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Una gota de color por Syarehn

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Notas del capitulo:

El blanco me asusta, no sé por qué, pero lo hace~

Blanco

 

— ¿Hoy tampoco vas a salir de allí? — preguntaba Thor a la puerta de madera de la habitación de Stark. — preparé la comida. — No hubo respuesta. — ¿Cuánto tiempo planeas seguir encerrado allí? — el dios sabía que no iba a salir, la cruda del día anterior debía estarlo matando pero necesitaba provocarlo con algo. — si no sales llamaré a la señorita Potts… — nada. — ¡escucha bien hombre de hojalata, si no abres esa puerta voy a derribarla!

Thor suspiró al ver la pasividad de Tony y sin mucho esfuerzo arrancó la puerta de su sitio. El moreno estaba sentado en el amplio alféizar de la ventana, mirando la incontenible nevada que llevaba horas cayendo en la de por si fría Laponia finlandesa, pero a pesar del helado clima, el hombre de hierro hacía gala de su apodo y sólo vestía una playera negra sin estampado alguno, sus manos temblaban, no obstante, no parecía importarle.

— Anthony… — habló el rubio — Ha pasado una semana ¿no piensas comunicarte aún con nadie? — habló el millonario por primera vez en una semana.

— ¿Tan pronto te aburriste de mi compañía? ¿O es sólo que extrañas a la diva megalómana? — Thor rió.

— Sólo creo que la señorita Pepper debe estar preocupada y Fury vuelto loco. El resto no me importa — Tony enarcó nuevamente la ceja izquierda. — Sé que Loki está bien. — Afirmó convencido — no tengo de que preocuparme… y aunque lo haga él siempre hace cosas estúpidas que ponen en riesgo a todos, tú mismo lo dijiste.

— aprendiste bien. — aseguró Stark  mientras se acomodaba y reclinaba la cabeza en el cristal.

— tú no has aprendido nada. Encerrarte, ahogarte en alcohol, y romper cosas no te ha ayudado en nada. Salir con quien se te planta enfrente mientras continúas ahogándote en alcohol tampoco. Y aislarte… bueno, quizá eso un poco… — meditó.

— No tengo nada que aprender. Soy Tony Stark, el hombre más codiciado y rico de este maldito mundo. Además, ya no he bebido desde…

— ayer… — puntualizó Thor.

El asgardiano se acercó a Tony con una bandeja con algo que parecía crema de zanahoria por su color naranja y consistencia espesa. Anthony miró sin expresión alguna el plato y regresó la vista a la ventana. El rubio lo miró molesto y le colocó el plato en las piernas, obligándolo silenciosamente a probar la comida.

— ¡deja de fingir que nada pasa y resuélvelo! Una vez me dijiste: “si algo te molesta enfréntalo.” Eres el engreído de la armadura, ¿recuerdas? — dijo amoldado el antiguo consejo de Stark a la actual situación, lo cual hizo sonreír internamente al moreno.

— No soy bueno siguiendo mis propios consejos, deberías saberlo, gladiador.

— No voy a forzarte a nada, sólo creo que un mortal no debería perder tan lastimosamente su tiempo ni acortar su de por si corta vida.

— ¡¡Mi vida dejó de importarme hace una maldita semana!!

— ¿y a Iron Man dejó de importarle también?

— Iron Man está cumpliendo con su trabajo. — aseguró, poniéndose a la defensiva.

— No, Rodhey está haciendo TÚ trabajo.

— Escucha gladiador, si va a sermonearme…

— Lo hago porque eres como un niño pequeño y berrinchudo. No sabes lo que quieres y menos lo que haces…  — Tony se hizo el desentendido y buscó distraerse con cualquier cosa, haciendo que su mirada reparara en el plato de comida.

— ¿eso es zanahoria? — preguntó curioso y algo inseguro respecto a probar los guisos de Thor.

— Sí, con papaya y cebolla. — el rubio se veía convencido y más tranquilo, mientras la cara de asco de Tony luchaba por no ser tan evidente.

