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El Cuartel del Metal por HitchNoDanna

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Notas del capitulo:

Heeey!!! He aquí con mi vigésima primera entrega de este fic, como cada semana.


Notas preliminares:
En fin, este capítulo a lo mejor y puede parecerles relleno, pero al menos explica la situación con las tres parejas. Asimismo he decidido agregar el caso de Shinnosuke, ya que es el bajista y la verdad se me haría injusto no darle la misma importancia que a los otros.

En la vida real suele pasar eso con los bajistas de las bandas de metal y otros géneros, pero como saben hay unos bastante prodigiosos. En lo personal admiro muchísimo a Cliff Burton (ex-bajista de Metallica, y noveno mejor de la historia, según la revista Rolling Stone) por la influencia que tuvo en la banda desde que se integró, hasta su fallecimiento en septiembre de 1986.

Bien, creo que ya se aburrieron de mi perorata, así que sin más preámbulos les dejo el capítulo


Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica y las canciones aquí mencionadas son de sus respectivos autores.

Capítulo 21: El metal no hace al inadaptado – Parte II


Intentaba tragar aquel intento de repollo frito mientras su cara se teñía de azul. Su inquilino no le quitaba de encima esa grisácea y afilada mirada, como si fuera un águila acechando a su presa.


“¿Cómo llegamos a esto?” se preguntaba con aura deprimente “Ah, sí… ya lo recordé”


En efecto un mes antes el Decano Takatsuki le pidió que albergara a su hijo en su casa por una temporada, pues él y su esposa debían salir del país por asuntos relacionados con la universidad, y Risako no podría hacerlo ahora que estaba de crucero con su nuevo esposo. Trató por todos los medios posibles de impedirlo, pero los 'argumentos' de su ex-cuñado fueron suficiente para aceptar.


FLASHBACK


You know that it would be untrue
You know that I would be a liar
If I was to say to you
Girl, we couldn't get much higher

Come on baby, light my fire
Come on baby, light my fire
Try to set the night on fire

(Tú sabes que yo sería falso
Tú sabes que sería un mentiroso
Si te dijera a ti

Chica, no podemos elevarnos mucho más
Vamos nena, enciende mi fuego
Vamos nena, enciende mi fuego
Trata de incendiar la noche) (1)



Había salido de la oficina del Decano, a quien convenció de que lo pensaría y le daría su respuesta en la tarde. Obviamente le daría una negativa. Tan ensimismado estaba leyendo el periódico que apenas si se percató de que el volumen de la música bajó considerablemente. Apenas levantó la vista del papel, se topó con la grisácea y afilada mirada que –sin saberlo– le perseguiría de ahora en adelante.


–Acepte la petición de mi padre –habló el chico a quemarropa.

–¿Ah?

–No me haga repetirlo, acepte.

–Pero…

–¡Tiene que hacerse responsable! –replicó el muchacho– ¡Usted aceptó escuchar lo que pasó 'esa' noche a cambio de asumir su responsabilidad!

–Otra vez con eso –dijo en un suspiro que escuchó el menor.

–Está bien, no lo obligaré –espetó ya más tranquilo, pero luego se formó una sonrisita maligna que el adulto no notó. Enseguida cambió a su habitual gesto serio– Aunque… sería una lástima que mi padre se enterara de 'eso' –enfatizó la última palabra con los dedos.

–¡¿Pero qué…?! ¿Intentas extorsionarme acaso?

–¡Oh, no! ¿Cómo podría un inexperto adolescente como yo extorsionar a alguien tan experimentado como usted? –dijo el menor con un tono irónico bastante molesto para el catedrático– Sólo digo que las repercusiones serían enormes de saberse la verdad… ¿Se arriesgaría a perder su trabajo por no hacerle a mi padre un favor tan simple?

–¿Qué es lo que quieres, exactamente? –el mayor se arriesgó a preguntar.

–A Miyagi Yö.


FIN DEL FLASHBACK



Mientras tanto Nowaki se encontraba en el apartamento de Hiroki, haciendo algunos apuntes. Un mes antes recibió una llamada importante, en que le ofrecían la oportunidad de volver a la universidad y terminar su carrera como médico cirujano.


FLASHBACK


–… entonces ¿Ya puedo volver?

–¡Por supuesto! Ya fue borrado de tu expediente.

–Esto es… es… –su voz sonaba un poco trémula por la emoción– Tengo que revalidar mis materias ¿verdad?

–Sí, pero te sugiero que te tomes tu tiempo… fueron casi dos años que permaneciste fuera, no va a ser tan fácil.

