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POCION por Orseth

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Notas del capitulo:  

YA HA!!!... HOLA, HOLA PANDILLA AMANTE  DEL LEMMON... ORSETH  REPORTANDOSE  DESPUES DE ESQUIVAR TIPO INDIANA JONES TOOOODAS LAS MALDICIONES HABIDAS Y X HABER.

SE QUE ESTO  CAUSARÁ ÁMPULA EN MUCHOS....  MUAJAJAJAJA!!!!

ESO  LES PASA X AMENAZARME!!!   XD

 

                                                                                                                        CAPITULO 40

 

          Por lo general, los días lunes le daban pereza a todos los estudiantes, y Harry no era la excepción, que aunque le encantaba estar en Hogwarts, a fin de cuentas era un chico como cualquier otro; sin embargo, ese día se sentía de maravilla, se sentía contento y con ganas de iniciar el día; con el transcurso de las horas, su humor no cambio para nada, tanto así que aunque solo tenía una hora libre, decidió ayudar a Ron con su entrenamiento de Quidditch.


          Entonces los vio, vio a Draco y a Blaise caminar hacia atrás de las gradas, los vio un tanto nerviosos y le dio inquietud por saber lo que harían en ese lugar; con Ron atrás de él, simplemente no pudo resistir la duda y se dirigió hacia las gradas; se quedó quieto, simplemente tieso al ver como Blaise se acercaba lentamente a Draco y acercaba su rostro al  Slytherin quien en vez de retroceder o hacer algo para evitar el contacto, levantó el rostro.


          No podía ver bien el rostro de Blaise, ya que quien le daba la espalda era Draco, pero hubo un momento en que el beso fue intensificándose por lo que Draco ladeo la cabeza y volvió un poco el rostro; entonces lo vio... vio como Draco abría la boca mientras cerraba los ojos; lo vio poner las manos en los brazos de Blaise y lo único que atinó a hacer, fue  observar.


          ¿Segundos, minutos?... no lo supo con certeza, él solo veía como las manos de Blaise comenzaron a tocar a aquel chico que tantas veces le dijo que sólo él había tocado; esa boca que supuestamente sólo él había besado; un beso que sin darse cuenta lo había dejado sin aire.


          Luego vio a Draco separar bruscamente a Blaise mientras le decía algo, algo que no escuchó por estar un poco lejos; sin embargo no necesitaba escuchar nada, con lo que había visto había sido suficiente; fue entonces cuando el chico Slytherin de color lo vio, hecho que provocó que el chico rubio se volviera a verlo.


          Ya no vio, ya no escuchó... ni siquiera sintió nada cuando sus pies lo alejaron automáticamente de aquel lugar y lo llevaron de regreso al castillo ante la confusión y protestas de Ron; sentíase como en trance cuando llegó a su habitación, y como si fuera un zombi, se metió en su cama no sin antes correr el dosel y quedarse sentado con las piernas cruzadas en la cama mirando sus manos sin ver.


          Completamente desconcertado, Ron solo atinó a sentarse en su cama, de alguna manera intuía que algo había pasado con Harry, pero tambien intuía que era mejor no molestarlo, así que solo permaneció sentado en su cama sin decir una sola palabra.

          Harry permanecía dentro de su cama como si ésta se tratara de una especie de capullo; su mente no pensaba, estaba en blanco; en medio de su shock comenzó a percibir ciertas sensaciones que pugnaban por salir a flote; inconscientemente comenzó a reprimirlas, como cuando se tragó los sentimientos y ganas de llorar ante la señora Weasley el día en que mataron a Cédric; comenzó a respirar tranquila y profundamente mientras cerraba los ojos y dejaba salir otro sentimiento, sentimiento que Ron probó al intentar hablar con él.


          -Harry... amigo, ¿estás...?


          -¿¡Qué demonios quieres, Ron?!  -exclamó Harry abriendo de golpe el dosel de su cama dejando al pelirrojo con la boca abierta.


          -Yo... solo quería saber si estás bien.


