Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una gota de color por Syarehn

[Reviews - 146]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno aquí esta lo que prometí, espero no defraudarlos con mi aberración Bruce/Clint~  y por cierto, narra Bruce.

Naranja

 

No sé en qué momento nació este sentimiento. Tampoco tengo noción de cuando fue que comenzó a crecer, sólo tengo claro el día que lo descubrí, revoloteando a tu alrededor y señalándote como parte vital en mi caótica vida. El término “amor” no es algo que me gustase sentir, más bien he tratado de evitarlo por miedo. No hablo del temor a salir herido por una traición o un rechazo… me asusta lastimarle a él, y sé que el otro sujeto podría hacerlo con facilidad.

¿Por qué lo amo?

No hay respuesta lógica.

En realidad si la hay. Él me acepta como soy: con más defectos que virtudes, con la apática personalidad que me caracteriza, con mi afición por la ciencia — algo que compartimos— y sobre todo, con la carga que significa para mí el otro sujeto, al cual trata con tanta amabilidad, tanta que incluso he llegado a sentirme celoso. Él quiere que lo acepte, que aprenda a vivir con Hulk en el entendido de que somos uno mismo pero es complejo vivir sabiendo que no eres dueño de ti al 100%, que es fácil perder el control y que terminaré lastimando a otros sin realmente quererlo.

Cuando vi  a Tony por primera vez en televisión parecía tan egocéntrico e indiferente que me molestó el simple hecho de escucharle alardear. Cuando lo conocí en la base aérea de S.H.I.E.L.D., entendí porqué el mundo lo amaba, era tan carismático y sarcástico pero a la vez tan sincero que incluso dolía. Pocas personas lo son y eso lo hace único, tan único que se convirtió en el único amigo que tengo, el único que me entendía… no sé en qué punto comencé a tergiversar las cosas y a confundir sentimientos.

Soy consciente de que no me ama y aunque Steve es un gran hombre creo que no es el adecuado para él…

…O quizá lo sea y yo me cierre a esa posibilidad por celos…Pero cada beso, cada abrazo, cada caricia, cada palabra que Steve le brinda y que Tony corresponde me confirman que Stark no es para mí.

Un mal día en que no pude soportarlo más y el otro sujeto decidió hacerse cargo y — a su manera— expresó lo que ambos sentíamos… lo que yo sentía.

¿Su respuesta?

«—Estoy enamorado del capitán idiota… no es algo que yo haya planeado o incluso que haya decidido… sólo pasó.

— Hulk quiere a Tony…

— Hulk no merece a un egocéntrico vanidoso… lo siento chico verde.»

y aún así lo amo. O eso creo sentir…

Después del curioso incidente, lo único que supe fue que desperté en la mansión Stark con Barton cuidándome. Sé que estaba preocupado y se alertó más cuando Steve entró a mi habitación diciendo que necesitábamos hablar…

 

 

*****

— Lamento lo de ayer… — me dijo apenado.

— si… bueno… no tanto como yo, supongo. — Un incomodo silencio llenó el ambiente. — No creo que seas el hombre adecuado para Tony. — afirmo de golpe. Steve no pudo evitar la sorpresa y molestia que le causó el comentario. — por más que intentes dejar atrás tus creencias, ambos sabemos que no es tan fácil… terminarás lastimándolo y el día que lo hagas te mataré.

— eso no pasará. — sonrío burlón ante su comentario.

— qué idealista. Escucha Steve, no dudo que ames a Tony, sólo no creo que sepas manejar la rivalidad entre lo que sientes y lo en lo que has creído siempre.

— lo haré.

— ¿Cómo? si ni siquiera puedes poner en orden tus prioridades cuando Tony está cerca — me burlo de nuevo  haciendo referencia a un par de ocasiones donde Steve había abandonado a su suerte a una multitud de civiles por cuidar de Iron Man.

— Fue un descuido, mi prioridad es mantener a las personas a salvo y eso incluye a Tony. — argumentó convencido.

— Estás mezclando las cosas,  además ¿Por cuánto tiempo será así? ¿Mientras te das cuenta de que no puedes lidiar con tu deber y tu debilidad sentimental? ¿Por qué no simplemente admites que eres una masa maleable ante Tony?  Llegará el día en que te canses o te vuelvas nada y cuando ese día llegue, Tony se cansará de ti.

