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Amando de Nuevo por Serenamoon

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Notas del capitulo:

Holis mis queridos y abandonados lectores XD lamento mucho el retraso que fue de dos o tres semanas creo, no voy a dar excusas solo les voy a pedir paciencia porque como sabran los que escriben hay veces que la inspiracion se va y viene de a ratos y es lo que me pasa con esya historia, eso no quiere decir que la vaya a dejar, nada de eso, pero me lleva mas tiempo escribir cada capitulo por ese motivo.

Dejando eso de lado pasemos a lo que nos importa.

Prometi un POV de Gaara y aqui se los dejo.

Y para que vayan sabiendo el proximo capitulo: LEMON!!

Muchas gracias por esperarme y seguir aun.

ACUMULACION DE DESEO

 

Bien, todo iba bien, mejor que bien, maravillosamente bien. Tenia más de lo que había soñado. Mi futuro esposo era el ser mas perfecto del mundo entero. Hermoso, muy pero muy hermoso. Inteligente, en la medida justa, inocente, tierno, dulce, decidido, fuerte, valiente, sexi, deseable, ardiente. Mierda, me ponía a pensar en mi rubio y acababa con un problema entre las piernas. Y es que la contra cara de tanta felicidad era que día a día vivía un tortura. Dudaba que los más feroces guerreros del pasado hubieran sido capaces de soportar lo que soportaba yo. Es decir, ¿Quién podría aguantar vivir, dormir, comer, despertar, desayunar, se entiende el punto, al lado de un doncel tan irresistible como mi Naru? Solamente una persona con un autocontrol tan firme y resistente como el mio.

Porque no solo es mirarlo, como camina meneando las caderas de manera inconsciente, o bebiendo algo para luego limpiar sus labios con su lengua, de manera también inconsciente. O cuando se pega a mi en la noche, y me abraza y golpea mi cuello con su pausada respiración. Sin contar los leves gemiditos que da cuando sueña, o cuando sale del baño solo envuelto en una toalla dejándome ver casi todo su maravilloso cuerpo. Y es que Kami sama debió haber tenido un día realmente bueno cuando lo hizo, porque mi sol es la representación humana de la perfección. Piel canela, suave como la seda, con su exquisito aroma a citrus y jazmines, creo. Su cabello radiante y sedoso, sus ojazos azules. Sus carnosos y besables labios, los que no me canso de reclamar como míos. Sus curvas, su sonrisa, sus jadeos cuando le doy placer. Naruto es un arma de tortura, mi tortura, porque no puedo desearlo de la manera en que lo deseo. Decir que se me hace agua la boca al verlo es poco, me hierve la sangre, el pulso se me dispara y todos mis sentidos se fijan en el. Solo lo veo a él, lo siento a él, lo huelo, lo escucho y lo deseo, aunque ya lo dije. Sueño con hacerlo mio, dormido y despierto. Y es bastante incomodo despertar con una potente erección con el objeto del deseo al lado, pero tengo que resistir, solo unos días mas. Quedan tres, y cuando pasen daré rienda suelta a toda mi pasión contenida. Ya le advertí que no se iba a poder sentar por un tiempo, porque lo único que me mantiene cuerdo y me hace resistir es el planear todo lo que pienso hacerle cuando pase el periodo de cuarentena. Ya comenzó a tomar los anticonceptivos y ambos nos hicimos los estudios para descartar cualquier posible enfermedad de transmisión sexual. Estamos listos para amarnos sin ninguna barrera o precaución. Solo lujuria y amor le espera a mi rubio en unos días nada más. Hable con Deidara para que cuide a los niños por una noche, es obvio que son bebes y no entienden nada, pero no me sentiría del todo cómodo haciendo gritar de placer a Naru con nuestros hijos cerca. Debería buscar la manera de insonorizar la habitación para que no se escuche fuera de ella lo que hacemos, no quiero traumar a mis hijos cuando crezcan, porque de ninguna manera voy a dejar de hacerle el amor a mi amor.

- Gaara – esa molesta voz que me desconcentra, es tan idiota que no entiende la indirecta bastante directa de que lo estoy ignorando – Gaara – me sacude por los hombros el imbécil. ¿Tan difícil es que me dejen en paz? – oye hermanito tenemos una reunión en quince minutos y estas en las nubes, ¿Qué piensas tanto?

- No es tu jodido asunto – le respondí de mala manera, pero no puedo evitarlo, estoy con un humor de perros. La frustración sexual que vivo se manifiesta en eso. Pero es inevitable, cualquier hombre que sufre de abstinencia se siente igual. Esta demostrado que la falta de sexo produce mal humor, lo dicen esos estudios raros que no tienen mucha relevancia, hasta que le toca a uno.

