Taeyang miró con pesadez su reloj eran las 3 de la tarde del día 30 de diciembre, en su mente aún estaban los recuerdos de la conversación con su Hyung, trató de comunicarse con él pero nunca hubo respuesta, estaba preocupado ya que no sabia donde estaba él o su mejor amigo ambos habían desaparecido sin dejar rastro. Observo detalladamente el techo de su habitación descobijando su dorso desnudo, cerró sus ojos y la imagen de una rubia sonriente apareció.
—Te extraño. —Repetía tocando su pecho. —Pero soy un cobarde no tengo el suficiente valor para enfrentarte.
Se tapo con la almohada tratando de reconciliar el sueño pero el sonido de un SMS llegando a su teléfono lo despertó. Al abrir el celular se dio cuenta que era un número desconocido pero lo que más le sorprendió fue su contenido que decía: “Los cobardes se quedan solos en casa, yo sé que mi mejor amigo no es un cobarde. Levántate de esa cama y sé un hombre. No dejes ir al amor de tu vida. Si ella toma el avión hoy a las 6 de la tarde la perderás para siempre y el frio que sentiste aquella noche lluviosa vivirá para siempre en tu alma. ¿Estas dispuesto a perder tu corazón? Atte. Tu hermano del alma”. No necesitaba averiguar quien era el emisor, esas palabras y la firma le decían todo lo que necesitaba saber. Se levanto de la cama se apresuró a tomarse un baño y salió con destino a YG Family, sabia que antes de irse de viaje las chicas de 2NE1 iban a despedirse del CEO. Subió a su vehículo presionando con fuerza el acelerador su corazón latía con fuerza, tenia pánico enfrentarse a la rubia y darse cuenta de todos los errores que había cometido pero tenía más miedo a un vida sin su sonrisa o compañía. Cuando llego a la compañía le avisaron que las chicas habían ido en la mañana a despedirse y que lo más seguro era que ya estaban en el aeropuerto su vuelo se había adelantado. No sabia que hacer, estaba perdido el temor se apodero de sus corazón hasta que una mano le toco el hombro al voltear se encontró a un sonriente pelinegro que colocaba algo en sus manos.
—Tú sabes lo que debes hacer. Deja todo no pienses, no razones solo déjate llevar por lo que dicta tu corazón, él es el único que te dará la respuesta. —
—Perdóname por todo el daño que te hice. Sé que al final nuestra relación fue un fracaso pero hubo un tiempo en que realmente fui feliz a tu lado, adoraba despertar y ver tu dulce sonrisa, pero nunca fue suficiente para ti ni para mí. Estamos destinados a pasar nuestra vida con otra persona. —Confesaba SOL mientras acariciaba el rostro de maknae. —Espero que con el tiempo nuestras heridas se curen y regresemos a ser amigos. Te quiero.
El menor asintió con una sonrisa abrazando por última vez a su examante, le dio un beso en la frente, las lágrimas se hicieron presentes escapando por sus bellos ojos, era un adiós a la persona que amó por un largo tiempo, era verdad tuvieron sus buenos tiempos que ahora eran solo un agridulce recuerdo.
—No necesito tiempo para perdonarte YB ambos nos lastimamos, te amé pero ahora mi corazón le pertenece a alguien más como el tuyo le pertenece a CL. Sé feliz con ella busca un refugio para nuestro frio futuro, necesitaremos estar unidos para lo que viene. —SOL estrecho con más fuerza al maknae. —Nunca la lastimes y desde el inicio dile la verdad solo si me prometes hacer lo correcto te perdonaré.
—Te juró que lo haré pero también pelea por Daesung sé que te ama y perdonara tus errores ya que ambos tuvimos la culpa. Gracias y adiós. No te des por vencido sin antes haber peleado pequeño. —
El pelinegro se soltó de su expareja para dirigirse al aeropuerto mientras estrechaba contra su pecho el pasaporte y una nota que le había dado el pequeño panda. Se subió en un taxi para no ser reconocido durante el trayecto abrió la nota donde estaba un mapa pintado, indicándole con una cruz donde estaría el otro cómplice que le ayudaría a pasar desapercibido. Al llegar al aeropuerto se coloco unos lentes negros, cubriéndose con el gorro de su sudadera y encima una gorra, llegó al punto de reunión para llevarse una gran sorpresa, ahí escondido en los baños estaba Daesung son su singular sonrisa.