— ¡Sabes que no es verdad! — Steve estaba serio, molesto. Era la primera vez que lo veía así — ¿Y desde cuando esto se convirtió en una retahíla de errores en mi contra? Había venido a disculparme pero realmente no mereces que lo haga.

— ¡No le pedí que lo hicieras, capitán! Además, únicamente estoy explicándote  porque no creo que debas estar con Tony... La palabra ‘estabilidad’ no encaja en ti por mucho que te fuerces en aparentar que sí.

— Pues tú no eres precisamente ese ejemplo de ‘estabilidad’ de que hablas. No soy yo el violento monstruo verde. — dijo asestándome un definitivo golpe bajo con sus palabras.

— al menos yo no lo obligaría a mantener nuestra relación en secreto porque me avergüenzo. Tony siempre ha sido liberal, espontaneo, desinhibido. Tú lo reprimes, lo encasillas al molde de tus propias limitaciones. Va a aburrirse de ti Steve.

Steve guardó silencio un momento, él sabía que yo tenía razón: estaba limitando a Tony.

— me haré cargo de eso… — aseguró en voz baja, más calmado ahora.  

— ¿lo harás? Las personas no cambian de la noche a la mañana y para cuando comiences a hacerlo Tony se habrá hartado de la rutina moralista que le impones.

— ¿Cómo puedes hablarme tú de ‘rutinas’ y vidas aburridas cuando la tuya es el más claro ejemplo? No se ofenda doctor, pero es el menos indicado para reprocharme. — Steve se dio la vuelta dispuesto a marcharse. A pesar de mantener una “conversación civilizada” ambos habíamos abofeteado los puntos débiles del otro. — y doctor… recuerde que Tony es mi novio ahora, le agradecería que se mantuviera al margen de nuestra relación…

— lo haré… mientras dure. Y no habrá que esperar mucho si eso depende de usted, Capitán. — Rogers salió con un estruendoso portazo.

*****

 

Cuando llego a la prisión, un puñado de hombres intenta detenerme. Ilusos. Hulk es más fuerte de lo que creen, más aún cuando se trata del vanidoso Stark. En pocos minutos la prisión se halla en algo muy cercano a ruinas y una enorme cantidad de personas ha escapado ya, los carceleros se olvidan de mí para perseguir a los presos y yo continúo mi búsqueda.

Al llegar a la planta baja y ver al objeto de mi ira me encamino hacia él con avidez. El hermano de Thor está allí y lo hago a un lado sin mucho esfuerzo dejando que se estrellé con la pared. Ambos sabemos que no es rival para Hulk, se lo demostré una vez y lo haré de nuevo si interfiere. Rogers, que estaba tirando frente a una ventana intenta levantarse e ir a donde se halla Loki pero se lo impido con el puñetazo más intenso que logro asestarle.

Cae de bruces contra el concreto y sin dar tiempo a nada lo tomo de cuello para continuar mi trabajo. Él no pelea mientras azoto su sangrante cuerpo contra la pared y mi puño, me detengo sólo cuando los ladrillos se van abajo por el constante impacto. Estoy por comenzar de nuevo cuando una extraña fuerza aleja el cuerpo de Steve de mis manos, miro entonces a un costado y noto que se trata de Loki. Corro hacia él para hacerle pagar su estúpida intervención cuando coloca su cetro en mi cabeza.

— Controlar personas no es lo único que hace mi bebé — me asegura mientras siento como mi cuerpo se debilita lentamente, intento apartar esa cosa de mí pero el cansancio es más grande. — no te permito que vengas aquí a culpar al capitán por algo en lo que tú también eres responsable. — Notó la sorprendida mirada en de Steve en mí, mientras regresó paulatinamente a ser Bruce Banner. — antes que nada, cuéntanos en qué estuviste trabajando esta semana.

Sin saber realmente porqué, escucho mi propia voz comenzar a narrar sin mi consentimiento.

— en estudios sobre la testosterona.

— ¿y a que conclusiones llegaste?

