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POCION por Orseth

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 CAPITULO 47

 

            -¿Qué es?...  -repitió  Harry guiñando un ojo-  la lección tres, querido Malfoy. -y diciendo esto, volvió a empinar a Draco y con violencia le introdujo el pene de madera.

            -¡Agh!... ¡Ha...Harry!... ¡por favor!

            Cuando el pene estuvo instalado en el interior de Draco, Harry se levantó y tomó su varita de la mesa diciendo:

            -Mi varita hará de control remoto, en el mundo muggle le llamaría un dispositivo electrónico, pero no importan los tecnicismos ahora, ¿no crees?

            Sin entender una sola palabra y sin importarle mucho en realidad, Draco solo sabía que lo que pasaría a continuación iba a ser muy, pero muy malo.

            -¡Detente Harry!... ¡te lo suplico!

            -Muy bien, potro salvaje... -dijo Harry haciendo caso omiso a las suplicas de Draco-  quiero que relinches para mi... -y señalándolo con la varita, dijo: -"enciende"

            Una pequeña descarga eléctrica se dejó sentir en el interior de Draco,  que a pesar de no ser tan potente, estando en un lugar tan sensible, le provocó un dolor que nunca en su vida había imaginado llegar a sentir.

            -¡aaaaaagh!.... ¡aaaaaaaaaah!... ¡Dios mío, Dios mío... ayúdame!  -exclamó Draco con sollozos desgarradores.

            Sin compadecerse en lo más mínimo, Harry  se inclinó y dijo:

            -Tu Dios soy yo... así que a quien debes suplicarle es a mí.

            -¡Mi señor!... -gritó Draco-   ¡com-compadécete de mí!...

            Harry detuvo las descargas unos momentos para luego reiniciar la sesión; el cuerpo de Draco se agitaba en terribles espasmos de dolor, mientras seguía gritando:

            -¡Basta, basta!... ¡por favor, te lo suplico!

            -¿Te duele?

            -¡Si!... ¡me... me duele mucho!

            -¿Quién soy, Draco?

            -¡Mi... mi dueño!

            -¿Y tú que eres?

            -¡Yo soy...!... ¡aaaaaah!... ¡soy tu esclavo!

            Harry detuvo las descargas y el cuerpo de Draco se quedó quieto movido solo por sus fuertes sollozos, y el cuestionamiento continuó.

            -¿De quién eres, Malfoy?

            -Soy... soy tuyo... mi señor... -respondió Draco sintiéndose sometido de tal manera que se sentía pequeño y perdido, tan desvalido como si fuera un niño; Harry estudió su expresión y dijo:

            -Bésame.

            Draco se levantó trabajosamente, y en vez de darle un beso fugaz como había hecho anteriormente, abrió su boca y atrapó la de Harry como si fuera la última gota de agua en el desierto, y recorrió su interior como si quisiera devorarlo; luego Harry se separó y dijo:

            -Buen niño... ahora cambiemos de juego.  -dijo Harry metiendo una mano en su bolsillo y sacando una vela; Draco lo vio y comenzó a temblar al tiempo que decía:

            -¿Q-que... me... vas a hacer?

            -Cállate,  -respondió Harry propinándole una fuerte bofetada-  no puedes hablar sin mi permiso.

            -Lo siento... -susurró Draco.

            Harry encendió la vela y la puso en un mueble al lado de la cama que había en el fondo de la habitación, regreso donde Draco para desatarlo, no  sin antes sacarle el pene de madera para su gran alivio, luego lo instó a ponerse de pie, pero las piernas de Draco no pudieron sostenerlo y cayó al piso; lo que Harry hizo fue levantarlo en brazos y dirigirse con él a la cama, y en el transcurso pudo sentir a través de su ropa, el cuerpo caliente de Draco, y el aroma de su cuerpo llegó  a su nariz, el cual aspiro profundamente apretándolo contra si arrancándole un gemido al maltratado Slytherin.

            -Bueno... -dijo Harry depositándolo en la cama-  recuéstate.

            A pesar del dolor, Draco obedeció y pronto quedo tendido en la cama cuan largo era; Harry tomó la vela y se recostó a su lado y empezó a dejar caer gotas de ardiente cera derretida en el pecho de Draco, quien al estar lleno de verdugones, sentía que la cera le abría la piel como si fuera un cuchillo.

            -¡Auch!... ¡quema!... -gimió Draco apretando los dientes.

