-¿Molesto? ¿Cómo estarlo? Me aras padre…tu primer embarazo que yo podre estar presente y ver crecer al bebe…estoy mas que feliz…mañana venceré a Tezuka y le diré, en tu cara que seré padre de nuevo.
-¿Por qué tienes que hacer todo una competencia Genichirou Sanada? En especial con Tezuka- dijo indignado.
-No es una competencia Seiichi, solo estoy feliz por ser de nuevo papá, tendré que reacondicionar la habitación de huéspedes, no debí vender la cuna o el coche, eso es lo que mas cuesta- exclamo pensativo.
- Genichirou, en secundaria tenias una obsesión con tal de ganarle, porque el te gano en un partido en un torneo de primaria, después que le ganaste al fin aun seguías compitiendo con el- miro indignado- por ejemplo, Fuji me conto que Tezuka le dijo, que una vez que el fue a pescar con su abuelo le mandaste un mensaje de texto.
-Es que me entere de mi abuelo tenia una reñida competencia con su abuelo en Shogi, en ese tiempo ambos tenían noventa y nueve victorias cada uno, y el abuelo de Tezuka cancelo sin razón- explico haciéndose el desentendido- como leí que el amigo de mi abuelo era Kunikazu Tezuka, pensé que se trataba de un familiar de Tezuka…
-¿Por qué le enviaste el mensaje?
-¿Te vas a poner celoso de un mensaje de texto que mande hace mas de quince años?- pregunto indignado.
-Mami, papi no pelen- interrumpió Kazuya- no le ara bien al bebe.
-Kazuya, pulga- exclamo Genichirou acercándose a el y luego lo levanto en brazos- ¿no deberías estar durmiendo?
-El abuelo Kazuya me dijo que estaban peleando y yo no quiero que pelen- se excuso- no se pelen.
-No estamos peleando hijo, solo arreglamos nuestras diferencias discutiendo cuestiones, además es sobre un mensaje de texto que mande hace quince años.
-Un mensaje que tu padre no debió enviar…por cierto ¿Qué decía?
-Solo Tezuka, con mayúsculas- respondió el pelinegro- ahora vamos a la cama.
-¿lo moléstate en un fin de semana de pesca solo con un mensaje con su apellido?
-Mi abuelo hizo lo mismo- acoto saliendo caminando- A dormir.
-Ya voy con ustedes, veré que Geniichi y Seichirou estén durmiendo- exclamo Seiichi caminando detrás de ellos.
Mientras Sanada llevaba a Kazuya a su cuarto, Seiichi se dirigió primero al cuarto de su hijastro, el cual tenía la luz apagada y Seichirou dormía, cerro la puerta al percatarse de ello y fue a la habitación de su hijo menor, el cual estaba en su cama con un libro infantil.
-Geniichi, deberías estar durmiendo hijo- dijo acercándose para quitarle el libro.
El menor no respondió, solio abrió el libro con una gran sonrisa y luego apretó un botón, por lo que salió del libro una voz casi idéntica a la voz del pequeño juguete que aun tenía guardado
-Mami y papi miraban con una gran sonrisa a Taro- se escucho de parte del libro.
-¿Qué es esto?- pregunto tomando el libro y examinándolo con la mirada- Genichirou compro esto, no parece algo que yo valla a comprar, un libro interactivo- cada pagina tiene un botón he, ¿Cómo se llama?- continuo examinando mientras lo daba vueltas-Un nuevo miembro para la familia en camino.
-Kazuchan dice que en unos meses la familia va a ser mas grande- dijo sonriendo- ¿Es verdad papi?
-Si hijo, quería decírtelo a ti y a Seichirou en la mañana, mientras desayunaran.
-¿Vamos a tener un perrito?- pregunto ilusionado.
-No- dijo con una gota en la cabeza.
-¿Un gatito?
-No Geniichi- volvió a negar sonriendo.
-Ya se ¿un conejito?
-No vamos a…
-Ya se- interrumpió el de cinco años- un Hámster.
