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Amor entre panas por sue

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Notas del capitulo:

 

Hello a todos!!! :D Gomene por la tardanza por aquí!!! Pero ya estamos a punto de finalizar!! *-* espero que sea de su agrado!!! :3

 

 

 

Naruto no hacía más que llorar, ya se había resignado a terminar siendo suyo. No pensaba en el dolor, ni el placer… extrañamente pensaba en Shikamaru, su amable sonrisa, su grata compañía… se sentía miserable, deseaba tanto que el Nara le perdonase por ser tan estúpido e irse con Sasuke.

 

 

 

Pase lo que pase voy a protegerte

 

 

 

 

Ayúdame… Shikamaru

 

 

 

De repente una luz llegó a parte de su rostro. La puerta del auto fue abierta dejando ver al Nara claramente impactado ante lo que veían sus ojos… no podía creerlo, El peliazul estaba teniendo relaciones con Naruto ¡Con su Naru!

 

 

 

- ¿Tú qué haces aquí? – El Uchiha se giró con la cara sudorosa - ¿No ves que estamos ocupados? ¡Piérdete campesino!

 

 

 

- Shi… ka…

 

 

 

Los ojos del pelicastaño se abrieron al máximo y una furia terrible le abarcó cuando notó en que situación se estaba llevando aquello. Ese no era un acto compartido. Definitivamente, definitivamente el Uzumaki estaba siendo forzado.

 

 

 

- ¡¡Maldito!!

 

 

 

Bruscamente arrastró al Uchiha de los cabellos, haciendo que saliera del rubio, jalándole lo suficiente para empezar a golpearlo. Le daba puñetazos que contenían toda la rabia que sentía. Sasuke no pudo defenderse porque el Nara era demasiado rápido y buscaba de golpearle en el rostro.

 

 

 

-  ¡Hijo de puta! – Shikamaru le asestó una patada en la entrepierna que le hizo caer de rodillas al suelo, luego de exclamar un quejido profundo.

 

 

 

 

Al sentirse menos furioso, el Nara fue hasta el auto. Encontró a Naruto sollozando, lo que le partió el corazón.

 

 

 

- Naruto – Buscó de tocarle, pero el niño estaba asustado, temblaba y lloraba… Le abrazó y sin avistarlo, comenzó a llorar también.

 

 

 

Sasuke trató de aproximarse hasta los muchachos, pero Kakuzu le tomó los brazos detrás de la espalda.

 

 

- ¡Suel…!

 

 

 

- ¡Cierra el pico! Ya estoy cansado de tus mariconerias. Te voy a llevar hasta donde está tu hermano y después por tu bien, espero no verte nunca más… ¡Mocoso malcriado!

 

 

 

Ante la forma en que lo dijo, el Uchiha no opuso resistencia. Kakuzu era un hombre que había estado en prisión, conocía la injusticia y detestaba a cualquiera que se aprovechara de otro que fuera más débil.

 

 

 

- Vamos Naruto.

 

 

- Auch… - Trató de levantarse, pero un dolor en su zona baja le hizo quejarse.

 

 

 

- ¡Oye! – Le indicó que no se moviera, seguidamente buscó los pantalones y los colocó en su cintura, al menos para ocultar su hombría. Le cargó y salió con el rubio en brazos, quien se aferró como niño chiquito a su pecho.

 

 

 

- Disculpa, si hubiera interferido nada de esto hubiese pasado… ahora nos vamos – Kakuzu se llevó al Uchiha consigo.

 

 

 

- Gracias – Shikamaru siguió su camino.

 

 

 

- Bye Bye… Naru-chan – Emitió el Uchiha en susurro.

 

 

 

El Nara sintió que hervía,  estuvo a punto de girarse para mentarle la madre.

 

 

 

- Shika… - Naruto apretó la camisa del pelicastaño entre sus manos – Vámonos… por favor…

 

 

 

Shikamaru suspiró y continuó su camino. Sasuke fue arrojado con brusquedad en el auto, no se quejó ante Kakuzu, ya que sabía que con él tenía las de perder. Se sentía en extremo enfadado, nada le había salido como quería, pero lo más triste de todo era que no se había dado cuenta de que por desfachatez había perdido el cariño de un chico que lo amaba. Su inmadurez le había hecho cometer un acto del cual se arrepentiría toda su vida.

