Jirou molesto lo abrazo- Keigo no.
-Nada de no- respondió Ore-sama, tú duérmete porque me aras enojar.
-No quiero.
-¿Paso algo malo?- pregunto Tezuka viendo como Jirou se ponía a la defensiva.
-Lo que ocurre es que es algo triste y temible lo que voy a contar, pero tiene un final feliz- dijo sonriendo- hace unos meses atrás Jirou y yo fuimos a Alemania.
-¡Que raro! No les vi- dijo Tezuka al escuchar aquello.
-Fuimos de paseo- aclaro abrazando a Jirou- y como Jirou tiene ciertas atracciones por lugares al aire libre nos pusimos a andar en Jeep por el campo, bien no conocíamos pero teníamos un sistema de GPS, para no perdernos y los celulares así que estábamos mas que tranquilos.
-¿Qué paso?- pregunto Shishido con intriga.
-El camino paso de ser de asfalto a ser de tierra de un segundo a otro y finalmente sin darnos cuenta llegamos a uno de los campos de concentración Nazistas.
Flash back.
Después de media hora conduciendo el Jeep que habían alquilado, Atobe paro justo en frente de lo que parecía una prisión, salvo por que estaba abierta al publico y alrededor había un estacionamiento con varios autos, puso la alarma al auto y se bajo con Jirou para ver la fachada del lugar, en la puerta esperaba un guía turístico el cual al verlos les sonrió.
Comenzó la travesía por el lugar después de unos quince minutos, que eran los que faltaban para que comience por completo el recorrido a horario, Atobe le dio la mano al castaño al percatarse, gracias a algunas banderas con la estrella de David que se encontraban ni mas ni menos que en uno de los campos de concentración Nazistas. El guía los llevo hasta las áreas donde trabajan todos aquellos capturados por el Nazismo, desde Judíos, Gitanos, polacos y hasta Homosexuales. Luego fueron al área del llamado “Hospital” donde realmente en ves de curar a los heridos mataban a los que llegaban allí introduciéndoles veneno en las venas y alguno que otro químico, en fin llegaron a mil y un lugares hasta llegar a las barracas, donde dividieron al grupo, entre los que querían ver las barracas de los judíos, las de los Homosexuales y varias mas.
Atobe y Jirou, junto con otro grupo fueron a las barracas de los Homosexuales, la cual estaba identificada con una bandera en la puerta con un triangulo rosado invertido, al principio Ore-sama quedo impactado al ver el lugar en si, pero luego decidió calmarse al ver a Jirou asustado por lo que lo abrazo.
El guía vio a la pareja y viendo que ninguno salía de la impresión del lugar supuso que eran pareja y decidió dar un giro a su relato- pero- dijo interrumpiendo las formas en que masacraban a los cautivos- como se vio en algún que otro documental, había su parte rosa en todo este sufrimiento.
-¿Cómo?- pregunto Atobe impresionado.
-Entre 1935 y 1942 en este lugar hubo un romance entre un homosexual de uno dieciocho años, como ustedes, y un general nazista.
-¿Cómo pudo ser?- pregunto una mujer desde el fondo del grupo.
-Pues muy bien no se sabe la historia, resulta, que el general vivía en aquella torre- señalo la torre que se veía por la ventana- el no era homosexual pero era sanguinario y despiadado, le gustaba que le llevaran prisioneros a sus despacho, se los desanudaran delate suyo, el preguntaba cuantos días llevaban allí y por cada día le daba un latigazo en la espalda y luego en el pecho, para finalmente dejar tanto minutos como días, un pedazo de carbón recién sacado de la hoguera, en los genitales de los hombres.
-¡que crueldad!- dijo Jirou.
-La verdad que si, entonces, se cuenta, que un día le llevaron a este chico de dieciocho años, era el primer homosexual que le llevaban, pero algo en aquel hizo que el cambiara sus tácticas, le comenzó a preguntar de todo, de su familia, sus amantes, su vida, el sexo, para finalmente preguntarle cuantos días llevaba allí, hizo que los guardas le desnudaran después y por tantos días que estuvo el violo del muchacho en minutos, que luego se hicieron horas, para finalmente cuando termino se lo llevaron, al día siguiente se lo volvieron a llevar, el muchacho venia adolorido.
-¿Qué le paso?- pregunto Jirou a pesar que llevaba tiempo con Atobe haciendo el amor, sabia que era cuestión de horas que el dolor se acabara por lo que le llamo la atención.