- Que humor – se quejo – la falta de sexo te afecta mucho, aunque casi siempre eres un cabrón – también era cierto, determinadas personas tenían acceso a mi lado amable, a los demás trataban con el demonio.

- Si te molesta, te jodes – y me fui rumbo a la sala de juntas. Reunión con unos posibles clientes, lo único que me faltaba. Y para colmo de males, el asistente del cliente, un doncel con el que tuve un revolcón tiempo atrás, no deja de tirarme indirectas. Una sortija de compromiso o de boda se me hacia urgente para ahuyentar a ese tipo y a los otros y otras como el, no es que fuera a caer en la tentación, porque no había una mínima posibilidad, el asunto es que me parece una falta de respeto hacia mi pareja que me coqueteen así. Porque si fuera al revés y un infeliz le coquetea a mi rubio, yo lo mataría, o mínimo lo torturaría, y me imagino que mi kitsune se sentiría igual. Hice notas mentales para comprarnos anillos de compromiso, lo mejor seria casarnos, pero no quiero presionar a mi rubio, además de que para casarme con el siendo menor de edad necesitaría la autorización del idiota de Sasori, y no quiero deberle nada, podemos esperar dos años para la boda. Además así me aseguro de que sea de ensueño, para que mi amor tenga todo lo que siempre soñó y mas, porque estoy seguro que ha soñado con una boda de cuentos de hadas y yo pienso dársela, eso y todo lo que me pida. No me importa malcriarlo al consentirlo tanto. Soy tan feliz por tenerlo a mi lado que cualquier cosa que pueda hacer por el me resulta insuficiente y tengo que dárselo todo y mas.

La reunión fue tediosa, pero productiva. El viejo era un desconfiado que quería que le expliquen hasta las comas en el contrato y en mi estado eso era demasiado. Gracias al cielo Kankuro y Sasori estaban ahí, porque si yo hubiera tenido que explicar algo, lo mandaba a pasear, y no a un  lugar bonito precisamente.

- Oye Gaara, Naru esta en casa, dijo que fueras a cenar allí – me aviso Sasori con su radiante sonrisa de enamorado. No es yo no estuviera enamorado, porque si lo estaba, total, perdida, loca e irremediablemente enamorado. La diferencia era que Sasori le hacia el amor a mi cuñado cada vez que se le antojaba, y se le antojaba mucho y yo no podía. Envidia, cochina envidia, lo admito, pero no podía despreciarlo, o quizás si. Suspiro, Naru se enojaría seguramente y no quería que se enojara conmigo, estábamos en una etapa de luna de miel, sin el sexo, pero si con todo  lo demás. No pude negarme y me fui con el idiota de mi primo y el más idiota de mi hermano. Realmente no entiendo como es que somos familia, somos tan distintos. Kankuro y Sasori parecen hermanos, porque son igual de imbéciles ambos. Debía preguntarle a mi padre si yo no era adoptado, porque con Temari tampoco tenia nada en común. En fin, solo quedan tres días, dos y medio en realidad porque el actual ya casi acaba. Después de esperar casi cuarenta días es increíble que las últimas horas se me hagan eternas, pero ya casi, casi puedo hacerlo mio. Sonreí pensando en lo que le esperaba a mi kitsune, no iba a retenerme, claro que no iba a lastimarlo con mi primitivo deseo, pero había comprado unos juguetitos para poder prepararlo correctamente y que pueda seguirme el ritmo. Además de que le había indicado a la cocinera una dieta rica en vitaminas y carbohidratos para esta semana. Tenia que asegurarme que mi Naru tuviera las energías necesarias para lo que tenía preparado, porque estaba claro que después de tanta espera una vez no iba a ser suficiente para quedar satisfechos. Aunque dudaba seriamente si algún día podría satisfacerme de él, me parecía imposible dejar de desearlo en algún momento.

Llegamos a la casa de mi primo, la pequeña Ayame corrió a mis brazos en cuanto me vio. Nadie entendía porque la niña me seguía, ya que según todos yo era un ogro y lo lógico seria que me temiera, pero no, mi preciosa sobrinita me adoraba.

- Tío – dijo feliz – tus hijos son muy lindos.

- Claro que lo son, se parecen a mi Naru – le respondí.

- Es mi Naru – se quejo y la mire mal, no pensaba compartir a mi rubio con ella, que se quedara con su papi.

- Lo siento tesoro, pero este precioso doncel es de mi absoluta propiedad – la puse en el suelo mientras abrazaba a mi rubio por la espalda - ¿verdad amor?

- Si pelirrojo posesivo – se burlo para luego besarme los labios – te extrañe.

- Y yo a ti – volví a besarlo, pero con mas profundidad hasta que un llanto nos separo. Takeshi lloraba en brazos de Pain como si lo estuvieran matando - ¿Qué le pasa? – me acerque para cargarlo pero lloro con mas fuerza. Naruto lo cargo y se callo.

