Habían pasado 2 días desde la conversación que había tenido TOP con Ji, cada hora que pasaba la desesperación del pelinegro aumentaba no había tomado ninguna gota de alcohol ya que no habría suficiente vino que le hiciera olvidar el incesante dolor que crecía en el interior de su alma se encontraba con la cabeza escondida en las almohadas.
—Aun huelen a manzanas, aun huelen a ti. —Decía en un suspiro.
De pronto el tono de mensaje en su celular lo hizo pararse con rapidez ya que aun tenia la esperanza de que GD recapacitará, había estado debatiéndose consigo mismo si ir a casa del rubio y hablar con él, pero no quería alterarlo no deseaba que un altercado pusiera en mal estado a su esposo así que prefirió esperar pacientemente. Al leer el SMS se llevo una agridulce noticia al ver que se trataba de Min Ho quien lo invitaba a cenar, no existía ningún ánimo de salir por parte del pelinegro necesitaba paz. En realidad necesitaba aire limpio, necesitaba distraerse tal vez platicar con otra personas de cosas diferentes le podrían abrir la mente para resolver sus problemas. Decidió que lo mejor era salir por lo tanto le contesto a la joven son un si a su propuesta. Se dirigió al baño mientras se hundía en la tina los recuerdos de su amante llenaban su cabeza con bellas imágenes.
Se dirigió a casa de la joven para después llevarla a cenar a un lujoso restaurant la joven se veía hermosa eso no podía negarlo pero lamentablemente para el pelinegro no existía ser más perfecto que su esposo. Cenaron plácidamente hablando de cosas triviales de la vida y por un solo momento TOP pudo descansar, tal vez conversando con alguien externo a su vida personal podría encontrar la paz y la claridad para tomar una decisión. Al terminar de cenar tomaron una copa juntos.
—Tanto extrañas a esa persona que amas. —
—Disculpa, no te entiendo. —Decía con cara de duda el pelinegro.
—Tu cuerpo esta frente a mi pero tu mente parece estar en otro lugar, ¿en verdad amas tanto a esa persona? —
— Si, desde el momento que lo conocí no ha existido alguien más en mi vida. —Confeso el mayor con melancolía.
—Babo, entonces que haces aquí debes salir y buscarlo sin importar lo que digan los demás ¿Lo quieres?. —
—No, lo amo. —Respondió con confianza.
Ante la respuesta la joven sonrió de lado haciéndole una seña con la cabeza de que se fuera. Seung Hyun hizo una reverencia y salió corriendo del lugar subiéndose a un taxi marco con rapidez el número de GD pero no hubo respuesta entonces decidió ir con Taeyang, moría de ganas de llegar a casa de sus suegros y raptar a su esposo pero sabia que no estaba en condiciones de crear un altercado, lo mejor era planear algo más calmado con su próximo cómplice. Al llegar al domicilio toco el timbre y un desalineado SOL salió a recibir al pelinegro.
—¿Tu que haces aquí?. —
—Vengo de estar con MinHo para …—
El mas bajo tomo al intruso por el cuello y lo arrincono en la pared.
—Eres un maldito como puedes hacerle eso a G-Dragón no sabes por lo que esta pasando y tu saliendo a pasear con otras chicas. —Gritaba con furia el moreno.
—Déjame terminar, sé que fui un tonto y que mañana que los medios se van a enterar y se va crear un caos pero en este momento necesito de tu ayuda para llegar a Ji, no contesta en su celular, he llamado a su casa pero me lo niegan y no he querido insistir debido a que no quiero preocupar a sus padres. Necesito que me ayudes a reunirme con mi esposo. —
—Lo siento pero no sé donde esta o mejor dicho nadie sabe donde esta. —Contesto con preocupación YB.
Las palabras de Taeyang atravesaron su corazón donde rayos estaba su esposo un terrible miedo invadió cada una de sus células, el temor a no volverlo a ver inundo su alma y de repente todo se volvió negro desvaneciéndose a medio pasillo. El olor a vino despertó sus sentidos, volviendo a la vida al abrir los ojos se encontró con el pelinegro.