— si se aumenta la producción de testosterona en un hombre entre 12 y 35 años puede causar un aumento de la conducta agresiva de los sujetos, tanto física como verbal. Se vuelven irritables e inestables.*

— parece que te describes a ti mismo, doctor — se burló Loki, quise contestar pero su maldito “hechizo” me lo impedía. — ¿y qué más?

— tome una muestra del ADN del capitán, y me  di cuenta de que él, debido a la alteración del suero del súper soldado, es más propenso a sufrir ataques de ira a causa del aumento de testosterona que el resto de los hombres, todo ello sin padecer efectos secundarios como el cáncer.

— ¡¿Por qué demonios hiciste una investigación así?! — explotó Steve.

— relájate. Deja que termine de hablar — medió Loki. — ¡Continua!

— creé un suero a base de testosterona combinándola con otras sustancias y… — me resistí a decirlo.

— ¡¿y…?! — me apresuró Steve.

— y aún estás bajo los efectos del suero, capitán. Tu cuerpo tardará al menos un mes en desintoxicarse naturalmente.

— ¡bastardo! — sentí la sangre escurrir por mi nariz cuando un certero golpe del capitán me la rompió. — ¿¡Tienes idea de lo que le hice a Tony por tu culpa!?

— Rogers — reprendió Loki — cállate y mantente quieto al menos mientras estés afectado por la droga. Ahora dinos hombre verde, ¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste incluso antes que Tony?

— cuando fuiste detenido por el ejército, el Presidente envió por Tony para saber si algo en ti estaba mal,  Tony se encontraba ya en la conferencia en la que ambos anunciaría su relación, así que fui yo quien acudió con el presiente. Cuando me peguntó, yo le hablé de un aumento anormal de testosterona en tu organismo, le  enseñé las muestras de tu ADN alterado y fue él solo quien tomó la decisión de que eras un peligro para todos  y ordenó que te trasladaran aquí. Influenciado claro, por tus acciones ese mismo día. Llegué antes porque el mismo presidente me exigió que continuara con los estudios, te curara y te convenciera de aceptar el trabajo que te ofreció  pero no puedo hacerlo, sólo estaba esperando a Tony para hablar con él...

— ¡Maldito hijo de…!

— No es sólo su culpa, capitán —interrumpió el asgardiano, colocando su mano en el hombro del soldado. — él te dio el incentivo pero la idea y las acciones son tuyas. Por tus malas decisiones terminaste aquí y violaste a Stark, recuérdalo. Puedes masacrar a golpes a Banner ahora o pelear con Hulk hasta que uno muera, pero quien sale perdiendo no es ninguno de ustedes.

El sonido de pasos nos alertó a los 3.

— ¿Qué demonios ocurrió aquí? — era Barton.

— pregúntaselo al señorde la ira. — se burló Loki mirándome.

— debemos irnos, hay helicópteros de las fuerzas armadas que se dirigen hacia aquí, están aterrizando justo ahora… no debería advertirlos pero… — suspiro. — márchense ya si no quieren hacer esto más grande. — Loki asintió.

— No es adecuado que nos marchemos juntos, enviaré a tu amiguito lejos de aquí, búscalo en 35-0- 30 Norte, y 115-28-30 oeste. Si lo olvidas es tu problema.

Lo último que supe fue que Loki colocó su cetro en mi cabeza y cuando abrí los ojos de nuevo sentí el sofocante calor y la arenosa superficie en la que me encontraba. Era un desierto. No tenía las fuerzas y el ánimo para intentar moverme así que me arrastre hasta una roca cercana para atajar un poco el sol.

Loki tenía razón, la mitad de esto había sido mi culpa… si  no le hubiera dado aquel suero a Steve, Tony estaría bien y feliz. Yo había acabado con su felicidad a costa de querer alcanzar la mía.

Me dejé consumir por el intenso calor, sentía como mis fuerzas se iban con el paso de las horas, pero era lo menos que merecía: morir de deshidratación e insolación. Lo único que mis ojos veían era el intenso color naranja en el cielo, en las nubes, en el asfixiante sol y en la arena ardiente.