— ¿Cómo diablos se te ocurrió una combinación así? — puntualizó apartando el plato.

— leí que la vitamina B y C son antidepresivos naturales. Y sólo encontré cebollas, ajo, zanahorias y papaya. Las naranjas las hice en jugo. — afirmó sonriente. Tony no sabía cómo responder  a eso. 

— recuérdame enviarte a clases de cocina.

— no puede ser tan malo. — se quejó el rubio, más tranquilo de ver a Tony interactuando.

— ¿ya lo probaste? — inquirió aún reticente.

— ¡es delicioso! — afirmó el dios. Tony sólo enarcó una ceja y Thor rodó los ojos — De acurdo, ¡es un asco! pide que traigan comida.

— Yo iré por ella… necesito aire.

— iré contigo. — ofreció no muy convencido de dejarlo ir solo.

— No. — Se apresuró a decir — Quiero… necesito estar solo. No tardaré.

Tomó un grueso abrigo del perchero y salió dejando al rubio limpiar el desastre que el solo había creado en la cocina.

El paisaje era níveo, inmaculado. La nieve continuaba cayendo cubriendo el amplio sendero que llevaba al poblado más cercano. Pero Tony no iba allí, el excéntrico héroe buscaba un lugar más recóndito, más alejado y silencio… no es que le molestara la presencia de Thor, de hecho era lo único que lo había mantenido sobrio y vivo hasta ahora. Sus cálidas palabras tras la puerta que él mismo había cerrado era un bálsamo para sus heridas, pero aun así desvió el automóvil cuando estuvo seguro de que el dios rubio no lo notaría y se dirigió a las montañas más cercanas.

La tormenta arreciaba aunque eso no era un impedimento para el hombre de hierro, que siguió conduciendo hasta llegar hasta las montañas de Ruka. Cuando el automóvil no pudo subir más, bajó de él y avanzó a pie hasta que la ventisca, el frío y sus fuerzas le permitieron. Stark se dejó caer cerca de un árbol, respirando agitadamente y tratando de pensar, de analizar realmente y no hundirse más en su miseria, conmiserándose, quejándose y maldiciendo tal y como había estado haciendo en esa última semana.

Tony sabía bien que Steve luchaba contra sus propios fantasmas pero fue el militar quien le dijo que lo superaría por él, que le diera una oportunidad, y él, estúpidamente la había aceptado. Lo peor o mejor, según la perspectiva, era que no se arrepentía. Miró el cielo blanco, sin rastro de sol o cualquier otra cosa que no fueran esas extrañas acumulaciones de nieve y gotas que solemos llamas nubes,  trató de pensar fríamente y suspiró cuando un copo le cayó en la nariz, ¿Por qué no se terminó enamorando de Thor? ¿Por qué se dejó arrastrar por las cursilerías y detalles del anticuado capitán? 

— ¡¿Por qué?! — Gritó a la nada, y el eco de su voz traspasó el escarchado bosque — ¿¡por qué  tienes que ser tan estúpido!? ¿¡Por qué no te quedaste congelado!? ¡Estúpido hielo!, ¡estúpido romanticismo barato!, ¡Estúpido Steve!  

—Porque mi vida es para amarte — la voz de Steve le hizo levantarse de golpe y asegurarse de que no deliraba. Y en efecto, no deliraba, el hijo favorito de América estaba parado frente a él, con la cara de muerto viviente más real que hubiese visto en su vida.

Junto al soldado se hallaba Loki, lo cual contestó su muda pregunta sobre cómo lo localizó y cómo había llegado hasta allí. Maldijo internamente al pelinegro.

Tony quiso simular indiferencia, quiso dejarse caer de nuevo en la nieve y fingir que nada pasaba pero un inusual y molesto sentimiento de miedo se lo impidió, sorprendiéndolo a sí mismo y los dos invasores que notaron el escalofrío que recorrió la piel del moreno.