-No vamos a tener una mascota hijo, por el momento- respondió poniendo dos dedos en sus labios para callarlo- lo que se refiere Kazuya es que en algunos meses, Seichirou, Kazuya y tu tendrán un hermanito.
-¿Un hermanito?- pregunto ilusionado- Un hermanito.
-¿No estabas leyendo un libro sombre una familia que va a tener un bebe?- pregunto alzando una ceja.
-No llegue a esa parte- respondió mirando intrigado- entonces vendrá un bebe a la casa.
-Si, en ocho meses.
-¿Por qué hay que esperar tanto?- bufo molesto.
-¿Sabes los meses?
-Me los enseñaron en la escuela, al igual que las estaciones, los números y los colores.
-Bueno, el bebe vendrá en octubre, porque tiene que crecer para poder venir a la casa- acoto.
-¿Y después lo devolveremos verdad?- pregunto sonriendo.
-Hijo, los bebes no se devuelven ¿de donde sacaste eso?
-Seichirou me lo dijo-
-Geniichi, un bebe es un miembro de la familia, nuestra familia va a tener seis integrantes- exclamo sonriendo- hablare con Seichirou en la mañana, buenas noches.
-Papi… ¿De donde vienen los bebes?
-Los trae una cigüeña- interrumpió Sanada y se acerco a abrazar al peliazul- buenas noches Geniichi, vamos a dormir.
-¿De donde los trae la cigüeña para que tarde mucho?- pregunto recostándose en la cama mientras lo tapaban.
-De parís, ahora a dormir-respondió el pelinegro, dejo prendida la luz del velador y se fue de la habitación dejando la puerta abierta.
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Yanagi y Kirihara habían decidido comer fuera de casa para celebrar su reciente compromiso y el único lugar al que podían ir era un restaurante familiar, aunque su festejo no era como lo habían imaginando cuando jóvenes, ellos dos solos tomando un copa con algún licor o comiendo en restaurante elegante, serian ellos dos comiendo en un restaurante familiar, con dos niños, cortando carne, ocupándose que los dos menores no se ensuciaran y ante la mirada de la gente, aunque posiblemente no pensarían que eran dos enamorados cenando, todo lo contrario. Yanagi solo quería pasar tiempo con Kirihara, para celebrar su compromiso al fin, pero no pudieron debido a que no encontraron niñeros disponibles, Inui y Kaidoh iban a salir con sus hijos, sus hermanas estaban en otro distrito y sus padres también, por lo que no había quien cuidara de Akira y Ren, pedirle también a sus amigos que hicieran de niñeros a las diez de la noche no sonaba cuerdo, aunque para ellos lo era.
Los restaurantes familiares no eran algo a lo que no estuvieran acostumbrados, en los restaurantes lujosos siempre terminaban siendo un problema, con un hijo como Akira no había manera de que la cena fuera tranquila. No era que Akira fuera mal chico, solo era, en lo que podía calificar Yanagi, muy inquieto, cada tantos minutos el menor pelinegro repetía que se aburría, algún postre terminaba volando a cara de algún comensal, los tenedores de aluminio se doblaban, los platos se rompían y las copas terminaban fragmentadas en pedazos pequeños, cosas mas que comunes si se trataba de un niño de cinco años hiperactivo. En los restaurantes familiares se podía tener a Akira distraído con alguna atracción, lo que evitaba accidentes con platos, postres y vasos de cristal.
-Un brindis, Akaya- propuso Yanagi sonriendo mientras levantaba su copa de vino, mirando de reojo a Akira, el cual veía un espectáculo de marionetas en un escenario en frente junto a Ren.
-Salud- Dijo chocando la copa.
-¿Por qué deben hacer eso?- pregunto Akira mirando con intriga.
-Un minuto de paz…solo uno- susurro el castaño.
-Es que no entiendo, ¿Por qué chocan las copas?- volvió a preguntar el pelinegro.
-Estamos celebrando Akira, y es una forma de hacerlo- respondió Akira revolviéndole el cabello.