-Buena pregunta- sonrió el guía- no le dolía en trasero, por si viene a eso, resulta que le habían inyectado una cosa extraña, en el hospital y a el le dolía el brazo y los genitales, el general, mas que nada preocupado por seguir su juego ordeno a los guardias que desvistieran al muchacho y luego se fueran, cosa que se hizo a la letra, el general vio al muchacho y se percato que tenia los genitales azules y fríos, así que tan rápido como despiadado, se acerco al muchacho y metió los genitales de este en su ropa, pero no paso nada, al rato noto que el muchacho tosía y escupía sangre, por lo que supuso que moriría, así que se quito la ropa y lo violo otra vez.
-¡que cruel!- dijeron varios desde el fondo.
-La verdad que si- dijo con una mirada triste el guía- cuando termino se lo llevaron de nuevo a las barracas y al día siguiente como el chico seguía vivo se lo seguía llevando para que el general le violara hasta que un día el chico, estaba desnudo frente a el le dijo con temor “estoy embarazado” el general quedo conmocionado y se saco el cinturón para comenzara a pegarle pero noto que el chico no le mentía así que mando a que le vistieran de nuevo y se lo llevaran.
-¡embarazado!- dijo Atobe impresionado.
-Nadie sabe que químico se uso con el, se sabe que el chico en verdad quedo embarazado y de nada mas ni nada menos que del General nazi, quien oculto el embarazo hasta los tres meses de gestación, cuando un general amigo lo visito y oyó que los guardias decían que el general de este lugar tenia simpatía por el chico de dieciocho años, para mostrar fidelidad al nazismo el hizo llamar al chico de nuevo, que lo desvistieran en pleno campo y delante de todos los que estaban, prisioneros y militares, látigo al muchacho por varias horas, hasta cansarse y mando a algunos guardias a que siguieran por otras varias horas, por lo que el general invitado quedo mas que satisfecho y fascinado por el accionar de su compatriota, el chico lloraba de dolor y luego ante el ultimo latigazo, el general se le acerco al oído y le dijo “No temas, yo te llevare a un lugar muy bonito, pero deberás hacerte el muerto”
-¿Dónde le llevo?- pregunto Jirou asustado.
-Al día siguiente el general entro a la barraca cuando todos dormían acompañado de dos guardias, tomo al chico y dijo “Esta muerto” lo llevo hasta un auto que afuera esperaba y lo puso en el baúl del mismo, le dijo a los guardias que regresaría en algunas horas después de tirar al rio al muchacho, varias horas después el auto estaciono en una casa bastante pequeña, quizás de un piso, con un gran jardín, saco al muchacho del maletero, envuelto en una sabana y lo llevo hasta un cuarto donde le recostó.
-¡No estaba muerto!- dijo Atobe con ironía.
-No señor, el chico estaba vivo, solo que el general lo saco de allí haciendo pasar por muerto, cuando el chico despertó en una cama y cubierto de cobijas miro al general con temor, pero este le beso en la frente por instinto y luego le dijo “Te dije que te llevaría a un lugar feliz, mañana te traeré sirvientes, pero debes decirme una cosa” a lo que el muchacho asintió con temor, el general le miro con enfado y dijo “si en verdad estas embarazado, ese hijo que esperas ¿ es mío?” a lo que el chico dijo “No me he acostado con nadie señor, no he podido, solo he tenido relaciones con usted” el general se levanto de la cama y lo miro un poco mas relajado y dijo “De aquí no debes de moverte, si ese hijo que esperas es mío, tu y el ya son mi responsabilidad, no te levantes de la cama o recibirás cuantos latigazos por días pases aquí” luego de decir eso se fue, al día siguiente regreso a las barracas y saco a una judía, a una gitana a un polaco, a un testigo de Jehová y a un homosexual y los llevo hasta su casa de campo donde dejo dicho que no tenían que escapar de allí y atender al chico de dieciocho como a un rey si era necesario.
-¡valla!- dijo Atobe impresionado.
-La historia aun no acaba, la judía y el polaco de rodillas le pidieron que le llevaran a sus hijos, debido a que estaban aquí muriendo de hambre, lo que no tardo en hacer, fue a la torre e hizo llamar a tales niños, los durmió con un somnífero y les dijo a los guardias que habían muerto delante de el, que lo llevaran al auto y tiraría en el mismo rio que al muchacho días antes.