— Tony, yo… — Steve avanzó un paso pero Tony se puso de pie más por acto reflejo que por voluntad propia. — ¿me tienes miedo? — inquirió con pesar el rubio.

— asco es la palabra que buscas, soldado. — aseguró con veneno el millonario, tratando de usar su sarcasmo e ingenio para sentirse seguro.

— Lo mejor es que te calles y escuches, mortal. — aconsejó Loki, molesto por la actitud de Stark pero entendiendo la situación.

— ¿o qué? ¿Van a obligarme? — los reto. Y Loki estaba dispuesto a aceptar el reto. El asgardiano dio un paso al frente poniendo a Stark a la defensiva.

— Loki… creo que lo mejor es marcharnos. — afirmó Rogers.

Realmente Steve no sabía qué hacer, había pensando ya en todo lo que iba a decirle a Tony, se había preparado para soportar los insultos, el coraje, los golpes y todo lo que Stark pudiese decir o hacer,  pero no contaba con que el amor de su vida le temiera, eso acabo con la autoconfianza del soldado, reduciéndolo a una masa llena de temores, vergüenza e inseguridades. Y Loki lo sabía. El asgardiano sabía que algo así pasaría y tenía la solución perfecta.

Se acercó más a Tony, tomó su cetro —el cual había robado de las instalaciones de S.H.I.E.L.D. — y paralizó al ingeniero dejándolo en un estado de inmovilidad física total, después colocó el cetro en la cabeza de Steve y una especie de película comenzó a desarrollarse frete a los ojos atónitos de Anthony.

 

 

******

— Me alegra que haya venido, capitán. Es una pena que el presidente no haya podido asistir pero me congratula ser yo quien le comunique tan importante  mensaje — decía cordialmente el hombre al que Tony reconoció como el pragmático calvo frente de la vicepresidencia de los Estados Unidos de América.

— No quisiera ser grosero, pero tengo un compromiso importante, si pudiera ser breve se lo agradecería mucho. — Tony, en su calidad de espectador  reconocía que el capitán se veía desesperado por salir del despacho del hombre frente a él.

— Es algo sencillo, capitán, sólo quisiéramos que trabajara en el Departamento de Defensa y que entrenara a las nuevas generaciones. Nada complejo para alguien como usted.

Stark vio la duda en los ojos de Steve, el soldado parecía estarlo meditando, luego miró su reloj y suspiró.

— Quizá podemos hablarlo después, señor vicepresidente, en verdad tengo un compromiso al que no puedo faltar y es en 25 minutos.

— Sólo deme una respuesta afirmativa y lo enviaré en el avión presidencial a su cita. — ofreció. Steve no parecía convencido.

— No es una decisión sencilla que pueda tomar en 2 minutos. Necesito pensarlo.

— simplemente se trata de servir nuevamente a su patria, no es complejo.

— ¿si acepto, los soldados que entrene… adónde serán asignados? ¿A qué país de medio oriente invadirán esta vez? — enfatizó. El subjefe del Ejecutivo sonrió de lado.

— como buen norteamericano, sabe bien que los intereses nacionales se anteponen a todo. Nuestro deber, como decía Ralph W. Emerson, es llevar el progreso y la democracia al resto del mundo. Debemos convertirlos en civilizaciones, pueblos útiles para la tierra, pero ante todo, tenemos que defender nuestra seguridad, ¿no le parece, capitán? Es decir, usted nació en una época más conflictiva y nacionalista que esta, debe saber de lo que hablo.

— con todo respeto, señor, no estoy aquí para tomar una clase de nacionalismo. Y lo siento, no trabajaré para el Pentágono ni entrenaré a nadie,  no por falta de amor hacia mi país, sino por respeto a la autodeterminación del resto de los pueblos. Ahora, si me disculpa…

Steve estaba ya en la puerta para salir rumbo a la conferencia que fortalecería su relación con Tony.