-Esas marionetas están muy mal sincronizadas, puede verse que la música viene de parlantes que esta sobre el escenario, pero no tocan los instrumentos de acuerdo al sonido, solo tocan de manera repetitiva las mismas notas, el castor toca las mismas teclas del piano, el conejo la guitarra en la misma posición y el oso solo tocas dos de los tambores de la batería…- exclamo Ren.
-Yanagi Rentarou- lo reto Akaya- escucha, esos títeres que vez, son reales para niños como Akira, ellos los ven y ven a esas animales tocando los instrumentos.
-¿Vez eso hermanito?- pregunto el pequeño castaño mirándolo.
-No, solo veo animales inanimados- respondió sin darle importancia- quiero pudin de chocolate.
-Primero termina la cena- respondió el castaño mayor a su pedido.
-Pero no me gustan las verduras.
-Come todo y tienes postre.
-Ren, escucha hijo, esos animales, para niños con son inteligencia acorde a su edad, son reales, para ellos los animales realmente tocan los instrumentos, por eso aplauden.
-Está mal que crean en una fantasía, solo atrofia su mentalidad.
-Ren, a veces crear en lo mágico, lo divino y hasta lo infantil es necesario, cuando una persona estaba por ser operada, creer en una fuerza divina puede salvarle la vida, por que en su mente sabe que existe un todo poderoso, eso le da fuerzas para luchar y para vivir, cuando un niño cree en cosas infantiles, es bueno, mantiene su inocencia y eso lo mantiene alegre, se podía decir que es fundamental, por que lo hace ver su interior para las personas que le importan, no hay maldad en el- explico Yanagi tomándole la mano a Akaya por sobre la mesa- solo su verdadero yo, que nunca estaría oculto tan una mascara sin valor.
-No entiendo…quiero postre- pidió el castaño.
-Yo si entendí- acoto Akira- quiero postre.
-Terminen las verduras y hablamos, Akaya y yo ya las terminamos.
-Pero…
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-¿Por qué debería escucharlo?
-Porque para un juez es importante escuchar las dos partes en conflicto, ¿no es así?
-No soy juez- replico mirando con enfado.
-Hiroshi, solo quiero, quiero que me escuches, quiero que al menos sepas que no fue mi intención que pasara lo que paso.
-¿No fue intención abandonar a su hijo en todas las formas posibles?- pregunto con ironía- Yo lo viví, noche tras noche, Masaharu iba a dormir a mi casa, día tras días me preocupaba por el, que comiera bien, que durmiera bien, incluso que estudiaría, cuando tuvo el accidente por la falla de riñón estuve semanas y meses a su lado, deje mis estudios solo por estar con el, cuando mas lo necesito usted lo abandono, pero yo estuve ahí.
-Hace quince años las cosas eran diferentes para mi de lo que son ahora- dijo mirando tristemente- hace quince años yo veía a mi hijo, rebosante de alegría, despreocupado, desordenado, era extraño el día en que lo veía porque llegaba de la preparatoria y luego se iba a quien sabe donde, regresaba de madrugada, no es esforzaba por nada.
-Eso no es excusa- replico- nada de eso era excusa para correrlo de su casa.
-No lo corrí, solo le dije, a las doce la casa se cierra, si quieres dormir en la calle allá tú-
-Lo corrió, Masaharu tenia un horario, llegaba la una de la mañana a dormir…
-En ningún momento lo corrí de casa…el solo se fue sin decirle nada a nadie.
-Sabe que eso no fue lo que paso- dijo petulante- Masaharu llego una noche a mi casa con un par de bolsos, usted lo corrió de casa.
-¿Por qué correría a mi hijo de casa si quería que el supiera lo difícil que es la vida? ¿Si quería enseñarle que con sacrificio y esfuerzo se logran cosas?