            -Shhhh...  -respondió Harry continuando su labor.

            -¡aaaaay!... por favor... -exclamó Draco bajito.

            Gran parte de la piel de Draco recibió el beso de la ardiente cera; tal era el dolor que su cuerpo no dejaba de temblar, y pequeños sollozos contenidos escapaban de su garganta; pero ya no se atrevía a quejarse abiertamente por miedo a ser castigado: después de un buen rato, Harry apagó la vela y con los labios empezó a quitar la que ya estaba fría; pensando que le iba a doler mas, Draco apretó los dientes, pero los labios de Harry eran tan delicados como el toque de la seda movida por el viento.

            -Relájate... -dijo Harry.

            Draco no respondió  porque no había recibido permiso para hablar, y para su sorpresa, la lengua que recorría su cuerpo desnudo, fue apaciguando el dolor; en donde no pudo reprimir un gemido, fue cuando la boca de Harry llegó a su pene; en el cual, para desilusión del rubio, solo se detuvo unos instantes.

            Entonces, ya tendido de espaldas, Harry se levantó y comenzó a desabotonar su camisa mientras miraba como Draco permanecía con las piernas encogidas y los ojos cerrados; y cuando quedó totalmente desnudo, se recostó junto  a él quien se estremeció al sentir el peso de Harry en la cama.

            Recargándose en un codo, Harry se acercó a Draco para atrapar sus labios en un brusco beso; exploró su interior con gran deleite, y luego hundió su cara entre su cuello y mejilla mientras enredaba sus manos en la rubia cabellera; cuando hizo eso, el aroma de Harry llegó a la nariz de Draco, quien abrió los ojos poco a poco dejándose invadir por el sentimiento que le provocaba ese olor tan sensual y familiar; sus ojos se inundaron de lágrimas, pero ya no de dolor físico, sino de un dolor que le destrozaba el alma... el dolor de saber que esa noche iba a ser la última; sin mover los brazos que permanecían en sus costados, apretó los puños; sea como haya sido,  esa noche era una de las más importantes de su vida, porque aquella persona que tanto amaba, se había tatuado a fuego en su piel.

            El Harry que lo había sometido y que estaba poseyéndolo ahora, era un Harry que nunca nadie vería jamás; ese chico... él y solo él había sido capaz de llevarlo hasta el extremo mismo de la desesperación y de la dicha; nadie más lo había hecho y nunca nadie lo haría jamás.

            Poco a poco fue levantando sus manos hasta ponerlas en la cintura de Harry ante la extrañeza de éste, quien dijo:

            -Ni lo intentes, no voy a detenerme.

            -Y yo nunca te lo permitiría... -respondió Draco en un susurro.

            -¿mmm?... -Harry miró algo confundido los cristalinos ojos plateados y lo que vio en ellos no fue precisamente el deseo de escapar.

            -Harry...  -murmuró Draco tocándole una mejilla suavemente-  no te detengas... hazme el amor...

            Se miraron  fijamente por un instante... un segundo... y sin intercambiar mas palabras, se abrazaron efusivamente mientras sus bocas chocaban en un salvaje beso; tal parecía que querían devorarse, como si en ese beso se les fuera la vida; Draco enredó sus dedos en la cabellera azabache y cerró sus puños en ella  arrancándole un gemido a Harry, quien no hizo nada más que continuar devorando a Draco.

            -¡Oh si!...    -gimió Draco al sentir como Harry succionaba y mordía su cuello provocándole manchas purpuras al tiempo que se acomodaba entre sus piernas.

            Draco las abrió para dejarlo acomodarse, podía sentir la erección de Harry, pero el salvaje Griffindor tenía planeado disfrutar más el cuerpo del Slytherin antes de penetrarlo, así que continuo su recorrido hasta los rozados pezones, los cuales succionó con fuerza haciendo que Draco se arqueara de placer.

            Cada rozón, cada caricia en la resentida piel de Draco le provocaba dolorosas sensaciones que aunadas a la boca de Harry, recorrían su cuerpo hasta llegar a sus genitales haciendo que despertara una gran erección; para ese entonces, Harry había descendido mas y ya besaba su vientre mientras su mano se encargaba de la erección del rubio.