–Estoy consciente de ello –ahora usaba un tono serio– Pero aun así, muchas gracias, Motozöwa-san.


FIN DEL FLASHBACK


Aunque en aquellos días él era reconocido como uno de los mejores de su generación, pensó que no le vendría mal repasar todas las materias a revalidar, y qué mejor que hacerlo en la casa de su amado Hiro-san. Además, éste poseía algunos libros bastante útiles para su objetivo. Mientras lo hacía, escuchaba el tema 'Kaamos', de Apocalyptica.


–¿Y por qué esperaste casi dos años para ponerte a estudiar? –le decía el catedrático con cierto reproche, al tiempo que revisaba algunas tareas de sus alumnos.

–La verdad no pensé que fueran a darme otra oportunidad –contestó el segundo guitarrista de Exilieth– Después de todo no me suspendieron por cualquier nimiedad –esto lo dijo en un tono tan inaudible, pero que fue escuchado por el mayor.

–¿Qué dijiste?

–¡No, nada! Dije que después de todo aún estoy dentro del rango de edad.

–Ah…


“Esa ni tú te la crees” obviamente el castaño no se tragó esa excusa “Pero ya lo averiguaré después”


–Por cierto ¿A qué horas vuelves de la dichosa fiesta?

–Ah… no lo sé, depende de lo que diga Shinoda-san.

–¿Por qué todo tiene que ser con ese? –preguntó Hiroki con cierta molestia– ¿No se supone que para eso también están Kazuo y Ray?

–Hiro-san… ¿Estás celoso de Shinoda-san? –inquirió el menor con tono juguetón.

–¡¿Qué?! ¡Nowaki, por todos los cielos, si no la controlas no la fumes! –y luego le aventó un libro.



We all see black and white
When it comes to someone else's fight
No one ever gets involved
Apathy can never solve

(Todos vemos en blanco y negro
Cuando se trata de la lucha de otra persona
nadie se involucra
la apatía no lo resuelve…) (2)



Como siempre el pequeño pero prodigioso guitarrista de Exilieth se encontraba haciendo los quehaceres de la casa desde temprano, ya que terminando tendría que ir al lugar donde los chicos y él tocarían. Entonaba la canción con su propia voz ya que Kamijou-sensei confiscó su celular so razón de ser un distractor en su clase.


–Y ni pude sacarle la tarjeta de memoria –suspiró frustrado, luego de un rato– Bueno, al menos Usami-sensei no lo ha notado… ¿o sí?


No estaba tan equivocado. De hecho Akihiko ya ni recordaba que el día anterior le llamó unas 32 veces y mandó más de 25 mensajes sin recibir respuesta, pues cuando fue a la universidad por el menor, escuchó parte de su conversación con su banda.



FLASHBACK


–¡Vamos, Shinobu! Ya bastante tiene con vivir de arrimado con un sujeto al que no le gusta el metal como para que lo hagas sentir peor.

–Que alentador –siseó el menor de los tres con aura deprimente.

–En serio, Misaki ¿Has considerado vivir solo? Sería más confortable y no tendrías que lidiar con personas tan intolerantes…

–Etto… alguna vez, supongo.


FIN DEL FLASHBACK



Aquello ahondaba sus pensamientos, tanto que se olvidó del asunto del celular. No le molestaba en sí que el bajista le hubiera planteado esa sandez a su pequeño, sino la respuesta afirmativa que éste le dio. Se preguntaba si realmente Misaki se encontraba a gusto con él o sólo lidiaba con una persona intolerante –en palabras del bajista–. Y de ser la segunda opción correcta ¿qué lo obligaba a quedarse?


–Buenos días, Usami-sensei –le saludó el pequeño desde la cocina.

–Buenos días, Misaki –saludó con tono ausente, mientras se sentaba a leer el periódico.

–Ya está listo el desayuno.


Sirvió la mesa y como siempre el menor se sentó frente al mayor, ambos comiendo en completo silencio.


“Me pregunto qué tiene a Usagi-san tan preocupado… ¡Un momento! ¡¿Desde cuándo le llamo así?!... en fin, es raro que no haya intentado… b-besarme como todos los días” ciertamente sus mejillas se tiñeron de carmín “Supongo que eso es bueno, pero… no ha dicho nada respecto al celular. Normalmente siempre pregunta por qué no contesto, pero ahora… ¿Qué tendrá tan preocupado a Usagi-san como para haber dejado pasar algo tan importante? ¿Se molestaría si le pregunto?”


