba en dirección al mejor internado para jóvenes problemas: Hogwarts. ¿Difícil de creer? Muchos dicen que el joven Potter era una de las almas más puras y bondadosas del asqueroso mundo que los rodeaba ¿Cuál es la causa del por qué ahora Harry vivirá un infierno? Sencillo, Potter ha cometido un crimen terrible y tendrá que pagar por sus pecados sin clemencia alguna.
Lunes Primero de Marzo.
La bienvenida que se les daba a los nuevos que ingresaban a Hogwarts era siempre la misma. Usualmente se empezaba encerrando al acusado en una pequeña celda escondida en lo más profundo de las instalaciones, ahí, al joven problema se le aplica “El castigo de pureza” En el cual la joven o el joven es brutalmente golpeado por otros residentes de Hogwarts de mayor rango, puños, patadas, insultos y demás agresiones se ven envueltos en el cruel castigo; se rumoreaba que “El castigo de pureza” era solo para los chicos y chicas más peligrosos que ingresaban a Hogwarts, por lo que debían ser purificados infligiéndoles dolor sin parar por extensas horas. Se les puede considerar afortunados a los que sobreviven a la golpiza, los que desafortunamente no logran hacerlo, son arrojados el mismo día de su bienvenida al lago que se encuentra cerca al internado o bien se les da de comer los cadáveres en mejor estado a las bestias salvajes en el bosque.
Este día era para celebrar, un joven había sobrevivido la bienvenida, el pequeño Harry Potter poseía alma de acero y un cuerpo resistente; “El castigo de Pureza” no logro terminar con él, solo lo dejo mal herido y con la mente hecha pedazos. El pobre no podía caminar ya que sus amados compañeros le habían inhabilitado las piernas de tantos golpes, no podía hablar ya que de su boca emanaba demasiada sangre, su respiración era entrecortada y su cuerpo parecía de trapo; lo más probable es que tuviera más de un hueso en mal estado y una que otra costilla rota, Potter tuvo la suerte de que no le arrancaran los dientes o las uñas. Cabe decir que muchos de los jóvenes en Hogwarts son unos dementes que disfrutan del dolor ajeno, por eso los más locos eran siempre los elegidos para maniobrar con la vida de los nuevos.
Ahora Potter estaba en “buenas manos”. Dos trogloditas de gran tamaño y la misma edad de Harry, llevan al ojiverde por los pasillos del internado por los brazos mientras un hombre de vestimenta negra, cabello graso y contextura delgada caminaba frenéticamente en frente de los tres jóvenes. Era tiempo de comenzar con el espectáculo.
- Ya quiero estrenar a este imbécil – comentó Goyle mientras de su boca aparecía una sonrisa retorcida.
- Aun no se mueve – Crabbe observó el cuerpo del joven Potter mientras caminaban, el maldito aún seguía inconsciente y de esa forma no divertía a nadie; sin que Snape lo notara y con una rapidez fulminante, Crabbe le proporciono un fuerte golpe en el estómago a Harry. Dando como resultado que el moreno despertara tosiendo salvajemente, mitrando desesperadamente a su alrededor con puro temor en sus ojos; se notaba en su mirada el miedo que recorría su cuerpo y el dolor que aun sentía.
-¿Qué..? – Harry intentó hablar en vano, al momento en que abrió su boca la sangre que se acumuló en esa cavidad salió sin demora alguna; creando un charco de sangre a su paso, manchando la cara vestimenta de los dos trogloditas. Los cuales furiosos, aventaron el cuerpo de Potter contra el piso; inmediatamente varias patadas se dirigieron hacia Potter, el cual sin poder defenderse a sí mismo, solo pudo quejarse con leves gemidos en posición fetal. Gracias a dios el bullicio fue escuchado por el adulto con el nombre de Snape, el cual giro su cuerpo para observar la desgarradora imagen de inhumanidad; de inmediato el hombre poco agradable detuvo el acto de bestialidad que sus “estudiantes” le infligían al pobre de Potter.
- ¡¿Acaso quieren recibir el castigo?! – amenazo Severus a los dos trogloditas, obviamente estos horrorizados ante la idea de sentir de nuevo “El castigo de la pureza” calmaron sus ganas de destruir y cargaron una vez más a Potter por los brazos; Snape sabía que solo mencionar la palabra “castigo” era más que suficiente para manejar a cualquier joven en Hogwarts, la manipulación era sencilla si se poseían las herramientas adecuadas.
- Muy bien Potter; esto es Hogwarts, su nuevo hogar – le hablo Snape a Harry mientras empezaron a caminar de nuevo, esta vez, los cuatro se dirigieron al gran comedor; donde darían a conocer al nuevo integrante del internado. Las puertas del lugar se abrieron estrepitosamente creando un ruido sordo y el silencio total a los pocos segundos, los estudiantes que se dividían en mesas miraron con curiosidad al cuerpo ensangrentado que era llevado a la mesa principal del comedor; ahí, el cuerpo de Harry fue arrojado “gentilmente” al suelo.
- Estudiantes de Hogwarts, les presento al nuevo integrante del internado: el señor Harry Potter será su nuevo compañero de ahora en adelante, espero que lo traten con el mismo respeto con el cual se les ha tratado a ustedes – por ese comentario, más de un estudiante rio con exageración; en el instituto no existía el buen trato ni el respeto sin temor involucrado, Potter pasaría un mal rato y todos se encargarían de ofrecérselo. – Dado a los crímenes que el joven a cometido, la directora y la junta de maestros hemos decidido remitir al señor Potter a la casa de Gryffindor; ahora, los estudiantes de esa casa deben recoger a su nuevo compañero y llevarlo a una habitación con cama libre. Es todo - acto seguido Snape dejo rápidamente el lugar, cerrando las puertas con fuerza brutal.