— por supuesto, entiendo que prefiera calentar la cama del magnate de Stark Industries que perder el tiempo asegurando la paz mundial. — dijo sonriente el hombre, irónico y burdo — Al parecer un genio como el Sr. Stark sabe bien cómo controlar a un hombre de su talla, capitán. — Tony vio al Steve de la “película” apretar los puños. Nunca pensó que un comentario tan estúpido como ese pudiera molestar tanto a Rogers. — también espero que el señor Stark no se aburra de usted, ya sabe, él es famoso por su falta de apego a los compromisos y por sus numerosas aventuras. En verdad espero que usted no sea un juguete más y deje ir una oportunidad como esta por…

— ¡Basta! — el Steve que presenciaba la escena junto a Tony y el que la representaba en el recuerdo, sentían la sangre hervir, mucho tenía que ver el exceso de testosterona en el descontrol que comenzaba a abrigar el rubio pero la furia y ofensa eran netamente propias. — Las decisiones que tomo no giran alrededor de Tony — su voz sonaba más grave debido a la ira contenida.

El capitán del recuerdo sabía que si permanecía escuchando a ese hombre su autocontrol se esfumaría, de modo que tomó apresuradamente el pomo de la puerta y se encaminó hacia el pasillo.

— ¡Es repugnante que el icono de América sea el perro faldero de un egocéntrico petulante! ¡Qué vergüenza para América, qué…!

El puñetazo que rompió la nariz y mandíbula del hombre impactó Tony y a Loki, ninguno de los esperó ver esa faceta agresiva, aunque Loki conocía bien la razón, Steve se destacaba por su carácter pacifista y tolerante, por no dejarse llevar de ese modo por sus emociones.

— ¡alguien como tú no es nadie para hablar de asuntos “repugnantes” y “vergonzosos”! — Espetó el rubio del recuerdo lleno de rabia — ¡¡Tú no sabes nada de lo que he tenido que dejar atrás para ser feliz, y no voy a dejarlo ahora!! ¡¡No volveré a hacer a un lado mi felicidad por sus intereses políticos!!

Lo único que pasaba por la mente del Rogers de ese momento, era todo lo que había dejado atrás por la Guerra contra el Eje, pensó en Bucky y Peggy, en que uno dio su vida y otra su felicidad y juventud por una estrategia política disfrazada de humanitarismo. ¡Bucky había muerto por América! ¿Y América lo recordaba? ¡No!  Sólo era un número más entre los muertos en batalla.

Si algo había aprendido en esta caótica modernidad era que el nacionalismo es una simple herramienta política que cohesiona a la población y la enardece cuando es necesario. Eso había roto su paradigma anterior, donde la patria era lo primero y único. Pero no era el único paradigma roto para él, ¡oh no!, sólo era uno de tantos.  

En su epifanía, el soldado olvidó que seguía golpeando al hombre y que en el proceso estaba destrozando la oficina que el presidente les había concedido en la Casa Blanca. Fue hasta que la guardia nacional arribó debido a los gritos, que Steve se percató de que el hombre estaba casi muerto y la oficina hecha añicos. El ejército tuvo que intervenir para controlar a Steve y poder inyectarle tranquilizantes y trasladarlo a otro lado.

Pero la sensación de libertad y satisfacción era única y Rogers la estaba disfrutando.

Unos minutos después, el presidente fue notificado de lo ocurrido, y éste exigió mantener el suceso en secreto, también solicitó una audiencia con Anthony Stark…

******

 

 

¿Por qué no me enteré de esa audiencia? —  Se preguntó el hombre de hierro.

—Porque tu amigo verde se hizo cargo de todo. — Explicó Loki mostrándole lo ocurrido en prisión días atrás.

Cuando recuperó la movilidad, Tony volvió a echarse en la nieve. Steve se quedó inmóvil, recordando todo lo que había cruzado su mente en el trayecto de Washington D.C., hasta la prisión de Ni’ihau. Lo que el vicepresidente le había dicho era verdad en cierta medida, Steve sabía que se sentía inseguro respecto a su relación con Tony, no porque no lo amara sino porque una parte de él también sentía que el millonario se hartaría de su aburrida presencia y se iría dejándolo solo y con el corazón destrozado, así mismo era plenamente consciente de lafama de donjuán que tenía Tony y que más de uno estaría dispuesto a subirle el ánimo si su relación terminaba.