 

 

 

 

Los otros dos chicos se fueron en bicicleta. Naruto se hallaba sentado de lado mientras Shikamaru trataba de no ir tan rápido. El rubio se sentía avergonzado, humillado y apenado. Su cara se encontraba mojada por las lágrimas.

 

 

- Perdóname Shika… no puedo ni mirarte a la cara… soy un tonto…

 

 

 

- No. Tú perdóname Naru.

 

 

 

- ¿?

 

 

- Te prometí que iba a protegerte… y te ha pasado esto… perdóname…

 

 

 

Unas gotitas fueron a parar en la cara de Naruto, pero no eran sus lágrimas, si no las de Shikamaru que al caer el viento las guiaba hasta su rostro. Quedó impactado ante la escena del muchacho llorando y se sintió morir.

 

 

 

- Te equivocas… tú eres el que me tiene que perdonar… he terminado pasándola muy mal por intentar huir de todo y no escuchar a la gente que me quería mi bien. He hecho que te preocuparás por mí… no merezco que me quieras.

 

 

 

El pelicastaño se detuvo.

 

 

 

- Nada de lo que hagas me hará dejar de quererte.

 

 

Entonces Naruto estalló en lágrimas.

 

 

- ¿Qué pasa? ¿Te duele? ¡Ese bastardo…!

 

 

- Es que… no sabía que hacer. Tenía miedo… tenía miedo de no verte más, miedo de estar contigo… miedo de decirte…

 

 

- … ¿Miedo de decirme?

 

 

Las lágrimas de sus ojos fueron retiradas por las manos del Nara, suavemente y acompañadas de una tierna mirada, una mirada que le hizo sentirse seguro, comprendiendo que cuando estaba con Shikamaru ya no sentía necesidad de escapar.

 

 

- Shikamaru… tú también me gustas, me gustas mucho… sólo que temí, ante la posibilidad de que ese amor nos llevara a separarnos algún día.

 

 

El corazón del muchacho aceleró su bombeó, era demasiado lo que escuchaba, era como si jamás en la vida le hubiesen dicho lo que quería oír y ahora… ahí estaba, en las frases del niño que consideraba su mejor amigo.

 

 

 

- Naruto tooonto – Cantó – Nunca voy a separarme de ti – El Nara juntó sus frentes y buscó de acercarse a sus labios, para su sorpresa no tuvo que aproximarse  más, el rubio lo había hecho y ahora estaban unidos por un beso que ambos deseaban.

 

 

 

Un beso cálido, un beso tierno, un beso lleno de amor, cargado de todos los sentimientos acumulados en todo el tiempo que llevaban juntos. Fue como si el tiempo se detuviera y entre sus labios se llevara un recuento de todos los recuerdos que tenían, desde el día en que se conocieron hasta su primer escapada juntos, sus jugarretas, sus bromas y travesuras, sus peleas y sus reconciliaciones… era tan…¡Esplendido! Naruto y Shikamaru se conocían más que nada y su amistad, les permitiría desarrollar un amor bastante sólido.

 

 

 

El Nara se sonrojó cuando Naruto le sonrió y volvió a besarle, ésta vez más infantilmente, en la mejilla.   

 

 

- Bien… ¿Adonde vamos Naruto?

 

 

- ¿Eh?

 

 

- Si, ya que no quieres ir a casa supongo que querrás ir a algún otro sitio.

 

 

- Mmm… - Se abrazó al Nara – No me importa… si estoy contigo al Japón o a la China.

 

 

 

- Je… - El Nara sonrió. Se sentía en extremo satisfecho con la vida – Olvídate de todo a partir de ahora. Me dedicaré a crear buenas cosas de las que tengas que acordarte.

 

 

 

Aquella tarde, los adolescentes se la pasaron juntos, creando recuerdos y compartiendo. Shikamaru no podía sentirse más agradecido… ver a su pequeño Naru sonreírle, era sencillamente lo mejor de éste mundo.

 

 

- Ja ja… ya no estás arrugado de aquí – Le señaló el entrecejo.

 

 

- ¿Ah?… Pero si es por tu culpa que me ponga así – El Nara se encogió de hombros – No sabes cuanto me cuesta lidiar contigo…

 

 

- Oye – Bufó.

 

 

- Es broma. Ahora vayamos a casa, tus padres deben estar preocupados… – Y le revoloteó los cabellos, haciendo al rubio sonrojar y agachar la cabeza - ¿Qué pasa?