—CL esta en el avión, toma este es tu boleto. —Explicaba dándole el boleto. —No te preocupes la mayoría de las fans ya se retiraron podrás entrar por la una vía especial. Buena suerte ¿Amigo? —
El pelinegro azulado (ya que se había pintado el cabello) le extendió el brazo en señal de hacer las pases a lo que el pelinegro lo abrazo con fuerza.
—Siempre serás mi amigo. Perdóname por el daño que te cause y por favor dale otra oportunidad a Seungri, te necesita como tu lo necesitas. Por experiencia propia te puedo decir que el orgullo no arregla nada. Se aman no dejen que sus miedos los separen a veces no sabes si su amor tiene fecha de caducidad recuerda lo que vive nuestro líder. —El menor asintió con la cabeza. —Búscalo dile que lo amas, en este momento esta solo con mucho miedo.
La confesión por parte de su amigo le partió el corazón, no deseaba ver sufrir a su amado, anhelaba estar a su lado y consolarse mutuamente. Ambos se despidieron con una sonrisa deseándose lo mejor. Taeyang siguió cada una de las instrucciones hasta que por fin a lo lejos vio a CL sentada en una fila mirando por la ventana, en que momento se había vuelto tan hermosa se preguntaba el pelinegro mientras avanzaba más era su asombro, ¿Cómo no pudo darse cuenta de eso antes? Ella era un ángel con la sonrisa más bella jamás creada. Tomó su lugar a su lado con delicadeza para no despertarla del trance en el que se encontraba, por primera vez en su vida deseaba saber lo pasaba por su mente. CL al sentir que un extraño tomaba el lugar de Daesung se molesto.
—Disculpe pero el lugar esta reservado para.. —No pudo terminar la frase al darse cuenta de quien era el intruso.
—¿Para quién? —Preguntaba con inocencia mientras la miraba con intensidad.
—Para el amor de mi vida. —Contestaba sonrojada.
—Entonces estoy en el lugar correcto. —SOL la tomo de los hombros besándola con ternura.
CL no sabia que pensar y solo se dejo llevar por esos dulces labios, tocando el cielo con sus manos, hubo tantas veces que se imagino ese momento pero ningún sueño se le comparaba a lo que sentía. Todo su cuerpo era un caos el miedo, la felicidad, el deseo, el amor todo lo vivía. Su beso duro unos minutos ambos parecían no querer separarse por miedo a que esa fantasía desapareciera.
—No quiero que lastimes mi corazón en verdad no podría superar un engaño por tu parte. No soy tan fuerte como lo crees. —Confesaba tímidamente la rubia.
—Nunca te lastimaré. Por primera vez estoy seguro de lo que siento y lo que me haces sentir CL es amor. Esta sensación de vivir solo para estar con otra persona es un sentimiento que nunca experimente y que solo tú me haces sentir. No tengas miedo. —Expresaba con seguridad. —No te lastimaré y para que vuelvas a creer en mi te diré toda la verdad sobre mi.
Taeyang comenzó contándole lo sucedido con Seungri, sobre la enfermedad de Ji Yong, la platica con TOP, sus miedos, sus aspiraciones y el enorme deseo de estar con ella. Ambos lloraron pero todo el tiempo estuvieron tomados de las manos, SOL se desahogo mientras se recargaba en el pecho de la joven, ella solo lo abrazaba llenándolo de besos y repitiéndole que ella nunca lo abandonaría.
—Con mayor razón debes quedarte con él y cuando regrese de mi viaje estaremos juntos. —
—No, él no me necesita y yo solo quiero estar a tu lado quiero iniciar una nueva vida junto a ti, pasé lo que pasé sé que él esta con la persona correcta. —Expresaba robándole otro beso a la rubia.
