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Amando de Nuevo por Serenamoon

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda, asi que aqui les dejo el capitulo siguiente como todos los jueves.

El titulo dice mucho, asi que no adelanto nada y veamos como el rubio mas querido del mundo yaoi enfrenta un dilema existencial... no tanto pero quedaba bien.

Aprovecho para aclarar unas dudas:

Gaara tiene 22 años y Naru 15, casi 16 años.

CONFUNDIDO

Mi trabajo consistía en ordenar y organizar los papeles en la oficina de Gaara y de paso ser algo así como su asistente, tomar sus llamados, programar citas y esas cosas, no requería demasiado esfuerzo físico pero si era agotador. Las montañas de papeles no disminuían. Recién luego de casi tres meses la oficina no parecía un campo de batalla.

- Lo has hecho excelente Naruto – comento mi jefe – ahora puedo encontrar cualquier cosa sin tirar todo lo demás – asentí orgulloso, porque era verdad, uno de los motivos por el cual no acababa de ordenar era porque el siempre buscaba algo y me tiraba todo de nuevo, pero ya no lo haría. Cada cosa estaba en su lugar con sus rótulos bien grandes para que cualquiera supiera lo que había en cada cajón o estante.

- Ha sido duro pero lo conseguí – comente con una sonrisa y me deje caer en el sofá – he pensado que debes cambiar el mobiliario de tu oficina – él lo medito – esa silla es una pesadilla para la espalda y los resortes de este sofá amenazan con meterse en el trasero de quien se siente y ni hablar de las mesas, la madera esta tan gastada.

- Entendí el punto, mi oficina es un asco – asentí y el se sentó junto a mi – auch – se quejo – un maldito resorte quiso violarme – ambos reímos por ese comentario y sentí algo en mi vientre – ¿estas bien?

- Si, si, solo que se movieron un poco – esa fue la primera vez que mis bebes dieron señales de vida y me emocione mucho – otra vez – tome su mano y la apoye en mi vientre – ¿lo sientes? – pregunte y el asintió sin quitar la vista de mi estomago – es increíble, ¿verdad?

- Si lo es – dijo serio mientras se ponía de pie y se acercaba a la ventana para abrirla y comenzar a fumar. Se había puesto serio de repente, como pasaba siempre que hablábamos de mis bebes.

- Gaara – lo llame pero no me miro – ¿algún día me dirás por que te afecta tanto mi embarazo? – fijo sus ojos en mí, me pareció que estaban cristalizados, reteniendo las lagrimas que pedían salir, pero él no lloraba, nunca lo hacía.

- Es una historia complicada – dijo por la bajo – ve a casa Naruto ya terminaste por hoy.

- Aun me queda una hora puedo – quise replicar pero su mirada me dejo mudo – nos vemos mañana jefe – me despedí y en silencio me marche de la oficina. Sin poder evitar pensar en que le pasaba a Gaara, se notaba que escondía una gran tristeza en su alma, y me sentía culpable por no poder ayudarlo. El había hecho tanto por mí, aun lo hacía y yo solo ordenaba sus papeles. Bufe frustrado y me olvide de todo cuando el aroma a chocolate inundo mis fosas nasales, mis antojos eran imprevisibles y corrí a buscar mi porción de pastel en la cafetería del frente.

Al llegar a casa me sorprendió el silencio, por lo general Ayame se la pasaba gritando y lanzando cosas, era un niña por demás hiperactiva, a sus casi dos años ya caminaba y hablaba con fluidez, pero lo que más le gustaba era ordenarnos cosas y gritarnos cuando no la obedecíamos. Subí las escaleras y unos extraños sonidos me alertaron, quizás habían entrado ladrones. Lentamente recorrí el pasillo y descubrí que los sonidos venían de la habitación de mi hermano, mi sangre se helo pensando que algo malo podría pasarle y abrí la puerta dispuesto a enfrentarme con la amenaza. Me quise morir al ver la escena que tenía enfrente. Dei y Sasori estaban en la cama desnudos, el primero montado sobre el segundo y por lo agitados que estaban se notaba que lo estaba cabalgando, ambos me miraban congelados y yo me golpee mentalmente por ser tan idiota.

- Lo siento mucho – cerré la puerta – sigan en lo suyo que ya me voy – sin pensarlo me lance por el tubo y me marche de la casa. La situación había sido incomoda pero me dio gusto saber que mi hermano estaba rehaciendo su vida y mas con Sasori que era un hombre ejemplar. Camine por un largo rato, no tenia donde ir, no quería molestar a mis amigos y tampoco era prudente andar en la calle siendo que ya anochecía así que me dirigí a la oficina, tenía llaves y seguro que mi jefe ya se había marchado. En el camino me compre la cena y cuando llegue ni me moleste en no hacer ruido, simplemente abrí la puerta, la cerré y subí las escaleras para llegar a la oficina de Gaara, cuando iba por el pasillo tuve un deja vu, sonidos extraños salían de la oficina. Me imagine a Gaara teniendo sexo pero descarte la idea, el no parecía de ese tipo, lo más probable es que fueran ladrones. Abrí la puerta con sigilo y sentí que me lanzaban un balde agua helada. Gaara estaba en la oficina, embistiendo a una mujer que estaba boca abajo sobre su escritorio, la reconocí, era una cliente de la empresa, ambos me miraron cuando irrumpí y yo no puede hacer nada más que dejar caer mi comida y salir corriendo de allí. No comprendí que me pasaba. Haber visto a Deidara con Sasori me dio mucha felicidad pero verlo a él me molestaba y no comprendía el motivo. Camine hasta un parque unos minutos y luego me senté en un columpio mirando el cielo, intentando que ese malestar se alejara de mí.

