Capitulo 7. Lejos.
"El numero que usted marcó no se encuentra disponible, por favor, inténtelo mas tarde" las palabras de la amable grabación fueron suficientes para que el teléfono de Sendoh saliera volando y después de golpear contra la pared callera justo en la cama, el rostro de Akira cambio inmediatamente de enojado a deprimido al notar lo que había hecho, corrió para tomar el teléfono celular al cual se le había salido la pila por el impacto, la coloco nuevamente y después de mirar la pantalla encender suspiró sin verdadero alivio, su registro de llamadas indicaba que en los últimos 2 días había realizado 90 llamadas, todas al mismo número y en ninguna Kaede le había contestado, después de las primeras 13 llamadas sin respuesta estaba listo a llamar a llamar a la casa del chico, sin embargo, como en ese momento aun se encontraba animado -pensando que Kaede dormía y por eso no contestaba- decidió marcar 2 veces más al celular, solo porque en su mente sonaba mas dramático el quejarse por haber llamado 15 veces a solo 13; sin embargo 3 llamadas mas a la casa Rukawa con los mismos resultados fueron suficientes para que el chico entrara en un casi injustificado pánico.
El celular permanecía apagado sobre la pequeña mesa de centro de la sala, mientras que la mirada de Kaede permanecía puesta sobre el. Suspiro de forma tan dolorosa que más bien pareció quejarse, se dejo caer por completo en el sillón y con uno de los cojines del mismo se cubrió por completo la cabeza, qué podía hacer para dejar de pensar? Para dejar de estar enfadado con Sendoh sin tener un verdadero motivo?. El teléfono de su casa sonó “Tal vez son mis padres, no todo tiene que ver con Akira” pensó para así justificar sus deseos de contestar y escuchar la voz de su amigo, aun cuando se suponía estar tan molesto.
-Bueno?- el corazón de Sendoh pareció tranquilizarse en primer momento, aunque después se aceleró de nuevo
-Kaede, al fin, estaba preocupado, te he estado llamando- Rukawa por su parte sintió una extraña mezcla de emociones y quiso decir que lo sentía, sentía haberlo preocupado, pero que sentía más el no haberse visto en estos días
“Te va a dejar… te habla para despedirse” fueron las intensas palabras que por si solas llegaron a la mente de Kaede “te vas a quedar solo y a él… no le importa, tu no le importas” simplemente eso bastó para que sintiera dolor
-Ahora no puedo hablar, Sendoh, lo siento
-qué? No, espera, Kaede no…cuelgues- terminó de decir Akira aun cuando Rukawa ya había colgado
Sendoh se encontraba mirando por la ventana de su habitación, era de madrugada pero no podía dormir, no había hablado con Rukawa y eso era lo que mantenía su mente ocupada. Ese día por la tarde se iría a Tokio, acaso no podría despedirse de Kaede?
Pensó en ir a su casa, pero si no contestaba el teléfono era porque tal vez había salido... aunque no le había comentado nada al respecto de salir. Sendoh se llenó de tristeza al recordar como al parecer Rukawa también se había entristecido cuando le dijo lo de Tokio - muy tarde - ahora entendía lo que él debía de haber sentido porque no le compartió una noticia tan importante.
Rukawa se encontraba durmiendo profundamente, como si se tratara de un milagro que no había sucedido en todos los días anteriores, cada día había hecho lo mismo, por las mañanas iba a entrenar para despejar su mente, se dirigía una cancha en la que estaba seguro Sendoh no lo encontraría, se quedaba ahí hasta tarde, para después regresar a su casa a ducharse, comer y dormir el resto del día. Sus sueño era profundo pero fue perturbado por el sonido de su teléfono que lo trajo de regreso de la tierra de los sueños en forma repentina y casi asustándolo, por lo cual muy sobresaltado contesto rápidamente
-hola?- pero al momento de contestar se maldijo mentalmente, podría tratarse de Sendoh y el no quería escucharlo.
-no puedo creer que tu nunca dejes de dormir, zorro- dijo la voz al otro lado del auricular, y eso lo tranquilizo, se trataba de Hanamichi y aunque no era que le alegrara escuchar su voz, al menos no era la de el chico de cabello de punta.
-¿qué quieres?- dijo de poca gana
-... sabes que Sendoh se irá a Tokio?- dijo el pelirrojo de repente cambiando totalmente su tono de voz y Rukawa no supo si le extraño más por escuchar la voz de Hanamichi tan seria o por el hecho de que le hablara sobre Sendoh
-si, me dijo algo de eso...es más, tal vez ya se fue...