          -¿¡Que no me ves?!... ¿¡acaso tengo que estar bailando para que todo el mundo vea que estoy bien?!  -estalló Harry bajando de su cama de un tirón y saliendo del cuarto dando un portazo.


          Comenzó a caminar con paso veloz sin saber exactamente donde iba; en realidad no tenía un rumbo determinado en mente, de lo que si se daba cuenta, era de que el sentimiento de pérdida que arrastró toda su vida y que hacía mucho tiempo ya no tenía, estaba volviendo con una fuerza increíble; sus pasos cada vez fueron haciéndose mas rápidos hasta convertirse en una carrera, como si quisiera huir de los sentimientos que amenazaban con salir.


          Sin darse cuenta, sus  pasos lo llevaron hasta el sauce boxeador, en donde finalmente detuvo su carrera; fue ahí que decidió que no permitiría que nadie más le quitara nada, ni su tranquilidad, ni su vida común y corriente, la vida simple que tanto anheló... mucho menos Draco Malfoy.


          -Que juegue su juego... -dijo en voz alta con la respiración entrecortada por el esfuerzo-  no me interesa.

          Cuando pasó lo del salón de pociones y vio a Draco salir dando un portazo, tomó un caldero para seguir con su castigo, pero después de unos segundos lo arrojó contra los otros provocando una pequeña avalancha de calderos mientras murmuraba sintiendo un nudo en la garganta.


          -Estúpido Slytherin... lastimaste mi orgullo... si... eso ha sido... mi tonto orgullo de Griffindor...

 

          Cuando Draco salió del salón, intentó parecer normal; sus ojos comenzaron a empañarse por lo que comenzó a respirar profundamente intentando deshacer el nudo que sentía en la garganta; ese cúmulo de sensaciones que  sentía le ahogaban el corazón y lastimaban su  pecho; inclinaba un poco la cabeza cuando alguien pasaba a su lado; tragó en seco varias veces mientras parpadeaba intentando contener el torrente de sentimientos que amenazaban por desbordar.


          No sabía a dónde ir, solo quería ocultarse, solo quería estar solo; así que caminó y caminó hasta que sus pasos lo llevaron a un solitario pasillo; ya ahí se recargó en un barandal de piedra y respiró profundamente con los ojos cerrados; no supo cuanto permaneció ahí, oyendo a lo lejos alguna que otra conversación a medias, el sonido de pasos apresurados o simplemente silencio; finalmente llegó la hora de la cena a la cual no se presentó.


          Mientras tanto, en el comedor ya se encontraba Harry, quien después de limpiar los calderos se había dirigido a la biblioteca a estudiar; tambien estaban Hermione y Ron, quien después de ser blanco de la furia de Harry había preferido mantenerse un tanto alejado; pero entonces, para hacer platica con Neville y Seamus, quienes tambien estaban ahí, dijo muy animado:

          -¡Oigan chicos!, ¿qué creen que vimos ayer  Harry y yo atrás de las gradas?


          -Déjalo Ron... -dijo de repente Harry sin dejar de mirar su plato.


          -¿Eh?... ¿qué dices?  -exclamó Ron extrañado.


          -Que olvides eso.  -respondió Harry con rostro serio.


          -¿Que pasa contigo?  -exclamó Ron un tanto fastidiado por la actitud de Harry.


          -Escucha...  -dijo Harry bajando la voz ante las miradas curiosas de Hermione, Seamus y Neville-  lo que ellos hagan con sus vidas es cosa que no nos interesa.


          -Precisamente por eso, Malfoy es un idiota del cual no tengo reparos en hablar.


          -Pero lo que vas a decir no es cualquier cosa... creo que si fueron a ese lugar es porque no querían ser vistos.


          -Pues la culpa la tienen ellos por no elegir un mejor lugar para cogerse.


          Harry solo se volteó a mirarlo y dijo:


          -Haz lo que quieras.  -y sin decir más se levantó dejando a Ron algo contrariado, ya sin ganas de mofarse de Malfoy ni de Zabinni, ni de nadie.


          -¿Qué le pasa?  -preguntó Hermione en cuanto Harry se fue.


