Aquel castillo guardaba un eterno secreto. En el pasado había existido un Conde solitario. Las riquezas le habían sobrado pero el vacío en su interior no era llenado. La belleza del joven era envidiada su estatura era de 1.81 cm, cabello color negro algo largo, ojos con una tonalidad azul, sus pestañas negras y ojos algo rasgados. Aún con su alegría y bromas algo le faltaba. Durante una mañana cuando salió a cabalgar por la orilla del mar escuchó una dulce voz.
—Cada vez que me acerco a ti (Cada vez que te estoy besando). Siento como que estoy soñando. (Te tendré, mariposa)1[1]— Una joven de cabello corto y de tono rubio cantaba con tristeza.
Ante aquél aparición el Conde se quedo sin palabras. El joven era delgado su estatura no pasaba de 1.67 cm. La ropa que usaba era unos pantalones blancos desgarrados y sucios. El Conde se detuvo. Pero el joven se asustó ante aquella presencia. Comenzó a correr hacia un conjunto de árboles. Seung Hyun como así se llamaba aquel joven. Bajó rápidamente de su cabello. Con pasos firmes detuvo al jovén .
—No huyas. No te haré daño. Lo prometo—Dijo el joven con una voz profunda y sensual.
El pequeño joven solo se estremeció ante el contacto. El miedo se comenzó a apoderar de su cuerpo. Gruesas lágrimas salieron de sus ojos. Las fuerzas escaparon del joven provocando que se desvaneciera en los brazos del extraño. Seung Hyun lo tomó en sus brazos llevándolo al castillo. Al llegar varios sirvientes corrieron a su ayuda. Ordenó que cambiaran al joven y lo llevaran a una habitación para que descansara. Su madre hizo acto de presencia al ver aquél chiquilla que su hijo traía en brazos.
— ¿Como te atreves a traer a ese pordiosero a la casa? Además de ordenar que lo curen. — Gritó su madre con furia acumulada. Seung Hyun se volteo hacia su madre. Levantando la ceja no entendiendo la reacción de su madre y dijo. —No vez el estado en el que se encuentra ese pobre chico. Creó que me has enseñado a tener piedad con mis semejantes. — finalizó el joven dirigiéndose a su despacho.
Su madre se quedó sería. Ella había tratado de inculcarle algo de respeto hacia cualquier tipo de personas. Pero la noticia que había recibido en la mañana la había puesto de mal humor. De repente uno de los sirvientes entró indicándole al Conde que el joven había despertado. Al escuchar estas palabras el chico se dirigió corriendo hacia la habitación. Su madre lo acompaño. Al llegar aquel cuarto el joven se veía más calmado. Estaba algo nervioso y temeroso por toda la gente que tenía alrededor.
— ¿Te encuentras mejor? ¿Cómo te llamas? ¿Qué te sucedió? — El pelinegro comenzó a lanzarle miles de preguntas que solo confundían más al pobre chico.
El extraño trató de tapar sus oídos con sus manos cerrando fuertemente sus parpados. En ese momento la madre de Seung Hyun pudo ver una marca en el antebrazo del chico. Se llevó la mano a la boca tratando de detener la salida a un grito. Retrocedió lentamente saliendo de la habitación. El Conde les ordenó a los demás sirvientes salir de la habitación. Se acercó al joven. Colocó sus manos sobre las del chico que tapaban los oídos. Unió su frente con la del rubio.
—Te quedas solo ausente. No te preocupes, se puede estar solo, pero no es lo único. Mira a tu lado, no estás solo. No llores. Te quedas solo ausente. No te preocupes, se puede estar solo, pero no es lo único. Mira a tu lado, no estás solo2[2]. —Cantó Seung Hyun con una voz profunda. Entonando cada una de las palabras con sentimiento.
El chico dejó de templar. Poco a poco fue abriendo sus ojos hasta toparse con los azul-marinos del chico. Sus miradas se cruzaron. Entonces una sonrisa cruzó por sus labios. Seung Hyun levantó una ceja.
— ¿Te encuentras mejor? — Dijo de manera suave. El rubio asintió. — ¿Me dirás tu nombre o tengo que cantarte todo? —Y las carcajadas salieron de la boca del chico contagiando al rubio. —Mi nombre es Jiyong. Mi hermano y yo íbamos hacia la frontera pero tuvimos un accidente y me separé de él. Ahora estoy perdido y solo. No sé que voy hacer sin él. — Sus últimas palabras fueron dichas con tristeza.
El conde se levantó de la cama. Comenzó a caminar de un lado al otro. Tratando de pensar claramente. Todo había sido tan rápido. No podía dejarse perder por un sentimiento tan repentino. Aquello que crecía en su pecho no podía ser llamado amor. Eso era algo ridículo. Se paró frente a la ventana. Volteó a mirar al chico.
— Quédate un tiempo en el castillo. Hasta que encuentres a tu hermano. —Comentó con serenidad. El rubio abrió sus ojos. Trató de levantarse pero sus piernas fallaron dejándose caer de vuelta en la mullida cama. Seung Hyun corrió hacia él para sostenerlo. — Gracias. Yo podré trabajar como su sirviente para pagar todo lo que consuma. — Respondió con una sonrisa provocando que el conde se estremeciera.
Seung Hyun caminó hacia la puerta llamando a los sirvientes los cuales acudieron rápidamente. Les indicó lo que se debía hacer. Se adentró a su despecho donde se dispuso arreglar varios pendientes pero sin lograrlo su mente estaba inmersa en el nuevo inquilino. De repente Daesung el amo de llaves entro algo preocupada. …l le comentó al Conde que Jiyong tenía muchas marcas unas ya eran cicatrices y otras recientes. Ante esto Seung Hyun sintió una ira crecer en su interior. Trató de salir hacia la habitación del rubio pero el ama de llaves lo detuvo. Le dijo que él ya le había preguntado el porqué de las heridas al chico. Pero Jiyong solo temblaba y se ponía a llorar. Lo mejor era no preguntar más e investigar sobre él.
[1] Butterfly. G-Dragon. Heartbreaker (2009)
[2] Oh Mom. GD&TOP. GD&TOP vol 1.(2010)