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Una gota de color por Syarehn

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Notas del capitulo:

Y al final si hubo morado :P

 Violeta

 

Tony aterrizó en el patio de la mansión, cerca de la entrada a pesar de haber visto que Loki y Steve que estaban esperándolos. Thor miró a su hermano sonriéndole pero éste enarcó una ceja y giró el rostro. El moreno por su parte avanzó entre el rubio y Loki ignorándolos, en realidad pudo pasarles encima y no notarlo.

Steve sabía que algo así pasaría de modo que entró a la casa con Loki dispuesto a hablar con el moreno pero éste simplemente se sirvió un trago de whisky y le dio las buenas noches a Thor subiendo a su habitación. Era como si Loki y Steve no existieran.

Cuando Steve también decidió ir a dormir, Loki decidió hacer lo mismo pero su rubio hermano lo detuvo.

— ¿No vas a darme la bienvenida? — Thor se veía más tranquilo, renovado, y para Loki, el hecho de pensar que era gracias a Stark hacia que se molestara.

— Bienvenido — fue la escueta respuesta de su hermano.

— ¿Por qué rayos estás molesto? — se quejó Thor al ver la actitud del otro.

— ¿Por qué? ¡Porque tú llevaste a ese imbécil a nuestra casa!

— Loki por favor, lo necesitaba. — Loki detestaba que hubiese ese tipo de soltura entre Thor y el mortal.

El rubio rodó los ojos.

—Loki, tú vives en su casa, ¿Por qué no podría él ir a la nuestra?  Y te recuerdo que de no haber sido por ti no habríamos tenido que ir hasta Asgard para que él estuviese tranquilo. — reprochó.

— ¿ahora resulta que es mi culpa? — Loki bufó molesto, indignado.

— hermano, por favor. No quiero discutir.

— ¡tú jamás quieres discutir! ¡¡Estoy cansado!! Cansado de que siempre sea ese maldito mortal quien tenga las atenciones, a quien cuides, a quien… — Thor lo calló con el beso más brusco que Loki había recibido, pero el pelinegro se separó indignado. — me niego a salir contigo hasta que te decidas entre él o yo. — retó.

— sabes que no voy a elegir. Él es mi amigo y tú mi…

— ¿tu hermano o tu amante? ¿Qué somos Thor? ¿Lo sabes? ¿Estás dispuesto a darle un nombre a esto?

 Loki había comenzado a desesperarse, los celos, aunque odiara reconocerlo, lo habían acongojado desde la partida de Thor a Asgard. Detestaba pensar, mejor dicho, saber, lo importante que era Tony para los rubios que más quería.

— ya le había dado ese nombre, Loki. — el dios del trueno estaba serio, como nunca antes, él también había pensado mucho en esa situación.

— ¿así? ¡¡Pues no lo parece!! No estoy dispuesto a estar en segundo lugar para ti por culpa de un mortal.

— ¡sabes bien que no es así!

— ¿entonces me prefieres a mi?

— ¿Qué? No… bueno, no quise decir eso. ¡Es diferente!

— No, no lo es.

— ¿entonces puedes elegir entre el soldadito imbécil y yo? Después de todo para ti es igual ¿no? — la paciencia de Thor había colapsado. ¿Por qué  Loki jamás lo entendía? ¡Joder, era tan frustrante!

— lo elijo a él.

Las palabras de Loki era únicamente para encelar al rubio, para darse a desear tal y como lo había hecho siempre, pero la mirada de Thor le decía que su plan le estaba fallando.

— ¡¡Entonces lárgate con él!!

Esas palabras y el portazo en la habitación de Thor fueron lo último que escuchó Loki, que cerró los ojos maldiciéndose por la tontería que acababa de cometer.

«Todo está bien Loki, es Thor, mañana todo estará bien. Siempre cae» pensó convencido.

 

******†*****

Cuando JARVIS abrió las cortinas de la habitación de Stark, a pesar de las quejas de éste, el millonario se vio obligado a levantarse, se acercó al ventanal maldiciendo al sol por existir y  miró el patio de la mansión…

— ¿Qué demonios es eso JARVIS? — preguntó algo inquieto mirando hacia afuera.

