Aquella propuesta tenía algo desconcertado al catire, por más que trataba de no pensar en ello no podía, ya que con lo que le tocaba vivir en su casa era razón más que suficiente para pensar en la proposición de irse a Japón.
- ¿Qué pasa que no comes?
Iruka trató de tocarle la cabeza a lo que Naruto respondió alejando la misma, evitando que le tocara.
- Nada…es que no tengo hambre – Respondió con un deje de tristeza.
- ¡Ah no carajito! Te comes todo o si no… - Kakashi insinuó que le daría un coscorrón.
- Ni te atrevas – El pelicastaño le lanzó una mirada amenazante.
- ¿Qué? ¿Qué acaso no quieres que me encargue del niño? No entiendo – Se dirigió de nueva cuenta al rubio – Anda, come, quiero ver ese plato limpio.
- Naruto. Si no vas a terminar guarda la comida en el micro – Mandó Iruka.
- ¡Déjalo! Si lo dejas hacer lo que le venga en gana…
- ¿Qué? ¡¿Terminará siendo como tú?!
- ¿Y cómo soy yo?
- ¡Ah no! No empieces… - Le agitó la mano.
- ¿Qué no empiece dices? – Dijo burlón – Eres tú el que me está quitando poder delante de mi hijo.
- ¡Ah! ¿Ahora es tu hijo? – El pelicastaño se mostró impactado – ¡Ja! No me hagas reír.
Naruto permanecía desde hace rato en la misma posición, cabizbajo observando más allá del arroz con pollo que permanecía en su plato, ya ni se molestaba en apartar un lado los trocitos de pimentón que encontraba. Su rostro no poseía ninguna expresión. Anteriormente se hubiera parado encima de la mesa a detener la pelea, a evitar que aquello fuera a mayores, a detener los gritos, mirar lo que acontecía de cada interlocutor como si se tratase de un juego de ping-pong o tomaría la actitud de “pecho a tierra” cuando la vajilla empezara a ser arrojada como proyectil. En todo caso ya estaba cansado, y es que, para colmo ahora lo usaban a él de excusa para pelear ¿Por qué no se separaban y ya?
- ¿Y que hay de la graduación de Naruto? No estuviste ahí ¿Sabes por qué? Porque ese día te la pasaste tomando con tus amigotes – Iruka continuaba reprendiendo – En esos momentos poco te importaba tu hijo…nunca te hemos importado.
- ¿Qué dices? Claro que me importan – Se defendía el peliplata.
- ¡¡TANTO ASÍ QUE TE BUSCASTE A OTRO!!
- ¡Eso es mentira!
Basta, basta, basta. Naruto por más que trataba no lograba dejar de escucharlos, se hallaba metido en su cuarto con la puerta cerrada. La única opción que vio fue irse por la ventana, exponiéndose de nuevo a que lo castigaran al regresar.
- ¡¡¡Coño!!! – El muchacho estaba más que molesto – Estos lo que necesitan es una buena revolcada – Mencionaba para si mismo, sabiendo que en algunas ocasiones ese era el aliciente de sus males.
Cuando comenzó a caminar por la urbanización se sintió más relajado, los triponcitos de la vecina lo jaloneaban para que jugaran con ellos, pero el se negaba, no se sentía de ánimos para eso.
Decidió buscar que hacer, podía ir al parque… no, era cierto, ese supuesto parque no servía para nada, recordaba que algún usuario ingenioso había reparado el tobogán roto por la mitad uniendo ambos extremos con alambres…pobrecito el gordito que decidió montarse en esa vaina precisamente el día luego de dicha reparación.
Buscó en su bolsillo y halló un par de monedas, al menos le alcanzaba para comprarse algo dulce. Al acercarse al abasto se halló con cierto conocido.
- Buenas.
- Oh…Buenas.
El Nara esperaba a que la señora se dignara a cambiar el billete de alto valor que le acababa de pasar. Los segundos que transcurrieron luego fueron muy simples y silenciosos, ninguno de los muchachos se dignaba a hablar o a mirar al otro, sus iris se perdían buscando entre las variadas golosinas alguna distracción que le evitase mirarse aunque fuera un poco.
- Aquí tienes.
- Gracias.
- A la orden.
Y se fue.
Naruto permaneció quieto, tal vez creyó que el muchacho le buscaría conversa…estaba claro que ya no se trataban.
- ¿Estas seguro mi cielo?
- Segurísimo.
- ¿De verdad? Pero supongo que tu hermana estará…
Lee cargaba hasta la sala las maletas que el Sabaku no había traído hasta su casa, al parecer estaba más que decidido a quedarse a vivir con el.
- Que no importa. Es mi vida y ella no se mete en ella.
- Ya… - El Rock le regaló una mirada tierna.
Aunque Gaara estaba más que convencido de que lo que había hecho era lo correcto, no estaba enterado de lo que pasaba en realidad. Lee había hablado con Temari para decirle que no se preocupara, que era normal que a su edad quisiera irse de casa, le prometió que cuidaría de su hermano hasta que decidiera volver a su hogar. La ojiverde aceptó no muy contenta y lo dejó a su cuidado.
