El primer viaje que tuve con mis padres fue a Londres cuando tenía unos 7 años, mamá tenía una junta muy importante según tía Pepper, y papá aun que no quería mamá lo convenció de ir junto conmigo y mi hermano, para que conociera el mundo y todas esas culturas que a mi padre bien le llaman la atención.
Subimos al avión privado Stark, debo de admitir que le tenía algo de miedo no como mi hermano Johnny, él de alguna manera sacaba… su valentía proveniente de mi padre.
Papá un día me conto sobre el nacimiento de mi hermano menor, fue cuando cumplí 4, no me dijeron mucho, Steve me lo explicó así: Que mamá había jugado con los ADN’s de ambos, incubando a un pequeño bebé desde una máquina maternal.
Sé que se escucha raro, pero es todo lo que sé sobre eso. Mamá me dijo que lo hicieron para darme un hermanito y no sentirme solo. Él nació cuando yo tenía unos 4.5 años, recuerdo que me puse muy feliz cuando me lo mostraron, era tan pequeño e inocente… nada que ver a como lo es ahora. Es un poco más alto que yo, es muy parecido a mi padre Steve, pero su actitud y personalidad es como la de papá Tony.
Al subir corrí directamente con mi padre, él me abrazó y cargó mientras Johnny solo parecía maravillado observando a un lado de mamá la ventana. Minutos después el avión avanzó y con ello mi agarre a papá, Johnny no dejaba de moverse y papá Tony trataba de sujetarle el cinturón pero no lograba conseguirlo. Era demasiado imperativo.
-Flashback-
-Hijo por favor deja de moverte, vamos a subir y necesitas el cinturón.- pedía el multimillonario tratando de que su pequeño se quedara quieto.
-¡Pero papá! ¡Quiero volar! ¡Sé que puedo! ¡Déjame intentarlo! –rogaba el menor de 6 años corriendo por el pasillo con ambos brazos extendidos imaginándose el volar.
-Cariño ven acá.- dijo el capitán con su dulce voz, el pequeño obedeció.- Escucha amor, nosotros no podemos volar. –Johnny se decepcionó- Pero… si te sientas a un lado de papá y te quedas tranquilo, te prometo llevarte a un ala delta o a un para puente, ¿qué me dices hijo? –El pequeño no lo dudó ni un segundo cuando ya se encontraba sentado a un lado de su otro padre y con el cinturón puesto. A veces le sorprendía a Tony como es que Steve sabe tan bien como controlarlo.
En todo el viaje Steve leyó un libro aun cargando a su hijo en sus brazos, se había quedado dormido en cuanto despegaron. Mientras tanto Tony… pues él hacía todo lo que podía para no aburrirse, miró una película que en 30 minutos quitó por el aburrimiento, sacó su teléfono dispuesto a jugar o mensajearse con Pepper, pero le aburrió dejando a la chica enfadada. Por último uso su computadora, entró a varias redes sociales pero en pocos minutos las cerraba debido a su aburrimiento, alzó su mirada molesto hacía su esposo él cual solo seguía leyendo su tonto libro. ¿Cómo es que no se aburría?
-Steve…- susurró, pero no obtuvo respuesta eso le molestó mas.- Steve…- volvió a intentar y de nuevo nada.- ¡ARG STEVE! ¡Quiero Follar! –grito haciendo un puchero y cruzándose de brazos infantilmente. El mencionado se sonrojo por completo y molesto le dirigió una mirada.
-Shhh… Amor, los niños están durmiendo. Y aunque quisiera no lo haría aquí, están nuestros bebés; pervertido.- El científico volteo su mirada aun molesto.-
-Es que ya me aburrí… Y no ayuda que me ignores.
-¿Ignorarte? ¿En serio Tony?
-¡Sí! Le prestas más atención a tu estúpido libro que a mí.- El capitán rió ante la actitud de su esposo, ¿acaso estaba celoso de un libro? Se levantó dejando con cuidado de no despertar a Peter en el otro sillón. Se acercó hasta Tony, se puso en rodillas a un lado de su sillón le alzó la mirada y le beso lentamente.
Tony sorprendido sujeto la cabeza de su esposo atrayéndole más hacía él, Steve se separó tratando de recuperar el aliento que su pareja bien lo había hecho al propósito.
-Jajaja mírate Steve, jadeante sin aire. Eso me encanta.- le decía sensualmente a su esposo.
-Tony, ahora no.
-Oh vamos… Johnny una vez se duerme no despierta jamás. Y Pet, él se quedará donde está, es muy tú.
-¿Pero y si no? –comentó el mayor mirando a su hijo de reojo.
-Confía en mí, él no se saldría de su asiento sin tu permiso, y lo sabes bien. –Eso fue lo que hizo caer al capitán, Tony se quitó el cinturón de seguridad tomó la mano de su esposo lo guío hasta otro apartamento, cerró con llave y comenzó a desprenderse de su saco.
-Amor… no creo que, sea una muy buena idea dejar a los niños sol…- dejo las palabras al aire cuando giró y su esposo aprisionó sus labios.