— Es el patio, señor.

— Si, JARVIS, eso me queda claro. Me refiero a… olvídalo.

Al bajar, el desayuno estaba listo. Todos se hallaban sentados a la mesa mientras Steve preparaba waffles. Para Tony no pasó desapercibido que en lugar de estar juntos, los asgardianos estuviesen de extremo a extremo de la mesa, pero ya hablaría después con Thor. Por otro lado, Natasha y Clint le dieron la bienvenida y él los saludó jocoso, sin embargo, cuando Bruce se acercó a él, apenado, Tony se giró sobre sus talones encaminándose hacia Thor.

— Tony… — llamó el doctor.

— gladiador, he estado pensando y me gustaría traer a Sif por un tiempo.

Los vengadores lo miraron extrañados. ¿Quería traer a otra Asgardiana? Loki miró a Thor aún más molesto. Sif nunca terminó de agradarle.

— si Padre lo autoriza…

— si querías estar con ella ¿por qué no te quedaste allá? — la voz fría de Loki destilaba veneno al ver a Steve cerrar los puños.

— Porque tengo cosas que hacer aquí, hielito —  la alusión a la ascendencia del pelinegro no hizo más que enfurecer al dios de las mentiras. — es más cómodo que ella venga. Por cierto, ¿Quién ha estado jugando al jardinero en MI patio?

Tony lo decía porque ahora un campo enorme y purpura tapizado con violetas que se extendía por todo el jardín frontal de la mansión. Una vista maravillosa sin lugar a dudas.

— Fui yo. — el Capitán lo miraba sonriente, confiado. Una mirada que Tony no esperaba ver en él.

— ¿y por qué hiciste algo tan estúpido? — si tono iracundo y su mirada indiferente erosionaban la seguridad de Steve pero éste se mantuvo impasible y sonriente.

— por ti.

La tensión se hizo presente. Stark enarcó una ceja, un año atrás habría hecho una rabieta o lo habría golpeado.

— ¿de modo que desperdiciaste un año de tu vida sembrándome florecitas a manera de disculpa? — era más una afirmación que una pregunta pero aun así Steve asintió.

— algo así…

— Ya veo… — meditó — JARVIS, llama al antiguo jardinero. Dile que necesito que se deshaga de una horrenda plaga de violetas.

entendido, señor.

«Es el mismo bastardo de siempre» pensó Clint al ver la actitud de Iron Man, quien sin decir más salió del comedor para dirigirse a su laboratorio.

 

Cerró la puerta de su taller con más fuerza de la necesaria, ni toda una vida en Asgard podría prepararlo para convertirse en un tempano de hielo que no sintiera la sangre hervir de coraje o los recuerdos empañarle los ojos. Estrelló su puño contra la mesa de cristal haciéndola añicos. ¿Acaso no pensaba dejarlo en paz? Sentía el enojo correr por sus venas, aunque una torcida sonrisa se dibujó en sus labios, y pronto las carcajadas se hicieron presentes. Cualquiera diría que se trataba de un demente, y si, quizá un poco, para qué negarlo. Sin embargo, si Steve quería jugar, él iba a secundarle su juego y verían quien sale victorioso.

Seguía riéndose cuando la puerta de su laboratorio se abrió dejando entrar a Bruce, que lo miraba descolocado ante la escena. Tony lo miró inexpresivo.

— creo que te debo una disculpa. — la vergüenza que sentía se reflejaba en sus ojos y en su voz pero al parecer al hombre de hierro no era algo que le importase.

— me debes más que eso, Banner. — Su sombría sonrisa no desapareció pero en sus ojos había rastros de decepción —  Me debes meses de confianza, de amistad, de lágrimas y dolor… me debes la felicidad e integridad que perdí. – mientras hablaba con ese nuevo tono frío que había adquirido, el doctor sentía que algo en él se rompía con cada palabra. — Tus estúpidas disculpas no me sirven de nada, amigo mío, y tampoco las necesito. — Se burló con sarcasmo — Sólo hay un punto que me interesa que te quede claro: Iron Man sigue siendo el compañero incondicional de Hulk, pero Bruce Banner es menos que nada para mí. Ahora, si no es mucho pedir, largo de mi laboratorio.