Iba a abrir la boca para preguntar, pero el sonido de la puerta abriéndose no le dio tiempo para nada.


–¡¡¡SENSEI!!!

–Aikawa, ¿ahora qué quieres? –musitó con desgano.

–¡¡¿Acaso ya lo olvidó?!! –gritaba su editora, notablemente alterada– ¡¡Hoy es la premiación!!

–Ya te dije que no iré.

–¡Pero sensei… es importante que lo haga!

–Te dije que tengo un compromiso.

–¡¿Qué puede ser más importante que eso?!

–Ver a Misaki tocar.


Asimismo, y no menos importante, Shinnosuke se encontraba tranquilamente terminando una parte de su tesis. Estaba tan ensimismado en ello que apenas si se percató de que llamaban a su puerta. Una vez que abrió, su expresión tranquila se transformó en una de desagrado al ver a una persona conocida. Iba a impedirle la entrada cerrándole la puerta, pero su visitante fue más rápido y en menos de un parpadeo ya se encontraba recargado contra la puerta, completamente inmovilizado.


–Te dije que no te ibas a librar de mí tan fácil, Shinno-kun –le dijo tras su oído.

–¿Qué es lo que quieres?

–A ti.


Como si le hubieran dado alguna especie de cuerda, el bajista de Exilieth frunció el ceño y le propinó un buen codazo en el abdomen, sacándole el aire. Aprovechó que su captor estaba aturdido para darle un golpe en la base de la mandíbula que lo dejó tirado e incapaz de moverse.


–¡Vaya! Eso no me lo esperaba –dijo su visitante un rato más tarde de recuperarse, mientras tomaba una soda ofrecida por el bajista.

–Ya no soy el mismo 'chavito' que conociste en la preparatoria –esbozó el castaño de ojos ámbar con tono frío.

–De eso ya me di cuenta.

–¿Cómo me encontraste y a qué has venido, exactamente?

–El cómo, realmente no importa… a qué vine, eso es simple: por ti.

–¡Deja de jugar y di qué es lo que quieres de mí!

–Bien, me atrapaste… ¿Recuerdas ese favor que te hice, cuando apenas entrabas a la universidad?

–¿Qué hay con eso? –inquirió con desconfianza.

–Quiero que me devuelvas ese favor.


Así los cuatro integrantes de Exilieth pasaban los momentos previos al evento para el que fueron llamados. A decir verdad les caía como anillo al dedo, pues anteriormente permanecieron sin tocar por un lapso de dos semanas, so razón de que sus tres jefes decidieron darles un descanso.


A ninguno le había caído en gracia aquello, pues Nowaki y Shinnosuke necesitaban el dinero para sus gastos diarios, y Misaki no tenía otra forma más que esa para liberarse de sus tensiones de toda la semana. Al único que no pareció afectarle demasiado fue a Shinobu, pues tuvo más tiempo para perfeccionar su técnica de cortado de col. Si bien era cierto que sus cortes eran más uniformes y ya no salían volando por todas partes, su sazón todavía daba mucho qué desear.


–Bien, debo irme –espetó el baterista, una hora más tarde, listo para salir.

–¿Estás seguro de que puedes ir y volver solo? –inquirió Miyagi, quien revisaba algunos exámenes.

–Tan seguro como de que haré que se enamore de mí.


“Y dale con lo mismo” pensó el catedrático con irritación “Pero qué niño tan persistente”


–Bien… la comida ya está lista. Si no la quiere puede tirarla y comprar lo que quiera. Intentaré volver a las doce.

–¿Tan tarde? –preguntó con verdadera preocupación.

–No lo sé, Shinoda dijo que podría extenderse hasta las dos o tres de la madrugada –el chico se encogió de hombros.

–¿Y tan tranquilo lo dices?

–No tiene que fingir que le interesa –su mirada gris se afiló como siempre. Luego de eso descolgó su chaqueta de cuero negra del perchero y se aproximó a la puerta– Bien, me voy.


Dicho esto salió, dejando a un pelinegro bastante extrañado por esa actitud tan fría. Si bien era cierto que ya se cumplía un mes de que albergara al muchacho en su casa, todavía no terminaba de acostumbrarse a su constante insistencia en el tema. De hecho, las primeras semanas el baterista lo acosaba y le reclamaba constantemente que debía hacerse responsable, además que lo obligaba a comer sus intentos de repollo frito y lo chantajeaba constantemente con contarle al Decano sobre 'esa' verdad. Sin embargo hoy simplemente mencionó sus intenciones y se fue. Ni siquiera le dijo el 'te quiero' con el que siempre se despedía.