            -¡Oh!...  -gemía Draco mordiéndose los labios mientras estrujaba las sabanas con las manos; lentamente desquiciante, la boca de Harry fue descendiendo hasta llegar  a su anhelante pene-  ¡ya Harry!... -exclamó Draco empujándole la cabeza con las manos-  ¡ya chúpamelo!... -Sonriendo por la evidente urgencia de Draco, Harry engullo de una sola vez y relajando su garganta, todo el pene de Draco-  ¡por Merlín!... -gimió Draco mientras sus piernas comenzaban a temblar debido a la ola de sensaciones que la caliente boca de Harry estaba provocándole.

            Harry las tocó y comenzó a acariciarlas... ¡como le enloquecían las piernas de Draco!... tan firmes y suaves... del color de la perla...

            Besó el interior de los blancos muslos, frotó su mejilla en ellos disfrutando su suavidad y luego volvió a besarlos, y así continuó... repartió besos por todo lo largo de la pierna hasta llegar al pie, luego lo hizo ponerse bocabajo y haciendo a un lado la larga cabellera, comenzó a besarle a espalda, espalda caliente y sensible debido a los azotes al igual que sus nalgas, parecidas ya a  dos manzanas rojas; Harry las separó y pasó su lengua por la dolorida entrada, lo hizo ponerse en cuatro para alcanzarla con más facilidad.

            La boca de Harry no era tan gentil, atacaba con fiereza, lamiendo y clavando su lengua con ímpetu provocando que gotas de liquido pre seminal escaparan del pene de Draco, quien se dejó  caer poco a poco en la cama entre suspiro y suspiro; se puso de costado mientras Harry se le ponía encima besando su pierna, su cadera, su cintura, su hombro sosteniéndose con los brazos.

            Draco permanecía con los ojos cerrados, su sensible piel amplificaba cada caricia al máximo... y solo se quedaba quieto... intentando grabar en su memoria cada gesto, cada beso, cada caricia...

            Harry entonces, con una mano le toco el hombro empujándolo para ponerlo de espaldas, solo así, Draco abrió los ojos; unos enormes y profundos ojos verdes le devolvieron su reflejo; entonces alzó los brazos y rodeo el cuello de Harry quien se dejó caer sobre él besándolo con frenesí al tiempo que se acomodaba de nuevo entre sus piernas; Draco subió sus rodillas para dejarlo acomodarse mejor, entonces Harry tomó su propio pene friccionándolo un par de veces para acomodarlo en la entrada de Draco, quien no pudo evitar tensarse al recordar todo lo que había sufrido en  los últimos momentos.

            Habiendo colocado la punta de su pene, Harry lo  penetro de golpe arrancándole un pequeño grito, levantó sus piernas y se las acomodó en los antebrazos, luego levantó su cadera y la dejó caer comenzando a penetrar a Draco una y otra vez.

            -¡Rayos!... -exclamó Draco cubriéndose la cara con ambas manos sintiendo que se partía en dos, pero luego las quitó para mirar a Harry; y vio que lo miraba fijamente, con su hermoso rostro empapado en sudor y su oscuro cabello pegado a la cara.

            Y Draco sonrió... sonrió porque al final había conseguido lo que quería... un recuerdo imborrable de Harry Potter; se sintió tan conmovido porque ese Harry Potter era suyo, suyo y de nadie más; entonces puso sus manos en las mejillas de Harry y dijo:

            -Hazlo... más fuerte...

            Ni tardo ni perezoso, Harry comenzó a penetrarlo más duramente diciendo:

            -¿Sabes porque me gusta hacerte el amor mirándote de frente?... porque me fascina ese gesto de dolor que haces cuando te lo voy metiendo... me fascina como arrugas tu pequeña nariz...

            -¿Alguien más?...  ¿alguien más te provoca esto, Harry?... ¿alguien más?

            -Nadie mas... solo tú, maldita serpiente... -respondió Harry sin dejar de penetrarlo-  eres la gloria que me lleva al infierno...

            Draco ya no dijo nada, solo cerró los ojos para percibir con todos sus sentidos ese momento.

            -Si... -pensó extasiado en medio del dolor-  destrózame... párteme... rómpeme en mil pedazos para que me pase la vida recogiendo cada uno de ellos y así no volverme loco por tu ausencia... ¡aaaah!... -gimió resintiendo la fricción de su espalda con la cama, a la vez que las embestidas de Harry iban provocándole pequeñas oleadas de placer que crecían en forma deliciosa; entonces puso sus manos en el pecho de Harry diciendo:  -¿eso es todo lo que tienes, Potter?-  Harry no respondió, al menos no con palabras; sus nalgas temblaban con cada fuerte embestida haciendo que Draco girara la cabeza de un lado a otro sintiéndose ahogar de placer-  ¡si!... ¡así!... -balbuceó mientras se mordía los labios para no gritar lo que verdaderamente deseaba, lo que su alma lloraba...