Y Bruce no podía creerlo, ¿Dónde estaba el Tony emotivo y explosivo que él conocía? Él había esperado gritos, maldiciones, quejas, golpes… y había recibido indiferencia. ¿Qué rayos le habían hecho en Asgard?

Bruce cerró los ojos tratando de pensar, cuando volvió a abrirlos Tony estaba con BABAS al otro lado del laboratorio ajustando algo a uno de los trajes.

— al menos permite que te explique mis motivos…

— Ya los conozco. Nuestro querido psicólogo — se burló de Loki — se encargó de ahorrarte el trabajo. ¿No encontraste otra manera para joder a Steve? Digo, si se supone que me amabas debiste pensar en algo que no me lastimara ¿no? — Mientras hablaba seguía reparando el brazo derecho del traje — Oh, pero claro, necesitabas que así fuera para que corriera a tus brazos, tienes razón, bien hecho. Lo lograste. Mi relación con Steve se acabó, pero ¿sabes algo…? — entonces dejó el desarmador de lado y se giró para mirarlo a los ojos — debe alegrarte haber encontrado a Légolas y que él te ame como lo hace, porque es algo que jamás habrías conseguido de mí, ni volviendo a nacer.

Los ojos de Bruce parecieron humedecerse y un largo suspiro llenó la habitación.

— Steve realmente te ama. — Tony rodó los ojos restándole importancia — le dijo a Loki que cada que pensara en ti, cada que deseara verte y disculparse y no pudiese hacerlo, entonces plantaría una violeta… ¿realmente esas flores no te dicen nada?— Bruce intentaba arreglar las cosas, y aunque ahora era obvio que Stark no lo perdonaría a él, procuraría contribuir a que lo hiciera con Steve, era lo menos que podía hacer.

— si una planta me dijera algo, me replantearía mi estado mental o la cantidad de alcohol en mi sangre. — contestó escuetamente, dando por zanjado el asunto.

— lamento que por mi culpa que te hayas forjado esa coraza.

— yo lamento no haberla creado antes.

Banner salió del laboratorio y Tony cerró los ojos, inspirando profundamente para buscar paz interna. Si, las luces y las violetas eran un lindo detalle, ajá, ¿y luego qué? ¿Steve creía que eso bastaba? ¡Qué estupidez!

Él regresaría a su antigua vida, a ser el mismo sujeto ególatra, coqueto y despreocupado de  siempre, ya le había llorado un año a un imbécil. Su corazón se había roto, era cierto, y no iba a molestarse en recoger los pedazos, ¿para qué sacarlo de la basura cuando podía construirse otro? Uno más fuerte y resistente.

Y con ese pensamiento en mente aquella noche salió de caza como solía hacerlo antes de Steve.

 

 

Cuando entró al bar acaparó más de una mirada, como era de esperarse para una celebridad como él, aunque a diferencia de otros lugares nadie saltó sobre él para acosarlo. Se sentó junto a la barra y pidió lo más extraño que se le ocurriera pero entonces recordó que Sif le había pedido encarecidamente que no bebiera más de la cuenta, y él, como el caballero que era cumpliría su palabra.

«Sólo un par de copas» se dijo convencido.

Disfrutó de la música y el ambiente distinto que había elegido esa noche, nada extremadamente lujoso ni común. Se había decidido por uno de esos lugares alejados, oscuros pero bastante concurridos por chicos enfundados en negro, con estoperoles y tintes de tonos exóticos. Quería probar algo diferente, aunque en cierto modo le recordaba algunos lugares que había visitado en Asgard.

dame lo de siempre. — la voz grave que resonó en sus oídos por sobre la música llamó la atención del hombre de hierro, que giró el rostro para verlo.

El joven estaba de perfil, sentado a unos metros de Tony, tez blanca, ojos grises, cabello negro pulcramente cortado, y una gabardina tan negra y larga como las que suele usar Fury.

La mirada de ambos se cruzó cuando Tony se acomodó en la barra, ese chico tenía que pasar con él aquella noche, no importaba lo complejo que resultase, Tony Stark era un galán ¿no?

