15.- LA BODA Y LA LUNA DE MIEL.
Tatsuha regreso de Japón faltando una semana para la boda de su amigo Shuichi, Sakuma vio el rostro depresivo de su Koi que al ver a su hija recibiéndolo en el aeropuerto hizo que esa cara desapareciera y sonriera de verdadera felicidad de estar de vuelta con sus dos amores, todo lo que había pasado en Japón lo tenían completamente estresado y decaído, primero su hermano, el ataque que tuvo no fue para nada agradable y mucho menos controlable, sabía que había hecho lo correcto cuando le hablo a su cuñado para que le ayudara en caso de que algo malo pasara, después de que lograron tranquilizarlo tuvo que ir a casa de su padre por los asuntos por lo que había regresado, se tardo más de lo que esperaba con ello, aparte de que cuando le comento que ya tenía una hija y con un hombre las cosas se pusieron más difíciles y eso mas las visitas a su hermano le hicieron posible llegar apenas para la boda.
Ryu solo observaba a Tat, aun no le quería hacer preguntas solo dejaba que el otro las hiciera, cuando por fin llegaron a su hogar Tat dejo a la niña en su cuarto porque se había quedado profundamente dormida en el camino, después se dirigió a su habitación y se recostó quedándose dormido al instante, todo ante la atenta mirada de preocupación de su koi.
De repente el teléfono comienza a sonar y contesta rápido para no despertar al moreno – diga?
- hola Ryu!!, Tat ya llego? Llego bien? – era Shu que al parecer estaba preocupado por el moreno, a Sakuma le llamo mucho la atención eso.
- si ya llego, está dormido, shu porque suenas preocupado?
- emm, bueno tú conoces al papa de Tat? – el peliverde se quedo extrañado con la pregunta y ahora que lo recordaba el moreno jamás había querido que fueran a visitarlo y casi no hablaba de el y cuando lo hacía parecía triste y decepcionado.
- ahora que lo mencionas, no, pero que tiene que ver?
- pues lo más seguro es que una de las cosas que fue hacer Tat en Japón fue hablar con su padre y comunicarle que ya es padre y con quien lo tuvo fue con un hombre – dijo el pelirrosa en tono serio.
- y? aun no entiendo el punto.
- pues que el padre de Tat es una persona demasiado tradicionalista y eso de que su hijo tenga de pareja a otro hombre y que aparte tuviera un hijo con el, pues para el eso seria…
- grotesco – completo lo que iba a decir Shu.
- sí pero eso no es todo, las cosas con Tat son más complicadas.
- porque?
- simple cuando Yuki su hijo mayor dejo el templo y empezó a hacer lo que le viniera en gana y por último se hiciera de una relación conmigo pues lo desheredo y desconoció como hijo y Tat siendo el “único” hijo varón pues…
- entonces tú crees que las cosas en Japón fueron mal?
- la verdad…si.
- debí ir con…
- no, recuerda que aun no te daban permiso de viajar con la niña y si algo pasara Tat no se lo perdonaría, aparte no te preocupes, estoy seguro de que Mika debió de haberlo apoyado, ella solo al principio se muestra renuente pero acepta a sus hermanos como son y por lo que se Tat y ella nunca dejaron de tener contacto, así que no creo que Tat pasara por eso solo.
- lo sé, pero si lo hubieras visto cuando llego, se veía agotado y deprimido.
- mmm, cuando despierte has que hable contigo es la única forma que se sienta mejor.
- lo sé, pero jamás me dijo lo de su padre.
- era porque no quería preocuparte con eso, el te ama y no quiere verte sufrir por nada de lo que le pase pero el tonto no se da cuenta que es demasiado expresivo, así que darle una reprimenda por preocuparnos a todos y dile que todos le apoyamos – después de eso colgó, Sakuma no sabía de los problemas que tenia Tat con su padre, pero ahora podía por lo menos ayudar un poco a su koi apoyándolo con esa carga.
Mientras tanto después de colgar Shu suspiro aliviado de que Tat ya estuviera de regreso, aunque no faltaba mucho para que se regresaran a Japón después de todo por lo que sabía Sakuma era uno de los invitados al evento de inauguración de FXM y Seguchi había pedido que para entonces regresara, suspiro con algo de pesadez ya pronto regresaría a Japón y estaba algo nervioso afrontar todo lo que pudiera pasar hacia que se preocupara y sobre todo por su estado.
