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El Cuartel del Metal por HitchNoDanna

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Notas del capitulo:

¡Hola, hola! Ya saben a lo que vengo. De verdad siento la demora, pero como expliqué con anterioridad, me fui a extraordinarios en dos materias, y para colmo solo aprobé uno, además que apenas el viernes pasado salí de vacaciones -si se le pueden llamar así–. Como sea, muchas gracias por sus reviews y por estar al pendiente de esta humilde historia.

Se van a confundir un poco con la parte del principio, por lo que he colocado un flashback al final que lo explica todo. Como recordarán, la historia de la pareja egoísta se desarrolla en el mes transcurrido del desmayo de Misaki.

 

Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica son propiedad de Shungiku Nakamura

Capítulo 11: La plumilla de Nowaki – Parte II

 

Caminaba como león enjaulado dentro de una tienda de música llamada Sahara, esperando un pedido de hace días. Unos minutos más tarde la dependienta venía con una cajita de color azul rey.

 

–Aquí tiene, señor –le entregó el paquete– Si gusta puede abrirla para asegurarse que esté bien

–Sí, gracias

 

Levantó la tapa y vio el contenido: un triángulo negro con letras blancas grabadas, que decían »…morir es fácil. Vivir es difícil para todos. «. Lo tomó del fino cordel plateado para apreciarlo mejor, y cuando se aseguró que no venía roto ni defectuoso, lo devolvió a su lugar y cerró la caja. Después de pagar y dar las gracias, salió como alma que lleva el diablo con un rumbo fijo. Suspiró con pesadez: se gastó un poco de sus ahorros en comprar esa plumilla para sustituir la que perdió. Había procurado cuidarla pero de torpe tuvo que perderla –o al menos eso creía–.

 

En tanto, tres de los cuatro integrantes de Exilieth esperaban a su segundo guitarrista en el cuarto trasero de El Cuartel del Metal.

 

–¿Sí le dijiste que Kai adelantó el ensayo? –preguntó el bajista

–Sí, le mandé como ocho mensajes y llamé 2 veces –espetó el primer guitarrista– ¿Le habrá pasado algo?

–¿Tú crees?

–Más le vale llegar –dijo el baterista con el ceño fruncido– Sabe que Kai no es una persona paciente

–Oigan, ¿y si empezamos sin él?

–Sí, como sea

–Ahí viene –señaló el menor

 

En efecto, Kusama Nowaki entraba a toda prisa.

 

–Lo siento, tuve un pequeño percance –espetó

–Okay, okay –Kai hizo acto de aparición– Sé que los cuatro han cantado juntos estas dos semanas, pero éste sábado será de baladas, así que sólo requiero como máximo dos voces –Shinobu iba a decir algo pero Kai le ganó la palabra– Nowaki, Shinnosuke… ustedes lo harán

–Hai

–Shinnosuke, tú tocarás la guitarra acústica

–Hai

–Bueno, pues… a darle

 

On the edge of the rainbow
where eagles learn to fly
all of our dreams, they seemed so clear
into the morning
into the light of dawn
we're flying higher than before

And when i see the light
that's shining from your eyes
even brighter than before
we're riding the wind
to reach the golden dawn
we have done it all before…

(En el borde del arco iris
donde las águilas aprender a volar
todos nuestros sueños, que parecía tan claro
en la mañana
a la luz de la aurora
estamos volando más alto que antes

Y cuando veo la luz
que brilla en tus ojos,
incluso más brillante que antes
que estamos montando el viento
para alcanzar el alba de oro
hemos hecho todo antes…) (1)

 

Un rato más tarde y una pizza de pepperoni con queso extra, terminaba el ensayo. Salían por la misma puerta trasera y se dirigían al estacionamiento al lado derecho del establecimiento. Éste también era de dos plantas y tenía una vista que daba a la calle.

 

–K-Kamijou-sensei –tartamudeó el primer guitarrista, sumamente pálido

–¿Dónde? –preguntó el baterista. Misaki señaló al otro lado de la calle, mientras veía al rubio– Ahí no hay nadie

–Pero yo… ¡Estaba ahí parado!

–¡Estás loco! Ya alucinas con tanta tarea extra que te da

–Oye, sí… -espetó Shinnosuke– Como que ya se la trae de encargo contigo ¿no? ¡Ja, seguro te odia!

–O le gustas –dijo el pelirrojo con tono burlesco, al tiempo que abría la puerta de su Lamborghini Diablo, color negro

 

A excepción de los dos guitarristas, los demás se echaron a reír.

.

–¡No le veo la gracia! –siseó el ojiesmeralda en un puchero

 

Y por una razón especial, Nowaki tampoco.

 

–Suban –invitó el mayor– los llevaré a casa –todos abordaron, excepto el azabache– ¿Tú no vienes?

–No, gracias –respondió con una sonrisa convincente– Vivo muy cerca de aquí así que puedo caminar

–Okay, como quieras –dicho esto Kai cerró la puerta– Entonces hasta mañana

–Hasta mañana –se despidió con la mano.