El chico enarcó una ceja interesado ante los movimientos elegantes pero casuales del empresario, comenzaba a entender porqué era tan prestigiado. La curiosidad lo inundó y tras una sonrisa, un par de guiños y poses al estilo Stark, aquel orgulloso pelinegro ya se había movido junto a Tony, riendo y bebiendo como viejos amigos. El moreno sonrió por lo bajo, no había perdido el toque.

No pasó mucho tiempo para que Dante, o cómo se llamara, le propusiera ir a otro lugar, no es que el chico fuera fácil o un interesado, era simplemente que el castaño tenía la habilidad de conquistar a alguien con pequeños y aparentemente insignificantes detalles y coqueteos esporádicos. Tony no sólo era atractivo, también era bastante elocuente, sabía que puntos tocar para hacerte ceder.

Salieron a la azotea del bar, y el joven no tardó en iniciar la sesión de caricias, Tony se dejaba hacer, después de todo había cumplido su palabra de no tomar hasta perderse, ni siquiera estaba mareado. La piel del chico era suave y Tony disfrutaba de su tacto, pero no tanto como Dante se derretía con las esporádicas atenciones que recibía del moreno, no porque Tony fuera frío, al contrario, el pelinegro se atrevería a asegurar que no había nadie más candente que Anthony Stark en la tierra, simplemente no había ningún tipo de devoción en sus actos.

La ropa desapareció de sus cuerpos a pesar del frio, dejando a la vista el reactor de Tony y el tatuaje de lo que le parecía un dragón. Stark acarició sensualmente el tatuaje con sus manos y su lengua, pero esa noche no tenía ganas de mimar a nadie y el chico entendió la indirecta pues aquella masculina boca se apropió de la virilidad del hombre de hierro, arrancándole un par de jadeos. Las manos del ojigris recorrían ansiosas el cuerpo bronceado y sonrió satisfecho cuando sintió el blanquecino líquido de Stark entre sus labios. Sabía que no era privilegiado por hacerlo con el magnate más cotizado de EE.UU., pero vaya que era una experiencia deliciosa y recreativa.

Entre juegos y caricias, ninguno de los dos supo el momento preciso en el que el castaño penetró al más joven, sólo eran conscientes del placer que se prodigaban, del frenético vaivén que se hacía más vertiginoso o más lento según los propios deseos de Stark. Hacía ya bastante tiempo que Tony no tomaba el rol activo en el sexo y hacerlo de nuevo era refrescante, quizá por ello buscaba ir más profundo, más rápido, hacer el momento más erótico.

La desenfrenada sesión se extendió hasta que las estrellas desaparecieron y el cielo comenzó a aclararse, fue entonces que sin más despedida que un último orgasmo y una sonrisa de satisfacción se marcharon tomando rumbos diferentes.

 

Por otro lado, Steve pasó casi toda la noche mirando el jardín, esperando ver entrar a Stark pero eso no ocurriría hasta la mañana siguiente.

— ¿Por qué no simplemente lo olvidas? — Loki se sentó junto al capitán en el balcón, mirando cómo se marchitaban las violetas, cortadas sin delicadeza alguna y amontonadas en un rincón del patio para que al día siguiente fuesen arrojadas a la basura.

— lo haré cuando tú olvides a Thor. — afirmó con una amarga sonrisa dibujada. Loki bufó recordando que estaba peleado, de nuevo, con el dios del rayo.

— al menos deberías intentarlo.

— sabes bien que lo hice. Cuando se fue a Asgard pensé que era una oportunidad de oro para hacerlo. Creí que con la distancia…

Loki suspiró frustrado, estar inmiscuido en una situación así no era algo que le agradase, ¡joder pero era Steve! Y odiaba verlo así, odiaba que su lado sentimental fuese explotado de esa forma por el imbécil de Thor y el desequilibrado capitán.

— Steve, sólo… sólo ve a dormir. — pidió masajeando sus sienes. — detesto verte así. — se quejó. Steve negó con la cabeza sonriendo.

— perdona por desesperarte.

— mm… está bien, supongo. Eso es lo que hacemos todos los prisioneros por sus custodios. — las carcajadas de Steve no se hicieron esperar.

— bien, vamos a dormir ya.