- hola amor – le dijo un pelinegro a sus espaldas, Shu salió de sus pensamientos y fue a recibirlo.
- hola como te fue? – pregunto el pelirrosa mientras lo recibía con un gran abrazo y un suave beso en los labios.
- bien, ya está mi traje listo y el tuyo también, son perfectos, te vas a ver hermoso – le dice correspondiendo al abrazo, de repente lo carga y lo lleva a la habitación, lo recuesta y el se saca el saco y se acuesta con su cabeza en su vientre, cosa que desde que supo del embarazo lo hace ya como costumbre – quiero estar así por un rato, no te molesta?
Shu abrazando la cabeza de Byakuya contesta – por supuesto que no, me encanta que hagas esto, me encanta que me ames y que lo ames a el…o ella jeje.
Para la boda ya casi todo estaba listo, iba a ser de lo más sencillo, una bonita ceremonia solo con aquellos allegados a ellos, por ejemplo por parte del pelirrosa seria, sus padres, hermana, Hiro, K, Suguru, Sakano, Sakuma y Tatsuha, por la parte de Byakuya serian Hurahara, Ichin, Inue, Ichigo y Yuriuchi, seria en una casa de campo que pertenecía a la familia Kuchiki por años, la celebración seria en el jardín, el cual era enorme, con una hermosa fuente en medio de el, la parte donde se llevaría a cabo estaba rodeado de rosales de rosas rojas y blancas, muy lindo para una celebración pequeña.
La familia de shu había viajado de Japón hace una semana toda patrocinado por Byakuya, los hospedo en uno de los mejores hoteles mientras le pedía a Inue que se encargara de mostrarles la ciudad mientras todo estaba listo para la boda.
Ichin también tenía ya media semana en casa de su hijo e Inue, se quedaba en la habitación de su koi, que después algún tiempo por fin se podían ver, no perdiendo el tiempo y amándose cada vez que podían y por qué no, donde podían.
Paso la semana que faltaba y por fin se dio el día de la boda, Shu observaba todo desde la ventana de la cocina donde se podía apreciar a todos los invitados, pudo ver a Tat mucho más animado, sabia por Sakuma que tuvieron charla larga y que por fin Tat saco todo lo que tenía guardado por años, eso le hizo feliz ya que apreciaba mucho a esos dos, volteo después a ver a su mejor amigo, más bien su hermano Hiro, el cual estaba muy a gusto con K el cual lo tenía abrazado por las espalda mientras platicaban y veían el jardín.
Después volteo hacia donde estaba Sakano ofreciéndole una bebida a su novia la cual le sonreía cálidamente, eso lo puso feliz, desde que tenía novia se le podía ver más relajado, miro hacia donde estaban cuatro de los invitados por parte de Byakuya, “parecen una familia” pensaba mientras observaba a Hurahara con su Koi y los hijos de este mientras molestaban a la otra invitada de su Koi la cual en cierta forma en lugar de parecer molesta parecía que se divertía.
Por último vio a Suguru, el cual también venía acompañado de su pareja pero le llamo mucho la atención ya que parecía que discutían y Suguru estaba demasiado enojado, tanto que de repente se vio como le dio una cachetada a Ishida y salía corriendo hacia la casa bañado en lagrimas, Shu no pudo quedarse con la incertidumbre de lo sucedido con su amigo, volteo y vio a su Koi, el cual parecía que también había visto lo sucedido.
- ve, aun tenemos media hora – se acerco a el y le dio un beso en los labios – te espero afuera.
Shu sonrió y fue hacia la sala donde pudo apreciar a Suguru sentado en el sofá con sus manos fuertemente agarradas al pantalón en la parte de las rodillas mientras silenciosas lagrimas salían de sus bellos ojos, shu se acerco a el y se sentó a un lado poniéndole una mano sobre una de las del menor.
- que sucedió Suguru? – pregunto en un tono calmado y conciliador, no quería alterar al menor.
-el…el es…un idiota – dijo entre sollozos – el no entiende.
- que es lo que no entiende?
- que yo…que no soy un doncel – a shu le salió una gotita de sudor estilo anime en la cabeza “así que es por eso?” – el quiere hacerlo donde sea y cuando sea, le he dicho que no puedo darle hijos y el me dice “si no lo intentamos jamás lo sabremos”, pero yo lo sé, sé que no puedo darle hijos y parece que lo único que le importa es eso, estoy arte, ni siquiera sé lo que siente por mí, no me dice que me ama, no me dice nada de eso, me siento como un estúpido objeto.