Interrupción abrupta.
-No recuerdo esa parte- dijo Jirou sorprendido.
-Es que te dormiste, de suerte me tenias ahí para que te acurrucara en mis brazos- dijo Atobe sonriéndole.
-Paren, no hay fantasmas allí- recalco Nioh.
-Es que no he llegado a la parte del fantasma- contesto Atobe y siguió con la historia.
Continuación.
Jirou se había dormido en brazos de Keigo, por lo que este le acurruco en sus brazos mientras seguía escuchando con interés la historia, jamás en su vida hubiera pensado que en un lugar tan oscuro, sombrío, lleno de muerte y llanto en aquellos años, pudiera albergar una historia de amor.
El guía paro un segundo al percatarse que el mas pequeño de la pareja que tenia en frente se durmió, sonrió ante la muestra de afecto del peli plata y continuo- el niños despertaron felices en brazos de sus padres, pero no así el pequeño embarazo, quien el mismo día en que volvió el general le dijo que su hermano le iban a castrar y luego a azuzarlo. El general hizo lo mismo que con el muchacho ante de llevarlo a su casa, primero lo látigo hasta el cansancio, luego lo hizo pasar por muerto y finalmente lo llevo hasta aquella casa que se había convertido en refugio para aquellos que le habitaban.
-¡quien diría que alguien sanguinario podría salvar gente!- dijo Atobe con impresión por la historia.
-Así es joven, lo hizo- contesto sonriente el guía- pasaron días, y un día el fue a la casa, su muchacho estaba en el séptimo mes, pero muchos de los que Vivian allí estaba profundamente agradecidos, de tal manera que cuidaban de la casa con afán, entonces temiendo por su vida el general dijo “No me agradezcan ahora, sino cuando termine este guerra, les pido no se hagan notar, ya que eso podría delatarme y eso es traición y el castigo es la muerte, sea por fusilamiento o por la ahorca, así que pido no se hagan notar” pasaron dos meses y comenzó el parto del muchacho, el general falto a sus deberes por semanas, debido a que el niño era muy delicado y el joven estaba peor por el parto, una ves ambos se recuperaron el general llevo un día al pequeño al campo de concentración y lo nombro como su hijo, diciendo que su esposa lo había tenido, la cosa es que el no era casado, pero todo mundo le creyó.
-¿Qué mas paso?- pregunto Atobe notando todo tenia un final feliz, o al menos eso parecía, por lo que tendría que contarle a Jirou antes que nada cuando despertara.
-Pasaron tres largos años y el delejo el mando del lugar para poder ir a jugar con su hijo de tres años, y así se hizo, los únicos que podían salir de la casa a gusto eran el niño y el general, jamás los demás, hasta que un día una vecina vio un movimiento extraño en la ventana, el general no paso por percibido aquel movimiento, el muchacho de por entonces ya veintiún años había mirado por la ventana al pequeño jugar y se hizo ver por la vecina, automáticamente el general temiendo por su vida, le corto el cabello a los hombres y a las mujeres les pinto la cara con algo de pintura para oscuréceles un poco la piel y hacerlos pasar por su familia, la judía se hizo pasar por su mujer, mientras el resto eran hermanos de el, durante varios días aparentaron ello delante de vecinos, cuando la calma volvió a reinar en el hogar, muy enojado el general bajo al chico al sótano y le pego una bofetada, el dijo que quería a su hijo, que velaba por el, pero también quería estar con el.
-¿Qué paso?- pregunto Atobe ya preocupado por el final de la historia.
-El general le abrazo y le dijo que solo esperara, que cuando la guerra acabase, el y el niño iban a estar juntos y el no permitiría nadie le hiciera daño alguno, esa misma noche el general tuvo relaciones con el muchacho y lo dejo embarazado de nuevo, nueve meses después nació otro varón, pasaron tres largos años, el general tuvo con el muchacho otros dos hijos y todo era felicidad en aquella casa, hasta que un espía lo delato de improviso, el general fue acusado de alta traición y a todos los que Vivian allí fueron devueltos aquí para asesinarlos al día siguiente, el general temiendo por la vida de sus pequeños, robo una de las armas de sus guardias y comenzó a disparar a todos soldado que veía hasta llegar a la barraca donde tenían a los niños, los llamo por sus nombres y luego fue a la barraca donde estaba el muchacho de ya veinticuatro años de edad, logro abrir una salida de escape oculta en una cámara de gas y salió junto a “su familia” del lugar, corrieron hasta llegar al bosque donde se perdieron.