 

******†*****

Las semanas comenzaron a correr, Steve había inventado mil y una cosas para atraer de nuevo la atención del moreno, pero sólo conseguía que éste pasara menos tiempo en casa y posteriormente en el país. Sus misiones como vengadores eran realmente escasas, de modo que Tony se deba el lujo de estar hoy en Alaska y mañana Minsk. Los noticieros hablaban esporádicamente de los avistamientos de Tony con una impresionante cantidad de hombres o mujeres. Christine Everhart había comentado en un reportaje que el playboy que había estado dormido había regresado.

También eran famosas las constantes notas de disculpas y declaraciones de amor que aparecían allí donde se veía a Tony, se sobre entendía que eran de la misma persona debido a que siempre había violetas inmiscuidas de una forma u otra, aunque nadie sabía quién o cómo las colocaba de un día para otro. Una de las más famosas fue el “Dil hai tumhaara” [Mi corazón es tuyo] escrito con aquellas malditas flores moradas a lo largo de todo el lago donde se refleja el Taj Mahal. Nadie sabía cómo las habían plantado allí sin ser vistos y menos cómo es que cada que las cortaban estás crecían de nueva cuenta.

Loki trataba de disuadir a Steve de dejar el asunto por la paz, cosa que no ocurría. Y Thor ya se había resignado a ver a Stark acostándose con la mitad del mundo, veía al moreno con alguien diferente cada mañana, y debía admitir que tenía buenos gustos.

Tony, por su parte, no recordaba a Steve, al principio era duro ver en cada lugar que pisaba un “algo” gigantesco que le pidiera disculpas o le dijera que lo amaba, y estuvo tentado a hacerlo, pero no podía, realmente no podía, su ego, su dignidad, su amor propio y su coraje se lo impedían. No odiaba a Steve, eso era un hecho, pero perdonarlo le era imposible aún.

Cerró las cortinas de su habitación en la mansión Stark, había decidido regresar unos días, mejor dicho, Pepper lo había obligado a hacerse cargo de la empresa y eso significaba juntas aburridas y su retorno a Estados Unidos por periodos prolongados.

Se dirigía al espejo para arreglarse y salir de nuevo esa noche cuando la puerta se abrió dejando pasar a Thor.

— Gladiador — saludó feliz — ¿ocurre algo? — Thor se sentó en la cama mirándolo.

— Me alegra verte feliz.

— No pensaba llorar eternamente.

— por un momento pensé que sí. — el rubio se recostó en la cama mirando como Tony se cambiaba.

— ¿Dónde se quedó la privacidad? — se quejó en broma el moreno.

— Seguramente en Asgard — dijo riendo. — ¿Qué es eso? — preguntó incorporándose al ver un cofre en la mesa de noche de Tony. — ¡¿trajiste algo de Asgard!? — reprendió.

— eh… sí, yo lo traje pero Sif me lo regaló. — aseguró.

— ¡Te dije que no trajeras nada!

— sí, sí… veras, no podía negarle algo a Sif — sonrió mirándolo por el reflejo mientras decidía que playera o camisa ponerse.

— me llevaré esto — Thor se levantó para tomar el cofre pero Tony lo tacleó no muy hábilmente pero evitó que tomara su cofre. — Stark, te lo dije, no puedes…

— ¡sí puedo! No es nada que afecte la vida humana. ¡Es personal!

Thor intentó quitarse al moreno de encima sin lograrlo del todo pero alcanzó el cofre. Stark utilizó toda su fuerza para arrebatárselo al rubio, pero éste, haciendo gala de sus músculos, cargó a Tony cual costal de papas y lo dejó caer sin mucha fuerza —pero tampoco con suavidad— sobre su cama, mientras él se sentaba a abrir el cofre.

— ¿pero qué dem…? — no terminó la frase ni de ver el contenido, pues el hombre de hierro estaba a su espalda, con un brazo presionando su cuello y con la otra amenazaba con cortar su cabello. — ¿es lo mejor que puedes hacer? – se burló.

— es lo que más te dolería… debo admitir que me debatía entre cortarte el pelo o algo más abajo, pero me decidí por lo más largo. 

Thor enarcó una ceja.