 

Antes de que el auto arrancara, lo último que escuchó fue a Shinnosuke preguntándole a Misaki si le gustaba Kamijou. Suspiró abatido y caminó rumbo a casa con los auriculares puestos, perdiéndose en sus pensamientos.

.

"No tengo oportunidad con él… Misaki tiene la ventaja de ser su alumno estrella, pero yo… él es su profesor, una persona de alto nivel, en cambio yo… sólo soy un simple sujeto con una carrera frustrada…"

 

Un rato más tarde llegó a su casa. Entró y miró con desgano el desorden que hizo horas antes, cuando buscaba su plumilla, pues a decir verdad no había pensado en ella hasta apenas: vació los cajones de su armario y la alacena, distendió su cama, movió cada mueble de su sitio original e incluso desarmó parte de la tubería del baño y la cocina… todo para nada. Otro suspiro. Vio que el reloj de pared apenas marcaba las cinco y media, por lo que tenía tiempo suficiente para limpiar el desastre y alistarse para su nuevo empleo en una tienda de música de la que Ray Kimoniya era dueño, Sahara. Agradecía enormemente al hombre por haberlo contratado, pues desde ese mismo lunes que perdió su empleo en Aoitsuki, la pasó buscando trabajo sin éxito, hasta apenas ayer que se lo encontró en la misma tienda de helados que él. Luego de dos helados de chocolate y una amena charla, Ray le ofreció el trabajo y él gustoso aceptó.

 

Quince minutos para las siete. Salió de casa con sus inseparables auriculares, pero casi tropieza de la impresión cuando reconoció a un sujeto que estaba parado frente a su puerta: de estatura baja –respecto a la suya–, de cabello castaño y no tan corto, piel clara y grandes ojos color avellana. Iba a decir algo, pero su visitante se le adelantó.

 

–Etto… buenas tardes, Kusama-san –farfulló– amm… verás, el lunes tropezaste conmigo y creo que se te perdió esto –sacó del bolsillo de su saco gris, una cajita de color azul rey y se la tendió.

 

Nowaki tomó el presente y grande fue su sorpresa cuando vio dentro de la cajita un triangulito negro con letras blancas y un fino cordel plateado. Lo sacó con cuidado para apreciarlo mejor, y enorme fue su alegría cuando leyó »… morir es fácil. Vivir es difícil para todos«

 

–¿C-cómo lo supiste?

 

Con esta pregunta pretendía averiguar varias cosas: el cómo sabía su dirección, que estaría en casa, que la plumilla era suya… la sorpresa no lo dejó en ningún momento.

 

–Yo… la encontré en mi maletín cuando entregaba los ensayos a mis alumnos

 

 

FLASHBACK

 

"¿Una plumilla?" se preguntó luego de encontrar aquel objeto "No recuerdo haber comprado esto. Es más ¡yo odio estas cosas!... aunque la frase es buena…"

 

Con esto en la mente guardó dicha plumilla en su bolsillo y siguió con su cátedra.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

 

–¡Es cierto! –exclamó el más alto recordando el incidente del lunes– Debió caerse de mi muñeca cuando cerré tu maletín

 

El menor soltó una risilla que lo dejó cautivado. El mismo calorcito que sintió ese lunes se hizo presente en su pecho y sus mejillas.

 

"Este sujeto… es la segunda persona que me hace sentir así, pero… Akihiko ama a alguien más, y él es uno de 'ellos'… de ninguna manera podría tener alguna clase de romance con ninguno de los dos… además somos hombres"

 

–Etto, yo… debo irme –espetó, y se agachó en señal de despedida– Adiós, Kusama-san

 

"Eso es, debo alejarme de él a toda costa antes de que sea demasiado tarde"

 

Se dio la media vuelta, pero el agarre en su muñeca y el rápido tirón que recibió lo dejaron descolocado. No obstante el juego apenas comenzaba: Nowaki lo abrazaba suave pero firmemente, mientras recargaba su mentón sobre su hombro.

 

–Gracias, Kamijou-san –susurró con un tono cargado de ternura y agradecimiento– esa plumilla es muy valiosa para mí

–¿Ah, sí? –Hiroki estaba más que nervioso. La voz se le cortaba y aunque su mente le decía que lo alejara, una parte de él no hacía nada por librarse del abrazo del otro, pero tampoco lo correspondía– ¿Por qué?

–Porque Kamijou-san se tomó la molestia de traerla hasta mi casa

 

Y en verdad Kusama estaba feliz, ya que ello le significaba una oportunidad –por más pequeña que fuera– de conquistar ese corazón y sanar sus heridas. Quería permanecer así para siempre, pero el tema Hangar 18, de Megadeth, lo sacó de sus cavilaciones

 

–Moshi moshi –apenado, soltó al castaño y respondió a su móvil

–Kusama-kun –hablaba Ray Kimoniya al otro lado de la línea– Ven rápido, Kira-chan tuvo que salir, necesito que ocupes su puesto de inmediato

–¡Hai! Enseguida voy

–Nos vemos

 

Terminada la llamada, se inclinó en señal de disculpa. Kamijou le miraba, aun aturdido por lo sucedido.