“¿Qué mosca le picó?” 



En tanto, el tema 'Hangar 18' empezaba a sacar de quicio a cierto catedrático, que recién terminaba su trabajo.


–¿No pretendes contestar? –le preguntó al segundo guitarrista, que se ponía la correa de su lira sobre el hombro.

–Etto… no es mi móvil el que está sonando –espetó el más alto, mostrando el celular que compró para reponer el que se estropeó la noche en que salvó a Hiro-san de ser arrollado.

–Hmmm –gruñó el castaño– En el segundo cajón del buró junto a mi cama, hay un celular. No lo revises ni nada, sólo apágalo.

–¡Hai!


Iba a apagar el aparato que Hiro-san mencionó, pero en la pantalla aparecía el número y nombre de Kai Shinoda, por lo que, movido por su curiosidad, contestó a hurtadillas.


–Moshi moshi…

–¿Pequeño Misaki? –dijeron al otro lado de la línea.

–No, es Nowaki.

–¿Qué haces con el teléfono de Misaki-kun?

–¿Eh?

–Estoy seguro de que este es su número ¿podrías pasármelo, por favor?

–Perdón, pero…

–Nowaki, ¿Por qué estás tardando demasiado? –le decía Hiroki aun en la sala.

–Lo siento, Shinoda-san –y dicho esto colgó.


Posterior a eso apagó el móvil y lo puso en su lugar. Una vez fuera de la habitación, se dirigió a la puerta.


–Ya me voy, Hiro-san –avisó.

–No te quedes hasta tarde y no te pongas 'hasta atrás' o no podrás estudiar adecuadamente.

–¿Estás seguro de que no quieres venir? Podría decirle a Shinoda-san que…

–¡Ya te dije que estoy muy ocupado! Además ¿Qué voy a andar haciendo yo entre tantos…? –luego suspiró irritado– Ya vete, se te hace tarde.

–Bien, hasta el próximo sábado, Hiro-san –dicho esto le plantó un beso corto.

–¡Baka, no hagas eso! –reclamó Kamijou sumamente sonrojado y cabreado.


El segundo guitarrista salía, palpando constantemente el bolsillo de su pantalón. A Hiroki le extrañó un poco, pero no le dio mayor importancia.



–¡¡¡Kyyyaaa!!! –gritaba emocionada la editora de Usami– ¡¿De verdad?!

–Sí, Aikawa-san –respondía tímidamente el muchacho– Tocaremos en un salón del hotel Teito.

–¡Genial! ¡La ceremonia también será ahí! ¡Sensei ya no tendrá excusa para no asistir!

–Hmmm –gruñó el escritor con un aura oscura.

–Pues ¿Qué estamos esperando? ¡Vamos! –dijo con energías la mujer.

–Etto… yo, enseguida los alcanzo –espetó el muchachito.

–¿No vas a venir con nosotros? –inquirió Usami.

–Etto… voy por otro afinador para mi guitarra. Temo que se descompuso y no me fijé hasta ahora.


Mentira. Misaki ciertamente no necesitaba afinador, pues su tío Aramis le enseñó a afinar su guitarra por el método del quinto traste (3).


“Lo siento, Usagi-san, pero no puedo decirle la verdad… al menos no de momento” pensó una vez que ya estuvo fuera de la residencia.



Por su lado, Shinnosuke también ya se iba. Había sostenido una larga charla con su visitante, quien de buenas a primeras se instaló en su apartamento.


–Come lo que quieras, el refrigerador está lleno –le dijo con tono frío.

–¡Vamos, hombre! No seas tan hostil con tus invitados –su huésped estaba en la sala viendo la TV.

–Como sea, no me esperes. Tal vez vuelva hasta mañana.

–¿Qué?

–Te invitaría, pero ciertamente es un evento privado.

–¿De veras lo harías?

–No.



Sin decir otra cosa, tanto él como los otros tres miembros de Exilieth caminaban hacia su destino, sin tener la menor idea de lo que les esperaba.



CONTINUARÁ…


Notas finales:

1.- Light my fire de The Doors, del álbum The Doors (1967).

2.- Indians de Anthrax, del álbum Among the Living (1987).

3.- Es un método de comparación de cuerdas entre sí mismas. Partimos de una cuerda bien afinada por comparación externa con otro instrumento, un diapasón, un sonido grabado… (Normalmente la 5ª o 6ª cuerda). Más información en: http://escueladeriffs.com/10-como-afinar-u...tarra-electrica


De momento es todo. Chaito.


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