— debes estar bromeando. — Tony lo miró serio. — ¿Por qué no le preguntas a Loki que es más grande? —  recordar a su hermano no era muy grato ahora.

— es el dios de la mentira ¿recuerdas?, su palabra no es muy fiable. — dijo tratando de hacer reír al rubio — lo siento, Gladiador, no tienes testigos fidedignos…

Sonrió de lado, Tony parecía un niño pequeño cuando quería. Thor lo tomó desprevenido arrebatándole las tijeras, peleando por la posesión del cofre sobre la cama hasta que Tony se cayó.

— hey, ¿estás bien? — Thor, con el cofre el manos, se asomó sin bajar de la cama. Tony por su parte, fingió demencia haciéndose el desmayado. Ese cofre era suyo y lo recuperaría de una forma u otra. — ¿Stark?

El rubio se inclinó más sin bajar aún de la cama y Tony lo jaló tomándolo desprevenido, rodaron un poco, jugando como niños pequeños hasta que Thor decidió que era suficiente e inmovilizó a Stark con su pesado cuerpo.

— deberías comer menos… estás gordo. — El olor a azahar llenaba las fosas nasales del rubio y la tibieza de la piel de Tony pegada su pecho se la hacía cosquillas. Inspiró profundamente, ya veía venir esta situación. Siempre lo hizo. Tony enarcó una ceja, no iba a dar ningún paso con Thor. Ninguno. — mi cofre… — susurró el moreno tratando de alejar la insinuación del momento, pero no hubo respuesta.

Thor unió sus labios aún mirando al moreno, sonrojado y atónito, pero también había en Stark cierta atracción hacia el rubio, incluso, tiempo atrás,  mientras buscaba la forma de regresarlo a la Tierra, llegó a pensar que algo más podría ocurrir entre ellos pero justo entonces llegó Stevey el asunto se olvidó.

Tony aún intrigado y extrañamente inseguro abrió los labios dejando que Thor se hiciera cargo del resto. Posó ambas manos en el cabello largo y rubio y jugueteó un poco con él. El dios cerró los ojos cuando la mano de Tony se bajó descuidadamente a su espalda, sin hacer movimiento alguno, buscando simplemente un lugar donde estar. Profundizó un poco más el beso, llenándose con la fragancia innata del moreno mientras éste reconocía el olor a ámbar de Thor.

Era extraño.

No se sentía mal, pero tampoco era la gloria. Y ambos sabían bien lo que era la gloria en un beso.

Se separaron cuando les faltó el aire y se miraron extrañados, fue entonces que Stark lo notó, allí, en el reflejo del espejo estaba Steve, con los ojos vidriosos y llenos de cólera, idénticos a los que había visto aquel día en Ni’ihau, y se estremeció al recordar lo sucedido, los sentimientos, las palabras… todo llegó a su mente de nuevo, pero ya no había enojo, ni miedo, ni lacerante dolor. No había nada y eso lo hacía estremecerse, temblar y asustarse al saber que no sentía nada.

Thor sintió el escalofrió del castaño y lo miró extrañado, pensando que era culpa del beso, pero al ver que sus ojos se dirigían a otro lado se giró en esa dirección y una sonrisa sarcástica se dibujó en sus labios al ver la cara de Steve, al ver sus puños cerrados y sus labios apretados en una dura mueca de celos.

El dios amplió su sonrisa, siempre había querido besar a Stark, no sólo porque se regocijara ahora al ver esa cara en Steve, sino porque Tony tenía algo que le atraía pero los dos tenían muy en claro que aunque intentaran algo, ese algo jamás funcionaria.

— ¿se te ofrece algo, capitán? Estamos ocupados. — la voz de Thor salió rasposa y molesta, sin separarse mucho de Stark.

— Eso veo — aseguró entre dientes. — y sólo voy a decirte una vez que te hagas a un lado.

— ¿y qué si no quiero? — Thor hizo el ademan de llamar a Mjölnir. Steve jadeo burlón.

— ¿acaso no puedes hacerlo sin tu martillo? — retó y Thor aceptó el reto, levantándose dispuesto a poner en su lugar el Capitán América.