 

–Disculpe, Kamijou-san –espetó– Debo ir a trabajar… de nuevo gracias

 

Se despidió dejando al castaño atrás y corrió tan rápido como pudo para tomar el transporte público y llegar a Sahara. En cuanto llegó, Ray lo puso a ordenar las facturas; él asintió y fue a ocupar el puesto que su compañera dejó minutos atrás. Grande fue su alegría cuando encontró entre ellas una de hace unos días, cuyo pedido era una plumilla negra de Delrin (2) grabada, a nombre de Kamijou Hiroki.

 

"Kamijou Hiroki… Al fin ya sé tu nombre, Hiro-san"

 

Pero algo no le cuadraba ¿no era acaso la plumilla que perdió y que le devolvió Hiro-san hace un rato? Suspiró de nuevo y encogió los hombros despreocupadamente: la intención de Hiro-san era lo que contaba después de todo. Además, ya le preguntaría otro día con más calma.

 

Hiroki Kamijou todavía no asimilaba al cien lo ocurrido. Salía del edificio para irse a casa, recordando esa sensación cálida en los brazos de Nowaki, que hacía a su corazón palpitar a mil por hora.

 

"Nowaki… Kusama Nowaki… el sólo significado de su nombre, tifón, me hace darme cuenta del lío en el que me he metido…"

 

 

FLASHBACK

 

Lunes. Finalizada su jornada fue a su oficina por unos libros que necesitaba devolver a la biblioteca central, pero justo cuando iba saliendo se encontró con su molesto jefe, quien le pidió llevara algunos otros que él olvidó devolver, así como otros que quería pedir prestados. Kamijou sacó de su bolsillo un papel y un bolígrafo para anotarlo todo, y nunca se percató que se le cayó la plumilla que encontró apenas esta mañana, hasta cuando llegó a la biblioteca. Reconoció al joven Kusama hablando con el encargado, al parecer buscaba un ejemplar que no estaba disponible. Por alguna razón sintió la necesidad de preguntarle, pudiera ser que buscara alguno de los que él estaba a punto de devolver. Se acercó con cautela, pero cuando quiso hablar, el azabache se dio la media vuelta y se fue.

 

–Buenas tardes, Kamijou-san –saludó el encargado. A decir verdad ya lo conocía, pues frecuentaba el lugar– ¿Qué va a llevar esta vez?

–Verá, vengo a devolver estos, de parte de Yö Miyagi

–Muy bien ¿me permite su identificación?

–Hai

 

Mientras le hacían el trámite, dos acomodadoras de libros charlaban, y aunque procuraban bajar la voz, el volumen era lo suficientemente alto como para que él pudiera escuchar.

 

–¿Viste que Kusama-san no traía su plumilla como siempre?

–¿En serio? Pero si nunca se la quita, ni siquiera para dormir… o al menos eso dice él

–¡¿Cómo puedes dudar de él?! ¡¿Acaso no viste la marca del cordón en su muñeca?! Es obvio que no se la ha quitado nunca

–¿Crees que la haya perdido?

–Es probable

 

"Ahora tiene sentido" pensó el castaño "metió mis papeles en el maletín y luego de eso lo cerró… ¡eso es! Suena estúpido, pero no pude haberla obtenido de otra forma ¡prácticamente se la arranqué!"

 

Buscó en su bolsillo y no la halló. Se tensó por ello y se puso a revisar todos sus bolsillos sin encontrarla.

 

"Genial, ahora que podía devolvérsela tenía que perderla"

 

Un rato más tarde volvió a la universidad. Vio que Miyagi ya no estaba, por lo que suspiró aliviado.

 

"Rayos ¿Cómo se supone que se la devuelva si ya no la tengo?"

 

Vio que en la pantalla de la computadora de su superior había una tarjeta: Sahara. Music Store. La tomó y marcó uno de los números.

 

–… sí, sí… negra ¿Qué material me recomienda?... está bien, que sea Delrin, por favor…

 

Unos minutos más tarde el pedido ya estaba hecho.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

 

De lo que ninguno tenía idea era que la plumilla original la había encontrado Miyagi, pero en un descuido se le cayó en el lavavajillas y terminó toda estropeada.

Notas finales:

1.- Lake of Tears de Gamma Ray del álbum No World Order (2001).

2.- Delrin. Nombre común del poliacetal, es muy costoso, muy resistente y se utiliza en la construcción de aplicaciones que requieren precisión como los piñones, las ruedas de patines y de patinetas, entre otras cosas.

 

Bueno, la verdad me gustó cómo quedó, pero como siempre me gustaría saber su opinión ya que me estoy debatiendo entre continuar con esta pareja o retomar a la Romántica. Como ya dije, tal vez ya no publique tan seguido como lo vine haciendo anteriormente debido a que estoy de vacaciones y mis padres se la van a pasar j*diéndome un buen rato. Bueno, de todas maneras espero sus opiniones antes del fin de semana. Chaito.


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