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El Cuartel del Metal por HitchNoDanna

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Notas del capitulo:

Como siempre vengo a hacer mi entrega semanal. Disfrútenla.


Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica son de su creadora Shungiku Nakamura.

Capítulo 22: El metal no hace al inadaptado – Parte III


El baterista de Exilieth caminaba con expresión fría, intimidando a más de uno. Traía puestos unos jeans negros con una pequeña cadenita plateada y algunos estoperoles, un poco entallado; una playera azul marino sin mangas de Avenged Sevenfold, sus Converse y la chaqueta, ambos negros; el pelo levantado hacia arriba y atrás, con unos traviesos mechones cayendo en su frente y los lados de su cara, así como sus lentes de sol.


"Tal vez tiene razón" se decía a sí mismo "Habiendo personas más jóvenes y dispuestas a amarme, tenía que ser él… pero… si el destino lo dictamina, eso realmente no importa… entonces ¿Por qué se empeña tanto en evadir su destino?"


En otro lugar Shinnosuke salía con aire aparentemente relajado. Lucía una playera negra sin mangas debajo de una camisa con cuello y mangas cortas de color verde militar, una bermuda con muchos bolsillos color café, unos tenis negros con agujetas rojas, y dos tatuajes en las muñecas que simulaban ser pulseras. Sin embargo su expresión apacible era sólo una fachada.


"No me trago esa estúpida excusa de que quiere que le devuelva el favor… él tiene dinero, una casa más grande y un buen trabajo… ¿Por qué querría que lo hospedara en mi casa como él hizo conmigo cuando inicié la licenciatura? Digo, le agradecí en su tiempo y esa deuda fue saldada cuando…" por alguna razón se puso nervioso y rojo a más no poder"…como sea ¿Por qué volvió? O una mejor pregunta ¿Por qué lo acepté?... Ijuuin-sensei…"


Por su parte, Nowaki y Misaki se habían encontrado en el camino.


–¡Misaki! Qué bueno que te veo.

–¡Nowaki-san!

–Me parece que esto es tuyo –dicho esto sacó un celular de su bolsillo y se lo entregó.

–¿C-cómo…?

–Hablé con Kamijou-sensei.

–¿De verdad?


Mentira. En el momento en que Nowaki le colgó a Shinoda, guardó el móvil en su bolsillo y puso uno falso en su lugar.


–Por favor no se lo menciones, pensaría que queremos aprovecharnos de él.


"Lo siento, Hiro-san"


–Okay… gracias, Nowaki-san.

–Eso hacen los amigos… por cierto ¿Por qué tan apurado?

–Bueno, verás… –le susurró algo al oído.

–Oh, entiendo –hizo una pausa y haló al castaño de la mano– Ven conmigo, aún queda tiempo.


Los dos iban en una plática amena, sorprendiendo a más de uno por las expresiones tan alegres de unos 'metalheads apretados'. El guitarrista más joven iba con un polo de manga larga negro, encima su chaleco texano verde militar con parches, los jeans grises dolorosamente ajustados, más rotos que la última vez, su inseparable plumilla plateada, el cinturón de balas y sus tenis negros, además de las extensiones de cabello. Por su parte Nowaki llevaba algo tan sencillo como una camisa casual azul marino de manga a tres cuartos, algunos collares entre los que destacaba uno con un dije en forma de cruz, unos jeans negros no demasiado entallados, unos tenis grises, y su guitarra al hombro igual que su pequeño 'colega'.


Así iban los cuatro integrantes de Exilieth, sin percatarse de que les venían siguiendo la pista desde que salieron de sus respectivas viviendas.



Un rato más tarde, en la suite del hotel Teito, Usami empezaba a perder la paciencia. Aunque la premiación no comenzaría tan temprano como la dichosa fiesta privada a la que Misaki fue llamado, no había rastro del menor. De hecho, por ese mismo motivo el menor debía haber llegado ya.


FLASHBACK


–¿No vas a venir con nosotros? –inquirió Usami.