 

 

- No sé que es lo que vaya a pasar ahora… pero… si estás conmigo, creo que… ya no tendré miedo… así que, quiero quedarme aquí. Así sea algo difícil, quiero quedarme y enfrentarlo… y más adelante, quiero valerme por mí mismo sin importar lo que pase. Así sabré que cuando me necesites, yo también seré capaz de protegerte.   

 

 

 

El catire no pudo continuar, el Nara apoyó su mentón sobre la cabeza del otro.

 

 

- Bien dicho. Eres un chico muy valiente, Naru.

 

 

 

Al llegar a la urbanización, los muchachos notaron que Iruka se hallaba en la entrada de la casa, viendo de un lado a otro claramente preocupado. El pelicastaño estacionó la bicicleta, juntó con eso Naruto emitió un quejido, al parecer aún se encontraba lastimado por lo ocurrido.

 

 

 

- ¿Estás bien?

 

 

 

- Eh… si, no te… preocupes – Fingió una sonrisa – Shika, quiero pedirte un favor…

 

 

 

- ¿Si? Lo que sea.

 

 

 

- No le cuentes a mis padres nada de esto, en especial lo de… - Hizo una breve pausa – ¿Me lo prometes?

 

 

 

- Está bien.

 

 

- Gracias.

 

 

El Nara notó cierto deje de tristeza en el rubio, y era de esperarse, no todos los días te decepcionas de la persona que más admiras en tu vida; pero en cierto modo se alegraba, se alegraba de haber podido llegar en el momento preciso a ayudar a su Naru. Estaba seguro de que el catire era lo suficientemente fuerte como para tomar experiencia de aquella situación tan desafortunada, y él, su pana, se aseguraría de acompañarle en la digestión de ese aprendizaje.

 

 

 

- ¡Naruto!

 

 

 

- ¡Papá!

 

 

 

 

El rubio se lanzó a los brazos del pelicastaño y sin esperar alguna clase de reprimenda, se echó a llorar junto con él como si fueran críos.

 

 

- Naruto… estaba tan preocupado…

 

 

 

- Lo siento papá…

 

 

En eso llegó Kakashi, quien al darse cuenta de que su hijo había regresado se fue hasta donde se encontraba sin pensarlo.

 

 

 

- ¡Mijito! – Lo aplastó con sus enormes brazos - ¡Pensábamos que te habían secuestrado! – Soltaba una que otra lagrimilla.

 

 

 

Al parecer Kakashi había buscado al niño hasta por las alcantarillas, pensar que su pequeño había desaparecido y que estaba solo y desamparado lo hizo salir en su búsqueda. Los padres sabían que una de las razones de huída del chico habían sido sus constantes peleas, habían sido demasiado egoístas al meter al ojiazul en sus problemas, se habían comportado como infantes sin pensar que su hijo recibía todo el daño. Típico en los adultos, no darse cuenta del sufrimiento ajeno hasta que es demasiado tarde. Afortunadamente para Naruto, sus padres habían reaccionado a tiempo.

 

 

 

 

 

 

Durante la cena los padres llenaron al chico con afecto, diciéndole cuanto lo amaban y apreciaban, así como también le pidieron perdón por todo el daño emocional que le habían causado. Naruto se sintió incómodo, pero feliz de que le confesaran lo que deseaba escuchar.

 

 

 

***Flash Back***

 

 

 

- Señor Iruka, necesito hablar con ustedes.

 

 

 

- Eh… si.

 

 

Ese día el Nara había aprovechado que Naruto se había salido para hablar con sus padres, por suerte Kakashi se encontraba ahí.

 

 

- Por favor, no peleen más, al menos no frente a Naruto.

 

 

- ¿Cómo? – A Kakashi eso lo tomaba desprevenido.

 

 

- Sé que esto no es de mi incumbencia, pero deben entenderlo… Naruto sufre mucho por lo que pasa en su casa – Shikamaru hablaba con pasión.

 

 

- Esto… - Iruka se sentía afectado, sabía que el niño tarde o temprano sufriría por sus acciones.

 

 

- Sé que ustedes son buenas personas y que… muchas veces pueden tener sus problemas. Pero los padres no deben pelear frente a sus hijos, porque eso les hace daño. Naruto sufre porque los ve lastimarse… por que los ve sufrir… díganme… ¿Ustedes quieren a su hijo?

 

 

 

- Pues, claro que lo queremos –  Mencionó Iruka como si le hubiera preguntado algo obvio.

