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Me encontré un niño por Vampire White Du Schiffer

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Notas del capitulo:

Este tendrá más la participación del Demonio Kamijou. Hoy casi Usami-papá no tendrá problemas. Porque... bueno, ya verán xD

Capítulo III. La presentación de un bebé.

El silencio era sepulcral. El tictac del reloj era lo único que podía romper esa monotonía. Hiroki, el fiel amigo, sostenía con ligero temblor la taza llena de café. Dio un sorbo enorme, que le calcinó la lengua y empezó a toser. No perdió tiempo por el ridículo y apuntó acusadoramente al pequeño, y recién nombrado, Misaki.

-¡Cómo rayos esperas que tomé el café con tranquilidad!

-¡Hiroki, por favor, cálmate! ¡El bebé podría…!

-Hunnn Ghh… ¡Buaaaa! ¡Buaaa!

-¿Ves lo que ocasionan tus gritos? –dijo Usami, tomando al pequeño ojiverde en sus brazos. Y… maldición, esa imagen, la que se hizo Hiro en su mente, digamos que le hacía escuchar cantos celestiales. Tan tierno que…

-¡No me vas a lavar el cerebro con tu pequeño monstruo!

-No le vuelvas a llamar de esa manera –contestó, con una mirada fría y amenazadora, que al moreno le causó un sentimiento de miedo y culpa.

-Pue-Pues no me pienso disculpar –apretó sus puños contra sus rodillas y miraba de soslayo a Usami y al bebé – ¿Podría saber…?

-Sólo si prometes dejar de armar tanto escándalo –dijo ya más calmado, Misaki se entretenía siempre con los cabellos grises de Usami y quería alcanzarlos.

Después de recibir un murmuro “si” por parte de su amigo, le relató todo el suceso. De principio a fin. Hiroki, además de su estado neurótico normal, estaba asombrado.

-Entonces… -al final, no pudo evitar exclamarle todas las preocupaciones que el asunto de ser padre iba a conllevar –. No será fácil.

-Ya lo sé –dijo Usami –. Pero por eso me dan mas ganas de seguir adelante –concluyó con una radiante sonrisa y abrazó con más fuerza al durmiente chico.

-¿No puedo hacer algo para que desistas? –inquirió casi sintiéndose derrotado. Sabía que cuando su amigo tomaba una decisión lo hacía para llegar hasta el final de sus consecuencias.

-Talves sí hubieras llegado cinco minutos después de Misaki, habrías hablado conmigo y… no –se corrigió –. Aunque mi Padre mismo viniera no iba a desistir. Tú sabes como es la vida para los de mi Familia –al moreno no le quedó más que aceptar lo dicho –. No quiero que alguien pase una infancia solitaria siendo que yo puedo evitarlo –el pequeño se veía tranquilo.

-Y tienes apenas quince –Hiroki suspiró y se dejó caer al respaldo del sillón –. ¿La escuela?

-Pues… ahora que llegas, empezaba a pensar en eso.

-¡¿Cómo…?! –y recordó que debía bajar el volumen por la mirada asesina de su amigo –. ¿Cómo es que apenas vas a vislumbrar ese asunto? ¿Eh? –murmuró con molestia –. No puedes dejar tus estudios así como así. Nada más porque te dieron ganas de ser padre –se cruzó de brazos  y Usami le vio con cara de pocos amigos.

-Seguiré con el plan original, que es graduarme antes de tiempo. Ya sabes –se encogió de hombros –, dicen que soy alguien brillante.

-¡Por supuesto que lo eres! –exclamó en un suave murmuro –. Pero como tu amigo, debo ser el negativo…

-¡Vaya amigo!

-Shh, cállate, no quiero volver a escuchar a ese bebé llorón –gruñó  y el conejo se echó a reír –. Mira –extendió su mano derecha –, en la escuela no pueden aceptar niños, ¿Qué dices sobre eso?

-Conseguiré una niñera; el dinero no es problema.

-En cuanto se enteren tus padres, vete olvidando de su ayuda.

-Hiroki, nunca he contado con ellos –bufó aún sonriente –. Puedo mantenerme por mi mismo. No te preocupes.

-¿Pañales? ¿Comida? ¿Cuna? ¿Enfermedades? ¿Educación?

-Ya sé cambiarlo; estoy sometiéndome a un curso por internet; iré a comprarla ahora mismo; tengo uno de los mejores médicos del edificio; soy padre, puedo con ello, solamente no debo hacer lo que mis padres hicieron conmigo y ya –esa infinita confianza pudo más que el negativismo del moreno.

-De acuerdo –se relajó en un par de minutos –. Otra pregunta –miró como sonreía Usami cada vez que acurrucaba a Misaki –. El nombre está muy bien…

-Ah, el apellido –soltó aquello con suma facilidad –. Necesitaré testigos… -recordó de repente y ambos se quedaron callados.