El avión despego con destino a New York ambos pasarían el año nuevo juntos. Un peliazul miraba con alegría la pantalla de su celular “Voy rumbo a una nueva vida y mi mano va entrelazada a la mano de mi futura esposa. Hermano no te des por vencido ya que deberás ser padrino de mis hijos”, la nostalgia invadía su rostro, levanto sus rostro y vio a la lejanía las luces de un pequeño pueblo junto a la playa, todo estaba oscuro solo la luna reflejada en el mar llenaba de una tenue luz el lugar. Era una tarde fría, usaba un suéter muy abrigador mientras estaba sentado en una banca en una terraza, una manta cubría sus piernas de pronto pudo sentir una mano tocando su hombro se giro para sonreír con más fuerza.
—Hace frio deberías entrar a casa recuerda que estamos junto al mar y la brisa es más fuerte. —Comentaba con dulzura un pelinegro. —Déjame ponerte los guantes.
El pelinegro se arrodillo para estar a la altura de su marido, colocándole con cuidado los guantes al finalizar su tarea recargo su cabeza en una de sus manos, la fría brisa del mar llegó hasta ellos pero no temblaron ya que el calor de ese pequeño hogar era más fuerte, el menor con su mano libre acaricio los cabellos de su pareja. Aun no sabía como habían llegado a ese lugar y todo lo que había pasado esa terrible noche.
—Hay que terminar el trabajo, lo sabes ¿Verdad?. —Susurraba al oído de su pareja. —Ayúdame a unir al pequeño panda con Dae. Escribe los SMS que les vamos a enviar ¿Arreglaste lo del restaurant? Quiero que reciban el año nuevo con la persona que aman a su lado, quiero que sean tan felices como lo soy yo. —
El pelinegro solo asentía con la cabeza besando la mano de su líder. Seungri caminaba desesperado alrededor de la sala de su casa estaba nervioso, las palabras de Taeyang aún resonaban en su cabeza, tenia razón no debía darse por vencido sin antes haber peleado, el sonido de un SMS lo sacó de sus pensamientos “No te rindas mi pequeño panda, sé que eres muy fuerte y que nada te hará caer. Si estas dispuesto a pelear por lo que amas ve a esta dirección. ” Seungri tomó su chaqueta y se dirigió a la lugar que venia marcado en el mensaje, tenia miedo de enfrentarse a sus errores pero la esperanza de estar a lado de la persona que amaba le dio fuerzas para continuar. Daesung también se dirigía al sitio que le había indicado su líder en un mensaje “Cualquier cosa que suceda es buena. Esta bien, solo por esta noche ya que es bella. En este momento solo vuela alto y salta.” Una dirección venia anexada al mensaje así que decidió ir al lugar.
Al llegar se llevo una agradable sorpresa al ver que el maknae también bajaba de un vehículo sus miradas se cruzaron y una tímida sonrisa cruzo sus rostros. Se colocaron frente a la entrada mientras una señora los conducía a un lugar, sus corazones latían sin control estar tan cerca del uno al otro. Llegaron a una hermosa terraza donde la vista de la ciudad era perfecta al centro una mesa sutilmente arreglada y un sillón colocado estratégicamente junto al barandal, todo aquello parecía estar en perfecto orden para una cena romántica. Los dos bajaron la mirada no sabían que decir o sentir, tenían tantas cosas que decirse pero ninguno de los dos tenia el suficiente valor. Pero la voz de Ji Yon los sorprendió aunque lo buscaron con la mirada se dieron cuenta que el sonido salía del altavoz de un teléfono.