- ¿Que haces en la calle a estas horas? – reconocí su voz no me gire, no quería verlo y recordar lo que acababa de presenciar – ¿por qué no estás en casa?

- Dei y Sasori estaban haciendo lo mismo que tu así que quise darles privacidad – respondí tranquilo, el suspiro y se sentó junto a mi – en un rato me voy, lamento haberte interrumpido.

- Lamento que me vieras en esa situación – no lo mire – espero que no pienses mal de mí.

- No tengo que pensar nada de ti – me puse de pie y lo encare – eres un hombre joven y soltero, tienes tus necesidades que satisfacer – comencé a alejarme – te veo mañana.

- Espera te llevo – quiso seguirme.

- Quiero caminar – respondí y seguí sin mirarlo, el no insistió mas y se lo agradecí, no tenía ganas de enfrentarlo. Al llegar a casa mi hermano y Sasori me explicaron que estaban juntos, como pareja y me puse muy feliz por ellos, se lo merecían y les desee lo mejor de corazón. No les comente lo de Gaara, no quería arruinarles el momento además que no correspondía, era su vida y el que a mí me molestara era mi problema. Con eso en mente me di una ducha y me fui a dormir. Al día siguiente fui a la oficina como si nada, aunque me dio un poco de asco y no sé que mas acercarme al lugar donde los había visto, Gaara pareció notarlo porque al mediodía me encomendó una tarea.

- El lunes voy a darte un presupuesto para que me compres muebles nuevos – asentí nada mas – pensé que te emocionaría mas.

- Lo siento, son las hormonas del embarazo – le sonreí como pude, por suerte para mí esa excusa me salvaba de dar muchas explicaciones, el asintió no muy convencido.

- Sobre lo de anoche.

- Ya te dije que no tienes que explicarme nada, es tu vida, tu cuerpo y tu maldita oficina – me salió más molesto de lo que pretendía, pero es que estaba molesto, el me miro sorprendido – ahora si me disculpas tengo que repartir esto – tome unos informes y me fui a dejarlos en las demás oficinas, quería terminar y largarme, tenerlo cerca me hacía sentir incomodo y estar en esa oficina me llenaba de coraje. Lo evite casi todo el día y cuando llego mi hora de salida me largue sin despedirme, necesitaba alejarme de él. Decidí que visitaría a mis amigas así que llame a Ten-Ten y me dijo que fuera a casa de Hinata y Hanabi y así lo hice. Al llegar me encontré con que los chicos estaban ahí también y nos pusimos a hablar idioteces.

- Oye Naruto ¿que tienes? – pregunto Kiba interesado.

- Nada – dije rápidamente al notar que todos me miraban.

- Por favor, tú no piensas tanto – dijo Neji y lo mire feo.

- No me pasa nada – repetí y no me creyeron – es que estoy confundido – confesé – anoche me paso algo y no he podido dejar de pensar en ello.

- Cuenta y te ayudamos – dijo Hanabi, lo analice unos instantes y luego asentí. Les conté todo, lo de mi hermano y Sasori que me hacia feliz y lo de Gaara y como me molestaba.

- Es obvio que estas celoso – dijo Neji – te gusta tu jefe – negué con la cabeza, eso no era posible – esos son celos rubio.

- No, no, no – eufóricamente negué -  a mi no puede gustarme nadie y menos él, solo me moleste porque es nuestro lugar de trabajo y por las hormonas del embarazo, eso me tiene muy irritable.

- No – dijo Neji serio – estas celoso y tu jefe te gusta, ¿porque lo niegas? – me puse de pie bruscamente.

- He dicho que no me gusta – le grite – ya me voy estoy cansado.

- Naru – Hanabi quiso interceder.

- En serio estoy cansado y hormonado, nos vemos el lunes – me despedí de ellos y me fui. A mí no me gustaba Gaara, no podía gustarme, eso sería suicidio. Seria sufrimiento gratis y yo no quería eso. El jamás se fijaría en mi, un hombre tan guapo, inteligente, atractivo, sexy, amable, protector. A medida que enumeraba sus virtudes me daba cuenta de que Neji tenía razón, me gustaba Gaara y quizás algo mas también. Sin poder evitarlo comencé a llorar, pensando que otra vez me tocaba sufrir por amor. Me parecía tan injusto, tan masoquista. ¿Es que no podía fijarme en alguien a mi nivel? Gaara solo me tenía cierto cariño y hasta creo que lastima, pero estaba seguro que jamás se sentiría atraído por mí.

Notas finales:

Pobre mi Naru piensa que no esta a la altura del mapachito!!!


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