Entonces lo supe, eso no era amor sino mera posesividad. Si amara a Tony no le habría hecho daño. Mi amor era demasiado enfermo y al final del día no había sido Hulk quien lo había lastimado ¡Había sido yo! ¡Había sido Bruce Banner! ¡Yo era el monstruo! Yo era el egoísta y no Hulk. Quizá debía aprender de él y no enjuiciarlo ni reprimirlo. Quizá debía seguir su ejemplo y ser yo mismo, hacer lo quería hacer y no lo que creía correcto… igual que Tony.

¡Claro! Él lo entendió antes que yo… por eso era tan atento con Hulk, porque aquel monstruo al que yo desprecio era mi verdadero rostro. Siempre creí que Hulk era el enemigo, la máscara que el destino me había forzado a usar, ¡pero fue lo contrario! La máscara era Bruce Banner, el científico, el que decía amar a la humanidad, el que se jactaba de ser pacifico y correcto. Yo era la careta que había usurpado el lugar de Hulk y lo reprimía… ¡Y lo noto ahora! Justo ahora que he tirado por la borda las ilusiones y la felicidad del único que vio la realidad de mi situación. Tony siempre fue mi amigo y yo lo traicioné…

— ¿doctor? ¡Bruce! — la voz de Barton y el ruido de un Jeep  me sacaron de mis pensamientos. ¿Qué hacía aquí? Quise levantarme pero no pude, quise hablar pero no lo logré, mi garganta estaba seca, tan seca como mi corazón y la arena bajo mi piel. La cegadora luz del sol me hizo cerrar los ojos, la voz de Clint se fue pero la sustituyó el aroma a mandarinas que caracterizaba al arquero. Sentí algo fresco mojando mi cara y cuando logré enfocar al frente lo vi sonriéndome con un toque de alivio y preocupación. — ¿Cómo te sientes? — Nuevamente no pude hablar y él lo entendió. Me acercó una botella de agua y me ayudo a beberla. — Loki me contó a grandes rasgos lo ocurrido. — dijo con pesar limpiándome el rostro. No había notado que estaba llorando. — la CIA y el FBI te buscan, también a Loki. Los acusan de haber ayudado a escapar al capitán. Aún no se sabe nada de Tony y Fury está histérico.

Las lágrimas volvieron a empañar mis ojos y el abrazo de Clint fue más que reconfortante.

— ¿C-Cómo me encontraste?

— Loki me dio las coordenadas ¿recuerdas? “35°, 0 minutos 30 segundos al Norte, y 115° 28 minutos 30 segundos  al Oeste. No fue tan exacto pero te encontré.

— Tony no va a perdonarme — sollocé con esfuerzo.

— primero debes perdonarte a ti mismo…

— y mientras estaré tan sólo como lo he estado siempre. — dije aferrándome a él.

— dejaste de estarlo cuando me enamoré de ti, doctor. — susurró. No había duda en voz y sus brazos fueron más firmes entorno a mi cuerpo.

— No me merezco el amor de nadie. Una vez más destruyo lo que toco, como siempre y sé que pedir perdón no cambiará el dolor que él siente.** — Siento sus labios sobre los míos, sus brazos  rodeando mi cuerpo. Quise detener lo que sabía que seguiría pero su mirada y sus palabras me dijeron que debía continuar con mi vida, que debía ser yo mismo y buscar mis propios sentimientos, tal como Hulk lo hacía.

— déjame intentarlo. No soy Tony Stark pero puedo amarte como él no podría.

Volvió a besarme y esta vez correspondí con lentitud aún asustado pero con la determinación que jamás había tenido en mi vida. Clint estaba dándome una oportunidad para ser yo mismo y yo iba darle la oportunidad que él merecía de entrar en mi corazón.

Lo ayudé a despojarse de sus ropas usándolas como sabanas. Dejé de sentir el calor de sol naranja para sentir la frescura de Clint sobre mi desnudo cuerpo. La cálida arena bajo mis pies dejó de molestarme para convertirse en un factor que estimulaba mis sentidos con su suavidad.