-La historia no tiene final feliz- recapacito Keigo.
-Si lo tiene- dijo el guía- cuando la guerra termino, en 1945 el general salió de su escondite en el bosque, como no tenia a donde ir como la mayoría de los que aun Vivian para aquella época, el se instalo aquí junto con toda aquella familia que había formado, no le dio vergüenza admitir que tenia seis hijos con otro hombre, le daba vergüenza admitir todo aquello que hizo con los que pasaban por su oficina y el maltrataba, se dice que ellos vivían en esta barraca felices hasta que un día, un soldado nazista entro y disparo al aire, el general lo ataco con las manos desnudas y lucho para que nadie le hiciera daño a su familia, pero el general resulto muerto en la pelea y el soldado mal herido, el muchacho le dijo a su hermano, que estaba aquí, que el cuidara de sus hijos como a nadie en el mundo, ataco al mal herido soldado para quitarle el arma, pero este actuó rápido y disparo, con su ultimo aliento logro el muchacho tomar la pistola entre sus manos y luego la disparo, lo ultimo que miro fue a todos sus hijos y su hermano llorando y luego murió.
-Pobre- dijo Keigo levantando en brazos a Jirou tomando la historia como finalizada.
-La verdad que si, se dice que el alma de ese par aun esta aquí, rondando, no se besan pero dicen que siempre se les ve juntos y rezan por que sus hijos estén bien, si hacen silencio, ya que son las ocho de la noche, quizás escuchen los susurros de ellos.
Todo mundo hizo total silencio hasta que se escucho finalmente unos susurros, Keigo juro que escucho, “Dios merezco el peor castigo por todo el daño que hice, pero llévate a el al cielo para que sea feliz” y una voz mas suave que dijo “A tu lado lo soy”.
Fin flash back.
-No vio nada, no vio nada- se burlo Akaya.
-Te confieso que si yo viera un fantasma de esa época me desmallaría o quizás actuaria peor- dijo Atobe abrazando a un dormido y feliz Jirou.
-Lo quiero o no Atobe tiene razón- dijo Sanada- los que vivieron durante el holocausto murieron de la peor manera por lo que es muy posible que sean fantasmas con mucho peor aspecto que el del “Cruel”
-¿Sabes al menos como llamaron a la pareja de fantasmas Keigo?- dijo Fuji con intriga.
-Si, “El general y el Muchacho”
-Pues bien, hay que admitir que muchos se están comportando muy valientemente, es especial tu Akaya- dijo Nioh revolviéndole el cabello.
-Antes de proseguir con las historias, felicito a los Octavos por no gritar ni llorar antes las historias- interrumpió Keigo- Mukahi estoy orgulloso de ti, según me dijeron te asustan los fantasmas y las historias de terror, pero estas sereno.
-Keigo…- dijo Yuushi con una gota en la cabeza- le di una pastilla para dormir a Gakuto, se durmió antes que comenzaran a contar la historia de la dama de blanco de la seigaku.
-¡porque no me sorprende!- dijo moviendo la cabeza hacia los costados.
-¿Quién será el siguiente?- dijo Akaya con una mirada macabra- acaso la golden, la platinum o la… Ootori ¿Cómo se llama la pareja que haces con tu compañero de dobles? El de la gorra para atrás.
-La Silver pair- respondió hundido en el pecho de Shishido.
-Reformulando la pregunta ¿acaso la Golden pair, la Platinum Pair o la Silver Pair habrán tenido un encuentro cercano con fantasmas?
-O la data pair- dijo Fuji.
-¿Data pair?- preguntaron todos unisonó, incluso los miembros de la misma.
-Inui y Yanagi- dijo molesto ¿Cómo no podían conocerlos a ellos dos así?
-Pues- dijo Inui mirando nervioso a Fuji- si conocimos aun fantasma.
-Inui y yo conocimos al fantasma que parece científico de la Seigaku- interrumpió Yanagi abrazando a Akaya, mientras miraba con temor a Sanada y Tezuka, los cuales al ver las expresiones en ambos comenzaron a sospechar que algo habían hecho, Tezuka supuso que tenia que ver con los zumos de Inui y Sanada simplemente comenzó a deducir que podía llegar a ser lo que hizo esta vez el de los ojos eternamente cerrados.
Continuara.