Ámame con el ímpetu de una tormenta!... ¡con la fuerza de un huracán que destroce mi ser!...

Al fin ya no hay  puerto al cual regresar..."

            -¡Sigue así, no te detengas!... -exclamó apenas consiente de si mismo debido al placer que invadía su vientre y sus piernas rodeando a Harry con ellas; lo abrazó con fuerza clavando sus uñas en su espalda; pero entonces, en un momento dado, las bajó y clavó sus talones en la cama y empujo al salvaje Griffindor tomándolo desprevenido y montándose  a horcajadas en él; tomó el pene de Harry y se penetró el mismo ante la expresión asombrada y divertida del ojiverde, quien lo tomó de las muñecas al recargarlas en su pecho, y con sus piernas comenzó  a impulsarse con fuerza.

            -¡Aaah!...    -gritó Harry sintiendo dolor, pero un dolor que lo excitaba más si acaso eso era posible- ¡más duro, Draco!... ¡más duro!

            Draco se levantaba hasta casi sacar el pene de sí mismo para después dejarse caer con fuerza haciendo que Harry apretara sus muñecas hasta marcar sus dedos en ellas; su rostro estaba empapado por el sudor,           mechones rubios se pegaban a sus mejillas arreboladas y sus labios rojos e inflamados se entreabrían en un erótico jadeo mientras su cadera y su cintura se contorsionaban de una manera obscena para deleite de Harry.

            El moreno soltó una de las muñecas de Draco, le tomó el pene y comenzó a masturbarlo mientras el rubio lo montaba; Draco echo la cabeza hacia atrás al sentir la mano de Harry.

            -¡Ya... ya no... Ya no puedo más!... -gritó Harry llegando al clímax.

            Al sentir su interior llenarse de la esencia de Harry, Draco  no pudo evitar correrse también mojandole la mano.

            -¡aaaah!... -gritó Draco apretando en su interior el pene de Harry, quien al sentir la contracciones del rubio, creyó morir de placer.

            Al cabo de unos sublimes instantes en lo que todo dejó de importar, Draco se dejó caer en el pecho de Harry, quien respiraba entrecortadamente; y ahí, Draco pudo escuchar su acelerado latir  haciéndolo sentirse feliz de que ese corazón estuviese tan alocado en ese momento, solo por él.

            Ambos permanecieron así un buen rato, en silencio, hasta que Draco notó que el pecho de Harry subía y bajaba acompasadamente; levantó la cara y vio que se había dormido; y así, teniéndolo tan cerca y tan tranquilo, recostó de nuevo su cabeza y con los ojos arrasados de lagrimas, susurro:

            -Te amo...  -Entonces se cubrió la boca con una mano para evitar que los sollozos que amenazaban con escapar de su garganta despertaran a Harry.

            Permaneció así un buen rato, luchando con la tentación de dormirse; hasta que la cordura lo obligó a levantarse; todo su lastimado cuerpo gritaba en silencio de dolor, pero ni un quejido salió de sus labios mientras se vestía trabajosamente; al terminar, se acercó a la cama en la que Harry dormía plácidamente.

            -Mañana en verdad querrás matarme lenta y dolorosamente por el endemoniado dolor de cabeza que vas a cargarte... pero de nuevo ya habrá cordura en ti, así que de ninguna maneras llegaras de nuevo a este extremo... de lo que estoy seguro es que me odiaras por haber violado tu libertad de elección hechizándote de esta manera... en fin, como sea... ya no importa... gracias Harry... -y secándose las lagrimas con la manga, pegó su frente con la de Harry y volvió a susurrar:  -te amo... te amo... te amo tanto...  -y depositándole  un suave beso en los labios, dijo:  -adiós...  -y  sin volver la vista atrás, tomo su varita y salió de ahí.

 

"Definitivamente... el más difícil no es el primer beso... sino el último..."

           

Notas finales:

MMM... CREO Q MIS COMENTARIOS SOBRAN... X AHORA...

BESITOS!!!


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