Al enterarse, el padre de Lee por casi armó un escándalo, Gai no era partidario de que dos novios vivieran juntos en la misma casa si no estaban casados… pero ¡Ah, la juventud de hoy en día está tan avispada!
- Sobre tu próxima producción discográfica. Tienes un gran auge porque eres un apuesto joven con une melodiosa voz, eso está bien, demo…Estaba pensando…últimamente los dúos o participaciones extra de otros artistas llaman bastante la atención. Aunque hay que preocuparse más en tu imagen. No está bien visto que andes saliendo con cualquiera. Como te lo he mencionado.
Itachi arrojó una revista que había llegado desde Japón, en la portada de la misma escribía “¿Sasuke Uchiha tiene complejo de lolita?” No le impresionó mucho, aquel día le habían sacado muchas fotos. Tomó la revista y la hojeó “Atrapado con las manos en la masa” era el título que resaltaba en enormes letras rojas… tenía que admitir que los paparazzis eran buenos en su trabajo y las noticias volaban rapidísimo.
- ¿De qué te quejas? Ahí tienes tu publicidad – Le tiró la revista a los pies.
- Je, necesitas algo de publicidad que tenga que ver con tu música, que se supone que es lo que vendes…estoy cansado de que lo único que se hable de ti es de tu terrible comportamiento y tus múltiples tonterías.
- Bla, bla, bla…
- Sasuke. Esto no es un juego. – El mayor de los Uchihas se colocó enfrente de su hermano – Ponte serio.
- Hai, hai – De mala gana.
- Bien… sobre lo de la participación…Shino sería una buena opción.
- Ah ah, ie, con ese tipo no – Movió su dedo.
- ¿Y por qué no? Es toda una sensación y su último sencillo acabó con tu puesto de primer lugar – Le lanzó una mirada destructora – Me parece una buena…
- No entiendes niisan. La cosa está en que no quiero cantar con más nadie. Trabajo solo. Es suficiente con calarme a los idiotas de Deidara, Hidan y sus mariconerias.
- Esto no es cuestión de que te guste o no. Es lo mejor para tu carrera. Si no se hace algo para que salgas del montón serás olvidado como muchos que se conformaron con dar siempre lo mismo – Dicho esto Itachi se dispuso a irse – Dentro de tres días nos vamos. Ve despidiéndote de tu juguete.
Cerró la puerta.
- Tsk. Shikuso… - Tomó una cerveza de la nevera.
Al salir de clases todos andaban corre y corre, al parecer algunos estudiantes se creían de la guerrilla, porque no dejaban de tirar toda clase de proyectiles a cualquiera que se interpusiese ante ellos, lanzaban bombas de agua (llenas no precisamente de H2O) y hasta huevos podridos. Al parecer el carnaval había llegado o estaban regalando las bombas de agua que tenían guardadas en los almacenes.
- ¡Que coño! ¡Kiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiibaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Naruto perseguía furioso al Inuzuka mientras su cabello despedía un olor a rayos, al parecer le habían atestado uno de los mortales proyectiles en su cabeza.
- ¡Vaya! Al parecer alguien se crió en una granja porque ¡Apesta! – Kiba corría de un lado para otro.
El ojizaul no tuvo más opción que pegarse un baño con la manguera que usaba el jardinero, se mojó de pies a cabeza empapándose con todo y uniforme. Gracias a eso le dio un resfriado. Que vaina, el Uzumaki no pegaba ni una.
Pero el Inuzuka estaba como hiperactivo ese día. Fue a parar hasta donde estaba el catire y le asestó un tobo con agua sucia.
- Wuajajajajajajajaja – Se reía a carcajadas.
- ¡Te voy a…!
- Ja ja que cosas…Naruto está siendo el blanco de nuevo – Ten ten se divertía de o lindo con el rubio y sus berrinches.
- …Si…
- ¿Qué ocurre Shikamaru? De un tiempo para acá parece que no le hablas a Naruto.
- Es que no nos hablamos.
- ¿De verdad? Que mal… creo que están igual que Lee y Neji…Los pobres no se dirigen la palabra y a pesar de que no quieren admitirlo, eso les afecta.
- Pues yo no veo que a Lee eso le afecte. Le vi hace rato muy alegrucho con su pechugo, no dejaban de pelarse los dientes el uno al otro – El Nara se recostaba de una de las paredes del edificio escolar.
- Esa es la actitud e Lee. No importa lo que pase, él siempre mantendrá su sonrisa – La pelicastaña mencionaba muy convencida de ello.
- Tal vez porque…piensa que al final todo se arreglará…porque…si es pana de verdad lo perdonará – Reflexionó Shikamaru.
- Mmm…sip, creo que así es la vaina.
Naruto al llegar a casa se encerró en su alcoba, ciertamente no podía ni quería enterarse de nada.
Continuará….