—Es un regalo de nuestra parte. —Se escuchaba decir. —Es nuestro refugio, cada vez que peleábamos o nos heríamos cenábamos en este lugar, era una manera de pedirnos perdón. Nos sentábamos en ese sillón mirando las estrellas y la ciudad, hablábamos de los problemas que nos aquejaban confesando cada uno de nuestros sentimientos para al final terminar abrazados y amándonos con más fuerza. Merecen ser felices, comiencen desde cero si es necesario pero nunca se rindan. Recuerden que al finalizar la noche solo se tendrán a ustedes, miren la ciudad, las estrellas y dense cuenta que en este inmenso mundo no están solos por que se tienen el uno al otro. Este es nuestro regalo. Te quiero Seungri siempre busque cuidarte pero deseo que alguien más este a tu lado si llego a faltar. Daesung, mi esposo siempre te ha querido y desea con el alma que seas feliz porque lo mereces. No dejen que su amor muera sin haber comenzado a vivir.
Las lagrimas le impidieron seguir hablando, los tres lloraba solo sus sollozos se lograban escuchar en el lugar. Seungri estaba tan agradecido por esas palabras por ese bello gesto pero le lastimaba imaginarse una vida sin su líder, eso no era justo. No soportaba ese dolor en su pecho que quemaba sus entrañas, invadiendo cada centímetro de su piel. Daesung le dolía ver de esa manera a su pequeño pero imaginarse el sufrimiento que vivía su querido Hyung le destrozaba.
—Hyung ¿Estas bien? —Preguntaba un lloroso maknae. —Por favor contesta solo dime que estas bien que todo se arreglará.
—Todo esta bien por que estamos juntos, pelearemos hasta el final nunca nos daremos por vencidos por eso queremos que nos prometan que lo intentaran de nuevo. Es un pequeño capricho que le concederán a su líder. —Comentaba de manera sobria TOP. —Por favor Daesung deben estar juntos. Nos volveremos a ver téngalo por seguro.
Al finalizar su frase se corto la llamada.
—Perdóname por las palabras que dije, estaba furioso y no sabía lo que escribía. Tal vez si hubo un momento que quise jugar con los dos pero al darme cuenta de mis verdaderos sentimientos me arrepentí. —Confesaba con la mirada baja. —Te amo Daesung esa es mi única verdad. Por favor comencemos desde cero.
—Hola mi nombre es Daesung y estoy perdidamente enamorado de ti. —Expresaba el peliazul con una sonrisa en el rostro. —No debo perdonar algo que no sucedió de hoy en adelante comenzaremos un nuevo futuro juntos.
El moreno había sacado fuerzas de su interior para detener el flujo de lágrimas y para sonreír. Si sus hyungs estaban peleando contra la muerte para salvar su amor él podía dejar su orgullo y arrogancia a un lado para volver a estar en los brazos de la persona que amaba. Caminó hasta donde estaba V.I lo tomó de la cintura y lo beso apasionadamente mientras lo unía más a su cuerpo. Su beso fue una mezcla de deseo contenido y lagrimas, un agradable sabor agridulce. Unieron sus frentes mientras sus lagrimas recorrían sus mejillas, no sabían por que lloraban tal vez solo querían sacar sus miedos, se abrazaron por un largo tiempo para después cenar juntos, se llenaron de mimos y cariños. Las palabras estaban de más ya que su comunicación corporal lo decía todo. Después de cenar se sentaron en aquel sillón, Daesung recargo su espalda en uno de lo borde mientras que abrazaba por la espalda a Seungri quien se había sentado en regazo, ambos contemplaron el bello paisaje, sus manos estaban entrelazadas.
—Esta bien llorar mas fuerte yo voy abrazarte. En este mundo yo me convertiré en un héroe triste yo me quedare con tu dolor en tu lugar. Me convertiré en tus alas. Yo confió en ti. Confía en mí también. —Le cantaba al oído al pelinegro. —Todo estará bien no temas.
—Ese fue un adiós. —Expresaba con temor el menor mientras se apegaba más al mayor.
—No, ese fue un hasta luego. —Contestaba mientras ponía su barbilla sobre el hombro de su pareja.
Las palabras reconfortaron el sensible corazón del más pequeño, no supieron el tiempo que pasaron abrazados en ese lugar, tal vez el amanecer los había alcanzado ese sería el ultimo que verían ya que era 31 de diciembre y un nuevo año llegaría a ellos con la promesa de estar para toda la vida juntos.