Lo atosigaba también la libertina forma de vida del hombre de hierro. Él aún no terminaba de acoplarse a la nueva época que se veía forzado a vivir, pues sus moderados valores no eran del todo compatibles con la sociedad actual y con los del moreno menos… de hecho, a veces pensaba que Stark no conocía el significado de moralidad, pudor y moderación. No se quejaba tener que adaptarse, menos si Tony estaba allí para ayudarle, el problema era que lo arrastraba a situaciones para las que aún no se sentía preparado. Lo hacía debatirse entre su arraigada ideología y su amor por el superhéroe de armadura. Cabe mencionar que siempre ganaba Stark y eso no era una cuestión menor ya que el soldado sentía que pisoteaba sus propios valores, incluso al principio ni siquiera lo notaba pero llegó el punto en el que ya no se sentía él mismo, en el que Tony decía: corre, y Steve respondía: ¿Cuánto y qué tan rápido?

No era culpa de Stark, pero el moreno debía reconocer que se aprovechaba de eso.

Y también estaba la “situación Pepper”,  pero esta estaba controlada debido a que conocía a la chica y a pesar de que amaba a Tony ella no intervendría. La “situación Hulk” era lo que menos preocupaba a Steve pues a pesar de sus celos sabía que Tony no se enredaría con él por “aprecio” a Clint y respeto a la confusión del doctor. Lo preocupante para él era la “situación Thor”, Steve sabía que eran amigos pero su cercanía le ponía los nervios de punta y no solo a él, también a Loki y el pelinegro no se desesperaba con facilidad, pero estaba de por medio la imperiosa insistencia del millonario por hacer regresar a Thor, sus salidas espontaneas y sin invitación extensiva, su intercambio de joyas¸ y demás situaciones comprometedoras en las cuales no quería pensar —un ejemplo era el hecho de que Thor no dejara que nadie, nadie¸ le tocara el cabello… salvo Tony. Situación que ponía fúrico a Loki.

Había además un millón de cosas aunadas que atormentaban al soldado y que trataba de resolver sin éxito y ese acceso de enojo se había sentido tan  bien, tan natural, tan… tranquilizante, que le daba la inhibición que necesitaba para hacer y decir las cosas que quería y que lo liberaban.

 

Por su parte, Tony, estrujó la nieve en sus puños y suspiró. Steve acercó su mano a la de Stark y para su sorpresa éste no la retiró. El moreno no lo miraba pero al menos ya no lo repelía.

— Debes odiarme — susurró con pesar el rubio.

— *odiarte es algo tan difícil, — suspiró — nadie en el mundo va a negarlo y mucho menos lo haré yo*… No puedo… — aseguró sin abrir los ojos. Steve respiró algo aliviado. — pero perdonarte tampoco. Una semana no es tiempo suficiente… y al parecer 6 meses de relación tampoco lo son para ti y para mí.

— Lo siento.— susurró.

— Yo más. — dijo abriendo los ojos. — Aunque… también lamento ser tan indiferente ante tu complicada adaptación. Te herí más de lo que te sané… — el moreno se sentó lentamente, alternando su mirada entre Steve y la lechosa nieve. — Ninguno de los dos está preparado para una relación así. Vamos capi, no me veas de esa forma, quizá sea por diferentes factores pero no estamos listos. Ni tú para aceptar una nueva vida en una nueva realidad con alguien tan irreverente como yo, ni yo lo estoy para hacer frente a un compromiso de esta magnitud… y *sí, ya sé que es complicado amarme… no lo logramos ni tú ni yo. Es difícil intentarlo*. Sólonos hacemos daño sin quererlo.

— Tony, sé que no puedo amarte más de lo que te amo ya. Eres lo único valioso que tengo. — Tony negó con la cabeza lentamente y Loki bufó en silencio.