—Hemos tratado de buscarlo pero parece que ha desaparecido bueno tal vez YG sepa algo pero jamás nos dirá donde esta. ¿Pensé que lo sabias?.
—No lo sabía. Solo un día desapareció sin dejar rastro. Tengo miedo YB de no volver a verlo es un sentimiento que me asfixia. Que se ahoga en mi garganta impidiendo que hable. ¿Algunas vez has sentido ese frio que congela tu mente y ahoga tu voz en un grito vació?
El moreno miro hacia el vacío tratando de evocar algún recuerdo que reviviera ese sentimiento de desesperación fue entonces que vio la foto de él con CL abrazados y una sonrisa fría apareció en su rostro.
—Si, cuando era más joven acompañaba a CL a su casa, ella solo debía cruzar la calle para llegar a su hogar. Esa tarde llovía demasiado que era muy difícil ver más allá de tu nariz, le rogué que me dejara ayudarla a cruzar pero se negó determinadamente argumentando que ya era demasiado y que se sabia cuidar. Cuando me di la vuelta comencé a caminar y fue entonces que escuche el sonido de un coche frenar con fuerza y el golpe seco de un objeto que golpeaba el piso. Mi corazón en ese momento se detuvo así como la lluvia a mi alrededor, no podía ver nada, mis pies quedaron pegados al suelo volviéndose tan pesados que no dejaban que me diera vuelta, saque fuerza de mi coraje y voltee mi rostro para después salir corriendo en dirección a donde se veía un auto parado, la multitud se había acumulado a pesar de la lluvia fue en ese momento que todos se desvanecieron dejándome ver los ojos de Chae Rin que estaba igual de asustada que yo, corrí abrazarla sin importarme lo que haya pasado lo único que me importaba era comprobar que esa chica fuera real que fuera mi dulce amiga. Cuando sentí sus manos acariciar mi rostro y las mías sobre el suyo supe que todo había sido un mal sueño. Fue la primera y única vez que he sentido ese frio que congela tu sangre y te quita el aliento. — Confesaba con nostalgia.
—Es hermoso amar a otra persona de esa manera ¿No crees? El amor es eso YB es experimentar la muerte en vida, es sentir como lo más importante en tu mundo se desvanece frente a tus ojos pero que al tomarlo en tus brazos deja de hacerlo y se convierte nuevamente en un ser visible. —
Seung Hyun se levanto dejando a un sorprendido SOL quien ahora en su mundo las piezas encajaban a la perfección, ahora todo tenia sentido, una dulce esperanza se dibujo en su rostro como si fuera capaz de entenderlo volteo a su cara hacia donde el intruso abría la puerta.
—Gracias. —Decía en voz baja.
—Deberías darte prisa antes de que ella se canse de esperarte bajo la lluvia, solo las personas que pueden verse en medio de una multitud nacieron para estar juntas por que están conectadas por un delgado lazo llamado destino. —
Seung Hyun se dirigió a su departamento esperaba que YB recapacitará, tal vez pudiera quitarse de complejos y comenzar a vivir la vida al limite sin preocuparse de pequeñeces. La profunda angustia atormentaba su alma, el miedo le impedía caminar bien tuvo que sostenerse de las paredes durante el recorrido a su hogar, abrió la puerta con pesadez, las lagrimas no habían salido por que aun no podía creer que no volvería a ver a amado. Su sorpresa fue mayor al ver que en el interior de la casa lo esperaba un pelirosa sonriente, se veía tan contento tan brillante como si jamás se hubiera enfermado era su Ji Yon de hace unos meses aquel que aún no estaba condenado a sufrir por un destino cruel. Corrió para esconderlo en sus brazos para que no se desvaneciera como los anteriores recuerdos, aspiro el dulce aroma a manzanas y una sonrisa floreció en su pálido rostro.