–Etto… voy por otro afinador para mi guitarra. Temo que se descompuso y no me fijé hasta ahora.


FIN DEL FLASHBACK


"¡Un momento! Nunca he visto a Misaki usar afinador… entonces… ¿fue sólo un pretexto para evitarme y estar con Shinoda?"


FLASHBACK


–¡Vamos, Shinobu! Ya bastante tiene con vivir de arrimado con un sujeto al que no le gusta el metal como para que lo hagas sentir peor.

–Que alentador –siseó el menor de los tres con aura deprimente.

–En serio, Misaki ¿Has considerado vivir solo? Sería más confortable y no tendrías que lidiar con personas tan intolerantes…

–Etto… alguna vez, supongo.


FIN DEL FLASHBACK


En ese momento tocaron a su puerta.


–Sensei –era Aikawa– ¿Aun no llega Misaki-kun?



En tanto, en un salón llamado Frøya (1), Kai Shinoda y Akira Kitazawa hablaban con otros dos hombres.


–¿En dónde está tu banda? –le preguntaba a Shinoda un sujeto de unos 27 años, de cabello mediano color negro con luces azules y plateadas, ojos color amatista (2) piel clara y facciones varoniles, llamado Toshiro.

–Ya no deben tardar –espetó él tranquilamente.

–¿Supieron que justo en unas horas y justo al lado se celebrará la premiación de la nueva novela de Usami Akihiko? –espetó el otro sujeto, de cabello mediano y marrón con reflejos anaranjados, amarrado en una coleta baja, ojos color miel y tez apiñonada, de apariencia un poco menor, llamado Sakumo.

–Honestamente sus novelas no son de mi agrado –decía Akira, que lucía el mismo estilo 'thrasher' con el que se presentó ante Misaki Takahashi– No sé ustedes, pero a mí me parecen de esas hechas para manipular a las masas.

–Estoy de acuerdo con eso –decía Toshiro– Yo prefiero algo como Lovecraft o Edgar Allan Poe (3)… además, las novelas de Usami están dirigidas a un público femenino.

–No es que sean de mi agrado tampoco –decía Sakumo– pero respeto su estilo… no por nada ha tenido tantas ventas estos últimos meses.

–Oigan ¿vinimos a hablar de Usami o a escuchar música de verdad? –decía Shinoda.

–Por cierto, Kai –le habló Toshiro– ¿Sí le explicaste a tu banda las reglas?

–Etto… es una historia muy graciosa –el pelirrojo reía nerviosamente.

–Les dijo que se trataba de una fiesta privada –espetó Akira con aburrimiento.

–¡¿Qué?! –le gritó Sakumo– ¡¿Por qué no les dijiste la verdad?!

–Iba a hacerlo, pero conozco a mis muchachos y sé que pueden emocionarse demasiado y ponerse ansiosos… en especial mi primer guitarrista…

–¡Llegamos! –exclamaron los cuatro integrantes de Exilieth, que recién entraban.

–Bien, ellos son mis muchachos, Exilieth –decía orgullosamente el pelirrojo.

–Bromeas ¿verdad? –soltó Sakumo con tono ácido– Veamos –se llevó la mano a la barbilla en pose analítica, mientras empezaba a caminar alrededor de los cuatro jóvenes y los observaba de arriba abajo– tú debes ser el bajista ¿cierto? –Shinnosuke respondió tranquilamente– debes ser bueno, pero nada extraordinario en comparación con tus compañeros –el castaño de ojos ámbar apretó los puños disimuladamente. A decir verdad no era la primera vez que le decían eso.

–Oh, y tú eres el baterista ¿verdad? –preguntó Toshiro. Shinobu asintió con la cabeza sin quitar su expresión fría– ¡Uy, qué rudo! –el tono burlesco de Toshiro le hizo hervir la sangre al ojigris– Veamos… tú debes ser el primer guitarrista…

–En realidad soy el segundo –respondió alegremente el mayor de los cuatro. Él no se dejaría amedrentar.