Harry Potter aún se encontraba en el piso moviéndose ligeramente consciente de lo que pasaba a su alrededor, no paso mucho para que dos pelirrojos Gryffindor se dirigieran hacia el cuerpo y lo alzaran lo más gentilmente posible hacia la mesa de los leones; ahí, dejaron a Harry recargado sobre la mesa mientras sus compañeros continuaban con su nada apetitoso almuerzo, pero era obvio que más de un estudiante miraba a Potter con ganas de asesinarlo. Solo que no lo harían ahí, ni ahora; ya llegaría la oportunidad de empezar a molestar al minino, pero el juego era más apetitoso y divertido cuando la presa podía huir y luchar por su vida. Por lo que dejarían que Harry se curara primero, no era atrayente el martirizar un cuerpo dañada y sin energía; los más locos esperaban poder abusar del nuevo, sacarle gritos desgarradores y romper su alma por un extenso tiempo antes de acabar con su vida. Así era el destino para todos los estudiantes que llegaban solos a las instalaciones, si Potter no hacia amigos poderosos pronto, moriría sin duda alguna.
Desde una mesa alejada, un par de ojos color plata observaban con intriga al nuevo integrante de Hogwarts –Draco ¿Qué te parece Potter? – preguntó Salem, un chico de cabello negro y ojos azules como el cielo de quince años. – Tal vez, puede que sea un buen juguete sexual o un sirviente leal… si el idiota logró sobrevivir al castigo, lo quiero a mi lado – el rubio habló ligeramente a su compañero sin apartar la mirada de su nueva presa.
– ¿También puedo jugar con él? Por favor – suplicó Salem a Draco como si fuera un niño pequeño pidiendo un dulce, a lo que el rubio sonrió divertido – No tengo problema con compartir, pero primero hay que ganarlo, no somos los únicos que queremos su cuerpo para divertirnos Salem – se podía observar como todos los estudiantes de la casa de Slytherin y Durmstrang ya tenían en planes próximos torturar a Potter; pobre desdichado, era una persona más que sufría por haber sobrevivido a “El castigo de la pureza”.
***
Despacho de la directora (Poco después de dejar el gran comedor)
- Snape ¿Por qué has puesto al dulce Potter en Gryffindor sin mi autorización? Slytherin hubiera sido ideal para él – Bellatrix Lestrange, era la encargada de manejar todo lo relación con Hogwarts; después de todo, el negocio había pertenecido a la familia Black desde hace siglos.
- Le ruego me perdone, pero el crimen del joven Potter no era del nivel requerido para ingresar a la casa de las serpientes – Snape mantuvo el tono de su voz bajo pero firme mientras se encontraba sentado frente al gran escritorio perteneciente a la directora.
- ¡Intento asesinar al Lord! – el grito de la loca Lestrange resonó por toda la oficina mientras golpeaba con su puño la hermosa mesa de roble, se encontraba de pie e histérica. – Se merece lo peor -
- Pero no lo hizo, fue intento de homicidio; además, si quiere que sufra, Potter logro pasar El castigo de la pureza y todos lo saben. No saldrá con vida cuando su condena se complete - Severus hablo claro y lento para que su endemoniada jefa entendiera cada palabra que salía de su boca. Potter había sido expuesto ante todos con grandes heridas que solo eran provocadas por el castigo, el joven Potter estaba perdido.
La ligera risa malévola de la directora salió de su boca cuando escucho el pequeño comentario de su servidor - ¿A si? Hace años ningún joven había logrado sobrevivir al castigo – Comentó Bellatrix mientras daba ligeros saltos en su lugar - ¡Lo devoraran vivo! – rio con diversión juntando sus manos y aplaudiendo con obvia felicidad ante la notica. Severus soltó un suspiro y tenso todo su cuerpo aun sentado, sabía que el pasar por “El castigo de la pureza” y sobrevivir era lo más placentero que los jóvenes de Hogwarts podían escuchar; las personas que sobrevivían al castigo tenían cuerpos más resistentes al dolor, por lo que eran los jóvenes ideales para saciar los caprichos (Torturas) que sus compañeros les impartían. Lo mejor era que el chico o la chica se curaba con rapidez, lo cual solo significaba que más estudiantes dementes tenían su oportunidad con los niños que vivieron; lo ideal era compartir a la presa y disfrutar al máximo haciendo lo impensable. En la historia de Hogwarts pocos eran los que lograban salir con vida del castigo, y eran los que más sufrían en el internado por ser los más deseados; para su pesar, el ser fuertes y valerosos solo los hacían más apetecibles y queridos.
Habría más diversión bizarra entre los estudiantes y todos tendrían la oportunidad de jugar con Potter. La tradición de la tortura matutina iba desde golpizas, violaciones y trabajos forzados; lo usual es que los sobrevivientes de la bienvenida solo duraban poco menos de un año en el internado, por lo general morían en las manos de sus compañeros y nadie podía hacer anda al respecto.
En sí, Potter seria el muñeco indestructible con el cual disfrutar sin preocuparse de si despertara a la mañana siguiente; sin importar que, él era la atracción principal en todo el internado y cada estudiante querían poseerlo sin importar qué. Ahora Harry Potter seria conocido como el niño que vivió, y su pesadilla, apenas comenzaba.