 

 

 

El Nara se dirigió al peliplateado, quien al notar la mirada sobre él, espetó:

 

 

- Si, él lo sabe…

 

 

 

- No señor, Naruto no lo sabe si no se lo dicen. Debe pensar que lo odian si son capaces de mostrarles sólo dolor, porque eso es lo que están haciéndole al lastimarse ustedes: Lastimándolo… así que, por favor, quieran a su hijo…

 

 

 

***Fin del Flash Back***

 

 

 

Iruka recordaba la charla sostenida por el joven Nara, junto a Kakashi había decidido no mencionar nada sobre su huída de casa, de ahora en adelante querían ser mejores padres para Naruto.

 

 

 

- Oye Naruto ¿Qué te parece si vamos éste fin de semana a la playa?

 

 

 

- ¡¿De verdad?! – Las pupilas azules abrillantadas por la emoción.

 

 

 

  - Si… sólo si tu padre quiere.

 

 

 

- ¿Eh? – El pelicastaño se sorprendió -  No… vayan ustedes – Notó cierto cambio en Naruto, así que decidió poner de su parte – Bueno, está bien… iré.

 

 

 

 

- ¡Yeeeeeeeeeeeey! ¡PLAAAAAAYAAAAAAAAA! – Exclamó a todo pulmón como niño chiquito.

 

 

 

Tanto Iruka como Kakashi, por primera vez se sintieron como verdaderos padres, compartiendo no sólo la responsabilidad de mantener y educar un hijo, sino también la responsabilidad de darle amor.

 

 

 

Beep Beep!

 

 

 

- ¿Naruto? ¿Estás bien?

 

 

- Si… no te preocupes… mis papás no se arrecharon ni nada.

 

 

 

- Je… me alegro – El Nara suspiró aliviado.

 

 

- Shika… - Llamó en un tono de voz leve.

 

 

- Dime…

 

 

- Esto… - Naruto se mantuvo en silencio, como pensando – Yo…

 

 

- Naru… - Interrumpió - ¿Irás al cole mañana? Porque si quieres puedes quedarte a descansar.

 

 

- Tranqui. Yo estoy bien – No se dejaría perturbar, el ojiazul estaba decidido a seguir adelante. De nada le serviría quedarse en casa y lamentarse por los malos momentos que había pasado, no… Naruto quería saber que nuevas experiencias les deparaba el futuro, quería aprender y levantarse las veces que se cayera. Pues estaba seguro de que cuando algo fallase, ahí estarían sus padres y su Shika para ayudarle – Si vuelvo a faltar me llamaran flojo y no lo soy… creo… ja ja  

 

 

 

- Je je tienes razón. No es bueno que se acumulen los apuntes… - Se alegró de oírle bastante animado - ¿Podría ir a buscarte para ir al cole mañana?

 

 

 

- ¡Si! ¡Si puedes! – Se notaba bastante emocionado – Pero estate temprano ¿Eh?

 

 

- Si… madrugaré, por ti.

 

 

- … - El catire no sabía que decir, del otro lado de la línea se hallaba sonrojado – Tampoco así… tienes que dormir…

 

 

- Eso te digo yo a ti, descansa ¿Vale?

 

 

- SiShika…

 

 

- Dime.

 

 

- Gracias por todo…

 

 

- Tonto – Lo dijo más a modo de cariño que de insulto.

 

 

- Shika… - Llamó de nuevo – Te… quiero.

 

 

- Ju… yo también te quiero Naruto.

 

 

- ¿De verdad?

 

 

- De pana.

 

 

Tu… tu… tu…

 

 

 

Ambos sentían un aprisionamiento en sus corazones, como si lo que sintieran fuera demasiado grande para ellos. A pesar de lo ocurrido, Naruto se permitió perdonar a Sasuke, porque comprendió que nada bueno traía el tener odio en su corazón, esperaba que el muchacho comprendiera lo que decían las letras de sus famosas canciones y aprendiera, algún día, lo que era amar de verdad.

 

 

 

 

 

Continuará… 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

Je je tan lindo Naru n_n para el que no lo sepa, por aquí se suele decir “de pana”, cuando se quiere afirmar algo, es como decir “en serio” o “te lo puedo asegurar”, me gusta mucho usarlo en mi vocabulario diario :3 gracias a todo aquel que se animó, tanto a leer como a dejar su comentario :B Les envío muchos besos amorosos y abrazos llenos de buenos deseos! Sigan adelante mis queridos marchantes! No permitan que nada los derrumbe!! Hasta la próxima oportunidad!! Bye Bye!! 

 

 


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