–¿No estás un poco grande para…? –increpó Sakumo

–Que no te intimide su estatura –Akira salió en su defensa– sólo tiene veintidós.

–Sí, sí –Toshiro le restó importancia, aunque en el fondo se sentía tan ofendido como Sakumo– Y ¿Qué tenemos aquí? –deslizó uno de sus dedos por la mejilla del más joven– El pequeño prodigio 'Mainstreamallica fan' (4)… eres lindo –dicho esto le revolvió el cabello mientras lo miraba de forma sugerente–…demasiado lindo para ser metalero.


Kai tenía unas enormes ganas de golpearlo, pero su primo Akira lo sujetaba para que no cometiera una locura. En tanto, un aura oscura rodeaba al primer guitarrista, el pelo le cubría los ojos y estos habían perdido su brillo. Sakumo y Toshiro pensaron que se agacharía y se pondría a temblar como perrito humillado, pero ciertamente no conocían lo que había detrás de esa reacción.


–Eso ya lo veremos –soltó Misaki Takahashi con una sonrisa maliciosa que hizo a los presentes tragar grueso y sudar frío, incluso a sus compañeros y jefes. Por instinto Sakumo y Toshiro se fueron.

–Emm… Misaki ¿Estás bien?

–Mejor que nunca, Shinoda-san… etto… si no le importa –volvió a su expresión alegre, sorprendiendo a más de uno– me gustaría ir al salón Pavo Real, necesito ver a alguien.

–¡Espera! ¡Olvidé decirte algo!

–¿Ah?

–Iba a hacerlo por teléfono, pero no me contestabas.

–Oh… lo siento, Kamijou-sensei tenía mi teléfono, pero Nowaki-san me lo devolvió.

–Oh… en fin, chicos –les habló a los otros tres.


En realidad no eran los únicos que tocarían en el evento, sino que la persona que los contrató organizó una guerra de bandas, en la que competirían ellos contra otras siete bandas, entre estas la banda bajo el patrocinio de Sakumo y Toshiro, llamada Ashes & Blood.


–Esa es una razón más para patearles el trasero a esos dos –exclamó el baterista



Nueve en punto. Comenzaba la competencia. Las ocho bandas participantes fueron organizadas en parejas, de tal manera que saliera ganadora una en cada ronda. Asimismo había varias personas sentadas a lo largo de una mesa frente al escenario donde tocarían, calificando a cada una de las bandas. Después de casi tres horas ya se tenían a dos bandas ganadoras: Exilieth y Ashes & Blood.


–La ronda final se llevará a cabo mañana a partir de las nueve de la noche… –decía el maestro de ceremonias– Por el momento eso es todo y disfruten de la fiesta.


–Etto… en seguida vengo, Shinoda-san –avisó el pequeño guitarrista de Exilieth, una vez finalizada la segunda ronda.


Dicho esto salió del salón Frøya y se dirigió al salón Pavo Real. Entró dispuesto a buscar a Akihiko, sin percatarse de las miradas de desdén que los invitados le dirigían.


–¡Pero qué se ha creído ese niño! –decía una mujer– Entrar a un lugar elegante en esas fachas.

–¡Válgame Dios! Es un metalero –decía otra con aversión.

–Pero qué falta de respeto para sensei –bufó un hombre.

–¡Kyaaa! –chillaban algunas chicas– ¡Está guapísimo!


"¿Por qué de repente el ambiente se puso tan pesado?" pensaba el muchachito "¡¿Qué rayos…?!" Y fue en ese momento cuando se dio cuenta de su condición. Sonrojado a más no poder, salió corriendo de ahí y fue a esconderse en algún lugar "¡Rayos! ¡Soy un idiota! Si me hubiera acercado a Usagi-san seguramente le hubiera causado problemas por venir en estas fachas…"


Por su parte, Nowaki también se apartaba, pues hacía una llamada a su Hiro-san.


–… ¡¿Creíste que no me iba a dar cuenta?! –le gritaba el catedrático al otro lado de la línea.