Tony lo besaba desenfrenadamente, encarcelándolo en una de las esquinas de la habitación. En un movimiento rápido Steve quedó posicionado sobre el millonario, el cual alzó sus piernas hasta la cintura del mayor. Las caricias comenzaban a aumentar junto con el ritmo de sus corazones, el capitán lentamente le despojó la camisa a su esposo, eso hizo que el menor se desesperara.
Se separaron por unos breves instantes para ver los ojos del otro, el soldado cargo con suma delicadeza a su pareja hasta llevarlo y recostarlo en un sofá que allí se encontraba para proseguir con su camino, beso el cuello del moreno y siguió haciendo un caminito hasta llegar al ombligo. Tony empezaba a jadear con forme su esposo avanzaba hacia abajo, no perdió tiempo y con una de sus manos libres froto su palma con el gran bulto que se empezaba a formar en los pantalones de su esposo.
Steve volvió a la altura del otro, comenzando a dar besos apasionados y caricias que bajaban por toda la espalda decididas a quitar el pantalón. El moreno desesperado quito la camisa de cuadros del otro, el capitán le ayudo a bajarse sus propios pantalones dejando solo el bóxer.
Era su momento mágico. Amaban hacerlo, conectarse con el otro por medio de las caricias y besos. Se amaban, y agradecían a cualquiera que fuera esa fuerza que los unió, se amaban tanto que se casaron y adoptaron a su primer hijo. Con el tiempo su unión se fue fortaleciendo tanto que decidieron hacer un pequeño “experimento” según las palabras de Tony. Un cambio de sexo en las semillas, que funcionó para sorpresa del científico encargado, en este caso Banner.
Trataron varios años, y conforme avanzaban lograban descubrir la forma de hacerlo, la primer idea fue engendrarlo dentro de un individuo pero pareció no funcionar. Así que se las ingeniaron para crear un artefacto llamado Máquina maternal, la cual consistía en fingir ser un vientre materno donde tendría el ADN de uno de los 2, para que allí se fusionaran ambas semillas. Un invento bastante inteligente debido a que lograron burlar a la madre naturaleza. Al saber que se habían embarazado literalmente Tony sonreía y quería llorar, sus desvelos y dolores habían dado frutos. Pero nadie más que los Vengadores sabe de esto, una vez sacaron al pequeño del vientre la máquina se estropeo dejándola inservible. Pero eso no importo, ya que tenían a su nuevo y legítimo bebé nuevo, que llamaron Johnny por capricho de Tony, ya que según él rimaba con su nombre, a Steve no le importó, él solo estaba feliz por tener a su primer hijo con el amor de su vida. Bebé que tiene ADN de ambos y características demasiado específicas de cada uno.
Un pequeño toquido los interrumpió, Tony gruñó diciendo que ha de ser una de las azafatas pero Steve no se quedó tranquilo, volvieron a tocar y está vez una pequeña voz se logró escuchar por detrás de la puerta. Era su hijo Johnny.
Ambos padres (pero en particular Steve) se vistieron lo más rápido posible para salir, se acomodaron “debidamente” y el capitán fue el primero en salir.
Al abrir la puerta se encontraba su pequeño niño allí parado, él sin pensarlo dos veces lo levanto para llevárselo de allí mientras Tony terminaba de cambiarse con dificultad.
-Papi, ¿qué estaban haciendo? –pregunto inocentemente su niño al ver a su padre con la respiración agitada.
-N-Nada amor. ¿Por qué te levantaste? –lo dejo en su asiento tratando de abrochar su cinturón pero que debido al acto anterior aún seguía tembloroso y no lograba cerrarlo.
-Le dije que no bajara papá, pero no me escuchó.- decía Peter algo molesto.
-No te preocupes Pet, no pasa nada. Mamá y yo solo estábamos revisando algo en la sala anterior.- Por fin pudo asegurar a su niño, se acomodó el cabello y se fue directo a su asiento a un lado de Peter, segundos después entró Tony tratando de disimular.
-¿Tienen hambre? Porque podemos pedirles algo.- hablo el millonario tomando asiento a un lado de su hijo menor.
-Sí, por eso fui con ustedes.- le respondió el pequeño albino tomando el celular de su madre, dispuesto a jugar.
-Está bien, yo iré.- se ofreció Steve yendo a la cabina de golosinas.
-Papá que es… ¿Noche c-cand-…- el pequeño no termino cuando Tony rápidamente le quito el celular de sus pequeñas manos.
-N-Nada hijo, nada. No le digas a padre que leíste eso.- decía preocupado y avergonzado el moreno.
-Ok.
Steve volvió con una bandeja de nachos y una jarra de agua de naranja. A él le gustaba que tomaran cosas saludables, ya cuando crezcan podrán tomar lo que quieran.
No paso mucho cuando llegaron a su destino.
-Flashback off-
Jajaja que inocente éramos…
Londres. Ese país me encanta, tiene una cultura y gente hermosa. Además si no fuera por ese viaje nunca hubiésemos sabido lo que tenemos, y hasta ahora lo sigo agradeciendo.