          -Ni idea... -respondió Ron-  pero esta de un maldito humor desde ayer, que da miedo.


          -¿Porqué?


          -No lo sé.


          En otro lugar del castillo, Draco regresaba a su habitación con un tremendo dolor de cabeza; tomó una poción para dormir y se acostó; al cabo de quince minutos, entró Blaise, quien al ver las cortinas corridas, titubeante susurró:


          -Draco... Draco ¿estás despierto?  -pero al no obtener respuesta, con cuidado se acercó a abrió una cortina; entonces  vio a Draco profundamente dormido; así que corrió un poco el dosel aprovechando que no había nadie en la habitación aparte de ellos.


          Draco dormía boca arriba, con el largo y brillante cabello rubio desparramado en la almohada, el rostro de lado y los labios ligeramente abiertos; Blaise tomó un suave mechón entre los dedos y llevándoselo a los labios, lo besó suavemente mientras una lágrima cristalina corría por su mejilla.


          -Draco... -murmuró mientras pasaba un dedo por la mejilla del durmiente-  ¿porqué tuve que enamorarme de ti?... si tú me amaras yo... yo... ¡oh, yo te querría tanto, Draco!... no... ya te quiero...  -en eso, varios pasos en el pasillo lo hicieron levantarse rápidamente y correr el dosel.


          Al día siguiente, Draco se levantó cargándose un humor de perros, llegó tarde a desayunar y para colmo de males, una pequeña niña Slytherin de primero, volcó su vaso de jugo de calabaza junto a él manchándole una manga; eso bastó para encender la mecha que estaba a punto de estallar.


          -¿¡Cómo puedes ser tan torpe, niña estúpida?!


          -¡Perdón!  -exclamó la niña con expresión de espanto.


          -¿¡Crees que con eso se arregla todo?!... ¡límpialo, no te quedes ahí, viendo como tarada!


          -¡Yo... si, si!... -exclamó la pobre niña sacando su varita.


          -¡Y mucho cuidado con arruinar mi túnica!


          Todo el mundo veía la escena con expresión de reproche unos y conmiseración otros, pero nadie se levantaba a hacer nada; hasta que cierta castaña no pudo más y se levantó de su asiento para dirigirse con paso seguro hasta la mesa de Slytherin.


          -Basta Malfoy, deja a la niña en paz.


          -¿Y tú que te metes, Granger?  -respondió Draco poniéndose de pie-  ¿porque no mejor te vas a lavar trastes con los elfos domésticos?... esa ayuda si la apreciarían.


          -¡¿Pero que se ha creído ese idiota?!  -exclamó indignado Ron levantándose y dirigiéndose hacia ellos.

 

          -Lárgate ya... -dijo Draco a Hermione-  y deja que esta niña estúpida resuelva lo que hizo.


          -La estás asustando Malfoy,  -respondió Hermione sin amedrentarse-  por eso no puede limpiar tu túnica, además fue un accidente.


          -¿Necesitas ayuda, Hermione?  -dijo Ron llegando hasta donde estaban ellos.


          -Vaya, vaya... -dijo Draco alzando una ceja y sonriendo sardónicamente-  la comadreja al rescate.


          -Mejor cállate marica... -dijo Ron borrando la sonrisa de Draco.


          -¡Ron!  -exclamó Hermione.


          -Si no quieres que tu secretito se sepa... -continuó Ron haciendo caso omiso a Hermione-  será mejor que...


          -Déjate de estupideces... -interrumpió Draco recobrando la compostura y hablando un poco más bajo-  a mi no me amenazas... si lo que quieres es ir pregonando no se qué mentiras, anda... puedes hacerlo... en cambio yo diré que tienes conocimiento de ello porque tú jodiste conmigo.


          -¡Eres un...!  -exclamó Ron intentando sacar su varita.


          -¡No, Ron!  -dijo Hermione deteniéndole el brazo.

          -¿Ahora eres la defensora oficial de los Slytherin... sangre sucia?


          -Basta Malfoy... -dijo de pronto Harry apareciendo atrás de sus amigos-  no te pases.