Lo sentí besar mi cuello y mordisquear mis hombros con una sensualidad que no esperaba de él. Acaricié su espalda haciendo círculos con los dedos que, por sus suaves gemidos, intuí que le gustaban, más tarde pasé a sus glúteos firmes y proporcionados.

— ah~ — me arrancó más de un suspiro cuando sus hábiles dedos comenzaron a masajear mi necesitada erección de forma continua y hasta cierto punto ruda.

No pude evitar la necesidad de hacerle sentir el mismo placer y con delicadeza introduje uno de mis dedos en su apretada entrada,  Clint se retorció entre mis brazos incitándome más. Cuando sentí los albores del orgasmo metí un segundo dedos moviéndolo en forma de tijeras. Él se detuvo y volvió a besarme.

— Bruce… — gimió incitante sobre mis labios — te quiero dentro. — le sonreí con cariño y saqué ambos dedos. Mientras lo besaba de nuevo le di la vuelta para quedar sobre él y una oleada de infinito placer me envolvió cuando comencé a introducirme en él.

Sus gemidos opacaron todo alrededor, haciendo que olvidara la tormentosa carga en mi consciencia. Fue Clint quien comenzó a moverse, anunciándome que estaba listo y que quería más. Me concentré en buscar el punto sensible en su interior y después de 3  estocadas un grito suyo me hizo saber que lo había encontrado.

— ¡Ah! ¡B-Bruce!

 Los traviesos dedos del arquero iniciaron un excitante juego con mis pezones al tiempo que apretaba cada vez más su esfínter dándome más placer del que había imaginado.

Las embestidas se hicieron más feroces y sin que él lo esperara, salí de su interior para ponerlo en cuatro. Besé su espalda y comencé a masturbarlo. La faceta erótica de Clint era excitante. Cuando lo penetré de nuevo no volví a detenerme hasta que ambos terminamos eyaculando entre jadeos y gemidos extenuados.

Permanecimos un rato echados en la arena, abrazados, reposé mi cabeza en su pecho y nos perdimos mirando el ocaso, pronto el tórrido calor menguó y fue Clint quien rompió el silencio.

— Debemos regresar o nos congelaremos. Te traje algo de ropa, está en el jeep. — asentí aún en su pecho.

— gracias por abrir la puerta de la felicidad para mí.

— Gracias por aceptar entrar en ella conmigo.

Ambos sonreímos mientras caminábamos hacia el jeep de un horroroso color naranja que Barton había comprado el mes pasado. Intentamos  vestirnos pero una nueva oleada de placer nos embriago.

— doctor, hay algo que siempre he querido hacerle — su sonrisa tenía un toque pervertido que me cautivó.

— No creo que sea el lugar para…

No terminé mi replica pues Clint ya había comenzado a masturbarme una vez más. Me senté como pude en el capo del jeep, con las piernas abiertas, una situación que nunca imaginé, al menos no con el agente Barton.

Su lengua dejó caminos húmedos por mi pecho y se entretuvo un delicioso lapso con mi miembro hasta que el arquero decidió que era suficiente y pronto sentí dicha humedad jugueteando con mi entrada.

— ¡oh, cielos~!

Jamás había experimentado una sensación similar y era idílico. Sentir su lengua en mi interior, entrando y saliendo en una lasciva cadencia me hizo perderme y dejar de pensar. Clint terminó fallándome en el capo del jeep, tan duro y apasionado  que me cuestioné quien sería la parte activa entre ambos… concluyo que nos rotaremos el papel.

Mientras los últimos rayos del día morían, un renovado Bruce Banner había nacido, uno que se aceptaba como era, uno que ya no separaba a Hulk y al científico porque entendía que eran uno mismo, dos caras de una misma moneda pero a fin de cuentas una única moneda. Ahora podía aceptar la felicidad porque me aceptaba a mí mismo. Uno que debía buscar a Anthony Stark para agradecerle y disculparse. Uno que tenía como meta ser feliz y hacer feliz a Clint… uno que intentaría a partir de hoy conocer el verdadero significado del verbo amar.

 

Notas finales:

*Bueno, no soy bióloga y no sé muy bien cómo funciona lo de las hormonas y si digo aberraciones con referente a eso explíquenme. 

PD: No culpen a Bruce, es una buena persona~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).