— Si van a pelear, que no sea en mi cuarto. — se quejó Tony sentándose en el piso. — aunque debo decirte capi-paleta, por si aún te interesa, que pelear con el gladiador y hacer un zafarrancho no contribuye a que te “perdone”… quizá si simplemente no estorbas y desapareces, entonces quizá lo piense.

Steve cerró los ojos buscando una respuesta que no fuera saltar sobre el asgardiano.

— haga lo que haga no vas a perdonarme ¿cierto?

— cierto.

— ¿entonces debo rendirme y dejarte en paz? — sugirió sarcástico.

— si no es mucha molestia…

— Lo es. Lo es porque te amo, Stark, no quiero perderte, no a ti. Te necesito...

— te lo dije antes de irme, ni tu ni yo estamos listos. Los destrozos que hiciste en Niíhau, y no me refiero a la estúpida isla, enviaron muchas cosas a la basura y allí van a quedarse, no son reciclables. Ni un millón de violetas va a cambiar las cosas, no es así de sencillo…

— ¿y por eso te consuelas con Thor? — su voz destilaba celos.

— Lo que haga ya no te importa. — suspiró.

— Tienes razón  — aceptó el soldado después de una larga e incómoda pausa — ya no merezco nada de ti, mi vida no bastaría para pagar por tu dolor. — El militar le arrojó con suavidad el ramo de violetas que llevaba para él y se marchó.

Tony se recargó en la pared y otro incómodo silencio llenó la habitación. Miró a Thor y notó que él también lo miraba.

— fue como besar a mi hermano. — era Thor quien rompía el hielo.

— ¿a Loki? Eso me preocupa, digo, no beso tan mal ¿o sí? — se mofó Stark, haciendo reír al rubio dios.

— sabes a lo que me refiero. — Tony negó con la cabeza jugando — ¿Por qué Odín no te adoptó a ti y envió a Loki a Midgard? — se preguntó dramáticamente — La vida sería más sencilla. — afirmó incorporándose y tendiéndole la mano al moreno para que se levantara.

— en realidad me alegra no ser tu hermano, tu instinto incestuoso no me da buena espina. — el ingeniero se levantó recogiendo su cofre recelosamente.

— vamos, yo tampoco beso tan mal. — se quejó entre bromas.

— no, pero es una buena experiencia que no quiero repetir. El incesto no me va.

Thor rodó los ojos. Era cierto, la atracción entre ambos era latente pero el sentimiento de fraternidad no daba para más que eso y no iban a arruinarlo. Después de un rato Thor salió de la habitación. Refunfuñando por el cofre y dando por zanjado el asunto. Tony miraba las violetas en el piso, pensando que lo que sintió por Steve no volvería a sentirlo jamás, sin pensarlo mucho recogió el ramo y percibió su aroma, impregnándolo de una sensación de paz que inundó su mente.

— seguramente por esto Capella adoraba estas flores. — flores que comenzaban a convertirse en sus favoritas.

 

Mientras, en la terraza, Steve sentía nuevamente las gotas humedeciendo sus mejillas, ¡y lo entendía! ¡Maldición! De verdad entendía que Tony no lo perdonara, entendía su propia estupidez y entendía que prefiriera a Thor o a cualquier otro. Estrujó una violeta entre sus manos recordando una historia cursi que alguna vez Loki le había contado mientras miraba insistentemente a las estrellas. Y entendió también a aquel enamorado que celoso e ignorante de la situación real, asesinó a su amada, lo entendió porque él mismo había matado una parte en Tony que no iba a volver, y comprendió igualmente que cuando el chico de la historia decidió quedarse vivo y no morir con ella fue para purgar su culpa, para dejarla descansar a ella y ofrendarle su dolor como redención. Se dijo así mismo que Azaleh había decidido torturarse por voluntad propia viendo a su amada brillar cada noche, sin él, siendo seguramente feliz.

— También dedo dejarte ser feliz a ti Tony… con quien tú decidas serlo… — se dijo mirando la violeta que había destrozado. — destrozar un corazón es tan fácil como destrozar una violeta.

 

Notas finales:

Bueno, hoy sacié mi fijación Thor/Tony, como se habrán dado cuenta, sin embargo, prometo arreglar el Thorki.


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