          -¡Vaya!... -exclamó Draco arrastrando las palabras-  ¿Tú tambien cara rajada?... ya que estamos todos reunidos ¿porque no hacemos una fiesta?... digo, ya tenemos a los payasos y a la prosti...


           ¡plaff!   Se escuchó de pronto provocando un silencio sepulcral en todo el comedor debido al tremendo bofetón que Harry le había propinado a Draco.


          -Te dije que te calmaras Malfoy... -dijo Harry sintiendo arder su mano-  con ellos no te metas.


          Con la mejilla roja debido al golpe, Draco sonrió sin siquiera hacer el intento por sobarse.


          -San Potter... -dijo Draco enderezándose y acomodándose la túnica-  tal parece que no has cambiado nada desde la guerra... sigues siendo el mismo imbécil corriente de siempre... ni siquiera el remedo de padre que tienes en el ex convicto de Sirius Black te ha servido de algo,   -Al oír eso, Harry cerró los puños intentando contenerse-  hazlo Potter... -susurró Draco entrecerrando los ojos y alzando el rostro desafiante-  no te contengas... de nuevo dame la razón.


           -Tienes toda la razón, Malfoy... -dijo Harry al fin-  hay personas que nunca, por más que traten... dejarán de ser la misma basura de siempre.


           En respuesta, Draco volvió a sonreír y dirigiéndose a la niña que miraba todo sin mover un dedo a un lado de él, dijo:

           -Tú quítate, estorbo.  -y sin más, les dio la espalda y se alejó de ahí.


           Draco salió del comedor con todo el temple del que podía ser capaz en aquellas circunstancias, pero en cuanto estuvo fuera de la vista de todos los que estaban en el comedor, salió corriendo tropezando justo con:


          -¡Draco!  -exclamó Blaise al verlo más pálido de lo normal-  ¿te sientes mal, quieres que te acompañe a la enfermería?


          -No... estoy bien.  -dijo Draco mirándolo a los ojos.


          -Pero...


          -¡Dije que estoy bien!  -exclamó Draco emprendiendo su camino con paso veloz.


          Cuando llegó al refugio que representaba su habitación, en esos momentos vacía, Draco se recargó de espaldas en la puerta, cerró los ojos y respiró profundo; luego caminó lentamente hasta su cama, manteniendo a duras penas la mente en blanco, resistiéndose a pensar... resistiéndose a sentir; entonces miró el libro que tenía en el pequeño mueble que estaba junto a su cama, y con gran pesar recordó algo; tomó el libro y lo abrió para sacar la carta que hacía días le había llegado y que inconscientemente se había esforzado por olvidar; con manos temblorosas rompió el sello de la familia Malfoy y sacó el pergamino cuidadosamente doblado.


 
           "Querido Draco"


 
                 Tu padre y yo te tenemos excelentes noticias, ¿recuerdas la chica de la cual te enviamos la fotografía la vez pasada?... pues olvídala, tu padre  ya consiguió la esposa perfecta para ti, su familia tampoco tiene tan buena reputación como la nuestra, pero lo que si tiene es su fortuna casi intacta y su abolengo procede de sangre pura; hemos decidido que la reputación nunca la recobraremos tal cual la teníamos antes, así que todo esfuerzo en ese  aspecto sería inútil; por lo tanto, la mejor estrategia es buscar a alguna familia con poder, aunque no tenga buena fama, para unir nuestra fuerza y ser  lo que solíamos ser en el pasado... una familia con influencias.


               La chica es linda, te envío su fotografía en el sobre, y como podrás darte cuenta, ya todo está solucionado, respecto a detalles de fechas y todo eso, no te preocupes, esperaremos un poco, cuando menos a que terminen el colegio, ya que no crean que no consideramos que son demasiado jóvenes para hacer esto; pero tampoco podemos esperar tanto, así que ve haciéndote a la idea de que muy pronto serás el marido perfecto que toda chica casadera  desea.
                                                                                                                 
 
                                                                                                                                         Te ama, mamá.              
 
 


         

Notas finales:

SI, SI... YO TAMBIEN LOS AMO... XD

MUAJAJAJAJA!!!!!


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