—No te he llamado desde hace tiempo, solo puedo llamarte para pedirte perdón y por eso lo siento aún más. —Decía con tristeza el pelirosa.
—Estas ahora conmigo pequeño y nadie podrá sepáranos, saldremos adelante no temas amor a mostrarme tu cara de sufrimiento seré fuerte por los dos te lo prometo. —Juraba el pelinegro.
Comenzó a besar la rosa cabellera con ternura como si se tratase de una muñeca de porcelana que en cualquier momento podría romperse.
— ¿Que es tan bueno de mi torcido orgullo? Quiero correr hacia ti pero aun es muy difícil, pero intento actuar cool, como si nada pasara. Si pudiera deshacerme de este cariño, si pudiera deshacerme de este odio. Cariño sabes que eres todo lo que tengo. Me he dado cuenta demasiado tarde, lo siento. —Confesaba entre suspiros el más pequeño.
Ji Yon levanto el rostro encarando al del mayor tomo entre sus manos la cara de su esposo sonriendo con dulzura le dio pequeños besos en la frente, en sus ojos, en la punta de la nariz hasta llegar a los labios donde el beso fue cálido, solo uniendo sus labios cerrados con los de su pareja, ambos cerraron los ojos y las imágenes de su pasado se hicieron presentes. La primera vez que se conocieron cuando eran niños, la vez que lo volvió a ver en aquel Bar, cuando entraron a Big Bang, la vez que debutaron, su primer premio como mejor banda masculina, la primera vez que hicieron el amor, el primer beso, la primera caricia, el primer te amo. La lagrimas salieron de ambos ojos con insistencia ninguno de los dos podía detenerlas. El temor creció en el interior del mayor no deseaba ver su pasado, no soportaba vivir su presente y no podía imaginar su futuro. Tenía miedo de perderlo, temía que si abría los ojos desapareciera ante él como un recuerdo. La angustia de pensar que su vida después de esa noche estaría llena de una fría soledad le atemorizaba.
—Te necesito, vuelve. Quiero decirte sinceramente que mi corazón se cae. ¿Donde estas? Nunca podre olvidar nuestra primera cita. ¿Por qué? Tu cumpleaños aun esta marcado en mi calendario. Oh no me lo creo la gente esta diciéndome que mi risa ha muerto. Hubo una amistad de viejos amigos solíamos hablar toda la noche por teléfono. No te vayas quédate a mi lado. No sueltes mi mano. —Confesaba con desesperación el mayor.
El pelirosa sujeto su mano con fuerza acomodo su cabeza en el pecho del mayor para escuchar como latía su corazón. TOP abrió los ojos y ahora la persona que estaba frente a él tenia el cabello rojo, fue entonces que lo entendió y volvió a besarlo con vehemencia devorando cada centímetro mientras las rebeldes lagrimas salían de sus ojos. Acaricio su cabello que ahora era castaño con pequeños bucles que lo hacían ver tan tierno había adorado ese look. TOP junto su mente a la de Ji Yon de 16 años.
—Jamás te dejare de amar eso te lo prometo, te buscare hasta el mismísimo infierno para que vuelvas a mi lado. —Le decía entre lagrimas el pelinegro sujetando a Ji Yon.
—Te estaré esperando porque mi corazón dejará de latir hasta que pueda decirte otra vez Te amo. No moriré hasta volverte a ver mi amado baby. —
Fue entonces que la imagen de un niño se despedía de Seung Hyun quien cayo de rodillas al piso cubriéndose la cara con las manos. No sabe cuando tiempo pasó hasta que las lágrimas se cansaron de vagar por sus mejillas pero el reloj marcaba las 4 de la mañana. El sonido del teléfono lo saco de sus pensamientos.
—Bueno. ¿Dr. Kang? —Contestaba con voz entrecortada el moreno.
—Sr. Choi que bueno que lo encuentro es urgente que venga al hospital.