Shu veía completamente desesperado al chico, entendía su situación iba a decir algo pero el menor no lo dejo.
- tengo que contarte algo, pero por favor no quiero que nadie lo sepa, menos el – el pelirrosa solo asintió, no le quedaba más – yo… yo era un doncel – shu se sorprendió por esa revelación.
- a que te refieres? –pregunto con un tono completo de incertidumbre y ni se diga miedo por el rostro de dolor que puso su amigo.
- cuando mis padres murieron yo me fui a vivir a la casa de mi primo, sus padres no podían cuidarme y lamentablemente me pusieron a un tutor, Thoma … - era la primera vez que lo oía al menor llamar por su primer nombre a su primo – el no le tenía confianza y me prometió que siempre estaría al pendiente de mi, pero entonces…un día que el estaba en el colegio yo tenía una reunión con el más temprano de lo habitual…el me secuestro…
Las lágrimas no dejaron de salir de los ojos del menor y Shu ya sabía por dónde iba el asunto, solo bajo la mirada y apretó el agarre a la mano del menor para seguir escuchando lo que este tenía que decir.
- el me…violo…de una manera muy violenta, yo era muy pequeño, tenia si mucho doce años, el… me desgarro por dentro, pudieron rescatarme …pero ya el daño estaba hecho… yo no podría tener hijos jamás y por esa razón Thoma se echo la culpa, lo cual no lo era y la única forma de tratar con ello fue alejándose de mi… - el menor no dejaba de llorar, decir eso era demasiado doloroso – y ahora Ishida quiere que le dé hijos, pero…no puedo, NO PUEDO!!!
Shu lo abrazo fuertemente, no se imaginaba nada como eso, eso era algo espantoso, no entendía como había aguantado esa terrible experiencia.
- lo siento –dijo un poco más calmado el chico – es tu día de la boda, no es justo que te lo eche a perder, en realidad será mejor que salgas yo me lavare la cara e iré después, si?
- lo siento, en realidad no se qué decirte para que te sientas mejor, solo que te admiro por tu fortaleza Suguru y no te preocupes que me tengas confianza me hace sentir, como decirlo, feliz ya que eso hace que me considere tu amigo.
- lo eres, supongo que es la primera vez que hablo de ello.
- lamento no poder darte un consejo.
- no te preocupes, con que me escucharas fue más que suficiente, anda ve que ya es hora.
Shu fue hacia el patio mientras Suguru se dirigía al baño, cuando salía se encontró con Ishida que le pregunto dónde estaba Suguru.
- por el momento déjale solo – le dijo haciendo que Ishida suspirara en resignación – si no puedes decirle a Suguru que lo amas o que por lo menos que lo quieres, creo que debes replantearte la idea de estar con el, ya que así solo lo lastimas – Ishida en ningún momento voltea ver al pelirrosa el cual después de decir aquello se marcho.
- Ya viene – le dijo al juez que se encargaría de casarlos, Shu se puso a un lado de el sonriéndole ampliamente, mientras Byakuya lo miraba con gran amor, Juez comenzó con la ceremonia, fue corta pero muy agradable y hermosa, al fin ambos estaban casados, Shu miraba para todos lados y se encontró con Suguru lejos de su koi, el cual solo le miraba, después vio como este se dirigía hacia su ahora esposo.
- señor, sé que es un día especial y hablarle de trabajo en este momento ha de ser lo que menos desea pero quisiera pedirle un favor, yo…
- ya está tu cambio para Japón, espero que con esa oportunidad arregles las cosas – le dijo sin siquiera mirarle, el otro estaba muy sorprendido pero no dijo más del asunto.
- felicidades señor – sin más se retiro de la casa donde se llevaba a cabo el festejo, Suguru no se movió en ningún momento de su lugar, no deseaba hablar con el mayor, estaba enojado con el y consigo y como no quería pelear mas con el decidió ni siquiera voltear a verle.
Después de que la fiesta concluyera, Shu y Byakuya se fueron a su luna de miel que fue en Londres, hicieron el amor cada vez que su corazón y cuerpo lo deseaban, salieron a pasear, compraron algunas cosas para el bebe que a shu le habían encantado, Byakuya se había encargado de mimarlo y sobre todo a cumplir con todos y cada uno de los antojos que sentía el pequeño.
Y así pasaron el mes y por fin era el momento de regresar a Japón…