-Masaharu ya lo sabía mucho antes de que usted quisiera enseñarle, ¿usted cree que los torneos de tenis, los partidos y hasta en los campamentos el ganaba por que si? Pues se equivoca, el se esforzaba mucho en los partidos, al punto de quedar agotado, el sabia perfectamente que si no se esforzaba perdería y a Masaharu nunca le gusto perder, siempre aspiraba mas alto- dijo con seguridad- por ejemplo, cuando estábamos en el campamento sub 17 y nosotros éramos dos jóvenes de quince años, nos tuvimos que enfrentar y yo le gane, semanas después el regreso, a demostrar que se había vuelto mas fuerte, venció a uno de los que ocupaba el top 20 y luego, no conforme con ese puesto, venció al numero diez de la selección de tenis, ¿si eso no demuestra esfuerzo no se que lo ara?
-Tienes toda la razón en cuanto lo abandone, pero tú no convivías con Masaharu antes como para saber que clase de persona era.
-Llevo conviviendo con Nioh ya mas de diez años y le puedo asegurar que lo conozco bien, suele pedir cariño, porque teme no recibirlo, amas a sus hijos como las joyas mas valiosas, siempre pierdo en lo que se refiere a pedido por los chicos, si Masashi quiere dormir con nosotros, duerme porque Masaharu quiere, aunque me oponga.
-En ese caso es un padre muy condescendiente- sonrió.
-Bastante, apaña las bromas de Hiroki.
-Es un Nioh ¿Qué debes de esperar? Tu hijo Hirohito va camino a hacer el haz de la ilusión.
-Eso porque Masaharu lo apoya, a mi no me gusta eso-
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-¿Qué quieren que?- pregunto el peliplata mirando a su amado bello durmiente con una sonrisa de oreja a oreja, a su lado estaba el peli cereza que odiaba, mientras a su vista, en al jardín de la mansión estaban los niños jugando, aunque su hijo menor durmiendo en el pasto.
-Queremos abrir una dulcería, pero no cualquier clase, como la de la dulcería del Reino de los dulces, pero mucho mejor que esa- dijo con emoción el pelinaranja.
-¿Qué quieren ponerle que no tenga esa?- pregunto no muy de acuerdo con la idea.
-Queremos ponerle maquinas de dulces, como las maquinas tragamonedas de los casinos, mesas para apostar dulces jugando cartas, una ruleta de dulces- comenzó a contar Jirou- el área de arma tu comida con dulces, otra para armar juguetes y un área para bebes, en la dulcería no había lugar para Junichi, para que su coche.
-Jirou, ya hemos hablado de eso, no me gusta que lo lleves en coche a todos lados, ya tiene seis años- reclamo el mayor- Ya no es un bebe.
-Pero no había lugar para el, el piso era muy duro, y no había con que jugar, a ti no te gusta que los niños coman dulces.
-Porque después no comen la cena.
-Por favor, di que si, Marui-Kun necesita trabajo y yo quiero trabajar con el.
-¿Qué no trabajas?- pregunto alzando una ceja mirando al visitante.
-Trabajo repartiendo Ramen, para la familia de mi esposo- respondió no muy a gusto con estar en aquella mansión, aunque Jirou había técnicamente implorado que fuera.
-Así que te casaste con el mestizó.
-Es mitad japonés y mitad brasileño, no es mestizo- defendió a Jackal.
-Eso dije.
-No pelean…anda Keigo, di que si, yo no trabajo y me aburro en la mansión, lo único que hago es cuidar a los niños.
-Prefiero que los cuides tú a que lo hagan las sirvientas.
-Cada uno tiene cinco sirvientas a su servicio- bufo molesto.
-Paren…dos niños de seis y siete años tienen cinco sirvientas cada uno- dijo Marui asombrado.
-Si, a su edad yo tenia ocho, pero cinco me pareció suficiente para ellos- exclamo Atobe orgulloso-
-Yo creo que una es suficiente- dijo el ex rikkai con una gota en la cabeza.
-Yo tengo doce para mi- acoto Jirou sonriendo- volviendo al tema, anda Atobe, ganaras mucho dinero.