–Hiro-san, yo…

–Dime que no se lo has dado a Takahashi aún…

–Etto… –el segundo guitarrista reía nerviosamente– es gracioso que lo preguntes ya que…

–¡¿Qué?! –el otro estaba sumamente cabreado– ¡¿Tienes siquiera idea de por qué se lo quité?!

–Bueno, etto…

–Como sea, déjalo así. En fin ¿para qué llamas?

–Para decirte buenas noches.

–¡¿Y para eso me levantas a media noche?!

–Y para invitarte a un evento, mañana –el peliazul le explicó todo lo sucedido hasta entonces– Shinoda-san nos permitió a los chicos y a mí invitar a alguien a las finales y… bueno… ¿te gustaría venir?


Shinnosuke recibía una llamada. Miró su móvil con el ceño fruncido, ya que sólo había una persona que le llamaría desde el teléfono de su propia casa.


–Diga

–¿Qué forma es esa de contestar, nee? –decían con tono divertido del otro lado.

–Sólo di lo que quieres –habló con tono frío.

–A ti –dijo con tono sensual, haciendo que el bajista enrojeciera– ¿Dónde estás?

–Eso no es de tu incumbencia, además te dije que volvería hasta mañana…


"De verdad lamento hacer esto… pero no puedo tratarte de otra manera después de lo que me hiciste… sensei"


Shinobu también estaba en algo similar.


–…no haga tanto escándalo por eso –decía con tono molesto– Además Akira y Kai fueron muy amables al hacernos una reservación.

–Pero ¿Qué se supone que le diga a tus padres en caso de que llamen?

–No lo harán… –y luego dijo muy despacito– nunca lo hacen.

–¿Ah?

–N-no es nada… –farfulló, un poco sonrojado– sólo llamé para avisarle que me quedaré aquí hasta mañana. Bien, pues… hasta mañana, Miyagi-san.


Cada integrante de Exilieth volvía desde diferentes puntos al salón Frøya, pero antes de que pudieran darse cuenta y reaccionar, dos personas con pasamontañas, dos por cada uno, los interceptaron y se inició una pelea.


–Lo siento, Kusama-san –decía uno de ellos, noqueando al segundo guitarrista– Me gustas mucho, pero es mi trabajo.

–Me gustan rudos –otro hacía lo mismo con el baterista– tal vez pueda divertirme un poco contigo antes de concluir el trabajo, Takatsuki-kun.

–No contaba con que supieras artes marciales, Tödö-san. –le decía otro sujeto, que lo llevaba inconsciente sobre su espalda. Con el bajista había sido más difícil, por lo que tuvo que sedarlo con un pañuelo húmedo con cloroformo– Eres más interesante de lo que aparentas.

–Eres lindo, Takahashi-kun –decía otro al tiempo que acariciaba la mejilla del primer guitarrista, también inconsciente– demasiado lindo para ser metalero.


Y así se llevaban a los cuatro integrantes de Exilieth. En el proceso al primer guitarrista se le cayó el ramo de rosas baby romántica que le pidió a Nowaki cuando iban apenas al salón, y por el que le mintió a Usami.



CONTINUARÁ…

Notas finales:

1.- Frøya o la diosa del amor, según la mitología nórdica. En lo que pensaba el nombre estaba escuchando Frøya's Theme de Leaves' Eyes, del álbum Njord (2009).

2.- Hago la acotación porque en otros fanfics los ponen como lo mismo. Amatista sería como el color de los ojos de Yuu Yanase, y violeta como los de Usagi-san.

3.- Howard Phillips Lovecraft y Edgar Allan Poe son de los autores que más leen los chicos metaleros que conozco. Esto es subjetivo, no es algo general.

4.- La palabra mainstream se utiliza para describir los gustos que son aceptados (mayoritariamente) por la sociedad. Sin embargo, ya específicamente Mainstreamallica fan se usa para designar a los típicos fans obsesivos de Metallica (también se les llama mainstreamers de Metallica, XD).


Bueno, esto es todo por hoy. A ver cuándo publico el que sigue. Chaito.


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