-hable con Hikoichi, me dijo que se va hoy, en unas tres horas
-y por qué me dices eso?
-porque pensé que tal vez... querrías despedirte o ... decirle algo antes de que se fuera... bueno, eso era todo... nos veremos después- y con eso se corto la llamada.
Rukawa miró el teléfono, era la segunda ocasión en la que ese pelirrojo hacia algo que lo sorprendía tanto, de nuevo no lo entendía, colgó el teléfono y se dejo caer en la cama y con su mano busco al pequeño gato negro que dormía junto a él y lo acaricio.
-Sendoh...- susurró, se iría en unas horas y él no sabía qué hacer, por una parte quería verlo pero por otra no quería saber nada de él, quería evitarse ese dolor de verlo partir, de despedirse de él fingiendo una sonrisa y deseándole lo mejor ocultando sus verdaderos deseos… el pequeño gato se movió acercándose más a él, la imagen de Hanamichi sonriéndole llegó a su mente, seguida de la de Ayako animándolo enérgicamente a conquistar a Sendoh…En el mundo también existían personas agradables y Akira era una de ellas, se paró de golpe y corrió por sus cosas, un último intento no estaba de más.
Sendoh se encontraba sentado en el sillón mirando insistentemente el reloj que estaba colgado en la pared, pronto llegaría el taxi que había llamado para que lo llevara a iniciar su viaje. Se escucho el sonido del timbre.
-por fin- tomó sus maletas y se dirigió hasta la puerta de su hogar, cuando llego a la misma, antes de abrir suspiro profundamente y miro alrededor de la casa, sintió una gran punzada en su pecho... tantos recuerdos, estaría lejos un largo tiempo, suspiro nuevamente y abrió la puerta y en seguida su mirada se lleno de sorpresa.
-Rukawa... trate de comunicarme contigo todo este tiempo, qué paso?...- iba a seguir hablando pero se detuvo al sentir el cuerpo del chico junto al suyo y sus brazos rodeándolo, y la cabeza de Rukawa casi escondida en su pecho.
-Sendoh... no te vayas... sé que no es el momento ni la forma para decirte esto, pero... tu me gustas, te quiero y estos son mis sentimientos por eso no me dejes ahora, siento que si te vas... todo cambiara y no podremos estar juntos de nuevo- después de eso se separo de Sendoh y lo miro con una sonrisa- no te puedo ofrecer mucho, pero sé que puedes ir aquí a la universidad, en cualquiera que elijas te aceptaran, yo también me quedare aquí después de la preparatoria y podremos estar juntos- cuando terminó de hablarle, vio como Sendoh lo miraba detenidamente, Akira no pudo evitar notar como los ojos de Rukawa parecían brillar de imaginarse el que estarían juntos.
-Rukawa... tu también me gustas, mucho- una hermosa sonrisa se dibujo en el rostro de Rukawa y sintió un gran alivio al saber que era correspondido- pero... creo que sólo es eso, y por lo mismo no puedo renunciar a mi futuro por quedarme aquí...- en ese momento Rukawa sintió como algo dentro de él se rompía, sus ojos comenzaron a verse vidriosos, abrió la boca como si fuera a decir algo, pero no salió ningún sonido, realmente quería decir algo pero parecía que su voz lo había abandonado. El taxi llegó, era hora de irse.
-tengo que irme- dijo mientras salía y cerraba la casa. Rukawa simplemente se movió para que Sendoh pasara y lo vio caminar hasta abrir la puerta del taxi mientras el conductor subía las maletas. De pronto Sendoh se detuvo y volteo a mirar a Rukawa y corrió hasta él, en ese momento las esperanzas regresaron a Kaede, Sendoh deposito un beso en la mejilla de Kaede, que se estremeció por el contacto.
-esto... no tiene que ser un adiós, tal vez... tal vez nos encontremos después, incluso tratare de llamarte- de nuevo Rukawa no dijo nada, sabía que era un consuelo para que no se sintiera tan mal, tan solo, porque a final de cuentas de cualquier forma lo dejaría y miro que esta vez Sendoh si subía al vehículo, en ese momento las lagrimas comenzaron a rodar por su rostro... lo había dejado.
Sendoh le indicó al conductor que podían retirarse, miró por el retrovisor la imagen de Rukawa se hacía más pequeña…justo ahora ya lo sentía muy lejos.