-Lo que invierta en hacer ese que quieren, será como un vuelto para mi, Jirou ¿estas seguro que quieres trabajar? La corporación Atobe le va bien, tenemos dinero para dos vidas mas…
-Yo quiero trabajar y de paso los niños se divertirán- respondió con los ojos brillosos- por favor.
-Muy bien…como desees Jirou, pagare ese Hobby para ustedes dos, pero mas te vale que ninguno de los niños baje las notas o que te duermas en el trabajo.
-No cuentes con ello- susurro Bunta en burla.
-SUGOI, ERES GENIAL KEIGO- dijo emocionado el pelinaranja- No te defraudare.
-Se que soy genial, La corporación Atobe pagara todo pero siempre y cuando no allá muchas perdidas he, tienen seis meses para hacer funcionar ese invento suyo.
-Funcionara, funcionara, te lo prometo.
-Gracias Atobe.
-De nada adicto al azúcar, y llámame Keigo, porque desde ahora soy el accionista mayoritario de tu pequeño negocio, hasta que aparezca otro.
-Aparecerá y más de uno- susurro tomando su celular- Jirou y sus ideas.
-Sugou Marui-kun, será grandioso… ¿a quien marcas?
-A Jackal, ya es de noche y no quiero preocuparlo por no saber donde estoy- respondió sonriendo mientras enviaba un par de mensajes de texto.
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Parecía una mañana hermosa, con el viento soplando suevamente las copas de los arboles del tranquilo parque donde pronto comenzaría un gran escandalo, producto de la semifinal y la final de torneo de tenis y las seguidores, amigos y demás personas que habían traído los cuatro que habían llegado hasta estas instancias. Atobe Keigo en una noche había localizado a todo su equipo titular y junto a los hijos de estos estaban allí presentes para darle ánimos por quien se quedaría por el tercer lugar. Los rumores y chismes se espacian muy rápidamente entre los ex miembros del Shiten y cuando supieron que Kenjirou, el ex FukuBuchou de Shitenoji había llegado hasta las semifinales y disputaría el puesto por el tercer lugar, había ido todos a apoyarlo, mas al saber que su rival no era otro que Atobe Keigo. Mientras tanto la tensión en el aire parecía cortarse con una tijera en lo que seria la cancha de la final, tanto Kunimitsu como Genichirou habían decidido llevar sus antiguos uniformes de tenis, un acuerdo que había logrado la noche anterior y estaban todos sus ex compañeros de equipo para apoyarlos.
-Hace catorce años, en las canchas del estadio de Tokio se llevo acabo la final Seigaku contra Rikaidai- Dijo Sadao con Emoción al ver las canchas preparadas, mientras en unas bancas, no muy lejos, los dos jugadores se preparaban.
-El resultado fue a favor de Seigaku, tres a dos, dos sencillos y un doble- acoto Ren- La pareja de dobles de Marui Bunta y Kuwuhara Jackal perdieron contra la conocida Golden Pair, conformada por Oishi Syuichirou y Kikumaru Eiji.
-Nya ¡que épocas!- acoto el ex acróbata de la Seigaku al ver a los dos niños.
-Mientras, la victoria de dobles del Rikaidai fue para el duo Yanagi Renji y Kirihara Akaya fue por abandono, ya que Inui Sadaharu no pudo continuar y su compañero de dobles, Kaidoh Kaoru no podía jugar solo- continuo Sadao ajustándose los lentes.
-Me pegaste duro Kirihara y aun lo hacen en las batallas con bolas de nieve- rio el de lentes gruesos.
-Me encanta estamparte una pelota en la cara, es divertido- rio el pelinegro.
-Akaya- lo reto Yanagi mientras lo abrazaba de la cintura.
-Lo siento…pero debes admitir que es divertido darle en la cara.
-En cuanto a los Sencillos, el primero en ganar para el Seigaku fue Fuji Syusuke, quien venció a Nioh Masaharu- interrumpió Ren.
-Puri, me deje ganar, quería que el enano perdiera contra Yukimura- respondió sin darle importancia.
-Si claro y yo me chupo el dedo- se burlo Fuji.