- Esta desarrollando el complejo de Edipo – me dijo divertido Nagato – no le gusta que te acerques a su papi – todos rieron.

- ¿Es verdad? – le pregunte a mi esposo que alimentaba al pequeño, el me asintió sonriendo, al parecer le ponía feliz que su hijito lo celara – pero no esta bien, es decir, tengo todo el derecho del mundo de tocarte y él tiene que entender que eres mio.

- Gaara es un bebe, no tiene ni un mes – dijo mi cuñado divertido - ¿Cómo quieres que entienda algo así?

- No le queda otra – dije serio - ¿o cada vez que llore me vas a alejar?

- No creo que llore siempre – dijo riéndose mi rubio, al parecer era muy cómica la situación, para ellos, porque para mi era trágica.

- Gaara te explique que los varones tienen cierta posesividad con sus papis donceles – comenzó Deidara – no puedes contra ello, es la naturaleza, así como yo no puedo evitar que Ayame prefiera a Sasori que a mi ¿entiendes?

- Si entiendo, pero no lo acepto. Naruto es mio y mas les vale a esos mocosos entenderlo.

- Esos mocosos que son tus hijos – se burlo Kankuro.

- Exacto y si me molestan mucho los mando a un internado militar – todos rompieron a reír al escucharme – es verdad y desde ya te digo que no vamos a tener mas varones – las carcajadas fueron mayores, me había convertido en el payaso del grupo.

- Gaara, eres tan divertido – mi hermano me palmeo la espalda mientras reía – jamás imagine verte diciendo cosas tan irracionales.

- No son irracionales – respondí y me calle de inmediato, porque estaba siendo irracional. Suspire para calmarme. Deidara me había explicado lo del apego de los varoncitos con su papi y que yo debía ser lo suficientemente maduro para entender que Naruto era el papi de ellos y mi doncel y que si se acomodaba bien podría desempeñar ambos roles satisfactoriamente para todos. El asunto era que en mi estado de constante excitación y planeamiento de mi primera vez con Naru cualquier posible impedimento para concretarlo me caía como patada en el hígado. Es decir, esperar cuarenta días y cuarenta noches para que llegado el momento mis hijos me arruinen la fiesta. De ninguna manera, porque si no lo hacia mio iba a morir de deseo acumulado o me iba a volver completamente loco.

- Gaara ¿estas bien dattebayo? – me pregunto mi rubio y note que estábamos solos, los demás estaban en el comedor ya, me había perdido mucho en mis pensamientos.

- Si amor, estoy bien – le acaricie el rostro, no iba a preocuparlo con mis cosas.

- ¿Seguro? Te ves tenso y preocupado ¿paso algo en la empresa? – era tan inocente, no se daba cuenta porque me encontraba en ese estado.

- En la empresa todo bien, firmamos el contrato con el tipo de Europa y vamos a vender nuestros productos en todo el viejo continente – sonrió ampliamente y me abrazo mientras me felicitaba. Era un gran logro empresarial, lo sabia y en otros momentos hubiera tirado la casa por la ventana para celebrarlo pero en ese momento tenia en mi cabeza una sola cosa, o unas cuantas pero que implicaban lo mismo.

- Es genial mi amor, te felicito mucho – me beso castamente los labios – pensé que harías una fiesta como la otra vez cuando pasara – dijo con la duda pintaba en su hermoso rostro.

- Tengo pensado celebrarlo mas grande que la otra vez, pero primero tengo que resolver un asunto que me tiene inquieto – el asintió – cuando eso pase hare la fiesta mas grande y maravillosa, porque tenemos mucho que festejar ¿verdad? – asintió con un sonrojo y una tímida sonrisita.

- ¿Y que tienes que resolver? – Me tomo del brazo para que marcháramos al comedor – puedo ayudarte así acabas antes y hacemos la fiesta dattebayo – su ingenuidad me ponía al mil, pobre de mi pensaba. Le sonreí de medio lado y lo abrace por la espalda antes de unirnos a los demás.

- En un par de días amor vas a resolver mi problema, que es este – me apreté a el para que sintiera mi “problemita” y se estremeció – así que prepárate porque hasta que no quede totalmente satisfecho no voy a dejarte en paz – le mordí el cuello suavemente y me separe para adentrarme a la sala. Lo mire, estaba rojo como un tomate, con los labios separados y los ojos brillando de deseo. Le sonreí y le tendí la mano para que me siguiera. Yo sufría mi “tortura” pero no era el único y eso de alguna manera me aliviaba, porque significaba que mi rubio tenia tantos deseos como yo de hacernos uno.

Notas finales:

De que Gaara era un pervertido ninfomano ya sabiamos, pero aqui nos dejo en claro para que no tuvieramos mas dudas ¿verdad?

Pobre traserito de Naru ;)


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