— ¡pero entiende, Rogers! ¡Somos demasiado diferentes! Esto no tiene futuro. Lo único que tenemos en común es el inmenso caos mental, la inseguridad, el dolor, el resentimiento, el coraje frustrado… y este absurdo amor que viene a complicarlo todo aún más.

— ¡Es que eres tú el que no entiende! ¡¡Podemos arreglarlo!! ¡¡Juntos!! Sólo tenemos que…

— Steve, tenemos toda la vida adelante. El coraje que siento no va irse, no se derrite como esta nieve… regresar sería un error que  no estoy dispuesto a cometer. Eres quien que siempre espere pero a la vez no eres tú porque realmente no te conozco, te ocultas bajó la capa de moralidad que te forjaste en los 40’s y aun no entiendes que ya no tienes que hacerlo, así que adiós, capi-paleta.

Stark se levantó con la gracia y elegancia que lo caracteriza y se encaminó hacia su auto, Steve quiso detenerlo pero Loki obstaculizó su camino.

— El mortal tiene razón, la mitad de lo que piensas no lo haces, y creer que el amor les bastará es un error. — aseveró el pelinegro cansado de estar  en el frío, no porque lo padeciera sino porque le hacía recordar quién era realmente. — ya dijiste lo que tenias que decir, ahora vámonos.

El soldado cerró los ojos con fuerza y lo último que sintió fueron las manos frías de Loki en su espalda en el primer y único abrazo que se habían dado y que lo llevaba de vuelta al cálido Seychelles, donde se mantenían ocultos hasta nuevo aviso de Pepper.

 

 

Por otro lado, Tony no encontró su auto pero halló algo mejor: a Thor, que lo había estado buscando toda la tarde.

— ¡Stark! — gritó al verlo caminar entre la ventisca que se avecinaba. El moreno lo alcanzó pero sólo golpeo con el dorso y en forma de saludo los bíceps del brazo derecho del rubio.

— No me sermonees…  no estoy de humor.

— ¿¡pero qué…!?

— te explico si me llevas a tu palacio de cuento. — Thor lo miró sin entender. — ¡¡quiero largarme lejos!! ¡Dónde tu estúpido hermano no vuelva a traer a Steve!

Thor asintió entendiendo a medias  la situación y queriendo golpear a Loki. Se llevaría a Stark de la Tierra y haría que olvidara las estupideces que Steve había hecho del mismo modo que Tony había hecho para que él se olvidara del supuesto odio de su hermano. Lo llevaría a conocer lugar que un mortal jamás ha soñado con pisar.

— Bien, sólo necesitamos tu traje y el tesseracto. 

— Robar ambas cosas no será difícil. — aseguró Tony cansado y con media sonrisa en el rostro.

Thor no estaba muy convencido de “robar ambas cosas” pero sabía que era la única manera de obtenerlos sin revelar su localización y de mantener a Tony entretenido con algo que no fuera su depresión, así que asintió aún a sabiendas del monumental regaño que recibiría por parte de Odín.

— Tienes suerte de que sepamos su localización, hombre de hojalata.

— por favor, como si la Isla Tanaga fuese un gran escondite. El maldito problema es que habrá más nieve… — se quejó.

Ambos sonrieron, aunque la sonrisa de Stark era sumamente amarga, o eso le pareció al dios rubio.

La nieve caía con más fuerza debido a la tormenta. Y por la mente de Tony se repetía una canción que había escuchado hace poco en la alejada Venecia…

 

 

Notas finales:

Este capítulo me deprime~

Bueno, la isla Tanaga es parte de Alaska, Estados Unidos y hay una base naval en ella. Las Montañas Ruka están en Finlandia al igual que Laponia, que es la ciudad donde se sitúa el capitulo, ésta región se extiende también por Rusia, Noruega y Suecia. 

Y dejando de lado la clase de geografía, ¿alguien quiere escribirme un Thor/Tony? Hace un rato que quiero leer algo así >_<


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