Hiroki en un segundo se levantó, tomó sus cosas y de manera cómica intentaba huir de papá Usami que le veía con los ojitos brillándole en la oscuridad.

-¡No! ¡No lo haré! ¡Ni lo pienses! ¡Tonto Usami!

-Oh, vamos, es sólo un favor.

-¡Ni soñarlo! –seguía con sus gritos contenidos en volumen –. No pienso formar parte de esta empresa.

-¡Hiroki, por todos los cielos, eres mi amigo!

-¡No empieces con tu chantaje! ¡Puedo ver tu risita malévola!

En eso, el teléfono interrumpió la discusión.

-¿Qué no piensas atender? –preguntó el moreno.

-Tienes razón –dijo e hizo lo impensable –. Toma, cuida a Misaki mientras yo contesto –y antes de que su amigo se pusiera a protestar como usualmente haría, el bebé se quedó en sus manos.

-Ah… este… ¡Usami! ¡No me hagas esto!

-Akihiko al habla –ignoró a Hiroki.

El pequeño bebé fue abriendo ligeramente los ojos. Ah, si, aquellos preciosas joyas verdes llenas de chispa y ternura. Las manitas de Misaki estaban enroscadas hacia su pecho y lanzó un pequeño bostezo. Un par de lagrimitas querían salir. Todavía tenía mucho sueño y quería seguir durmiendo. ¿Dónde estaba papá?

Por un momento, miró fijamente a Hiroki.

No, ese no era papá. Papá siempre tenía una sonrisa en su rostro.

El pobre Kamijou estaba mareándose. No sabía qué debía hacer. ¿Dejar el bebé en algún lugar? Era todo un problema, miró hacia la derecha, miró hacia la izquierda, y de nuevo hacia donde estaba Usami, hablando campantemente sobre el clima con alguien.

Estaba solo. Sin nadie que pudiera ayudarle a sobrellevar este asunto. Ningún alma caritativa que le pudiera sacar del suplicio que llegó sin que él lo pidiera o causara.

Entonces, entendió las cosas.

La manita de Misaki buscó a Hiroki varias veces. Le gustaba también ese cabello castaño. Quería tocarlo, pero, uh, estaba muy lejos. El moreno parecía sostener al bebé como si se tratare de un muñeco. Pero poco a poco, se fue relajando.

Dejó que el niño le tocara la cara. Lo acercó tanto que pudo inhalar su dulce olor a bebé. Pudo sentir su piel suavecita contra la de su mejilla izquierda. El leve balbuceo le produjo una sensación de satisfacción extraña. La quiso mimar. Le acarició suavemente la carita, bordeando cada centímetro con delicadeza.

Cuando Usami colgó, se dio cuenta de que había logrado su objetivo.

-¿Y bien? –apareció detrás del moreno, haciendo que éste brincara y se diese por descubierto el nuevo lazo de camarería entre ellos dos.

-¡Ah! –viró la mirada –. Yo… -y el pequeño Misaki le jaló un mechón de cabello – aunque acepte ser su Padrino, te hace falta otro testigo –respondió finalmente en medio de un puchero, digno de él.

-Ya me encargaré de eso.

+ Lunes +

Fue totalmente privado. Usami hizo que un fotógrafo profesional se encargara de toda la toma necesaria para hacer el primer álbum y de pagar que se guardara el secreto por un tiempo más. Ya saben, a veces los fotógrafos no son de fiar y venden cualquier cosa que salga de los millonarios.

-Ten –dijo Hiroki sin ver directamente a los ojos al pequeño Misaki que estaba sentadito mirando un patito en el suelo –. Te lo compré –le dejó una bolsa en color verde. La curiosidad es algo común en los niños y por consecuencia la bolsa cayó dejando ver el contenido. Un pequeño pollito en color amarillo.

-¡Oh, Hiroki! –llegó Usami y de inmediato el moreno se puso de pie, fingiendo no haberse acercado al bebé –. Vaya, otro oso a la colección.

-No es un oso –le corrió, ciertamente apenado –. Es un pollo y ya. Ese niño va a ser un niño mimado por tanto Oso que hay en tu casa.

-Claro que no –alegó tomando a Misaki en brazos –. Esos juguetes son de papá, ¿verdad, Misaki? –chocó su frente, con dulzura, contra la del ojiverde –. Anda, ve con tu Padrino Hiroki –dijo entregándoselo.

-No… no… bah, olvídalo. Eres caso perdido.

Minutos después, pudieron salir con la nueva acta.

                                                           Nombre: Misaki       

Nombre del Padre: Usami Akihiko. 

No sabían las olas de problemas que aquello iba a causar. 

Notas finales:

Prometo subir pronto el siguiente >:3 ¿Cómo qué quieren? ¿Más Hiroki?
Aunque creo que es hora que el pequeño Misaki deje de ser tan bueeen~~ niño y empiece a causar problemas. Muajaja (? 


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