-Si, te quería vencer, no diré más, Puri.
-La victoria del Rikkai fue de parte de Sanada Genichirou contra Tezuka Kunimitsu- continuo Ren leyendo sus datos.
-Mi papá ganara- exclamo con seguridad Seichirou.
-El mío lo ara- Replico mirando con una sonrisa orgullosa, Kunihiro.
-El mío ya tiene una victoria.
-El mío también.
-Te apuesto lo que quieras a que el mío ganara.
-El mío tiene más probabilidades de hacerlo.
-NIÑOS-Dijeron Fuji y Yukimura ala vez.
-El último partido entre Seigaku y Rikaidai fue entre Yukimura Seiichi y Echizen Ryoma, ganando el que en aquel momento era de séptimo año- finalizo Sadao cerrando su cuaderno.
-Igual yo creo que eres el mejor en tenis mami- abrazo Kazuya a Seiichi.
-Yo también- Acoto Geniichi.
-Vamos, el partido esta por comenzar- interrumpió Genemon.
-A pesar que es un partido amistoso, se puede sentir la rivalidad entre esos dos- continúo Kunikazu- mmm debe ganar el mejor.
-Ganara Sanada…ahora que es el segundo inversionista para mi dulcería con el club de tenis infantil.
-¿Y yo que soy Marui? También soy inversionista- dijo Nioh molesto.
-Y yo también lo soy- exclamo Jackal cruzándose de brazos.
-Debimos ponerle a Sanada Adhesivos en la remera para que haga publicidad- pero Akaya- No nos vendría mal en el club de tenis.
-Mi papá hace publicidad de otra cosa- acoto Kazuya- que es muy importante para el.
Todos miraron a Kazuya sin entender, quien luego sonriente fue a ver a Genichirou, quien estaba terminando de atarse las zapatillas, tomo la raqueta con la mano y se la acerco, pero el pelinegro no la tomo, tomo de la mano a su hijo y lo llevo dentro de las canchas y luego lo ayudo a sentarse en la banca para luego tomar la raqueta.
-Ha por todas papá
-Lo are hijo- dijo sacándose la campera y se la dio a Kazuya- voy a ganar.
Sanada llevaba puesta no solo la remera amarilla con franjas rojas y blancas del Rikkai, también llevaba puesto un especie de collar en el cual había una foto de su familia y el que mas se notaba era Kazuya.
-Partido al mejor de tres set- dijo el árbitro mirando a los dos contrincantes dándose la mano- entre Tezuka Kunimitsu y Sanada Genichirou.
-Que gane el mejor Sanada- Dijo el de lentes orgulloso.
-Yo ya he ganado mucho, no tengo nada que perder ahora- exclamo estrechándole la mano.
-Animo Genichirou- animo Seiichi a su marido sonriendo.
-Animo papá- Gritaron Kazuya y Seichirou al mismo tiempo.
-Papi Genichirou- sonrió Geniichi.
-Este partido, va por ustedes- susurro Sanada poniéndose en posición tras la línea de saque, después de escuchar esas palabras de aliento de parte de su familia, mientras en su distracción se decidida quien iba a sacar, y todo ante la atenta mirada a su familia.
Los gritos de “emperador” no se hicieron esperar, de parte de los ex titulares del Rikaidai, eran pocos, pero suficientes para darle apoyo a Genichirou. Tampoco se hicieron esperar los gritos de aliento para Tezuka, de parte de su familia y amigos, los cuales querían ver otra victoria de parte del orgullo nacional del tenis.
Mientras no muy lejos de aquel lugar, donde es escuchaban los gritos que se perdían, no solo los que apoyaban a Tezuka y Sanada, sino también los de la cancha donde se jugaba por el tercer puesto. Genemon Sanada y Kunikazu Tezuka se encontraba preparando su juego de Shogi.
-Por el juego numero 200- dijo el mayor Tezuka dándole la mano.
-Sera mi numero 200- exclamo el mayor Sanada.
¿Fin?